El propósito de esta ley federal de 1990 es asegurar que los individuos que reciban servicios de cuidados de salud tengan la oportunidad de participar y de dirigir la toma de decisiones sobre el cuidado de la salud que les afecta a sí mismos. Bajo esta ley, los hospitales, agencias de cuidados de salud y las organizaciones de mantenimiento de la salud tienen la responsabilidad de desarrollar y hacer llegar a los pacientes la información. Ésta debe incluir los derechos del paciente, pautas de mejoría, testamentos en vida, funciones educativas y consultivas de los comités de ética, tratamiento médico limitado (cuidados sólo para ayuda/alivio), tratamiento de salud mental, resucitación, restricciones, toma de decisión sustituta y transferencia de cuidados.
Libertad para conducir a si propio y especialmente independencia moral. Un principio ético sostiene que la autonomía de los individuos debe ser respetada.