Acumulación de material purulento en los tejidos, órganos o espacios circunscritos, asociado usualmente con signos de infección.
Colección circunscrita de exudado purulento en el cerebro, producida por bacterias u otras infecciones. La mayoría son causadas por diseminación de material infectado desde un foco de supuración en cualquier parte del cuerpo, principalmente los SENOS PARANASALES, OÍDO MEDIO), CORAZÓN (ver también ENDOCARDITIS BACTERIANA) y PULMÓN. Este estado también puede estar asociado con TRAUMA CRANEOCEREBRAL penetrante y PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS. Las manifestaciones clínicas incluyen CEFALEA, CONVULSIONES, déficits neurológicos focales y alteraciones de la conciencia (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp712-6).
Colecciones solitarias o múltiples de PUS dentro del hígado como resultado de infección por bacterias, protozoos u otros agentes.
Un absceso situado en la cavidad abnominal, i.e., la cavidad corporal localizada entre el diafragma por arriba y la pelvis por debajo.
Colecciones solitarias o múltiples de PUS en la parénquima pulmonar como resultado de la infección por bacterias, protozoos, u otros agentes.
Colecciones circunscritas de material de supuración que se producen en el ESPACIO EPIDURAL espinal o intracraneal. La mayoría de los abcesos epidurales ocurren en el canal espinal y están asociados con OSTEOMIELITIS de un cuerpo vertebral; ANALGESIA, EPIDURAL; y otras afecciones. Las manifestaciones clínicas incluyen dolor local y radicular, decaimiento, pérdida sensorial, INCONTINENCIA URINARIA, e INCONTINENCIA FECAL. Los abcesos craneales epidurales están usualmente asociados con OSTEOMIELITIS de un hueso craneal, SINUSITIS u OTITIS MEDIA.
Abceso de los MÚSCULOS PSOAS que usualmente es provocado por una enfermedad de las vertebras lumbares, con pus que desciende por la vaina muscular. La infección más común es la tuberculosa o la estafilocóccica.
Áreas únicas o múltiples de PUS debidas a infección por algún protozoo ameboide (AMEBIASIS). Una forma común es la causada por la ingestión de ENTAMOEBA HISTOLYTICA.
Áreas solas o múltiples de PUS debido a la infección bacteriana dentro del parenchyma hepático. Puede ser causado por una variedad de BACTERIAS, local o ser diseminado de infecciones a otra parte por ejemplo en APÉNDICE; COLECISTITIS; PERITONITIS; y después del TRASPLANTE DE HÍGADO.
Inflamación aguda o crónica de los tejidos que rodean la porción apical de un diente, asociado a la acumulación de pus, como resultado de la infección subsiguiente a la infección de la pulpa por una caries, o como resultado de un traumatismo que causa necrosis pulpar. (Dorland, 28a ed)
Una acumulación de material purulento en el espacio situado entre la FARINGE y las VÉRTEBRAS CERVICALES. Es usualmente resultado de la SUPURACIÓN de los NÓDULOS LINFÁTICOS retrofaríngeos en pacientes con INFECCIONES DEL TRACTO RESPIRATORIO SUPERIOR, perforaciones de la faringe, o lesiones de cabeza y cuello.
Una acumulación de material purulento en la zona comprendida entre la TONSILA PALATINA y su cápsula.
Extracción de líquidos o descargas desde el cuerpo, como desde una herida, úlcera o cavidad.
Acumulación de exudados (EXUDADOS Y TRANSUDADOS)purulentos por debajo del DIAFRAGMA, tambiém conocido como absceso absominal superior. Generalmente se asocia con PERITONITIS o infecciones postoperatorias.
Área purulenta circunscrita y localizada de inflamación en el tejido periodontal. Se deriva de una periodontitis marginal y se asocia comúnmente con bolsas supra e infraóseas y compromiso interradicular, en contraste con los abcesos periapicales que se atribuyen a la necrosis de la pulpa.
Proceso patológico que consiste en la formación de pus.
Las enfermedades del bazo se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan la estructura o función de este órgano, incluyendo infecciones, inflamaciones, tumores benignos y malignos.
Infecciones con bacterias del género FUSOBACTERIUM.
Infecciones con bacterias del género BACTEROIDES.
Especie de bacteria gramnegativa, que no forman esporas, se han aislado de las cavidades naturales de hombres y de otros animales y de lesiones necróticas, abscesos y sangre.
Especie de protozoo parásito que produce ENTAMOEBIASIS y disentería amebiana (DISENTERIA, AMEBIANA). Entre sus características se incluyen poseer un sólo núcleo que contiene un cariosoma pequeño central y cromatina periférica que está fina y regularmente granulada.
Glándulas secretoras de moco situadas en las paredes posterior y lateral del vestíbulo de la vagina.
Inflamación de un DISCO INTERVERTEBRAL o espacio discal lo que puede producir erosión del disco. Hasta hace poco, la discitis se definía como una inflamación no bacteriana y se atribuía a procesos asépticos (ejemplo, reacción química a una sustancia inyectada). Sin embargo, estudios recientes aportan evidencias de que la infección puede ser quizás la causa inicial, pero probablemente no sea el promotor, de la mayoría de los casos de discitis. La discitis se ha diagnosticado en pacientes después de una discografía, mielografía, punción lumbar, inyección paravertebral y anestesia obstétrica epidural. La discitis que sigue a la quimionucleolisis (especialmente con quimopapaína) se atribuye por algunos a la reacción química y por la introducción de microorganismos por otros.
Remoción de secreciones, gas o líquido de órganos huecos o tubulares, o cavidades, mediante un tubo o dispositivo que actúa a base de presión negativa.
Inflamación aguda, difusa y supurativa del tejido conectivo blando, particularmente del tejido subcutáneo profundo, y en ocasiones del músculo, que se ve más comúnmente como resultado de la infección de una herida, úlcera, u otras lesiones de la piel.
Tomografía que utiliza transmisión de rayos x y un algoritmo de computador para reconstruir la imagen.
Sustancias que reducen el crecimiento o la reprodución de las BACTERIAS.
Infecciones producidas por bacterias del género ACTINOMYCES.
Infecciones producidas por bacterias del género STAPHYLOCOCCUS.
Infecciones producidas por bacterias del género NOCARDIA.
Infecciones producidas por bacterias del género KLEBSIELLA.
Procesos patológicos que implican la PRÓSTATA o sus tejidos componentes.
Infección del HIGADO con especies de MYCOBACTERIUM, sobre todo el MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS. Se caracteriza por pequeñas lesiones miliares tuberculosas localizadas o masas semejantes a tumores (TUBERCULOMA)y anomalías en las pruebas de función hepática.
Bacterias gramnegativas que se encuentran en los tractos intestinales inferiores de hombres y de otros animales. Es la especie más común de bacterias anaerobias aisladas de las infecciones de los tejidos blandos.
Visualización radiográfica del cuerpo entre el tórax y la pelvis, es decir, dentro de la cavidad peritoneal.
Género de bacterias gramnegativas, anaerobias, en forma de bastoncillos que se encuentran en las cavidades de humanos y de otros animales. No se forman endosporas. Algunas especies son patógenas y se encuentran en varias infecciones purulentas o gangrenosas.
Infección piógena de un hueso. (Diccionario Espasa de Medicina, ed. electrónica 2000)
Bacilos gram negativos, inmóviles, capsulados, productores de gas, que están ampliamente distribuidos en la naturaleza y que se asocian a infecciones urinarias y respiratorias en humanos.
Infección que afecta a los tejidos u órganos de la PELVIS.
Procesos patológicos del OVARIO.
Osteítis o caries de las vértebras, ocurren usualmente como complicación de la tuberculosis en los pulmones.
Infección con ameba del género ENTAMOEBA. La infección con E. histolytica produce la DISENTERÍA, AMEBIANA y el ABSCESO HEPÁTICO AMEBIANO.
Pasaje anormal o comunicación que va desde un órgano interno hacia la superficie del cuerpo.
Género de bacterias cocoides grampositivas, anaerobias que son parte de la flora normal de humanos. Sus organismos son patógenos oportunistas que producen bacteremias e infecciones de tejido blando.
Procesos patológicos del PÁNCREAS.
Subgrupo de STREPTOCOCCI VIRIDANS, aunque las especies de este grupo difieren en su patrón hemolítico y en las enfermedades que producen. Estas especies suelen ser betahemolíticas y causan infecciones piógenas.
Presencia de pus en algún órgano hueco o cavidad corporal.
Masa bien circunscrita compuesta por tejido de granulación tuberculosa que puede ocurrir en los hemisferios cerebrales, cerebelo, tronco cerebral, o espacios perimeníngeos. Múltiples lesiones son muy comunes. El manejo de las manifestaciones intracraneales varía con el sitio de las lesiones. Los tuberculomas intracraneales pueden asociarse con CONVULSIONES, déficits neurológicos focales, e HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL. Los tuberculomas de la médula espinal pueden asociarse con dolor localizado o radicular, decaimiento, pérdida sensorial, e incontinencia. Los tuberculomas pueden surgir como INFECCIONES OPORTUNISTAS, pero también aparecen en individuos inmunocompetentes.
Infecciones producidas por bacterias del género STREPTOCOCCUS.
Vía anatómica anormal de comunicación del RECTO con el exterior, con un orificio en el lugar da drenagem.
Enfermedades de la órbita ósea y de su contenido exceptuando al globo ocular.
Procesos patológicos de la VULVA.
Bacterias que requieren oxígeno molecular para su metabolismo y crecimiento, encontradas generalmente en la atmósfera o en entornos bien oxigenados.
Vía anatómica anormal de comunicación entre el INTESTINO y otro segmento del intestino u otros órganos. La fistula intestinal externa se conecta con la PIEL (fistula enterocutánea). La fistula intestinal interna puede conectar con distintos órganos, como el ESTOMAGO (fistula gastrocólica) o la VEJIGA del TRACTO URINARIO (fistula colovesical). Los factores de riesgo incluyen procesos inflamatorios, cancer, tratamiento con radiaciones y percances quirúrgicos (ERRORES MÉDICOS).
Inflamación aguda del APÉNDICE. la apendicitis aguda se clasifica en simple, gangrenosa y perforada.
Bacterias potencialmente patógenas que se encuentran en las membranas nasales, piel, folículos pilosos y periné de animales de sangre caliente. Pueden causar un amplio rango de infecciones e intoxicaciones.

Un absceso es una acumulación de pus que se forma en respuesta a una infección bacteriana, por lo general como resultado de la multiplicación y diseminación de bacterias en el tejido. Se caracteriza por tener un centro necrótico rodeado de glóbulos blancos inflamatorios, especialmente neutrófilos, y una pared formada por tejido conectivo y epitelio.

Los abscesos pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la piel y los tejidos blandos. Los síntomas pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, dolor e inflamación localizados, fiebre y malestar general.

El tratamiento de un absceso suele requerir drenaje quirúrgico o mediante incisión y drenaje, seguido de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, el absceso puede resolverse por sí solo sin tratamiento médico si el sistema inmunológico del cuerpo es capaz de combatir la infección y drenar el pus. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el tratamiento médico es necesario para prevenir complicaciones y promover una recuperación más rápida.

Un absceso encefálico es una acumulación localizada de pus dentro del tejido cerebral, causada generalmente por la infección y multiplicación de bacterias u hongos en el cerebro. Esto puede ocurrir como resultado de una infección que se disemina desde otra parte del cuerpo o como consecuencia de una infección directa en el cerebro, por ejemplo, después de una lesión traumática o quirúrgica.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, fiebre, confusión, convulsiones, debilidad en un lado del cuerpo y trastornos visuales. El tratamiento generalmente implica antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección, junto con procedimientos quirúrgicos para drenar el pus acumulado. Si no se trata a tiempo, un absceso encefálico puede causar daño cerebral severo e incluso la muerte.

Un absceso hepático es una acumulación de pus en el hígado, generalmente como resultado de una infección. Puede ser causado por bacterias, parásitos o incluso por la propagación de una infección desde otra parte del cuerpo. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre, ecografías o tomografías computarizadas. El tratamiento suele implicar antibióticos para combatir la infección y posiblemente drenaje quirúrgico del absceso. Es importante buscar atención médica si se sospecha un absceso hepático, ya que puede causar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.

Un absceso abdominal es una acumulación de pus que se forma en el abdomen como resultado de una infección. Se produce cuando los tejidos se infectan y mueren, lo que atrae a las células blancas de la sangre (glóbulos blancos) para combatir la infección. Con el tiempo, estas células muertas y los fluidos corporales forman una masa enferma llena de pus.

Los abscesos abdominales pueden ocurrir en cualquier parte del abdomen y pueden variar en tamaño desde pequeños a grandes. Pueden ser superficiales, cerca de la pared abdominal, o profundos, dentro de los órganos abdominales o en el espacio entre ellos.

Los síntomas más comunes de un absceso abdominal incluyen dolor abdominal intenso y repentino, fiebre alta, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El tratamiento generalmente implica cirugía para drenar el absceso y antibióticos para tratar la infección subyacente. Si no se trata, un absceso abdominal puede ser una afección grave y potencialmente mortal.

Un absceso pulmonar es una acumulación de pus en el tejido pulmonar, generalmente como resultado de una infección bacteriana. Se forma cuando las glándulas blancas, conocidas como leucocitos, combaten la infección y causan inflamación en los alvéolos (los sacos de aire en los pulmones donde ocurre el intercambio de gases). Esta inflamación puede causar la formación de tejido necrótico (muerto) que se llena de líquido y células muertas, formando un absceso.

Los síntomas más comunes de un absceso pulmonar incluyen tos productiva con flema amarillenta o verdosa, fiebre, sudoración nocturna, dolor en el pecho, dificultad para respirar y pérdida de apetito y peso. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (TC) del tórax.

El tratamiento suele implicar la administración de antibióticos para tratar la infección subyacente, y en algunos casos, se puede requerir drenaje quirúrgico del absceso. La fisioterapia respiratoria también puede ser útil para ayudar a expandir los pulmones y eliminar las secreciones.

Los factores de riesgo para desarrollar un absceso pulmonar incluyen el tabaquismo, el consumo de alcohol en exceso, la enfermedad pulmonar crónica, la aspiración de contenido gástrico y la inmunosupresión.

Un absceso epidural es una complicación médica grave que involucra la formación de una acumulación de pus (un absceso) en el espacio epidural, que es el área entre la duramadre, la membrana más externa que rodea el cerebro y la médula espinal, y el hueso del cráneo o de la columna vertebral.

Este espacio contiene tejido graso, vasos sanguíneos y nervios raquídeos. Cuando se forma un absceso en este espacio, puede comprimir los nervios raquídeos y las estructuras vasculares circundantes, lo que puede causar dolor intenso, debilidad muscular, parálisis, pérdida de sensibilidad y, en casos graves, insuficiencia respiratoria o septicemia.

Los abscesos epidurales pueden ser causados por bacterias que ingresan al espacio epidural a través de una infección en la piel, los huesos o los tejidos blandos circundantes, o por la diseminación hematógena (por vía sanguínea) desde otra parte del cuerpo. Los factores de riesgo incluyen procedimientos quirúrgicos espinales recientes, infecciones sistémicas, uso de drogas intravenosas y trastornos del sistema inmunológico.

El tratamiento suele requerir cirugía para drenar el absceso y antibióticos para tratar la infección subyacente. El pronóstico depende de la gravedad de la infección, la ubicación del absceso y la rapidez con que se reciba el tratamiento. Si no se trata a tiempo, un absceso epidural puede causar daño permanente a los nervios raquídeos y otras estructuras circundantes, e incluso poner en peligro la vida del paciente.

Un absceso del psoas, también conocido como absceso retroperitoneal iliopsoas, es una acumulación de pus que ocurre en el músculo iliopsoas, que se encuentra en la región posterior del abdomen. Este tipo de absceso puede ser causado por diversas afecciones, como infecciones bacterianas que se diseminan desde los tejidos vecinos, como la vejiga, el intestino grueso o el hígado, o por la propagación de bacterias desde una fuente más distante, como endocarditis o pulmonía.

Los síntomas del absceso del psoas pueden incluir dolor abdominal o lumbar intenso y prolongado, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. La presencia de un absceso del psoas puede llevar a complicaciones graves, como la sepsis o la diseminación de la infección a otras partes del cuerpo.

El diagnóstico de un absceso del psoas generalmente se realiza mediante estudios de imagenología avanzada, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. El tratamiento suele requerir la drenaje quirúrgico del absceso y la administración de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, se puede realizar un drenaje percutáneo con aguja guiada por imagenología en lugar de una cirugía abierta.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha la presencia de un absceso del psoas, ya que el retraso en el tratamiento puede llevar a complicaciones graves y potencialmente mortales.

Un absceso hepático amebiano es una complicación médica causada por la invasión y destrucción de tejidos del parásito Entamoeba histolytica en el hígado. Este parásito normalmente vive en el intestino, pero en algunos casos puede invadir los tejidos circundantes y causar infecciones graves.

El absceso hepático amebiano se presenta como una masa dolorosa y suave en el hígado, llena de pus. Los síntomas pueden incluir fiebre alta, dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y sudoración excesiva. En casos graves, el paciente puede presentar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) y anemia.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagenología como ecografías o tomografías computarizadas, así como análisis de sangre y heces para detectar la presencia del parásito. El tratamiento suele incluir medicamentos antibióticos y antiamebianos, así como drenaje quirúrgico del absceso en casos graves o cuando no responde al tratamiento médico.

Es importante mencionar que la infección por Entamoeba histolytica se adquiere principalmente a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con heces humanas, especialmente en países en desarrollo con malas condiciones sanitarias. Por lo tanto, es fundamental mantener una buena higiene personal y alimentaria para prevenir esta infección.

Un absceso piógeno hepático es una acumulación de pus en el hígado, generalmente como resultado de una infección. Estos abscesos pueden ser causados por bacterias, parásitos o, raramente, por hongos. Los abscesos piógenos hepáticos pueden variar en tamaño y número, y suelen presentarse con síntomas no específicos como dolor abdominal, fiebre, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagen, como ecografías o tomografías computarizadas, y análisis de laboratorio. El tratamiento suele incluir antibióticos y drenaje del absceso, que puede realizarse mediante procedimientos invasivos o guiados por imagen. Si no se trata, un absceso piógeno hepático puede causar complicaciones graves, como septicemia o insuficiencia hepática.

Un absceso periapical es una complicación dental que ocurre cuando hay una infección en el tejido blando alrededor del extremo de la raíz de un diente. Esta condición generalmente se desarrolla como resultado de una caries dental profunda no tratada, que permite que las bacterias invadan el interior del diente (la pulpa) y cause una infección.

La infección puede propagarse desde la pulpa hasta el tejido periapical que rodea la raíz del diente, lo que provoca inflamación y la acumulación de pus, formando un absceso. Los síntomas comunes de un absceso periapical incluyen dolor dental intenso y persistente, sensibilidad al calor o al frío, hinchazón y enrojecimiento de las encías, mal sabor en la boca y fiebre leve.

El tratamiento de un absceso periapical generalmente implica la eliminación de la infección a través de un procedimiento llamado endodoncia o tratamiento de conducto, que consiste en eliminar el tejido pulpar infectado, desinfectar y sellar el conducto radicular del diente. En algunos casos, es posible que se necesite la extracción del diente si la infección es extensa o el daño es irreversible. El uso de antibióticos también puede ser necesario para tratar la infección y prevenir su propagación a otras partes del cuerpo.

Un absceso retrofaríngeo es una acumulación de pus en el espacio situado detrás de la faringe o garganta. Esta área se conoce como el espacio retrofaríngeo y está rodeada por músculos y tejidos suaves. El absceso retrofaríngeo puede desarrollarse como resultado de una infección bacteriana que se propaga desde los senos paranasales, la nasofaringe o la orofaringe.

Los síntomas más comunes del absceso retrofaríngeo incluyen dolor de garganta intenso y repentino, dificultad para tragar, fiebre alta, rigidez del cuello, voz ronca o afónica, y ganglios linfáticos inflamados en el cuello. En casos graves, el absceso retrofaríngeo puede causar dificultad para respirar y requerir atención médica inmediata.

El diagnóstico de un absceso retrofaríngeo generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y estudios de imágenes, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética. El tratamiento suele incluir antibióticos para tratar la infección y drenaje quirúrgico del absceso. La cirugía puede realizarse mediante incisión y drenaje o mediante un procedimiento menos invasivo llamado punción aspiración con aguja fina (PAAF).

Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha un absceso retrofaríngeo, ya que la infección puede propagarse rápidamente y causar complicaciones graves, como la sepsis o la mediastinitis (inflamación del tejido situado en el centro del pecho).

Un absceso peritonsilar es una acumulación de pus en el tejido que rodea las amígdalas, llamado tejido peritonsilar. Este tipo de infección suele ser causada por bacterias y puede ocurrir como complicación de un dolor de garganta o amigdalitis previa. Los síntomas pueden incluir dolor intenso en la garganta, dificultad para tragar, fiebre, mal aliento y ganglios linfáticos inflamados en el cuello. El tratamiento generalmente implica drenaje quirúrgico del absceso y antibióticos para tratar la infección bacteriana subyacente. Es importante buscar atención médica si se sospecha un absceso peritonsilar, ya que puede causar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.

En el contexto médico, el término "drenaje" se refiere al proceso de eliminar líquidos o materiales extraños acumulados en un cuerpo humano, como ser pus, sangre, fluido seroso o linfa, de una cavidad, órgano o tejido dañado o infectado. Esto se realiza generalmente mediante la colocación de un catéter o tubo de drenaje para facilitar la salida del líquido no deseado y promover la curación.

El objetivo principal del drenaje es prevenir la acumulación de líquidos, que de otro modo podrían causar inflamación, infección o daño adicional a los tejidos circundantes. Además, el análisis del líquido drenado puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y el grado de la lesión o enfermedad subyacente, guiando así el plan de tratamiento apropiado.

Existen diferentes tipos de procedimientos de drenaje, como el drenaje quirúrgico, que implica la incisión quirúrgica para eliminar los líquidos acumulados; drenaje percutáneo, que involucra la inserción de agujas finas o catéteres para drenar líquidos de cavidades corporales; y drenaje de fistula, donde se crea una conexión artificial entre un órgano o tejido hueco y la superficie de la piel para permitir que el líquido drene espontáneamente.

Un absceso subfrénico es una acumulación de pus en el espacio situado entre el hígado y el diafragma, conocido como espacio subfrénico. Este espacio se encuentra por debajo del ligamento falciforme del hígado y está recubierto por la membrana serosa pleural.

Este tipo de absceso puede ocurrir como resultado de una infección que se ha extendido desde el hígado, el tracto gastrointestinal o los pulmones. También puede ocurrir después de una lesión o cirugía en la región superior del abdomen.

Los síntomas más comunes de un absceso subfrénico incluyen dolor abdominal y/o pleurítico, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagenología como ecografía o tomografía computarizada (TC) y, en algunos casos, punción guiada por imagen para obtener una muestra del líquido del absceso para cultivo y análisis.

El tratamiento suele consistir en antibióticos y drenaje quirúrgico o percutáneo del absceso. El pronóstico depende de la gravedad de la infección, la salud general del paciente y el tiempo transcurrido antes del diagnóstico y tratamiento adecuados.

Un absceso periodontal es una acumulación de pus que se forma en los tejidos profundos que rodean y soportan los dientes, conocidos como el periodonto. Este tipo de infección suele ser causada por bacterias que se introducen en el periodonto a través de caries profundas o fisuras en los dientes, o bien, como consecuencia de una enfermedad de las encías (periodontitis).

Los síntomas más comunes del absceso periodontal incluyen dolor intenso y continuo en la zona afectada, sensibilidad al tacto y al calor, encía roja e hinchada, mal sabor o mal aliento, y, en algunos casos, fiebre y ganglios linfáticos inflamados. El tratamiento suele consistir en la eliminación de la infección mediante una limpieza dental profunda y, si es necesario, la extracción del diente afectado. También se pueden recetar antibióticos para ayudar a combatir la infección. Es importante tratar el absceso periodontal de manera oportuna y adecuada para prevenir daños mayores en los tejidos que soportan los dientes y evitar la propagación de la infección a otras partes del cuerpo.

La supuración es el proceso de producción y expulsión de pus, que es un líquido espeso y amarillento o verdoso formado por glóbulos blancos muertos, tejidos dañados y microorganismos patógenos (generalmente bacterias). Se produce como resultado de una infección aguda o crónica en el cuerpo. La supuración puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero comúnmente se observa en heridas abiertas, abscesos, forúnculos, folículos pilosos infectados u otras áreas donde haya una infección. El pus contiene enzimas y toxinas que pueden causar más daño al tejido circundante si no se trata adecuadamente. Los síntomas asociados con la supuración incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor e inflamación localizados en el sitio de infección. El tratamiento generalmente implica procedimientos médicos o quirúrgicos para drenar el pus y antibióticos para tratar la infección subyacente.

Las enfermedades del bazo se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el funcionamiento y la estructura normal del bazo. El bazo es un órgano importante del sistema linfático, situado en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago. Su función principal incluye la filtración de sangre, almacenamiento de glóbulos rojos y plaquetas, y ayudar en la respuesta inmunológica del cuerpo.

Algunas enfermedades comunes del bazo incluyen:

1. Esplenomegalia: Es el término médico para el aumento del tamaño del bazo. Puede ser causada por diversas condiciones, como infecciones (por ejemplo, mononucleosis infecciosa), enfermedades hepáticas (como la cirrosis), anemias (como la talasemia o esferocitosis hereditaria), trastornos malignos (como leucemia y linfoma) y trastornos vasculares (como trombosis de la vena esplénica).

2. Bazo inflamado: La inflamación del bazo, conocida como splenitis, puede ocurrir como resultado de infecciones bacterianas, virales o parasitarias, trastornos autoinmunes o reacciones a medicamentos.

3. Quiste o absceso esplénico: Un quiste es una cavidad llena de líquido en el bazo, mientras que un absceso es una acumulación de pus dentro del bazo. Estas condiciones pueden ser causadas por infecciones, traumatismos o trastornos congénitos.

4. Infarto esplénico: Es la muerte de tejido en el bazo como resultado de la interrupción del suministro de sangre. Esto puede ocurrir debido a un coágulo sanguíneo, una trombosis o una embolia.

5. Trastornos hematológicos: El bazo desempeña un papel importante en la función del sistema inmunológico y en el procesamiento de células sanguíneas. Por lo tanto, ciertos trastornos hematológicos, como las anemias hemolíticas o los trastornos mieloproliferativos, pueden afectar al bazo y provocar su agrandamiento o disfunción.

6. Cáncer: El bazo puede verse afectado por diversos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia o los tumores metastásicos procedentes de otros órganos. Estas afecciones pueden provocar síntomas como dolor abdominal, pérdida de peso y fiebre.

El tratamiento de las enfermedades del bazo depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o radioterapia. En algunos casos, se puede recomendar la extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía) si otras opciones terapéuticas no son eficaces o si el bazo está causando complicaciones graves, como hemorragias internas o infecciones recurrentes.

Las infecciones por Fusobacterium se refieren a la invasión y multiplicación de especies bacterianas patógenas del género Fusobacterium en los tejidos corporales, causando una variedad de cuadros clínicos. Estas bacterias anaerobias gramnegativas son comensales normales de la flora oral y gastrointestinal en humanos. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, como una disminución de la resistencia inmunológica o la presencia de tejidos necróticos, pueden causar infecciones.

Los síntomas y el curso clínico de las infecciones por Fusobacterium varían ampliamente dependiendo del sitio de infección. Pueden variar desde abscesos localizados hasta procesos invasivos más graves, como la fascitis necrotizante, la sepsis y el shock séptico. El tratamiento generalmente implica antibióticos apropiados, que pueden complementarse con procedimientos quirúrgicos para drenar los abscesos o extirpar el tejido necrótico cuando sea necesario.

Las especies de Fusobacterium más comúnmente asociadas con infecciones en humanos son F. nucleatum, F. necrophorum y F. mortiferum. Las infecciones por Fusobacterium se han relacionado con afecciones como la periodontitis, la enfermedad inflamatoria intestinal, el cáncer colorrectal y los abortos espontáneos.

Las infecciones por Bacteroides se refieren a infecciones causadas por bacterias del género Bacteroides, que son comensales normales del tracto gastrointestinal humano. Sin embargo, cuando ingresan a otros tejidos estériles del cuerpo, pueden causar infecciones graves y potencialmente mortales.

Estas bacterias son anaerobias estrictas, lo que significa que requieren un ambiente sin oxígeno para sobrevivir y crecer. Por lo tanto, las infecciones por Bacteroides a menudo ocurren en tejidos con bajos niveles de oxígeno, como el tracto gastrointestinal, el sistema genitourinario y los tejidos blandos.

Las infecciones por Bacteroides pueden variar desde infecciones superficiales hasta infecciones sistémicas graves, como la bacteriemia, la endocarditis, la meningitis y la abscesación de órganos profundos. Los factores de riesgo para las infecciones por Bacteroides incluyen cirugía abdominal o pélvica reciente, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes mellitus, cáncer y uso de dispositivos médicos invasivos.

El tratamiento de las infecciones por Bacteroides generalmente requiere antibióticos de amplio espectro que sean efectivos contra bacterias anaerobias. Los carbapenémicos, como el imipenem y el meropenem, son los fármacos de elección para tratar infecciones graves por Bacteroides. Otras opciones incluyen metronidazol, cefoxitina y clindamicina. La duración del tratamiento depende de la gravedad e invasividad de la infección.

Fusobacterium necrophorum es un tipo de bacteria gramnegativa, anaeróbica y asacarolítica que pertenece al género Fusobacterium. Esta bacteria se encuentra normalmente en el tracto gastrointestinal superior de los humanos y animales. Sin embargo, también puede causar infecciones graves en humanos, especialmente en aquellos con sistemas inmunes debilitados.

Las infecciones más comunes causadas por Fusobacterium necrophorum incluyen la angina de Ludwig, un tipo de absceso profundo de la región del cuello, y la flemónia lacrimal, una infección alrededor de los ojos. También se ha relacionado con el síndrome Lemierre, una enfermedad rara pero grave que involucra la formación de coágulos sanguíneos y septicemia.

La bacteria produce toxinas que pueden dañar los tejidos circundantes y causar la formación de abscesos. El tratamiento de las infecciones causadas por Fusobacterium necrophorum generalmente implica el uso de antibióticos, especialmente penicilina o clindamicina, que son eficaces contra bacterias anaeróbicas. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para drenar los abscesos.

'Entamoeba histolytica' es un protozoo patógeno que causa la amebiasis, una infección intestinal. Se trata de un parásito que vive en el tracto digestivo humano y se encuentra comúnmente en ambientes con saneamiento deficiente y falta de acceso al agua potable segura.

La especie Entamoeba histolytica tiene dos formas: la forma vegetativa o trofozoito y la forma quística. Los trofozoitos son los parásitos activos que se reproducen y causan daño a las células del huésped, mientras que los quistes son formas inactivas y resistentes que se eliminan con las heces y pueden sobrevivir en el medio ambiente durante semanas o incluso meses.

La infección por E. histolytica puede causar diversos síntomas, desde diarrea leve hasta disentería severa con sangre y moco en las heces. En algunos casos, la infección puede diseminarse más allá del intestino y causar abscesos amebianos en el hígado u otros órganos.

Es importante destacar que no todas las personas infectadas con E. histolytica desarrollan síntomas, y algunas pueden ser portadoras asintomáticas del parásito. Sin embargo, incluso sin presentar síntomas, estas personas pueden transmitir la infección a otras a través de los quistes eliminados en las heces.

En terminología médica, las glándulas vestibulares mayores, también conocidas como glándulas de Bartolino, se refieren a un par de glándulas situadas en la vulva de la mujer. Se encuentran cerca de la entrada de la vagina, dentro de los labios menores. Su función principal es secretar fluido que lubrica la vulva y la vagina durante las relaciones sexuales y otras actividades, ayudando así a mantener la humectación y elasticidad de la mucosa vaginal. Las glándulas vestibulares mayores son homólogas a los conductos de Cowper en los hombres, que secretan un líquido similar para lubricar la uretra antes de la eyaculación.

La discitis es una inflamación del disco intervertebral, las estructuras fibrocartilaginosas que se encuentran entre las vértebras en la columna vertebral. Normalmente, los discos intervertebrales no tienen un suministro de sangre significativo, lo que dificulta que las infecciones lleguen a este área. Sin embargo, ciertas condiciones pueden aumentar el riesgo de discitis, como procedimientos quirúrgicos espinales previos o infecciones bacterianas en la sangre (bacteriemia).

La causa más común de discitis es una infección bacteriana, especialmente por estafilococos y estreptococos. Estos gérmenes pueden alcanzar el disco intervertebral a través de la circulación sanguínea o directamente desde una cirugía espinal previa. Otras posibles causas menos comunes incluyen hongos, virus y condiciones inflamatorias no infecciosas.

Los síntomas de discitis pueden variar, pero a menudo incluyen dolor de espalda intenso y localizado, rigidez y dificultad para caminar o mantener una postura erguida. También pueden presentarse fiebre, escalofríos y sudoración excesiva en casos más graves. El diagnóstico de discitis generalmente se realiza mediante imágenes médicas, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, junto con análisis de laboratorio y, en algunos casos, biopsia del disco intervertebral.

El tratamiento de discitis suele implicar antibióticos de amplio espectro para combatir la infección, posiblemente administrados por vía intravenosa durante varias semanas. El reposo en cama y el uso de un collar cervical o férula pueden ser necesarios para reducir el dolor y prevenir daños adicionales a la columna vertebral. En casos más graves, puede ser necesaria una cirugía para drenar el líquido infectado o estabilizar la columna vertebral. El pronóstico de discitis depende de la gravedad de la infección y del tratamiento temprano y adecuado.

La succión en términos médicos se refiere al proceso de extraer fluidos, líquidos o gases de un cuerpo u órgano mediante la creación de un vacío parcial. Esto se logra a menudo mediante el uso de dispositivos especializados como tubos o bombas de succión. La succión se utiliza en diversos contextos médicos, como la eliminación del exceso de líquido de los pulmones, la limpieza de heridas o la extracción de materiales extraños de una cavidad corporal. También es un proceso natural e importante en el desarrollo temprano, como cuando los bebés succionan leche materna o de botella durante la alimentación.

La celulitis es una afección cutánea en la que el tejido subcutáneo, especialmente en las nalgas y las piernas, se inflama y endurece debido a una infección bacteriana, típicamente causada por estreptococos o estafilococos. Los síntomas pueden incluir enrojecimiento, dolor, calor e hinchazón en la piel afectada, así como también ampollas y úlceras en casos graves. La celulitis puede ser tratada con antibióticos, pero es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha de esta afección, ya que la infección puede propagarse rápidamente y causar complicaciones graves.

Es importante no confundir la celulitis (infección bacteriana) con la celulitis simple o edematosa (apariencia irregular de la piel), que es una condición estética común en las mujeres y se caracteriza por la presencia de hoyuelos y protuberancias en la piel, especialmente en los muslos, nalgas y abdomen. Aunque esta afección no sea grave para la salud, muchas personas pueden sentirse incómodas con su apariencia y buscan tratamientos estéticos para mejorarla.

La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.

Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.

La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.

Los antibacterianos son sustancias químicas o medicamentos que se utilizan para destruir o inhibir el crecimiento de bacterias. Pueden ser de origen natural, como algunas plantas y microorganismos, o sintéticos, creados en un laboratorio.

Los antibacterianos funcionan mediante la interrupción de procesos vitales para las bacterias, como la síntesis de su pared celular o la replicación de su ADN. Algunos antibacterianos solo son eficaces contra ciertas clases de bacterias, mientras que otros pueden actuar contra una gama más amplia de microorganismos.

Es importante destacar que el uso excesivo o inadecuado de los antibacterianos puede conducir al desarrollo de resistencia bacteriana, lo que hace que las cepas sean más difíciles de tratar con medicamentos existentes. Por esta razón, es crucial seguir las recomendaciones del médico en cuanto a su uso y duración del tratamiento.

La actinomicosis es una infección bacteriana granulomatosa crónica, causada generalmente por la bacteria Actinomyces israelii u otras especies relacionadas del género Actinomyces. Estas bacterias son normalmente encontradas en la flora microbiana de la boca, el intestino y los genitales.

La actinomicosis suele ocurrir como una complicación de una infección dental o pulmonar, o después de un trauma oral o facial. También puede ocurrir después de procedimientos médicos invasivos, como la colocación de dispositivos médicos intrauterinos (DIU) en el útero.

La enfermedad se caracteriza por la formación de abscesos y la producción de "sulfuros", pequeños granulomas amarillentos que contienen bacterias, que a menudo drenan a través de la piel o las membranas mucosas. Los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón, enrojecimiento y fiebre.

El tratamiento de la actinomicosis generalmente implica la administración prolongada de antibióticos de alta potencia, como la penicilina, y posiblemente la cirugía para drenar los abscesos. La enfermedad puede ser difícil de tratar y puede causar complicaciones graves si no se diagnostica y trata a tiempo.

Las infecciones estafilocócicas son infecciones causadas por bacterias del género Staphylococcus, más comúnmente Staphylococcus aureus. Estas bacterias pueden infectar la piel y tejidos blandos, causando una variedad de síntomas que van desde ampollas e irritación cutánea hasta abscesos, celulitis e impétigo. En casos más graves, las infecciones estafilocócicas pueden diseminarse a órganos internos y causar enfermedades potencialmente mortales, como neumonía, endocarditis e intoxicación alimentaria.

Las infecciones estafilocócicas pueden ser adquiridas en la comunidad o en el hospital (infecciones nosocomiales). Las cepas hospitalarias a menudo son más resistentes a los antibióticos y, por lo tanto, pueden ser más difíciles de tratar.

El tratamiento de las infecciones estafilocócicas generalmente implica el uso de antibióticos, aunque la resistencia a los antibióticos es una preocupación creciente. En algunos casos, se pueden requerir procedimientos quirúrgicos para drenar abscesos o tejido necrótico.

Las medidas preventivas incluyen el lavado regular de manos, la limpieza adecuada de heridas y la prevención del contacto con personas infectadas. Las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con diabetes o enfermedades crónicas, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar infecciones estafilocócicas graves y complicadas.

La nocardiosis es una infección causada por bacterias del género Nocardia, que son gram-positivas y aeróbicas. Estas bacterias se encuentran generalmente en el suelo y la materia vegetal en descomposición. La infección puede afectar a diversos órganos, pero es más común en los pulmones (nocardiosis pulmonar) cuando una persona inhala las esporas de Nocardia. También puede diseminarse al torrente sanguíneo y spread a otros órganos, como el cerebro, causando nocardiosis disseminada o forma de absceso cerebral. La nocardiosis suele ocurrir en personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con VIH/SIDA, enfermedades pulmonares crónicas, diabetes mellitus y tras un trasplante de órganos. El tratamiento generalmente implica antibióticos, especialmente sulfonamidas o trimetoprim-sulfametoxazol, durante varios meses. La gravedad y el pronóstico de la enfermedad dependen de factores como la salud subyacente del paciente y la localización y extensión de la infección.

Las infecciones por Klebsiella se refieren a infecciones causadas por bacterias gramnegativas del género Klebsiella, que comúnmente colonizan las membranas mucosas del tracto respiratorio, intestinal y urogenital en humanos. Existen varias especies dentro de este género, siendo Klebsiella pneumoniae la más prevalente y clínicamente significativa.

Estas bacterias pueden causar una amplia gama de infecciones, que incluyen neumonía, infecciones urinarias, septicemia, meningitis, y infecciones de la piel y tejidos blandos. Las infecciones por Klebsiella se observan con frecuencia en pacientes debilitados, ancianos, o aquellos con sistemas inmunes comprometidos, como también en individuos que han estado recientemente hospitalizados o recibiendo atención médica en instituciones de salud.

La resistencia a los antibióticos es una preocupación creciente con las infecciones por Klebsiella, especialmente debido al aumento de cepas productoras de betalactamasas de espectro extendido (Extended-Spectrum β-Lactamases, ESBL) y carbapenemasas. Estas cepas resistentes a múltiples drogas pueden dificultar el tratamiento y aumentar la morbilidad y mortalidad asociadas con las infecciones por Klebsiella.

Las enfermedades de la próstata se refieren a un grupo de condiciones que afectan la glándula prostática, una glándula parte del sistema reproductor masculino. La próstata se encuentra debajo de la vejiga y rodea la uretra, el tubo que transporta la orina desde la vejiga. Las enfermedades de la próstata más comunes incluyen:

1. **Hipertrofia prostática benigna (HPB)**: También conocida como hiperplasia prostática benigna, es un agrandamiento no canceroso de la próstata que ocurre en la mayoría de los hombres mayores de 50 años. Puede causar dificultad para orinar, flujo urinario débil, aumento de la frecuencia urinaria y urgencia miccional.

2. **Prostatitis**: Es una inflamación e infección de la próstata que puede causar dolor, fiebre, dificultad para orinar y otras molestias. Puede ser aguda o crónica.

3. **Cáncer de próstata**: Es el crecimiento descontrolado de células cancerosas en la próstata. Puede no presentar síntomas en sus etapas iniciales y a menudo se detecta mediante pruebas de detección, como el tacto rectal o el antígeno prostático específico (PSA). El cáncer de próstata es una de las principales causas de muerte por cáncer en los hombres.

Estos son los tres tipos más comunes de enfermedades de la próstata, pero existen otros menos frecuentes. El tratamiento varía dependiendo del tipo y del estadio de la enfermedad.

La tuberculosis hepática es una afección médica causada por la infección del hígado con la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que generalmente se propaga a través del sistema respiratorio desde los pulmones. Sin embargo, en algunos casos, la bacteria puede diseminarse a través del torrente sanguíneo y llegar al hígado.

La tuberculosis hepática puede presentarse de dos maneras: como una infección primaria o como una reactivación de una infección latente previa. En la forma primaria, la bacteria ingresa directamente al hígado y causa lesiones granulomatosas, que son áreas de tejido inflamado con células inmunes. En la forma reactivada, la bacteria se reactiva después de haber estado latente en el cuerpo durante años y viaja al hígado a través del torrente sanguíneo.

Los síntomas de la tuberculosis hepática pueden variar ampliamente, desde síntomas inespecíficos como fatiga, pérdida de apetito y pérdida de peso, hasta ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fiebre y dolor abdominal en el cuadrante superior derecho.

El diagnóstico de tuberculosis hepática puede ser desafiante, ya que los síntomas son inespecíficos y pueden confundirse con otros trastornos hepáticos. Se requieren pruebas especializadas, como análisis de sangre, radiografías de tórax, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, así como biopsias hepáticas para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la tuberculosis hepática implica la administración de múltiples antibióticos durante un período prolongado, típicamente seis a nueve meses. Los medicamentos más comunes utilizados para tratar la tuberculosis incluyen isoniacida, rifampicina, etambutol y pirazinamida. Es importante seguir las recomendaciones del médico cuidadosamente durante el tratamiento para garantizar una curación completa y prevenir la resistencia a los medicamentos.

Bacteroides fragilis es una especie de bacteria gramnegativa, anaerobia y no espórula que se encuentra normalmente en el tracto gastrointestinal de humanos y animales de sangre caliente. Es uno de los Bacteroides más prevalentes y patógenos en humanos.

Las infecciones causadas por B. fragilis suelen ocurrir después de procedimientos quirúrgicos, traumatismos o en individuos inmunodeprimidos. Pueden causar una variedad de infecciones, incluyendo abscesos intraabdominales, pulmonares, óseos y sangre (bacteriemia).

B. fragilis es resistente a muchos antibióticos comunes, como las penicilinas y cefalosporinas, pero es susceptible a los carbapenémicos, metronidazol y clindamicina. El tratamiento debe ser guiado por los resultados de susceptibilidad antimicrobiana. La prevención de infecciones por B. fragilis incluye prácticas quirúrgicas asepticas y el uso apropiado de antibióticos profilácticos durante la cirugía.

Una radiografía abdominal es un tipo de examen de imagen diagnóstico que utiliza rayos X para crear imágenes del interior del abdomen. La prueba puede proporcionar una visión general de los órganos abdominales, huesos y tejidos blandos, lo que ayuda a diagnosticar una variedad de condiciones médicas, como obstrucciones intestinales, úlceras perforadas, inflamación o infección en el abdomen, cálculos renales, enfermedades o lesiones óseas y algunos tipos de cáncer.

Durante el procedimiento, el paciente generalmente se acuesta sobre una mesa plana mientras una máquina de rayos X toma imágenes del abdomen desde diferentes ángulos. La prueba es indolora y suele durar solo unos minutos. Sin embargo, en algunos casos, el médico puede pedir que el paciente beba un líquido de contraste antes de la radiografía para obtener imágenes más nítidas y precisas.

Como con cualquier procedimiento que involucre radiación, se toman precauciones razonables para minimizar la exposición a los rayos X y solo se realizan las radiografías cuando son médicamente necesarias.

Fusobacterium es un género de bacterias gramnegativas, anaerobias y no móviles que pertenecen a la familia Fusobacteriaceae. Se encuentran normalmente en el tracto gastrointestinal humano y oral. Algunas especies de Fusobacterium, como F. nucleatum, se han relacionado con enfermedades humanas, incluidos el aborto espontáneo, la periodontitis y los abscesos intrabdominales. Estas bacterias tienen un papel patógeno importante en algunas afecciones médicas y odontológicas.

La osteomielitis es una infección de los tejidos óseos que puede involucrar el hueso en sí, el tejido circundante y el suministro de sangre al hueso. Puede ser causada por bacterias u hongos. La forma más común es la osteomielitis supurativa aguda, generalmente causada por estafilococos o streptococci. Otras formas incluyen la osteomielitis crónica y la osteomielitis vertebral.

Los síntomas pueden incluir dolor e hinchazón en el área afectada, fiebre, fatiga y malestar general. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas. El tratamiento suele incluir antibióticos o antifúngicos, dependiendo de la causa subyacente, y posiblemente cirugía para eliminar el tejido infectado. La complicación más grave es que la infección puede diseminarse a otras partes del cuerpo.

*Nota: soy un modelo de lenguaje y trataré de proporcionar la información más precisa y actualizada posible, pero recuerda que mi respuesta no debe utilizarse como un sustituto del asesoramiento médico profesional.*

*Klebsiella pneumoniae* es una bacteria gram-negativa, encapsulada, aerobia y no móvil perteneciente al género *Klebsiella*, familia Enterobacteriaceae. Es una bacteria comensal que normalmente habita en el tracto respiratorio, intestinal y urinario de humanos y animales sanos. Sin embargo, puede causar infecciones graves en personas con sistemas inmunes debilitados o en aquellos que han estado expuestos a procedimientos médicos invasivos.

Las infecciones por *Klebsiella pneumoniae* pueden manifestarse como neumonía, septicemia, infecciones urinarias, y enfermedades del tracto biliar o del tejido blando. La bacteria es resistente a muchos antibióticos comunes, lo que dificulta su tratamiento. La infección por *Klebsiella pneumoniae* se diagnostica mediante cultivo de muestras clínicas y pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos. El tratamiento generalmente implica el uso de antibióticos de amplio espectro, como carbapenemes o colistina, aunque la resistencia a estos también está aumentando en algunas cepas. La prevención incluye medidas de control de infecciones, como el lavado de manos y la descontaminación ambiental, especialmente en entornos hospitalarios.

Una Infección Pélvica, también conocida como PID (en inglés, Pelvic Inflammatory Disease), es una infección que afecta a los órganos reproductivos femeninos, incluyendo los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y el cuello uterino. Por lo general, se produce cuando las bacterias de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), como la clamidia o gonorrea, se extienden hacia arriba desde la vagina. Sin embargo, no todas las infecciones pélvicas son causadas por ETS; también pueden ser el resultado de una infección después de un procedimiento médico como un aborto o una histeroscopia.

Los síntomas más comunes de una infección pélvica incluyen dolor abdominal inferior, fiebre, flujo vaginal anormal, sangrado menstrual irregular y dolor durante las relaciones sexuales. Sin tratamiento, una PID puede causar complicaciones graves, como infertilidad, ectópica (embarazo fuera del útero), más probabilidades de partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer, y en casos severos, la sepsis. El tratamiento generalmente implica antibióticos para eliminar la infección. La prevención incluye el uso correcto del preservativo durante las relaciones sexuales y el tratamiento oportuno de cualquier ETS.

Las enfermedades ováricas se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan los ovarios, órganos reproductivos femeninos que producen óvulos y hormonas sexuales femeninas. Estas enfermedades pueden variar desde trastornos benignos (no cancerosos) como quistes ováricos y endometriosis, hasta cánceres ováricos invasivos y mortales.

1. Quistes Ováricos: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan en los ovarios. La mayoría son benignos y no causan síntomas, desapareciendo por sí solos en unas pocas semanas o meses. Sin embargo, algunos quistes pueden crecer grandes, torcer el ovario (torsión ovárica) o romperse, lo que puede causar dolor intenso, náuseas y vómitos.

2. Endometriosis: Es una afección en la que el tejido que normalmente reviste el interior del útero (endometrio) crece fuera de él, generalmente en los ovarios, las trompas de Falopio y la superficie del útero. Durante cada ciclo menstrual, este tejido se desprende, sangra e inflama, causando dolor pélvico crónico, especialmente durante la menstruación.

3. Cáncer Ovárico: Es un crecimiento anormal y descontrolado de células cancerosas en uno o ambos ovarios. Puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales, ya que a menudo no causa síntomas hasta que se ha diseminado (metástasis) a otras partes del cuerpo. Los síntomas pueden incluir hinchazón abdominal, dolor pélvico o abdominal, dificultad para comer o sentirse lleno rápidamente, y necesidad frecuente de orinar.

4. Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP): Es una infección que se propaga a través del sistema reproductivo femenino, a menudo causada por bacterias transmitidas durante las relaciones sexuales. Los síntomas pueden incluir dolor pélvico o abdominal, fiebre, flujo vaginal anormal y sangrado entre períodos. Si no se trata, la EIP puede provocar complicaciones graves, como infertilidad y aumento del riesgo de cáncer cervical.

5. Quistes Ováricos: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan en los ovarios. La mayoría son benignos (no cancerosos) y no causan problemas, aunque algunos pueden causar dolor o incomodidad si crecen demasiado grandes. Los quistes ováricos suelen desaparecer por sí solos después de un tiempo, pero en ocasiones requieren tratamiento médico o quirúrgico.

6. Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP): Es una afección hormonal que afecta a las mujeres en edad fértil. Las personas con SOP tienen niveles elevados de andrógenos (hormonas masculinas) y pueden desarrollar quistes ováricos. Los síntomas del SOP incluyen períodos irregulares, crecimiento excesivo del vello corporal, acné y aumento de peso. El tratamiento del SOP generalmente implica cambios en el estilo de vida y medicamentos para controlar los síntomas.

7. Torsión Ovárica: Es una afección en la que el ovario gira sobre su eje, cortando el suministro de sangre al tejido ovárico. La torsión ovárica puede ser causada por quistes ováricos grandes o por cambios hormonales durante el ciclo menstrual. Los síntomas de la torsión ovárica incluyen dolor intenso y repentino en el abdomen, náuseas y vómitos. La torsión ovárica es una emergencia médica que requiere tratamiento quirúrgico inmediato.

8. Cáncer de Ovario: Es un tipo de cáncer que se desarrolla en los ovarios, las glándulas productoras de huevos en las mujeres. El cáncer de ovario a menudo no presenta síntomas hasta que está en etapas avanzadas, lo que dificulta el diagnóstico y el tratamiento tempranos. Los factores de riesgo para el cáncer de ovario incluyen la edad avanzada, los antecedentes familiares de cáncer de ovario y la genética. El tratamiento del cáncer de ovario generalmente implica cirugía seguida de quimioterapia.

9. Endometriosis: Es una afección en la que el tejido que recubre el interior del útero, llamado endometrio, crece fuera del útero. La endometriosis puede causar dolor intenso durante el período menstrual, relaciones sexuales y defecación. También puede provocar infertilidad. El tratamiento de la endometriosis generalmente implica medicamentos para aliviar el dolor y la supresión hormonal para reducir el crecimiento del tejido endometrial. En algunos casos, se puede requerir cirugía para extirpar el tejido endometrial excesivo.

10. Quistes Ováricos: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan en los ovarios. La mayoría de los quistes ováricos son benignos y no causan síntomas. Sin embargo, algunos quistes ováricos pueden crecer grandes y causar dolor abdominal o pelviano, hinchazón, náuseas y vómitos. Los quistes ováricos a menudo desaparecen por sí solos sin tratamiento. En algunos casos, se puede requerir cirugía para extirpar el quiste o el ovario afectado.

En conclusión, los ovarios son órganos importantes en el sistema reproductivo femenino que desempeñan un papel crucial en la producción de óvulos y las hormonas sexuales. Las afecciones ováricas pueden causar una variedad de síntomas, desde dolor e hinchazón hasta infertilidad y cáncer. Si experimenta síntomas que puedan estar relacionados con sus ovarios, es importante buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.

La tuberculosis de la columna vertebral, también conocida como tuberculosis espinal o Pott's Disease, es una afección específica de la columna vertebral causada por la infección con el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis). La enfermedad generalmente se propaga a través del torrente sanguíneo desde otras partes del cuerpo, especialmente de los pulmones, donde es más común que se origine la tuberculosis.

La infección causa destrucción del tejido óseo de las vértebras adyacentes, lo que lleva a la formación de abscesos y posible desestabilización de la columna vertebral. Los síntomas pueden incluir dolor de espalda, rigidez, debilidad o entumecimiento en las piernas, pérdida de peso y fiebre. En casos graves, puede haber deformidades de la columna vertebral, como cifosis (joroba) o gibosidad.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagenología, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, y análisis de muestras obtenidas mediante biopsia o punción lumbar. El tratamiento generalmente implica un largo curso (seis a nueve meses) de múltiples antibióticos antituberculosos. En casos severos, puede ser necesaria la cirugía para estabilizar la columna vertebral o drenar abscesos.

La prevención incluye el tratamiento oportuno y adecuado de cualquier caso de tuberculosis, así como la vacunación con la BCG (Bacillus Calmette-Guérin), que ofrece cierta protección contra la enfermedad grave.

La entamebiasis es una infección parasitaria causada por el protozoo Entamoeba histolytica. Este parásito puede invadir la mucosa intestinal y provocar diversos síntomas, que van desde diarrea leve hasta disentería severa con sangre y moco en las heces. En casos graves, el parásito puede disseminar a otros órganos fuera del sistema gastrointestinal, como el hígado, causando abscesos amebianos.

La transmisión de la entamebiasis generalmente ocurre a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con quistes de E. histolytica. Los síntomas suelen aparecer después de una incubación de varias semanas, pero algunas personas pueden ser portadoras asintomáticas del parásito. El diagnóstico se realiza mediante examen microscópico de las heces para detectar quistes o trofozoítos de E. histolytica, aunque pruebas más específicas como PCR o antígenos pueden ser necesarias en algunos casos.

El tratamiento de la entamebiasis suele implicar el uso de fármacos antiprotozoarios, como metronidazol, tinidazol o secnidazol, que son eficaces para eliminar las formas invasivas del parásito. Después del tratamiento con estos medicamentos, se recomienda el uso de agentes luminales, como iodoquinol o diloxanida, para erradicar los quistes y prevenir la transmisión. Además, es fundamental adoptar medidas preventivas, como el lavado adecuado de las manos y la mejora de la higiene del agua y los alimentos, para reducir el riesgo de infección por E. histolytica.

Una fístula cutánea es un término médico que se refiere a un conducto anormal o anómalo que se forma entre la piel y alguna estructura interna, como un órgano, glándula o espacio cavitario. Esta comunicación anormal permite que el contenido de la estructura interna drene hacia la superficie de la piel, lo cual puede dar lugar a una variedad de síntomas y complicaciones dependiendo de su localización y causa subyacente.

Las fístulas cutáneas pueden desarrollarse como resultado de diversas condiciones patológicas, entre las que se incluyen infecciones crónicas, enfermedades inflamatorias intestinales (como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa), traumatismos, cirugías previas, cáncer o radioterapia. En algunos casos, las fístulas cutáneas pueden ser asintomáticas y descubrirse como una incidencia incidental durante un examen físico; sin embargo, en otros casos, pueden causar dolor, enrojecimiento, hinchazón, supuración, mal olor y drenaje de líquidos o materia fecal a través de la piel.

El tratamiento de las fístulas cutáneas depende de su causa subyacente y puede incluir antibióticos para tratar infecciones, procedimientos quirúrgicos para cerrar el conducto anormal o terapias médicas dirigidas a controlar la enfermedad de base. En algunos casos, las fístulas cutáneas pueden ser difíciles de tratar y requerir un manejo multidisciplinario por parte de especialistas en cirugía, gastroenterología, dermatología o otros campos médicos relevantes.

Peptostreptococcus es un género de bacterias grampositivas, anaerobias, coccoides y no móviles que se encuentran normalmente en la flora microbiana humana, especialmente en la cavidad oral, el tracto gastrointestinal y el genital. Estas bacterias desempeñan un papel importante en la descomposición de las proteínas y los aminoácidos en el intestino grueso.

Sin embargo, Peptostreptococcus también puede ser un patógeno oportunista, causando infecciones principalmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados o en presencia de tejidos necróticos. Las infecciones comunes incluyen abscesos, endocarditis, meningitis, infecciones del tracto urinario y infecciones de heridas quirúrgicas.

El género Peptostreptococcus contiene más de 20 especies, siendo las más comunes P. anaerobius, P. asaccharolyticus e P. magnus. Estas bacterias se identifican y diferencian mediante técnicas bioquímicas y moleculares, como la prueba de oxidación-reducción de carbohidratos y el análisis del ADN 16S. El tratamiento de las infecciones por Peptostreptococcus generalmente implica antibióticos de amplio espectro, como metronidazol o clindamicina, aunque la resistencia a los antibióticos se está volviendo más común y requiere un enfoque terapéutico más específico.

Las Enfermedades Pancreáticas se refieren a un grupo de trastornos que afectan el páncreas, una glándula ubicada en el abdomen detrás del estómago. El páncreas tiene dos funciones principales: producir jugos digestivos para ayudar en la digestión de los alimentos y fabricar hormonas, como la insulina y el glucagón, que regulan el metabolismo de la glucosa.

Las enfermedades pancreáticas pueden ser agudas o crónicas. Las enfermedades pancreáticas agudas suelen ser graves y requieren atención médica inmediata. Incluyen la pancreatitis aguda, que es una inflamación repentina e intensa del páncreas.

Por otro lado, las enfermedades pancreáticas crónicas son aquellas que persisten durante un largo período de tiempo y pueden causar daño permanente al páncreas. Algunos ejemplos son:

1. Pancreatitis crónica: una inflamación prolongada del páncreas que puede causar dolor abdominal intenso, diarrea y malabsorción de nutrientes.
2. Fibrosis quística: una enfermedad genética que afecta tanto al páncreas como a los pulmones. En el páncreas, la fibrosis quística puede causar obstrucción de los conductos pancreáticos y dificultades en la digestión de los alimentos.
3. Cáncer de páncreas: un tipo de cáncer que se desarrolla en el tejido del páncreas y puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales. El cáncer de páncreas es una enfermedad grave y a menudo tiene un pronóstico desfavorable.
4. Diabetes mellitus tipo 1: una enfermedad autoinmune que destruye las células productoras de insulina en el páncreas, lo que lleva a niveles altos de glucosa en la sangre y la necesidad de inyecciones diarias de insulina.

El tratamiento de estas enfermedades depende de su gravedad y puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, cirugía o combinaciones de estos. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha alguna de estas afecciones para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

El empiema es una afección médica que involucra la acumulación de pus en un espacio corporal normalmente stéril, como el espacio pleural (que rodea los pulmones). Esto suele ocurrir como complicación de una infección pulmonar, como neumonía, bronquiectasia o absceso pulmonar. Los síntomas pueden incluir dolor en el pecho, tos, fiebre y dificultad para respirar. El tratamiento generalmente implica antibióticos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos como la toracocentesis o la decorticación pleural para drenar el pus acumulado.

Un tuberculoma intracraneal es una lesión cerebral causada por la infección y diseminación de Mycobacterium tuberculosis, el agente etiológico de la tuberculosis. Se trata de una forma menos común de tuberculosis extrapulmonar que ocurre cuando los bacilos de Koch ingresan al torrente sanguíneo y se alojan en el tejido cerebral, formando granulomas bien circunscritos.

Estos granulomas están compuestos por células epitelioides, linfocitos, macrófagos y células gigantes multinucleadas, rodeados de una capa de tejido conectivo. A medida que el granuloma crece, puede causar diversos síntomas neurológicos dependiendo de su localización y tamaño, como dolores de cabeza, convulsiones, déficits neurológicos focales o alteraciones cognitivas.

El diagnóstico diferencial incluye otros procesos inflamatorios y neoplásicos del sistema nervioso central. El diagnóstico definitivo se realiza mediante técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN) o la tomografía computarizada (TC), y pruebas de laboratorio, como el examen histopatológico y los cultivos microbiológicos del líquido cefalorraquídeo o del tejido cerebral obtenidos mediante biopsia.

El tratamiento consiste en la administración prolongada de antibióticos antituberculosos específicos, como isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol, durante un período mínimo de 12 meses. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para aliviar la presión intracraneal o extirpar el granuloma si causa complicaciones graves o no responde al tratamiento médico.

Las infecciones estreptocócicas son un tipo de infección bacteriana causada por especies del género Streptococcus. Estos organismos producen una variedad de enfermedades que van desde infecciones superficiales autolimitadas hasta enfermedades sistémicas graves y potencialmente letales.

Las infecciones estreptocócicas más comunes incluyen faringitis estreptocócica (angina streptocócica), impétigo y erisipela, que son infecciones de la piel. Otras infecciones graves incluyen neumonía estreptocócica, meningitis, sepsis y fasciitis necrotizante.

El Streptococcus pyogenes, también conocido como estreptococo beta-hemolítico del grupo A (GABHS), es el principal patógeno humano responsable de la mayoría de las infecciones estreptocócicas. Estas bacterias producen varias toxinas y enzimas que contribuyen a su virulencia y daño tisular.

El diagnóstico de las infecciones estreptocócicas generalmente se realiza mediante cultivo bacteriano o pruebas rápidas de detección de antígenos. El tratamiento suele incluir antibióticos, como la penicilina, para eliminar la infección y prevenir complicaciones. La vacunación también puede desempeñar un papel en la prevención de algunas formas de infecciones estreptocócicas.

La fístula rectal es un trastorno del sistema digestivo donde se forma un túnel anormal entre el recto y la piel cercana al ano. Normalmente, los desechos corporales salen del cuerpo a través del ano, pero cuando una fístula está presente, estos desechos pueden drenar a través de la abertura de la fístula, causando irritación, mal olor y dolor en la piel alrededor del ano.

Las fístulas rectales suelen ser el resultado de una infección prolongada o una lesión en el tejido que rodea el ano y el recto. Otras posibles causas incluyen complicaciones después de la cirugía, enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, cáncer colorrectal o tuberculosis.

Los síntomas más comunes de una fístula rectal incluyen dolor y sensibilidad en el área anal, enrojecimiento e hinchazón de la piel alrededor del ano, mal olor y secreción de líquido o pus por la abertura de la fístula. En algunos casos, también se puede experimentar dolor durante las deposiciones, sangrado rectal o fiebre.

El tratamiento de una fístula rectal generalmente implica cirugía para cerrar el túnel anormal y promover la curación del tejido circundante. En algunos casos, se puede requerir más de una intervención quirúrgica para asegurarse de que la fístula esté completamente cerrada. Después de la cirugía, es posible que se necesiten cuidados especiales para mantener la zona limpia y promover la curación.

Las enfermedades orbitales se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan la órbita, que es la cavidad ósea en forma de pirámide situada en la cara que alberga y protege el globo ocular. Estas enfermedades pueden ser causadas por diversos factores, como infecciones, inflamación, traumatismos, tumores o trastornos sistémicos.

Algunos ejemplos de enfermedades orbitales incluyen:

1. Celulitis orbitaria: una infección bacteriana que causa hinchazón y enrojecimiento en el tejido blando alrededor del ojo.
2. Tiroiditis de Graves: una enfermedad autoinmune que afecta la glándula tiroides y puede causar protrusión del globo ocular (exoftalmos).
3. Neuritis óptica: una inflamación del nervio óptico que puede causar pérdida de visión.
4. Tumores orbitales: crecimientos benignos o malignos en la órbita que pueden comprimir los tejidos y nervios circundantes.
5. Enfermedad de Basedow-Graves: una enfermedad autoinmune que afecta la glándula tiroides y puede causar exoftalmos, retracción del párpado y otros síntomas orbitales.
6. Traumatismos orbitales: lesiones en la órbita que pueden causar hemorragia, hinchazón, fracturas óseas y daño a los tejidos y nervios circundantes.

El tratamiento de las enfermedades orbitales depende del tipo y gravedad de la afección. Puede incluir antibióticos, corticosteroides, cirugía o radioterapia. Es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan síntomas de enfermedad orbital, como pérdida de visión, dolor, hinchazón u otros cambios en la apariencia o función del ojo.

Las Enfermedades de la Vulva se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan los órganos genitales externos femeninos, incluyendo los labios mayores y menores, el clítoris, los folículos pilosos, las glándulas de Bartolino y la abertura de la uretra. Estas enfermedades pueden ser causadas por infecciones, inflamación, irritación, lesiones o crecimientos anormales. Algunos ejemplos comunes de enfermedades de la vulva incluyen:

1. Vaginitis: Inflamación o infección de la vagina que puede causar picazón, ardor y flujo anormal.

2. Dermatitis de contacto: Irritación e inflamación de la piel de la vulva causada por el contacto con productos químicos, detergentes o prendas ajustadas.

3. Vulvovaginitis candidósica: Infección fúngica común causada por el hongo Candida que puede provocar picazón, enrojecimiento y descamación de la piel de la vulva.

4. Quistes de Bartolino: Aumentos benignos de las glándulas de Bartolino que secretan líquido para lubricar la vulva durante el coito.

5. Cáncer de vulva: Un crecimiento anormal y descontrolado de células cancerosas en los tejidos de la vulva, que puede causar picazón, dolor o sangrado.

6. Lichen sclerosus: Una enfermedad de la piel que causa blanqueamiento, engrosamiento y cicatrización de la piel de la vulva, lo que puede provocar picazón intensa y dolor.

7. Psoriasis vulvar: Una afección cutánea crónica que causa parches rojos y escamosos en la piel de la vulva.

El tratamiento de estas afecciones depende de la gravedad y del tipo de trastorno, y puede incluir medicamentos tópicos o sistémicos, cirugía o cambios en el estilo de vida. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas persistentes o preocupantes en la vulva.

Las bacterias aeróbicas son un tipo de bacterias que requieren oxígeno para su crecimiento y supervivencia. Estas bacterias utilizan el oxígeno como aceptor final de electrones en el proceso de respiración celular, lo que les permite obtener energía al oxidar moléculas orgánicas o inorgánicas.

Existen diferentes tipos de bacterias aeróbicas, algunas de las cuales son capaces de tolerar niveles más bajos de oxígeno y pueden crecer en condiciones anaerobias (sin oxígeno) utilizando otros aceptores de electrones. A estas bacterias se les conoce como bacterias aerotolerantes o facultativamente anaerobias.

Las bacterias aeróbicas desempeñan un papel importante en muchos procesos naturales, como el ciclo del nitrógeno y el ciclo del carbono. Sin embargo, algunas especies de bacterias aeróbicas también pueden causar infecciones en humanos y animales, especialmente cuando penetran en tejidos u órganos donde los niveles de oxígeno son bajos. Por lo tanto, es importante conocer la naturaleza aeróbica o anaeróbica de las bacterias para su correcta identificación y tratamiento.

Una fístula intestinal es un pasaje anormal que se forma entre el intestino y la piel, otra parte del tracto gastrointestinal, o un órgano cercano. Esta condición suele desarrollarse como complicación de una enfermedad subyacente, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), diverticulitis, infecciones abdominales graves, o cirugía previa en el área abdominal.

La fístula se forma cuando una úlcera o absceso en el intestino atraviesa la pared del órgano, creando un conducto hacia otra estructura. Las fístulas intestinales pueden causar síntomas como dolor abdominal, diarrea, evacuaciones intestinales con presencia de pus o líquido proveniente del tejido infectado, y enrojecimiento e inflamación en la piel alrededor de la fístula.

El tratamiento de una fístula intestinal depende de su causa subyacente. Puede incluir antibióticos para tratar infecciones, dieta y manejo del dolor, o incluso cirugía en casos más graves o crónicos. Es importante buscar atención médica si se sospecha de una fístula intestinal, ya que su presencia puede indicar una afección subyacente grave que requiere tratamiento.

La apendicitis es una inflamación del apéndice, un pequeño saco en forma de dedo que se extiende desde el intestino grueso, normalmente en la parte inferior derecha del abdomen. Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre. El tratamiento generalmente implica una cirugía para extirpar el apéndice, llamada apendicectomía, ya que si no se trata, la inflamación puede causar que el apéndice se infecte y forme un absceso o se rompa, lo que podría ser potencialmente mortal. La causa exacta de la apendicitis no siempre está clara, pero generalmente se cree que es el resultado de una obstrucción en el lumen del apéndice, como por un cuerpo extraño o heces endurecidas.

'Staphylococcus aureus' es un tipo de bacteria gram positiva, comúnmente encontrada en la piel y las membranas mucosas de los seres humanos y animales domésticos. Puede causar una variedad de infecciones en humanos, que van desde infecciones cutáneas superficiales hasta enfermedades más graves como neumonía, meningitis, endocarditis e intoxicaciones alimentarias.

Es resistente a muchos antibióticos comunes y puede formar una capa protectora de biofilm alrededor de sí mismo, lo que dificulta aún más su eliminación. Alrededor del 30% de la población humana es portadora asintomática de S. aureus en la nariz o en la piel. Las infecciones por S. aureus se vuelven particularmente problemáticas cuando el microorganismo adquiere resistencia a los antibióticos, como en el caso del MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina).

... hepático Absceso anorrectal Absceso de Bartolino Absceso cerebral Absceso epidural: Absceso periamigdalino Absceso ... Absceso cutáneo Absceso de la médula espinal Absceso subcutáneo Absceso subfrénico o subdiafragmático Absceso del psoas Absceso ... Los abscesos en la piel son fácilmente visibles, de color rojo, elevados y dolorosos; mientras que los abscesos que se forman ... Ver los tipos individuales de abscesos. Se debe buscar asistencia médica si la persona cree tener algún tipo de absceso. No se ...
Absceso mesoceliaco Absceso paracólico Corresponde a una clasificación centrada en el órgano afectado: Absceso hepático Absceso ... Absceso Subfrénico derecho: ocurre secundario a cirugías previas de colon, biliar o gastroduodenales. Absceso subfrénico ... Es importante tratar el foco causante del absceso y tratarlo adecuadamente.[5]​[6]​ Reaparición de un nuevo absceso Ruptura del ... Un absceso intra abdominal corresponde a un acúmulo de secreciones purulentas o exudativas, que está compuesto de leucocitos, ...
Por ejemplo: los abscesos asociados a infecciones pulmonares piógenos como absceso pulmonar o bronquiectasias son ocasionados a ... tamaño del absceso, número de abscesos, estado inmunológico del paciente, entre otros factores. La tríada patognomónica del ... Los abscesos óticos afectan al lóbulo temporal en 65% de los casos y producen disfasia o y cuadrantanopsia homónima superior. ... Los abscesos otogenos (que se generan en el oído) predominan en el lóbulo temporal y el cerebelo, los microorganismos ...
Las personas con absceso perianal presentan: dolor persistente, inflamación, tumefacción y fiebre. La evolución desde absceso ... Absceso perianal es una colección de material purulento localizado en los espacios adyacentes al ano o recto. Es la ... La existencia de un absceso perianal es una indicación para la incisión y drenaje del mismo. para prevenir la extensión, la ... El uso de antibióticos para el manejo del absceso perianal no está indicado en todos los casos, excepto en personas ...
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De los abscesos intraabdominales, un 25 % son viscerales y cerca de la mitad de ellos son propias del hígado.[2]​ Los abscesos ... Absceso hepático fúngico, principalmente causado por especies del hongo Candida.[9]​ Los abscesos hepáticos purulentos se han ... Clínicamente, es muy difícil distinguir un absceso hepático amebiano de un absceso hepático purulento.[10]​ Por lo general, ... el absceso hepático piógeno se ha convertido esencialmente en un problema de origen biliar o iatrogénico.[7]​[8]​ Absceso ...
El absceso periamigdalino es una acumulación de material infectado alrededor de las amígdalas palatinas.[1]​ El absceso de las ... Duelo Marcos MM, Arroba Basanta ML, Escribano Ceruelo E. Absceso periamigdalino. Guía ABE. 17/09/2015. «Leibowitz MR. Absceso ... Absceso periamigdalino. Family Doctor. Datos: Q1586014 Multimedia: Peritonsillar abscess / Q1586014 (Abscesos, Infecciones ... Abscesos periamigdalinos. The Nemours Foundation. Consultado el 7/8/2016. Klug, Tejs Ehlers; Greve, Thomas; Hentze, Malene (30 ...
El absceso hepático se llena de un contenido espeso que no es más que el tejido hepático necrosado por acción de las amebas. ... El absceso amebiano puede alcanzar un tamaño considerable, en ocasiones se sobreinfecta por bacterias o se rompe, dejando ... El absceso hepático amebiano es una complicación de la amebiasis intestinal (infección por amebas) provocada por diferentes ... Amebiasis intestinal y absceso hepático amebiano. Autores: J. Fleta Zaragozanoa, O. Bueno Lozanoa, M. Bueno Lozano. Medicina ...
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Absceso pulmonar. Sepsis en niños. Botulismo, gangrena gaseosa y tétanos, como coadyuvante al tratamiento. Para la valoración ... En presencia de inflamación, los niveles de penicilina G en abscesos pericárdicos, pleurales, peritoneales o sinoviales son ...
Absceso cerebral. Ictericia. Solo se han de administrar antibióticos de forma profiláctica a aquellas personas que presentan ... Absceso Dehiscencia no presente previamente de una válvula protésica Regurgitación nueva de una válvula Presencia de un ... o en presencia de abscesos perivalvulares, se hace necesaria una cirugía para reemplazar la válvula cardíaca afectada. En ...
Absceso apendicular. Schwartz. (2011). Principios de Cirugía. México, D.F: McGRAW HILL . Ismael Suárez-Torres. (2016). Quiste ...
Absceso retroareolar: abscesos más profundos (más cercanos a la caja torácica) que los abscesos sub-areolares y que el sistema ... Presente en muchos casos de abscesos sub-areolares; Absceso subareolar: abscesos por debajo o en proximidad con la areola, ... canales finos que drenan la cavidad de un absceso; Enfermedad de Zuska: un absceso peri-areolar asociado con metaplasia ... Las pacientes que fuman en el presente tienen el peor pronóstico y el mayor índice de recurrencia de abscesos. Otros trastornos ...
Absceso mamario. Mastitis. Variante genética de la forma del pezón, como: Síndrome de Weaver. Trastorno congénito de la ...
Absceso aséptico.[6]​ Dermatosis neutrofílicas. Med Cutan Iber Lat Am 2015; 43 (3): 173-186. Consultado el 4 de abril de 2017 ...
fechaacceso= requiere ,url= (ayuda) - (2001). «Absceso cerebral hiperdenso. A propósito de un caso». Revista Neurol. , ...
Bronquiectasia Absceso de pulmón. Bronquiolitis. Laringotraqueobronquitis aguda. Asma bronquial. Neumonía y neumonitis. ...
Formación de abscesos[18]​ Estenosis (estrechamiento) en el colon o formación de fístulas[18]​ Perforación del colon que lleva ... También puede identificar a los pacientes con diverticulitis más avanzada, como aquellos con abscesos asociados. La TC de 16 ... Sin embargo, los ataques o las complicaciones agudas persistentes, tales como peritonitis, absceso o fístula, pueden requerir ... La TC posibilita asimismo el drenaje guiado radiológicamente de abscesos asociados, ahorrándole posiblemente al paciente una ...
Otras causas pulmonares son ruptura de absceso pulmonar, bronquiectasias, infarto pulmonar, neumotórax espontáneo con fístula ... En presencia de gramnegativos pueden utilizarse betalactámicos asociados a aminoglucósidos.[6]​ Empiema Absceso Garvia, ... absceso pulmonar, cirugía torácica, traumatismo o lesión del tórax y, rara vez, por la introducción de una aguja a través de la ...
Hematoma septal y absceso septal. Adherencias y sinaquias entre la mucosa septal y la pared nasal lateral. Nariz en silla de ...
Hematoma septal] y absceso septal. Las adherencias y synachiae: entre mucosa septal y la pared lateral nasal. Nariz Saddle: ...
G06.0) Absceso y granuloa intracraneal. Absceso embólico de encéfalo (cualquier parte), cerebelo, cerebro, otógeno. Absceso o ... G06.1) Absceso y granuloma intraespinal. Absceso (embólico) de la médula espinal (cualquier parte; epidural, extradural o ... G07) Absceso y granuloma intracraneal e intraespinal en enfermedades clasificadas en otras partes. Absceso encefálico amebiano ... Abscesos y granulomas intracraneales e intraespinales. Use códigos adicionales (B95-B97), si desea identificar el agente ...
Abscesos subyacentes. Inflamación de las glándulas de Bartolino. Retractación muscular o nerviosa. Incontinencia urinaria ...
Amigdalitis y absceso peritonsilar o faríngeo. Puede observarse presencia de pus. Dificultad en la masticación. Escalofrío, ...
Meningitis, encefalitis, absceso encefálico y empiema». Harrison online en español. McGraw-Hill. Consultado el 10 de enero de ...
Pérdida ósea provocada por absceso periapical. Aumento del reborde para colocación de implantes. Aumento óseo para estabilizar ...
Por alteraciones hidroelectrolíticas (sodio, potasio, magnesio). Inflamatorio (absceso intraperitoneal, pancreatitis, ...
El absceso del múculo psoas iliaco. Medicina. 1996; 56(2). Datos: Q2042809 (Abdomen, Semiología clínica, Signos clínicos, ... como los abscesos del músculo psoas.[3]​ Apendicitis Dolor abdominal Signo de Blumberg o del rebote Signo de McBurney Signo de ...
... o cualquier otro anaerobio en abscesos intaabdominales (como un absceso hepático), peritonitis, empiema, neumonía, abscesos en ... Absceso pulmonar causadas por infecciones bacterianas. Enfermedad de Crohn. Gastroenteritis. Cryptocaryon irritans (enfermedad ...
Meningitis, encefalitis, absceso encefálico y empiema». Harrison online en español. McGraw-Hill. Consultado el 10 de enero de ...

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