Una fenotiazina que es utilizada en el tratamiento de TRASTORNOS PSICÓTICOS.
Un agonista adrenérgico alfa 2 que ha sido utilizado como sedante, analgésico y relajante muscular en MEDICINA VETERINARIA.
Una fenotiazina con acciones similares a la CLORPROMAZINA pero con menos actividad antipsicótica. Es primariamente utilizada en el tratamiento a corto plazo de trastornos del comportamiento y como un antiemétco.
Una fenotiazina con actividad farmacológica similar tanto a la CLORPROMAZINA como a la PROMETAZINA. Tiene propiedades antagonistas de la histamina junto a efectos en el SISTEMA NERVIOSO CENTRAL que se asemejan a los de la clorpromazina. (Traducción libre del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed, p604)
Drogas utilizadas por veterinarios en el tratamiento de enfermedades de animales. El arsenal farmacológico veterinario es la contrapartida de las drogas que tratan enfermedades humanas, ajustándose la dosis y la administración al tamaño, peso, enfermedad e idiosincrasia de la especie. En los Estados Unidos la mayoría de las drogas están sujetas a regulaciones federales con especial referencia a la seguridad de las drogas y de los residuos en productos comestibles de origen animal.
Un analgésico morfinano sintético con acción narcótica antagonista. Es utilizado en el manejo del dolor severo.
Medicamentos administrados antes de un anestésico con el fin de disminuir la ansiedad del paciente y controlar los efectos de ese anestésico.
Aplicación del conocimiento médico a las preguntas de la ley.
Uso de dos o más productos químicos de forma simultánea o secuencial para inducir la anestesia. Las drogas no necesitan tener la misma forma de administración.
Un derivado de la ciclohexanona utilizado para la inducción de la anestesia. Su mecanismo de acción no es bien comprendido, pero la ketamina puede bloquear los receptores a NMDA (RECEPTORES, N-METIL-D-ASPARTATO) y puede interactuar con receptores sigma.

La Acepromazina es un fármaco tranquilizante y antiemético perteneciente al grupo de las fenotiazinas. Se utiliza en medicina veterinaria para sedar y calmar a los animales, especialmente en procedimientos médicos o quirúrgicos. También se emplea como antiemético para controlar los vómitos. En humanos, se utiliza de manera off-label para tratar síndromes neurológicos y psiquiátricos graves.

La Acepromazina funciona mediante la bloqueada de los receptores dopaminérgicos en el cerebro, lo que produce sedación, relajación muscular y disminución de la ansiedad. También puede producir efectos secundarios como hipotensión arterial, bradicardia, depresión respiratoria y excitabilidad. Por ello, su uso debe ser supervisado por un profesional médico o veterinario capacitado.

La xilazina es un fármaco sedante y analgésico que pertenece a la clase de las fenilpiperidinas. Se utiliza en medicina veterinaria como tranquilizante preanestésico para una variedad de animales, incluidos los équidos y caninos. La xilazina produce sedación, musculorrelajación y analgesia, pero no produce anestesia general.

Su mecanismo de acción implica la unión a los receptores adrenérgicos α2 en el sistema nervioso central, lo que resulta en una disminución del liberador noradrenalínico y una mayor actividad inhibitoria del neurotransmisor GABA. Esto conduce a la depresión del sistema nervioso simpático y a los efectos sedantes y analgésicos deseados.

En humanos, la xilazina se utiliza ocasionalmente en el tratamiento de la hipertensión intracraneal y como agente coadyuvante en procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Sin embargo, su uso en humanos es mucho menos común que en veterinaria.

Es importante tener en cuenta que la xilazina puede causar efectos secundarios significativos, como hipotensión, bradicardia, sedación profunda y depresión respiratoria. Por lo tanto, debe administrarse bajo estricta supervisión médica y con precaución.

La promazina es un antipsicótico típico o neuroléptico, que pertenece al grupo farmacológico de las fenotiazinas. Se utiliza principalmente en el tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos graves. También se puede recetar para controlar la agitación o la ansiedad severa, así como para tratar los síntomas del trastorno bipolar.

La promazina funciona mediante el bloqueo de los receptores dopaminérgicos en el cerebro, lo que ayuda a reducir la actividad anormal en los circuitos neuronales y alivia los síntomas psicóticos como delirios, alucinaciones, pensamientos desorganizados y comportamientos extraños.

Al igual que otros antipsicóticos, la promazina puede producir efectos secundarios importantes, especialmente a dosis altas o con un uso prolongado. Algunos de estos efectos secundarios incluyen: sedación, somnolencia, mareos, sequedad de boca, estreñimiento, aumento de peso, movimientos involuntarios anormales (discininesia tardía), rigidez muscular y trastornos del ritmo cardíaco.

Debido a su potencial para causar efectos secundarios graves, la promazina solo se receta bajo estricta supervisión médica y con un seguimiento regular de los pacientes. Los profesionales sanitarios deben informar a los pacientes sobre los posibles riesgos y beneficios del tratamiento antes de iniciar el uso de este medicamento.

La metotrimeprazina es un antipsicótico fenotiazínico tipificado como una pipazina, que se utiliza en el tratamiento de la psicosis y algunos trastornos relacionados. Posee propiedades antieméticas y sedantes, por lo que también se emplea en el manejo de náuseas y vómitos, especialmente inducidos por la radioterapia o quimioterapia oncológica.

Su mecanismo de acción se basa en la antagonización de los receptores dopaminérgicos D2 y 5-HT2A, lo que resulta en una disminución de la actividad dopaminérgica y serotoninérgica en el sistema nervioso central. Esto conduce a sus efectos antipsicóticos, sedantes y antieméticos.

Los efectos secundarios comunes de la metotrimeprazina incluyen somnolencia, sequedad de boca, hipotensión ortostática, aumento de peso y trastornos extrapiramidales (como distonía, acatisia e hiperquinética). Los efectos adversos más graves pueden incluir síndrome neuroléptico maligno y discinesias tardías.

Debido a sus propiedades sedantes y anticolinérgicas, la metotrimeprazina debe usarse con precaución en personas mayores, pacientes con enfermedad cardiovascular o hepática y aquellos que toman otros medicamentos que tengan efectos sedantes o anticolinérgicos. La dosis debe ajustarse cuidadosamente según la respuesta clínica y los efectos adversos del paciente.

La metotrimeprazina está disponible en forma de tabletas orales y solución inyectable para su uso en hospitales o entornos clínicos especializados. Su uso ha disminuido en comparación con otros antipsicóticos atípicos más nuevos debido a sus efectos secundarios potencialmente graves y la disponibilidad de opciones terapéuticas más seguras y eficaces.

Las drogas veterinarias, según la definición médica, se refieren a los fármacos, medicamentos o sustancias químicas que se utilizan específicamente en el tratamiento, diagnóstico, alivio o prevención de enfermedades, trastornos y condiciones en animales. Estas drogas están reguladas y aprobadas por autoridades sanitarias gubernamentales, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en los Estados Unidos, para asegurar su seguridad, eficacia y calidad antes de ser dispensadas o administradas a animales. Las drogas veterinarias pueden recetarse por un veterinario licenciado y autorizado para uso en diversas especies animales, que incluyen mascotas, ganado, aves de corral, caballos y animales silvestres. Al igual que con los medicamentos humanos, las drogas veterinarias deben administrarse de acuerdo con las dosis recomendadas y las rutas de administración aprobadas para garantizar su eficacia y minimizar los riesgos de efectos adversos o toxicidad.

Butorfanol es un agonista-antagonista opioide, utilizado en el alivio del dolor moderado a severo. Actúa como un agonista en los receptores κ-opioides y como antagonista parcial en los receptores μ-opioides. Está disponible en forma de comprimidos orales, solución inyectable y spray nasal. Los efectos adversos comunes incluyen sedación, náuseas, vómitos, vértigo y sudoración. Los efectos secundarios más graves pueden incluir depresión respiratoria y ritmo cardíaco irregular. El butorfanol debe usarse con precaución en personas con trastornos pulmonares o cardiovasculares, ya que puede empeorar estas afecciones. También puede interactuar con otros medicamentos, como los sedantes y los depresores del sistema nervioso central, aumentando el riesgo de efectos secundarios graves. El butorfanol está clasificado como una sustancia controlada de la Lista II en los Estados Unidos, lo que significa que tiene un alto potencial de abuso y uso no médico.

La medicación preanestésica, también conocida como premedicación, se refiere al uso de fármacos administrados antes de un procedimiento quirúrgico o anestésico para ayudar a preparar al paciente para la anestesia y el procedimiento. Estos medicamentos pueden ser utilizados para promover la relajación, disminuir la ansiedad, reducir el dolor preoperatorio, secar los secretos bronquiales, y ayudar en la amnesia de los eventos previos a la anestesia general. Los fármacos utilizados pueden incluir ansiolíticos, opioides, anticolinérgicos y/o hipnóticos. La selección del medicamento y la dosis se basan en una variedad de factores, como el estado médico del paciente, el tipo y la duración del procedimiento quirúrgico, y los posibles efectos secundarios.

La Medicina Legal, también conocida como Medicina Forense, es una subespecialidad de la medicina que se encarga del estudio y análisis de los aspectos médicos relacionados con el derecho y la justicia. Se aplica en situaciones legales, como investigaciones criminales o juicios, para ayudar a determinar las causas y circunstancias de lesiones, enfermedades o muertes, así como también para evaluar la capacidad mental o física de una persona en relación con un evento legal.

Esta especialidad utiliza conocimientos médicos, científicos y técnicos para realizar exámenes, autopsias, informes periciales y otras actividades que permitan esclarecer hechos y proporcionar evidencia objetiva en casos judiciales. La Medicina Legal desempeña un papel fundamental en la protección de los derechos individuales y en el mantenimiento del estado de derecho, ya que ayuda a garantizar que las decisiones judiciales se basen en evidencia médica sólida y fiable.

Los anestésicos combinados se refieren a un enfoque de anestesia que utiliza una combinación de diferentes tipos de anestésicos para producir analgesia (ausencia de dolor) y anestesia (pérdida de sensibilidad y conciencia) durante un procedimiento médico o quirúrgico. Esto a menudo implica el uso de una combinación de un agente anestésico intravenoso (por ejemplo, propofol, ketamina) y un agente anestésico local o regional (por ejemplo, bupivacaína, lidocaína), aunque las combinaciones específicas pueden variar dependiendo de las necesidades del paciente y el tipo de procedimiento. El objetivo es maximizar los beneficios terapéuticos y minimizar los riesgos y efectos secundarios asociados con cada agente individual.

La ketamina es un fármaco disociativo y anestésico, utilizado principalmente en la práctica médica y veterinaria para inducir anestesia y sedación. Pertenece a una clase de medicamentos llamados agentes NMDA (receptor N-metil-D-aspartato) antagonistas.

En un contexto médico, la ketamina se administra por vía intravenosa, intramuscular o oralmente, y actúa bloqueando los receptores NMDA en el sistema nervioso central, lo que produce efectos analgésicos, anestésicos y amnésicos. También puede causar efectos psicodélicos a dosis más altas.

La ketamina se utiliza en diversas situaciones clínicas, como durante procedimientos quirúrgicos de corta duración, en el tratamiento del dolor agudo y crónico, y en el manejo del control del síndrome de abstinencia en pacientes con dependencia de opioides.

Es importante mencionar que el uso recreativo de ketamina puede ser peligroso y está asociado con una variedad de efectos adversos, como aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, elevación de la presión arterial, confusión, alucinaciones, desrealización e incluso daño renal y hepático en dosis altas o con uso prolongado.

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