Tumor epitelial benigno con organización glandular.
Tumor benigno de crecimiento lento de las glándulas salivales, en forma de nódulo pequeño, firme e indoloro; generalmente afecta a la glándula parótida, pero también se puede encontrar en cualquier otra glándula salival principal o accesoria, en cualquier punto de la cavidad bucal; es más frecuente en mujeres en la quinta década de su vida. Histológicamente, en el tumor presenta diversas células: cúbicas, cilíndricas y escamosas, mostrando todas las formas de crecimiento epitelial. (Dorland, 28a ed)
Adenoma papilar del intestino grueso; usualmente, un tumor solitario, sésil, con frecuencia grande, de la mucosa colónica, compuesto de epitelio mucinoso que cubre delicadas proyecciones vasculares; por lo general aparecen hipersecreción y cambios malignos. (Stedman, 25a ed)
Neoplasias que surgen de o que metastizan a la HIPÓFISIS. La mayoría de las neoplasias hipofisarias son adenomas, los que se dividien en formas secretoras y no secretoras. Las formas productoras de hormonas se clasifican por el tipo de hormona que segregan. Los adenomas hipofisarios pueden caracterizarse también por sus propiedades a la tinción (ver ADENOMA, BASÓFILO; ADENOMA, ACIDÓFILO; y ADENOMA, CROMÓFOBO). Los tumores hipofisarios pueden comprimir a las estructuras adyacentes, entre las que se incluyen el HIPOTÁLAMO, varios NERVIOS CRANEALES, y el QUIASMA ÓPTICO. La compresión del quiasma puede producir HEMIANOPSIA bilateral.
Tumor benigno de la CORTEZA SUPRARRENAL. Se caracteriza por una lesión nodular bien definida, generalmente menor a 2.5 cm. La mayoria de los adenomas de la corteza suprarrenal son no funcionales. Los funcionales son amarillos y contienen LÍPIDOS. Dependiendo del tipo de célula o zona cortical implicada, pueden producir ALDOSTERONA, HIDROCORTISONA, DESHIDROEPIANDROSTERONA y/o ANDROSTENEDIONA.
Tumor epitelial benigno del HÍGADO.
Tumor benigno de la hipófisis anterior en el cual las células no se colorean con colorantes ácidos o básicos.
Tumor hipofisario que segrega HORMONA DEL CRECIMIENTO. En el hombre, el exceso de HORMONA DEL CRECIMIENTO da lugar a la ACROMEGALIA.
Tumores o cánceres del COLON o del RECTO o de ambos. Los factores de riesgo para el cáncer colorrectal incluyen la COLITIS ULCEROSA crónica, poliposis familiar del colon, exposición a ASBESTO y la irradiación del CUELLO UTERINO.
Masas discretas de tejido que se proyectan hacia dentro de la luz del COLON. Estos PÓLIPOS están conectados a la pared del colon por medio de un pedículo delgado o de una base ancha.
Adenoma hipofisario secretor de CORTICOTROPINA, que produce la ENFERMEDAD DE CUSHING.
En el sistema de clasificación antiguo de los adenomas hipofisiarios, adenoma cuyas células se tiñen con colorantes ácidos; la mayoría de los adenomas que segregan cantidades excesivas de hormona del crescimiento formaban parte de este grupo. (Dorland, 28a ed)
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico de la superficie luminal del colon.
Pólipos que consisten en tejido neoplásico benigno derivado de epitelio glandular. (Stedman, 25a ed)
Adenoma hipofisario que segrega PROLACTINA, lo que produce HIPERPROLACTINEMIA. Las manifestaciones clínicas incluyen AMENORREA; GALACTORREA; IMPOTENCIA; CEFALEAS; trastornos visuales; y RINORREA DE LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.
En el sistema de clasificación antiguo de los adenomas hipoisarios, adenoma cuyas células se tiñen con colorantes básicos; la mayoría de los adenomas que secretaban cantidades excesivas de hormona adrenocorticotropa pertenecían a este grupo. (Dorland, 28a ed)
Tumores o cánceres de la CORTEZA SUPRARRENAL.
Síndrome de poliposis debido a una mutación autosómica dominante de los GENES APC en el CROMOSOMA 5. El síndrome se caracteriza por el desarrollo de cientos de PÓLIPOS ADENOMATOSOS en el COLON y RECTO de individuos afectados al inicio de la edad adulta.
Afección causada por la exposición prolongada a un exceso de HORMONA DE CRECIMIENTO HUMANA en adultos. Se caracteriza por alargamiento óseo de la CARA, mandibula (PROGNATISMO), manos, PIE, CABEZA y TÓRAX. La etiologia mas común es un ADENOMA HIPOFISARIO SECRETOR DE HORMONA DEL CRECIMIENTO (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1992, Ch36, pp79-80).
Trastorno causado por exposición prolongada a niveles altos de cortisol (HIDROCORTISONA) u otros GLUCOCORTICOIDES procedentes de fuentes endógenas o exógenas. Se caracteriza por OBESIDAD, OSTEOPOROSIS, HIPERTENSIÓN, DIABETES MELLITUS, HIRSUTISMO, AMENORREA y exceso de líquido corporal. El sindrome de Cushing endógeno o hipercortisolismo espontáneo se divide en dos grupos: los debidos a un exceso de ADRENOCORTICOTROPINA y los independientes del ACTH.
Genes supresores de tumor localizados en la región 5q21 del brazo largo del cromosoma 5 humano. La mutación de estos genes se asocia con la poliposis adenomatosa familiar (POLIPOSIS ADENOMATOSA DEL COLON) y con el SÍNDROME DE GARDNER, así como con algunos cánceres colorrectales esporádicos.
Estado caracterizado por la producción anormalmente elevada de HORMONA PARATIROIDEA (HPT) que desencadenan respuestas que aumentan el CALCIO en sangre. Se caracteriza por HIPERCALCEMIA Y REABSORCIÓN ÓSEA, que eventualmente producen enfermedades óseas. El HIPERPARATIROIDISMO PRIMARIO está causado por HIPERPLASIA paratiroidea o NEOPLASIAS DE LAS PARATIROIDES. El HIPERPARATIROIDISMO SECUNDARIO es aumentado por la secreción de HPT, en respuesta a HIPOCALCEMIA, generalmente causado por NEFROPATÍAS crónicas.
Tumores o cánceres de las GLÁNDULAS SALIVALES.
Tumores o cánceres del COLON.
Tumores o cánceres de los INTESTINOS.
Aumento en el número de células de un tejido u órgano no debida a la formación de un tumor. Difiere de la HIPERTROFIA, que es un aumento de volúmen sin que aumente el número de células.
Dos o más crecimientos anormales de tejidos que ocurren simultáneamente y que se suponen tener origenes apartadas. Las neoplasias pueden ser histológicamente las mismas o diferentes y pueden encontrarse en el mismo sitio o en sitios diferentes.
Tumores o cánceres de las GLÁNDULAS SUPRARRENALES.
Una enfermedad de la GLÁNDULA PITUITARIA caracterizada por exceso de la cantidad de HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA secretada. Esto conduce a la hipersecreción de cortisol (HIDROCORTISONA) por las GLÁNDULAS SUPRARRENALES dando como resultado el SÍNDROME de CUSHING.
Tumores o cánceres de la GLÁNDULA PAROTIDA.
Localización histoquímica de sustancias inmunorreactivas mediante el uso de anticuerpos marcados como reactivos.
Neoplasia maligna constituida por células epiteliales, que tiende a infiltrar los tejidos adyacentes y origina metástasis. Es un tipo histológico de neoplasia, pero es muy frecuente emplearlo equivocadamente como sinónimo del término cáncer.
Afección causada por la superproducción de ALDOSTERONA. Se caracteriza por la retención de sodio y la excreción de potasio, produciendo HIPERTENSIÓN e HIPOPOTASEMIA.
Hueso irregular e impar situado en la BASE DEL CRÁNEO y acuñado entre los huesos frontales, temporales y occipitales (HUESO FRONTAL.
Tumores o cánceres del DUODENO.
Una hormona de la adenohipófisis que estimula la CORTEZA SUPRARRENAL y su producción de CORTICOSTEROIDES. La ACTH es un polipéptido de 39 aminoácidos de los cuales el segmento N-terminal, de 24 aminoácidos, es idéntico en todas las especies y contiene la actividad adrenocorticotrópica. Tras un posterior procesamiento específico de tejido, ACTH puede producir alfa-MSH y péptido del lóbulo intermedio similar a la corticotropina (CLIP).
Pequeña glándula impar situada en la SILLA TURCA. Está unida al HIPOTÁLAMO por un corto tallo que se llama infundíbulo (vea HIPÓFISIS).
Tumor epitelial maligno con organización glandular.
Afección en la que existe una elevada secreción de HORMONA PARATIROIDEA debida a HIPERPLASIA o NEOPLASIA de las PARATIROIDES. Se caracteriza por la combinación de HIPERCALCEMIA, fosfaturia, elevación de la síntesis renal de 1,25-DIHIDROXIVITAMINA D3 e incremento de la RESORCIÓN ÓSEA.
Tumores o cánceres de la GLÁNDULA TIROIDES.
Procesos patológicos que tienden a convertirse en malignos. (Dorland, 28a ed)
Prominencia ósea situada en la superficie superior del hueso esfenoides. Alberga a la GLÁNDULA PITUITARIA.
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico del sigmoide.
Masa de tejido histológicamente normal presente en una localización anormal.
Tumores o cánceres del RECTO.
Interrupción repentina del suministro de sangre a la HIPÓFISIS, dando lugar a NECROSIS del tejido y pérdida de la función (PANHIPOPITUITARISMO). La causa mas común es la hemorragia o INFARTO de las NEOPLASIAS HIPOFISARIAS. También puede deberse a hemorragia aguda en la SILLA TURCA debido a TRAUMA CRANEOCEREBRAL, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL u otros efectos agudos de la hemorragia del sistema nervioso central. Los signos clínicos incluyen grave CEFALEA, HIPOTENSIÓN, alteraciones visuales bilaterales, INCONSCIENCIA y COMA.
Hormona polipéptido 191 aminoácido segregada por la adenohipófisis humana (GLÁNDULA PITUITARIA ANTERIOR), también conocida como somatotropina. La hormona del crecimiento sintética, llamada somatropina, ha reemplazado a la forma natural en el tratamiento del enanismo en niños con deficiencia de hormona del crecimiento.
Segmento del INTESTINO GRUESO entre el CIEGO y el RECTO. Incluye el COLON ASCENDENTE, COLON TRANSVERSO, COLON DESCENDENTE y el COLON SIGMOIDE.
Hormomas segregadas por la HIPÓFISIS, incluyendo las del lóbulo anterior (adenohipófisis), el lóbulo posterior (neurohipófisis) y el mal definido lóbulo intermedio. estructuralmente, incluyen pequeños péptidos, proteínas y glicoproteínas. Están reguladas por señales neuronales (AGENTES NEUROTRANSMISORES) o señales neuroendocrinas (HORMONAS HIPOTALÁMICAS)del hipotálamo, así como por feedback de sus objetivos como son los CORTICOSTEROIDES,ANDRÓGENOS y ESTRÓGENOS.
Un regulador negativo de señalización de beta-catenina que es mutante en POPLIPOSIS ADENOMATOSA DEL COLON y SÍNDROME DE GARDNER.
Extirpación de una o mas glándulas paratiroideas.
Agente antineoplásico utilizado también como un anestésico veterinario. Ha sido también utilizado como un intermediario en la síntesis orgánica. Se sospecha que el uretano sea un carcinógeno.
Revestimiento de los INTESTINOS, que consiste de un EPITELIO interno, una LÁMINA PROPIA media y una MEMBRANA MUCOSA externa. En el INTESTINO DELGADO, la mucosa se caracteriza por una serie de pliegues y abundancia de células absortivas (ENTEROCITOS) con MICROVELLOSIDADES.
Tumor benigno de los conductos biliares intrahepáticos.
Hormona lactogénica secretada por la ADENOHIPÓFISIS. Es un polipéptido con un peso molecular de aproximadamente 23 kD. Es esencial en la inducción de la lactación y en algunas especies tiene efectos sobre la reproducción, el comportamiento materno, el metabolismo de las grasas, la inmunomodulación y la osmoregulación. Los receptores de prolactina están presentes en la glándula mamaria, el hipotálamo, el higado, el ovario, el testículo y la próstata.
El segmento del INTESTINO GRUESO situado entre el COLON TRANSVERSO y el COLON SIGMOIDE.

Un adenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que se forma en las glándulas. Puede ocurrir en cualquier glándula del cuerpo, pero son más comunes en las glándulas situadas en el revestimiento del intestino delgado y en la próstata de los hombres.

Los adenomas suelen crecer muy lentamente y a menudo no causan ningún síntoma. Sin embargo, algunos tipos de adenomas pueden convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si son grandes o si han existido durante mucho tiempo.

El tratamiento de un adenoma depende del tamaño y la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede observar el crecimiento del tumor con exámenes regulares. En otros casos, se pueden necesitar cirugía o otras terapias para extirpar el tumor.

Es importante acudir al médico si se presentan síntomas como sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal inexplicable, ya que pueden ser señales de un adenoma o de otra afección médica grave.

El adenoma pleomórfico es un tipo benigno de tumor que se presenta con mayor frecuencia en las glándulas salivales, particularmente en la parótida. Este tumor está compuesto por células epiteliales glandulares con una variedad de formas y tamaños, lo que le da su nombre "pleomórfico".

Las células del adenoma pleomórfico pueden contener inclusiones eosinófilas o vacuoladas, y a menudo se presentan en nidos o cúmulos rodeados por un estroma fibroso. Aunque este tumor es benigno, tiene el potencial de causar problemas debido a su crecimiento y expansión dentro del espacio limitado de la glándula salival.

En algunos casos, el adenoma pleomórfico puede transformarse en un carcinoma adenoide quístico, que es un tipo más agresivo de cáncer de glándula salival. Por lo tanto, aunque sea benigno, se recomienda la extirpación quirúrgica del tumor para prevenir complicaciones y el posible desarrollo de malignidad.

El adenoma velloso, también conocido como adenoma papilaro-velloso o adenoma de Warthin, es un tipo raro de tumor benigno que se desarrolla en las glándulas salivales accesorias, ubicadas principalmente en la región de la boca y la garganta.

Este tumor está compuesto por células epiteliales con características similares a las de las glándulas salivales normales, rodeadas por una cápsula fibrosa. Las células del adenoma velloso presentan proyecciones similares a pelos o "vellosidades", lo que le da su nombre.

Aunque el adenoma velloso es benigno, en algunos casos puede crecer y causar molestias, como dolor o dificultad para tragar. En raras ocasiones, un adenoma velloso puede transformarse en maligno (carcinoma adenoide quístico). Por lo general, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor.

Las neoplasias hipofisarias son tumores que se originan en la glándula pituitaria, una pequeña estructura situada en la base del cerebro. La glándula pituitaria es responsable de producir y regular varias hormonas importantes para el funcionamiento adecuado del cuerpo.

Existen dos tipos principales de neoplasias hipofisarias: los adenomas hipofisarios y los carcinomas hipofisarios. Los adenomas hipofisarios son tumores benignos que representan alrededor del 10-15% de todas las neoplasias intracraneales. Por otro lado, los carcinomas hipofisarios son extremadamente raros y se consideran malignos debido a su capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis).

La mayoría de los adenomas hipofisarios son pequeños y no causan síntomas clínicos. Sin embargo, cuando crecen lo suficiente, pueden comprimir la glándula pituitaria y alterar la producción hormonal, lo que lleva a diversas manifestaciones clínicas dependiendo del tipo de hormona afectada. Los adenomas hipofisarios también pueden provocar dolores de cabeza, déficits visuales o, en casos más graves, hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cerebroespinal en el cráneo).

El tratamiento de las neoplasias hipofisarias depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la presencia o ausencia de síntomas clínicos. Las opciones terapéuticas incluyen la cirugía, la radioterapia y la terapia médica con fármacos que regulan la producción hormonal o inhiben el crecimiento del tumor.

Un adenoma corticosuprarrenal es un tipo de tumor benigno que se desarrolla en la corteza suprarrenal, que es la parte externa de las glándulas suprarrenales. Estas glándulas están situadas encima de los riñones y producen varias hormonas importantes para el organismo.

Los adenomas corticosuprarrenales pueden producir diversos tipos de hormonas, como cortisol, aldosterona o andrógenos, dependiendo del tipo de células en que se originen. La producción excesiva de estas hormonas puede causar una variedad de síntomas y trastornos endocrinos, como el síndrome de Cushing, la hipertensión arterial o el hirsutismo.

La mayoría de los adenomas corticosuprarrenales son asintomáticos y se descubren incidentalmente durante estudios de imagen realizados por otras razones. Sin embargo, en algunos casos, los tumores pueden crecer lo suficiente como para causar dolor abdominal o presión sobre otros órganos adyacentes.

El tratamiento del adenoma corticosuprarrenal depende de su tamaño, localización y la producción hormonal. En la mayoría de los casos, se recomienda la extirpación quirúrgica del tumor para prevenir complicaciones y trastornos endocrinos asociados con la producción excesiva de hormonas. Después de la cirugía, es posible que sea necesario un seguimiento médico y el ajuste de la terapia de reemplazo hormonal, si es necesario.

Un adenoma de células hepáticas, también conocido como adenoma hepatocelular, es un tumor benigno del hígado compuesto por células hepáticas maduras. Estos tumores suelen ser solitarios y se encuentran con mayor frecuencia en mujeres jóvenes que utilizan anticonceptivos orales. Aunque generalmente son asintomáticos, pueden causar dolor abdominal o hemorragia interna si se rompen. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor. Es importante distinguirlos de los carcinomas hepatocelulares malignos.

Un adenoma cromófobo es un tipo raro de tumor ocre que se origina en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro. Este tipo de tumor se caracteriza por no producir melanina, una hormona que da color a los tejidos corporales, lo que le da el nombre de "cromófobo" (que significa "miedo al color").

Los adenomas cromófobos suelen ser benignos, pero pueden causar problemas de salud importantes debido a su proximidad a los nervios ópticos y al hipotálamo. Los síntomas más comunes incluyen dolores de cabeza, visión doble o borrosa, y trastornos hormonales que pueden afectar el crecimiento, la menstruación, el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.

El tratamiento de los adenomas cromófobos puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o terapia médica con medicamentos que ayuden a controlar el crecimiento del tumor y los síntomas asociados. El pronóstico depende del tamaño y la localización del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente.

Un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento, también conocido como adenoma somatotropo, es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en la glándula pituitaria, una pequeña glándula situada en la base del cerebro. Este tumor produce y secreta excesivamente la hormona del crecimiento (GH), lo que puede dar lugar a una serie de síntomas y complicaciones de salud.

La hormona del crecimiento desempeña un papel importante en el crecimiento y desarrollo normal de los tejidos y órganos del cuerpo, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, cuando se produce en exceso, como ocurre con este tipo de adenoma hipofisario, puede provocar diversas anomalías y trastornos.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento incluyen:

* Acromegalia: Un trastorno que se caracteriza por el crecimiento excesivo de los huesos de la cara, las manos y los pies, así como por otros signos y síntomas, como sudoración excesiva, fatiga, dolores articulares y rigidez. La acromegalia suele desarrollarse en adultos y puede causar diversas complicaciones de salud graves, como diabetes, hipertensión arterial y problemas cardíacos, si no se trata adecuadamente.
* Gigantismo: Un trastorno que se produce cuando un niño produce excesivamente la hormona del crecimiento antes de alcanzar la pubertad. Esto puede dar lugar a un crecimiento excesivo y rápido de los huesos, lo que puede provocar una estatura anormalmente alta y diversas complicaciones de salud asociadas.
* Otros síntomas: Los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento también pueden causar diversos síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, visión doble o borrosa y problemas de equilibrio. Además, estos tumores pueden comprimir otras estructuras cercanas a la glándula pituitaria, lo que puede causar diversas complicaciones de salud graves.

El tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de varios factores, como el tamaño y la localización del tumor, así como de los síntomas y las complicaciones asociadas. Los posibles tratamientos incluyen:

* Cirugía: La extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento preferido para la mayoría de los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento. La cirugía puede realizarse mediante diversas técnicas, como la transesfenoidal o la transcraneal, en función del tamaño y la localización del tumor.
* Radioterapia: La radioterapia se utiliza a menudo para tratar los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento que no se pueden extirpar completamente mediante cirugía o que han recurrido después del tratamiento quirúrgico. La radioterapia puede administrarse mediante diversas técnicas, como la terapia de protones o la radiocirugía estereotáctica.
* Medicamentos: Los medicamentos pueden utilizarse para controlar los síntomas y las complicaciones asociadas con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento. Los posibles medicamentos incluyen los agonistas de la dopamina, como el bromocriptina o el cabergolina, que pueden reducir la producción de hormona del crecimiento y aliviar los síntomas asociados con el hipersecreción de esta hormona. Además, se pueden utilizar diversos medicamentos para tratar los síntomas neurológicos asociados con estos tumores, como los analgésicos o los anticonvulsivantes.

En resumen, el tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de diversos factores, como el tamaño y la localización del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente y la presencia o ausencia de síntomas y complicaciones asociadas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y medicamentos, y se personaliza en función de las necesidades y preferencias de cada paciente.

Las neoplasias colorrectales se refieren a crecimientos anormales en el revestimiento del colon o recto. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los ejemplos de neoplasias benignas incluyen pólipos adenomatosos y los ejemplos de neoplasias malignas son los carcinomas colorrectales.

Los pólipos adenomatosos son crecimientos no cancerosos que a veces pueden convertirse en cáncer con el tiempo si no se eliminan. Los carcinomas colorrectales son cánceres que se han desarrollado en el revestimiento del colon o recto. Estos tipos de cáncer suelen comenzar como un pólipo pequeño y benigno, pero a medida que crecen, pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otras partes del cuerpo.

Los factores de riesgo para las neoplasias colorrectales incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo, obesidad y falta de ejercicio.

La detección temprana y el tratamiento oportuno de las neoplasias colorrectales pueden mejorar significativamente los resultados del paciente. Las pruebas de detección recomendadas incluyen colonoscopia, sigmoidoscopia flexible y pruebas de sangre oculta en heces.

Los pólipos del colon, también conocidos como pólipos colorrectales, se refieren a crecimientos anormales en el revestimiento del colon (intestino grueso) o recto. Estos crecimientos pueden variar en tamaño y forma, y la mayoría no presentan síntomas inicialmente.

Existen varios tipos de pólipos, pero los dos más comunes son:

1. Pólipos adenomatosos (adenomas): estos pólipos tienen el potencial de convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si miden más de 1 cm de diámetro.

2. Pólipos hiperplásicos: generalmente son pequeños y menos propensos a ser precancerosos, aunque algunos tipos pueden tener un mayor potencial cancerígeno.

La causa exacta de los pólipos del colon no está clara, pero factores como la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales (como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn), tabaquismo, obesidad y dieta rica en grasas y baja en fibra pueden aumentar el riesgo de desarrollarlos.

La detección y eliminación tempranas de los pólipos del colon a través de pruebas de detección regulares, como la sigmoidoscopia o la colonoscopia, pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal. El tratamiento generalmente implica la extirpación quirúrgica de los pólipos durante una colonoscopia. La frecuencia de las pruebas de detección dependerá de los factores de riesgo individuales y de los resultados previos de las pruebas.

Un adenoma hipofisario secretor de ACTH, también conocido como hiperplasia adenomatosa de la corticotrofa o síndrome de Cushing debido a un adenoma hipofisario, es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en la glándula pituitaria. Este tumor produce una sobreabundancia de ACTH (hormona adrenocorticotrópica), lo que lleva a un aumento de las hormonas esteroides producidas por las glándulas suprarrenales, particularmente el cortisol.

La sobreproducción de cortisol puede causar una variedad de síntomas y complicaciones de salud graves, incluyendo hipertensión, diabetes, debilidad muscular, obesidad, cambios en la apariencia (como cara redonda y moretones fáciles), huesos débiles, trastornos del estado de ánimo y cognitivos, entre otros. El diagnóstico de un adenoma hipofisario secretor de ACTH generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología (como la resonancia magnética nuclear) y pruebas hormonales específicas. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o medicamentos que controlen la producción de ACTH.

Un adenoma acidófilo, también conocido como adenoma hipofisario de células acidófilas o cromófobas, es un tipo específico de tumor benigno que se origina en la glándula pituitaria. Este tipo de tumor se compone de células que producen y secretan hormonas, llamadas células acidófilas o cromófobas, debido a su capacidad para absorber el colorante durante los procedimientos de tinción histológica.

Los adenomas acidófilos pueden causar diversos síntomas dependiendo de la hormona que produzcan y del tamaño del tumor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

* Hiperprolactinemia (aumento de los niveles de prolactina en sangre), lo que puede causar irregularidades menstruales, disfunción sexual y producción excesiva de leche materna en mujeres no embarazadas o lactantes.
* Hipercortisolismo (aumento de los niveles de cortisol en sangre), también conocido como síndrome de Cushing, que se manifiesta con obesidad central, hipertensión arterial, diabetes mellitus, debilidad muscular, estrías cutáneas y cambios emocionales.
* Acromegalia (aumento del tamaño de los huesos y tejidos blandos), que se caracteriza por el engrosamiento de las manos y pies, aumento del tamaño de la mandíbula, frente prominente, voz ronca y otros signos relacionados con el crecimiento excesivo de los huesos y tejidos.
* Síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, problemas de visión y déficits hormonales debido a la compresión del tumor sobre el tejido circundante.

El diagnóstico de un adenoma acidófilo se realiza mediante una combinación de técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC), y pruebas hormonales específicas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia o medicamentos, dependiendo del tipo y tamaño del tumor, así como de los síntomas asociados.

La colonoscopia es un procedimiento diagnóstico y terapéutico que utiliza un endoscopio flexible, conocido como colonoscopio, para examinar el revestimiento del colon (gran intestino) y el recto. Durante la exploración, se puede extraer tejido para realizar biopsias, eliminar pólipos o aliviar síntomas. También se utiliza en la detección temprana y prevención del cáncer colorrectal. El paciente suele estar sedado durante el procedimiento.

Los pólipos adenomatosos son crecimientos benignos (no cancerosos) que se desarrollan en la membrana mucosa del revestimiento interno del intestino, generalmente en el colon y el recto. Estos pólipos están compuestos por glándulas anormales y pueden variar en tamaño, desde pequeños crecimientos casi planos hasta grandes masas colgantes.

Aunque los pólipos adenomatosos son benignos en su estado inicial, tienen el potencial de convertirse en malignos (cancerosos) con el tiempo. Este proceso se denomina displasia y puede ocurrir a lo largo de varios años. Por esta razón, es importante que los pólipos adenomatosos se retiren quirúrgicamente para prevenir la posible transformación en cáncer colorrectal.

La presencia de pólipos adenomatosos a menudo no produce síntomas hasta que alcanzan un tamaño considerable, lo que hace que las colonoscopias regulares sean una herramienta crucial para su detección temprana y prevención. Los factores de riesgo asociados con el desarrollo de pólipos adenomatosos incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos, enfermedades inflamatorias intestinales y determinados hábitos alimentarios y estilo de vida, como el tabaquismo y una dieta rica en grasas y baja en fibra.

Un prolactinoma es un tipo específico de tumor hipofisario, que se origina en la glándula pituitaria y produce una hormona llamada prolactina. Este tipo de tumor es benigno en la mayoría de los casos. La prolactina es responsable de la producción de leche materna durante el embarazo y después del parto, por lo que cuando un prolactinoma produce excesivas cantidades de esta hormona, puede causar una afección conocida como hiperprolactinemia.

Los síntomas en las mujeres pueden incluir irregularidades menstruales, falta de menstruación, producción excesiva de leche materna en ausencia de embarazo o lactancia (galactorrea), disminución del deseo sexual y fertilidad reducida. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, pérdida de libido, ginecomastia (crecimiento anormal de las glándulas mamarias en hombres), infertilidad y en raros casos, producción de leche materna.

El tamaño del prolactinoma también puede provocar síntomas relacionados con la presión sobre el nervio óptico, lo que podría dar lugar a problemas visuales como visión doble o borrosa, y dolores de cabeza. El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos que reducen los niveles de prolactina o, en algunos casos, cirugía para extirpar el tumor.

Un adenoma basófilo es un tipo raro de tumor benigno que se origina en las glándulas suprarrenales y está compuesto principalmente por células basófilas. Estas células son responsables de la producción de hormonas, especialmente cortisol y aldosterona. Sin embargo, los adenomas basófilos a menudo producen hormonas inusuales o en exceso, lo que puede causar una variedad de síntomas.

Los síntomas más comunes asociados con un adenoma basófilo incluyen hipertensión (presión arterial alta), debilidad muscular, dolor articular, rubor (enrojecimiento de la piel), sudoración excesiva y aumento de peso. En algunos casos, un adenoma basófilo puede producir demasiada hormona tiroidea estimulante (TSH), lo que resulta en hipertiroidismo.

El diagnóstico de un adenoma basófilo generalmente se realiza mediante una combinación de estudios de imágenes, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y pruebas hormonales en sangre. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor. Después de la cirugía, se pueden necesitar medicamentos para controlar los niveles hormonales.

Aunque los adenomas basófilos son generalmente benignos, existe un pequeño riesgo de que puedan convertirse en malignos (cancerosos). Por lo tanto, es importante que las personas con este tipo de tumor sean monitoreadas cuidadosamente por su equipo médico después del tratamiento.

Las neoplasias de la corteza suprarrenal se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la corteza de las glándulas suprarrenales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos se llaman adenomas, mientras que los tumores malignos se conocen como feocromocitomas o carcinomas de la corteza suprarrenal.

Los adenomas son el tipo más común de neoplasia suprarrenal y generalmente no causan síntomas a menos que produzcan hormonas excesivas. Los feocromocitomas, por otro lado, secretan catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina, lo que puede provocar hipertensión arterial, taquicardia, sudoración, temblores y ansiedad.

Los carcinomas de la corteza suprarrenal son raros pero muy graves. Se diseminan con frecuencia a otros órganos y tienden a tener un mal pronóstico. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, pérdida de peso y debilidad.

El diagnóstico de estas neoplasias suele implicar pruebas de imagen, como TC o RMN, junto con análisis de sangre y orina para medir los niveles hormonales. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia. La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de estos tumores.

La poliposis adenomatosa del colon (PAC), también conocida como síndrome de Lynch II, es una afección genética hereditaria que se caracteriza por el desarrollo de múltiples pólipos en el colon y recto. Estos pólipos son adenomas, los cuales tienen el potencial de convertirse en cáncer colorrectal si no se eliminan quirúrgicamente.

La PAC es causada por mutaciones en genes que regulan la reparación del ADN, particularmente los genes MLH1, MSH2, MSH6, PMS2 y EPCAM. Estas mutaciones hacen que las células sean más propensas a desarrollar cambios genéticos que pueden conducir al cáncer.

Las personas con PAC tienen un riesgo muy alto de desarrollar cáncer colorrectal, con aproximadamente el 75% de los pacientes diagnosticados antes de los 40 años. También tienen un mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer, como cáncer de endometrio, estómago, intestino delgado, hígado, vesícula biliar y páncreas.

El diagnóstico de la PAC se realiza mediante pruebas genéticas y el examen del tejido poliposo. El tratamiento suele incluir la extirpación quirúrgica del colon y el recto (colectomía total) para prevenir el desarrollo de cáncer colorrectal. Las personas con PAC también necesitan un seguimiento regular y vigilancia endoscópica para detectar y tratar los pólipos a tiempo.

La acromegalia es un trastorno hormonal poco común que ocurre cuando el cuerpo produce demasiada hormona del crecimiento después de la edad adulta. La glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, produce esta hormona.

La causa más común de acromegalia es un tumor benigno (no canceroso) en la glándula pituitaria llamado adenoma pituitario. Este tumor produce una cantidad excesiva de hormona del crecimiento, lo que provoca el crecimiento anormal de los huesos y tejidos en todo el cuerpo.

Los síntomas más comunes de la acromegalia incluyen:

* Cambios graduales en el tamaño y forma de las manos, pies y cara
* Dolor articular y muscular
* Agotamiento y fatiga
* Sudoración excesiva
* Problemas respiratorios durante el sueño (apnea del sueño)
* Cambios en la visión
* Irregularidades menstruales en las mujeres
* Disfunción eréctil en los hombres

El diagnóstico de acromegalia puede ser difícil, ya que los síntomas pueden desarrollarse gradualmente durante muchos años. El tratamiento temprano es importante para prevenir complicaciones graves, como diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer.

El tratamiento de la acromegalia generalmente implica cirugía para extirpar el tumor pituitario, seguida de radioterapia o medicamentos para reducir los niveles de hormona del crecimiento en el cuerpo. La terapia de reemplazo hormonal también puede ser necesaria después del tratamiento para mantener los niveles hormonales normales.

El síndrome de Cushing es un trastorno hormonal causado por niveles anormalmente altos de la hormona cortisol en el cuerpo. Puede desarrollarse como resultado de tomar glucocorticoides durante un largo período de tiempo (síndrome de Cushing exógeno), o debido a diversas afecciones médicas que provocan la producción excesiva de cortisol en el cuerpo (síndrome de Cushing endógeno).

Los síntomas del síndrome de Cushing pueden incluir:

1. Obesidad central (grasa acumulada en el torso, cara redonda y cuello)
2. Cara de luna ("pleta lunar")
3. Piel fina y frágil que se magulla fácilmente
4. Erupción violácea en la piel que se extiende desde las axilas hasta la parte superior del cuerpo
5. Huesos débiles y propensos a fracturarse
6. Presión arterial alta
7. Azúcar en sangre alta
8. Periodos menstruales irregulares en mujeres
9. Disminución de la libido y fertilidad en hombres
10. Debilidad muscular, especialmente en las piernas
11. Cambios de humor, irritabilidad, ansiedad o depresión
12. Dificultad para dormir (insomnio)
13. Aumento de la susceptibilidad a infecciones

El síndrome de Cushing es una afección médica seria que puede causar complicaciones graves, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis, si no se trata adecuadamente. El diagnóstico y tratamiento precoces son cruciales para prevenir estas complicaciones y mejorar el pronóstico del paciente.

Los genes APC (Adenomatous Polyposis Coli) desempeñan un papel crucial en la regulación del crecimiento y división celular en el cuerpo humano. Se encargan de producir una proteína llamada proteína APC, que ayuda a inhibir la activación de las vías de señalización celular involucradas en la proliferación y supervivencia celular.

La mutación del gen APC se asocia con varios trastornos hereditarios, como el síndrome de poliposis adenomatosa familiar (FAP) y el cáncer colorrectal hereditario sin poliposis (HNPCC). Estas mutaciones pueden provocar una producción deficiente o ausente de la proteína APC, lo que lleva al crecimiento excesivo e incontrolado de células anormales en el revestimiento del colon y recto, dando como resultado la formación de pólipos y, finalmente, cáncer colorrectal.

La importancia del gen APC en la prevención del cáncer colorectal ha llevado al desarrollo de terapias dirigidas a restaurar la función normal del gen o a inhibir las vías de señalización alteradas como resultado de su mutación.

El hiperparatiroidismo es un trastorno hormonal en el que las glándulas paratiroides, situadas en el cuello, producen excesivamente la hormona paratiroidea (PTH). La función principal de la PTH es regular los niveles de calcio y fósforo en el cuerpo.

Existen tres tipos principales de hiperparatiroidismo:

1. Hiperparatiroidismo primario: Es el tipo más común y se debe a un tumor benigno o adenoma en una o más glándulas paratiroides, lo que provoca su excesiva producción de PTH. En algunos casos, puede ser causado por hiperplasia de las glándulas paratiroides, donde todas las glándulas están agrandadas.

2. Hiperparatiroidismo secundario: Se produce como resultado de una afección subyacente que provoca niveles bajos de calcio en la sangre, lo que a su vez estimula la producción excesiva de PTH para corregir los niveles bajos de calcio. Condiciones como insuficiencia renal crónica o deficiencia de vitamina D pueden desencadenar este tipo de hiperparatiroidismo.

3. Hiperparatiroidismo terciario: Es una complicación del hiperparatiroidismo secundario de larga data, donde las glándulas paratiroides continúan produciendo niveles excesivos de PTH incluso después de que se haya corregido el problema subyacente. En este caso, las glándulas paratiroides pueden volverse autónomas e independientes del control hormonal normal.

Los síntomas del hiperparatiroidismo pueden variar y dependen de la gravedad de la afección. Algunos síntomas comunes incluyen debilidad ósea, dolores y rigidez en los huesos, fracturas óseas espontáneas, cansancio, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, estreñimiento, aumento de la sed y la micción, letargo mental y cambios de personalidad. El diagnóstico del hiperparatiroidismo generalmente se realiza mediante análisis de sangre que miden los niveles de calcio y PTH en la sangre. La tomografía computarizada o la resonancia magnética también pueden ayudar a identificar y localizar las glándulas paratiroides anormales. El tratamiento del hiperparatiroidismo depende de su causa subyacente y puede incluir cirugía para extirpar las glándulas paratiroides afectadas, terapia de reemplazo hormonal y cambios en la dieta y el estilo de vida.

Las neoplasias de las glándulas salivales se refieren a un crecimiento anormal (tumor) en las glándulas salivales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las glándulas salivales principales se encuentran dentro y alrededor de la boca y la cara, incluyendo las glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales. También hay pequeñas glándulas salivales en todo el revestimiento del tracto digestivo desde la boca hasta el intestino grueso.

Los tumores benignos suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden seguir creciendo y causar problemas locales, como dificultad para masticar o hablar, dolor o infección.

Por otro lado, los tumores malignos pueden invadir tejidos circundantes y diseminarse a otros órganos (metástasis). Los síntomas de un tumor maligno pueden incluir hinchazón, dolor, dificultad para tragar o movimiento facial anormal.

El tratamiento depende del tipo y el estadio del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. El pronóstico también varía según el tipo y el estadio del tumor.

Las neoplasias del colon, también conocidas como cáncer colorrectal, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en el revestimiento del colon (intestino grueso) o recto. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias benignas incluyen pólipos adenomatosos y pólipos hiperplásicos. Los pólipos adenomatosos tienen el potencial de transformarse en cáncer si no se eliminan quirúrgicamente.

Las neoplasias malignas, o cánceres colorrectales, pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otros órganos del cuerpo. Los cánceres colorrectales suelen originarse a partir de pólipos adenomatosos que se han vuelto cancerosos.

Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias del colon incluyen la edad avanzada, antecedentes personales o familiares de pólipos adenomatosos o cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo y obesidad.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de detección como la colonoscopia, sigmoidoscopia flexible, pruebas de sangre oculta en heces y tomografías computarizadas. El tratamiento depende del estadio y la localización de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas.

Neoplasia intestinal se refiere a un crecimiento anormal y desregulado de células en el interior del intestino, que puede ser benigno o maligno. Existen varios tipos de neoplasias intestinales, pero el más común es el adenocarcinoma, que se origina en las glándulas que recubren el revestimiento interno del intestino.

Las neoplasias intestinales pueden desarrollarse como resultado de una serie de factores, incluyendo la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn), dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo y obesidad.

Los síntomas de las neoplasias intestinales pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación de la lesión, pero algunos de los signos más comunes incluyen sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales (como diarrea o estreñimiento), dolor abdominal, pérdida de peso involuntaria y anemia ferropénica.

El diagnóstico de neoplasias intestinales generalmente se realiza mediante una combinación de pruebas, como la colonoscopia, la sigmoidoscopia, las pruebas de sangre en heces para detectar sangrado oculto y la tomografía computarizada o resonancia magnética para evaluar la extensión del cáncer.

El tratamiento de neoplasias intestinales depende del tipo y la etapa del cáncer, pero puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapias dirigidas. La prevención se centra en la detección temprana a través de pruebas regulares de detección de cáncer colorrectal y en mantener un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

La hiperplasia es un crecimiento anormal o un aumento en el tamaño de un tejido u órgano debido a un aumento en el número de células, en contraposición al engrosamiento causado por un aumento del tamaño de las células (hipertrofia). La hiperplasia puede ser fisiológica o patológica. La fisiológica es una respuesta normal a los estímulos hormonales, mientras que la patológica es el resultado de procesos anormales como inflamación crónica, irritación o enfermedades. La hiperplasia benigna no es cancerosa y puede ser reversible si se trata la causa subyacente, pero la maligna puede evolucionar a un cáncer.

Neoplasias Primarias Múltiples (NPM) es un término médico que se refiere a la presencia simultánea o sucesiva de más de un cáncer primario en el organismo, es decir, dos o más tumores malignos independientes en diferentes localizaciones anatómicas, que no guardan relación entre sí y no son metástasis del mismo.

Las NPM pueden ser sincrónicas, cuando los tumores se diagnostican al mismo tiempo, o metacrónicas, cuando hay un intervalo de tiempo entre el diagnóstico de cada uno de ellos. Las NPM pueden deberse a diferentes factores de riesgo, como la predisposición genética, la exposición a radiaciones o determinados agentes químicos y ambientales, o hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y alcohol.

El diagnóstico y tratamiento de las NPM requieren una evaluación multidisciplinar y un enfoque personalizado, ya que cada tumor puede presentar diferentes características biológicas y clínicas, y precisar de un tratamiento específico. Además, es importante establecer un seguimiento a largo plazo para detectar precozmente la aparición de nuevos tumores y mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.

Las neoplasias de las glándulas suprarrenales se refieren a un crecimiento anormal de tejido en las glándulas suprarrenales, que pueden ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Las glándulas suprarrenales son glándulas endocrinas pequeñas ubicadas encima de los riñones que producen varias hormonas importantes, como cortisol, aldosterona, y adrenalina.

Existen varios tipos de neoplasias de las glándulas suprarrenales, incluyendo:

1. Adenoma: es el tipo más común de tumor benigno de la glándula suprarrenal. Por lo general, no causa síntomas y se descubre accidentalmente durante exámenes de imagenología realizados por otras razones. Sin embargo, algunos adenomas pueden producir demasiadas hormonas, causando síndromes paraneoplásicos como el síndrome de Cushing o el síndrome de Conn.
2. Feocromocitoma: es un tumor que se origina en las células cromafines de la glándula suprarrenal y produce demasiadas cantidades de catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina. Los síntomas pueden incluir hipertensión arterial, taquicardia, sudoración, dolores de cabeza y ansiedad. Aproximadamente el 10% de los feocromocitomas son malignos.
3. Carcinoma suprarrenal: es un tumor maligno que se origina en las glándulas suprarrenales. Puede producir hormonas suprarrenales y causar síntomas relacionados con los niveles elevados de hormonas. Los síntomas pueden incluir hipertensión arterial, debilidad, pérdida de peso y dolor abdominal.
4. Neuroblastoma: es un tumor maligno que se origina en los ganglios nerviosos simpáticos y puede producir catecolaminas. Se presenta principalmente en niños menores de 5 años y puede metastatizar a otros órganos.

El diagnóstico de los tumores suprarrenales se realiza mediante la combinación de estudios de imagenología, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, y pruebas bioquímicas para evaluar la producción hormonal. El tratamiento depende del tipo y grado de malignidad del tumor y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o terapias dirigidas.

Las neoplasias de la glándula parótida se refieren a un crecimiento anormal o tumor en la glándula salival más grande del cuerpo, conocida como la glándula parótida. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos son los más comunes y suelen crecer lentamente, siendo asintomáticos en muchos casos. Sin embargo, si crecen lo suficiente, pueden causar molestias o dificultad para masticar, hablar o incluso deglutir.

Por otro lado, los tumores malignos son menos frecuentes pero más preocupantes porque tienen el potencial de extenderse (metástasis) a otras partes del cuerpo. Los síntomas asociados con estos tumores pueden incluir dolor, hinchazón rápida, dificultad para mover los músculos faciales y parálisis facial.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia. Para los tumores benignos, el tratamiento generalmente implica la extirpación quirúrgica. En cambio, para los tumores malignos, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Es importante destacar que si bien cualquier persona puede desarrollar un tumor en la glándula parótida, fumar aumenta el riesgo de padecer este tipo de neoplasias. Además, ciertas afecciones genéticas también pueden incrementar la probabilidad de sufrir estos tumores.

La inmunohistoquímica es una técnica de laboratorio utilizada en patología y ciencias biomédicas que combina los métodos de histología (el estudio de tejidos) e inmunología (el estudio de las respuestas inmunitarias del cuerpo). Consiste en utilizar anticuerpos marcados para identificar y localizar proteínas específicas en células y tejidos. Este método se utiliza a menudo en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades, incluyendo cánceres, para determinar el tipo y grado de una enfermedad, así como también para monitorizar la eficacia del tratamiento.

En este proceso, se utilizan anticuerpos específicos que reconocen y se unen a las proteínas diana en las células y tejidos. Estos anticuerpos están marcados con moléculas que permiten su detección, como por ejemplo enzimas o fluorocromos. Una vez que los anticuerpos se unen a sus proteínas diana, la presencia de la proteína se puede detectar y visualizar mediante el uso de reactivos apropiados que producen una señal visible, como un cambio de color o emisión de luz.

La inmunohistoquímica ofrece varias ventajas en comparación con otras técnicas de detección de proteínas. Algunas de estas ventajas incluyen:

1. Alta sensibilidad y especificidad: Los anticuerpos utilizados en esta técnica son altamente específicos para las proteínas diana, lo que permite una detección precisa y fiable de la presencia o ausencia de proteínas en tejidos.
2. Capacidad de localizar proteínas: La inmunohistoquímica no solo detecta la presencia de proteínas, sino que también permite determinar su localización dentro de las células y tejidos. Esto puede ser particularmente útil en el estudio de procesos celulares y patológicos.
3. Visualización directa: La inmunohistoquímica produce una señal visible directamente en el tejido, lo que facilita la interpretación de los resultados y reduce la necesidad de realizar análisis adicionales.
4. Compatibilidad con microscopía: Los métodos de detección utilizados en la inmunohistoquímica son compatibles con diferentes tipos de microscopía, como el microscopio óptico y el microscopio electrónico, lo que permite obtener imágenes detalladas de las estructuras celulares e intracelulares.
5. Aplicabilidad en investigación y diagnóstico: La inmunohistoquímica se utiliza tanto en la investigación básica como en el diagnóstico clínico, lo que la convierte en una técnica versátil y ampliamente aceptada en diversos campos de estudio.

Sin embargo, la inmunohistoquímica también presenta algunas limitaciones, como la necesidad de disponer de anticuerpos específicos y de alta calidad, la posibilidad de obtener resultados falsos positivos o negativos debido a reacciones no específicas, y la dificultad para cuantificar con precisión los niveles de expresión de las proteínas en el tejido. A pesar de estas limitaciones, la inmunohistoquímica sigue siendo una técnica poderosa y ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades.

El carcinoma es un tipo específico de cáncer que se origina en los tejidos epiteliales, que son los tejidos que recubren las superficies internas y externas del cuerpo. Los carcinomas pueden ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo la piel, los pulmones, el seno, el colon y el recto.

Este tipo de cáncer se produce cuando las células epiteliales experimentan mutaciones genéticas que causan un crecimiento y división celular descontrolado. Las células cancerosas pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otras partes del cuerpo a través del sistema circulatorio o linfático.

Existen diferentes tipos de carcinomas, clasificados según el tipo de célula epitelial en la que se originan. Algunos ejemplos son:

* Carcinoma de células escamosas: se desarrolla a partir de células escamosas, que son células planas y aplanadas que recubren las superficies internas y externas del cuerpo. Este tipo de carcinoma es común en la piel y en los órganos internos como el pulmón, el cuello uterino y la vejiga.
* Carcinoma de células basales: se origina en las células basales, que son células redondeadas y pequeñas que se encuentran en la capa más profunda de la piel. Este tipo de carcinoma es el más común de los cánceres de piel.
* Carcinoma adenocarcinoma: se desarrolla a partir de células glandulares, que son células que producen y secretan sustancias como las glándulas sudoríparas o las glándulas mamarias. Este tipo de carcinoma es común en los senos, el colon, el recto y los pulmones.

El tratamiento del carcinoma depende del tipo y la etapa del cáncer, así como de la salud general del paciente. Los tratamientos pueden incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas.

El hiperaldosteronismo es un trastorno hormonal en el que la glándula suprarrenal produce demasiada aldosterona, una hormona que ayuda a regular los niveles de sodio y potasio en su cuerpo. Este exceso de aldosterona hace que sus riñones aumenten la eliminación de potasio y retengan más sodio de lo necesario.

Hay dos tipos principales de hiperaldosteronismo: primario e indirecto (también llamado secundario). El hiperaldosteronismo primario, a veces llamado síndrome de Conn, es causado por un problema en la glándula suprarrenal misma, como un tumor (generalmente no canceroso) o una sobrecrecimiento (hiperplasia) de las células que producen aldosterona. El hiperaldosteronismo secundario suele ser el resultado de una afección subyacente que hace que los riñones envíen señales para producir más aldosterona, como la insuficiencia cardíaca congestiva, la enfermedad renal y la cirrosis hepática.

Los síntomas del hiperaldosteronismo pueden incluir debilidad muscular, fatiga, calambres en las piernas, ritmo cardíaco irregular y presión arterial alta. El tratamiento depende del tipo y la causa subyacente del hiperaldosteronismo. Puede incluir medicamentos para controlar los niveles de potasio y sodio en la sangre, cirugía para extirpar el tumor o reducir el tamaño de las glándulas suprarrenales, o medidas para tratar la afección subyacente que está causando el hiperaldosteronismo secundario.

El hueso esfenoides es un hueso central del cráneo que ayuda a formar el neurocráneo y parte del spláncrano. Tiene la forma de una mariposa y contribuye a formar los límites de las órbitas oculares, así como también forma parte del piso y laterales de la cavidad craneal. En su interior alberga los senos esfenoidales.

Está situado en la base del cráneo, entre el occipital, el temporal y los parietales. Tiene dos alas mayores, que se articulan con los parietales; dos alas menores, que forman parte de la órbita ocular; un cuerpo que forma parte del piso de la cavidad craneal y una apófisis basilar que desciende hacia la parte superior de la columna vertebral.

Lesiones o enfermedades en el hueso esfenoides pueden causar diversos síntomas, dependiendo de la ubicación y extensión de la lesión, incluyendo dolores de cabeza, problemas visuales, trastornos del olfato y del gusto, entre otros.

Las neoplasias duodenales se refieren a las condiciones en las que se forman crecimientos anormales (tumores) en el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos comunes en el duodeno incluyen pólipos adenomatosos, leiomiomas y lipomas. Por otro lado, los tipos más comunes de cáncer que se desarrollan en el duodeno son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma.

Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias duodenales incluyen la edad avanzada, la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística, la poliposis adenomatosa familiar y ciertos trastornos genéticos.

El diagnóstico de las neoplasias duodenales se realiza mediante una variedad de pruebas, como la endoscopia digestiva alta, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

La Hormona Adrenocorticotrópica (ACTH, por sus siglas en inglés) es una hormona polipeptídica que se produce y se secreta por la glándula pituitaria anterior en el sistema endocrino. La ACTH desempeña un papel crucial en la regulación del equilibrio hormonal en nuestro cuerpo.

Su función principal es estimular la producción y liberación de las hormonas cortisol, corticosterona y aldosterona en la corteza suprarrenal. Estas hormonas desempeñan un papel importante en la respuesta al estrés, el metabolismo de proteínas, glúcidos y lípidos, la presión arterial y el sistema inmunológico.

La secreción de ACTH está controlada por el hipotálamo a través de la liberación de la hormona corticotropina-release factor (CRF). Cuando los niveles de cortisol en sangre disminuyen, el hipotálamo libera CRF, lo que provoca la secreción de ACTH desde la glándula pituitaria. A su vez, el aumento de los niveles de cortisol inhibe la producción adicional de ACTH, estableciendo así un mecanismo de retroalimentación negativa.

Es importante notar que ciertas condiciones médicas, como enfermedades de la glándula pituitaria o del hipotálamo, trastornos inmunológicos y algunos tipos de cáncer, pueden afectar los niveles normales de ACTH y causar diversos síntomas y complicaciones de salud.

La hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, es una glándula endocrina pequeña pero extremadamente importante ubicada en la base del cráneo dentro de la silla turca, que es un área especialmente adaptada en el hueso esfenoides. Se divide anatómicamente y funcionalmente en dos partes: la adenohipófisis (lóbulo anterior) y la neurohipófisis (lóbulo posterior).

La adenohipófisis produce y secreta varias hormonas importantes, incluyendo:
- La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo en los niños y tiene efectos anabólicos en los adultos.
- La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche materna después del parto.
- Las hormonas tiroideas estimulantes (TSH), que regulan la función de la glándula tiroides.
- La adrenocorticotropina (ACTH), que regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
- La foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), que controlan la función reproductora en ambos sexos.
- La melanocitoestimulante (MSH) y la hormona inhibidora de la síntesis de melanina (HIMS), que participan en el control del color de la piel y el cabello.

La neurohipófisis almacena y libera dos hormonas producidas por el hipotálamo:
- La oxitocina, que desencadena la contracción uterina durante el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
- La vasopresina o hormona antidiurética (ADH), que regula el equilibrio de agua en el cuerpo mediante el control de la reabsorción de agua a nivel renal.

La glándula pituitaria desempeña un papel fundamental en el control y coordinación del sistema endocrino, ya que regula la producción y secreción de otras hormonas en todo el cuerpo. Por lo tanto, cualquier trastorno o alteración en su función puede tener graves consecuencias para la salud.

El adenocarcinoma es un tipo específico de cáncer que se forma en las glándulas exocrinas del cuerpo. Las glándulas exocrinas son aquellas que producen y secretan sustancias como sudor, aceites o mucosidades para lubricar y proteger los tejidos circundantes.

El adenocarcinoma se desarrolla a partir de células glandulares anormales que comienzan a multiplicarse sin control, formando una masa tumoral. Este tipo de cáncer puede ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo los pulmones, el colon, el recto, la próstata, el seno y el cuello del útero.

Los síntomas del adenocarcinoma pueden variar dependiendo de su localización en el cuerpo, pero algunos signos comunes incluyen dolor, hinchazón o inflamación, dificultad para tragar, tos persistente, pérdida de peso y fatiga.

El tratamiento del adenocarcinoma depende del estadio y la localización del cáncer, y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas. Es importante recibir atención médica especializada temprana si se sospecha de la presencia de este tipo de cáncer para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso.

El hiperparatiroidismo primario es un trastorno hormonal en el que una o más glándulas paratiroides del cuello producen excesivamente la hormona paratiroidea (PTH). La función principal de la PTH es regular los niveles de calcio y fósforo en el cuerpo.

En condiciones normales, cuando los niveles de calcio en la sangre disminuyen, las glándulas paratiroides secretan más PTH para ayudar a restaurar los niveles apropiados. La PTH aumenta los niveles de calcio al hacer que los riñones lo retengan y estimular la activación del calcio en los huesos. También disminuye los niveles de fósforo al reducir su absorción en los intestinos y aumentar su excreción renal.

Sin embargo, en el hiperparatiroidismo primario, las glándulas paratiroides producen demasiada PTH incluso cuando los niveles de calcio están normales o altos. Este exceso de PTH puede conducir a una variedad de problemas de salud, incluyendo osteoporosis, cálculos renales y debilidad muscular.

La causa más común de hiperparatiroidismo primario es un tumor benigno (adenoma) en una o más glándulas paratiroides. En raras ocasiones, el crecimiento excesivo de las glándulas paratiroides (hipertrofia) o cáncer de glándula paratiroidea pueden ser la causa.

Las neoplasias de la tiroides se refieren a crecimientos anormales en la glándula tiroidea, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). La glándula tiroidea está ubicada en la parte frontal del cuello y es responsable de producir hormonas importantes para el metabolismo, crecimiento y desarrollo del cuerpo.

Existen varios tipos de neoplasias de la tiroides, incluyendo:

1. Adenomas: Son tumores benignos que se originan en las células foliculares o en las células C de la glándula tiroidea. Los adenomas no son cancerosos y raramente causan síntomas, aunque algunos pueden crecer lo suficiente como para ser palpables o visibles.
2. Carcinomas: Son tumores malignos que se originan en las células de la glándula tiroidea. Existen varios tipos de carcinomas de tiroides, incluyendo el carcinoma papilar, el carcinoma folicular, el carcinoma medular y el carcinoma anaplásico. El tratamiento y el pronóstico dependen del tipo y del estadio del cáncer.
3. Linfomas: Son tumores malignos que se originan en los glóbulos blancos (linfocitos) de la glándula tiroidea. Los linfomas de tiroides son raros y suelen ocurrir en personas mayores de 60 años. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.
4. Sarcomas: Son tumores malignos que se originan en el tejido conectivo o en los vasos sanguíneos de la glándula tiroidea. Los sarcomas de tiroides son extremadamente raros y suelen ser agresivos. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

El diagnóstico y el tratamiento de los tumores de tiroides requieren la evaluación y la atención de un equipo multidisciplinario de especialistas, incluyendo endocrinólogos, cirujanos, radiólogos, patólogos y oncólogos.

Las lesiones precancerosas, también conocidas como displasia o neoplasia intraepitelial, se refieren a cambios anormales en las células que pueden convertirse en cáncer con el tiempo. Estas lesiones no son cancerosas en sí mismas, pero tienen el potencial de evolucionar hacia un cáncer si no se tratan.

Las lesiones precancerosas pueden ocurrir en varios tejidos y órganos del cuerpo humano. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Lesión precancerosa de cuello uterino (displasia cervical): Se presenta como un cambio anormal en las células del cuello uterino, que a menudo se detecta mediante una prueba de Papanicolaou. La displasia leve o moderada puede revertirse por sí sola, pero la displasia severa requiere tratamiento para prevenir el desarrollo de cáncer de cuello uterino.

2. Lesión precancerosa de piel (queratosis actínica): Se presenta como parches escamosos y ásperos en la piel, especialmente en áreas expuestas al sol. Estas lesiones pueden convertirse en carcinoma de células escamosas si no se tratan.

3. Lesión precancerosa del esófago (displasia esofágica): Se presenta como un cambio anormal en las células que recubren el esófago, a menudo asociado con el reflujo ácido crónico o la infección por el virus del papiloma humano (VPH).

4. Lesión precancerosa del pulmón (displasia bronquial): Se presenta como un cambio anormal en las células que recubren los bronquios, a menudo asociado con el tabaquismo o la exposición al humo del tabaco.

5. Lesión precancerosa del colon y recto (displasia adenomatosa): Se presenta como un crecimiento anormal en el revestimiento interno del colon o recto, a menudo asociado con la enfermedad inflamatoria intestinal o los factores genéticos.

El tratamiento de las lesiones precancerosas depende del tipo y gravedad de la lesión, así como de otros factores como la edad y el estado general de salud del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, crioterapia (congelación), electrocirugía, láser o quimioterapia tópica. En algunos casos, se puede recomendar una vigilancia cercana y repetida para controlar el crecimiento o cambios en la lesión.

La "Silla Turca" no es un término médico estándar o ampliamente aceptado. Sin embargo, en un contexto médico, parece referirse a una posición específica en la que se coloca a un paciente durante ciertos procedimientos, particularmente durante la cirugía espinal. En esta posición, el paciente está boca abajo con las piernas dobladas en los muslos y las pantorrillas apoyadas sobre un cojín o almohadilla, lo que hace que la forma general se asemeje a una silla. Esto ayuda a flexionar la columna vertebral y abrir el espacio entre las vértebras, facilitando así ciertos procedimientos quirúrgicos.

Sin embargo, es importante destacar que este término podría no ser familiar para muchos profesionales médicos y su uso puede variar considerablemente en diferentes contextos clínicos.

La sigmoidoscopia es un procedimiento diagnóstico médico que involucra el uso de un sigmoidoscopio, un tubo delgado y flexible con una luz y una lente para ver el interior del cuerpo. Más específicamente, la sigmoidoscopia permite al médico examinar el revestimiento del colon inferior o sigmoide, que es la última porción del intestino grueso.

Durante el procedimiento, el sigmoidoscopio se inserta gradualmente en el recto y el colon sigmoide. El médico puede then inflate the area with air to better view the lining, and may also take biopsies (small tissue samples) for further examination.

Sigmoidoscopies are typically used to investigate symptoms such as abdominal pain, changes in bowel habits, or rectal bleeding. They can help diagnose conditions like inflammatory bowel disease, polyps, or colorectal cancer. It's important to note that a sigmoidoscopy does not examine the entire colon, so if a more comprehensive examination is needed, a colonoscopy may be recommended instead.

Un coristoma es un tumor benigno que consiste en tejido glandular normal encapsulado dentro de una lesión. Este tejido glandular se origina en el mismo lugar donde se desarrolla el tumor y continúa funcionando normalmente, a diferencia del hamartoma, que es un crecimiento benigno compuesto por un desorden mixto de células y tejidos que son normales para la región, pero crecen en cantidades excesivas.

El término "coristoma" se utiliza a veces como sinónimo de "hamartoma", aunque generalmente se reserva para aquellos casos en los que el tejido glandular es claramente funcional y encapsulado. Los coristomas son raros y pueden ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo el pulmón, el hígado y el cerebro.

Las neoplasias del recto se refieren a crecimientos anormales y no controlados de células en el revestimiento del recto, que es la última porción del intestino grueso. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias benignas comunes del recto incluyen pólipos adenomatosos, que a menudo se pueden quitar con procedimientos endoscópicos y rara vez se convierten en cáncer. Sin embargo, algunos tipos de pólipos, como los pólipos villosos, tienen un mayor riesgo de convertirse en cáncer.

Las neoplasias malignas del recto son el cáncer de recto, que se origina en las células epiteliales que recubren el interior del recto. El cáncer de recto puede invadir los tejidos circundantes y diseminarse (metástasis) a otras partes del cuerpo. Los factores de riesgo para el cáncer de recto incluyen la edad avanzada, el tabaquismo, la dieta rica en grasas y pobre en fibra, los antecedentes familiares de cáncer colorrectal, las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.

El tratamiento de las neoplasias del recto depende del tipo y grado de crecimiento, así como de la etapa y localización del cáncer. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden mejorar significativamente los resultados del paciente.

La apoplejía hipofisaria es una afección poco común pero grave que ocurre cuando la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, sufre hemorragia o infarto. Esto puede provocar un aumento de tamaño de la glándula, lo que puede comprimir el tejido circundante y los nervios craneales, resultando en diversos síntomas.

Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza intenso, visión doble o borrosa, pérdida de la visión, especialmente en los lados (pérdida de campo visual), debilidad muscular, desorientación y pérdida de conciencia. En algunos casos, también puede haber síntomas relacionados con la deficiencia hormonal, como fatiga, letargia, hipotensión y temperatura corporal baja.

La apoplejía hipofisaria es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El tratamiento generalmente incluye el manejo de los síntomas, la restauración de las deficiencias hormonales y, en algunos casos, la cirugía para aliviar la presión sobre el tejido cerebral. Las causas más comunes de apoplejía hipofisaria son los tumores pituitarios (adenomas), la hipertensión arterial y los trastornos de coagulación sanguínea.

La Hormona de Crecimiento Humano (HGH), también conocida como Somatotropina, es una hormona peptídica que se produce en el cuerpo humano. Es producida por la glándula pituitaria anterior y desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo del cuerpo.

La HGH ayuda a regular diversas funciones corporales, incluyendo:

1. El crecimiento y desarrollo de los tejidos y órganos corporales.
2. La regulación del metabolismo de las grasas, azúcares y proteínas.
3. El fortalecimiento del sistema inmunológico.
4. El mantenimiento de la masa muscular y ósea.
5. El influir en el proceso de envejecimiento.

La producción de HGH alcanza su punto máximo durante la adolescencia y comienza a disminuir a medida que una persona envejece. Un déficit de esta hormona puede causar diversos problemas de salud, como el enanismo en los niños y la osteoporosis y la sarcopenia en los adultos. Por otro lado, un exceso de HGH puede dar lugar a diversas afecciones, como el gigantismo en los niños y el acromegalia en los adultos.

El colon, también conocido como intestino grueso, es la parte final del tracto gastrointestinal en el cuerpo humano. Se extiende desde el ciego, donde se une al íleon (la última parte del intestino delgado), hasta el recto, que conduce al ano. El colon mide aproximadamente 1,5 metros de largo y tiene varias funciones importantes en la digestión y la absorción de nutrientes.

Las principales funciones del colon incluyen:

1. Absorción de agua y electrolitos: El colon ayuda a absorber el exceso de agua y electrolitos (como sodio y potasio) de los materiales no digeridos que pasan a través de él, lo que ayuda a formar las heces.
2. Almacenamiento temporal de heces: El colon actúa como un reservorio temporal para las heces antes de ser eliminadas del cuerpo a través del recto y el ano.
3. Fermentación bacteriana: El colon contiene una gran cantidad y diversidad de bacterias beneficiosas que descomponen los residuos alimentarios no digeridos, produciendo gases y ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, que sirven como fuente de energía para las células del colon y tienen propiedades antiinflamatorias y protectores contra el cáncer.
4. Síntesis de vitaminas: Las bacterias del colon también son responsables de la síntesis de varias vitaminas, como la vitamina K y algunas vitaminas B (como la biotina y la vitamina B12 en pequeñas cantidades).

El colon se divide en varias regiones anatómicas: el ciego, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente y el colon sigmoide. Cada región tiene características distintivas en términos de estructura y función. El movimiento intestinal y las contracciones musculares ayudan a mover los contenidos a través del colon y garantizar una correcta absorción de nutrientes y agua, así como la eliminación de desechos.

Las hormonas hipofisarias, también conocidas como hormonas pituitarias, son producidas y secretadas por la glándula pituitaria, que está ubicada en la base del cerebro. La glándula pituitaria se divide en dos partes: la adenohipófisis y la neurohipófisis, cada una de las cuales produce diferentes tipos de hormonas hipofisarias.

La adenohipófisis produce y secreta seis tipos principales de hormonas:

1. Hormona del crecimiento (GH): estimula el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales, especialmente durante la infancia y adolescencia.
2. Prolactina (PRL): estimula la producción de leche materna en las mujeres durante la lactancia.
3. Tirotropina o tiroidesestimulante (TSH): regula la función de la glándula tiroidea y la producción de hormonas tiroideas.
4. Adrenocorticotropina (ACTH): regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
5. Folículo-estimulante (FSH): estimula el crecimiento y desarrollo de los óvulos en las mujeres y los espermatozoides en los hombres.
6. Luteinizante (LH): también desempeña un papel importante en la reproducción, ya que induce la ovulación en las mujeres y la producción de testosterona en los hombres.

La neurohipófisis produce y almacena dos tipos principales de hormonas:

1. Oxitocina: desencadena el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
2. Vasopresina o hormona antidiurética (ADH): regula el equilibrio de agua en el cuerpo, reduciendo la producción de orina y aumentando la reabsorción de agua en los riñones.

La Proteína de la Poliposis Adenomatosa del Colon (APC, por sus siglas en inglés) es una proteína que desempeña un papel crucial en la supresión de tumores y el mantenimiento de la homeostasis celular. La mutación o inactivación de este gen se ha relacionado con la predisposición hereditaria al cáncer colorrectal, conocida como Poliposis Adenomatosa del Colon (PAC).

La proteína APC es codificada por el gen APC localizado en el brazo largo del cromosoma 5 (5q21-q22). Esta proteína tiene varias funciones importantes, incluyendo la regulación de la transcripción génica, la proliferación celular y la apoptosis (muerte celular programada).

En condiciones normales, la proteína APC ayuda a regular la cantidad y actividad de las células madre en el intestino, previniendo así el crecimiento excesivo y descontrolado de tejidos. Cuando el gen APC está mutado o dañado, como ocurre en la PAC, se produce una acumulación anormal de proteínas beta-catenina en el núcleo celular, lo que lleva al desarrollo de pólipos adenomatosos en el colon y recto. Estos pólipos pueden convertirse en cancerosos si no se detectan y eliminan a tiempo.

En resumen, la proteína APC es un supresor tumoral importante que ayuda a regular la proliferación celular y prevenir el crecimiento excesivo de tejidos en el intestino. La mutación o inactivación del gen APC se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal hereditario, como la Poliposis Adenomatosa del Colon.

La paratiroidectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpan las glándulas paratiroides. Estas glándulas, generalmente cuatro pero a veces más, están ubicadas en el cuello y producen la hormona paratiroidea, que regula los niveles de calcio y fósforo en el cuerpo.

La paratiroidectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar el hiperparatiroidismo, una afección en la cual las glándulas paratiroides producen demasiada hormona paratiroidea. Esto puede conducir a niveles elevados de calcio en la sangre, lo que podría dañar los huesos, el corazón, y otros tejidos.

Existen diferentes tipos de paratiroidectomía, dependiendo del tipo e intensidad del hiperparatiroidismo. La extirpación de una sola glándula se denomina enucleación o hemiparatiroidectomía. Si se extirpan dos o más glándulas, el procedimiento se conoce como subtotal paratiroidectomía o total paratiroidectomía con o sin autotransplante.

Después de la cirugía, es posible que sea necesario un monitoreo cuidadoso de los niveles de calcio en la sangre, ya que pueden caer a niveles bajos y provocar temblores, espasmos musculares o convulsiones.

En la terminología médica, "uretano" se refiere a un polímero sintético que se utiliza en la producción de diversos dispositivos médicos. El uretano es conocido por su excelente flexibilidad, durabilidad y resistencia a la abrasión, lo que lo convierte en un material ideal para catéteres, sondas y otros dispositivos que necesitan ser insertados en el cuerpo.

El uretano es un polímero termoplástico que se produce mediante la reacción de diisocianatos con poliolefinas. La composición química del uretano puede variarse para producir diferentes propiedades mecánicas y térmicas, lo que permite a los fabricantes adaptar el material a una variedad de aplicaciones médicas.

En resumen, "uretano" es un término médico que se refiere a un tipo específico de polímero sintético utilizado en la producción de dispositivos médicos debido a su excelente flexibilidad, durabilidad y resistencia a la abrasión.

La mucosa intestinal es la membrana delicada y altamente vascularizada que reviste el interior del tracto gastrointestinal. Es la primera barrera entre el lumen intestinal y el tejido subyacente, y desempeña un papel crucial en la absorción de nutrientes, la secreción de electrolitos y líquidos, y la protección contra patógenos y toxinas.

La mucosa intestinal está compuesta por epitelio simple columnar, que forma una capa continua de células que recubren la superficie interna del intestino. Estas células están unidas entre sí por uniones estrechas, lo que ayuda a mantener la integridad de la barrera intestinal y a regular el paso de moléculas y iones a través de ella.

Además, la mucosa intestinal contiene glándulas especializadas, como las glándulas de Lieberkühn, que secretan mucus y enzimas digestivas para facilitar la absorción de nutrientes y proteger la mucosa contra el daño. La mucosa intestinal también alberga una gran cantidad de bacterias beneficiosas, conocidas como microbiota intestinal, que desempeñan un papel importante en la salud digestiva y general.

La integridad y la función adecuadas de la mucosa intestinal son esenciales para la salud digestiva y general, y su deterioro puede contribuir al desarrollo de diversas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, la síndrome del intestino irritable y algunos trastornos autoinmunes.

Un adenoma de los conductos biliares es un tipo raro de tumor benigno (no canceroso) que se desarrolla en los conductos biliares, que son pequeños tubos que conectan el hígado y la vesícula biliar y permiten que la bilis fluya desde el hígado hasta el intestino delgado. Este tipo de tumor está compuesto por células glandulares anormales que se multiplican de manera descontrolada y forman un crecimiento anormal en los conductos biliares.

Aunque la mayoría de los adenomas de los conductos biliares no causan síntomas, algunos pueden crecer lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis, lo que puede provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos raros, un adenoma de conducto biliar puede convertirse en canceroso si no se trata.

El diagnóstico de un adenoma de conducto biliar generalmente se realiza mediante una combinación de estudios de imágenes, como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y pruebas de función hepática. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor y los conductos biliares afectados.

La prolactina es una hormona proteica polipeptídica, sintetizada y secretada por las células lactotropas del lóbulo anterior de la glándula pituitaria. Normalmente, su función principal es promover la producción y secreción de leche materna en las glándulas mamarias durante el período de lactancia después del parto. Sin embargo, también desempeña un papel modesto en el sistema inmunológico, la regulación del crecimiento celular y la homeostasis energética.

La producción de prolactina está controlada principalmente por un mecanismo de inhibición: la hormona liberadora de tirotropina (TRH) estimula su liberación, pero otras sustancias como la dopamina (un neurotransmisor) la suprimen. Durante el embarazo, los niveles de estrógenos y progesterona aumentan drásticamente, lo que hace que las células lactotropas sean más sensibles a la TRH y menos sensibles a la dopamina, resultando en un aumento significativo de los niveles de prolactina séricos.

La hiperprolactinemia, o niveles elevados de prolactina en sangre, pueden causar diversos problemas de salud, como amenorrea (supresión del ciclo menstrual), galactorrea (secreción inapropiada de leche fuera del período de lactancia) e infertilidad. Por otro lado, los niveles bajos de prolactina no suelen causar síntomas clínicos notables, excepto durante la lactancia materna, donde podrían interferir con una adecuada producción de leche.

En resumen, la prolactina es una hormona importante en el control de la lactancia y tiene efectos adicionales en otros sistemas corporales. El equilibrio adecuado de esta hormona es crucial para mantener procesos fisiológicos normales y preservar la salud reproductiva.

El colon descendente es la parte del colon que desciende hacia abajo desde el colon transverso en el lado izquierdo del abdomen. Se extiende desde el ángulo esplénico hasta el sigmoides, que es la última porción del colon antes de entrar en el recto. Su función principal es almacenar y eliminar desechos sólidos a través del proceso de defecación. El colon descendente también participa en la reabsorción de agua y electrolitos del contenido intestinal.

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Etiquetasadenoma pleomórficoartritis reumatoideesclerodermiaglándula parótidaglándulas lagrimalesglándulas salivalesglándulas ...
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  • 5]​ Resecciones de este tipo vienen acompañadas con raras recurrencias, las cuales ocurren cuando el tumor es tratado muy conservadoramente, es decir, la enucleación de la porción principal de la masa tumoral deja focos microscópicos de células tumorales en el área circundante que vuelven a crecer en la forma de un tumor recurrente o en un carcinoma. (wikipedia.org)
  • Tumor de Warthin - adenoma monomórfico Cálculo de la glándula salival Cáncer de boca Carcinoma mucoepidermoide Linfoma Mucocele Sarcoidosis Sialadenitis Síndrome de Mikulicz Tumor de Warthin BENTO, Patrícia Meira, FREITAS, Roseana de Almeida, PINTO, Leão Pereira et al. (wikipedia.org)
  • 2]​ El adenoma pleomórfico de la glándula parótida es el tipo de tumor salival benigno más común, cerca de un 80% de todos los casos de tumores salivales. (wikipedia.org)
  • Tiende a ser más frecuente en personas de raza blanca que en otras razas, las mujeres son afectadas predominantemente sobre los hombres en una proporción cercana al 3:2 y ocurren típicamente entre la cuarta y sexta década de vida-edad promedio de los pacientes es aproximadamente 43 años-siendo muy raro encontrar estos tumores en niños. (wikipedia.org)