Ausencia de cabello en áreas donde normalmente está presente.
Pérdida de cuero cabelludo y de cuerpo piloso involucrando áreas microscópicamente irregulares e inflamadas.
Cubierta externa de la parte superior del cráneo. Está compuesta por varias capas, PIEL, tejido conjuntivo subcutáneo, el músculo occipitofrontal que incluye la galea tendinosa aponeurótica, tejido conectivo laxo y el pericráneo (el PERIOSTIO del CRÁNEO).
Invaginación de aparicencia tubular de la EPIDERMIS, a partir de la que se desarrolla el tallo del pelo y dentro del que se abren las GLÁNDULAS SEBÁCEAS. El folículo piloso está tapizado por una vaina radicular celular interna y externa de origen epidérmico y revestido por una vaina fibrosa derivada de la dermis (Adaptación del original: Stedman, 25a ed). Los folículos de los pelos muy largos se extienden hasta la capa subcutánea de tejido interno de la PIEL.
Estructura filamentosa que consiste en una diáfisis cilíndrica que sobresale de la superficie de la PIEL a partir de una raíz que es más blanda que la diáfisis y que está localizada en la cavidad de un FOLÍCULO PILOSO. Se encuentra en la mayoría de las superficies corporales.
Potente vasodilatador de acción periférica directa (AGENTES VASODILATADORES)que reduce la resistencia periférica y produce una caída de la PRESIÓN SANGUÍNEA (Adaptación del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed, p371).
La dermatosis del cuero cabelludo se refiere a un grupo diverso de condiciones cutáneas inflamatorias que afectan específicamente la región capilar, causando síntomas como picazón, enrojecimiento, descamación y/o pérdida de cabello.
Inflamación de folículos, principalmente de los folículos pilosos.
Una técnica diagnóstica no invasiva para ejecutar examen microscópico directo de la superficie y arquitectura de la PIEL.
Tiña del cuero cabelludo y pelo asociado causadas principalmente por especies de MICROSPORUM; TRICHOPHYTON; y EPIDERMOPHYTON, que ocasionalmente puede incluir las cejas y las pestañas.
Compulsión a tirar de su propio pelo.
Tejido fibroso que sustituye el tejido normal durante el proceso de CICATRIZACIÓN de heridas.
Sensibilidad anormal a la luz. Esta puede ocurrir como manifestación de ENFERMEDADES OCULARES; MIGRAÑA; HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA; MENINGITIS; y de otros trastornos. La fotofobia puede ocurrir también en asociación con DEPRESIÓN y de otros TRASTORNOS MENTALES.
Enfermedad inflamatoriay pruriginosa de la piel y de las membranas mucosas, que puede ser generalizada o localizada. Se caracteriza por pápulas planas característicamente púrpuras que poseen predilección por el tronco y las superficies de flexión. Las lesiones pueden ser discretas o pueden coalescer para formar placas. Histológicamente, hay un patrón en forma de "dientes en serrucho" de la hiperplasia epidérmica y alteración vacuolar de la capa basal de la epidermis junto con un intenso infiltrado inflamatorio de la dermis superior compuesto predominantemente por células T. La etiología es desconocida.
Líneas curvas de CABELLO localizadas en los bordes superiores de las cuencas oculares.
Un quimiesterilizante de los insectos y agente antineoplásico.
Cantidad de pelo inferior a la normal. (Dorland, 28a ed)
Cubierta externa del cuerpo y que lo proteje del ambiente. Se compone de DERMIS y EPIDERMIS.
Cualquiera de los diversos trastornos generalizados de la piel que se caracterizan por sequedad, aspereza, y descamación, producidos por hipertrofia del estrato córneo de la epidermis. La mayoría son de origen genético, pero algunos son adquiridos, y se desarrollan asociados con otras enfermedades sistémicas o síndromes genéticos.
Órganos pequeños en forma de bolsas que se encuentran dentro de la DERMIS. Cada glándula tiene un conducto único que emerge desde un conjunto de alveolos ovales. Cada alveolo consta de una MEMBRANA BASAL transparente que circunda a las células epiteliales. Los conductos de la mayoría de las glándulas sebáceas se abren en un FOLÍCULO PILOSO, pero algunos lo hacen en la superficie de la PIEL. Las glándulas sebáceas segregan el SEBO.

La alopecia es una condición médica que se caracteriza por la pérdida parcial o completa del cabello en la cabeza, cejas, barba u otras partes del cuerpo. Existen diferentes tipos y causas de alopecia, y su diagnóstico y tratamiento pueden variar dependiendo del tipo específico.

El tipo más común de alopecia es la alopecia androgenética, también conocida como calvicie común, que afecta principalmente a los hombres pero también puede ocurrir en las mujeres. Esta forma de alopecia está relacionada con factores genéticos y hormonales y se caracteriza por un patrón específico de pérdida de cabello en la parte superior e inferior de la cabeza.

Otro tipo común de alopecia es la alopecia areata, que se produce cuando el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, causando la caída del cabello en parches redondos y bien definidos. La alopecia areata puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y afecta tanto a hombres como a mujeres de todas las edades.

La alopecia universal es una forma más grave de alopecia areata que causa la pérdida completa del cabello en todo el cuerpo, incluyendo cejas, pestañas y vello corporal. La alopecia totalis es una forma similar que solo afecta el cuero cabelludo.

El tratamiento de la alopecia depende del tipo y gravedad de la afección. Algunos casos pueden resolverse por sí solos, mientras que otros pueden requerir tratamientos médicos, como corticosteroides tópicos o inyectables, terapia de luz o incluso trasplantes de cabello. En algunos casos, el uso de pelucas, postizos o maquillaje permanente puede ayudar a mejorar la apariencia estética.

En resumen, la alopecia es una afección que causa la pérdida del cabello en diversas áreas del cuerpo y puede tener diferentes causas y presentaciones. El tratamiento depende del tipo y gravedad de la afección y puede incluir opciones médicas o cosméticas. Si experimenta pérdida de cabello inexplicable, es recomendable consultar con un especialista en el tema para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La alopecia areata es una enfermedad autoinmune que afecta el cuero cabelludo y puede causar la pérdida de pelo en parches circulares. En algunos casos, puede progresar a la pérdida completa del cabello en el cuero cabelludo (alopecia total) o en todo el cuerpo (alopecia universal). La causa exacta es desconocida, pero se cree que está relacionada con una respuesta inmunológica anormal en la que el sistema inmunitario ataca los folículos pilosos sanos.

La alopecia areata puede afectar a personas de cualquier edad y género, aunque es más común en niños y adultos jóvenes. Los síntomas pueden incluir la aparición repentina de parches calvos en el cuero cabelludo, cejas, pestañas, barba o cualquier otra parte del cuerpo con pelo. En algunos casos, se puede experimentar picazón o dolor leve en las áreas afectadas antes de la caída del cabello.

El diagnóstico de alopecia areata generalmente se realiza mediante un examen físico y el historial médico del paciente. En algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales, como biopsias de piel o análisis de sangre, para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la alopecia areata depende de la gravedad y la extensión de la enfermedad. En casos leves, el cabello puede crecer de nuevo sin tratamiento en unos meses. Sin embargo, en casos más graves, se pueden utilizar varios tratamientos, como corticosteroides tópicos o inyectables, terapia de luz ultravioleta, inmunomoduladores y terapias biológicas.

Aunque la alopecia areata no es una enfermedad potencialmente mortal, puede causar efectos psicológicos significativos, como ansiedad, depresión y baja autoestima. Por lo tanto, es importante buscar apoyo emocional y tratamiento médico para manejar los síntomas de la enfermedad.

El cuero cabelludo, también conocido como la región capitatis en términos anatómicos, se refiere a la zona superior y posterior de la cabeza donde crece el pelo. Es una extensión de la piel que tiene glándulas sebáceas y folículos pilosos, al igual que otras partes del cuerpo. Sin embargo, los folículos capilares en el cuero cabelludo tienen un ciclo de crecimiento más largo, lo que permite que el pelo crezca más allá de la longitud de otros vellos corporales.

El cuero cabelludo tiene cinco capas: la epidermis (la capa externa), la dermis (la capa intermedia), la hipodermis (la capa más profunda), el tejido celular subcutáneo y los músculos erectores del pelo. La irrigación sanguínea es abundante en esta región, lo que facilita el crecimiento del cabello. Además, contiene terminaciones nerviosas sensoriales que pueden detectar estímulos táctiles, dolorosos o térmicos.

Es importante mantener la salud del cuero cabelludo mediante prácticas adecuadas de higiene y atención médica si se presentan problemas como caspa, dermatitis seborreica, piojos o alopecia.

Un folículo piloso es una estructura anatómica en la piel que contiene el tallo del pelo y sus glándulas asociadas. Se compone de varias partes, incluyendo el bulbo piloso (donde se forma el cabello), la matriz (células que forman el cabello), el tallo del cabello y la vaina externa e interna. Los folículos pilosos se encuentran en casi todas las áreas de la piel, excepto en las palmas de las manos, plantas de los pies y algunas zonas de los labios. La actividad del folículo piloso está controlada por factores hormonales y neurogénicos, y su ciclo de vida consta de tres fases: crecimiento (anágena), transición (catágena) y reposo (telógena).

El cabello es una fibra proteica muerta y queratinizada que se encuentra en la piel de los mamíferos. En humanos, el crecimiento del cabello ocurre en folículos pilosos específicos en la dermis (capa interna de la piel). El cabello está compuesto principalmente por una proteína llamada queratina y está formado por tres partes: el tallo, la cutícula y la raíz.

El tallo del cabello es la parte visible que sobresale de la superficie de la piel. La cutícula es la capa externa protectora del tallo del cabello, compuesta por células escamosas aplanadas que se superponen unas a otras como las tejas de un tejado. La raíz del cabello está ubicada en el folículo piloso y es la parte responsable del crecimiento del cabello.

El ciclo de vida del cabello consta de tres fases: crecimiento (anágena), transición (catágena) y caída (telógena). El crecimiento del cabello ocurre durante la fase anágena, que dura aproximadamente entre 2 a 6 años y el cabello puede crecer hasta una longitud de entre 18 a 30 pulgadas. Durante la fase catágena, que dura alrededor de 2-3 semanas, el crecimiento del cabello se detiene y la raíz se desprende del suministro de sangre. Finalmente, en la fase telógena, que dura aproximadamente de 100 a 150 días, el folículo piloso permanece inactivo y el cabello cae, comenzando un nuevo ciclo de crecimiento.

El crecimiento y la apariencia del cabello pueden verse afectados por diversos factores, como la genética, la edad, las hormonas, los medicamentos, el estrés y las enfermedades. Las condiciones médicas que pueden causar pérdida de cabello incluyen la alopecia areata, la alopecia androgenética, la deficiencia nutricional y el hipertiroidismo, entre otras. El tratamiento de la pérdida de cabello depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapias hormonales, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos como el trasplante de cabello.

Minoxidil es un medicamento aprobado por la FDA para el tratamiento de la pérdida de cabello o calvicie común (alopecia androgenética) en hombres y mujeres. Originalmente, minoxidil se desarrolló como un medicamento oral para tratar la hipertensión (tensiones arteriales altas). Sin embargo, se observó que uno de los efectos secundarios del medicamento era el crecimiento excesivo del vello corporal.

Posteriormente, se formuló una solución tópica de minoxidil al 2% o al 5% para su aplicación directa en el cuero cabelludo con la intención de aprovechar este efecto secundario y estimular el crecimiento del cabello. Aunque no está completamente claro cómo funciona minoxidil, se cree que amplía los vasos sanguíneos del cuero cabelludo, lo que aumenta el flujo sanguíneo y promueve el crecimiento del folículo piloso.

La aplicación tópica de minoxidil puede ralentizar la pérdida de cabello e incluso inducir el crecimiento de nuevo cabello en algunas personas con alopecia androgenética. Los efectos del tratamiento suelen ser modestos y pueden tardar varios meses en observarse. Además, el uso continuado de minoxidil es necesario para mantener los beneficios del tratamiento, ya que la pérdida de cabello puede reanudarse después de suspender el medicamento.

Es importante tener en cuenta que minoxidil no es efectivo para todos y puede producir efectos secundarios como irritación de la piel, picazón, sequedad o enrojecimiento del cuero cabelludo. En casos raros, el uso de minoxidil puede causar un crecimiento excesivo del vello en otras partes del cuerpo y, si se ingiere accidentalmente, pueden producirse efectos secundarios graves como bajada de la presión arterial o ritmo cardíaco irregular. Consulte a su médico o farmacéutico antes de utilizar minoxidil para obtener asesoramiento sobre su uso y posibles interacciones con otros medicamentos.

La dermatosis del cuero cabelludo se refiere a un grupo diverso de condiciones cutáneas que afectan la zona capilar. Estas enfermedades pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen picazón, enrojecimiento, descamación, ampollas, costras y pérdida de cabello. Algunos ejemplos comunes de dermatosis del cuero cabelludo son la dermatitis seborreica, la psoriasis del cuero cabelludo, la dermatitis de contacto y la tiña capitis. El tratamiento varía dependiendo de la afección subyacente, pero puede incluir champús medicinales, cremas tópicas o incluso medicamentos orales en casos graves. Siempre se recomienda consultar con un dermatólogo o profesional médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La foliculitis es una afección cutánea común en la que se inflaman los folículos pilosos, que son los pequeños sacos en la piel desde donde crecen los pelos. Puede causar espinillas rojas con un punto blanco en el centro, ampollas llenas de pus alrededor de uno o más folículos pilosos, dolor, picazón y enrojecimiento de la piel.

La causa más común es una infección bacteriana, pero también puede ser provocada por hongos u otros microorganismos. La foliculitis puede afectar cualquier parte del cuerpo que tenga vellos, pero se ve con mayor frecuencia en las áreas donde la ropa aprieta o irrita la piel, como los muslos, las nalgas y las axilas. También es común en el cuero cabelludo.

El tratamiento depende de la gravedad de la afección. Puede incluir antibióticos tópicos o orales para las infecciones bacterianas, antifúngicos para las infecciones por hongos y medidas de cuidado personal para prevenir la irritación de la piel. En casos graves, puede ser necesaria la cirugía para drenar las ampollas llenas de pus.

La dermoscopía, también conocida como microscopia epidérmica de enlace, es una técnica no invasiva de diagnóstico médico que utiliza un dispositivo especial llamado dermatoscopio para examinar las lesiones cutáneas, particularmente los lunares y otros tipos de manchas en la piel. El dermatoscopio ilumina y magnifica la superficie de la piel y su estructura dérmica subyacente, lo que permite a los médicos evaluar visualmente características y patrones específicos que pueden ayudar en el diagnóstico de diversas afecciones cutáneas, como melanomas y otros cánceres de piel.

La dermoscopía puede proporcionar una imagen más clara y detallada de las lesiones cutáneas que no siempre son visibles a simple vista, lo que ayuda a mejorar la precisión diagnóstica y a reducir la necesidad de biopsias innecesarias. Además, la dermoscopía se puede utilizar para realizar un seguimiento de los cambios en las lesiones cutáneas con el tiempo, lo que puede ser útil en el diagnóstico y tratamiento tempranos del cáncer de piel.

En resumen, la dermoscopía es una herramienta importante en la evaluación y diagnóstico de afecciones cutáneas, especialmente en lo que respecta al cáncer de piel, ya que permite a los médicos examinar las lesiones cutáneas con mayor detalle y precisión.

La tiña del cuero cabelludo, también conocida como tinea capitis, es una infección cutánea causada por hongos dermatofitos. Estos hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos como el cuero cabelludo. La infección generalmente afecta el folículo piloso y puede provocar la pérdida del cabello en forma de parches calvos circulares.

Los síntomas comunes incluyen picazón intensa en el cuero cabelludo, enrojecimiento, formación de costras y dolor al tocar las áreas afectadas. En algunos casos, se pueden formar protuberancias llenas de pus llamadas querion. La tiña del cuero cabelludo es particularmente común en niños y puede propagarse fácilmente a través del contacto directo o compartiendo artículos personales como peines, gorras o toallas con una persona infectada. El tratamiento generalmente implica medicamentos antifúngicos, tanto tópicos como orales, recetados por un médico.

La tricotilomanía es un trastorno displésico del control de impulsos, caracterizado por la recurrente extracción de pelo, a menudo de la cabeza, cejas, pestañas o otras áreas corporales, que causa alopecia notoria y distress psicológico. Las personas con tricotilomanía a menudo se involucran en patrones de arrancado de pelo compulsivo y repetitivo, a veces experimentando un sentido de alivio o satisfacción después del acto. Este comportamiento puede ocurrir como respuesta a estados emocionales desencadenantes, como ansiedad, estrés, aburrimiento o enojo, y a menudo se realiza de manera inconsciente o automática. La tricotilomanía puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona, incluidos los aspectos sociales, emocionales y profesionales, y requiere un tratamiento multidisciplinario que a menudo incluye terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicación.

Una cicatriz es una parte del tejido conectivo que reemplaza el tejido dañado o perdido en cualquier parte del cuerpo, tras haber sufrido un traumatismo, quemadura, inflamación o cirugía. Durante el proceso de curación, las células especializadas llamadas fibroblastos producen colágeno y otras proteínas para regenerar el tejido dañado.

El nuevo tejido formado durante este proceso puede tener una apariencia diferente al tejido original, con características como cambios en la textura, coloración y elasticidad. Las cicatrices pueden variar en tamaño, forma y gravedad dependiendo de diversos factores, como la ubicación del daño, la extensión del mismo, la edad y el estado de salud general de la persona afectada.

En algunos casos, las cicatrices pueden causar molestias o dolor, especialmente si se encuentran en áreas con movimiento frecuente. También pueden limitar la función o el rango de movimiento de los músculos y tejidos circundantes. En estos casos, puede ser necesario recurrir a tratamientos adicionales, como terapias físicas, inyecciones de corticosteroides o cirugía para mejorar la apariencia y función de las cicatrices.

En resumen, una cicatriz es el resultado del proceso natural de curación del cuerpo tras un daño tisular, aunque puede presentar cambios en la textura, coloración y elasticidad respecto al tejido original. En algunos casos, las cicatrices pueden causar molestias o limitaciones funcionales, requiriendo tratamientos adicionales para su mejora.

La fotofobia es una condición médica en la cual un individuo experimenta una sensibilidad excesiva a la luz, especialmente a la luz brillante. La persona puede sentir incomodidad o dolor en los ojos cuando están expuestos a la luz, ya sea natural del sol o artificial de luces eléctricas. Esta reacción exagerada se debe generalmente a una inflamación o irritación en la superficie o interior del ojo, o puede ser un síntoma de ciertas afecciones oculares subyacentes.

La fotofobia no es en sí misma una enfermedad, sino más bien un signo asociado con diversas condiciones oftalmológicas y neurológicas. Algunos de los trastornos que pueden causar fotofobia incluyen conjuntivitis, queratitis, uveítis, meningitis, migrañas y ciertos tipos de lesiones cerebrales. El tratamiento de la fotofobia implica abordar la afección subyacente que está causando la sensibilidad a la luz.

El liquen plano es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel y las mucosas. Se caracteriza por la aparición de pápulas planas, picazón intensa y lesiones erosivas en la piel, el cuero cabelludo, las uñas o las membranas mucosas. Las lesiones cutáneas típicas son de color rojo-violáceo, con una superficie aterciopelada y bordes definidos. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en los muñecas, antebrazos, tobillos y piernas. Las lesiones en las membranas mucosas pueden causar dolor o ardor, especialmente en la boca y la región genital.

La causa exacta del liquen plano es desconocida, pero se cree que está relacionada con una respuesta anormal del sistema inmunológico. Se ha asociado con diversos factores desencadenantes, como infecciones virales, reacciones a medicamentos y estrés emocional. El diagnóstico generalmente se basa en los hallazgos clínicos y puede ser confirmado por una biopsia cutánea.

El tratamiento del liquen plano depende de la gravedad de los síntomas y las áreas afectadas. Puede incluir corticosteroides tópicos o sistémicos, inmunomoduladores, antihistamínicos para aliviar la picazón e hidratantes para mantener la piel hidratada. En algunos casos, se pueden requerir tratamientos adicionales para manejar las complicaciones, como la inflamación de las encías o el daño a las uñas. Aunque el liquen plano puede causar molestias significativas, por lo general no representa un riesgo grave para la salud y la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente en un período de 1 a 2 años.

Las cejas se definen en términos médicos como estructuras capilares arqueadas que se encuentran por encima de los ojos, desde la nariz hasta las sienes. Sirven como protección para los ojos contra el sudor, el agua y otros desechos que puedan caer desde la frente. Además, las cejas ayudan a expresar emociones y mejoran la capacidad de comunicación no verbal. La pérdida o rarefacción excesiva del vello de las cejas puede ser un signo de alopecia areata, hipertricosis lanuginosa congénita o hipotiroidismo.

La trietilenofosforamida (TEPA) es un compuesto organofosforado con la fórmula molecular P(CH2CH2Cl)3. Se trata de un líquido aceitoso, incoloro y viscoso que se utiliza en la síntesis de polímeros. Es también conocido por sus propiedades alcaloides sintéticas.

En términos médicos, la TEPA puede ser usada como un agente antineoplásico, es decir, una sustancia utilizada en el tratamiento del cáncer. Se clasifica como un agente alquilante, lo que significa que funciona al unirse de forma irreversible a los grupos químicos presentes en el ADN, impidiendo así la replicación y transcripción del ADN y por lo tanto la división celular.

Sin embargo, es importante señalar que el uso de la TEPA en medicina está limitado debido a su toxicidad sistémica y carcinogénica. La exposición a este compuesto puede causar una variedad de efectos adversos, incluyendo daño hepático, nefropatía, neurotoxicidad y posiblemente cáncer. Por lo tanto, su uso está restringido a situaciones en las que los beneficios terapéuticos superen claramente los riesgos potenciales para el paciente.

La hipotricosis es un término médico que se refiere a una condición capilar en la cual hay una disminución anormal o pérdida notable del crecimiento del cabello. Puede afectar el cuero cabelludo o todo el cuerpo. La gravedad de la pérdida del cabello puede variar desde leve hasta severa, e incluso puede estar asociada con otras anomalías, como defectos en las uñas o problemas en el desarrollo. Es importante destacar que existen diferentes tipos y causas de hipotricosis, incluyendo factores genéticos, enfermedades autoinmunes, infecciosas, deficiencias nutricionales o exposición a ciertos fármacos o tratamientos. El diagnóstico y manejo de la hipotricosis requieren una evaluación médica completa para determinar la causa subyacente y así poder ofrecer el tratamiento más apropiado.

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano en términos de superficie y peso. Desde un punto de vista médico, la piel se define como un órgano complejo con múltiples capas y funciones vitales. Está compuesta por dos principales componentes: el tejido epitelial (epidermis) y el tejido conectivo (dermis). La epidermis proporciona una barrera protectora contra los patógenos, mientras que la dermis contiene glándulas sudoríparas, folículos pilosos, vasos sanguíinos y nervios.

La piel desempeña varias funciones importantes para la homeostasis y supervivencia del cuerpo humano:

1. Protección: La piel actúa como una barrera física contra los agentes externos dañinos, como bacterias, virus, hongos, toxinas y radiación ultravioleta (UV). También previene la pérdida excesiva de agua y electrolitos del cuerpo.

2. Termorregulación: La piel ayuda a regular la temperatura corporal mediante la sudoración y la vasodilatación o vasoconstricción de los vasos sanguíneos en la dermis.

3. Sensación: Los nervios en la piel permiten detectar estímulos táctiles, térmicos, dolorosos y propioceptivos, lo que nos ayuda a interactuar con nuestro entorno.

4. Immunidad: La piel desempeña un papel crucial en el sistema inmune al proporcionar una barrera contra los patógenos y al contener células inmunes que pueden detectar y destruir microorganismos invasores.

5. Síntesis de vitamina D: La piel contiene una forma de colesterol llamada 7-dehidrocolesterol, que se convierte en vitamina D3 cuando se expone a la luz solar UVB. La vitamina D es importante para la absorción de calcio y el mantenimiento de huesos y dientes saludables.

6. Excreción: Además de la sudoración, la piel también excreta pequeñas cantidades de desechos metabólicos a través de las glándulas sebáceas y sudoríparas apocrinas.

La ictiosis es un término general que se refiere a un grupo de trastornos de la piel caracterizados por escamas secas y gruesas en la superficie de la piel. Estas escamas suelen tener una apariencia similar a la del pescado, de ahí el nombre de la afección, que proviene de la palabra griega 'ichthys', que significa 'pez'.

La ictiosis se produce cuando las células muertas de la piel no se desprenden normalmente, sino que se acumulan en exceso, formando escamas. Esto puede ser el resultado de una producción excesiva de células cutáneas o de una deficiencia en la capacidad de la piel para desprenderse adecuadamente de las células muertas.

Existen varios tipos de ictiosis, que varían en gravedad y patrón de herencia. Algunos tipos son presentes desde el nacimiento o se desarrollan durante la infancia, mientras que otros pueden no manifestarse hasta la edad adulta. Los síntomas más comunes incluyen sequedad extrema de la piel, formación de escamas gruesas y descamativas en la superficie de la piel, enrojecimiento e irritación de la piel, y una sensación general de picazón intensa.

El tratamiento de la ictiosis suele estar dirigido a aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones. Puede incluir medidas para hidratar la piel, como baños tibios con jabones suaves y lociones humectantes, exfoliación suave de la piel para eliminar las escamas, y evitar factores desencadenantes, como el clima seco o los ambientes con baja humedad. En casos graves, pueden ser necesarios medicamentos recetados o terapias adicionales para controlar los síntomas.

Las glándulas sebáceas son glándulas exocrinas que se encuentran en la piel de los mamíferos. Su función principal es secretar una sustancia oleosa llamada sebo, que lubrica y protege la piel y el cabello. Estas glándulas están asociadas con los folículos pilosos y abren en el conducto del folículo piloso cerca de la superficie de la piel.

El sebo está compuesto principalmente de triglicéridos, ésteres de colesterol, squaleno y pequeñas cantidades de lípidos libres, ceramidas, colesterol y otros esteroles. Ayuda a mantener la piel hidratada al evitar que el agua se evapore de la superficie de la piel. También proporciona una capa protectora sobre la piel que ayuda a prevenir la infección al repeler el agua y otras partículas externas.

Las glándulas sebáceas son controladas por las hormonas andrógenos, especialmente la testosterona y la dihidrotestosterona. La producción de sebo aumenta durante la pubertad bajo la influencia de estas hormonas, lo que puede resultar en el acné. Los desequilibrios hormonales en cualquier etapa de la vida también pueden afectar la actividad de las glándulas sebáceas y conducir a problemas de la piel como acné, sequedad o grasa excesiva.

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