Un efectivo agente tripanocida.
Especie de Tripanosoma hemoflagelado que es transmitido por las moscas tsetse y que produce anemia severa en el ganado vacuno. Estos parásitos se encuentran también en caballos, carneros, chivos y camellos.
Fármacos que destruyen los protozoos del suborden TRYPANOSOMATINA.
Agente antiprotozoario efectivo en el tratamiento de la tripanosomiasis, leishmaniasis y algunas infecciones por hongos; utilizado en el tratamiento de la neumonía por PNEUMOCYSTIS en pacientes infectados por VIH. Puede causar diabetes mellitus, daño en el sistema nervioso central y otros efectos tóxicos.
Enfermedad endémica entre las personas y animales de África Central. Es producida por vaias especies de tripanosomas, particularmente T. gambiense y T. rhodesiense. Su segundo hospedero es la MOSCA TSETSE. La participación del sistema nervioso central produce "La enfermedad del sueño Africana." La Nagana es una tripanosomiasis rápidamente fatal de caballos y de otros animales.
Infección del ganado bovino producida por varias especies de tripanosomas.
Grupo de enfermedades de mamíferos transmitidas por garrapatas incluidas las ZOONOSIS en humanos. Es causada por protozoos del género BABESIA, que parasitan a los eritrocitos, produciendo hemolisis. En los Estados Unidos el huesped natural del organismo es el ratón y la transmisión es por la garrapata del venado IXODES SCAPULARIS.
Género de protozoos parásitos transportados por garrapatas que infestan los glóbulos rojos de los mamíferos, incluido los humanos. Hay muchas especies reconocidas, y la distribución es mundial.
Fenantridinas son compuestos químicos aromáticos policíclicos que consisten en dos anillos de benceno fusionados con un anillo pirrolidino.
Amidinas son compuestos orgánicos que contienen el grupo funcional amidina (-C(=NH)NH2), los cuales tienen diversas aplicaciones biomédicas, incluyendo su uso como sustratos en la síntesis de péptidos y como agentes terapéuticos potenciales.
Sustancias que destruyen a los protozoos.
Proteínas implicadas en el transporte de NUCLEÓSIDOS a través de las membranas celulares.
Género de protozoos flagelados que se encuentran en la sangre y la linfa de vertebrados e invertebrados, ambos hospederos son requeridos para completar el ciclo de vida.
Subespecie hemoflagelada de protozoos parásitos que producen nagana en animales domésticos y animales de caza en África. Aparentemente no infectan a humanos. Se transmite por la picada de las moscas tsetse (Glossina).

El Diminazeno es un agente antiparasitario que se utiliza en el tratamiento de la tripanosomiasis, también conocida como enfermedad del sueño. Es un compuesto sintético derivado de la diamidina y actúa interfiriendo con el metabolismo del ADN de los parásitos, lo que resulta en su muerte. Se administra por inyección y se usa principalmente en regiones donde ocurre la enfermedad africana del sueño, especialmente en África. Sin embargo, el uso de Diminazeno ha disminuido en los últimos años debido al desarrollo de fármacos más eficaces y seguros.

'Trypanosoma congolense' es un parásito protozoario flagelado que causa la enfermedad del sueño o tripanosomiasis africana en animales, particularmente en ganado. Es transmitido por la picadura de glossinas (tsetse), insectos hematófagos que se encuentran principalmente en regiones tropicales de África.

El parásito tiene un ciclo de vida complejo que involucra diferentes formas parasitarias en el vector y el huésped. En el ganado, las formas bloomingtoni y savannah son las más prevalentes y causan lesiones graves en órganos vitales, disminuyendo la producción y, en última instancia, resultando en una alta tasa de mortalidad.

El control de 'Trypanosoma congolense' es un desafío importante debido a la resistencia a los medicamentos y la dificultad para controlar las poblaciones de glossinas. Las estrategias de control incluyen el uso de insecticidas, vacunas y manejo del ganado, pero siguen siendo insuficientes para erradicar completamente la enfermedad.

Los tripanocidas son un grupo de medicamentos que se utilizan específicamente para tratar enfermedades causadas por tripanosomas, protozoarios flagelados que infectan los tejidos corporales y provocan diversas patologías. Existen dos géneros principales de tripanosomas que afectan a los humanos: Trypanosoma brucei gambiense y Trypanosoma brucei rhodesiense, responsables del sueño letargico o enfermedad del sueño africana.

Los fármacos tripanocidas más comunes incluyen pentamidina e inhibidores de la dihidroorotato deshidrogenasa (DHOH), como el eflornitina y el nifurtimox. Estos medicamentos funcionan mediante diferentes mecanismos para interrumpir el ciclo vital de los tripanosomas o dañar su membrana celular, lo que resulta en la muerte del parásito.

Es importante destacar que el tratamiento con estos fármacos debe ser supervisado por un profesional médico capacitado, ya que presentan diversas contraindicaciones y efectos secundarios adversos. Además, la resistencia a los medicamentos tripanocidas es una preocupación creciente en las regiones endémicas de la enfermedad del sueño, lo que requiere un monitoreo constante y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.

La pentamidina es un fármaco antimicrobiano que se utiliza principalmente para tratar y prevenir infecciones causadas por organismos protozoarios, como el Pneumocystis jirovecii (anteriormente conocido como P. carinii), que pueden ocurrir en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con SIDA o en transplantes de órganos. También se puede usar para tratar algunas infecciones causadas por tripanosomas, como la enfermedad del sueño africana.

La pentamidina pertenece a una clase de medicamentos llamados agentes aromáticos antiprotozoarios. Funciona matando a los organismos que causan la infección. Es importante seguir las instrucciones del médico cuidadosamente al tomar este medicamento, ya que se administra por vía intravenosa o intramuscular y requiere supervisión médica.

Los efectos secundarios comunes de la pentamidina incluyen náuseas, vómitos, dolor en el sitio de inyección, diarrea, mareos y cambios en el sentido del gusto. Los efectos secundarios más graves pueden incluir problemas renales, anemia, disminución de las plaquetas sanguíneas, bajos niveles de potasio en la sangre y reacciones alérgicas.

La Tripanosomiasis Africana, también conocida como Enfermedad del Sueño, es una afección parasitaria tropical causada por los tripanosomas, protozoos transmitidos por la picadura de la mosca tsé-tsé. Existen dos especies que provocan la enfermedad: Trypanosoma brucei gambiense y Trypanosoma brucei rhodesiense.

La tripanosomiasis africana se manifiesta en dos etapas principales:

1) Etapa hemáticas o "de fiebre periódica": Después de la incubación, que puede durar desde semanas hasta meses, aparecen síntomas no específicos como fiebre, dolores de cabeza, fatiga y prurito (picor). La enfermedad se caracteriza por períodos recurrentes de fiebre alta seguidos de episodios de aparente mejoría.

2) Etapa meningoencefálica: A medida que la enfermedad progresa, los parásitos atraviesan la barrera hematoencefálica e invaden el sistema nervioso central, provocando una serie de síntomas neurológicos graves como alteraciones del comportamiento, dificultades para hablar y tragar, movimientos anormales, convulsiones y, finalmente, coma.

El diagnóstico se realiza mediante la detección de parásitos en muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo u otros fluidos corporales, así como a través de pruebas serológicas que detectan anticuerpos contra el parásito. El tratamiento depende del estadio de la enfermedad y la especie del tripanosoma involucrada. Los fármacos utilizados incluyen pentamidina, suramin, eflornitina y melarsoprol. La prevención se basa en el control de las poblaciones de moscas tsé-tsé y la reducción del contacto entre humanos y vectores.

La tripanosomiasis bovina, también conocida como nagana, es una enfermedad parasitaria que afecta principalmente al ganado y es causada por protozoarios del género Trypanosoma. Estos parásitos son transmitidos por la picadura de glosinas, insectos hematófagos (que se alimentan de sangre) pertenecientes a los dípteros.

Los síntomas clínicos más comunes incluyen fiebre, anemia, debilitamiento, pérdida de peso, disminución de la producción de leche y abortos en las vacas gestantes. En etapas avanzadas de la enfermedad, pueden observarse edema (hinchazón) en diversas partes del cuerpo, problemas neurológicos y, finalmente, la muerte del animal.

El control de esta enfermedad se basa en la prevención de las picaduras de glosinas mediante el uso de repelentes, mallas metálicas y la erradicación de los reservorios de infección. En algunos casos, se recurre al tratamiento con fármacos trypanocidas, aunque su eficacia puede verse limitada por la resistencia a los medicamentos desarrollada por los parásitos.

Es importante mencionar que la tripanosomiasis bovina no solo representa un problema de salud animal, sino también una amenaza para la seguridad alimentaria y el desarrollo económico en las regiones donde es endémica, particularmente en África subsahariana.

La babesiosis es una enfermedad parasitaria que afecta a los glóbulos rojos y es transmitida por garrapatas. Está causada por microorganismos protozoarios del género Babesia, siendo la especie más común Babesia microti.

La transmisión generalmente ocurre cuando una garrapata infectada pica a un huésped y libera el parásito en su torrente sanguíneo. Una vez dentro del cuerpo, los parásitos invaden y se multiplican en los glóbulos rojos, destruyendo así estas células y provocando una anemia hemolítica.

Los síntomas de la babesiosis pueden variar desde leves hasta graves e incluyen fiebre, escalofríos, fatiga, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos y sudoración profusa. En algunos casos, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados o en ancianos, la babesiosis puede causar complicaciones graves como insuficiencia orgánica y fallo multiorgánico, lo que puede llevar a un resultado fatal.

El diagnóstico de la babesiosis se realiza mediante el análisis de una muestra de sangre para detectar la presencia del parásito Babesia en los glóbulos rojos. El tratamiento suele incluir la administración de antibióticos y agentes antiparasitarios, como clindamicina y quinina, durante un período prolongado de tiempo. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización y la transfusión de glóbulos rojos para tratar la anemia severa.

La prevención de la babesiosis implica el uso de medidas preventivas contra las picaduras de garrapatas, como el uso de repelentes de insectos y la revisión regular del cuerpo en busca de garrapatas después de haber estado al aire libre. También es importante mantener un césped bien cortado y eliminar los desechos vegetales y las malezas que pueden servir como hábitats para las garrapatas.

Babesia es una enfermedad parasitaria que afecta a los glóbulos rojos y es transmitida por garrapatas. Es causada por protozoos del género Babesia, que se multiplican dentro de los glóbulos rojos y pueden ocasionar anemia, fiebre y diversos síntomas sistémicos. Algunas especies de Babesia también pueden infectar a otros animales, lo que la convierte en una zoonosis. Los síntomas de la babesiosis pueden variar desde leves hasta graves e incluso potencialmente fatales, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan el parásito en la sangre. El tratamiento suele incluir medicamentos antiparasitarios y, en algunos casos, terapia de apoyo para manage los síntomas.

La fenantridina es un compuesto orgánico heterocíclico que consta de tres anillos benzénicos fusionados con un átomo de nitrógeno. No se encuentra naturalmente, pero se sintetiza a menudo para su uso en la industria química y farmacéutica.

En un contexto médico, las fenantridinas no desempeñan un papel directo como fármacos o agentes terapéuticos. Sin embargo, algunos compuestos relacionados con la fenantridina han demostrado tener propiedades biológicas interesantes, como actividad antimicrobiana, antiviral y anticancerígena. Por lo tanto, se han utilizado en la investigación de posibles tratamientos para diversas afecciones médicas.

Es importante tener en cuenta que estos compuestos relacionados con la fenantridina aún se encuentran en las primeras etapas de investigación y desarrollo, y su seguridad y eficacia como fármacos no se han establecido completamente. Por lo tanto, no hay una definición médica específica de las fenantridinas en el sentido de que se refieren a un tipo particular de medicamento o tratamiento.

Las amidinas son compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional, -C(=NH)-NH2, formado por un átomo de carbono con doble enlace a un átomo de nitrógeno y seguido por un enlace simple a otro átomo de nitrógeno con un sustituyente amino (-NH2).

En el contexto médico, las amidinas pueden aparecer como fármacos o metabolitos. Algunos ejemplos de fármacos que contienen el grupo funcional amidina son la teodrenalina (un agente simpaticomimético) y la pentamidina (un agente antiprotozoario utilizado en el tratamiento de la pneumocystis pneumonia).

Las amidinas también pueden formarse como metabolitos en el cuerpo humano, especialmente durante el metabolismo de determinados fármacos y compuestos naturales. Por ejemplo, la arginina, un aminoácido esencial, se puede metabolizar a forma de amidina antes de ser convertida en urea como parte del ciclo de la urea en el hígado.

En general, las amidinas tienen propiedades básicas y pueden actuar como bases débiles en soluciones acuosas. Esto se debe a la facilidad con que los átomos de hidrógeno del grupo funcional amidina pueden donar protones (H+) para formar pares de electrones con otros átomos o moléculas. Esta propiedad puede ser útil en la unión de las amidinas a otras moléculas, como en la formación de fármacos o en la modificación de proteínas y ácidos nucleicos en estudios bioquímicos y biológicos.

Los antiprotozoarios son un tipo de fármacos que se utilizan para tratar infecciones causadas por protozoos, que son organismos microscópicos unicelulares que pueden parasitar y multiplicarse dentro del cuerpo humano. Estos medicamentos funcionan interfiriendo con el crecimiento, reproducción o supervivencia de los protozoos, lo que ayuda a eliminar la infección y aliviar los síntomas asociados.

Existen diferentes tipos de antiprotozoarios, cada uno diseñado para tratar diferentes especies de protozoos. Algunos ejemplos comunes incluyen:

* Metronidazol: se utiliza para tratar infecciones causadas por protozoos como Giardia lamblia y Entamoeba histolytica.
* Clotrimazol: se usa para tratar infecciones vaginales causadas por el protozoo Candida albicans.
* Pentamidina: se utiliza para tratar la enfermedad del sueño, una infección grave causada por el protozoo Trypanosoma brucei.
* Quinina: se usa para tratar la malaria, una enfermedad parasitaria grave causada por el protozoo Plasmodium falciparum.

Es importante seguir las instrucciones de dosificación y administración del médico al tomar antiprotozoarios, ya que cada medicamento tiene diferentes propiedades farmacológicas y efectos secundarios potenciales. Además, es fundamental completar el curso completo de tratamiento para asegurarse de eliminar por completo la infección y prevenir una recaída.

Las proteínas de transporte de nucleósidos son un tipo específico de proteínas que se encuentran en la membrana celular y desempeñan un papel crucial en el transporte de nucleósidos y nucleótidos a través de la membrana. Los nucleósidos y nucleótidos son moléculas importantes involucradas en la síntesis de ácidos nucleicos, como el ADN y el ARN.

Existen dos tipos principales de proteínas de transporte de nucleósidos: las concentrativas y las equilibrativas. Las primeras permiten que los nucleósidos sean transportados contra un gradiente de concentración, mientras que las segundas facilitan el paso de los nucleósidos en respuesta a un gradiente de concentración existente.

Las proteínas de transporte de nucleósidos son importantes en diversos procesos fisiológicos y también desempeñan un papel crucial en la farmacología, ya que muchos medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades como el cáncer y el VIH se basan en el transporte de nucleósidos para su acción terapéutica.

Los Trypanosomas son protozoos flagelados que pertenecen al género Trypanosoma. Se trata de parásitos encontrados en la sangre y los tejidos de los vertebrados, incluidos los seres humanos. Causan diversas enfermedades graves, como la enfermedad del sueño en África y la enfermedad de Chagas en América Latina. Se transmiten al ser humano a través de la picadura de insectos hematófagos infectados, como la mosca tsetsé o el vinchuca. Los Trypanosomas presentan un ciclo de vida complejo y se caracterizan por su morfología única, con un flagelo que sobresale del extremo celular y una membrana ondulante.

'Trypanosoma brucei brucei' es un parásito protozoario flagelado que causa una enfermedad llamada tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño en animales y humanos. Esta especie es responsable de la forma gambiense de la enfermedad, que es más prevalente en el oeste y centro de África.

El parásito se transmite principalmente a través de la picadura de la glossina, también conocida como tsetse, un tipo de mosca que habita en regiones tropicales de África. El ciclo de vida del parásito incluye etapas en el vector insecto y en el huésped vertebrado.

En los mamíferos, 'Trypanosoma brucei brucei' se encuentra principalmente en el torrente sanguíneo y los tejidos linfáticos, donde causa una respuesta inmunitaria que resulta en fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolores musculares y articulares, fatiga y otros síntomas. A medida que el sistema inmunitario del huésped produce anticuerpos contra el parásito, este cambia su superficie proteica para evadir la respuesta inmunitaria, lo que lleva a una serie de episodios de enfermedad y recuperación.

La fase tardía de la enfermedad se caracteriza por daño neurológico progresivo, causando alteraciones mentales y problemas para dormir, de ahí el nombre "enfermedad del sueño". Sin tratamiento, la tripanosomiasis africana es fatal. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son cruciales para prevenir las complicaciones graves y salvar vidas.

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