Enfermedad de Moyamoya
Revascularización Cerebral
Angiografía Cerebral
Arterias Temporales
Angiografía por Resonancia Magnética
Meninges
Arteria Carótida Interna
Hemorragia Cerebral
Tomografía Computarizada de Emisión de Fotón Único
Arteria Cerebral Media
Círculo Arterial Cerebral
Arteria Cerebral Posterior
Fotofobia
Arteriopatías Oclusivas
Circulación Colateral
Anastomosis Quirúrgica
Ataque Isquémico Transitorio
Infarto Cerebral
Hemorragias Intracraneales
Angiografía de Substracción Digital
Arteria Carótida Externa
Enciclopedias como Asunto
Japón
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Trastornos Cerebrovasculares
La Enfermedad de Moyamoya es un trastorno cerebrovascular raro y progresivo, caracterizado por el estrechamiento y eventual bloqueo de los vasos sanguíneos principales que suministran sangre al cerebro (arterias carótidas internas y sus ramas). Este proceso conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos anormales y delicados en respuesta a la disminución del flujo sanguíneo, los cuales se ven como una nube nebulosa en las imágenes radiológicas, similar a un humo o "moyamoya" en japonés.
La enfermedad puede causar diversos síntomas, incluyendo dolores de cabeza, convulsiones, dificultades para hablar, pérdida de coordinación y debilidad o parálisis en un lado del cuerpo. En casos graves, la privación de sangre al cerebro puede llevar a accidentes cerebrovasculares (ictus) o ataques isquémicos transitorios (AIT).
La causa exacta de la enfermedad de Moyamoya es desconocida, aunque se cree que factores genéticos y ambientales pueden contribuir a su desarrollo. El diagnóstico generalmente se realiza mediante estudios de imagenología avanzada, como angiografía por resonancia magnética (ARM) o angiografía cerebral invasiva. El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar los síntomas y procedimientos quirúrgicos para mejorar el flujo sanguíneo al cerebro, como la revascularización cerebral.
La revascularización cerebral es un procedimiento quirúrgico o endovascular que se realiza para restaurar el flujo sanguíneo a las áreas del cerebro que han sido privadas de oxígeno y nutrientes como resultado de la oclusión o estenosis (apretamiento) de las arterias cerebrales. Esto puede deberse a diversas condiciones, como la enfermedad arterial coronaria, la disección arterial o la enfermedad cerebrovascular.
Existen varios tipos de procedimientos de revascularización cerebral, que incluyen:
1. Angioplastia y stenting: Se introduce un catéter delgado a través de una arteria en el brazo o la pierna hasta llegar a la arteria cerebral afectada. Luego, se infla un pequeño balón en la arteria para abrirla y colocar un stent (un tubo metálico flexible) para mantenerla abierta.
2. Cirugía de bypass cerebral: Se crea una nueva ruta para el flujo sanguíneo alrededor del bloqueo arterial. Esto implica conectar una arteria sana a una vena o arteria más pequeña que alimente la zona del cerebro privada de sangre.
3. Endarterectomía: Se realiza una incisión en la arteria afectada para eliminar la placa y los depósitos grasos que bloquean el flujo sanguíneo.
4. Trasplante de células madre: Aunque aún se encuentra en fases de investigación, este procedimiento implica inyectar células madre en el cerebro con la esperanza de que estas células puedan regenerarse y formar nuevos vasos sanguíneos.
La revascularización cerebral puede ayudar a prevenir daños adicionales al cerebro, mejorar los síntomas y aumentar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades cerebrovasculares como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular o la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, estos procedimientos conllevan riesgos y complicaciones potenciales, por lo que es importante evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos antes de tomar una decisión.
La angiografía cerebral es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X y una sustancia de contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos en el cerebro. Durante el procedimiento, un agente de contraste se inyecta en la arteria principal del cuello, lo que permite que los vasos sanguíneos del cerebro se visualicen claramente en las radiografías.
Este procedimiento se utiliza a menudo para identificar anomalías en los vasos sanguíneos del cerebro, como aneurismas, estenosis (estrechamiento), oclusión (obstrucción) y malformaciones vasculares. También se puede usar para planificar tratamientos endovasculares, como la colocación de stents o la embolización de aneurismas.
La angiografía cerebral generalmente se realiza en un hospital o centro médico especializado y requiere la administración de anestesia local. Después del procedimiento, es posible que sea necesario permanecer en observación durante unas horas para asegurarse de que no haya complicaciones. Las complicaciones graves son poco frecuentes pero pueden incluir reacciones al agente de contraste, sangrado excesivo, infección o daño a los vasos sanguíneos.
Las arterias meníngeas son vasos sanguíneos que suministran sangre a las membranas que envuelven y protegen el cerebro, conocidas como meninges. Hay varias arterias meníngeas que se originan en diferentes puntos de la circunferencia de la base del cráneo y se clasifican según su tamaño y ubicación.
Las principales arterias meníngeas son:
1. Arteria meningea media: Es la más grande de las arterias meníngeas y se origina en el tronco basilar. Se divide en dos ramas, la rama anterior y la rama posterior, que suministran sangre a las membranas externa e interna del cerebro, respectivamente.
2. Arteria meningea accesoria: Es una rama de la arteria auricular magna o directamente de la arteria carótida externa. Se distribuye en la duramadre y las membranas que rodean el agujero occipital y el conducto auditivo interno.
3. Arterias meníngeas anterior y posterior: Son pequeñas ramas de la arteria carótida interna que suministran sangre a las membranas internas del cerebro en la base del cráneo.
Las arterias meníngeas pueden verse afectadas por diversas patologías, como la aterosclerosis, la hipertensión arterial y las enfermedades autoinmunes, lo que puede provocar la formación de trombos o estenosis (estrechamiento) de los vasos sanguíneos. Estas condiciones pueden dar lugar a síntomas como dolores de cabeza, mareos, vértigos y, en casos graves, accidentes cerebrovasculares.
Las arterias temporales son ramas de la arteria carótida externa que suministran sangre a los músculos de la cabeza y la parte temporal del cuero cabelludo. Hay dos arterias temporales, una superficial y otra profunda, que se distribuyen en diferentes planos anatómicos. La arteria temporal superficial se encuentra justamente por debajo de la piel y el tejido conectivo subcutáneo, mientras que la arteria temporal profunda discurre más profundamente a través del músculo temporal.
La arteria temporal superficial desempeña un papel importante en la cirugía de revascularización cerebral, ya que puede utilizarse como fuente de injerto para bypass coronario o cerebral. Por otro lado, la arteria temporal profunda puede verse afectada en procesos patológicos como la enfermedad de Horton, una vasculitis que provoca inflamación y dolor en los vasos sanguíneos temporales.
En resumen, las arterias temporales son vasos sanguíneos cruciales para el suministro de sangre a la cabeza y el cuero cabelludo, y pueden verse afectadas por diversas patologías vasculares o utilizarse en procedimientos quirúrgicos especializados.
Las arterias cerebrales se refieren a un grupo de vasos sanguíneos que suministran sangre oxigenada al cerebro. Hay dos grupos principales de arterias cerebrales: las arterias cerebrales anteriores, medias y posteriores, que se originan en la arteria carótida interna, y las arterias vertebrales y basilar, que se unen para formar la arteria cerebral posterior.
Estas arterias se dividen en ramas más pequeñas que suministran sangre a diferentes partes del cerebro, incluyendo el córtex cerebral, el tálamo, el hipocampo y el cerebelo. La disfunción o daño en estas arterias puede resultar en una variedad de condiciones neurológicas, como accidente cerebrovascular, aneurismas y demencia vascular.
Es importante mantener la salud de las arterias cerebrales a través de hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y el control de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial y la diabetes.
La angiografía por resonancia magnética (ARM) es una técnica de imagenología que combina el uso de la resonancia magnética (RM) y las propiedades vasculares del contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos en el cuerpo. Durante un procedimiento de ARM, se administra un agente de contraste intravenoso al paciente y luego se utilizan ondas de radio y campos magnéticos para detectar los cambios en el campo magnético que ocurren cuando las protones del agente de contraste se alinean con el campo magnético. Estos cambios se convierten en señales electrónicas, que se procesan para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos.
La ARM es una técnica no invasiva y no utiliza radiación como la angiografía convencional. Es particularmente útil en la evaluación de lesiones vasculares cerebrales, aneurismas, estenosis (estrechamiento) de las arterias y tumores vasculares. También se puede usar para planificar procedimientos terapéuticos, como la endovascular o la cirugía vascular abierta.
En resumen, la angiografía por resonancia magnética es una técnica de imagenología no invasiva que utiliza campos magnéticos y ondas de radio para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos en el cuerpo. Es útil en la evaluación y planificación del tratamiento de diversas afecciones vasculares.
Las meninges son membranas protectoras del sistema nervioso central en los humanos y otros animales. Ellas recubren el cerebro y la médula espinal desde el interior del cráneo y la columna vertebral. Hay tres capas de meninges: la duramadre (la más externa y resistente), la aracnoides (la intermedia) y la piamadre (la más interna, que está en contacto directo con el tejido cerebral). Estas membranas ayudan a proteger el sistema nervioso central de lesiones y infecciones, proporcionan un suministro de sangre a través de vasos sanguíneos y contienen líquido cefalorraquídeo, que actúa como amortiguador y facilita la circulación de nutrientes y desechos.
La arteria carótida interna es una arteria importante en el cuello y el cerebro. Se origina en la bifurcación de la arteria carótida común, que a su vez se deriva de la aorta archi-cerebral. La arteria carótida interna suministra sangre oxigenada al cerebro, el ojo y la glándula timo. Se divide en varias ramas que proporcionan irrigación sanguínea a diferentes partes del cerebro y la cabeza. La obstrucción o el estrechamiento de esta arteria pueden causar accidentes cerebrovasculares, lo que puede resultar en síntomas neurológicos graves o incluso la muerte.
La hemorragia cerebral, también conocida como hemorragia intracraneal, es un tipo de accidente cerebrovascular que ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro y causa sangrado en los tejidos circundantes. Esto puede comprimir el tejido cerebral cercano, interrumpiendo su funcionamiento normal y dañándolo.
Hay diferentes tipos de hemorragia cerebral, dependiendo de dónde ocurre el sangrado:
1. Hemorragia intraparenquimatosa: Se produce cuando el sangrado se origina dentro del tejido cerebral mismo.
2. Hemorragia subaracnoidea: Ocurre cuando el sangrado se produce entre las membranas que rodean el cerebro, llamadas meninges, en un espacio conocido como el espacio subaracnoideo.
3. Hemorragia epidural: Se refiere al sangrado que ocurre entre el cráneo y la duramadre, la membrana exterior más dura que rodea el cerebro.
4. Hemorragia subdural: Sucede cuando el sangrado se produce entre la duramadre y la siguiente membrana más interna, llamada aracnoides.
Los síntomas de una hemorragia cerebral pueden variar dependiendo del tipo y la gravedad del sangrado, pero generalmente incluyen dolor de cabeza intenso, convulsiones, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, problemas de visión, pérdida del equilibrio o coordinación, y cambios en el nivel de conciencia o alerta.
El tratamiento de una hemorragia cerebral dependerá de la causa subyacente y puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre el tejido cerebral, medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones, rehabilitación para ayudar a recuperar las funciones perdidas, o una combinación de estas opciones.
La circulación cerebrovascular se refiere al sistema de vasos sanguíneos que abastecen de sangre al cerebro. Está compuesto por arterias, venas y capilares que transportan oxígeno, nutrientes y otras sustancias esenciales a las células cerebrales y eliminan los desechos metabólicos.
Las principales arterias que irrigan el cerebro son las arterias carótidas internas y las vertebrales, que se unen para formar la circulación posterior o basilar. Estas arterias se dividen en ramas más pequeñas que suministran sangre a diferentes regiones del cerebro.
La interrupción del flujo sanguíneo cerebral puede causar daño celular y conducir a una variedad de trastornos neurológicos, como accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio (AIT). Por lo tanto, la circulación cerebrovascular es fundamental para el mantenimiento de las funciones cerebrales normales y la salud general del cuerpo.
La tomografía computarizada de emisión de fotón único (SPECT, por sus siglas en inglés) es una técnica de imagen médica que utiliza radiotrazadores para producir imágenes tridimensionales de la distribución de radiofármacos inyectados en el cuerpo. La SPECT se basa en la detección de los fotones gamma emitidos por el radiotrazador después de su decaimiento, lo que permite visualizar la actividad funcional de los órganos y tejidos.
El procedimiento implica la adquisición de varias proyecciones de datos tomográficos alrededor del paciente mientras gira en un ángulo de 360 grados. Estos datos se reconstruyen luego en imágenes tridimensionales utilizando algoritmos de procesamiento de imagen, lo que permite obtener información sobre la distribución y concentración del radiotrazador dentro del cuerpo.
La SPECT se utiliza ampliamente en el campo de la medicina nuclear para evaluar diversas condiciones clínicas, como enfermedades cardiovasculares, neurológicas y oncológicas. Proporciona información funcional complementaria a las imágenes estructurales obtenidas mediante técnicas de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN).
La arteria cerebral media es una arteria grande y importante en el cerebro que se origina en la porción interior de la carótida interna. Es responsable de suministrar sangre oxigenada a gran parte del cerebro, incluyendo los lóbulos frontales, temporales y parietales, así como partes del lóbal occipital. También suministra sangre a estructuras profundas en el cerebro, como el cuerpo calloso, el tálamo y el hipocampo. La arteria cerebral media se divide en varias ramas que proporcionan irrigación sanguínea a diferentes partes del cerebro. La obstrucción o el daño de esta arteria pueden causar accidentes cerebrovasculares y otros trastornos neurológicos graves.
El círculo arterial cerebral, también conocido como polígono de Willis, es una estructura anatómica importante en el cerebro. Se trata de un círculo formado por la unión de las principales arterias que suministran sangre al encéfalo.
Este círculo está compuesto por:
* La arteria cerebral anterior, que se divide en dos ramas que se dirigen hacia atrás y hacia los lados de la cabeza.
* La arteria comunicante anterior, que conecta las dos arterias cerebrales anteriores entre sí.
* La arteria carótida interna, que se divide en dos ramas: la arteria cerebral anterior y la arteria comunicante anterior.
* La arteria comunicante posterior, que conecta la arteria cerebral posterior con la arteria basilar.
* La arteria cerebral posterior, que se dirige hacia atrás y hacia los lados de la cabeza.
El círculo arterial cerebral permite que la sangre circule por el cerebro de forma continua, incluso si una de las arterias que lo forman se obstruye o se estrecha. De esta manera, garantiza el suministro constante de oxígeno y nutrientes al tejido cerebral, lo que es fundamental para su correcto funcionamiento.
La arteria cerebral posterior es una arteria paired que se origina en la circulación vertebrobasilar y es responsable de suministrar sangre a la corteza cerebral, el lóbulo occipital, el lóbulo temporal, la región inferior del lóbulo parietal y el brainstem. Se divide en dos ramas, la rama cortical y la rama callosa, que suministran sangre a diferentes regiones del cerebro. La arteria cerebral posterior desempeña un papel crucial en el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro y cualquier disfunción o daño en esta arteria puede resultar en diversos síndromes neurológicos, como la hemiparesia, los déficits visuales y los trastornos del habla.
La fotofobia es una condición médica en la cual un individuo experimenta una sensibilidad excesiva a la luz, especialmente a la luz brillante. La persona puede sentir incomodidad o dolor en los ojos cuando están expuestos a la luz, ya sea natural del sol o artificial de luces eléctricas. Esta reacción exagerada se debe generalmente a una inflamación o irritación en la superficie o interior del ojo, o puede ser un síntoma de ciertas afecciones oculares subyacentes.
La fotofobia no es en sí misma una enfermedad, sino más bien un signo asociado con diversas condiciones oftalmológicas y neurológicas. Algunos de los trastornos que pueden causar fotofobia incluyen conjuntivitis, queratitis, uveítis, meningitis, migrañas y ciertos tipos de lesiones cerebrales. El tratamiento de la fotofobia implica abordar la afección subyacente que está causando la sensibilidad a la luz.
Las arteriopatías oclusivas se refieren a enfermedades o trastornos que causan la obstrucción o estrechamiento de las arterias, lo que puede disminuir o impedir el flujo sanguíneo a los tejidos y órganos del cuerpo. La causa más común de este tipo de afecciones es la acumulación de placa en las paredes internas de las arterias, un proceso conocido como aterosclerosis.
La placa se compone de grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, la placa puede endurecerse y estrechar las arterias, lo que dificulta o impide el flujo sanguíneo adecuado. En algunos casos, la placa puede romperse y formar un coágulo sanguíneo que obstruya completamente la arteria.
Las arteriopatías oclusivas pueden afectar a cualquier arteria del cuerpo, pero las más comunes son las que afectan a las arterias coronarias (que suministran sangre al corazón), las arterias carótidas (que suministran sangre al cerebro) y las arterias periféricas (que suministran sangre a los brazos y piernas).
Los síntomas de las arteriopatías oclusivas varían dependiendo de la gravedad de la obstrucción y la ubicación de la misma. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
* Dolor en el pecho (angina de pecho) o falta de aire con el esfuerzo físico, que puede indicar una enfermedad de las arterias coronarias.
* Debilidad o entumecimiento en los brazos o piernas, que pueden ser síntomas de una enfermedad de las arterias periféricas.
* Dolor de cabeza, mareos o dificultad para hablar o caminar, que pueden indicar una enfermedad de las arterias carótidas.
El tratamiento de las arteriopatías oclusivas depende de la gravedad de la obstrucción y la ubicación de la misma. Puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida, procedimientos quirúrgicos o intervenciones endovasculares (como angioplastia y stenting). En algunos casos, se puede recomendar una combinación de tratamientos.
La circulación colateral se refiere al desarrollo y el flujo sanguíneo a través de vasos sanguíneos adicionales o "colaterales" que se forman para compensar la obstrucción o estrechamiento de una arteria principal. Estos vasos colaterales pueden desarrollarse naturalmente en respuesta a una lesión o enfermedad vascular, como la arteriosclerosis o la aterosclerosis, que restringe el flujo sanguíneo en una arteria principal.
La circulación colateral puede ayudar a mantener el suministro de sangre y oxígeno a los tejidos afectados, reduciendo así la gravedad de los síntomas asociados con la enfermedad vascular. Sin embargo, en algunos casos, la circulación colateral puede ser insuficiente para compensar por completo la obstrucción arterial, lo que lleva a la isquemia tisular y posiblemente a la necrosis si no se trata.
La evaluación de la circulación colateral es importante en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades vasculares, ya que puede influir en las decisiones terapéuticas y proporcionar información sobre el pronóstico del paciente. La angiografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) son algunas de las técnicas utilizadas para evaluar la circulación colateral en los pacientes con enfermedades vasculares.
La anastomosis quirúrgica es el proceso de unir mecánicamente los extremos de dos conductos huecos o tubulares, como vasos sanguíneos, intestinos o bronquios, para crear una vía continua. Esto se realiza durante una cirugía para restaurar la continuidad y la función normal después de una resección o extirpación parcial de un órgano. La anastomosis se puede lograr mediante suturas, grapas quirúrgicas u otros dispositivos médicos especializados. El proceso requiere habilidades técnicas sofisticadas y cuidado para minimizar el riesgo de complicaciones, como fugas o estenosis anastomóticas.
Un Ataque Isquémico Transitorio (AIT), también conocido como "mini-derrame cerebral" o "transitorio isquémico agudo", es un trastorno cerebrovascular breve e inofensivo que generalmente dura menos de una hora y no causa daño permanente en el cerebro.
Un AIT ocurre cuando se reduce temporalmente el flujo sanguíneo al cerebro, lo que priva a las células cerebrales del oxígeno y los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. Esto puede deberse a la formación de un coágulo sanguíneo o a una disminución temporal del suministro de sangre al cerebro.
Los síntomas de un AIT pueden ser similares a los de un derrame cerebral y pueden incluir debilidad o entumecimiento repentinos en el rostro, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo; confusión, dificultad para hablar o comprender el lenguaje; problemas de visión en uno o ambos ojos; dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida; pérdida de equilibrio o coordinación; y mareo o desmayo.
Aunque los síntomas de un AIT suelen desaparecer por completo en unas horas, es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan algunos de ellos, ya que pueden ser una señal de advertencia de un derrame cerebral futuro. Un médico puede realizar pruebas para determinar la causa del AIT y recomendar tratamientos preventivos, como medicamentos para controlar los factores de riesgo cardiovascular o procedimientos quirúrgicos para eliminar los coágulos sanguíneos.
Un infarto cerebral, también conocido como un accidente cerebrovascular isquémico, se produce cuando hay una interrupción del suministro de sangre al cerebro, lo que resulta en la muerte de las células cerebrales. Esto generalmente es causado por un coágulo sanguíneo que bloquea una arteria que suministra sangre al cerebro. La falta de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales hace que estas mueran, lo que puede dar lugar a déficits neurológicos permanentes. Los síntomas de un infarto cerebral pueden incluir debilidad o parálisis repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente en una mitad del cuerpo; dificultad para hablar o comprender el lenguaje; visión doble o pérdida de visión en un ojo; dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida; mareos o pérdida del equilibrio. Los factores de riesgo para un infarto cerebral incluyen la edad avanzada, presión arterial alta, tabaquismo, diabetes, colesterol alto, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Las hemorragias intracraneales se refieren a los sangrados que ocurren dentro del cráneo. Estos sangrados pueden producirse en el espacio entre el cerebro y el cráneo (hemorragia subdural), en el espacio entre las membranas que rodean al cerebro (hemorragia epidural), o directamente dentro del tejido cerebral (hemorragia intraparenquimatosa).
La causa más común de estas hemorragias es la rotura de vasos sanguíneos debido a un traumatismo craneal. Sin embargo, también pueden ser causadas por diversas condiciones médicas, como hipertensión arterial no controlada, aneurismas cerebrales, malformaciones vasculares, tumores cerebrales o trastornos de coagulación sanguínea.
Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación de la hemorragia, pero generalmente incluyen dolor de cabeza intenso, vómitos, convulsiones, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, problemas de visión, dificultad para hablar o tragar, y cambios en el nivel de conciencia o comportamiento.
El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, medicamentos para controlar la presión intracraneal y prevenir convulsiones, y rehabilitación para ayudar a recuperar las funciones perdidas.
La angiografía de substracción digital es una técnica de imagenología médica que permite obtener imágenes detalladas de los vasos sanguíneos y determinar si existen obstrucciones, lesiones o anomalías en su estructura. Durante el procedimiento, se inyecta un contraste especial al paciente a través de una punción en la arteria o vena, y se toman imágenes mediante rayos X en diferentes momentos.
La "substracción digital" hace referencia al proceso de eliminar las estructuras estáticas de la imagen, como los huesos y tejidos blandos, para poder observar con mayor claridad los vasos sanguíneos y el contraste que fluye a través de ellos. Esto se logra mediante la comparación de dos imágenes: una antes de inyectar el contraste y otra después. La diferencia entre las dos imágenes permite obtener una visualización más nítida y precisa de los vasos sanguíneos, lo que facilita el diagnóstico y tratamiento de enfermedades vasculares.
La angiografía de substracción digital se utiliza en diversas especialidades médicas, como la cardiología, neurología, nefrología y cirugía vascular, para evaluar y tratar patologías como la enfermedad coronaria, accidentes cerebrovasculares, aneurismas y estenosis de las arterias renales, entre otras.
Los procedimientos neuroquirúrgicos se refieren a los métodos quirúrgicos utilizados para tratar condiciones y enfermedades del sistema nervioso, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Estos procedimientos son realizados por neurocirujanos, médicos especializados en el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las afecciones del sistema nervioso.
Algunos ejemplos de procedimientos neuroquirúrgicos incluyen:
1. Cirugía de la columna vertebral: utilizada para tratar problemas en la columna, como hernias discales, estenosis espinal y tumores.
2. Descompresión craneal: se realiza para aliviar la presión sobre el cerebro debido a un hematoma, tumor u otra causa.
3. Cirugía de Parkinson: utilizada para tratar los síntomas del Parkinson avanzado, como temblores y rigidez.
4. Cirugía de la epilepsia: se realiza para controlar las convulsiones incontrolables que no responden a otros tratamientos.
5. Cirugía vascular cerebral: utilizada para tratar aneurismas cerebrales y malformaciones arteriovenosas (MAV).
6. Tratamiento quirúrgico de tumores cerebrales: se realiza para extirpar o reducir la presión de los tumores cerebrales benignos o malignos.
7. Cirugía de la neuralgia del trigémino: utilizada para aliviar el dolor facial intenso asociado con esta afección.
8. Estimulación cerebral profunda: se utiliza para tratar una variedad de condiciones, como enfermedad de Parkinson, distonía y trastornos del movimiento.
9. Cirugía de la esclerosis múltiple: utilizada para aliviar los síntomas de esta afección crónica del sistema nervioso central.
10. Cirugía de columna vertebral: se realiza para tratar diversas afecciones de la columna vertebral, como hernias discales y estenosis espinal.
La arteria carótida externa es una arteria importante en el cuello que suministra sangre oxigenada a la cabeza y el cuello. Se origina en la bifurcación de la arteria carótida común, que se divide en la arteria carótida interna y la arteria carótida externa.
La arteria carótida externa pasa por el triángulo carotideo y se divide en varias ramas que suministran sangre a diferentes partes del cuello y la cabeza, incluyendo la cara, la cavidad oral, los músculos de la mastication y el cerebro.
La arteria carótida externa es accesible para la palpación en el cuello y se utiliza a menudo como un punto de referencia anatómico importante en la exploración física y en procedimientos médicos y quirúrgicos. La evaluación de la pulsación de la arteria carótida externa puede proporcionar información sobre el flujo sanguíneo y la presión arterial en el cerebro y el cuello.
La obstrucción o el daño a la arteria carótida externa pueden causar síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad o pérdida de sensibilidad en la cara o los brazos, y dificultad para hablar o tragar. Estos síntomas pueden ser indicativos de enfermedades vasculares graves, como la estenosis de la arteria carótida o el accidente cerebrovascular.
No existe una definición médica específica para "Enciclopedias como Asunto" ya que esta frase parece ser una expresión coloquial o un título en lugar de un término médico. Sin embargo, si nos referimos al término "enciclopedia" desde un punto de vista educativo o del conocimiento, podríamos decir que se trata de una obra de consulta que contiene información sistemática sobre diversas áreas del conocimiento, organizadas alfabética o temáticamente.
Si "Enciclopedias como Asunto" se refiere a un asunto médico en particular, podría interpretarse como el estudio o la investigación de diferentes aspectos relacionados con las enciclopedias médicas, como su historia, desarrollo, contenido, estructura, impacto en la práctica clínica y la educación médica, entre otros.
Sin un contexto más específico, es difícil proporcionar una definición médica precisa de "Enciclopedias como Asunto".
Lo siento, hay un pequeño error en su solicitud. "Japón" no es un término médico. Japón se refiere al país insular en el Pacífico occidental. Es conocido oficialmente como el Estado de Japón y consta de cuatro islas principales: Honshu, Hokkaido, Kyushu y Shikoku, junto con miles de pequeñas islas. Si está buscando un término médico, por favor verifique la ortografía o proporcione más detalles para que pueda ayudarlo mejor.
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Los trastornos cerebrovasculares se refieren a un grupo de condiciones que afectan el suministro de sangre al cerebro. Estos trastornos incluyen una variedad de enfermedades y afecciones, como accidentes cerebrovasculares (ictus), ataques isquémicos transitorios (AIT), aneurismas cerebrales, insuficiencia vascular cerebral y demencia vascular.
El término médico más preciso para esta categoría de condiciones es enfermedades cerebrovasculares (ECV). La ECV se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve afectado, lo que puede resultar en daño celular y tejido cerebral. Esto puede ocurrir como resultado de una obstrucción arterial (como en un accidente cerebrovascular isquémico), ruptura de vasos sanguíneos (como en un accidente cerebrovascular hemorrágico) o una combinación de ambos.
Los síntomas de los trastornos cerebrovasculares pueden variar ampliamente, dependiendo de la gravedad del daño al cerebro y la ubicación específica donde ocurre el problema. Algunos síntomas comunes incluyen debilidad o parálisis repentina en la cara, brazo o pierna, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, problemas de visión, dolor de cabeza intenso y repentino, mareos o pérdida del equilibrio.
El tratamiento de los trastornos cerebrovasculares dependerá del tipo y gravedad de la afección. Puede incluir medicamentos para disolver coágulos sanguíneos, cirugía para reparar vasos sanguíneos dañados o aneurismas, y terapias de rehabilitación para ayudar a las personas a recuperar habilidades perdidas. La prevención es clave en la reducción del riesgo de trastornos cerebrovasculares, lo que incluye controlar los factores de riesgo como la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad.