Enfermedades del Laberinto
Vestíbulo del Laberinto
Oído Interno
Canales Semicirculares
Placenta
Placentación
Conducto Endolinfático
Enfermedades Vestibulares
Núcleo Vestibular Lateral
Núcleos Vestibulares
Hueso Petroso
Pruebas Calóricas
Nervio Vestibular
Saco Endolinfático
Trofoblastos
Hydrocharitaceae
Fenestración del Laberinto
Cóclea
Pérdida del Embrión
Reflejo Vestibuloocular
Enfermedades Cocleares
Embarazo
Vértigo
Las enfermedades del laberinto, también conocidas como enfermedades del oído interno, se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema vestibular y el sistema auditivo dentro del oído interno. El término "laberinto" se utiliza para describir la compleja estructura en forma de laberinto dentro del oído interno que contiene los canales semicirculares y el vestíbulo, responsables del equilibrio y la detección de movimientos.
Existen varias enfermedades que pueden afectar al laberinto, entre ellas se incluyen:
1. Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Es el trastorno del oído interno más común y se caracteriza por episodios breves de vértigo (sensación de mareo o inestabilidad) desencadenados por cambios en la posición de la cabeza.
2. Enfermedad de Ménière: Es una afección del oído interno que provoca episodios recurrentes de vértigo, pérdida auditiva, zumbidos en los oídos (tinnitus) y sensación de plenitud o presión en el oído afectado.
3. Neuronitis vestibular: Es una inflamación del nervio vestibulococlear que causa repentinos y severos episodios de vértigo, náuseas, vómitos e inestabilidad, acompañados de pérdida auditiva temporal o permanente.
4. Laberintitis: Es una inflamación del laberinto causada por una infección viral o bacteriana que puede provocar vértigo, náuseas, vómitos, inestabilidad y pérdida auditiva.
5. Síndrome de superficie vestibular: Es un trastorno del sistema vestibular que se caracteriza por una disfunción en la detección de los movimientos de la cabeza y el cuerpo, lo que puede causar vértigo, inestabilidad y desequilibrio.
El tratamiento de estas afecciones dependerá de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía. Si experimenta síntomas como vértigo, inestabilidad, zumbidos en los oídos o pérdida auditiva, es importante que consulte a un especialista en otorrinolaringología (ORL) para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
El vestíbulo del laberinto, en términos médicos, se refiere a la estructura de la oreja interna. Es la parte inicial y más ancha del conducto auditivo interior y conduce al canal semicircular lateral. El vestíbulo del laberinto contiene los utrículo y sáculo, que son órganos del equilibrio. Estas estructuras contienen líquido y cilios que ayudan a detectar la posición y el movimiento de la cabeza. Los cambios en la posición o el movimiento de la cabeza hacen que el líquido se mueva, lo que hace que los cilios se doblen y envíen señales al cerebro sobre el movimiento. Esta información es procesada junto con las señales visuales y propioceptivas para mantener el equilibrio y la postura del cuerpo.
El oído interno, también conocido como laberinto auditivo, es la parte más profunda del oído y está compuesta por estructuras vitales para nuestra audición y equilibrio. La parte principal del oído interno es la cóclea, que se asemeja a una concha marina en espiral y desempeña un papel crucial en la percepción de los sonidos. Los pelos sensoriales dentro de la cóclea transforman el sonido en señales eléctricas que viajan al cerebro a través del nervio auditivo.
Otra estructura importante en el oído interno es el vestíbulo, que contiene los utrículo y sáculo, responsables de detectar la posición y movimiento lineal de la cabeza; y los conductos semicirculares, que detectan el giro y la rotación de la cabeza. Estas estructuras trabajan juntas para mantener nuestro equilibrio y orientación en el espacio.
Es fundamental proteger nuestro oído interno ya que daños o disfunciones en esta área pueden causar pérdida auditiva o problemas de equilibrio.
Los canales semicirculares son parte del sistema vestibular en el oído interno y desempeñan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio y la detección de movimientos espaciales. Están formados por tres tubos semicirculares llenos de líquido, ubicados en tres planos diferentes (horizontal, superior-anterior y posterior-inferior) dentro del laberinto vestibular.
Cuando la cabeza se mueve, el líquido dentro de estos canales también se mueve, estimulando los receptores sensoriales en sus paredes. Estos receptores envían señales al cerebro sobre la velocidad y dirección del movimiento, lo que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio y orientarse en el espacio.
Los canales semicirculares funcionan junto con otros componentes del sistema vestibular, como el utrículo y el sáculo, para proporcionar información precisa sobre la posición y el movimiento del cuerpo. Las afecciones que dañan los canales semicirculares o el sistema vestibular en general pueden causar vértigo, mareos, inestabilidad y dificultad para mantener el equilibrio.
La placenta es un órgano vital que se desarrolla durante el embarazo en mamíferos eutérios, incluidos los humanos. Se forma a partir de la fusión del blastocisto (el cigoto en etapa temprana de desarrollo) con la pared uterina y actúa como un intercambiador de nutrientes, gases y productos de desecho entre la madre y el feto.
La placenta contiene vasos sanguíneos de la madre y del feto, lo que permite que los nutrientes y el oxígeno pasen desde la sangre materna a la sangre fetal, mientras que los desechos y dióxido de carbono se mueven en la dirección opuesta. También produce varias hormonas importantes durante el embarazo, como la gonadotropina coriónica humana (hCG), la progesterona y la relaxina.
Después del nacimiento, la placenta se expulsa del útero, un proceso conocido como alumbramiento. En algunas culturas, la placenta puede tener significados simbólicos o rituales después del parto.
La placentación es un término médico que se refiere al proceso de desarrollo y formación de la placenta durante el embarazo. La placenta es un órgano vital que se forma en el útero de la madre y se conecta con el feto a través del cordón umbilical.
La placentación implica la implantación de los blastocitos (masas de células en desarrollo) en el revestimiento del útero, seguida de la formación de tejidos especializados que permiten la transferencia de nutrientes, oxígeno y desechos entre la madre y el feto. La placentación también desempeña un papel importante en la producción de hormonas importantes durante el embarazo, como la gonadotropina coriónica humana (hCG), la progesterona y la relaxina.
La placentación es un proceso complejo que involucra interacciones entre las células maternas y fetales, así como factores genéticos y ambientales. La correcta formación de la placenta es esencial para el desarrollo normal del feto y la salud materna durante el embarazo.
El conducto endolinfático es un tubo delicado y lleno de líquido dentro del oído interno humano. Se encuentra dentro del laberinto vestibular y rodea el utrículo y el sáculo, dos órganos que desempeñan un papel importante en la detección de la gravedad y el movimiento lineal. El conducto endolinfático contiene células ciliadas que ayudan a convertir los estímulos mecánicos en señales eléctricas, que luego se transmiten al cerebro a través del nervio vestibular.
La función principal del conducto endolinfático es producir y mantener la endolinfa, un líquido que llena el oído interno y ayuda a transmitir los estímulos auditivos y vestibulares al cerebro. El fluido dentro del conducto endolinfático también desempeña un papel importante en el mantenimiento del equilibrio químico dentro del oído interno.
Los trastornos del conducto endolinfático pueden causar problemas de audición y equilibrio, como la enfermedad de Ménière, que se caracteriza por vértigo, pérdida auditiva y zumbidos en los oídos. El tratamiento de estos trastornos puede incluir medicamentos para controlar los síntomas, terapia de rehabilitación vestibular y, en algunos casos, cirugía.
Las enfermedades vestibulares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema vestibular, que es responsable del mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial. Este sistema incluye los órganos del equilibrio en el oído interno, los nervios que conectan estos órganos con el cerebro, y las partes del cerebro que procesan la información recibida.
Las enfermedades vestibulares pueden causar síntomas como vértigo (una sensación de giratorio o movimiento), desequilibrio, mareos, náuseas, vómitos y dificultad para concentrarse o recordar cosas. Pueden ser el resultado de una lesión, infección, envejecimiento, o incluso algunos medicamentos. Algunos ejemplos comunes de enfermedades vestibulares incluyen la enfermedad de Ménière, laberintitis, neuronitis vestibular, y la enfermedad de los canales semicirculares.
El tratamiento para las enfermedades vestibulares depende del tipo y gravedad del trastorno. Puede incluir maniobras de reposicionamiento, fisioterapia vestibular, medicamentos para aliviar los síntomas, o incluso cirugía en casos graves. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de una enfermedad vestibular, ya que pueden aumentar el riesgo de caídas y lesiones.
El núcleo vestibular lateral es una estructura importante del sistema vestibular, que a su vez forma parte del sistema nervioso central y se encarga de procesar la información sobre el movimiento y la orientación espacial.
Más específicamente, el núcleo vestibular lateral se encuentra en el tronco encefálico y recibe señales de los canales semicirculares y los otolitos del oído interno, que detectan la aceleración angular (giro) y lineal (desplazamiento), respectivamente.
El núcleo vestibular lateral integra esta información y la envía a otras áreas del cerebro, como el cerebelo y los ganglios basales, que utilizan estos datos para controlar la postura, el equilibrio y los movimientos oculares.
Las lesiones o daños en el núcleo vestibular lateral pueden causar síntomas como vértigo, desequilibrio, náuseas y dificultad para mantener la atención visual durante el movimiento.
Los núcleos vestibulares son grupos de neuronas situadas en el tronco del encéfalo que reciben información sensorial del sistema vestibular, el cual está compuesto por los órganos de equilibrio localizados en el oído interno. Los núcleos vestibulares procesan esta información y la utilizan para controlar los reflejos que nos ayudan a mantener el equilibrio y la postura, así como también para generar respuestas oculares que estabilizan las imágenes en la retina durante los movimientos de la cabeza. Existen cuatro núcleos vestibulares principales: el núcleo vestibular superior, el núcleo vestibular inferior, el núcleo medial y el núcleo lateral.
El hueso petroso es un término utilizado en anatomía para referirse a una porción robusta y compacta del hueso temporal localizada en la base de cráneo. Su nombre proviene del latín "petrosus" que significa "piedra-como", refiriéndose a su naturaleza dura y resistente.
Este hueso desempeña un rol importante en la protección de varias estructuras vitales del cráneo. Contribuye a formar el conducto auditivo interno y ayuda a proteger al cerebro. También proporciona inserción para varios músculos, incluyendo algunos involucrados en la masticación.
El hueso petroso se divide en tres partes: la parte posterior o tronco petroso, la parte lateral o ala petrosa y la parte anterior o techo de la cavidad glenoide. Cada una de estas partes tiene funciones específicas y está involucrada en diferentes articulaciones y estructuras anatómicas.
En resumen, el hueso petroso es un componente crucial del cráneo humano, brindando protección, soporte y punto de inserción para músculos y ligamentos importantes.
Las pruebas calóricas son un tipo de prueba utilizada en el campo de la otoneurología, que es la rama de la medicina que estudia el sistema vestibular del oído interno y su conexión con el cerebro. Las pruebas calóricas se realizan para evaluar la función del sistema vestibular lateral, que está involucrado en el mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial.
Durante una prueba calórica, agua o aire a diferentes temperaturas (generalmente frío y calor) se introduce en el conducto auditivo externo mientras el paciente está recostado con la cabeza inclinada a un ángulo de 30 grados. Esto hace que el líquido dentro del conducto coclear se mueva, estimulando los canales semicirculares del oído interno y desencadenando una respuesta vestibular.
La respuesta vestibular se mide mediante la observación de los movimientos oculares del paciente (nistagmo) utilizando una videonistagmografía o una electronistagmografía. La intensidad y la dirección del nistagmo proporcionan información sobre la función del sistema vestibular lateral.
Las pruebas calóricas pueden ayudar a diagnosticar diversas afecciones del oído interno y del cerebro, como la enfermedad de Ménière, lesiones cerebrales, infecciones del oído interno y trastornos vestibulares.
El nervio vestibular es la rama del nervio craneal VIII (nervio vestibulococlear o nervio auditivo), que se encarga específicamente de transmitir los impulsos nerviosos desde el sistema vestibular en el oído interno al cerebro. El sistema vestibular es responsable del mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial.
El nervio vestibular consta de dos ramas principales: el nervio superior y el nervio inferior, cada uno de los cuales se conecta con diferentes partes del sistema vestibular (los canales semicirculares y los otolitos). Estos nervios transportan información sobre la aceleración y la rotación de la cabeza a varias estructuras en el cerebro, incluidos el cerebelo y el tronco del encéfalo, donde se procesa esta información para ayudar a controlar los movimientos oculares, la postura y la coordinación muscular.
Las afecciones que dañan el nervio vestibular pueden causar vértigo, mareos, inestabilidad y problemas de equilibrio.
El saco endolinfático, también conocido como saco linfático de la cóclea o saco endolinfático de la vestíbulo-cóclea, es una estructura membranosa localizada en el interior del laberinto óseo del oído interno. Forma parte del sistema auditivo y está relacionado con el mantenimiento del equilibrio iónico y la regulación del líquido endolinfático, que llena los conductos semicirculares y la cóclea.
Este saco contiene células epiteliales especializadas llamadas células ciliadas y células de sostén, junto con vasos sanguíneos y linfáticos. Las células ciliadas son responsables de transformar los estímulos mecánicos del movimiento de la cabeza en señales eléctricas que viajan al cerebro a través del nervio vestibulococlear (nervio auditivo y vestibular).
El saco endolinfático desempeña un papel importante en la homeostasis iónica, particularmente en la reabsorción de potasio y la secreción de sodio, lo que ayuda a mantener el equilibrio osmótico dentro del líquido endolinfático. Además, se cree que desempeña un papel en la protección del oído interno contra los daños causados por altos niveles de potasio y otras toxinas.
Las disfunciones en el saco endolinfático pueden estar relacionadas con diversas patologías, como la enfermedad de Ménière, que se caracteriza por vértigo, pérdida auditiva y zumbidos en los oídos (tinnitus). Sin embargo, aún hay muchos aspectos desconocidos sobre su función y participación en diversas condiciones clínicas.
Los trofoblastos son células especializadas en la superficie del blastocisto, una etapa temprana en el desarrollo embrionario. En los mamíferos, incluyendo a los seres humanos, el blastocisto es una estructura hueca con un núcleo de células internas llamado la masa celular interna (MCI) y un grupo externo de células más grandes llamadas trofoblastos.
Después de la implantación del blastocisto en el útero, los trofoblastos se diferencian aún más en dos tipos distintos: citotrofoblastos y sincitiotrofoblastos. Los citotrofoblastos son células más pequeñas y menos invasivas que forman una capa de células compactas alrededor del MCI. Por otro lado, los sincitiotrofoblastos son células grandes y multinucleadas que secretan enzimas proteolíticas para ayudar a la invasión del blastocisto en el endometrio uterino.
Los trofoblastos también desempeñan un papel importante en la formación de la placenta, una estructura vital que proporciona nutrientes y oxígeno al feto en desarrollo y elimina los productos de desecho. Durante el proceso de invasión trofoblástica, los sincitiotrofoblastos se fusionan con vasos sanguíneos maternos para formar una red vascular que permite la transferencia de nutrientes y gases entre la madre y el feto.
En algunas ocasiones, los trofoblastos pueden experimentar un crecimiento descontrolado y desarrollar una enfermedad llamada tumor trofoblástico gestacional (TTG). Existen varios tipos de TTG, incluyendo el coriocarcinoma, que es el tipo más agresivo y con mayor probabilidad de diseminarse a otras partes del cuerpo. El tratamiento para los tumores trofoblásticos gestacionales puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia, dependiendo del tipo y grado de la enfermedad.
Hydrocharitaceae es una familia de plantas acuáticas que se encuentran en hábitats de agua dulce, como estanques, pantanos y ríos. Esta familia pertenece al orden Alismatales y contiene alrededor de 15 géneros y unas 120 especies. Las plantas de Hydrocharitaceae son monocotiledóneas y poseen hojas flotantes o sumergidas, con tallos delgados y rizomas subacuáticos.
Las flores de las especies de Hydrocharitaceae suelen ser pequeñas y actinomorfas (radialmente simétricas), con piezas florales en número múltiplo de cuatro. Los estambres y carpelos también se disponen en múltiplos de cuatro, y el gineceo es súpero (el pistilo está por encima del nivel de los verticilos periantos). El polen es generalmente monosulcado (con una sola abertura) o inaperturado.
Algunos géneros notables dentro de Hydrocharitaceae incluyen:
- *Hydrilla* con su única especie *Hydrilla verticillata*, una maleza acuática invasora común en todo el mundo.
- *Elodea* con tres especies nativas de América del Norte, como *Elodea canadensis*, que se utiliza a menudo en acuarios y tanques de peces.
- *Najas* con alrededor de 40 especies distribuidas en todo el mundo, algunas de las cuales también son malezas acuáticas invasoras.
- *Vallisneria* con varias especies populares en acuarios, como *Vallisneria spiralis* y *Vallisneria americana*.
En un contexto médico o de salud, las plantas de Hydrocharitaceae no suelen tener una importancia clínica directa. Sin embargo, algunas especies pueden tener propiedades medicinales tradicionales y se han investigado por sus posibles beneficios terapéuticos. Por ejemplo, extractos de *Hydrilla verticillata* han mostrado actividad antimicrobiana y antioxidante in vitro. Además, como las plantas acuáticas pueden absorber y acumular contaminantes del agua, estudios han investigado el uso de especies de Hydrocharitaceae para la fitoremediación de metales pesados y otros contaminantes en sistemas acuáticos.
La fenestración del laberinto se refiere a un procedimiento quirúrgico en el oído interno que consiste en crear aberturas (fenestras) en los conductos semicirculares del laberinto, que es la parte del oído interno responsable de mantener el equilibrio. Este procedimiento se realiza con el objetivo de mejorar la ventilación y reducir la presión dentro del oído interno, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas asociados con ciertas condiciones del oído medio y interno, como la enfermedad de Ménière. Sin embargo, este procedimiento es bastante inusual y solo se realiza en casos específicos y después de que otros tratamientos hayan fallado.
La cóclea, también conocida como caracol debido a su forma espiral, es una estructura del oído interno encargada de la percepción de sonidos. Es parte del laberinto membranoso y está ubicada en el hueso temporal del cráneo.
La cóclea mide aproximadamente 9 milímetros de largo y consta de tres partes: la rampa vestibular, la rampa timpánica y el conducto coclear o ductus cochlearis. Estas rampas están llenas de líquido y contienen células sensoriales especializadas llamadas células ciliadas.
Las ondas sonoras viajan desde el tímpano a través del oído medio hasta la cóclea, donde hacen vibrar la membrana basilar. Esta vibración estimula las células ciliadas en la rampa timpánica y vestibular, lo que genera un impulso nervioso que se transmite al cerebro a través del nervio auditivo.
La cóclea es fundamental para la audición ya que permite discriminar los diferentes sonidos en función de su frecuencia e intensidad. Cualquier daño o alteración en la estructura o función de la cóclea puede causar pérdida auditiva o trastornos del procesamiento auditivo.
La endolinfa es un fluido que se encuentra en el laberinto membranoso del oído interno de los vertebrados. Este líquido juega un papel crucial en la función del sistema auditivo y del equilibrio. La endolinfa llena los conductos semicirculares y los sacos utricular y sagrario, que son parte del sistema vestibular responsable de mantener el equilibrio. También llena la cóclea o caracol, donde está involucrada en la transmisión de las ondas sonoras a los nervios auditivos. La composición iónica y osmótica de la endolinfa es diferente a la del perilinfa, otro fluido que se encuentra en el oído interno.
La pérdida del embrión, también conocida como aborto espontáneo en la medicina, se refiere a la expulsión natural del producto de la concepción desde el útero antes de las 20 semanas de gestación. Esto ocurre debido a diversas razones, incluyendo anomalías cromosómicas, problemas hormonales, infecciones, enfermedades maternas y factores ambientales. La pérérdida del embrión puede ser acompañada por síntomas como sangrado vaginal, dolor abdominal y la pérdida de tejido gestacional. Es importante destacar que la mayoría de los abortos espontáneos son causados por anomalías cromosómicas y no están relacionados con factores maternos evitables. Si una mujer experimenta síntomas de pérdida del embarazo, se recomienda buscar atención médica inmediata para evaluar la salud y el bienestar tanto de la madre como del feto.
El reflejo vestibulo-ocular (RVO) es un reflejo involuntario del cuerpo que ayuda a estabilizar la imagen en la retina durante el movimiento de la cabeza. Está mediado por el sistema vestibular en el oído interno y los músculos oculares. Cuando la cabeza se mueve, los canales semicirculares en el oído interno detectan este movimiento y envían señales al cerebro. El cerebro luego envía señales a los músculos oculares para contraerse y mover los ojos en dirección opuesta al movimiento de la cabeza, lo que ayuda a mantener la imagen enfocada y estable en la retina. De esta manera, el RVO es fundamental para la visión y el equilibrio.
Las enfermedades cocleares se refieren a un grupo de trastornos que afectan la cóclea, una parte importante del sistema auditivo interno dentro del oído interior. La cóclea es responsable de convertir las vibraciones sonoras en señales eléctricas que puedan ser interpretadas por el cerebro.
Existen varias enfermedades y condiciones que pueden afectar la cóclea, incluyendo:
1. La hipoacusia neurosensorial, que es una forma de pérdida auditiva debido al daño o disfunción en las células ciliadas de la cóclea o en el nervio auditivo. Puede ser causada por factores genéticos, exposición a ruidos fuertes, envejecimiento, infecciones del oído o determinados medicamentos tóxicos para el oído.
2. El síndrome de Ménière, una afección que afecta el equilibrio y la audición y se caracteriza por episodios recurrentes de vértigo, pérdida auditiva fluctuante, zumbidos en los oídos (tinnitus) y sensación de plenitud en el oído afectado.
3. La laberintitis, una inflamación del laberinto, que es la parte del oído interno responsable del mantenimiento del equilibrio y la audición. Puede ser causada por infecciones virales o bacterianas.
4. La otosclerosis, una enfermedad genética que afecta el crecimiento de los huesecillos del oído medio, lo que puede resultar en pérdida auditiva conductiva.
5. La neurona auditiva degenerativa, una enfermedad hereditaria que causa la progresiva pérdida de las células nerviosas responsables de transmitir los impulsos auditivos al cerebro.
6. La enfermedad de Paget, un trastorno óseo que puede afectar la cóclea y causar pérdida auditiva sensorioneural.
El tratamiento de estas afecciones depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o dispositivos de ayuda auditiva. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas relacionados con el oído interno o la audición para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
El embarazo es un estado fisiológico en el que un óvulo fecundado, conocido como cigoto, se implanta y se desarrolla en el útero de una mujer. Generalmente dura alrededor de 40 semanas, divididas en tres trimestres, contadas a partir del primer día de la última menstruación.
Durante este proceso, el cigoto se divide y se forma un embrión, que gradualmente se desarrolla en un feto. El cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios para mantener y proteger al feto en crecimiento. Estos cambios incluyen aumento del tamaño de útero, crecimiento de glándulas mamarias, relajación de ligamentos pélvicos, y producción de varias hormonas importantes para el desarrollo fetal y la preparación para el parto.
El embarazo puede ser confirmado mediante diversos métodos, incluyendo pruebas de orina en casa que detectan la presencia de gonadotropina coriónica humana (hCG), un hormona producida después de la implantación del cigoto en el útero, o por un análisis de sangre en un laboratorio clínico. También se puede confirmar mediante ecografía, que permite visualizar el saco gestacional y el crecimiento fetal.
La laberintitis es una afección del oído interno donde se inflama el laberinto, que es la parte del oído interior responsable de controlar el equilibrio y transmitir los sonidos al cerebro. Esta inflamación puede causar vértigo (una sensación de girar o inclinación), pérdida auditiva, zumbido en los oídos (tinnitus) y dificultad para mantener el equilibrio.
La laberintitis a menudo es el resultado de una infección viral, aunque también puede ser causada por bacterias. En algunos casos, la causa puede ser desconocida. El tratamiento generalmente implica aliviar los síntomas con medicamentos como antihistamínicos o sedantes para ayudar a controlar el vértigo, y esteroides para reducir la inflamación. En casos graves o si la infección es bacteriana, pueden ser necesarios antibióticos. La fisioterapia también puede ser útil para ayudar a readaptar el sistema de equilibrio.
El vértigo es un síntoma médico que describe la ilusión o sensación falta de estabilidad en la que una persona o su entorno parece girar o moverse, aun cuando está inmóvil. Puede ser acompañado por náuseas, vómitos y dificultad para mantener el equilibrio. El vértigo es diferente al mareo y la sensación de desmayo. Es típicamente causado por problemas en el sistema vestibular del oído interno, aunque también puede ser un síntoma de una variedad de condiciones médicas que afectan al cerebro y los nervios, incluyendo migrañas, lesiones en la cabeza, infecciones, tumores cerebrales y enfermedades neurológicas. El tratamiento depende de la causa subyacente del vértigo.