Músculos Faríngeos
Faringe
Región Branquial
Deglución
Hueso Hioides
Paladar Blando
Atragantamiento
Orofaringe
Hipofaringe
Lengua
Esfínter Esofágico Superior
Trastornos de Deglución
Maxilares
Cresta Neural
Las enfermedades faríngeas se refieren a un grupo de trastornos y condiciones que afectan la faringe, que es la parte posterior de la garganta que desempeña un papel importante en las funciones vitales como la respiración, la deglución y la fonación. Estas enfermedades pueden ser infecciosas, inflamatorias, tumorales o degenerativas. Algunos ejemplos comunes de enfermedades faríngeas incluyen faringitis (inflamación de la faringe), abscesos faríngeos, amigdalitis (inflamación de las amígdalas), cáncer de garganta y displasia faríngea. Los síntomas pueden variar desde dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre y ganglios linfáticos inflamados hasta problemas más graves como la dificultad para respirar o hablar. El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la enfermedad faríngea.
Los músculos faríngeos se refieren a los músculos que forman la pared de la faringe, la parte posterior y superior del tracto digestivo que actúa como un canal para la comida y el aire. Estos músculos desempeñan un papel crucial en funciones importantes como la deglución (proceso de swallowing), la fonación (producción de sonidos durante el habla) y la respiración.
Hay cuatro pares de músculos faríngeos:
1. Músculo superior constrictor faríngeo
2. Músculo medio constrictor faríngeo
3. Músculo inferior constrictor faríngeo
4. Músculo estilofaríngeo, salpingofaríngeo, y palatofaríngeo (estos tres a veces se consideran individualmente pero también pueden agruparse como músculo lateral faríngeo)
Estos músculos trabajan juntos en un proceso coordinado para permitir el pasaje seguro de los alimentos desde la boca hasta el esófago y para ayudar a modular las vibraciones de las cuerdas vocales durante el habla.
La faringe es un conducto muscular y membranoso en el cuerpo humano que actúa como una vía común para la deglución (proceso de swallowing), la respiración y, en algunos vertebrados, la fonación (producción de sonidos). Se extiende desde la base de cráneo hasta la cavidad torácica y se divide en tres regiones: nasofaringe (superior), orofaringe (media) y laringofaringe (inferior). La faringe desempeña un papel crucial en el proceso de protección del sistema respiratorio contra la invasión de microorganismos, partículas extrañas y también participa en los procesos inmunológicos.
Las neoplasias faríngeas se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de tejidos en la región faríngea, que comprende la garganta, los senos nasales, los conductos auditivos externos y el paladar. Estas neoplasias pueden ser benignas o malignas (cáncer).
Las neoplasias faríngeas malignas son más comunes y a menudo se asocian con el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y una dieta deficiente en frutas y verduras. También se han relacionado con infecciones por virus como el VPH (Virus del Papiloma Humano).
Los síntomas de las neoplasias faríngeas pueden incluir dificultad para tragar, dolor de garganta persistente, problemas para hablar, ronquera, ganglios linfáticos inflamados en el cuello, oído tapado o dolor y sangrado de la nariz o la boca.
El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia faríngea. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. El pronóstico también varía según el tipo y el estadio de la neoplasia.
La región branquial, en términos médicos y embriológicos, se refiere a un área específica en el desarrollo temprano del feto donde se forman los arcos faríngeos o branquiales. Estos arcos son estructuras transitorias que dan origen a varios tejidos y órganos en el cuerpo humano adulto.
En concreto, la región branquial se localiza en la parte anterior del cuello y la cabeza del embrión. Los arcos branquiales se forman a partir de una serie de protuberancias que surgen del lado dorsal del tubo neural (que dará lugar a la columna vertebral) y del endodermo (una de las tres capas germinales que forman el embrión).
Cada arco branquial está compuesto por un esqueleto externo formado por cartílago, músculos, nervios, vasos sanguíneos y una membrana externa llamada ectodermio. Entre cada par de arcos branquiales hay una hendidura o surco faríngeo que se cierra durante el desarrollo embrionario, pero de los cuales derivan diversas estructuras en el adulto.
Las estructuras que descienden de la región branquial incluyen: músculos de la cara y cuello, huesos del oído medio, glándulas tiroides y paratiroides, timo y vasos sanguíneos de la cabeza y el cuello. Los defectos en el desarrollo de la región branquial pueden dar lugar a diversas anomalías congénitas, como fístulas, quistes o malformaciones craneofaciales.
En resumen, la región branquial es una zona importante durante el desarrollo embrionario que da origen a varias estructuras vitales en el cuerpo humano adulto.
La deglución, también conocida como swallowing en inglés, es un proceso complejo y activamente controlado que involucra varios músculos y nervios. Se refiere al movimiento coordinado de transportar una sustancia (como líquidos o sólidos) desde la boca hacia el estómago para su digestión.
Este proceso se divide en tres fases: oral, faríngea y gástrica. En la fase oral, los alimentos son masticados y mezclados con saliva para formar un bolo alimenticio. Luego, esta masa es empujada hacia atrás de la boca hasta la parte posterior de la garganta (faringe) mediante la lengua.
En la fase faríngea, se activan una serie de reflejos que cierran la vía aérea (cierre de las cuerdas vocales y elevación de la úvula) para evitar que los alimentos entren en las vías respiratorias. Al mismo tiempo, los músculos faríngeos se contraen para empujar el bolo alimenticio hacia el esófago.
Finalmente, en la fase gástrica, el esófago se relaja y permite que el alimento pase al estómago, donde continúa el proceso de digestión. La deglución desempeña un papel crucial en la nutrición y la salud general, y cualquier trastorno o dificultad en este proceso puede afectar significativamente la calidad de vida de una persona.
El hueso hioides es un pequeño hueso en forma de U ubicado en el cuello, entre la base del cráneo y el cartílago tiroides. No se conecta directamente con otras estructuras óseas, sino que está suspendido por una serie de músculos y ligamentos. Forma parte del esqueleto de la laringe o caja de voz y desempeña un papel vital en las funciones de respiración, deglución y fonación. La posición única del hueso hioides lo hace susceptible a lesiones por traumatismos en el cuello, como whiplash o estrangulamiento.
El paladar blando, también conocido como velo del paladar o palatum molle, es un pliegue muscular y mucoso que separa la cavidad oral de la nasal en los seres humanos y otros animales. Se extiende desde la parte posterior del techo duro del paladar (palatum durum) hasta la garganta (faringe). El paladar blando contiene una capa de músculos y tejido conectivo, que permite que se mueva y participe en funciones como la deglución, la fonación y la succión. La parte posterior del paladar blando forma el borde inferior de la nasofaringe y ayuda a proteger las vías respiratorias inferiores al cerrarse durante la deglución para evitar que los alimentos o líquidos entren en las vías respiratorias.
El atragantamiento se produce cuando un alimento o un objeto bloquea la vía respiratoria, impidiendo que el aire llegue a los pulmones. Esto puede suceder en la laringe (la estructura que contiene las cuerdas vocales) o en la tráquea (el tubo que conduce al pulmón). El atragantamiento es una emergencia médica grave y potencialmente mortal.
Los síntomas del atragantamiento pueden incluir:
* Ahogo o dificultad para respirar
* Tos fuerte e improvisa
* Piel, labios y uñas de color azulado (cianosis)
* Dificultad para hablar o hacer sonidos
* Pérdida del conocimiento
Si sospecha que alguien se está atragantando, es importante actuar rápidamente. Si la persona puede hablar, toser o respirar, anímela a seguir tosiendo para tratar de expulsar el objeto. No le ponga los dedos en la boca ni intente darle golpes en la espalda, ya que esto podría empeorar las cosas.
Si la persona no puede hablar, toser o respirar, es necesario realizar maniobras de primeros auxilios para desbloquear la vía respiratoria. Si se trata de un adulto o un niño mayor de un año, colóquele de pie y realice cinco golpes en la espalda entre los omóplatos con el talón de la mano. Si esto no funciona, realice la maniobra de Heimlich.
Para realizar la maniobra de Heimlich, párese detrás del paciente y coloque sus brazos alrededor de su cintura. Haga un puño con una mano y colóquelo por encima del ombligo del paciente, pero por debajo del esternón. Agarre el puño con la otra mano y tire rápidamente hacia arriba y hacia adentro, como si estuviera intentando levantar al paciente del suelo. Repita este movimiento varias veces hasta que el objeto sea expulsado o el paciente pierda el conocimiento.
Si se trata de un bebé menor de un año, colóquelo boca abajo sobre su antebrazo y realice cinco golpes en la espalda entre los omóplatos con el talón de la mano. Si esto no funciona, voltee al bebé boca arriba y realice cinco compresiones torácicas presionando suavemente sobre el pecho con dos dedos. Repita este movimiento varias veces hasta que el objeto sea expulsado o el bebé pierda el conocimiento.
Si la persona pierde el conocimiento, colóquela de lado en posición lateral de seguridad y llame al servicio de emergencias médicas inmediatamente.
La orofaringe es la parte superior del tracto digestivo y el tracto respiratorio que se encuentra justo detrás de la cavidad oral o boca. Se extiende desde la base del cráneo hasta el nivel del segundo y tercer anillo traqueal, donde limita con la hipofaringe o glotis. La orofaringe es parte de la región conocida como la faringe, que también incluye la nasofaringe y la hipofaringe.
La orofaringe desempeña un papel importante en tanto la deglución como la respiración. Durante la deglución, los alimentos son impulsados desde la boca a través de la orofaringe hacia el esófago para su digestión posterior. Durante la respiración, el aire pasa a través de la orofaringe en su camino hacia los pulmones.
La orofaringe está compuesta por tejido muscular y mucoso y contiene varias estructuras importantes, como las amígdalas palatinas o " vegetaciones", el paladar blando y la úvula o campanilla. Las infecciones o inflamaciones de la orofaringe pueden causar diversos síntomas, como dolor de garganta, dificultad para tragar y fiebre.
La hipofaringe, en anatomía y medicina, se refiere a la porción inferior o parte final de la faringe, ubicada justamente encima del esófago. Es una cavidad en forma de tubo que desempeña un papel crucial en el proceso de deglución o swallowing, ya que actúa como un conducto común para el pasaje de los alimentos y líquidos hacia el esófago, así como también del aire inspirado hacia la laringe y las vías respiratorias.
La hipofaringe está revestida por mucosa y presenta una serie de pliegues transversales llamados salpingofaringeos o plegues de Passavant, que ayudan a cerrar la entrada a la laringe durante el proceso de deglución, evitando así que los alimentos o líquidos entren en las vías respiratorias.
Es importante mencionar que alteraciones o patologías en la hipofaringe pueden ocasionar dificultades al momento de deglutir, lo cual puede derivar en complicaciones como neumonía por aspiración o desnutrición.
La lengua es un órgano muscular móvil situado en el suelo de la cavidad oral, que desempeña funciones importantes tanto en el sistema digestivo como en el sistema nervioso. Forma parte del aparato gustativo y es responsable de la percepción de los sabores dulce, salado, amargo y ácido.
La lengua está recubierta por una mucosa que contiene papilas gustativas, pequeños receptores sensoriales especializados en detectar moléculas químicas presentes en los alimentos y bebidas. También tiene glándulas salivales que producen saliva para ayudar a la digestión de los alimentos.
Además, la lengua desempeña un papel crucial en el habla, ya que es responsable de articular sonidos y formar palabras mediante el movimiento coordinado de sus músculos. La parte anterior de la lengua se utiliza para proyectar los sonidos hacia el paladar o los dientes, mientras que la parte posterior ayuda a formar consonantes al bloquear o redirigir el flujo de aire.
En términos anatómicos, la lengua se compone de dos tipos principales de tejido: el músculo y la mucosa. El músculo de la lengua se divide en cuatro grupos: intrínsecos (que modifican la forma de la lengua), extrínsecos (que conectan la lengua con otras estructuras craneales), genioglosos (que tiran hacia abajo y adelante) y hipoglosos (que mueven la lengua hacia los lados). La mucosa de la lengua contiene glándulas serosas y mucosas, vasos sanguíneos y nervios.
En resumen, la lengua es un órgano muscular complejo con diversas funciones importantes en el cuerpo humano, incluyendo la percepción del gusto, la fonación, la deglución y la manipulación de los alimentos.
El esfínter esofágico superior (EEs) es un músculo en forma de anillo ubicado en la parte superior del esófago, que se inserta en el borde inferior de la región faringolaríngea y se continúa con el músculo circofaríngeo. El EEs actúa como una válvula o un mecanismo de barrera, regulando el paso de los alimentos y líquidos desde la faringe al esófago durante la deglución (proceso de ingestión de alimentos).
El tono del EEs generalmente está relajado para permitir que el aire fluya libremente hacia los pulmones durante la respiración. Sin embargo, durante la deglución, el músculo se contrae para cerrar el lumen (luz o cavidad) del esófago y evitar que los contenidos del estómago regresen al esófago o la faringe. Luego, el EEs se relaja nuevamente para permitir que los alimentos ingresen al esófago. La disfunción de este músculo puede causar problemas como reflujo gastroesofágico y dificultad para deglutir (disfagia).
Los trastornos de deglución, también conocidos como disfagia, se refieren a dificultades o desórdenes en el proceso de deglución (tragar). Este proceso comprende varias etapas secuenciales que involucran la coordinación de músculos y estructuras complejas.
La deglución se puede dividir en tres fases: oral, faríngea y gástrica. La fase oral implica la preparación del bolo alimenticio y su movimiento hacia la parte posterior de la boca. Durante la fase faríngea, el alimento pasa por la garganta (faringe), las cuerdas vocales se cierran para prevenir que el alimento o líquido entre a los pulmones, y el alimento desciende hacia el esófago. La fase gástrica involucra la relajación del esfínter esofágico inferior para permitir que el alimento ingrese al estómago.
Un trastorno de deglución puede ocurrir en cualquiera de estas fases y puede ser causado por diversos factores, como condiciones neurológicas (como un accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple o enfermedad de Parkinson), anormalidades estructurales (como estenosis esofágica o cáncer), o problemas musculares (como distonía o espasticidad).
Los síntomas de los trastornos de deglución pueden incluir dificultad para iniciar la deglución, dolor al tragar, sensación de que el alimento se queda atascado en la garganta, tos o ahogo durante o después de comer, pérdida de peso y desarrollo de neumonía por aspiración. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir terapia del habla y de la deglución, modificaciones en la dieta, medicamentos o cirugía.
En terminología anatómica, los maxilares se refieren a los huesos que forman parte del esqueleto facial y contribuyen a la estructura de la cavidad oral. Existen dos maxilares: el maxilar superior (maxilla) y el maxilar inferior (mandíbula).
El maxilar superior, también conocido como maxila, es un hueso pareado que forma la mayor parte de la cavidad nasal y del piso de la órbita ocular. Además, el maxilar superior constituye la bóveda palatina y alberga los dientes superiores. Contiene senos maxilares, cavidades huecas llenas de aire dentro del hueso que se comunican con las fosas nasales.
Por otro lado, el maxilar inferior, o mandíbula, es el único hueso móvil en la cara y forma la quijada. La mandíbula está compuesta por un cuerpo y dos ramas. El cuerpo contiene la cavidad glenoidea, donde se articula con el cráneo, y el cóndilo, que encaja en la fosa mandibular del cráneo para permitir el movimiento de la mandíbula durante la masticación, el habla y otras funciones orales. Las ramas de la mandíbula contienen los alvéolos dentarios donde se insertan los dientes inferiores.
En resumen, los maxilares son huesos clave en la estructura facial y oral, responsables de soportar los dientes, permitir la masticación y facilitar otras funciones importantes como el habla y la respiración.
La cresta neural es una estructura que se forma durante el desarrollo embrionario y se localiza a lo largo de la línea media dorsal del tubo neural. Está compuesta por células migratorias mesenquimales derivadas del ectodermo neural, las cuales tienen la capacidad de diferenciarse en diversos tipos celulares y tejidos, como melanocitos, esclerocitos, nervios periféricos y glía.
La cresta neural desempeña un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso periférico, la formación de los músculos craneofaciales y la pigmentación de la piel. La alteración en su migración o diferenciación puede dar lugar a diversas malformaciones congénitas, como la neurofibromatosis, el síndrome de Waardenburg o la enfermedad de Hirschsprung.
En resumen, la cresta neural es una importante estructura embrionaria que da origen a diversos tejidos y órganos durante el desarrollo fetal y cuya correcta formación y migración son cruciales para un desarrollo normal.