Crecimiento del bazo.
Crecimiento del hígado.
Procedimiento quirúrgico que implica la remoción parcial o completa del bazo.
Mieloproliferación de novo derivada de una célula madre anormal. Se caracteriza por el reemplazo de la médula ósea por tejido fibroso, un proceso que es mediado por CITOCINAS originadas desde un clon anormal.
Órgano linfático encapsulado a través de filtros de sangre venosa.
Tumores o cánceres del BAZO.
Afección que se caracteriza por esplenomegalia, alguna reducción en el número de células sanguíneas circulantes en presencia de una médula ósea normal o hiperreactiva, y el potencial de revertirse por la esplenectomía.
Enfermedades de la LINFA, los GÁNGLIOS LINFÁTICOS o los VASOS LINFÁTICOS.
Las enfermedades del bazo se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan la estructura o función de este órgano, incluyendo infecciones, inflamaciones, tumores benignos y malignos.
Defecto adquirido de la inmunidad celular que ocurre en ratones infectados con el virus de la leucemia de ratón (MuLV). El síndrome muestra sorprendentes similitudes con el SIDA humano y se caracteriza por linfadenopatías, inmunosupresión severa, incremento de la susceptibilidad a infecciones oportunistas y linfoma de células B..
Disminución anormal del número de PLAQUETAS SANGUÍNEAS.
Afecciones que causan proliferación de tejidos con actividad hematopoyética o de tejidos que poseen potencial embrionario hematopoyético. Todas ellas producen alteraciones en la regulación de las CÉLULAS PROGENITORAS MIELOIDES, muy frecuentemente por causa de una mutación en la PROTEINA TIROSINA QUINASA JAK2.
Rama de la medicina que se ocupa de las enfermedades, principalmente de origen parasítico, comunes en las regiones tropicales y subtropicales.
Tejido blando que llena las cavidades de los huesos. Hay dos tipos de médula ósea, la amarilla y la roja. La médula amarilla se encuentra en las cavidades grandes de los huesos largos y está constituida fundamentalmente por adipocitos y unas pocas células sanguíneas primitivas. La médula roja es un tejido hematopoyético y es el sitio de producción de los eritrocitos y leucocitos granulares. La médula ósea está constituida por una red de tejido conjuntivo que contiene fibras en forma de malla y esa malla está llena de células de la médula.
Cualquiera de una variedad de trastornos eruptivos de la piel, que se caracterizan por eritema, exudación, vesiculación y descamación. La etiología es variada.
Leucemia crónica caracterizada por la presencia de un elevado número de prolinfocitos circulantes. Puede aparecer de novo o como consecuencia de la transformación de una LEUCEMIA LINFOCÍTICA CRÓNICA.
Aumento anormal de la resistencia al flujo sanguíneo dentro del SISTEMA PORTA hepático, frecuentemente observado en la CIRROSIS HEPÁTICA y en situaciones con obstrucción de la VENA PORTA.
Leucemia inducida experimentalmente en animales por la exposición a agentes leucemogénicos, como VIRUS, RADIACIÓN o TRASPLANTE de tejidos leucémicos..
Reducción en el número de ERITROCITOS circulantes o en la cantidad de HEMOGLOBINA.
Virus de leucemia murina productor de leucemia del tipo de células del retículo con infiltración masiva en hígado, bazo y médula ósea. Infecta a ratones DBA/2 y Swiss.
Formación y desarrollo de células sanguíneas fuera de la MÉDULA ÓSEA, como es el caso del BAZO, HÍGADO o los NÓDULOS LINFÁTICOS.
Incremento transitorio en el número de leucocitos en un fluido corporal.
Raro trastorno congénito linfoide debido a mutaciones en ciertos genes ligandos de Fas-Fas. Causas conocidas incluyen mutaciones en las proteínas FAS, TNFSF6, ANR, CASP8, y CASP10. Las características clínicas incluyen LINFADENOPATÍA, ESPLENOMEGALIA, y AUTOINMUNIDAD.
Vena formada por la unión (en el hilio del bazo) de varias venas pequeñas provenientes del estómago, páncreas, bazo y mesenterio.
Trastornos que se caracterizan por proliferación, general o inespecífica, del tejido linfoide.
Exceso de linfocitos normales en la sangre o en cualquier líquido biológico.
Enfermedad neoplásica de células linforreticulares considerado un tipo poco frecuente de leucemia crónica; se caracteriza por instauración insidiosa, esplenomegalia, anemia, granulocitopenia, trombocitopenia, pequeñas linfadenopatías o ausencia de afectación ganglionar y presencia de células "pilosas" o "flageladas" en la sangre y la médula ósea.
Neoplasias malignas compuestas por MACRÓFAGOS o CÉLULAS DENDRÍTICAS. La mayoría de los sarcomas histiocíticos se presentan como masas tumorales localizadas, sin una fase leucémica. Aunque el comportamiento biológico de estas neoplasias se asemeja a los linfomas, su linaje celular es histiocítico no linfoide.
Trastorno mieloproliferativo de etiología desconocida, que se caracteriza por proliferación anormal de todos los elementos hematopoyéticos de la médula ósea y por incremento absoluto de la masa de células rojas y del volumen total de sangre, y que se asocia frecuentemente con esplenomegalia, leucocitosis, y trombocitopenia. La hematopoyesis también es reactiva en sitios extramedulares (hígado y bazo). En ocasiones ocurre mielofibrosis.
Grupo de trastornos relacionados entre sí, caracterizados por LINFOCITOSIS, HISTIOCITOSIS y hemofagocitosis. Las dos formas principales son la forma familiar y la reactiva.
Un compuesto biguanida que es metabolizado en el cuerpo para formar cicloguanilo, un agente antimalárico.
Aumento exagerado de las plaquetas en la sangre periférica. (Dorland, 28a ed)
Deficiencia de los tres elementos celulares de la sangre, eritrocitos, leucocitos y plaquetas.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica C57BL.
Alteración de los eritrocitos circulantes (ANEMIA) o deficiencia de HEMOGLOBINAS como consecuencia de la destrucción prematura de las celulas de la serie roja de la sangre (ERITROCITOS).
Subtipo de cinasa Janus implicada en la señalización a partir de RECEPTORES DE LA HORMONA DE CRECIMIENTO, RECEPTORES DE PROLACTINA y una variedad de RECEPTORES DE CITOCINAS tales como los RECEPTORES DE ERITROPOYETINA y RECEPTORES DE INTERLEUCINAS. Las disregulaciones de la cinasa 2 Janus debida a TRANSLOCACIONES GENÉTICAS se han asociado con una variedad de TRASTORNOS MIELOPROLIFERATIVOS.
Medida de un órgano en volúmen,masa o peso.
Ataque inmunológico del injerto contra el huésped, debido a la incompatibilidad tisular cuando se trasplantan células inmunológicamente competentes a un hospedero inmunológicamente incompetente; el cuadro clínico resultante es la enfermedad de INJERTO CONTRA HUESPED.
Subfamilia de HERPESVIRIDAE caracterizada por poseer ciclos reproductivos variables. Hay dos géneros oficiales, LYMPHOCRYPTOVIRUS y RHADINOVIRUS.
Trastorno autosómico recesivo causado por deficiencia de la beta-glucosidada ácida (GLUCOSILCERAMIDASA) que lleva a la acumulación intralisosómica de glicosilceramida principalmente en las células del SISTEMA FAGOCÍTICO MONONUCLEAR. Las células de Gaucher características, HISTIOCITOS rellenos de glicoesfgingolípidos, desplazan las células normales de la MÉDULA ÓSEA y órganos viscerales, lo que causa deterioro esquelético, hepatoesplenomegalia y disfunción de órganos. Hay varios subtipos atendiendo a la presencia e intensidad de la afectación neurológica.
Una fibrilla de escleroproteína que consiste principalmente de colágeno tipo III. Fibrillas de reticulina son extremamente delgadas, con un diámetro que varía de 0.5 a 2 um. Están involucradas con el mantenimiento de la integridad estructural en una variedad de órganos.
Exceso de GAMMAGLOBULINAS en la sangre; se observa con frecuencia en las enfermedades infecciosas crónicas. (Dorland, 28a ed)
Tratamientos que son sometidos a ensayos clínicos o para los cuales no hay evidencias suficientes para determinar sus efectos sobre los resultados en la salud; la cobertura para estos tratamientos es a menudo negada por los seguros de salud.
Enfermedad crónica producida por LEISHMANIA DONOVANI y transmitida por la picada de varios jejenes del género Phlebotomus y Lutzomyia. Se caracteriza comúnmente por fiebre, escalofríos, vómitos, anemia, hepatoesplenomegalia, leucopenia, hipergammaglobulinemia, emaciación, y un color gris-terráceo de la piel. La enfermedad se clasifica en tres tipos principales de acuerdo con la distribución geográfica: India, Mediterránea (o infantil), y Africana.
Raro trastorno mieloproliferativo que se caracteriza por leucocitosis mantenida de neutrófílos maduros. Sin monocitosis, EOSINOFILIA, ni basofilia. Tampoco hay CROMOSOMA FILADELFIA ni fusión de genes bcr-abl (GENES ABL).
Trastornos de la sangre y de los tejidos que la forman.
Enfermedad protozoaria producida en humanos por cuatro especies del género PLASMODIUM: PLASMODIUM FALCIPARUM, PLASMODIUM VIVAX, PLASMODIUM OVALE y PLASMODIUM MALARIAE y que se trasmite por la picadura de un mosquito hembra infectado del género ANOPHELES. La malaria es endémica en partes de Asia, África, América Central y del Sur, Oceanía y ciertas islas del Caribe. Se caracteriza por cansancio extremo asociado con paroxismos de FIEBRE alta, SUDORACIÓN, ESCALOFRIOS con temblores y ANEMIA. La malaria en ANIMALES es producida por otras especies de plasmodios.
Células linfoides relacionadas con la inmunidad humoral. Son células de vida corta semejantes a los linfocitos derivados de la bursa de las aves en su producción de inmunoglobulinas al ser estimuladas adecuadamente.
Número de LEUCOCITOS y ERITROCITOS por unidad de volumen en una muestra de SANGRE venosa. Un recuento sanguíneo completo también incluye la medida de las HEMOGLOBINAS, el HEMATOCRITO y los ÍNDICES DE ERITROCITOS.

La esplenomegalia es un término médico que se refiere al aumento del tamaño del bazo más allá de sus límites normales. El bazo es un órgano situado en el lado superior izquierdo del abdomen, debajo de las costillas, que desempeña un papel importante en la función inmunológica y en la eliminación de glóbulos rojos viejos o dañados.

La esplenomegalia puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones (por ejemplo, mononucleosis infecciosa, endocarditis bacteriana), enfermedades hematológicas (por ejemplo, anemia de células falciformes, leucemia), trastornos del hígado (por ejemplo, cirrosis, hepatitis), afecciones malignas (por ejemplo, linfoma, cáncer de médula ósea) y enfermedades autoinmunes (por ejemplo, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico).

Los síntomas asociados con la esplenomegalia pueden variar dependiendo del tamaño del bazo y de la causa subyacente. Algunos pacientes pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otros pueden experimentar dolor o molestias en el lado izquierdo superior del abdomen, sensación de plenitud después de comer pequeñas cantidades de alimentos, fatiga, anemia, infecciones frecuentes y dificultad para respirar (si el bazo agrandado comprime los pulmones).

El diagnóstico de esplenomegalia generalmente se realiza mediante un examen físico, seguido de estudios de imágenes, como ecografías o tomografías computarizadas, para confirmar y evaluar la gravedad del agrandamiento del bazo. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o, en casos graves, una intervención quirúrgica para extirpar el bazo (esplenectomía).

La hepatomegalia es un término médico que se refiere al agrandamiento del hígado más allá de sus límites normales. El hígado, que está situado en la parte superior derecha del abdomen, desempeña un papel crucial en la desintoxicación del organismo, la producción de proteínas y la almacenamiento de glucógeno y vitaminas.

La hepatomegalia puede ser causada por diversas afecciones, entre las que se incluyen infecciones (como la hepatitis), enfermedades del hígado (como la cirrosis o el cáncer de hígado), trastornos metabólicos (como la enfermedad de Gaucher o la de Niemann-Pick), enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer que se han diseminado al hígado.

El diagnóstico de hepatomegalia generalmente se realiza mediante un examen físico, en el que el médico palpa el abdomen del paciente en busca de un hígado agrandado. Se pueden utilizar pruebas adicionales, como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, para confirmar el diagnóstico y determinar la causa subyacente del agrandamiento hepático. El tratamiento de la hepatomegalia dependerá de la afección subyacente que la cause.

La esplenectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el bazo. El bazo es un órgano situado en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago y junto al diafragma. Desempeña varias funciones importantes en el cuerpo, como filtrar los glóbulos rojos viejos y dañados, almacenar glóbulos rojos y plaquetas adicionales, y combatir infecciones.

Existen diversas razones por las que se puede realizar una esplenectomía, entre ellas:

1. Trauma: Si el bazo sufre lesiones graves debido a un traumatismo abdominal, como en un accidente de coche o durante un contacto deportivo, se puede requerir una esplenectomía para detener las hemorragias internas y prevenir complicaciones.

2. Enfermedades hematológicas: Algunas afecciones que afectan la producción y función de los glóbulos rojos, como las anemias hemolíticas (como la esferocitosis hereditaria o la talasemia), pueden justificar una esplenectomía para reducir la destrucción de glóbulos rojos y mejorar los síntomas.

3. Cáncer: En algunos casos, se puede extirpar el bazo como parte del tratamiento quirúrgico del cáncer, especialmente si el cáncer se ha extendido al bazo (metástasis).

4. Infecciones: Las infecciones recurrentes o graves por bacterias que el bazo normalmente ayuda a combatir, como Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae, pueden requerir una esplenectomía para prevenir futuras infecciones.

Tras la esplenectomía, el cuerpo pierde parte de su capacidad para combatir ciertos tipos de infección, lo que aumenta el riesgo de desarrollar sepsis por estas bacterias. Por esta razón, se recomienda a los pacientes que hayan sido esplenectomizados recibir vacunas contra Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae, así como tomar antibióticos profilácticos antes de procedimientos dentales o quirúrgicos invasivos.

La mielofibrosis primaria (MPF), también conocida como neoplasia mieloproliferativa crónica con fibrosis y anemia, es un tipo raro de cáncer de la médula ósea que afecta la producción de células sanguíneas. Se caracteriza por un aumento en la proliferación anormal de las células sanguíneas inmaduras (células madre) en la médula ósea, lo que provoca una reacción de cicatrización excesiva y la formación de tejido fibroso.

Este proceso hace que haya menos espacio en la médula ósea para la producción de células sanguíneas sanas, lo que lleva a una disminución en el conteo de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. Como resultado, los pacientes con MPF pueden experimentar una variedad de síntomas, como fatiga, debilidad, infecciones frecuentes, moretones y hemorragias.

La mielofibrosis primaria es una enfermedad crónica y progresiva, lo que significa que empeora gradualmente con el tiempo. En algunos casos, la enfermedad puede evolucionar hacia una forma más agresiva de leucemia. Aunque no existe cura para la mielofibrosis primaria, existen tratamientos disponibles que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

El bazo es un órgano en forma de guisante localizado en la parte superior izquierda del abdomen, debajo del diafragma y junto al estómago. Es parte del sistema linfático y desempeña un papel importante en el funcionamiento del sistema inmunológico y en el mantenimiento de la salud general del cuerpo.

Las principales funciones del bazo incluyen:

1. Filtración de la sangre: El bazo ayuda a eliminar los desechos y las células dañadas, como los glóbulos rojos viejos o dañados, de la sangre.

2. Almacenamiento de células sanguíneas: El bazo almacena reservas de glóbulos rojos y plaquetas, que pueden liberarse en respuesta a una pérdida de sangre o durante un esfuerzo físico intenso.

3. Producción de linfocitos: El bazo produce linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunológica del cuerpo a las infecciones y los patógenos.

4. Regulación del flujo sanguíneo: El bazo ayuda a regular el volumen y la velocidad del flujo sanguíneo, especialmente durante el ejercicio físico intenso o en respuesta a cambios posturales.

En caso de una lesión o enfermedad que dañe al bazo, puede ser necesaria su extirpación quirúrgica (esplenectomía). Sin embargo, la ausencia del bazo puede aumentar el riesgo de infecciones y otras complicaciones de salud.

Las neoplasias del bazo, también conocidas como tumores del bazo, se refieren a un crecimiento anormal de células en este órgano. Pueden ser benignas o malignas (cáncer). Las neoplasias benignas del bazo son raras y suelen no causar síntomas. Por otro lado, las neoplasias malignas del bazo, que incluyen diferentes tipos de linfasomas y leucemias, pueden provocar aumento de tamaño del bazo (esplenomegalia), dolor en la parte superior izquierda del abdomen, fatiga, pérdida de peso y otras manifestaciones clínicas. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología y confirmado con biopsia o cirugía. El tratamiento depende del tipo y estadio de la neoplasia.

El hiperesplenismo es un término médico que se utiliza para describir un grupo de condiciones en las cuales la esplenomegalia (agrandamiento del bazo) conduce a una extracción excesiva o destrucción prematura de células sanguíneas sanas en el bazo. Esto puede resultar en anemia, leucopenia (disminución de los glóbulos blancos) y trombocitopenia (disminución de las plaquetas). La esplenomegalia puede ser causada por diversas afecciones, como enfermedades hematológicas, infecciosas o congénitas. El tratamiento generalmente implica la gestión de la condición subyacente. En algunos casos, se puede considerar la esplenectomía (extirpación quirúrgica del bazo) si el beneficio supera los riesgos potenciales.

Las Enfermedades Linfáticas se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan al sistema linfático, el cual es parte integral del sistema inmunológico y ayuda en la protección del cuerpo contra las infecciones y los tumores. El sistema linfático consiste en vasos linfáticos, órganos linfoides (como el bazo, los ganglios linfáticos y los tejidos linfáticos asociados a los órganos), la médula ósea y la linfa.

Este sistema desempeña un papel crucial en la defensa del organismo contra diversas enfermedades, ya que contribuye al drenaje de líquidos y a la eliminación de desechos, células dañadas y patógenos (como bacterias, virus y hongos) del cuerpo. Además, los órganos linfoides son sitios donde se producen y maduran las células inmunes, como los linfocitos, que desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmune.

Las Enfermedades Linfáticas pueden ser clasificadas en diversas categorías, dependiendo de su naturaleza y manifestaciones clínicas. Algunos ejemplos de estas enfermedades incluyen:

1. Linfomas: Son cánceres que se originan en los linfocitos, las células blancas de la sangre que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunológica del organismo. Los linfomas pueden ser clasificados en Hodgkin y no Hodgkin, dependiendo del tipo de célula afectada y de las características patológicas específicas.

2. Enfermedad de Hodgkin: Es un tipo de linfoma que se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg. Este tipo de cáncer tiende a seguir un patrón más predecible en su progresión y responde bien al tratamiento, especialmente cuando se detecta en etapas tempranas.

3. Linfomas no Hodgkin: Son un grupo heterogéneo de cánceres que se originan en los linfocitos y pueden presentarse con una variedad de síntomas y manifestaciones clínicas. Algunos tipos de linfoma no Hodgkin tienden a ser más agresivos y crecen rápidamente, mientras que otros crecen más lentamente y pueden permanecer asintomáticos durante largos períodos de tiempo.

4. Leucemias: Son cánceres que se originan en la médula ósea, el tejido esponjoso dentro de los huesos donde se producen las células sanguíneas. Las leucemias pueden afectar a diferentes tipos de células sanguíneas y presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, fiebre, infecciones recurrentes y sangrado excesivo.

5. Mieloma múltiple: Es un cáncer que se origina en las células plasmáticas, un tipo de glóbulo blanco que produce anticuerpos para combatir infecciones. El mieloma múltiple afecta a múltiples áreas del cuerpo y puede causar una variedad de síntomas, como dolor óseo, fatiga, infecciones recurrentes y anemia.

6. Enfermedades linfoproliferativas: Son trastornos en los que se produce un crecimiento excesivo de células del sistema inmunológico, llamadas linfocitos. Estas enfermedades pueden ser benignas o malignas y presentarse con una variedad de síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.

7. Síndrome de Castleman: Es un trastorno benigno que afecta a los ganglios linfáticos y puede causar inflamación, dolor e hinchazón. El síndrome de Castleman puede ser localizado o generalizado y presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.

8. Linfoma de Hodgkin: Es un cáncer que afecta al sistema linfático y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg. El linfoma de Hodgkin puede presentarse con una variedad de síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.

9. Linfoma no Hodgkin: Es un cáncer que afecta al sistema linfático y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas linfocitos B o T. El linfoma no Hodgkin puede presentarse con una variedad de síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.

10. Leucemia linfocítica crónica: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas linfocitos B. La leucemia linfocítica crónica puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, pérdida de apetito y pérdida de peso.

11. Leucemia linfoblástica aguda: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas linfocitos B o T. La leucemia linfoblástica aguda puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

12. Leucemia mieloide aguda: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas mieloblastos. La leucemia mieloide aguda puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

13. Leucemia promielocítica aguda: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas promielocitos. La leucemia promielocítica aguda puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

14. Leucemia mieloide crónica: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas mieloblastos. La leucemia mieloide crónica puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

15. Leucemia linfocítica aguda: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas linfoblastos. La leucemia linfocítica aguda puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

16. Leucemia linfocítica crónica: Es un cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas linfocitos. La leucemia linfocítica crónica puede presentarse con una variedad de síntomas, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil.

17. Linfoma no Hodgkin: Es un cáncer que afecta al sistema linfático y se caracteriza por la presencia

Las enfermedades del bazo se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el funcionamiento y la estructura normal del bazo. El bazo es un órgano importante del sistema linfático, situado en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago. Su función principal incluye la filtración de sangre, almacenamiento de glóbulos rojos y plaquetas, y ayudar en la respuesta inmunológica del cuerpo.

Algunas enfermedades comunes del bazo incluyen:

1. Esplenomegalia: Es el término médico para el aumento del tamaño del bazo. Puede ser causada por diversas condiciones, como infecciones (por ejemplo, mononucleosis infecciosa), enfermedades hepáticas (como la cirrosis), anemias (como la talasemia o esferocitosis hereditaria), trastornos malignos (como leucemia y linfoma) y trastornos vasculares (como trombosis de la vena esplénica).

2. Bazo inflamado: La inflamación del bazo, conocida como splenitis, puede ocurrir como resultado de infecciones bacterianas, virales o parasitarias, trastornos autoinmunes o reacciones a medicamentos.

3. Quiste o absceso esplénico: Un quiste es una cavidad llena de líquido en el bazo, mientras que un absceso es una acumulación de pus dentro del bazo. Estas condiciones pueden ser causadas por infecciones, traumatismos o trastornos congénitos.

4. Infarto esplénico: Es la muerte de tejido en el bazo como resultado de la interrupción del suministro de sangre. Esto puede ocurrir debido a un coágulo sanguíneo, una trombosis o una embolia.

5. Trastornos hematológicos: El bazo desempeña un papel importante en la función del sistema inmunológico y en el procesamiento de células sanguíneas. Por lo tanto, ciertos trastornos hematológicos, como las anemias hemolíticas o los trastornos mieloproliferativos, pueden afectar al bazo y provocar su agrandamiento o disfunción.

6. Cáncer: El bazo puede verse afectado por diversos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia o los tumores metastásicos procedentes de otros órganos. Estas afecciones pueden provocar síntomas como dolor abdominal, pérdida de peso y fiebre.

El tratamiento de las enfermedades del bazo depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o radioterapia. En algunos casos, se puede recomendar la extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía) si otras opciones terapéuticas no son eficaces o si el bazo está causando complicaciones graves, como hemorragias internas o infecciones recurrentes.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida del Murino (SIAM) es un síndrome que afecta el sistema inmunitario de los ratones, causado por una deficiencia en la capacidad de su sistema inmune para combatir infecciones y enfermedades. Está relacionado con la presencia de virus endógenos retrovirales murinos (MERV) en el genoma de ciertas cepas de ratones.

El síndrome se caracteriza por una disminución en el número y función de los linfocitos T, células importantes del sistema inmune que ayudan a proteger al organismo contra las infecciones y enfermedades. Los ratones afectados con SIAM son propensos a desarrollar infecciones recurrentes y severas, especialmente por bacterias y virus oportunistas, así como ciertos tipos de cáncer.

El SIAM es análogo al SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) en humanos, causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Sin embargo, a diferencia del VIH en humanos, los MERV no se transmiten entre ratones o de ratones a humanos. El SIAM es útil como modelo experimental para estudiar la patogénesis y el tratamiento de infecciones y cánceres asociados con la deficiencia del sistema inmune en humanos.

La trombocitopenia es un trastorno sanguíneo en el que hay un recuento bajo de plaquetas o trombocitos en la sangre. Las plaquetas son células sanguíneas importantes que desempeñan un papel crucial en la coagulación sanguínea y ayudan a detener el sangrado cuando se produce una lesión en los vasos sanguíneos. Una persona se considera trombocitopenia cuando su recuento de plaquetas es inferior a 150,000 por microlitro (mcL) de sangre. Los síntomas de la trombocitopenia pueden incluir moretones y sangrados fáciles, incluidos sangrados nasales, encías sanguinolentas e incluso hemorragias internas en casos graves.

La trombocitopenia puede ser causada por diversos factores, como enfermedades que afectan la médula ósea (donde se producen las plaquetas), reacciones adversas a ciertos medicamentos, infecciones virales o bacterianas y trastornos autoinmunitarios. En algunos casos, la causa de la trombocitopenia puede no estar clara y se denomina idiopática. El tratamiento de la trombocitopenia depende de la causa subyacente y puede incluir corticosteroides, terapias inmunosupresoras o, en casos graves, trasplante de médula ósea.

Los trastornos mieloproliferativos (TMP) son un grupo de condiciones cancerosas en las que se produce un crecimiento excesivo y anormal de ciertos tipos de glóbulos sanguíneos en la médula ósea. La médula ósea es el tejido esponjoso dentro de los huesos grandes donde se producen las células sanguíneas.

Hay varios tipos de TMP, incluyendo:

1. Leucemia mieloide crónica (LMC): Caracterizada por un aumento en el número de glóbulos blancos inmaduros (llamados blastos) en la médula ósea y en la sangre.

2. Policitemia vera: Una afección en la cual hay un exceso de glóbulos rojos en la sangre, lo que puede provocar coágulos sanguíneos y aumentar el riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.

3. Trombocitemia esencial: Un trastorno en el que hay un número excesivo de plaquetas (componentes sanguíneos involucrados en la coagulación) en la sangre, lo que puede provocar sangrado o coágulos sanguíneos.

4. Mielofibrosis primaria: Una afección en la cual se produce cicatricial anormal en la médula ósea, dificultando la producción de células sanguíneas normales y provocando anemia, fatiga e infecciones frecuentes.

5. Neoplasia mieloide aguda (AML): Una forma agresiva y rápidamente progresiva de cáncer en la que se produce un gran número de células sanguíneas anormales y no funcionales en la médula ósea.

Estos trastornos pueden causar una variedad de síntomas, como fatiga, debilidad, pérdida de peso, sudoración nocturna, fiebre e infecciones frecuentes. El tratamiento depende del tipo y gravedad del trastorno y puede incluir terapia con medicamentos, radioterapia o trasplante de células madre.

La Medicina Tropical se define como el estudio y práctica de la salud, enfermedades y medicina que ocurren específicamente en regiones tropicales y subtropicales del mundo. Estas regiones suelen estar caracterizadas por climas cálidos y húmedos, altos niveles de biodiversidad, incluyendo una gran variedad de patógenos y vectores que transmiten enfermedades.

La disciplina abarca un amplio espectro de enfermedades, desde las infecciosas como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis, la esquistosomiasis y otras helmintiasis, hasta las no transmisibles como la enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer y enfermedades mentales.

La Medicina Tropical también se enfoca en los determinantes sociales de la salud, incluyendo el acceso a agua potable, saneamiento e higiene, vivienda adecuada, educación y otros factores que influyen en la salud de las poblaciones vulnerables.

Además, la Medicina Tropical tiene un enfoque interdisciplinario, involucrando a profesionales de la salud pública, microbiología, parasitología, epidemiología, entomología médica, farmacología y otras especialidades médicas y biológicas.

La Medicina Tropical es particularmente relevante en los países en desarrollo, donde las enfermedades tropicales siguen siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad, pero también tiene importancia en los países desarrollados, debido al aumento del turismo internacional, la migración y el cambio climático.

La médula ósea es el tejido esponjoso y graso que se encuentra en el interior de la mayoría de los huesos largos del cuerpo humano. Es responsable de producir células sanguíneas rojas, blancas y plaquetas. La médula ósea contiene células madre hematopoyéticas, que son las células madre inmaduras capaces de diferenciarse en todos los tipos de células sanguíneas maduras.

Existen dos tipos principales de médula ósea: la médula ósea roja y la médula ósea amarilla. La médula ósea roja es el sitio activo de producción de células sanguíneas, mientras que la médula ósea amarilla está compuesta principalmente por tejido adiposo (grasa). En los recién nacidos y en los niños, la mayor parte del esqueleto contiene médula ósea roja. A medida que las personas envejecen, el cuerpo va reemplazando gradualmente la médula ósea roja con médula ósea amarilla, especialmente en los huesos largos y planos como las costillas, el cráneo y el esternón.

La médula ósea puede verse afectada por diversas condiciones médicas, como anemia, leucemia, linfoma y mieloma múltiple. También puede ser dañada por tratamientos médicos, como la quimioterapia y la radioterapia. En algunos casos, se pueden realizar trasplantes de médula ósea para reemplazar el tejido dañado y restaurar la producción normal de células sanguíneas.

Las enfermedades cutáneas eccematosas, también conocidas como dermatitis eccematosa, se refieren a un grupo de trastornos de la piel que se caracterizan por erupciones cutáneas con picazón, enrojecimiento, inflamación, vesículas o ampollas y descamación. La palabra "eccema" proviene del griego, significando "verter", lo que refleja la apariencia húmeda y supurante de las lesiones avanzadas.

Estas enfermedades pueden ser causadas por diversos factores, como reacciones alérgicas, irritantes ambientales, predisposición genética, trastornos inmunológicos o infecciones bacterianas, víricas o fúngicas. Los ejemplos comunes de enfermedades cutáneas eccematosos incluyen dermatitis atópica, dermatitis de contacto, dermatitis seborreica y neurodermatitis.

El tratamiento de las enfermedades cutáneas eccematosas depende del tipo y la gravedad de la afección. Puede incluir medidas de cuidado de la piel, como evitar irritantes y mantener la piel hidratada; medicamentos tópicos, como corticosteroides o inmunomoduladores tópicos; y en casos graves, terapia sistémica con fármacos antihistamínicos, antibióticos o inmunosupresores. La fototerapia también puede ser útil en algunos tipos de eccema.

La leucemia prolinfocítica es un tipo raro y agresivo de leucemia, un cáncer de las células sanguíneas. Más específicamente, se trata de un subtipo de leucemia linfocítica aguda (LLA), una categoría de leucemias que afectan a los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico.

En la leucemia prolinfocítica, las células cancerosas son prolinfocitos maduros o inmaduros, que se acumulan en la médula ósea y, a veces, en el torrente sanguíneo, los ganglios linfáticos y el bazo. Estas células cancerosas interfieren con la producción y función normal de las células sanguíneas sanas, lo que puede provocar una serie de síntomas graves, como fatiga, infecciones frecuentes, moretones y sangrados anormales, palidez y aumento de las fiebres e infecciones.

La leucemia prolinfocítica se diagnostica mediante una serie de pruebas, como análisis de sangre completos, aspiraciones de médula ósea y biopsias de ganglios linfáticos. El tratamiento suele incluir quimioterapia intensiva, trasplante de células madre y, en algunos casos, terapias dirigidas o ensayos clínicos. A pesar del tratamiento, la leucemia prolinfocítica tiene un pronóstico relativamente pobre, con una tasa de supervivencia a los cinco años inferior al 50%.

La hipertensión portal es una afección médica en la que la presión sanguínea en la vena porta, que lleva sangre desde el intestino hasta el hígado, está significativamente elevada. La presión normal en la vena porta es de aproximadamente 5-10 mmHg. Se considera hipertensión portal cuando la presión es superior a 10 mmHg y puede ocurrir como resultado de diversas condiciones, como cirrosis hepática, hiperplasia nodular regenerativa, trombosis de la vena porta o hepatitis.

La hipertensión portal puede causar una serie de complicaciones, como varices esofágicas (dilatación anormal de las venas en el esófago), ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y encefalopatía hepática (daño cerebral causado por la acumulación de toxinas en el torrente sanguíneo). El tratamiento de la hipertensión portal depende de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, procedimientos endoscópicos o cirugía.

La leucemia experimental, también conocida como leucemia inducida en laboratorio o leucemia animal, se refiere a un tipo de cáncer sanguíneo que es intencionalmente producido en animales de laboratorio, generalmente ratones, para fines de investigación. Se logra mediante la exposición controlada a agentes químicos cancerígenos, radiaciones o virus específicos que causan la proliferación descontrolada de glóbulos blancos anormales en la sangre y médula ósea. Esto conduce a una disminución de las células sanguíneas normales y a un debilitamiento del sistema inmunológico. La leucemia experimental es un modelo comúnmente utilizado en estudios oncológicos para probar nuevos tratamientos, fármacos y terapias, con el objetivo de entender mejor la enfermedad y desarrollar mejores estrategias terapéuticas para su tratamiento en humanos.

La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos (glóbulos sanguíneos responsables del transporte de oxígeno) en el cuerpo es insuficiente. Esto puede ocurrir como resultado de varias condiciones, como una disminución en la producción de glóbulos rojos en la médula ósea, una pérdida excesiva de glóbulos rojos debido a hemorragias o una destrucción acelerada de los glóbulos rojos.

Los síntomas más comunes de la anemia son fatiga, debilidad, falta de aliento, palpitaciones cardíacas y piel pálida. El diagnóstico generalmente se realiza mediante un análisis de sangre que mide el nivel de hemoglobina (una proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno) y la cantidad de glóbulos rojos. El tratamiento depende de la causa subyacente de la anemia y puede incluir suplementos de hierro, cambios en la dieta o, en casos graves, transfusiones de sangre o medicamentos para estimular la producción de glóbulos rojos.

El Virus de la Leucemia Murina de Friend (FLV o Friend MLV, por sus siglas en inglés) es un retrovirus que causa leucemia en ratones. Fue descubierto en 1957 por Charlotte Friend y es uno de los primeros virus oncogénicos descubiertos. El FLV no es endógeno, lo que significa que no está presente en el genoma del huésped de forma natural, sino que se transmite horizontalmente entre individuos.

El ciclo de vida del FLV incluye la unión a receptores de superficie celular, la fusión con la membrana celular y la introducción de su material genético en el núcleo de la célula huésped. Una vez dentro de la célula, el virus se integra en el genoma del huésped y comienza a transcribirse y traducirse, produciendo nuevas partículas virales.

La infección con FLV puede llevar al desarrollo de leucemia mielógena aguda, un tipo de cáncer en el que las células de la médula ósea comienzan a dividirse y multiplicarse sin control. El virus contiene oncogenes, genes que pueden transformar células normales en células cancerosas. Los oncogenes del FLV incluyen el gen v-myc, que codifica para la proteína Myc, involucrada en la regulación del crecimiento y la proliferación celular.

La infección con FLV ha sido ampliamente utilizada como un modelo experimental en estudios de cáncer y virología. Los investigadores utilizan este virus para entender mejor los mecanismos moleculares que subyacen a la transformación oncogénica y la progresión del cáncer, así como para desarrollar y probar nuevas estrategias terapéuticas contra el cáncer.

La hematopoyesis extramedular es un proceso de producción de células sanguíneas que ocurre en sitios fuera de la médula ósea, el sitio normal donde se produce la hematopoyesis. Bajo condiciones normales, la mayoría de los componentes de la sangre, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, se producen en la médula ósea.

Sin embargo, en ciertas situaciones clínicas, como enfermedades graves que afectan la médula ósea o como efecto secundario de algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia y la radioterapia, la capacidad de la médula ósea para producir células sanguíneas puede verse comprometida. En estos casos, el cuerpo puede recurrir a sitios extramedulares, como el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos, para producir células sanguíneas adicionales.

La hematopoyesis extramedular es un mecanismo de reserva que puede ayudar al cuerpo a mantener la producción de células sanguíneas en situaciones de estrés o enfermedad, pero no es suficiente para reemplazar por completo la función de la médula ósea. Por lo tanto, la hematopoyesis extramedular se considera un proceso compensatorio y no una vía principal de producción de células sanguíneas en condiciones normales.

La leucocitosis es un término médico que se refiere a un recuento elevado de glóbulos blancos (leucocitos) en la sangre. Los glóbulos blancos son una parte importante del sistema inmunológico y ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Sin embargo, un nivel excesivamente alto de glóbulos blancos puede indicar la presencia de diversas condiciones médicas, como infecciones, inflamación, respuesta al estrés, trastornos malignos (como leucemia) o enfermedades autoinmunes. Es importante notar que un recuento levemente elevado de glóbulos blancos no siempre es motivo de preocupación y puede deberse a factores transitorios, como el ejercicio o el uso de ciertos medicamentos. Sin embargo, niveles persistentemente altos requieren una evaluación médica adicional para determinar la causa subyacente y establecer un tratamiento apropiado.

El síndrome linfoproliferativo autoinmune (ALPS, por sus siglas en inglés) es un trastorno genético poco común del sistema inmunológico. Se caracteriza por una producción y acumulación excesivas de ciertos glóbulos blancos llamados linfocitos, especialmente los linfocitos T, en diversos órganos y tejidos del cuerpo.

Este síndrome se debe a mutaciones en genes que controlan la apoptosis o muerte celular programada de los linfocitos T. Como resultado, estas células no mueren cuando deberían hacerlo, lo que lleva a un aumento anormal en su número y a la formación de tumores benignos conocidos como nódulos linfoides.

Los síntomas del ALPS pueden variar, pero generalmente incluyen:

- Agrandamiento de los ganglios linfáticos
- Esplenomegalia (agrandamiento del bazo)
- Hepatomegalia (agrandamiento del hígado)
- Anemia
- Trombocitopenia (disminución del número de plaquetas en la sangre)
- Leucopenia (disminución del número de glóbulos blancos en la sangre)
- Infecciones recurrentes
- Fatiga
- Dolor abdominal

El ALPS también se asocia con un mayor riesgo de desarrollar linfomas y otras neoplasias malignas. El diagnóstico del síndrome linfoproliferativo autoinmune se basa en la presencia de ciertos criterios clínicos, de laboratorio e inmunológicos, así como en la identificación de mutaciones genéticas específicas.

El tratamiento del ALPS generalmente implica la administración de inmunosupresores y otros fármacos que ayuden a controlar los síntomas y prevenir complicaciones. En algunos casos, se puede considerar el trasplante de células madre hematopoyéticas como una opción terapéutica.

La vena esplénica es un término médico que se refiere a una vena grande en el sistema porta hepático. Origina en la unión de varias venas más pequeñas que drenan la sangre desoxigenada desde el bazo. La vena esplénica, junto con la vena mesentérica superior e inferior, forma la vena porta hepática, la cual lleva sangre rica en nutrientes y desprovista de oxígeno desde el tracto gastrointestinal y el bazo hacia el hígado.

La vena esplénica se encarga de transportar los productos de desecho y los nutrientes absorbidos del aparato digestivo al hígado para su procesamiento adicional y distribución a otras partes del cuerpo. Es un vaso sanguíneo importante en el mantenimiento de la homeostasis corporal y la función hepática adecuada. Cualquier condición o enfermedad que afecte esta vena puede tener graves repercusiones en la salud general del individuo.

Los trastornos linfoproliferativos (TLP) son un grupo de enfermedades que se caracterizan por una proliferación anormal o desregulada de células del sistema linfático, que incluyen linfocitos B, linfocitos T y células NK (natural killer). Estos trastornos pueden afectar a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y otros órganos.

Los TLP se clasifican en diferentes categorías según su presentación clínica, histopatológica y genética. Algunas de las categorías incluyen:

1. Trastornos linfoides benignos: Estos trastornos son reversibles y no tienen potential oncogénico. Incluyen enfermedades como la reacción inflamatoria aguda, la hiperplasia reactiva y el linfoma linfocítico cutáneo benigno.
2. Trastornos linfoides preneoplásicos: Estos trastornos tienen un potencial oncogénico intermedio y pueden evolucionar a neoplasias linfoides. Incluyen enfermedades como la leucemia linfocítica crónica de células B, la enfermedad de Castleman y el síndrome de activación de Linfocitos T.
3. Trastornos linfoides malignos: Estos trastornos son neoplásicos y se caracterizan por una proliferación clonal de células linfoides. Incluyen enfermedades como el linfoma no Hodgkin, el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfocítica aguda.

Los TLP pueden presentarse con una variedad de síntomas clínicos, dependiendo del tipo y la extensión de la enfermedad. Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagen y biopsia de tejido. El tratamiento depende del tipo y la etapa de la enfermedad y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre.

La linfocitosis es un término médico que se refiere a un conteo elevado de linfocitos en la sangre periférica. Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos (leucocitos) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayudan a proteger al cuerpo contra las infecciones y las enfermedades.

Normalmente, los recuentos de linfocitos en la sangre periférica oscilan entre 1.000 y 4.800 células por microlitro (µL) en adultos sanos. Sin embargo, cuando el recuento de linfocitos supera los 5.000 células por µL, se considera linfocitosis.

La linfocitosis puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones virales (como la mononucleosis infecciosa o el VIH), enfermedades autoinmunes, leucemias y linfomas, entre otras. También puede ser el resultado de una reacción a ciertos medicamentos o vacunas.

Es importante tener en cuenta que un recuento elevado de linfocitos no siempre indica la presencia de una enfermedad subyacente grave, pero sí requiere una evaluación médica adicional para determinar la causa subyacente y establecer el tratamiento adecuado.

La leucemia de células pilosas, también conocida como leucemia pelúcida o leucemia capilar, es un tipo raro y agresivo de cáncer de la sangre que se origina en las células madre tempranas de los glóbulos blancos (leucocitos) en la médula ósea. Más específicamente, se deriva de los linfoblastos B o T inmaduros, y afecta principalmente a adultos mayores, con una edad media de diagnóstico alrededor de los 60 años.

La enfermedad se caracteriza por la acumulación anormal de células leucémicas inmaduras y no funcionales en la médula ósea, el torrente sanguíneo y, a menudo, en los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado. Estas células anómalas desplazan a las células sanas, lo que resulta en una disminución de la producción de glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos normales y funcionales.

Los síntomas más comunes de la leucemia de células pilosas incluyen fatiga, debilidad, pérdida de peso, sudoración nocturna, fiebre, infecciones recurrentes, moretones y hemorragias fáciles, palidez y aumento del tamaño del bazo y los ganglios linfáticos. Además, las células leucémicas pueden infiltrarse en otros órganos y tejidos, como la piel, el sistema nervioso central y los ojos, causando diversas complicaciones clínicas.

El diagnóstico de la leucemia de células pilosas se realiza mediante una combinación de exámenes de laboratorio, incluyendo análisis de sangre completa, frotis de médula ósea y citogenética, así como pruebas de imagenología y biopsias de tejidos afectados. El tratamiento generalmente consiste en quimioterapia intensiva, trasplante de células madre hematopoyéticas y terapias dirigidas, con el objetivo de destruir las células leucémicas y restaurar la función del sistema inmunitario. A pesar de los avances en el tratamiento, la leucemia de células pilosas sigue siendo una enfermedad agresiva y difícil de tratar, con una tasa de supervivencia a largo plazo relativamente baja.

El sarcoma histiocítico es un tipo muy raro de cáncer que se origina en los tejidos conectivos del cuerpo. Este tipo de cáncer afecta a los histiocitos, que son células del sistema inmunológico que desempeñan un papel importante en la respuesta inmune al combatir las infecciones y eliminar los desechos celulares.

El sarcoma histiocítico se caracteriza por el crecimiento anormal y descontrolado de estas células histiocíticas, lo que lleva a la formación de tumores malignos en los tejidos conectivos del cuerpo. Estos tumores pueden desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran más comúnmente en los tejidos blandos, los huesos y los órganos internos.

Los síntomas del sarcoma histiocítico varían dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen dolor, hinchazón o sensibilidad en el área afectada, dificultad para mover una articulación cercana al tumor, fatiga, fiebre y pérdida de peso involuntaria.

El diagnóstico del sarcoma histiocítico puede ser difícil, ya que este tipo de cáncer es muy raro y los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades más comunes. El proceso de diagnóstico suele incluir una serie de pruebas, como radiografías, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas e incluso biopsias para examinar el tejido afectado y determinar el tipo y la extensión del cáncer.

El tratamiento del sarcoma histiocítico depende de varios factores, como el tipo y la etapa del cáncer, la ubicación del tumor y la salud general del paciente. Los tratamientos más comunes incluyen cirugía para extirpar el tumor, radioterapia para destruir las células cancerosas y quimioterapia para matar las células cancerosas en todo el cuerpo. En algunos casos, se pueden utilizar terapias dirigidas o inmunoterapias para atacar específicamente las células cancerosas y dejar intactas las células sanas.

A pesar del tratamiento, el pronóstico para el sarcoma histiocítico puede ser incierto, ya que este tipo de cáncer es muy raro y no se comprende completamente. Sin embargo, los pacientes que reciben un diagnóstico y un tratamiento tempranos tienen mayores posibilidades de supervivencia a largo plazo. Los médicos continúan investigando para desarrollar nuevos tratamientos y mejorar el pronóstico para este tipo de cáncer.

La policitemia vera es un trastorno de la sangre poco común en el que el cuerpo produce demasiados glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este exceso hace que la sangre sea más espesa de lo normal, lo que puede causar problemas graves, como coágulos sanguíneos o ataques al corazón.

La policitemia vera ocurre cuando hay una mutación en un gen específico, conocido como JAK2V617F, en las células madre de la sangre. Esta mutación hace que las células sanguíneas se dividan y crezcan de manera descontrolada. Aunque la causa exacta de esta mutación no se conoce, se sabe que aumenta con la edad. La enfermedad es más común en personas mayores de 60 años.

Los síntomas de la policitemia vera pueden incluir: enrojecimiento de la cara, el cuerpo o los oídos; picazón de la piel, especialmente después del baño; dolor de cabeza; visión borrosa; sensación de plenitud en el estómago; sangrado inusual; moretones fáciles; y cansancio.

El tratamiento generalmente se centra en reducir la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre para prevenir complicaciones. Esto puede lograrse mediante procedimientos como flebotomías regulares (extraer sangre), quimioterapia o medicamentos que reducen la producción de células sanguíneas. La aspirina también se puede recetar para ayudar a prevenir coágulos sanguíneos.

La linfohistiocitosis hemofagocítica (LHH) es un trastorno inflamatorio extremadamente grave y potencialmente fatal, caracterizado por la activación incontrolada de macrófagos y células T citotóxicas, lo que resulta en una respuesta inmune desregulada. La hemofagocitosis es el proceso en el que los macrófagos consumen y destruyen diversas células sanguíneas, incluendo glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

La LHH puede ser primaria (genética o familiar) o secundaria (adquirida). La linfohistiocitosis hemofagocítica primaria se asocia con mutaciones genéticas que afectan la función de las células inmunes, mientras que la forma secundaria puede ser desencadenada por infecciones, cáncer o enfermedades autoinmunitarias.

Los síntomas clínicos de la LHH pueden variar y pueden incluir fiebre alta persistente, hepatoesplenomegalia (agrandamiento del hígado y el bazo), citopenias (disminución de los recuentos de células sanguíneas), coagulopatía (trastornos de la coagulación), niveles elevados de enzimas hepáticas, hipertrigliceridemia y disfunción orgánica multisistémica. El diagnóstico se basa en los criterios clínicos, laboratoriales y, a veces, histopatológicos.

El tratamiento de la linfohistiocitosis hemofagocítica implica el control de la enfermedad subyacente, si existe, junto con la supresión inmunosupresora intensiva para controlar la respuesta inflamatoria excesiva. La terapia de elección incluye esteroides, quimioterapia y, en algunos casos, trasplante de células madre hematopoyéticas. El pronóstico depende de la etiología subyacente y del grado de afectación orgánica.

La proguanil, también conocida como cloroguanida o Chloroquine Sulfate, es un fármaco antipalúdico que se utiliza en el tratamiento y la profilaxis (prevención) de la malaria. Funciona al interferir con la capacidad del parásito de la malaria para usar y multiplicarse en la hemoglobina, una proteína en los glóbulos rojos. Esto ayuda a reducir la cantidad de parásitos en el cuerpo y previene la propagación adicional de la enfermedad.

La proguanil se administra por vía oral y generalmente se toma en combinación con otros medicamentos antipalúdicos, como la atovaquona, para aumentar su eficacia. Los efectos secundarios comunes de la proguanil incluyen náuseas, vómitos, diarrea y erupciones cutáneas. Es importante tomar este medicamento según las indicaciones de un profesional médico capacitado, ya que el uso incorrecto o excesivo puede aumentar el riesgo de efectos secundarios graves o resistencia al medicamento.

Además de su uso en el tratamiento y la prevención de la malaria, la proguanil también se ha investigado como un posible tratamiento para otras enfermedades, como la toxoplasmosis y la enfermedad de Chagas. Sin embargo, se necesita más investigación antes de que se pueda recomendar su uso generalizado para estos fines.

La trombocitosis es un trastorno caracterizado por un conteo anormalmente alto de plaquetas (también conocidas como trombocitos) en la sangre. Las plaquetas son células sanguíneas pequeñas sin núcleo que desempeñan un papel crucial en la coagulación sanguínea y la prevención de hemorragias.

En condiciones normales, el recuento promedio de plaquetas se encuentra entre 150,000 y 450,000 por microlitro de sangre. Cuando el conteo de plaquetas es superior a 450,000 por microlitro de sangre, se considera trombocitosis.

La trombocitosis puede ser primaria o secundaria. La trombocitosis primaria, también conocida como síndrome mieloproliferativo crónico, es una afección en la que el cuerpo produce un exceso de plaquetas debido a un trastorno en la médula ósea. La trombocitosis secundaria o reactiva se desarrolla como resultado de otras condiciones médicas, como infecciones, anemia, inflamación, trauma, cáncer u otros trastornos hematológicos.

La trombocitosis puede ser asintomática y descubierta accidentalmente durante un examen de sangre rutinario. Sin embargo, en algunos casos, los pacientes pueden experimentar síntomas como moretones fáciles, hemorragias nasales o gingivales, dolores de cabeza, visión borrosa, vértigo y, en raras ocasiones, accidentes cerebrovasculares.

El tratamiento de la trombocitosis depende de su causa subyacente. Si se debe a una afección subyacente, el objetivo principal es tratar esa condición. En casos de trombocitosis secundaria grave o trombocitosis primaria, pueden utilizarse diversos medicamentos y procedimientos para reducir los niveles de plaquetas y prevenir complicaciones.

La pancitopenia es un término médico que describe la presencia de una cuenta baja simultánea de todos los tipos de células sanguíneas en la sangre periférica. Esto incluye glóbulos rojos (que transportan oxígeno), glóbulos blancos (que combaten infecciones) y plaquetas (que ayudan a la coagulación de la sangre).

La pancitopenia puede ser el resultado de diversas condiciones, que van desde deficiencias nutricionales hasta enfermedades graves del sistema inmunológico o médula ósea. Los síntomas pueden variar dependiendo de los niveles específicos de cada tipo de célula sanguínea, pero generalmente incluyen fatiga, aumento de la susceptibilidad a las infecciones y moretones o hemorragias fáciles. El tratamiento dependerá de la causa subyacente.

Los ratones consanguíneos C57BL, también conocidos como ratones de la cepa C57BL o C57BL/6, son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica. La designación "C57BL" se refiere al origen y los cruces genéticos específicos que se utilizaron para establecer esta cepa particular.

La letra "C" indica que el ratón es de la especie Mus musculus, mientras que "57" es un número de serie asignado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) en los Estados Unidos. La "B" se refiere al laboratorio original donde se estableció la cepa, y "L" indica que fue el laboratorio de Little en la Universidad de Columbia.

Los ratones consanguíneos C57BL son genéticamente idénticos entre sí, lo que significa que tienen el mismo conjunto de genes en cada célula de su cuerpo. Esta uniformidad genética los hace ideales para la investigación biomédica, ya que reduce la variabilidad genética y facilita la comparación de resultados experimentales entre diferentes estudios.

Los ratones C57BL son conocidos por su resistencia a ciertas enfermedades y su susceptibilidad a otras, lo que los hace útiles para el estudio de diversas condiciones médicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurológicas. Además, se han utilizado ampliamente en estudios de genética del comportamiento y fisiología.

La anemia hemolítica es una afección en la que los glóbulos rojos (eritrocitos) se destruyen prematuramente, lo que lleva a niveles bajos de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína importante en los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones hacia el resto del cuerpo.

Existen diversas causas de anemia hemolítica, entre las que se incluyen:

1. Enfermedades hereditarias: Algunas enfermedades genéticas, como la esferocitosis hereditaria, el déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) y la talasemia, pueden causar anemia hemolítica.
2. Infecciones: Algunas infecciones, como la malaria y la babesiosis, pueden destruir los glóbulos rojos y provocar anemia hemolítica.
3. Medicamentos: Ciertos medicamentos, como la quinina, los antibióticos sulfonamidas y la fenitoína, pueden dañar los glóbulos rojos y causar anemia hemolítica en algunas personas.
4. Reacciones transfusionales: En raras ocasiones, una reacción adversa a una transfusión sanguínea puede provocar la destrucción de glóbulos rojos y anemia hemolítica.
5. Enfermedades autoinmunitarias: Algunas enfermedades autoinmunitarias, como el lupus eritematoso sistémico (LES) y la artritis reumatoide, pueden causar la producción de anticuerpos que atacan y destruyen los glóbulos rojos, resultando en anemia hemolítica.
6. Cáncer: Algunos tipos de cáncer, como el linfoma y la leucemia, pueden producir sustancias que dañan los glóbulos rojos y causan anemia hemolítica.
7. Otras causas: Otras causas menos comunes de anemia hemolítica incluyen enfermedades hepáticas, infecciones bacterianas y parásitos.

El tratamiento de la anemia hemolítica depende de la causa subyacente. Puede incluir transfusiones sanguíneas, medicamentos para reducir la producción de anticuerpos o tratamientos específicos para las enfermedades autoinmunitarias o los cánceres que estén causando la anemia. En algunos casos, se puede requerir un tratamiento a largo plazo o incluso una intervención quirúrgica.

JANUS quinasa 2 (JAK2) es una proteína que desempeña un papel importante en la transducción de señales, específicamente en las vías de señalización JAK-STAT. La transducción de señales es el proceso por el cual las células responden a diversas señales externas e internas. Las vías JAK-STAT están involucradas en la respuesta celular a varias citocinas, hormonas y factores de crecimiento.

La proteína JAK2 tiene enzimas tirosina quinasa intrínsecas que agregan grupos fosfato a los residuos de tirosina en otras proteínas, lo que desencadena una cascada de eventos que conducen a la activación de genes y la síntesis de proteínas.

Las mutaciones en JAK2 se han relacionado con varias enfermedades, particularmente trastornos mieloproliferativos crónicos (MPN), como la policitemia vera, la trombocitopenia esencial y la mielofibrosis primaria. La mutación más común es el cambio de valina a fenilalanina en la posición 617 (V617F). Esta mutación constitutiva conduce a una activación continua de JAK2, lo que resulta en un crecimiento y proliferación celular desregulados.

En resumen, JANUS quinasa 2 es una proteína clave en la transducción de señales que desempeña un papel crucial en el control del crecimiento y la diferenciación celulares. Las mutaciones en este gen se han relacionado con varios trastornos hematológicos, incluidos los trastornos mieloproliferativos crónicos.

El tamaño de los órganos se refiere al volumen o dimensión física de un órgano en particular dentro del cuerpo humano. Estas medidas pueden ser tomadas utilizando various métodos, como la radiología, la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM). El tamaño normal de un órgano puede variar según varios factores, como la edad, el sexo y la variación interindividual. Cualquier desviación significativa del tamaño normal puede ser indicativo de una enfermedad o afección subyacente. Por ejemplo, un agrandamiento del hígado (hepatomegalia) puede ser resultado de diversas condiciones, como la infección, la inflamación o la proliferación celular anormal. Por lo tanto, el tamaño de los órganos es una métrica importante en el diagnóstico y monitoreo de diversas afecciones médicas.

La Reacción Injerto-Huésped (RIH) es un proceso en el que los tejidos del donante y del receptor entran en contacto, lo que desencadena una respuesta inmunitaria. La gravedad de esta reacción puede variar desde leve a severa, e incluso potencialmente letal en algunos casos.

La RIH se produce cuando el sistema inmunitario del receptor reconoce las células, los tejidos u otros componentes del injerto como sustancias extrañas o antígenos. Esto provoca la activación de los linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos), que desencadenan una cascada de respuestas inmunes para destruir lo que perciben como cuerpos extraños.

Los síntomas más comunes de la RIH incluyen enrojecimiento, hinchazón e inflamación alrededor del sitio del injerto. También pueden ocurrir fiebre, dolor y la formación de costras. En casos graves, la RIH puede causar el rechazo total del injerto, daño tisular severo e incluso falla orgánica.

Para prevenir o tratar la RIH, se utilizan varias estrategias inmunosupresoras que suprimen la respuesta inmune del huésped. Estos tratamientos pueden incluir fármacos esteroides, medicamentos antimetabólicos o fármacos biológicos específicos contra el sistema inmunitario. Sin embargo, estas terapias también conllevan riesgos, ya que una supresión excesiva del sistema inmune puede dejar al paciente vulnerable a infecciones y otras complicaciones.

Gammaherpesvirinae es una subfamilia de virus perteneciente a la familia Herpesviridae en el orden Herpesvirales. Los virus que se incluyen en esta subfamilia tienen una estructura compleja y contienen un genoma de ADN lineal, bicatenario y relativamente grande.

Los gammaherpesvirus suelen infectar a mamíferos y aves, y algunas especies pueden causar enfermedades graves en humanos, como el virus de Epstein-Barr (EBV) y el virus del herpes humano 8 (HHV-8), también conocido como virus asociado al sarcoma de Kaposi. Estos virus se han relacionado con diversas afecciones clínicas, incluyendo mononucleosis infecciosa, algunos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes.

El ciclo de vida de los gammaherpesvirus implica una fase latente y una fase lítica. Durante la fase latente, el virus se integra en el genoma del huésped y permanece relativamente inactivo, aunque sigue produciendo proteínas específicas que ayudan a evadir la respuesta inmunitaria del huésped. En la fase lítica, el virus se reactiva, replica su genoma y produce nuevas partículas virales que pueden infectar células adicionales.

La subfamilia Gammaherpesvirinae incluye varios géneros, como Lymphocryptovirus (que contiene EBV), Rhadinovirus (que contiene HHV-8) y Percavirus. Cada género agrupa a especies de virus que comparten características genéticas y antigénicas similares.

La enfermedad de Gaucher es un trastorno genético hereditario autosómico recesivo, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen defectuoso (una de cada padre) para manifestar los síntomas. Esta enfermedad está asociada con la deficiencia de la enzima glucocerebrosidasa (GCase), encargada de descomponer una sustancia grasa llamada glucocerebroside, encontrada en las membranas celulares.

Cuando la actividad de esta enzima es baja o ausente, el glucocerebroside se acumula en células especiales del sistema reticuloendotelial (linfocitos, macrófagos y histiocitos), formando depósitos anormales conocidos como "glicolipidosis". Estas células cargadas de glucocerebroside se denominan células de Gaucher y pueden crecer y acumularse en los órganos y tejidos, particularmente en el bazo, hígado e huesos.

Existen tres tipos principales de enfermedad de Gaucher, clasificados según la gravedad y la presencia o ausencia de determinados síntomas:

1. Tipo 1 (enfermedad de Gaucher no neuronopática): Es el tipo más común y afecta principalmente al sistema esquelético, hígado e hígado. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluyen hepatoesplenomegalia (agrandamiento del bazo e hígado), anemia, trombocitopenia (disminución de plaquetas en la sangre), esquistocitosis (deformación de los glóbulos rojos) y dolor óseo. La afectación neurológica es mínima o inexistente en este tipo.

2. Tipo 2 (enfermedad de Gaucher neuronopática aguda): Este tipo se caracteriza por una progresión rápida y graves afecciones neurológicas, además de los síntomas del tipo 1. Los bebés afectados pueden presentar retraso en el desarrollo, convulsiones, rigidez muscular y problemas visuales. La esperanza de vida es corta, generalmente menos de dos años.

3. Tipo 3 (enfermedad de Gaucher neuronopática crónica): Este tipo se distingue por una afectación neurológica progresiva junto con los síntomas del tipo 1. Los niños pueden presentar retraso en el desarrollo, convulsiones, deterioro cognitivo y problemas de movimiento. La esperanza de vida varía, pero generalmente es menor a la normal.

El diagnóstico de la enfermedad de Gaucher se realiza mediante análisis de sangre y pruebas genéticas para detectar mutaciones en el gen GBA1, que codifica la enzima glucocerebrosidasa (GCase). El tratamiento puede incluir terapia de reemplazo enzimático con alglucosidasa alfa (Cerezyme) o miglustat (Zavesca), un inhibidor de la glucosilceramida sintasa. La terapia génica y la terapia celular también se están investigando como posibles opciones de tratamiento en el futuro.

La reticulina es una proteína fibrilar que se encuentra en el tejido conectivo y está asociada con la estructura de la membrana basal. Es un componente importante de la matriz extracelular y desempeña un papel crucial en la biología de la célula, como en la adhesión celular, la migración celular y la diferenciación celular. También está involucrada en la homeostasis tisular y la reparación de tejidos. En patología, la acumulación anormal de reticulina se observa en ciertas enfermedades, como la amiloidosis y algunos trastornos neurodegenerativos. Sin embargo, no hay una definición médica específica de 'reticulina' ya que es una proteína y su presencia o función no se considera una condición médica en sí misma.

La hipergammaglobulinemia es un trastorno caracterizado por niveles séricos elevados de inmunoglobulinas G (IgG), que son los anticuerpos más comunes en el cuerpo. Normalmente, las IgG ayudan a combatir infecciones, pero en la hipergammaglobulinemia, los niveles de IgG están significativamente por encima del rango normal, lo que puede indicar una respuesta excesiva o continuada del sistema inmunológico a una infección, una inflamación crónica o una enfermedad autoinmune.

Este trastorno se diagnostica mediante análisis de sangre que miden los niveles de diferentes tipos de inmunoglobulinas. El tratamiento puede variar dependiendo de la causa subyacente y puede incluir terapias para reducir la inflamación o suprimir el sistema inmunológico, como corticosteroides o inmunoglobulina intravenosa (IVIG). En algunos casos, el tratamiento de la enfermedad subyacente puede ayudar a normalizar los niveles de IgG.

Las "Terapias en Investigación" se refieren a tratamientos médicos o intervenciones clínicas que están actualmente en proceso de ser evaluadas en ensayos clínicos para determinar su seguridad, eficacia y efectividad. Estas terapias pueden incluir nuevos fármacos, vacunas, dispositivos médicos, procedimientos quirúrgicos o incluso terapias basadas en células y genes.

Estas investigaciones se llevan a cabo en diferentes fases, cada una con un objetivo específico. La fase I generalmente evalúa la seguridad y dosis inicial en un pequeño grupo de participantes; la fase II busca determinar la eficacia y evaluar más a fondo la seguridad en un grupo mayor; y la fase III compara la nueva terapia con los tratamientos estándar existentes en un gran número de participantes.

Si una terapia en investigación demuestra ser segura y eficaz en las diferentes fases de pruebas, puede ser aprobada por autoridades regulatorias como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) en los Estados Unidos o la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) en Europa para su uso general en la población.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las terapias en investigación pueden tener efectos secundarios desconocidos o riesgos potenciales, y su eficacia aún no ha sido definitivamente establecida. Por lo tanto, participar en un ensayo clínico siempre debe ser una decisión informada y voluntaria, después de haber recibido una explicación completa sobre los posibles beneficios e riesgos.

La Leishmaniasis Visceral, también conocida como Kala-azar, es una enfermedad grave causada por el parásito Leishmania donovani. Este parásito se transmite a través de la picadura de mosquitos hemofagos (que se alimentan de sangre) infectados del género Phlebotomus.

La enfermedad afecta principalmente al bazo, el hígado y los tejidos linfáticos, provocando fiebre prolongada, anemia, pérdida de peso, agrandamiento del bazo e hígado, y, en casos graves, puede causar daño en los órganos y la muerte si no se trata a tiempo.

La Leishmaniasis Visceral es una enfermedad endémica en partes de Asia, África del Norte, América del Sur y Central, y el Mediterráneo meridional. Es considerada una enfermedad tropical desatendida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La leucemia neutrofílica crónica (LNC) es un tipo raro y específico de leucemia, un cáncer de las células sanguíneas. Más concretamente, se trata de un cáncer de los glóbulos blancos o leucocitos, llamados neutrófilos, que forman parte del sistema inmunológico y ayudan a combatir las infecciones.

En la LNC, las células sanguíneas inmaduras, conocidas como mieloblastos, se producen en exceso y acumulan en la médula ósea, impidiendo así la producción de glóbulos rojos, plaquetas y otros tipos de glóbulos blancos maduros y funcionales. Esto provoca diversos síntomas como fatiga, infecciones frecuentes, moretones o hemorragias.

La LNC se caracteriza por su evolución lenta y prolongada, a diferencia de otras leucemias agudas que progresan rápidamente. Sin embargo, la enfermedad puede avanzar y convertirse en leucemia blástica aguda o acelerada si no se trata adecuadamente.

El diagnóstico de LNC se realiza mediante análisis de sangre completos, frotis de médula ósea y pruebas genéticas para identificar mutaciones específicas asociadas con este tipo de cáncer. El tratamiento puede incluir terapias dirigidas, quimioterapia, trasplante de células madre y cuidados de soporte para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Las enfermedades hematológicas se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan la formación y función de las células sanguíneas. Esto incluye glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, así como el sistema de coagulación de la sangre.

Ejemplos de enfermedades hematológicas incluyen anemia (un déficit en glóbulos rojos o hemoglobina), leucemia (cáncer de las células sanguíneas), trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas), y trastornos de la coagulación como la hemofilia.

Estas condiciones pueden ser adquiridas o heredadas, y pueden variar en gravedad desde leve a potencialmente mortal. El tratamiento depende del tipo y gravedad de la afección y puede incluir medicamentos, quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea o cirugía.

La atención médica para las enfermedades hematológicas generalmente es proporcionada por especialistas conocidos como hematólogos.

La malaria es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Plasmodium, que se transmiten al ser humano a través de la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Existen varias especies de Plasmodium que pueden causar la enfermedad en humanos, siendo las más comunes P. falciparum, P. vivax, P. malariae y P. ovale.

La infección se produce cuando los parásitos ingresan al torrente sanguíneo después de una picadura de mosquito infectado. Los parásitos viajan hasta el hígado, donde se multiplican asexualmente durante un período de tiempo variable según la especie del Plasmodium. Posteriormente, los parásitos se liberan en el torrente sanguíneo y penetran en los glóbulos rojos, donde continúan su ciclo reproductivo, causando la lisis de los eritrocitos y la liberación de nuevas formas parasitarias infecciosas.

Los síntomas de la malaria suelen aparecer entre 10 días y un mes después de la exposición al mosquito infectado, dependiendo de la especie del Plasmodium. Los síntomas más comunes incluyen fiebre, escalofríos, sudoración profusa, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza intenso (conocido como "dolor de cerebro"), náuseas y vómitos. En casos graves, especialmente aquellos causados por P. falciparum, la malaria puede provocar anemia severa, insuficiencia renal, convulsiones, coma e incluso la muerte.

El diagnóstico de la malaria se realiza mediante el examen microscópico de sangre periférica, en busca de los parásitos dentro de los glóbulos rojos. También existen pruebas rápidas de detección de antígenos parasitarios que pueden proporcionar resultados más rápidamente y con menor equipamiento especializado.

El tratamiento de la malaria depende de la gravedad de los síntomas, la especie del Plasmodium involucrada y el estado inmunológico del paciente. En casos leves, se pueden utilizar combinaciones de fármacos antipalúdicos como la cloroquina, la hidroxicloroquina o la artemisinina. Sin embargo, en casos graves y aquellos causados por P. falciparum resistente a los fármacos, se requieren tratamientos más intensivos con combinaciones de medicamentos antipalúdicos de acción rápida, como la artesunato y la mefloquina.

La prevención de la malaria implica el uso de medidas de protección personal contra los mosquitos, como repelentes de insectos, ropa protectora y mosquiteras impregnadas con insecticidas. Además, se recomienda tomar medicamentos profilácticos antes, durante y después del viaje a zonas de riesgo. La quimioprofilaxis puede implicar el uso de fármacos como la cloroquina, la hidroxicloroquina o la mefloquina, según las recomendaciones específicas para cada área geográfica y el estado inmunológico del viajero.

Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos, más específicamente, linfocitos del sistema inmune que desempeñan un papel crucial en la respuesta humoral del sistema inmunológico. Se originan en la médula ósea y se diferencian en el bazo y los ganglios linfáticos.

Una vez activados, los linfocitos B se convierten en células plasmáticas que producen y secretan anticuerpos (inmunoglobulinas) para neutralizar o marcar a los patógenos invasores, como bacterias y virus, para su eliminación por otras células inmunitarias. Los linfocitos B también pueden presentar antígenos y cooperar con los linfocitos T auxiliares en la respuesta inmunitaria adaptativa.

El recuento de células sanguíneas es un análisis de laboratorio que mide el número total de diferentes tipos de glóbulos en la sangre. Estos incluyen glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Un recuento bajo o alto de cualquiera de estos componentes puede ser un signo de varias condiciones médicas, desde infecciones hasta trastornos sanguíneos y cáncer.

1. Glóbulos Rojos (Eritrocitos): Son los encargados de transportar oxígeno a las células del cuerpo. Un bajo recuento se conoce como anemia, mientras que un alto recuento se denomina policitemia.

2. Glóbulos Blancos (Leucocitos): Ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Un aumento en el número de glóbulos blancos puede indicar una infección, inflamación o incluso leucemia. Por otro lado, un bajo recuento puede sugerir problemas con la médula ósea o enfermedades que afectan la capacidad del cuerpo para producir glóbulos blancos.

3. Plaquetas (Trombocitos): Ayudan a controlar el sangrado al ayudar a formar coágulos sanguíneos. Un bajo recuento de plaquetas se denomina trombocitopenia, lo que aumenta el riesgo de hemorragias e incluso sangrados graves. Por otro lado, un alto recuento se llama trombocitemia, lo que puede conducir a coágulos sanguíneos no deseados.

El recuento de células sanguíneas es una prueba rutinaria y crucial en la medicina, ya que ayuda a diagnosticar diversas patologías y monitorizar el tratamiento de ciertas condiciones médicas.

La esplenomegalia es un agrandamiento patológico del bazo o estructura esplénica más allá de sus dimensiones normales (11 cm). ... Siempre se deberá tratar la enfermedad subyacente responsable del cuadro de esplenomegalia. En MedlinePlus hay más información ... sobre Esplenomegalia Datos: Q1129121 Multimedia: Splenomegaly / Q1129121 (Wikipedia:Artículos que necesitan referencias, ...
Esplenomegalia. La coriorretinitis se presenta raramente en la forma aguda, siendo más frecuente en la crónica. El leucograma ... Sordera Microcefalia Neumonitis Calcificaciones intracerebrales Miocarditis Convulsiones Hepatomegalia y esplenomegalia Retardo ...
2007). Esplenomegalia. Autores: P. Vargas Viveros, R. Hurtado Monroy, J.A. Villalobos Alva. Revista de la Facultad de Medicina ... En medicina, el término esplenomegalia se utiliza para describir un aumento anómalo del tamaño del bazo que supera sus ... ISBN 0-03-910284-X. «Bazo dilatado (esplenomegalia)». Mayo Clinic. Consultado el 30 de enero de 2021. Escuela de Medicina - ... En determinadas enfermedades, el bazo aumenta de tamaño (esplenomegalia), lo cual permite su palpación.[10]​ La exploración ...
Hepatomegalia y esplenomegalia. Anemia. Ascitis. Ictericia. Muy raramente, problemas respiratorios como tos, disnea, dolor en ...
Esplenomegalia gigante (fenómenos compresivos abdominales). Clínica de hipermetabolismo celular. Historia clínica: anamnesis y ...
Esplenomegalia (que puede ser masiva). Escasas adenopatías (. ...
... esplenomegalia ( aumento del tamaño del bazo); arco senil (decoloración blanca de la córnea periférica). La hipercolesterolemia ...
Son factores de mal pronóstico la edad avanzada, muy marcada leucocitosis o proporción de blastos, esplenomegalia gigante, la ... Se caracteriza por una proliferación de los glóbulos blancos de la serie granulocítica, esplenomegalia, trombocitosis y anemia ... Síntomas derivados de la esplenomegalia: pesadez postprandrial, la saciedad precoz o fenómenos compresivos abdominales ( ... Datos de leucocitosis, anemia, trombocitopenia y esplenomegalia. Pruebas analíticas: Hemograma con leucocitosis (basofilia y ...
Esplenomegalia, en el 80-90 % de los casos. 1. Historia clínica: anamnesis y exploración. Importante realizar un examen de ...
Los síntomas suelen ser anemia, esplenomegalia e ictericia. El gen causante de la condición ha sido recientemente identificado ...
Puede presentar hepato y esplenomegalia junto con adenomegalia generalizada. Algunos gatos pueden comer arena de su bandeja por ... esplenomegalia, fiebre, letargo, pérdida del apetito, mucosas pálidas y/o ictéricas. Afecta a gatos de todo el mundo.[1]​ ...
La referencia de diarrea, dolor abdominal, hepatomegalia y/o esplenomegalia con o sin ascitis señalan a una posible enfermedad ... hematemesis y esplenomegalia (S. mansoni, S. japonicum). Cistitis y uretritis con hematuria e incluso cáncer de vejiga (S. ...
Otros factores de riesgos incluyen esplenomegalia, linfadenopatía y leucocitosis. En ocasiones, el síndrome de lisis tumoral se ...
... artritis reumatoide con esplenomegalia y leucopenia. (M05.1) Enfermedad pulmonar reumatoide (J99.0). (M05.2) Vasculitis ...
Los síntomas principales consisten en alteraciones hemáticas, hepatomegalia y esplenomegalia. Las células que acumulan el ...
Esplenomegalia (aumento tamaño del bazo) en el 55-70 % de los casos. En menos de la mitad de los pacientes puede verse: Pérdida ... El examen físico puede mostrar una hipertrofia del bazo (esplenomegalia).[8]​ A la exploración lo más característico y ...
La esplenomegalia suele producirse, aunque de forma suave y asintomática. La hinchazón de los ganglios linfáticos no es común ( ... Bennett reportó una serie de casos similares de pacientes que fallecieron con esplenomegalia y cambios "en el color y la ...
Más del 50 % de los pacientes hepatomegalia, esplenomegalia o ambas. Raramente aparecen signos de hipertensión portal o fracaso ...
Adenopatías y esplenomegalia Muchos pacientes tienen adenopatías periféricas o esplenomegalia. Existen dos síndromes ...
Algunos ejemplos son la hemólisis debido a esplenomegalia, y la eritropoyesis inefectiva. La ictericia hepática se debe a ...
Las infecciones viscerales se reconocen por la fiebre, hepato-esplenomegalia y anemia. Se conocen por varios nombres, el más ...
Podemos complementar haciendo una completa exploración buscando sintomatología de linfoadenomegalias, esplenomegalia y ...
No toda esplenomegalia comienza con hiperesplenismo, pero sí todo hiperesplenismo cursa con esplenomegalia. Es obvio que el ... Se denomina hiperesplenismo al estado de hiperfunción del bazo que se caracteriza por producir: Esplenomegalia. Disminución ...
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... otros menos comunes son la esplenomegalia, la ascitis, el edema y la ictericia. Aproximadamente, un 50 o 60 % de las personas ...
El síndrome de Felty se caracteriza por la presencia de artritis reumatoide, esplenomegalia y neutropenia. Afecta a menos del 1 ... El síndrome de Felty también se caracteriza por presentar un bazo anormalmente grande (esplenomegalia) y niveles bajos de ... La terapia inmunosupresora habitualmente mejora la granulocitopenia y la esplenomegalia, lo que parece indicar la naturaleza ...
En esa forma puede haber esplenomegalia, endocarditis y, en algunos brotes, meningitis o sepsis graves.[2]​ Sin embargo, lo más ...
Los microorganismos tienden a acumularse en el tejido linfoide, y los pacientes muestran esplenomegalia y bubas. La tularemia ...
En algunos casos se puede producir afectación neurológica y/o hepática, causando ictericia e incluso esplenomegalia. ...

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