Fiebre Catarral Maligna
La fiebre catarral maligna (FCM) es una enfermedad infecciosa grave y rara, causada por el bacilo de Gram negativo, Francisella tularensis. Se caracteriza por una fase inicial de síntomas similares a los de un resfriado o gripe, seguida de una fase más grave con síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y articulares, fatiga extrema, tos seca y erupciones cutáneas. La FCM puede afectar a varios órganos y sistemas corporales, incluyendo los pulmones, el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos. Puede ser adquirida por la exposición a animales infectados o su entorno, como conejos, liebres y roedores, o por la picadura de insectos vectores, como las garrapatas y moscas de los pantanos. También puede transmitirse por contacto directo con tejidos o fluidos corporales infectados, o por inhalación de aerosoles contaminados. La FCM es una enfermedad de declaración obligatoria en muchos países, incluyendo los Estados Unidos, y requiere un tratamiento médico urgente con antibióticos. Si no se trata, puede ser fatal en hasta el 30-60% de los casos.
La conjunctivitis alérgica es una inflamación de la conjuntiva (la membrana que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo) causada por una reacción alérgica. Esta forma de conjunctivitis no es contagiosa y a menudo se asocia con otras manifestaciones alérgicas, como estornudos, picazón nasal y secreción nasal. Los síntomas oculares pueden incluir enrojecimiento, picazón, lagrimeo, sensación de ardor y sequedad en los ojos. La conjunctivitis alérgica puede ser desencadenada por diversos alérgenos, como el polen, el moho, los ácaros del polvo o ciertas sustancias químicas. El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos antihistamínicos, descongestionantes y antiinflamatorios, así como la evitación del contacto con los alérgenos desencadenantes si es posible. En casos graves o persistentes, puede ser necesaria una evaluación y tratamiento adicionales por un especialista oftalmológico.