Una hormona de la adenohipófisis que estimula la CORTEZA SUPRARRENAL y su producción de CORTICOSTEROIDES. La ACTH es un polipéptido de 39 aminoácidos de los cuales el segmento N-terminal, de 24 aminoácidos, es idéntico en todas las especies y contiene la actividad adrenocorticotrópica. Tras un posterior procesamiento específico de tejido, ACTH puede producir alfa-MSH y péptido del lóbulo intermedio similar a la corticotropina (CLIP).
Pequeña glándula impar situada en la SILLA TURCA. Está unida al HIPOTÁLAMO por un corto tallo que se llama infundíbulo (vea HIPÓFISIS).
Neoplasias que surgen de o que metastizan a la HIPÓFISIS. La mayoría de las neoplasias hipofisarias son adenomas, los que se dividien en formas secretoras y no secretoras. Las formas productoras de hormonas se clasifican por el tipo de hormona que segregan. Los adenomas hipofisarios pueden caracterizarse también por sus propiedades a la tinción (ver ADENOMA, BASÓFILO; ADENOMA, ACIDÓFILO; y ADENOMA, CROMÓFOBO). Los tumores hipofisarios pueden comprimir a las estructuras adyacentes, entre las que se incluyen el HIPOTÁLAMO, varios NERVIOS CRANEALES, y el QUIASMA ÓPTICO. La compresión del quiasma puede producir HEMIANOPSIA bilateral.
Lóbulo glandular anterior de la hipófisis, también conocido como ADENOHIPÓFISIS. Secreta las HORMONAS ADENOHIPOFISARIAS que regulan funciones vitales como el CRECIMIENTO, METABOLISMO y REPRODUCCIÓN.
Principal glucocorticoide segregado por la CORTEZA SUPRARRENAL. Su equivalente sintético se usa, inyectado o tópicamente, en el tratamiento de la inflamación, alergia, enfermedades del colágeno, asma, deficiencia adrenocortical, shock y algunas situaciones neoplásicas.
Par de glándulas situadas en el polo craneal de cada RIÑÓN. Cada glándula suprarrenal está compuesta por dos tejidos endocrinos distintos con origenes embrionarios separados, la CORTEZA SUPRARRENAL que produce ESTEROIDES y la MÉDULA SUPRARRENAL que produce AGENTES NEUROTRANSMISORES.
Sistema de interacciones entre la glándula hipofisaria anterior (adenohipófisis) y las glándulas suprarrenales, en el cual la corticotropina (ACTH) hipofisaria estimula a la corteza suprarrenal y las hormonas de la corteza suprarrenal suprimen la producción de corticotropina por la hipófisis anterior.
Hormomas segregadas por la HIPÓFISIS, incluyendo las del lóbulo anterior (adenohipófisis), el lóbulo posterior (neurohipófisis) y el mal definido lóbulo intermedio. estructuralmente, incluyen pequeños péptidos, proteínas y glicoproteínas. Están reguladas por señales neuronales (AGENTES NEUROTRANSMISORES) o señales neuroendocrinas (HORMONAS HIPOTALÁMICAS)del hipotálamo, así como por feedback de sus objetivos como son los CORTICOSTEROIDES,ANDRÓGENOS y ESTRÓGENOS.
Grupo de NEURONAS, tramos de FIBRAS NERVIOSAS, tejido endocrino y vasos sanguíneos del HIPOTÁLAMO y la HIPÓFISIS. Esta circulación portal hipotálamo-hipofisaria proporciona el mecanismo para la regulación neuroendocrina hipotalámica (HORMONAS HIPOTALÁMICAS) de la función hipofisaria y la liberación de varias HORMONAS HIPOFISARIAS a la circulación sistémica para mantener la HOMEOSTASIS.
Secreción viscosa de las membranas mucosas. Contiene mucina, leucocitos, agua, sales inorgánicas y células exfoliadas.
Sustancias químicas que poseen un efecto regulador específico sobre la actividad de determinado órgano u órganos. El término se aplicó originalmente a las sutancias segregadas por diversas GLÁNDULAS ENDOCRINAS y transportadas a través del torrente sanguíneo hacia los órganos diana. A veces se incluyen aquellas sustancias que no son producidas por las glándulas endocrinas pero que tienen efectos similares.
Neuropéptido de 41 aminoácidos liberado por el HIPOTÁLAMO, que estimula la liberación de CORTICOTROPINA por la ADENOHIPÓFISIS.
Trastorno causado por exposición prolongada a niveles altos de cortisol (HIDROCORTISONA) u otros GLUCOCORTICOIDES procedentes de fuentes endógenas o exógenas. Se caracteriza por OBESIDAD, OSTEOPOROSIS, HIPERTENSIÓN, DIABETES MELLITUS, HIRSUTISMO, AMENORREA y exceso de líquido corporal. El sindrome de Cushing endógeno o hipercortisolismo espontáneo se divide en dos grupos: los debidos a un exceso de ADRENOCORTICOTROPINA y los independientes del ACTH.
Trastornos que involucran la ADENOHIPÓFISIS o la NEUROHIPÓFISIS. Estas enfermedades se manifiestan generalmente por hipersecreción o hiposecreción de las HORMONAS HIPOFISARIAS. Las masas neoplásicas hipofisarias también pueden producir compresión del QUIASMA ÓPTICO y de otras estructuras adyacentes.
Esteroide adrenocortical que tiene una actividad discreta, pero importante, como mineralocorticoide y glucocorticoide.
Hormonas segregadas por la ADENOHIPÓFISIS. Estructuralmente, incluyen moléculas de polipéptidos, proteínas y glicoproteínas.
Capa externa de la glándula suprarrenal. Deriva del MESODERMO y y tiene tres zonas (la externa, ZONA GLOMERULAR, la media ZONA FASCICULAR y la interna, ZONA RETICULAR) cada una de las cuales produce preferentemente distintos esteroides, como ALDOSTERONA, HIDROCORTISONA, DESHIDROEPIANDROSTERONA y ANDROSTENODIONA. La función de la corteza suprarrenal está regulada por la HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA hipofisaria.
Gonadotropina importante segregada por la ADENOHIPÓFISIS. Regula la producción de esteroides por las células intersticiales del TESTÍCULO y el OVARIO. La producción de HORMONA LUTEINIZANTE preovulatoria en mujeres induce la OVULACIÓN y la subsiguiente LUTEINIZACIÓN del folículo. La HORMONA LUTEINIZANTE consta de dos subunidades no covalentes unidas, alfa y beta. Dentro de una especie, la subunidad alfa es común en las tres hormonas glicoprotéicas hipofisarias (TIROTROPINA, HORMONA LUTEINIZANTE y HORMONA FOLÍCULO ESTIMULANTE), pero la subunidad beta es única y confiere la especificidad biológica.
Síndrome epiléptico que se caracteriza por la triada de espasmos infantiles, hipsarritmia, y arresto del desarrollo motor al comenzar las convulsiones. La mayoría se presentan entre los 3-12 meses de edad, con espasmos que están constituidos por combinaciones de movimientos breves de flexión o extensión de la cabeza, tronco, y extremidades. La afección se divide en dos formas: criptogénica (idiopática) y sintomática (secundaria a un proceso patológico conocido como infecciones intrauterinas; anomalías del sistema nervioso; ENFERMEDADES CEREBRALES, ERRORES CONGÉNITOS DEL METABOLISMO; prematuridad; asfixia perinatal; ESCLEROSIS TUBEROSA; etc.). (Traducción libre del original: Menkes, Textbook of Child Neurology, 5th ed, pp744-8)
Exceso de producción de CORTICOESTEROIDES como la ALDOSTERONA, HIDROCORTISONA, DESHIDROEPIANDROSTERONA y/o ANDROSTENODIONA. Los síndromes hiperadrenales incluyen el SÍNDROME DE CUSHING, HIPERALDOSTERONISMO y VIRILISMO.
Afecciones en que la producción de CORTICOSTEROIDES suprarrenales está por debajo de las necesidades del organismo. La insuficiencia suprarrenal puede estar causada por defectos de las GLÁNDULAS SUPRARRENALES, la HIPÓFISIS o el HIPOTÁLAMO.
Importante gonadotropina segregada por la adenohipófisis (GLÁNDULA PITUITARIA ANTERIOR). Hormona folículo estimulante que estimula la GAMETOGÉNESIS y las células implicadas como las CÉLULAS GRANULOSAS del ovario, las CÉLULAS DE SERTOLI testiculares y las CÉLULAS DE LEYDIG. La FSH consiste en dos subunidades unidas no covalentes, alfa y beta. Dentro de una especie, la subunidad alfa es común en las tres hormonas de glicoproteínas hipofisarias (TSH, LH y FSH), pero la subunidad beta es única y confiere la especificidad biológica.
Péptidos con la capacidad de estimular células pigmentadas, MELANOCITOS en los mamíferos y MELANÓFOROS en los vertebrados inferiores. Mediante la estimulación la síntesis y distribución de la MELANINA en estas células pigmentadas, los péptidos aumentan la coloración de la piel y otros tejidos. Las MSHs, derivadas de proopiomelanocortina (POMC), son producidas por MELANOTROFOS en la ADENOHIPÓFISIS PORCIÓN INTERMEDIA, por CORTICOTROFOS en la ADENOHIPÓFISIS y por las neuronas hipotalámicas del NÚCLEO ARQUEADO DEL HIPOTÁLAMO.
Hormona lactogénica secretada por la ADENOHIPÓFISIS. Es un polipéptido con un peso molecular de aproximadamente 23 kD. Es esencial en la inducción de la lactación y en algunas especies tiene efectos sobre la reproducción, el comportamiento materno, el metabolismo de las grasas, la inmunomodulación y la osmoregulación. Los receptores de prolactina están presentes en la glándula mamaria, el hipotálamo, el higado, el ovario, el testículo y la próstata.
Proteína precursora, PM 30 000, sintetizada principalmente en la adenohipófisis, pero que se encuentra también en el hipotálamo, encéfalo y varios tejidos periféricos. Incorpora las secuencias de aminoácidos del ACTH y de la beta-lipoproteína. Estas dos hormonas, a su vez, contienen los péptidos biológicamente activos MSH, el péptido del lóbulo intermedio semejante a la corticotropina, alfa-lipotropina, endorfinas y metionina-encefalina.
Tumor epitelial benigno con organización glandular.
Una enfermedad de la GLÁNDULA PITUITARIA caracterizada por exceso de la cantidad de HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA secretada. Esto conduce a la hipersecreción de cortisol (HIDROCORTISONA) por las GLÁNDULAS SUPRARRENALES dando como resultado el SÍNDROME de CUSHING.
Receptores de la superficie celular que se unen con alta afinidad a la CORTICOTROPINA (ACTH, hormona adrenocorticotrópica) y que generan cambios intracelulares. La farmacología sugiere que pueden haber múltiples receptores de ACTH. Se ha clonado un receptor de ACTH y el mismo pertenece a una subfamilia de receptores acoplados a la proteína G. Además de en la corteza adrenal, los receptores a la ACTH se encuentran en el encéfalo y en el sistema inmune.
alfa(1-24)-Corticotropina. Polipéptido sintético con actividad adrenocorticotrópica.
Un subtipo de receptor a melanocortina encontrado primariamente en la CORTEZA SUPRARRENAL. Muestra especificidad para CORTICOTROPINA.
Un gel formador de mucina que se encuentra principalmente en la superficie del epitelio gástrico y en el TRACTO RESPIRATORIO. La mucina 5AC era identificada originalmente como dos proteínas distintas, sin embargo solo un gen que codifica la proteína da lugar a la mucina 5A y variantes de mucina 5C.
Hormona decapéptida liberada por el hipotálamo. Estimula la síntesis y la secreción tanto de la hormona estimulante de los folículos (FSH) como de la hormona luteinizante (LH) por la hipófisis.
Adenoma hipofisario que segrega PROLACTINA, lo que produce HIPERPROLACTINEMIA. Las manifestaciones clínicas incluyen AMENORREA; GALACTORREA; IMPOTENCIA; CEFALEAS; trastornos visuales; y RINORREA DE LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.
Exámenes que evalúan las funciones de la glándula pituitaria.
Extirpación de una o las dos glándulas suprarrenales. (Dorland, 28a ed)
Polipéptido que es secretada por la ADENOHIPÓFISIS. La hormona del crecimiento, también conocida como somatotropina, estimula la mitosis, la diferenciación celular y el crecimiento celular. Hormonas de crecimiento específicos para cada especie se han sintetizado.
Interrupción repentina del suministro de sangre a la HIPÓFISIS, dando lugar a NECROSIS del tejido y pérdida de la función (PANHIPOPITUITARISMO). La causa mas común es la hemorragia o INFARTO de las NEOPLASIAS HIPOFISARIAS. También puede deberse a hemorragia aguda en la SILLA TURCA debido a TRAUMA CRANEOCEREBRAL, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL u otros efectos agudos de la hemorragia del sistema nervioso central. Los signos clínicos incluyen grave CEFALEA, HIPOTENSIÓN, alteraciones visuales bilaterales, INCONSCIENCIA y COMA.
Disminución o cese de la secreción de una o más hormonas de la adenohipófisis (incluidas LH; FSH; SOMATOTROPINA; y CORTICOTROPINA). Esta puede producirse por extirpación quirúrgica o por radiaciones, NEOPLASIAS HIPOFISARIAS no secretoras, tumores metastásicos, infartos, APOPLEJÍA HIPOFISARIA, procesos granulomatosos o de infiltración, y otras afecciones.
Un péptido constituído por una secuencia de 61-91 aminoácidos de la hormona pituitaria endógena BETALIPOTROPINA. Los primeros cuatro aminoácidos muestran una secuencia tetrapéptida común con la ENCEFALINA METIONINA y la ENCEFALINA LEUCINA. El compuesto muestra una actividad similar a los opiáceos. La inyección de betaendorfina induce una analgesia profunda en todo el cuerpo durante varias horas. Esta acción se revierte después de la administración de naloxona.
Hormona polipéptido 191 aminoácido segregada por la adenohipófisis humana (GLÁNDULA PITUITARIA ANTERIOR), también conocida como somatotropina. La hormona del crecimiento sintética, llamada somatropina, ha reemplazado a la forma natural en el tratamiento del enanismo en niños con deficiencia de hormona del crecimiento.
Extirpación o destrucción quirúrgica de la hipófisis o glándula pituitaria. (Dorland, 28a ed)
Complejo sintomático debido a la producción de ACTH por neoplasias no hipofisarias.
Hormonas naturales segregadas por la GLÁNDULA TIROIDES, como la TIROXINA y sus análogos sintéticos.
Síndrome caracterizado por la triada de ÚLCERA PÉPTICA grave, hipersecreción de ÁCIDO GÁSTRICO y tumores productores de GASTRINAS del PÁNCREAS u otros tejidos (GASTRINOMA). Este síndrome puede ser esporádico o estar asociado a NEOPLASIA ENDOCRINA MÚLTIPLE TIPO 1.
Adenoma hipofisario secretor de CORTICOTROPINA, que produce la ENFERMEDAD DE CUSHING.
Hormona glicoprotéica segregada por la ADENOHIPÓFISIS. Estimula la GLÁNDULA TIROIDES mediante el aumento del transporte de yoduro, la síntesis y la liberación de las hormonas tiroideas (TIROXINA y TRIYODOTIRONINA). La tirotropina está formada por dos subunidades no covalentes unidas, alfa y beta. Dentro de una especie, la subunidad alfa es común en las hormonas glicoprotéicas hipofisarias (TIROTROPINA, HORMONA LUTEINIZANTE y HORMONA FOLÍCULO ESTIMULANTE), pero la subunidad beta es única y confiere la especificidad biológica.
Tumor hipofisario que segrega HORMONA DEL CRECIMIENTO. En el hombre, el exceso de HORMONA DEL CRECIMIENTO da lugar a la ACROMEGALIA.
Uso de un dispositivo con el fin de controlar el movimiento de todo o parte del cuerpo. El entablillado y el enyesado son FIJACIÓN DE FRACTURA.
Ensayos cuantitativos clásicos para detectar las reacciones antígeno-anticuerpo utilizando una sustancia marcada radioactivamente (radioligando) para medir directa o indirectamente la unión de la sustancia no marcada a un anticuerpo específico o a otro sistema receptor. Sustancias no-inmunogénicas (ejemplo, haptenos) pueden medirse si se acoplan a proteínas transportadoras mayores (ejemplo, albúmina sérica humana o gamma-globulina bovina) capaces de inducir la formación de anticuerpos.
Inhibidor de la enzima ESTEROIDE 11-BETA-MONOOXIGENASA. Es utilizada como una prueba de retroalimentación del mecanismo hipotalámico-hipofisario en el diagnostico del SINDROME DE CUSHING.
Lóbulo intermedio de la glándula hipófisis. Muestra una considerable variación de tamaño entre diferentes especies: es pequeña en los seres humanos y grande en los anfibios y los vetebrados inferiroes. Este lóbulo produce principalmente HORMONAS ESTIMULANTES DE MELANOCITOS y otros péptidos del procesamiento posterior a la traducción de la pro-opiomelanocortina (POMC).
Péptido de 13 aminoácidos derivado de la ADENOHIPÓFISIS en humanos y de la parte intermedia en los vertebrados inferiores. Su secuencia de aminoácidos es idéntica a los 13 primeros aminoácidos de la ACTH. Influye en la formación de depósito de MELANINA en el cuerpo.
Exámenes que evalúan y monitorean la producción hormonal de la corteza suprarrenal.
Tejido nervioso de la hipófisis, denominado también HIPÓFISIS POSTERIOR. Está formada por los AXONES distales de neuronas que producen VASOPRESINA y OXITOCINA en el NÚCLEO SUPRAÓPTICO y NÚCLEO PARAVENTRICULAR. Estos axones se dirigen, a través de la EMINENCIA MEDIA y el infundíbulo hipotalámico del TALLO HIPOFISARIO, hacia el lóbulo posterior de la hipófisis.
El efecto desfavorable de los factores ambientales (estresantes) en las funciones fisiológicas de un organismo. El estrés fisiológico prolongado sin resolver puede afectar la HOMEOSTASIS del organismo, y puede conducir al daño o a afecciones.
Estado general de pereza, languidez y desinterés, con cansancio y dificultad para concentrarse en tareas sencillas. Puede deberse a DEPRESIÓN o DROGADICCIÓN.
Células de la hipófisis anterior que producen HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA.
Neuropéptido multifuncional que actúa como NEUROTRANSMISOR y VASODILATADOR. El PACAP puede estimular la secreción de HORMONA DEL CRECIMIENTO, ACTH, CATECOLAMINAS e INSULINA e interactúa con RECEPTORES PACAP.
Grupo de CORTICOSTEROIDES que afectan al metabolismo de los carbohidratos (GLUCONEOGÉNESIS, depósito de glicógeno hepático, elevación de la GLUCEMIA), inhiben la secreción de CORTICOTROPINA y poseen actividad antiinflamatoria pronunciada. También desempeñan un papel en el metabolismo lipídico y protéico, en el mantenimiento de la presión arterial, en la alteración de la respuesta del tejido conjuntivo a las heridas, la reducción del número de linfocitos circulantes y en el funcionamiento del sistema nervioso central.
(11 beta)-11,21-Dihidroxi-3,20-dioxopregn-4-en-18-al. Hormona segregada por la CORTEZA SUPRARRENAL que regula el equilibrio entre los electrolitos y el agua, aumentando la retención renal de sodio y la excreción de potasio.
Parte ventral del DIENCÉFALO que se extiende desde la región del QUIASMA ÓPTICO hasta el borde caudal de los CUERPOS MAMILARES y forma las paredes inferior y lateral del TERCER VENTRÍCULO.
Antiinflamatorio 9-fluor-glucocorticoide.
Célula epitelial glandular o glándula unicelular. Las células claiciformes segregan MOCO. Están dispersas por el revestimiento epitelial de muchos órganos, especialmente el INTESTINO DELGADO y el SISTEMA RESPIRATORIO.
Tumor benigno de la hipófisis anterior en el cual las células no se colorean con colorantes ácidos o básicos.
Pruebas que evalúan las glándulas suprarrenales controladas por las hormonas pituitarias.
Amplia zona media de la corteza suprarrenal. Esta zona produce una serie de enzimas que convierten la PREGNENOLONA en cortisol (HIDROCORTISONA) vía la 17-ALFA-HIDROXIPROGESTERONA.
Hormona polipeptídica producida en el hipotálamo y en otros tejidos y órganos. Inhibe la liberación de la hormona del crecimiento humano y también modula acciones fisiológicas importantes del riñón, páncreas y tracto gastrointestinal humano. Los receptores de la somatostatina están ampliamente extendidos en el cuerpo. La somatostatina también actúa como un neurotransmisor en los sistemas nervioso central y periférico.
Afección causada por la superproducción de ALDOSTERONA. Se caracteriza por la retención de sodio y la excreción de potasio, produciendo HIPERTENSIÓN e HIPOPOTASEMIA.
Tumores o cánceres de las GLÁNDULAS SUPRARRENALES.
Término general utilizado colectivamente para los tumores asociados con las CÉLULAS APUD, independientemente de su identificación específica.
Grupo de corticoesteroides que cuentan con un grupo hidroxilo en la posición 11.
Acido clorhÍdrico presente en el jugo gástrico.
Mucoproteinas de masa molecular elevada que protegen la superficie de las CÉLULAS EPITELIALES, proporcionando una barrera contra determinadas materias y microorganismos. Las mucinas sujetas a la membrana pueden tener funciones adicionales relacionadas con las interacciones de las proteinas en la superficie celular.
Hormona polipeptídica (84 aminoácidos residuales) secretada por las GLÁNDULAS PARATIROIDES, que cumple la función esencial de mantener los niveles intracelulares de CALCIO en el cuerpo. La hormona paratiroidea aumenta el calcio intracelular mediante la estimulación de la liberación de CALCIO de los HUESOS, el incremento de la absorción intestinal de calcio, el incremento de la reabsorción tubular renal del calcio y el incremento de la excreción renal de fosfatos.
Hormonas esteroides producidas por las GÓNADAS. Estimulan los órganos reproductivos, la maduración de las células germinales y las características sexuales secundarias de hombres y mujeres. Las principales hormonas esteroides sexuales son el ESTRADIOL, PROGESTERONA y TESTOSTERONA.
Una familia de receptores de proteína G acoplados que tienen específicidad para HORMONAS ESTIMULADORAS DE MELANOCITOS y CORTICOTROPINA. Hay varios subtipos de receptores de melanocortina, cada uno tiene un perfil de especificidad a ligando distinto y localización tisular.
Secuencias de ARN que funcionan como molde para la síntesis de proteínas. Los ARNm bacterianos generalmente son transcriptos primarios ya que no requieren de procesamiento post-transcripcional. Los ARNm eucarioticos se sintetizan en el núcleo y deben exportarse hacia el citoplasma para la traducción. La mayoría de los ARNm de eucariotes tienen una secuencia de ácido poliadenílico en el extremo 3', conocida como el extremo poli(A). La función de este extremo no se conoce con exactitud, pero puede jugar un papel en la exportación del ARNm maduro desdel el núcleo así como ayuda a estabilizar algunas moléculas de ARNm al retardar su degradación en el citoplasma.
Metabolito de la PROGESTERONA con un grupo hidroxil en la posición alfa-17. Es un intermediario en la biosíntesis de la HIDROCORTISONA y las HORMONAS ESTEROIDES GONADALES.
Hormonas segregadas por el lóbulo anterior de la hipófisis (GLÁNDULA PITUITARIA ANTERIOR) que estimulan las funciones gonadales, tanto en hombres como en mujeres. Incluyen la HORMONA FOLICULO ESTIMULANTE que estimula la maduración de las células germinales (OOGÉNESIS; ESPERMATOGÉNESIS) y la HORMONA LUTEINIZANTE que estimula la producción de esteroides sexuales (ESTRÓGENOS; PROGESTERONA; ANDRÓGENOS).
Tumores o cánceres de la CORTEZA SUPRARRENAL.
Muestreo de los niveles sanguíneos de hormona adrenocorticotropina (ACTH) por obtención de sangre del seno petroso inferior. El seno petroso inferior surge del seno cavernoso y corre hacia la vena yugular interna. El muestreo de sangre a este nivel es una valiosa herramienta en el diagnóstico diferencial de la enfermedad de Cushing, el síndrome de Cushing, y otras enfermedades adrenocorticales.
17-beta-isómero de estradiol, un esteroide C18 aromatizado con el grupo hidroxilo en posición3-beta- y 17-beta. El estradiol-17-beta es la forma más potente de los esteroides estrogénicos de los mamíferos.
Hormona tripéptida que se origina en el HIPOTÁLAMO y estimula la secreción de la TIROTROPINA de la HIPÓFISIS. En humanos, también actúa como un factor liberador de la prolactina. Es también un neurotransmisor en el sistema nervioso central.
Glucocorticoide que se presenta en estado natural. Se ha usado en la terapia de reemplazo para la insuficiencia suprarrenal y como agente antiinflamatorio. La cortisona como tal es inactiva. En el hígado es convertida en el metabolito activo HIDROCORTISONA.
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Agentes que incrementan la secreción mucosa. Los agentes mucolíticos, que son drogas que liquifican las secreciones mucosas, se incluyen también aquí.
Los corticosteroides son un tipo de hormona esteroidea sintetizada a partir del colesterol, que se produce naturalmente en el córtex suprarrenal y tiene propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras.
Relación entre la dosis de una droga administrada y la respuesta del organismo a la misma.
Núcleo en la parte anterior del HIPOTÁLAMO.
Péptido hipotalámico que regula la síntesis y secreción de la HORMONA DEL CRECIMIENTO en la hipófisis anterior.
Cepa de ratas albinas utilizadas ampliamente para fines experimentales debido a que son tranquilas y fáciles de manipular. Fue desarrollada por la Compañía Sprague-Dawley Animal.
Péptidos, naturales o sintéticos, que estimulan la liberación de HORMONAS HIPOFISARIAS. Fueron aisladas por primera vez de extractos del HIPOTÁLAMO, EMINENCIA MEDIA, TALLO HIPOFISARIO y NEUROHIPÓFISIS. Además, algunas hormonas hipofisiotrópicas controlan la diferenciación y proliferación de las células hipofisárias y la síntesis de hormonas. Algunos pueden actuar en más de una hormona hipofisaria.
Sistema de NEURONAS que tiene la función especializada de producir y secretar HORMONAS y está constituido parcial o totalmente por un órgano o SISTEMA ENDÓCRINO.
Uno de los tres grupos principales de péptidos opiáceos endógenos. Son grandes péptidos derivados del precursor de la PROOPIOMELANOCORTINA. Los miembros conocidos de este grupo son las endorfinas alfa, beta y gamma. El término endorfina también se usa a veces para referirse a todos los péptidos opiáceos, pero aquí se usa en el sentido más limitado; PÉPTIDOS OPIÁCEOS se emplea para el grupo más amplio.
Potente esteroide androgénico y principal producto producido por la CÉLULAS DE LEYDIG del TESTÍCULO. Su producción es estimulada por la HORMONA LUTEINIZANTE de la HIPÓFISIS. Por su parte, la testosterona ejerce control de retroalimentación de la secreción hipofisaria de la hormona luteinizante (LH) y la hormona folículo estimulante (FSH).Además, dependiendo de los tejidos, la testosterona puede ser convertida a DIHIDROTESTOSTERONA o ESTRADIOL.
Aumento en el número de células de un tejido u órgano no debida a la formación de un tumor. Difiere de la HIPERTROFIA, que es un aumento de volúmen sin que aumente el número de células.
Forma predominante de hormona antidiurética en los mamíferos. Es un nonapéptido que contiene ARGININA en la posición 8 de dos cisteínas ligadas a disulfuro en las posiciones 1 y 6. La arg-vasopresina es utilizada para tratar la DIABETES INSÍPIDA o mejorar el tono vasomotor y la PRESIÓN ARTERIAL.
Familia de hormonas peptídicas gastrointestinales, que estimulan la secreción de JUGO GÁSTRICO. También pueden encontrarse en el sistema nervioso central, donde se considera que son neurotrasmisores.

La Hormona Adrenocorticotrópica (ACTH, por sus siglas en inglés) es una hormona polipeptídica que se produce y se secreta por la glándula pituitaria anterior en el sistema endocrino. La ACTH desempeña un papel crucial en la regulación del equilibrio hormonal en nuestro cuerpo.

Su función principal es estimular la producción y liberación de las hormonas cortisol, corticosterona y aldosterona en la corteza suprarrenal. Estas hormonas desempeñan un papel importante en la respuesta al estrés, el metabolismo de proteínas, glúcidos y lípidos, la presión arterial y el sistema inmunológico.

La secreción de ACTH está controlada por el hipotálamo a través de la liberación de la hormona corticotropina-release factor (CRF). Cuando los niveles de cortisol en sangre disminuyen, el hipotálamo libera CRF, lo que provoca la secreción de ACTH desde la glándula pituitaria. A su vez, el aumento de los niveles de cortisol inhibe la producción adicional de ACTH, estableciendo así un mecanismo de retroalimentación negativa.

Es importante notar que ciertas condiciones médicas, como enfermedades de la glándula pituitaria o del hipotálamo, trastornos inmunológicos y algunos tipos de cáncer, pueden afectar los niveles normales de ACTH y causar diversos síntomas y complicaciones de salud.

La hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, es una glándula endocrina pequeña pero extremadamente importante ubicada en la base del cráneo dentro de la silla turca, que es un área especialmente adaptada en el hueso esfenoides. Se divide anatómicamente y funcionalmente en dos partes: la adenohipófisis (lóbulo anterior) y la neurohipófisis (lóbulo posterior).

La adenohipófisis produce y secreta varias hormonas importantes, incluyendo:
- La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo en los niños y tiene efectos anabólicos en los adultos.
- La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche materna después del parto.
- Las hormonas tiroideas estimulantes (TSH), que regulan la función de la glándula tiroides.
- La adrenocorticotropina (ACTH), que regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
- La foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), que controlan la función reproductora en ambos sexos.
- La melanocitoestimulante (MSH) y la hormona inhibidora de la síntesis de melanina (HIMS), que participan en el control del color de la piel y el cabello.

La neurohipófisis almacena y libera dos hormonas producidas por el hipotálamo:
- La oxitocina, que desencadena la contracción uterina durante el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
- La vasopresina o hormona antidiurética (ADH), que regula el equilibrio de agua en el cuerpo mediante el control de la reabsorción de agua a nivel renal.

La glándula pituitaria desempeña un papel fundamental en el control y coordinación del sistema endocrino, ya que regula la producción y secreción de otras hormonas en todo el cuerpo. Por lo tanto, cualquier trastorno o alteración en su función puede tener graves consecuencias para la salud.

Las neoplasias hipofisarias son tumores que se originan en la glándula pituitaria, una pequeña estructura situada en la base del cerebro. La glándula pituitaria es responsable de producir y regular varias hormonas importantes para el funcionamiento adecuado del cuerpo.

Existen dos tipos principales de neoplasias hipofisarias: los adenomas hipofisarios y los carcinomas hipofisarios. Los adenomas hipofisarios son tumores benignos que representan alrededor del 10-15% de todas las neoplasias intracraneales. Por otro lado, los carcinomas hipofisarios son extremadamente raros y se consideran malignos debido a su capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis).

La mayoría de los adenomas hipofisarios son pequeños y no causan síntomas clínicos. Sin embargo, cuando crecen lo suficiente, pueden comprimir la glándula pituitaria y alterar la producción hormonal, lo que lleva a diversas manifestaciones clínicas dependiendo del tipo de hormona afectada. Los adenomas hipofisarios también pueden provocar dolores de cabeza, déficits visuales o, en casos más graves, hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cerebroespinal en el cráneo).

El tratamiento de las neoplasias hipofisarias depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la presencia o ausencia de síntomas clínicos. Las opciones terapéuticas incluyen la cirugía, la radioterapia y la terapia médica con fármacos que regulan la producción hormonal o inhiben el crecimiento del tumor.

La adenohipófisis, también conocida como glándula hipofisaria anterior, es una glándula endocrina importante ubicada en la base del cráneo. Es responsable de producir y secretar varias hormonas importantes que regulan diversas funciones corporales.

Las hormonas producidas por la adenohipófisis incluyen:

* La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales.
* La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche en las glándulas mamarias durante la lactancia.
* Las hormonas tiroideas (T3 y T4), que regulan el metabolismo y el crecimiento.
* La hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que regula la producción de cortisol por las glándulas suprarrenales.
* La melanocitostimulina (MSH), que regula la producción de melanina en la piel y el cabello.
* La hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), que regulan la reproducción y la función sexual.

La adenohipófisis está controlada por el hipotálamo, una estructura situada en el cerebro que produce factores liberadores de hormonas que regulan la producción y secreción de las hormonas adenohipofisiarias. La glándula pituitaria es una glándula pequeña pero importante que desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio hormonal y la homeostasis del cuerpo.

La hidrocortisona es un glucocorticoide sintético, que se utiliza a menudo en la terapia de reemplazo hormonal en personas con deficiencia suprarrenal. También tiene propiedades antiinflamatorias y se utiliza en el tratamiento de una variedad de condiciones que involucran inflamación, como enfermedades autoinmunes, alergias y asma grave. La hidrocortisona actúa reduciendo la respuesta inmune del cuerpo y disminuyendo la producción de substancias químicas que causan inflamación.

En un contexto médico, la hidrocortisona puede administrarse por vía oral, intravenosa, intramuscular o tópica, dependiendo de la afección tratada y de la gravedad de los síntomas. Los efectos secundarios de la hidrocortisona pueden incluir aumento de apetito, insomnio, acné, cambios en el estado de ánimo y debilidad muscular, entre otros. El uso a largo plazo o en dosis altas puede suprimir la función suprarrenal natural del cuerpo y conducir a efectos secundarios más graves.

Es importante que el uso de hidrocortisona sea supervisado por un profesional médico capacitado, ya que el medicamento puede requerir un monitoreo cuidadoso y ajustes regulares en la dosis para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios terapéuticos.

Las glándulas suprarrenales, también conocidas como glándulas adrenales, son glándulas endocrinas parirénales situadas encima de los riñones en los mamíferos. Cada glándula se divide en dos regiones anatómicas y funcionales distintas: la corteza suprarrenal y la médula suprarrenal.

La corteza suprarrenal es responsable de la producción de varias hormonas esteroides, incluyendo cortisol, aldosterona y andrógenos. El cortisol regula el metabolismo de las proteínas, los carbohidratos y las grasas, además de desempeñar un papel importante en la respuesta al estrés. La aldosterona regula los niveles de sodio y potasio en el cuerpo, lo que afecta a la presión arterial. Los andrógenos son hormonas sexuales masculinas que contribuyen al desarrollo de características sexuales secundarias en los hombres y también se encuentran en las mujeres en pequeñas cantidades.

Por otro lado, la médula suprarrenal produce catecolaminas, como la adrenalina (epinefrina) y la noradrenalina (norepinefrina), que desempeñan un papel importante en la respuesta al estrés del "vuelo o lucha". Estas hormonas aumentan el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, entre otros efectos, para preparar al cuerpo para una situación de emergencia.

Las glándulas suprarrenales desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio hormonal y metabólico del cuerpo, y las disfunciones en estas glándulas pueden dar lugar a diversos trastornos endocrinos y metabólicos.

El sistema hipotálamo-suprarrenal es un sistema neuroendocrino complejo que involucra la interacción entre el hipotálamo y las glándulas suprarrenales. El hipotálamo, ubicado en el cerebro, regula la producción y secreción de hormonas por parte de la glándula pituitaria anterior, incluida la ACTH (hormona adrenocorticotrópica). La ACTH estimula a su vez las glándulas suprarrenales, ubicadas encima de los riñones, para producir y secretar cortisol, aldosterona y otras hormonas esteroides. Este sistema desempeña un papel crucial en la respuesta al estrés, el metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos, la regulación del equilibrio de electrolitos y líquidos, y la inflamación y inmunidad.

Las hormonas hipofisarias, también conocidas como hormonas pituitarias, son producidas y secretadas por la glándula pituitaria, que está ubicada en la base del cerebro. La glándula pituitaria se divide en dos partes: la adenohipófisis y la neurohipófisis, cada una de las cuales produce diferentes tipos de hormonas hipofisarias.

La adenohipófisis produce y secreta seis tipos principales de hormonas:

1. Hormona del crecimiento (GH): estimula el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales, especialmente durante la infancia y adolescencia.
2. Prolactina (PRL): estimula la producción de leche materna en las mujeres durante la lactancia.
3. Tirotropina o tiroidesestimulante (TSH): regula la función de la glándula tiroidea y la producción de hormonas tiroideas.
4. Adrenocorticotropina (ACTH): regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
5. Folículo-estimulante (FSH): estimula el crecimiento y desarrollo de los óvulos en las mujeres y los espermatozoides en los hombres.
6. Luteinizante (LH): también desempeña un papel importante en la reproducción, ya que induce la ovulación en las mujeres y la producción de testosterona en los hombres.

La neurohipófisis produce y almacena dos tipos principales de hormonas:

1. Oxitocina: desencadena el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
2. Vasopresina o hormona antidiurética (ADH): regula el equilibrio de agua en el cuerpo, reduciendo la producción de orina y aumentando la reabsorción de agua en los riñones.

El sistema hipotálamo-hipofisario es un importante centro de control endocrino y neuroendocrino en el cuerpo humano. Se compone del hipotálamo, una pequeña glándula localizada en la base del cerebro, y la hipófisis o glándula pituitaria, que se encuentra justo debajo del hipocampo.

El hipotálamo regula las funciones de la hipófisis a través de la producción y secreción de factores liberadores y inhibidores hormonales en un sistema de retroalimentación. Estas sustancias viajan a través de vasos sanguíneos especializados llamados vasos porta hipotálamo-hipofisarios hasta la adenohipófisis, la parte anterior de la glándula pituitaria, donde desencadenan la producción y liberación de sus propias hormonas.

Las hormonas hipotalámicas se pueden clasificar en dos grupos: los factores liberadores y los factores inhibidores. Los factores liberadores promueven la secreción de determinadas hormonas hipofisarias, mientras que los factores inhibidores la suprimen. Por ejemplo, el TRH (tirotropina-release hormone) estimula la producción y liberación de TSH (thyroid-stimulating hormone), mientras que el somatostatin inhibe la secreción de GH (growth hormone).

La hipófisis, por su parte, produce y secreta varias hormonas importantes que regulan diversas funciones corporales. Estas incluyen:

1. TSH (thyroid-stimulating hormone): regula el metabolismo y el crecimiento de la glándula tiroides.
2. GH (growth hormone): promueve el crecimiento y desarrollo en los niños y mantiene la masa muscular y ósea en los adultos.
3. PRL (prolactin): estimula la producción de leche materna durante la lactancia.
4. ACTH (adrenocorticotropic hormone): regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides en las glándulas suprarrenales.
5. FSH (follicle-stimulating hormone) y LH (luteinizing hormone): controlan el desarrollo y maduración de los óvulos y espermatozoides, así como la ovulación y la producción de estrógenos y progesterona en las mujeres.
6. MSH (melanocyte-stimulating hormone): regula el color de la piel y el apetito.
7. OXT (oxytocin) y VP (vasopressin, antidiuretic hormone): controlan la contracción del útero durante el parto, la producción de leche materna y la regulación del equilibrio hídrico en el cuerpo.

En resumen, el eje hipotálamo-hipofisario desempeña un papel fundamental en la regulación de diversas funciones corporales, como el crecimiento, el desarrollo sexual, el metabolismo, el equilibrio hídrico y electrolítico, la respuesta al estrés y la homeostasis general del organismo. Cualquier alteración en este sistema puede dar lugar a diversas patologías, como trastornos endocrinos, neurológicos o psiquiátricos.

El moco, también conocido como flema o expectoración, es una sustancia viscosa y pegajosa producida por las glándulas mucosas que recubren los conductos respiratorios desde la nariz hasta los pulmones. Está compuesto principalmente por agua, sales, células muertas de la membrana mucosa y diversas proteínas, incluyendo una llamada mucina.

El moco desempeña un papel importante en la protección del sistema respiratorio al atrapar partículas extrañas, como polvo, bacterias y virus, antes de que puedan penetrar más profundamente en los pulmones. Las células ciliadas presentes en el revestimiento de los conductos respiratorios mueven constantemente el moco hacia arriba, donde es expulsado por la tos o la acción de las membranas mucocilia en la nariz.

Sin embargo, cuando hay una infección o irritación en el sistema respiratorio, la producción de moco puede aumentar y volverse más espeso y difícil de eliminar, lo que puede conducir a congestión nasal, dolor de garganta y tos crónica.

Las hormonas son compuestos químicos que actúan como mensajeros en el cuerpo y ayudan a regular diversas funciones y procesos, como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, el equilibrio salino, la respuesta al estrés, la reproducción y la función inmunológica. La mayoría de las hormonas se producen en glándulas endocrinas específicas, como la glándula pituitaria, el tiroides, las glándulas suprarrenales, los ovarios y los testículos, y luego se liberan directamente en el torrente sanguíneo para su difusión a células y tejidos diana en todo el cuerpo. Las hormonas pueden tener efectos estimulantes o inhibitorios sobre sus células diana, dependiendo de la naturaleza del mensajero químico y el tipo de receptor con el que interactúa. Un desequilibrio hormonal puede dar lugar a diversas afecciones y trastornos de salud.

La Hormona Liberadora de Corticotropina (CRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que se produce y se almacena en el lóbulo anterior de la glándula hipofisaria (hipófisis) y es secretada por células neurosecretoras específicas llamadas células corticotropinorreleasing (CRC). La CRH es la hormona principal que regula la activación del eje hipotalámico-hipofisiario-suprarrenal (HHS).

La función primaria de la CRH es estimular la producción y liberación de la hormona adenocorticotropa (ACTH) desde la glándula pituitaria anterior. La ACTH, a su vez, actúa sobre la corteza suprarrenal para inducir la síntesis y secreción de las hormonas esteroides glucocorticoides, como el cortisol.

El sistema HHS es una vía neuroendocrina que desempeña un papel crucial en la respuesta al estrés agudo y crónico, así como en la regulación de diversos procesos fisiológicos, como el metabolismo energético, el equilibrio hídrico y electrolítico, la memoria y el estado de ánimo.

La CRH también puede influir directamente en otros sistemas y órganos, como el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico y el sistema gastrointestinal, mediante la interacción con receptores específicos en células periféricas.

La liberación de CRH está controlada por una variedad de factores, incluyendo las vías neuronales que conectan el hipotálamo y la amígdala cerebral, los neurotransmisores y las modulaciones hormonales. La activación del eje HHS puede desencadenarse por diversos estresores físicos o psicológicos, como el dolor, la privación de sueño, la hipoglucemia, la infección o la ansiedad.

El síndrome de Cushing es un trastorno hormonal causado por niveles anormalmente altos de la hormona cortisol en el cuerpo. Puede desarrollarse como resultado de tomar glucocorticoides durante un largo período de tiempo (síndrome de Cushing exógeno), o debido a diversas afecciones médicas que provocan la producción excesiva de cortisol en el cuerpo (síndrome de Cushing endógeno).

Los síntomas del síndrome de Cushing pueden incluir:

1. Obesidad central (grasa acumulada en el torso, cara redonda y cuello)
2. Cara de luna ("pleta lunar")
3. Piel fina y frágil que se magulla fácilmente
4. Erupción violácea en la piel que se extiende desde las axilas hasta la parte superior del cuerpo
5. Huesos débiles y propensos a fracturarse
6. Presión arterial alta
7. Azúcar en sangre alta
8. Periodos menstruales irregulares en mujeres
9. Disminución de la libido y fertilidad en hombres
10. Debilidad muscular, especialmente en las piernas
11. Cambios de humor, irritabilidad, ansiedad o depresión
12. Dificultad para dormir (insomnio)
13. Aumento de la susceptibilidad a infecciones

El síndrome de Cushing es una afección médica seria que puede causar complicaciones graves, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis, si no se trata adecuadamente. El diagnóstico y tratamiento precoces son cruciales para prevenir estas complicaciones y mejorar el pronóstico del paciente.

Las enfermedades de la hipófisis se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan la glándula pituitaria, una pequeña glándula endocrina ubicada en la base del cerebro. La pituitaria desempeña un papel crucial en el control y regulación de varias funciones corporales importantes, ya que produce y secreta diversas hormonas que afectan la producción de leche materna, el crecimiento y desarrollo, los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial, y las respuestas al estrés, entre otras.

Existen diferentes tipos de enfermedades de la hipófisis, que pueden clasificarse según su naturaleza y los mecanismos subyacentes. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Adenomas hipofisarios: Son tumores no cancerosos (benignos) que se desarrollan en la pituitaria. Pueden secretar niveles excesivos de ciertas hormonas, lo que resulta en una sobreproducción de dichas hormonas y sus efectos correspondientes en el cuerpo. Por ejemplo, un adenoma hipofisario que produce demasiada prolactina puede causar galactorrea (flujo de leche materna inapropiado) o amenorrea (cesación de la menstruación) en las mujeres.

2. Hipopituitarismo: Es una afección en la que la glándula pituitaria no produce suficientes hormonas. Esto puede deberse a diversos factores, como lesiones, infecciones, tumores, cirugía o radioterapia en la región hipotalámica-pituitaria, trastornos autoinmunitarios, o enfermedades sistémicas graves. El déficit hormonal puede afectar diversas funciones corporales, como el crecimiento, desarrollo sexual, metabolismo, y respuesta al estrés.

3. Hiperpituitarismo: Se refiere a un exceso de producción de hormonas pituitarias. Puede ser causado por adenomas hipofisarios, tumores hipotalámicos, o enfermedades sistémicas que afectan la función pituitaria. Los síntomas varían según el tipo y cantidad de hormona excesivamente producida.

4. Enfermedad de Cushing: Es una afección causada por niveles elevados de cortisol en el cuerpo, que puede ser resultado de un tumor hipofisario que produce ACTH (hormona adrenocorticotrópica) en exceso o por la administración prolongada de glucocorticoides sintéticos. Los síntomas incluyen obesidad central, piel fina y frágil, estrías rojas o violáceas, diabetes mellitus, hipertensión arterial, debilidad muscular, y cambios en el estado de ánimo y cognición.

5. Síndrome de Sheehan: Es una complicación poco frecuente pero grave de un parto hemorrágico intenso que provoca la necrosis del lóbulo anterior de la glándula pituitaria, lo que resulta en deficiencia hormonal. Los síntomas pueden incluir fatiga, hipotensión ortostática, pérdida de libido, disminución de la producción de leche materna, y amenorrea.

6. Acromegalia: Es una enfermedad rara causada por un tumor hipofisario que produce exceso de hormona del crecimiento (GH) después del cierre de los cartílagos de crecimiento durante la adolescencia. Los síntomas incluyen aumento del tamaño de las manos y pies, engrosamiento de los tejidos blandos, hipertrofia de los huesos faciales, diabetes mellitus, hipertensión arterial, y problemas cardiovasculares.

7. Prolactinoma: Es un tumor hipofisario benigno que produce exceso de prolactina, una hormona que estimula la producción de leche materna. Los síntomas en las mujeres pueden incluir amenorrea, galactorrea (flujo de leche espontáneo), y disminución de la libido. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, ginecomastia (crecimiento anormal de las mamas), y pérdida de libido.

8. Hipopituitarismo: Es una afección en la que la glándula pituitaria no produce suficientes hormonas. Puede ser causado por diversos factores, como tumores hipofisarios, lesiones cerebrales, infecciones, y enfermedades autoinmunes. Los síntomas pueden variar dependiendo de las hormonas afectadas e incluyen fatiga, debilidad muscular, pérdida de peso, frío intolerante, sequedad de la piel, y problemas menstruales en las mujeres.

9. Síndrome de Cushing: Es una afección causada por un exceso de cortisol, una hormona producida por la glándula suprarrenal. Puede ser causado por tumores hipofisarios que producen ACTH (hormona adrenocorticotrópica), tumores suprarrenales, o uso prolongado de esteroides. Los síntomas pueden incluir obesidad central, piel fina y frágil, estrías rojas o violáceas en la piel, acné, diabetes, hipertensión arterial, debilidad muscular, y cambios de humor.

10. Enfermedad de Addison: Es una afección causada por un déficit de hormonas esteroides producidas por la glándula suprarrenal. Puede ser causada por enfermedades autoinmunes, infecciones, tumores, y otras afecciones. Los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad muscular, pérdida de peso, náuseas, vómitos, diarrea, desmayos, y cambios de humor.

La corticosterona es una hormona esteroide producida por la corteza suprarrenal en respuesta al estrés. Es la forma principal de glucocorticoide en muchos animales, incluyendo roedores y otros mamíferos no primates. Sin embargo, en humanos y otros primates, la cortisol es la glucocorticoide predominante.

La corticosterona desempeña un papel importante en la regulación del metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos, así como en la respuesta inmunológica y la regulación del equilibrio hídrico y electrolítico. También puede influir en el estado de ánimo y la cognición.

Los niveles de corticosterona varían fisiológicamente en respuesta al ciclo día-noche, con los niveles más altos por la mañana y los niveles más bajos por la noche. También pueden aumentar en respuesta a estresores psicológicos o físicos, como el ejercicio intenso o la privación del sueño.

Los desequilibrios en los niveles de corticosterona se han asociado con diversas condiciones de salud, incluyendo trastornos del estado de ánimo y ansiedad, enfermedades autoinmunes, diabetes y obesidad.

Las hormonas adenohipofisarias son un tipo específico de hormonas producidas y secretadas por la glándula pituitaria anterior, también conocida como adenohipófisis. Esta glándula endocrina es parte del sistema hipotálamo-hipofisario y desempeña un papel crucial en la regulación de varias funciones corporales importantes, incluyendo el crecimiento, el metabolismo, la respuesta al estrés y la reproducción.

Existen varios tipos diferentes de hormonas adenohipofisarias, cada una con su propia función y mecanismo de acción:

1. Hormona del crecimiento (GH): Estimula el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales, especialmente durante la infancia y adolescencia. También desempeña un papel en el metabolismo de las proteínas, grasas e hidratos de carbono.

2. Hormona estimulante de la tiroides (TSH): Regula la producción y secreción de las hormonas tiroideas por la glándula tiroides.

3. Hormona adrenocorticotrópica (ACTH): Estimula la producción y liberación de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.

4. Prolactina (PRL): Estimula la producción de leche en las glándulas mamarias durante la lactancia.

5. Hormona foliculoestimulante (FSH): Desempeña un papel importante en la regulación del ciclo menstrual y la fertilidad, estimulando el crecimiento y desarrollo de los folículos ováricos en las mujeres y la producción de espermatozoides en los hombres.

6. Hormona luteinizante (LH): También desempeña un papel clave en la regulación del ciclo menstrual y la fertilidad, induciendo la ovulación en las mujeres y la producción de testosterona en los hombres.

7. Hormona estimulante del crecimiento (GH): Regula el crecimiento y desarrollo corporales, promoviendo el crecimiento de los tejidos y huesos y regulando el metabolismo de las grasas, proteínas e hidratos de carbono.

8. Somatostatina: Inhibe la producción y secreción de varias hormonas, incluyendo GH, insulina y glucagón.

9. Melanocortinas: Incluyen ACTH y otras hormonas que desempeñan un papel en el control del apetito, el metabolismo y la pigmentación de la piel.

10. Endorfinas: Son neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y promueven la sensación de bienestar y relajación.

La corteza suprarrenal es la capa externa y más gruesa de las glándulas suprarrenales, que se encuentran encima de los riñones. Esta capa produce varias hormonas importantes para el organismo. Entre ellas están:

1. Cortisol: una hormona esteroide que ayuda a regular el metabolismo, reduce la inflamación, y ayuda al cuerpo a responder al estrés.

2. Aldosterona: también una hormona esteroide que regula los niveles de sodio y potasio en el cuerpo para mantener un equilibrio electrolítico adecuado y regular la presión arterial.

3. Hormonas sexuales: las células de la corteza suprarrenal también producen pequeñas cantidades de andrógenos, hormonas sexuales masculinas, y estrógenos, hormonas sexuales femeninas.

4. DHEA (dehidroepiandrosterona): una hormona esteroide precursora que se convierte en andrógenos y estrógenos en otros tejidos del cuerpo.

Las disfunciones en la producción de estas hormonas por parte de la corteza suprarrenal pueden dar lugar a diversas condiciones médicas, como el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addison, y los trastornos del equilibrio electrolítico.

La hormona luteinizante (LH) es una gonadotropina, una hormona que se produce y se secreta en el cuerpo humano. Es producida por las glándulas suprarrenales y la glándula pituitaria anterior. En las mujeres, la LH desempeña un papel crucial en el proceso de ovulación. Durante el ciclo menstrual, un pico de LH hace que el folículo maduro en el ovario libere el óvulo, lo que se conoce como ovulación.

En los hombres, la LH desempeña un papel importante en la producción de testosterona en los testículos. La LH estimula las células de Leydig en los testículos para producir y secretar testosterona, una hormona esteroide androgénica.

El nivel de LH en sangre se puede medir mediante análisis de sangre o mediante un análisis de orina en determinados momentos del ciclo menstrual o durante el tratamiento con medicamentos que afectan al sistema hormonal. Los niveles alterados de LH pueden ser indicativos de diversas condiciones médicas, como trastornos de la ovulación, menopausia precoz, insuficiencia suprarrenal o trastornos hipotalámicos y pituitarios.

Los espasmos infantiles, también conocidos como sacudidas del recién nacido o síndrome de West, son un tipo de convulsiones que ocurren en bebés y niños pequeños, típicamente entre los 3 meses y 1 año de edad. Estos espasmos suelen involucrar movimientos rápidos y repentinos de los músculos del cuerpo, especialmente en el cuello, la cara, los brazos y las piernas.

Los episodios suelen durar solo unos segundos, pero pueden ocurrir repetidamente durante un período de tiempo. A menudo, los espasmos infantiles se desencadenan por el sueño, el hambre, la irritabilidad o el estrés.

Aunque los espasmos infantiles en sí mismos no suelen causar daño físico, pueden ser un signo de problemas subyacentes en el cerebro, como anomalías estructurales, infecciones o trastornos metabólicos. Por lo tanto, es importante que cualquier niño que experimente espasmos infantiles sea evaluado por un médico especialista en neurología pediátrica para descartar cualquier condición subyacente grave.

El tratamiento de los espasmos infantiles depende de la causa subyacente, si se identifica alguna. En algunos casos, los medicamentos anticonvulsivantes pueden ayudar a controlar los espasmos y prevenir su recurrencia. La terapia temprana y el apoyo también pueden ser importantes para ayudar a los niños a alcanzar sus hitos de desarrollo y reducir el riesgo de discapacidades a largo plazo.

La hiperfunción de las glándulas suprarrenales, también conocida como hiperadrenalismo o enfermedad de Cushing, se refiere a un conjunto de síntomas y signos clínicos causados por un nivel excesivo de hormonas suprarrenales en el cuerpo. Las glándulas suprarrenales son glándulas endocrinas que producen varias hormonas importantes, incluyendo cortisol, aldosterona y catecolaminas.

El hiperfunción de las glándulas suprarrenales puede ser primaria o secundaria. La hiperfunción primaria se debe a un problema en las glándulas suprarrenales mismas, como un tumor benigno o maligno que produce exceso de hormonas. Por otro lado, la hiperfunción secundaria se debe a un problema en el hipotálamo o la hipófisis, que producen una cantidad excesiva de hormona adrenocorticotrópica (ACTH), lo que estimula a las glándulas suprarrenales a producir más cortisol.

Los síntomas de la hiperfunción de las glándulas suprarrenales pueden variar, pero incluyen:

* Obesidad central o aumento de peso en la parte superior del cuerpo y el tronco
* Cara redonda y llena ("cara de luna llena")
* Hipertensión arterial
* Diabetes mellitus
* Piel fina y frágil con estrías violáceas en la piel abdominal
* Osteoporosis
* Debilidad muscular
* Fatiga
* Irritabilidad
* Hiperglucemia
* Amenorrea o irregularidades menstruales en las mujeres
* Disfunción eréctil o pérdida de libido en los hombres

El diagnóstico de la hiperfunción de las glándulas suprarrenales se realiza mediante pruebas de laboratorio y de imágenes, como análisis de sangre y orina para medir los niveles hormonales, tomografía computarizada o resonancia magnética para evaluar el tamaño y la forma de las glándulas suprarrenales. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para reducir la producción de cortisol o cirugía para extirpar las glándulas suprarrenales afectadas.

La insuficiencia suprarrenal, también conocida como enfermedad de Addison, es un trastorno hormonal que ocurre cuando las glándulas suprarrenales no producen suficiente cantidad de las hormonas cortisol y aldosterona. Esta condición puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedades autoinmunes, infecciones, tumores y deficiencias genéticas.

Los síntomas de la insuficiencia suprarrenal pueden incluir fatiga crónica, debilidad muscular, pérdida de apetito, pérdida de peso, náuseas y vómitos, aumento de la pigmentación de la piel, especialmente en las áreas expuestas al sol, desmayos, hipotensión ortostática, y cambios del estado de ánimo o personalidad.

El diagnóstico de insuficiencia suprarrenal generalmente se realiza mediante pruebas de sangre y orina que miden los niveles hormonales. El tratamiento implica reemplazar las hormonas faltantes con medicamentos, lo que normalmente requiere un seguimiento médico continuo para ajustar la dosis según sea necesario. Si no se trata, la insuficiencia suprarrenal puede ser una enfermedad potencialmente mortal.

La Hormona Folículo Estimulante (FSH, siglas en inglés) es una gonadotropina, una hormona que se produce y se secreta por la glándula pituitaria anterior en el sistema endocrino. La FSH desempeña un papel crucial en la regulación de los procesos reproductivos en ambos sexos.

En las mujeres, la FSH es responsable de la maduración y crecimiento de los folículos ováricos en el ovario durante el ciclo menstrual. Ayuda a que un solo folículo dominante se desarrolle y produzca estrógeno, lo que conduce al engrosamiento del endometrio y prepara al útero para la posible implantación de un óvulo fertilizado.

En los hombres, la FSH actúa sobre las células de Sertoli en los testículos, promoviendo la producción de espermatozoides o esperma y también contribuye al mantenimiento de la integridad de la barrera hemato-testicular.

El nivel de FSH en sangre está controlado por un mecanismo de retroalimentación negativa que implica a las hormonas sexuales, como el estrógeno en las mujeres y la inhibina y el testosterona en los hombres. Los niveles alterados de FSH pueden ser indicativos de diversas condiciones médicas relacionadas con la reproducción, como trastornos ovulatorios en las mujeres o problemas de esterilidad en los hombres.

Las hormonas estimuladoras de melanocitos (HEM) son un tipo de peptidohormona que juega un rol crucial en la regulación del proceso de pigmentación en humanos y otros animales. Estas hormonas se producen y secretan por las células cromafines del epitelio pigmentario de la retina (EPR) y los melanocitos de la piel.

La HEM más estudiada es la alfa-MSH (melanocito-estimulando hormona alfa), seguida de la beta-MSH (melanocito-estimulando hormona beta). La alfa-MSH se deriva del precursor proteico proopiomelanocortina (POMC) y tiene como función principal estimular la producción y secreción de melanina en los melanocitos, lo que resulta en el oscurecimiento de la piel y el pelo.

La beta-MSH también se deriva del POMC pero es menos abundante que la alfa-MSH. Además de su función como estimuladora de melanocitos, la alfa-MSH también actúa como un neuropéptido con propiedades anorexigénicas, lo que significa que reduce el apetito y promueve la pérdida de peso.

Otra hormona relacionada es la agonista de los receptores de melanocortina 4 (MC4R), conocida como ACTH (hormona adrenocorticotropa). La ACTH se deriva del mismo precursor proteico que las MSH y también tiene efectos en la pigmentación, aunque es más conocida por su papel en la regulación de la respuesta al estrés y la producción de cortisol en las glándulas suprarrenales.

Las hormonas estimuladoras de melanocitos desempeñan un papel importante en la fisiología normal, pero también se han relacionado con diversos trastornos, como el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addison y algunos tipos de cáncer.

La prolactina es una hormona proteica polipeptídica, sintetizada y secretada por las células lactotropas del lóbulo anterior de la glándula pituitaria. Normalmente, su función principal es promover la producción y secreción de leche materna en las glándulas mamarias durante el período de lactancia después del parto. Sin embargo, también desempeña un papel modesto en el sistema inmunológico, la regulación del crecimiento celular y la homeostasis energética.

La producción de prolactina está controlada principalmente por un mecanismo de inhibición: la hormona liberadora de tirotropina (TRH) estimula su liberación, pero otras sustancias como la dopamina (un neurotransmisor) la suprimen. Durante el embarazo, los niveles de estrógenos y progesterona aumentan drásticamente, lo que hace que las células lactotropas sean más sensibles a la TRH y menos sensibles a la dopamina, resultando en un aumento significativo de los niveles de prolactina séricos.

La hiperprolactinemia, o niveles elevados de prolactina en sangre, pueden causar diversos problemas de salud, como amenorrea (supresión del ciclo menstrual), galactorrea (secreción inapropiada de leche fuera del período de lactancia) e infertilidad. Por otro lado, los niveles bajos de prolactina no suelen causar síntomas clínicos notables, excepto durante la lactancia materna, donde podrían interferir con una adecuada producción de leche.

En resumen, la prolactina es una hormona importante en el control de la lactancia y tiene efectos adicionales en otros sistemas corporales. El equilibrio adecuado de esta hormona es crucial para mantener procesos fisiológicos normales y preservar la salud reproductiva.

La proopiomelanocortina (POMC) es una proteína precursora que desempeña un papel fundamental en la regulación del equilibrio energético y el sistema endocrino. Es producida por células neurosecretoras específicas en el hipotálamo, una región del cerebro involucrada en el control de numerosas funciones homeostáticas.

La POMC se sintetiza como un polipéptido inactivo más grande y luego se procesa en varios péptidos bioactivos mediante la acción de enzimas proteolíticas. Estos productos finales incluyen:

1. Adrenocorticotropina (ACTH): estimula la producción y liberación de cortisol por la corteza suprarrenal, desempeñando un papel clave en la respuesta al estrés.
2. α-Melanocortina (α-MSH): participa en la regulación del apetito y el gasto energético, actuando como neurotransmisor en el sistema nervioso central. También interviene en la pigmentación de la piel y el cabello mediante la activación de receptores melanocortínicos específicos.
3. β-Endorfina: es un neuropéptido opioide endógeno que actúa como analgésico natural y modulador del estado de ánimo, involucrado en la respuesta al dolor y el bienestar emocional.
4. Lis-CT ( Lisina-Corticotropina): tiene propiedades similares a la ACTH y puede contribuir a la regulación del sistema inmunológico.

Las mutaciones en los genes relacionados con la síntesis o procesamiento de POMC pueden dar lugar a diversos trastornos, como el déficit de cortisol congénito, obesidad temprana y alteraciones en la pigmentación de la piel.

Un adenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que se forma en las glándulas. Puede ocurrir en cualquier glándula del cuerpo, pero son más comunes en las glándulas situadas en el revestimiento del intestino delgado y en la próstata de los hombres.

Los adenomas suelen crecer muy lentamente y a menudo no causan ningún síntoma. Sin embargo, algunos tipos de adenomas pueden convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si son grandes o si han existido durante mucho tiempo.

El tratamiento de un adenoma depende del tamaño y la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede observar el crecimiento del tumor con exámenes regulares. En otros casos, se pueden necesitar cirugía o otras terapias para extirpar el tumor.

Es importante acudir al médico si se presentan síntomas como sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal inexplicable, ya que pueden ser señales de un adenoma o de otra afección médica grave.

Los receptores de corticotropina, también conocidos como receptores de ACTH (hormona adrenocorticotrópica), son un tipo de receptor celular que se une a la corticotropina (ACTH) y a la melanocortina 2 (MC2R). Estos receptores pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteínas G y desempeñan un papel crucial en la regulación del sistema endocrino, particularmente en la respuesta al estrés.

La ACTH se une al receptor de corticotropina en las células de la corteza suprarrenal, lo que estimula la producción y secreción de hormonas esteroides glucocorticoides, como el cortisol. El cortisol desempeña un papel importante en la regulación del metabolismo, la respuesta inmunológica y el equilibrio hídrico y electrolítico en el cuerpo.

Las mutaciones en los genes que codifican los receptores de corticotropina pueden dar lugar a diversas condiciones clínicas, como el síndrome de resistencia a la ACTH, que se caracteriza por una falta de respuesta a la ACTH y niveles elevados de cortisol en sangre. Por otro lado, las mutaciones que conducen a una sobreactivación del receptor pueden causar hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad genética rara que se caracteriza por un aumento de la producción de cortisol y andrógenos.

La cosintropina es una forma sintética de la hormona corticotropa, también conocida como ACTH (hormona adrenocorticotrópica). La cosintropina estimula la glándula suprarrenal para producir y liberar cortisol y otras hormonas esteroides. Se utiliza en el tratamiento de deficiencias de cortisol, como la enfermedad de Addison, y también se ha utilizado en el diagnóstico de enfermedades suprarrenales. La cosintropina se administra por inyección intramuscular o subcutánea y su efecto dura aproximadamente 24 horas. Los posibles efectos secundarios incluyen náuseas, vómitos, dolor en el lugar de la inyección, reacciones alérgicas y trastornos del ritmo cardíaco.

El receptor de melanocortina tipo 2 (MC2R) es un tipo de receptor de melanocortina que se une específicamente a la alfa-melanocitoestimulina (α-MSH) y acth (adrenocorticotropina). Es una proteína integral de membrana que pertenece a la familia de receptores acoplados a proteínas G.

El MC2R se expresa principalmente en las células de la zona glomerulosa de la corteza suprarrenal, donde desempeña un papel crucial en la regulación de la síntesis y secreción de hormonas esteroides, especialmente cortisol. La unión de α-MSH o ACTH a MC2R activa una cascada de señalización intracelular que conduce a la activación de la adenilil ciclasa y la posterior producción de AMP cíclico, lo que finalmente desencadena la síntesis y secreción de cortisol.

Las mutaciones en el gen MC2R se han asociado con diversos trastornos endocrinos, como el síndrome de falta de respuesta a ACTH y el síndrome adrenogenital congénito. Estas condiciones se caracterizan por déficits en la producción y secreción de cortisol y otras hormonas esteroides, lo que puede dar lugar a una serie de signos y síntomas clínicos, como hipoglucemia, hiperpigmentación de la piel, presión arterial baja e infertilidad.

La mucina 5AC, también conocida como MUC5AC, es una proteína específica de mucina que se encuentra en el revestimiento del sistema respiratorio superior, incluyendo la nariz y los pulmones. Es producida por células caliciformes goblet y desempeña un papel importante en la protección y lubricación de las vías respiratorias. La MUC5AC ayuda a atrapar y eliminar partículas extrañas, microorganismos y otros contaminantes que puedan inhalarse. Su sobreproducción se ha relacionado con varias afecciones respiratorias, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la fibrosis quística.

La Hormona Liberadora de Gonadotropina (GnRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica de cadena corta, formada por 10 aminoácidos. Es producida y secretada por neuronas específicas del hipotálamo, conocidas como células GnRH.

La función principal de la GnRH es regular la liberación de las gonadotropinas folículoestimulante (FSH) y luteinizante (LH) desde la glándula pituitaria anterior. Estas gonadotropinas desempeñan un papel crucial en la regulación del sistema reproductivo, controlándose así un ciclo de feedback negativo.

La GnRH actúa mediante la unión a su receptor específico, el receptor de GnRH, localizado en células de la adenohipófisis. La activación del receptor desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la síntesis y secreción de FSH y LH.

Las fluctuaciones en los niveles de GnRH durante el ciclo menstrual en mujeres y las variaciones estacionales en algunos animales son responsables de la regulación de la reproducción y la diferenciación sexual. Por lo tanto, la GnRH desempeña un papel fundamental en la fisiología reproductiva normal.

Un prolactinoma es un tipo específico de tumor hipofisario, que se origina en la glándula pituitaria y produce una hormona llamada prolactina. Este tipo de tumor es benigno en la mayoría de los casos. La prolactina es responsable de la producción de leche materna durante el embarazo y después del parto, por lo que cuando un prolactinoma produce excesivas cantidades de esta hormona, puede causar una afección conocida como hiperprolactinemia.

Los síntomas en las mujeres pueden incluir irregularidades menstruales, falta de menstruación, producción excesiva de leche materna en ausencia de embarazo o lactancia (galactorrea), disminución del deseo sexual y fertilidad reducida. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, pérdida de libido, ginecomastia (crecimiento anormal de las glándulas mamarias en hombres), infertilidad y en raros casos, producción de leche materna.

El tamaño del prolactinoma también puede provocar síntomas relacionados con la presión sobre el nervio óptico, lo que podría dar lugar a problemas visuales como visión doble o borrosa, y dolores de cabeza. El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos que reducen los niveles de prolactina o, en algunos casos, cirugía para extirpar el tumor.

Las pruebas de función hipofisaria son un conjunto de exámenes médicos que se utilizan para evaluar la capacidad de la glándula pituitaria, también conocida como hipófisis, para producir y secretar hormonas adecuadamente. La hipófisis es una glándula pequeña ubicada en la base del cerebro que regula varias funciones corporales importantes, incluyendo el crecimiento, el metabolismo, la respuesta al estrés y la reproducción.

Las pruebas de función hipofisaria pueden incluir:

1. Niveles hormonales en sangre: Se mide la concentración de diferentes hormonas en la sangre para determinar si la glándula pituitaria está produciendo suficientes cantidades. Por ejemplo, se puede medir el nivel de hormona del crecimiento, prolactina, tirotropina, cortisol y hormona folículo-estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH).
2. Pruebas de estimulación o supresión: Se administran medicamentos que estimulan o suprimen la producción de hormonas hipofisarias, y luego se mide la respuesta de la glándula pituitaria. Por ejemplo, se puede utilizar la prueba de tolerancia a la insulina para evaluar la función del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal.
3. Imágenes médicas: Se pueden realizar estudios de imagenología como resonancias magnéticas (RM) o tomografías computarizadas (TC) para evaluar el tamaño y la forma de la glándula pituitaria y detectar posibles tumores u otras lesiones que puedan estar afectando su función.
4. Pruebas de campo visual: Se pueden realizar pruebas de campo visual para evaluar la función del nervio óptico, ya que los tumores hipofisarios pueden comprimir el nervio y causar pérdida de visión.

La elección de las pruebas a realizar dependerá de los síntomas y signos clínicos presentados por el paciente, así como de la sospecha diagnóstica del médico tratante. La interpretación de los resultados requiere experiencia y conocimiento especializado en endocrinología y neuroendocrinología.

La adrenalectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa uno o ambos ganglios suprarrenales (glándulas adrenales). Estas glándulas están ubicadas encima de los riñones y producen varias hormonas importantes, como la epinefrina, norepinefrina y cortisol.

Existen diferentes indicaciones para realizar una adrenalectomía, entre ellas:

1. Feocromocitoma: tumores que producen exceso de hormonas catécolaminas (epinefrina y norepinefrina), lo que puede causar hipertensión arterial grave y episodios de sudoración, taquicardia e incluso convulsiones.

2. Carcinoma suprarrenal: cáncer de las glándulas adrenales que requiere cirugía para intentar extirpar el tumor y prevenir la diseminación a otras partes del cuerpo.

3. Hipertensión endocrina: enfermedad en la que los ganglios suprarrenales producen exceso de hormonas, como cortisol o aldosterona, causando hipertensión arterial resistente a tratamiento médico.

4. Masas adrenales grandes o sospechosas: cuando se detectan masas grandes en las glándulas adrenales o se sospecha que puedan ser malignas, se realiza una adrenalectomía para extirpar el tejido afectado y analizarlo en busca de células cancerosas.

La adrenalectomía puede realizarse mediante diferentes técnicas quirúrgicas, como la laparoscópica o la abierta, dependiendo del tamaño del tumor, su localización y la experiencia del cirujano. Después de la cirugía, el paciente necesitará un seguimiento cuidadoso para controlar posibles complicaciones y ajustar los tratamientos hormonales si es necesario.

La hormona del crecimiento (GH) es una hormona peptídica que se sintetiza y secreta por las células somatotropas en el lóbulo anterior de la glándula pituitaria. También se conoce como somatotropina o hormona somatotrófica.

La GH desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo durante la infancia y la adolescencia, promoviendo el crecimiento y la división celular en los tejidos en crecimiento activo, especialmente en los huesos y los músculos. También ayuda a regular el metabolismo de las proteínas, los lípidos y los hidratos de carbono, influenciando así el balance energético del cuerpo.

La secreción de GH está controlada por un sistema complejo de retroalimentación negativa que involucra a otras hormonas, como la somatostatina y la grelina, y factores de liberación de la GH. La producción y secreción de GH se produce en respuesta a varios estímulos, como el sueño, el ejercicio físico, el ayuno y el estrés.

Los trastornos del eje hipotalámico-pituitario pueden causar un déficit o un exceso de GH, lo que puede dar lugar a diversas enfermedades y trastornos clínicos, como el enanismo y el gigantismo en los niños, y el acromegalia en los adultos.

La apoplejía hipofisaria es una afección poco común pero grave que ocurre cuando la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, sufre hemorragia o infarto. Esto puede provocar un aumento de tamaño de la glándula, lo que puede comprimir el tejido circundante y los nervios craneales, resultando en diversos síntomas.

Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza intenso, visión doble o borrosa, pérdida de la visión, especialmente en los lados (pérdida de campo visual), debilidad muscular, desorientación y pérdida de conciencia. En algunos casos, también puede haber síntomas relacionados con la deficiencia hormonal, como fatiga, letargia, hipotensión y temperatura corporal baja.

La apoplejía hipofisaria es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El tratamiento generalmente incluye el manejo de los síntomas, la restauración de las deficiencias hormonales y, en algunos casos, la cirugía para aliviar la presión sobre el tejido cerebral. Las causas más comunes de apoplejía hipofisaria son los tumores pituitarios (adenomas), la hipertensión arterial y los trastornos de coagulación sanguínea.

El hipopituitarismo es una afección endocrina en la cual la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, no produce suficientes hormonas. La glándula pituitaria, también conocida como la "glándula maestra", controla varias otras glándulas endocrinas y sus respectivas funciones hormonales en el cuerpo.

Los déficits hormonales pueden ocurrir en una o más de las siguientes hormonas pituitarias: hormona del crecimiento (GH), prolactina, tirotropina (TSH), adrenocorticotropina (ACTH), folitropina (FSH) y luteinizante (LH), así como la hormona antidiurética (ADH).

La causa más común del hipopituitarismo es un tumor pituitario benigno (no canceroso) que comprime la glándula pituitaria. Otras causas pueden incluir lesiones cerebrales, cirugía o radioterapia en el cerebro, infecciones, enfermedades autoinmunes, sangrado en el cerebro, entre otras.

Los síntomas del hipopituitarismo varían dependiendo de la gravedad y la duración de la afección, así como de las hormonas específicas que falten. Algunos síntomas comunes incluyen fatiga, debilidad, pérdida de peso, sensibilidad al frío, sequedad de la piel, disminución de la libido, falta de menstruación en las mujeres y disfunción eréctil en los hombres.

El tratamiento del hipopituitarismo generalmente implica reemplazar las hormonas faltantes con medicamentos recetados. La terapia de reemplazo hormonal puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones relacionadas con la deficiencia hormonal. El pronóstico del hipopituitarismo depende de la causa subyacente y el grado de deficiencia hormonal, pero con un tratamiento adecuado, muchas personas pueden llevar una vida normal y saludable.

La beta-endorfina es un tipo de endorfinas, que son opioides endógenos producidos naturalmente en el cuerpo humano. Se sintetiza a partir de la proopiomelanocortina (POMC), una proteína precursora que también da lugar a otras hormonas y neurotransmisores, como la adrenocorticotropina (ACTH) y la melanocortina.

La beta-endorfina se encuentra en varias partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, la glándula pituitaria y el sistema nervioso periférico. Tiene propiedades analgésicas y eufóricas similares a los opiáceos, y desempeña un papel importante en la modulación del dolor, las emociones y la respuesta al estrés.

La liberación de beta-endorfina se produce en respuesta a diversos estímulos, como el ejercicio intenso, la estimulación del sistema nervioso simpático y el dolor agudo. También puede desencadenarse por factores psicológicos, como la expectativa de recompensa o el placer.

La beta-endorfina se une a los receptores opioides en el cerebro y el sistema nervioso periférico, lo que provoca una variedad de efectos fisiológicos y comportamentales, como la reducción del dolor, la disminución de la ansiedad y la mejora del estado de ánimo.

La investigación sobre la beta-endorfina y otras endorfinas ha contribuido a nuestra comprensión de los sistemas de recompensa y refuerzo del cerebro, así como de los mecanismos de control del dolor y las emociones. Sin embargo, aún queda mucho por aprender sobre el papel exacto de estas moléculas en la fisiología y la patología humanas.

La Hormona de Crecimiento Humano (HGH), también conocida como Somatotropina, es una hormona peptídica que se produce en el cuerpo humano. Es producida por la glándula pituitaria anterior y desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo del cuerpo.

La HGH ayuda a regular diversas funciones corporales, incluyendo:

1. El crecimiento y desarrollo de los tejidos y órganos corporales.
2. La regulación del metabolismo de las grasas, azúcares y proteínas.
3. El fortalecimiento del sistema inmunológico.
4. El mantenimiento de la masa muscular y ósea.
5. El influir en el proceso de envejecimiento.

La producción de HGH alcanza su punto máximo durante la adolescencia y comienza a disminuir a medida que una persona envejece. Un déficit de esta hormona puede causar diversos problemas de salud, como el enanismo en los niños y la osteoporosis y la sarcopenia en los adultos. Por otro lado, un exceso de HGH puede dar lugar a diversas afecciones, como el gigantismo en los niños y el acromegalia en los adultos.

La hipofisectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa total o parcial la glándula pituitaria (hipófisis), una glándula endocrina importante localizada en la base del cráneo dentro de la silla turca. La glándula pituitaria regula varias otras glándulas endocrinas y sus hormonas influyen en diversos procesos corporales, como el crecimiento, el metabolismo y la reproducción.

La hipofisectomía se realiza por diferentes razones, como tratar tumores hipofisarios que causan problemas de visión o déficit hormonales, controlar el crecimiento excesivo en personas con gigantismo o acromegalia, aliviar los síntomas de la hiperfunción hipofisaria y, en casos raros, como tratamiento paliativo para ciertos tipos de cáncer cerebral.

Existen diferentes técnicas quirúrgicas para llevar a cabo una hipofisectomía, incluyendo la vía transesfenoidal (a través del nasofoaringe) y la vía transcraneal (a través del cráneo). Cada método tiene sus propias indicaciones, ventajas y riesgos asociados. Después de la cirugía, los pacientes pueden necesitar monitoreo y tratamiento hormonal de reemplazo para mantener el equilibrio hormonal adecuado.

El síndrome de ACTH ectópico es una afección endocrina poco común en la que se produce una cantidad excesiva de hormona adrenocorticotrófica (ACTH) fuera de la glándula pituitaria. La ACTH normalmente está producida por la glándula pituitaria y desempeña un papel importante en la regulación de los niveles de cortisol en el cuerpo. Sin embargo, en el síndrome de ACTH ectópico, una neoplasia (tumor) fuera de la glándula pituitaria produce ACTH, lo que provoca un aumento significativo de los niveles de cortisol en sangre, una afección conocida como hipercortisolismo o enfermedad de Cushing.

Este síndrome se asocia con diversos tipos de tumores, como carcinoides bronquiales, tumores neuroendocrinos pulmonares y otros tumores malignos extrapituitarios. Los síntomas del síndrome de ACTH ectópico son similares a los de la enfermedad de Cushing, incluyendo obesidad central, hipertensión, diabetes, debilidad muscular, huesos frágiles, piel fina y susceptible a moretones, estrías violáceas y cambios emocionales. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio que evalúan los niveles hormonales y por imágenes médicas para localizar el tumor causante. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor, seguida de radioterapia o quimioterapia si es necesario.

Las hormonas tiroideas son hormonas producidas y secretadas por la glándula tiroidea, ubicada en el cuello. Estas hormonas desempeñan un papel crucial en la regulación del metabolismo, el crecimiento y el desarrollo del cuerpo. Los dos tipos principales de hormonas tiroideas son:

1. Tiroxina (T4): Es la forma más común de hormona tiroidea en el torrente sanguíneo. Contiene cuatro átomos de yodo y es producida por la unión de tyrosina con yodo en la glándula tiroides.

2. Triyodotironina (T3): Es una forma activa de hormona tiroidea que contiene tres átomos de yodo. Aunque se produce menos T3 que T4, es más potente y desempeña un papel más directo en la regulación del metabolismo.

La producción de hormonas tiroideas está controlada por la glándula pituitaria y el hipotálamo a través de un mecanismo de retroalimentación negativa. El hipotálamo produce una hormona llamada TRH (hormona liberadora de tirotropina), que estimula a la glándula pituitaria para secretar TSH (hormona estimulante de la tiroides). La TSH, a su vez, estimula a la glándula tiroidea para producir y secretar más T4 y T3. Cuando los niveles de T4 y T3 en sangre son suficientemente altos, inhiben la producción de TRH e TSH, manteniendo así un equilibrio hormonal adecuado.

Las hormonas tiroideas desempeñan un papel vital en una variedad de procesos corporales, incluyendo:

- Regulación del metabolismo y consumo de energía
- Crecimiento y desarrollo durante la infancia y adolescencia
- Desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso central
- Función cardiovascular y presión arterial
- Fertilidad y función reproductiva
- Temperatura corporal y sudoración
- Crecimiento del cabello, uñas y piel

El síndrome de Zollinger-Ellison es un trastorno raro del sistema gastrointestinal caracterizado por la producción de niveles excesivos de ácido gástrico. Esto ocurre como resultado de tumores (gastrinomas) que secretan gastrina, una hormona que estimula la producción de ácido en el estómago. Estos tumores generalmente se desarrollan en el páncreas y el duodeno.

La sobreproducción de ácido puede causar úlceras gástricas y duodenales dolorosas, diarrea crónica y otros síntomas gastrointestinales. Si no se trata, el síndrome de Zollinger-Ellison puede provocar complicaciones graves, como hemorragia interna, perforación intestinal o obstrucción intestinal. El tratamiento generalmente implica medicamentos para reducir la acidez estomacal y, en algunos casos, cirugía para extirpar los tumores.

Un adenoma hipofisario secretor de ACTH, también conocido como hiperplasia adenomatosa de la corticotrofa o síndrome de Cushing debido a un adenoma hipofisario, es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en la glándula pituitaria. Este tumor produce una sobreabundancia de ACTH (hormona adrenocorticotrópica), lo que lleva a un aumento de las hormonas esteroides producidas por las glándulas suprarrenales, particularmente el cortisol.

La sobreproducción de cortisol puede causar una variedad de síntomas y complicaciones de salud graves, incluyendo hipertensión, diabetes, debilidad muscular, obesidad, cambios en la apariencia (como cara redonda y moretones fáciles), huesos débiles, trastornos del estado de ánimo y cognitivos, entre otros. El diagnóstico de un adenoma hipofisario secretor de ACTH generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología (como la resonancia magnética nuclear) y pruebas hormonales específicas. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o medicamentos que controlen la producción de ACTH.

La Tirotropina (TSH, por sus siglas en inglés) es una hormona glicoproteica que produce la glándula pituitaria anterior. Es la hormona principal que regula la función de la glándula tiroides, estimulando la producción y liberación de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4). La TSH se secreta en respuesta a la disminución de los niveles séricos de T3 y T4, y su producción está controlada por un mecanismo de retroalimentación negativa a través del eje hipotálamo-hipofisario. La TSH también desempeña un papel en el crecimiento y desarrollo general del cuerpo. Los niveles anormales de TSH pueden indicar trastornos de la glándula tiroides, como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo.

Un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento, también conocido como adenoma somatotropo, es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en la glándula pituitaria, una pequeña glándula situada en la base del cerebro. Este tumor produce y secreta excesivamente la hormona del crecimiento (GH), lo que puede dar lugar a una serie de síntomas y complicaciones de salud.

La hormona del crecimiento desempeña un papel importante en el crecimiento y desarrollo normal de los tejidos y órganos del cuerpo, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, cuando se produce en exceso, como ocurre con este tipo de adenoma hipofisario, puede provocar diversas anomalías y trastornos.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento incluyen:

* Acromegalia: Un trastorno que se caracteriza por el crecimiento excesivo de los huesos de la cara, las manos y los pies, así como por otros signos y síntomas, como sudoración excesiva, fatiga, dolores articulares y rigidez. La acromegalia suele desarrollarse en adultos y puede causar diversas complicaciones de salud graves, como diabetes, hipertensión arterial y problemas cardíacos, si no se trata adecuadamente.
* Gigantismo: Un trastorno que se produce cuando un niño produce excesivamente la hormona del crecimiento antes de alcanzar la pubertad. Esto puede dar lugar a un crecimiento excesivo y rápido de los huesos, lo que puede provocar una estatura anormalmente alta y diversas complicaciones de salud asociadas.
* Otros síntomas: Los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento también pueden causar diversos síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, visión doble o borrosa y problemas de equilibrio. Además, estos tumores pueden comprimir otras estructuras cercanas a la glándula pituitaria, lo que puede causar diversas complicaciones de salud graves.

El tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de varios factores, como el tamaño y la localización del tumor, así como de los síntomas y las complicaciones asociadas. Los posibles tratamientos incluyen:

* Cirugía: La extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento preferido para la mayoría de los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento. La cirugía puede realizarse mediante diversas técnicas, como la transesfenoidal o la transcraneal, en función del tamaño y la localización del tumor.
* Radioterapia: La radioterapia se utiliza a menudo para tratar los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento que no se pueden extirpar completamente mediante cirugía o que han recurrido después del tratamiento quirúrgico. La radioterapia puede administrarse mediante diversas técnicas, como la terapia de protones o la radiocirugía estereotáctica.
* Medicamentos: Los medicamentos pueden utilizarse para controlar los síntomas y las complicaciones asociadas con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento. Los posibles medicamentos incluyen los agonistas de la dopamina, como el bromocriptina o el cabergolina, que pueden reducir la producción de hormona del crecimiento y aliviar los síntomas asociados con el hipersecreción de esta hormona. Además, se pueden utilizar diversos medicamentos para tratar los síntomas neurológicos asociados con estos tumores, como los analgésicos o los anticonvulsivantes.

En resumen, el tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de diversos factores, como el tamaño y la localización del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente y la presencia o ausencia de síntomas y complicaciones asociadas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y medicamentos, y se personaliza en función de las necesidades y preferencias de cada paciente.

La restricción física es un término médico que se refiere al uso intencional de alguna forma de limitación física para la seguridad o el manejo de un paciente. Esto puede incluir el uso de dispositivos de contención, como correas, camisas de fuerza o cinturones de seguridad, o la restricción del movimiento a través de técnicas manuales.

La restricción física se utiliza generalmente en situaciones en las que existe un riesgo inminente de daño para el paciente o para otros, como en caso de agitación extrema, comportamiento violento o autolesivo. Sin embargo, su uso está rodeado de controversia debido a los posibles riesgos asociados, incluyendo lesiones, asfixia, y efectos psicológicos adversos.

Las políticas y procedimientos que regulan el uso de la restricción física varían según las jurisdicciones y las instituciones. En general, se recomienda que sea utilizada como último recurso, después de haber agotado otras opciones menos restrictivas, y siempre bajo un estricto protocolo que garantice la seguridad del paciente y el personal médico involucrado.

Un radioinmunoensayo (RIA) es una técnica de laboratorio utilizada para la cuantificación de diversas sustancias, como hormonas, fármacos o vitaminas, en muestras biológicas. Esta técnica se basa en la unión específica entre un anticuerpo y su respectiva sustancia a la que reconoce, llamada antígeno.

En un RIA, el antígeno de interés se marca previamente con un isótopo radiactivo, generalmente iodo-125 o carbono-14. La muestra biológica que contiene la sustancia a medir se mezcla con este antígeno radiactivo y con los anticuerpos específicos para esa sustancia. Durante la incubación, el antígeno radiactivo se une a los anticuerpos formando un complejo inmunológico.

Después de la incubación, se procede a una etapa de separación, en la que se separan los complejos inmunológicos formados (anticuerpo-antígeno radiactivo) del exceso de antígeno radiactivo no unido. Esta separación puede lograrse mediante diversos métodos, como la precipitación con sales de amonio o el uso de matrices sólidas.

Finalmente, se mide la radiactividad presente en la fracción que contiene los complejos inmunológicos, y esta medida se compara con una curva de calibración previamente establecida, que relaciona la cantidad de radiactividad con la concentración de antígeno. De este modo, se puede determinar la concentración de la sustancia buscada en la muestra original.

Los RIAs son técnicas muy sensibles y específicas, lo que las hace útiles en diversos campos, como la medicina diagnóstica, la investigación biomédica y el control de calidad en la industria farmacéutica. Sin embargo, también presentan algunas desventajas, como la necesidad de utilizar sustancias radiactivas y la complejidad del procedimiento. Por estas razones, en los últimos años han ido siendo reemplazadas progresivamente por técnicas alternativas, como los ensayos inmunoabsorbentes ligados a enzimas (ELISA) o los métodos basados en la detección de fluorescencia o quimioluminiscencia.

Metirapona es un fármaco que se utiliza en la práctica médica, específicamente en el campo de la endocrinología. Se trata de un inhibidor de la enzima conocida como 11-beta-deshidrogenasa, la cual está involucrada en la síntesis de cortisol en el organismo.

La Metirapona se emplea principalmente para evaluar la función suprarrenal y diagnosticar trastornos relacionados con los niveles elevados de cortisol, como el síndrome de Cushing. También puede utilizarse en el tratamiento del hipercortisolismo, aunque su uso es menos común que otros fármacos específicos para esta afección.

Los efectos secundarios de la Metirapona pueden incluir náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos y erupciones cutáneas. Su uso requiere una estrecha supervisión médica, dado que puede alterar los niveles hormonales y producir desequilibrios en el organismo.

La adenohipófisis de la glándula pituitaria se divide en tres regiones: la porción anterior (adenohipófisis anterior), la porción intermedia y la porción posterior (neurohipófisis). La porción intermedia de la adenohipófisis es una pequeña zona situada entre la porción anterior y la porción posterior.

La función principal de la porción intermedia de la adenohipófisis es producir y secretar dos hormonas: la melanocortina o ACTH (hormona adrenocorticotropa) y la beta-endorfinas. La ACTH regula la producción de cortisol en las glándulas suprarrenales, mientras que las beta-endorfinas son opioides endógenos que desempeñan un papel importante en el control del dolor y la respuesta al estrés.

La porción intermedia de la adenohipófisis es una región especializada que solo se encuentra en algunos mamíferos, como los primates y los roedores. En otros animales, las células que producen estas hormonas se encuentran dispersas en la porción anterior de la adenohipófisis.

La importancia clínica de la porción intermedia de la adenohipófisis radica en su capacidad para producir y secretar ACTH y beta-endorfinas, que desempeñan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio hormonal y del bienestar general del organismo. Las alteraciones en la función de esta región pueden dar lugar a diversos trastornos endocrinos y neurológicos.

La definición médica de 'alfa-MSH' es una hormona peptídica que se produce en el cuerpo y desempeña un papel importante en la regulación del apetito y el gasto de energía. Se sintetiza a partir de un precursor proteico llamado proopiomelanocortina (POMC) y está compuesta por 13 aminoácidos.

La alfa-MSH se produce en varias partes del cuerpo, incluyendo el hipotálamo, una pequeña glándula situada en el cerebro que regula diversas funciones endocrinas y neurológicas. Una vez producida, la alfa-MSH se une a receptores específicos en el cerebro, lo que provoca una disminución del apetito y un aumento de la saciedad.

Además de su papel en la regulación del apetito, la alfa-MSH también está involucrada en otros procesos fisiológicos, como la pigmentación de la piel y el pelo, la respuesta inmunitaria y la modulación del dolor.

La investigación sobre la alfa-MSH y sus mecanismos de acción se ha convertido en un área activa de estudio en el campo de la obesidad y los trastornos alimentarios, ya que se cree que podría ser una diana terapéutica prometedora para el tratamiento de estas condiciones.

Las Pruebas de Función de la Corteza Suprarrenal se refieren a una variedad de exámenes médicos que se utilizan para evaluar la capacidad de las glándulas suprarrenales (dos pequeñas glándulas situadas encima de los riñones) para producir y liberar hormonas esteroides, especialmente cortisol y aldosterona. Estas pruebas pueden ayudar a diagnosticar diversas condiciones médicas que afectan la función suprarrenal, como enfermedad de Addison, enfermedad de Cushing, hiperplasia suprarrenal congénita y tumores suprarrenales.

Existen diferentes tipos de pruebas de función suprarrenal, incluyendo:

1. Prueba de supresión con dexametasona: midiendo la capacidad del cuerpo para reducir la producción de cortisol en respuesta a la administración de dexametasona, un esteroide sintético.
2. Prueba de estimulación con ACTH: evaluando la respuesta de las glándulas suprarrenales al administrar ACTH sintética (hormona adrenocorticotrópica), que normalmente estimula la producción de cortisol.
3. Prueba de sangre para medir los niveles hormonales: midiendo directamente los niveles de cortisol y aldosterona en la sangre, especialmente durante situaciones de estrés o en ayunas.
4. Pruebas de orina de 24 horas: recolectando orina durante un período de 24 horas para medir los niveles de hormonas esteroides y sus metabolitos.
5. Prueba de imagenología: utilizando técnicas de imagenología, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), para evaluar el tamaño y la forma de las glándulas suprarrenales y detectar posibles tumores u otras anomalías.

Estas pruebas pueden ayudar a diagnosticar diversos trastornos relacionados con las glándulas suprarrenales, como el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addison, la hiperplasia suprarrenal congénita y los tumores suprarrenales.

La neurohipófisis, también conocida como glándula pituitaria posterior o lóbulo neurohipofisiario, es la parte posterior de la glándula pituitaria. Es única porque no produce hormonas por sí misma, sino que almacena y libera hormonas producidas por el hipotálamo, que está conectado a la neurohipófisis a través del tallo hipofisiario.

Las dos principales hormonas almacenadas y liberadas por la neurohipófisis son:

1. La oxitocina: estimula las contracciones uterinas durante el parto y también desempeña un papel en la eyaculación masculina, la lactancia materna y los vínculos sociales.

2. La vasopresina (también llamada hormona antidiurética o ADH): regula el equilibrio de agua en el cuerpo al controlar la reabsorción de agua en los riñones, lo que afecta la concentración de orina.

La neurohipófisis desempeña un papel crucial en la regulación de varias funciones corporales importantes, como el parto, la lactancia, la respuesta al estrés y el equilibrio de líquidos en el cuerpo.

El estrés fisiológico se refiere al tipo de respuesta que experimenta el cuerpo a diversos estímulos estresantes, en el nivel fisiológico o biológico. Cuando una persona está bajo estrés, el cuerpo activa el sistema de respuesta al estrés, que es un mecanismo complejo que involucra varios órganos y procesos fisiológicos.

Este sistema se activa en respuesta a una variedad de factores estresantes, como el frío o el calor extremos, lesiones, enfermedades, privación del sueño, ansiedad, miedo, ira y otras emociones intensas. Cuando se activa, desencadena una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo, incluyendo la aceleración del ritmo cardíaco, aumento de la respiración, elevación de la presión arterial, incremento de la glucosa en la sangre y la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina.

Estos cambios están diseñados para ayudar al cuerpo a responder rápidamente a una situación de emergencia y aumentar sus posibilidades de supervivencia. Sin embargo, si el estrés se vuelve crónico o intenso, puede tener efectos negativos en la salud física y mental, incluyendo problemas cardiovasculares, trastornos digestivos, trastornos del sistema inmunológico, trastornos del estado de ánimo y ansiedad.

La letargia es un síntoma médico que se caracteriza por un grado marcado de somnolencia, falta de energía y disminución de la actividad mental y física. Es una forma más severa de somnolencia y puede ser descrita como una incapacidad para mantener los ojos abiertos y un estado de indiferencia hacia el entorno. La letargia puede ser causada por diversas afecciones médicas, como infecciones, trastornos metabólicos, enfermedades neurológicas o intoxicación. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos. En casos graves, la letargia puede indicar un estado crítico de salud y requerir atención médica inmediata.

Los corticotrofos son un tipo de células endocrinas que se encuentran en la glándula pituitaria anterior. Estas células son responsables de producir y secretar la hormona adrenocorticotropa (ACTH), la cual estimula la producción y liberación de cortisol por la corteza suprarrenal. El cortisol es una hormona esteroide que desempeña un papel importante en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos, así como en la respuesta al estrés y la regulación del sistema inmune.

La producción y liberación de ACTH por los corticotrofos está controlada por el hipotálamo a través de la hormona liberadora de corticotropina (CRH). La CRH estimula la producción y liberación de ACTH, lo que a su vez aumenta los niveles de cortisol en sangre. El cortisol ejerce una retroalimentación negativa sobre el hipotálamo y la glándula pituitaria, inhibiendo la producción y liberación de CRH y ACTH, respectivamente.

Los trastornos que afectan a los corticotrofos pueden causar desequilibrios hormonales y una serie de síntomas clínicos. Por ejemplo, un déficit de ACTH puede llevar a un déficit de cortisol (enfermedad de Addison), mientras que un exceso de ACTH puede provocar un aumento de los niveles de cortisol (síndrome de Cushing).

El polipéptido hipofisario activador de la adenilato-ciclasa, también conocido como corticotropina-like intermediate lobe peptide (CLIP) o α-melanocyte-stimulating hormone-related peptide, es una hormona neuropeptídica derivada del procesamiento postraduccional de la proopiomelanocortina (POMC). Es producida principalmente en el lóbulo intermedio de la glándula pituitaria.

El CLIP actúa como un activador de la adenilato ciclasa, una enzima que convierte el ATP en AMP cíclico, un segundo mensajero intracelular involucrado en diversas vías de señalización celular. Sin embargo, su función fisiológica específica y los mecanismos de acción aún no están completamente claros. Se ha sugerido que el CLIP puede desempeñar un papel en la regulación del sistema inmunológico y la homeostasis energética, aunque se necesitan más estudios para confirmar estas hipótesis.

Los glucocorticoides son una clase de corticoesteroides hormonales producidas naturalmente en el cuerpo por las glándulas suprarrenales. La más importante y conocida es el cortisol, que desempeña un papel crucial en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y lípidos, además de tener propiedades antiinflamatorias y antialérgicas.

Tienen efectos significativos sobre el sistema cardiovascular, nervioso, inmunológico y esquelético. Los glucocorticoides también se utilizan como medicamentos para tratar una variedad de condiciones, incluyendo enfermedades autoinmunes, asma, alergias, artritis reumatoide y ciertos tipos de cáncer.

El uso de glucocorticoides puede tener efectos secundarios importantes si se utilizan durante un largo período de tiempo o en dosis altas, como aumento de peso, presión arterial alta, diabetes, osteoporosis, cataratas y cambios en el estado de ánimo.

La aldosterona es una hormona steroide producida por la corteza suprarrenal, más específicamente en las glándulas adrenales. Esta hormona desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo, particularmente en la regulación de los niveles de sodio y potasio.

La aldosterona actúa sobre el riñón, aumentando la reabsorción de sodio y agua en la nefrona, mientras que incrementa la excreción de potasio. Esto lleva a un aumento del volumen sanguíneo y una elevación de la presión arterial.

La producción de aldosterona está controlada por el sistema renina-angiotensina-aldosterona, que se activa en respuesta a disminuciones en el flujo sanguíneo o en los niveles de sodio en la sangre. También puede ser estimulada por el estrés y por altos niveles de potasio en la sangre.

Un exceso de aldosterona, conocido como hiperaldosteronismo, puede conducir a un aumento en la presión arterial y a la pérdida de potasio, lo que puede causar debilidad muscular, calambres y arritmias cardíacas. Por otro lado, niveles bajos de aldosterona pueden llevar a desequilibrios electrolíticos y a una presión arterial baja.

El hipotálamo es una pequeña estructura situada en la base del cerebro, justo por encima del tallo encefálico. Es parte del sistema nervioso central y desempeña un papel crucial en muchas funciones corporales importantes, incluyendo el control de las emociones, la temperatura corporal, los ritmos circadianos, la liberación de hormonas y la homeostasis.

El hipotálamo está compuesto por varios grupos de neuronas que producen y secretan neurohormonas en la glándula pituitaria adyacente, lo que ayuda a regular las respuestas hormonales del cuerpo. También regula el apetito y la sed, controla los patrones de sueño-vigilia y procesa señales sensoriales relacionadas con el olfato y el gusto.

El hipotálamo está conectado a una variedad de estructuras cerebrales y recibe información sobre el estado interno del cuerpo, como los niveles de glucosa en sangre, la temperatura corporal y el equilibrio de líquidos. Utiliza esta información para mantener la homeostasis y garantizar que el cuerpo funcione correctamente.

La disfunción hipotalámica puede estar asociada con una variedad de trastornos médicos, incluyendo trastornos del sueño, trastornos alimentarios, enfermedades hormonales y trastornos del estado de ánimo.

La Dexametasona es un tipo de corticosteroide sintético que se utiliza en el tratamiento médico para reducir la inflamación y suprimir el sistema inmunológico. Se trata de una forma farmacéutica muy potente de la hormona cortisol, que el cuerpo produce naturalmente.

La dexametasona se utiliza en una variedad de aplicaciones clínicas, incluyendo el tratamiento de enfermedades autoinmunes, alergias, asma, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias del intestino, ciertos tipos de cáncer y trastornos endocrinos. También se utiliza a veces para tratar los edemas cerebrales y los síndromes de distress respiratorio agudo (SDRA).

Este medicamento funciona reduciendo la producción de substancias químicas en el cuerpo que causan inflamación. También puede suprimir las respuestas inmunes del cuerpo, lo que puede ser útil en el tratamiento de afecciones autoinmunes y alergias.

Como con cualquier medicamento, la dexametasona puede causar efectos secundarios, especialmente si se utiliza a largo plazo o en dosis altas. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen aumento de apetito, incremento de peso, acné, debilidad muscular, insomnio, cambios de humor y aumento de la presión arterial. Los efectos secundarios más graves pueden incluir infecciones, úlceras gástricas, cataratas, osteoporosis y problemas del sistema nervioso.

Es importante que la dexametasona se use solo bajo la supervisión de un médico capacitado, ya que el medicamento puede interactuar con otros fármacos y afectar diversas condiciones médicas preexistentes.

Las células caliciformes, también conocidas como células de mucina o células de Goblet, son un tipo de célula epitelial que secretora de mucinas. Se encuentran en los epitelios que recubren el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal. Estas células tienen la forma de un saco o copa invertida, lo que les da su nombre de "caliciformes".

La función principal de las células caliciformes es secretar mucina, un tipo de glucoproteína rica en carbohidratos que forma parte del moco. El moco ayuda a proteger y lubricar la superficie de los tejidos, atrapando partículas extrañas, microorganismos y otros contaminantes para que puedan ser eliminados del cuerpo.

En el tracto gastrointestinal, las células caliciformes se encuentran en mayor número en el intestino grueso y el colon, donde ayudan a mantener la humedad y proteger la mucosa intestinal de los ácidos digestivos y otras sustancias agresivas. En el tracto respiratorio, las células caliciformes secretan moco que atrapa partículas inhaladas y ayuda a mantener las vías respiratorias húmedas y limpias.

Las enfermedades que afectan a las células caliciformes pueden causar problemas como la sequedad de boca, nariz y garganta, así como trastornos digestivos y respiratorios. Algunas condiciones que involucran a estas células incluyen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis quística, el síndrome de Sjögren y diversas enfermedades inflamatorias intestinales.

Un adenoma cromófobo es un tipo raro de tumor ocre que se origina en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro. Este tipo de tumor se caracteriza por no producir melanina, una hormona que da color a los tejidos corporales, lo que le da el nombre de "cromófobo" (que significa "miedo al color").

Los adenomas cromófobos suelen ser benignos, pero pueden causar problemas de salud importantes debido a su proximidad a los nervios ópticos y al hipotálamo. Los síntomas más comunes incluyen dolores de cabeza, visión doble o borrosa, y trastornos hormonales que pueden afectar el crecimiento, la menstruación, el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.

El tratamiento de los adenomas cromófobos puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o terapia médica con medicamentos que ayuden a controlar el crecimiento del tumor y los síntomas asociados. El pronóstico depende del tamaño y la localización del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente.

Las Pruebas de Función Adreno-Hipofisaria se refieren a un conjunto de exámenes médicos que se utilizan para evaluar la función y la integridad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Este sistema endocrino regula varias respuestas importantes del cuerpo al estrés, como el equilibrio de electrolitos, la presión arterial y la respuesta metabólica.

Las pruebas pueden incluir:

1. La prueba de supresión con dexametasona, en la que se administra un corticosteroide sintético (dexametasona) durante varios días para evaluar la capacidad del cuerpo para suprimir la producción natural de cortisol.

2. La prueba de estimulación con ACTH, en la que se inyecta una hormona sintética (ACTH) para medir la respuesta de las glándulas suprarrenales y la producción de cortisol.

3. La prueba de liberación de CRH, en la que se administra una hormona liberadora de corticotropina (CRH) para evaluar la capacidad del hipotálamo para estimular la producción de ACTH y cortisol.

4. La prueba de metirapona, en la que se utiliza un fármaco (metirapona) para inhibir la producción de cortisol y medir la capacidad de la glándula pituitaria para responder a esta situación.

Estas pruebas pueden ayudar a diagnosticar trastornos del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, como enfermedades de Cushing y enfermedades de Addison, así como tumores hipofisarios y otras afecciones endocrinas.

La "zona fascicular" es un término médico que se utiliza en el campo de la histología y la neurofisiología. Se refiere a una región específica dentro del haz de fibras nerviosas (nervio) llamadas fascículos.

Más precisamente, la zona fascicular es la porción central de un fascículo, donde las fibras nerviosas se organizan en haces bien definidos y paralelos entre sí. Estas fibras están rodeadas por una capa de tejido conectivo llamada endoneurio, y los fascículos están separados entre sí por otra capa de tejido conectivo más densa llamada perineurio.

La zona fascicular es especialmente relevante en el contexto del sistema nervioso periférico, donde las lesiones o enfermedades que afectan a esta región pueden causar síntomas neurológicos específicos, como debilidad muscular o pérdida de sensibilidad. Por ejemplo, en la neuropatía diabética, los cambios degenerativos que ocurren en las fibras nerviosas y la disminución del suministro de sangre a la zona fascicular pueden contribuir al desarrollo de síntomas neurológicos.

La somatostatina es una hormona inhibitoria que se sintetiza y secreta principalmente por células neuroendocrinas especializadas en el sistema gastrointestinal (principalmente en el intestino delgado) y en el páncreas (por células delta en los islotes de Langerhans). También se produce en menor medida en otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central.

Tiene una función importante en la regulación de diversos procesos fisiológicos, especialmente en la inhibición de la secreción de varias hormonas, incluyendo la insulina, el glucagón, la gastrina, la secretina y la motilina. Además, también puede influir en la regulación de la presión arterial, el crecimiento celular y la respuesta inmunológica.

Existen dos formas principales de somatostatina, conocidas como SS-14 y SS-28, que difieren en su longitud y algunos de sus efectos biológicos. La forma más común, SS-14, tiene una vida media muy corta (aproximadamente 3 minutos) después de su liberación, lo que limita su alcance y duración de acción.

La somatostatina se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones clínicas, como la diabetes mellitus, los tumores neuroendocrinos y las enfermedades gastrointestinales, entre otras. Sus efectos inhibitorios sobre la secreción hormonal y otros procesos fisiológicos pueden ayudar a controlar los síntomas y complicaciones de estas enfermedades.

El hiperaldosteronismo es un trastorno hormonal en el que la glándula suprarrenal produce demasiada aldosterona, una hormona que ayuda a regular los niveles de sodio y potasio en su cuerpo. Este exceso de aldosterona hace que sus riñones aumenten la eliminación de potasio y retengan más sodio de lo necesario.

Hay dos tipos principales de hiperaldosteronismo: primario e indirecto (también llamado secundario). El hiperaldosteronismo primario, a veces llamado síndrome de Conn, es causado por un problema en la glándula suprarrenal misma, como un tumor (generalmente no canceroso) o una sobrecrecimiento (hiperplasia) de las células que producen aldosterona. El hiperaldosteronismo secundario suele ser el resultado de una afección subyacente que hace que los riñones envíen señales para producir más aldosterona, como la insuficiencia cardíaca congestiva, la enfermedad renal y la cirrosis hepática.

Los síntomas del hiperaldosteronismo pueden incluir debilidad muscular, fatiga, calambres en las piernas, ritmo cardíaco irregular y presión arterial alta. El tratamiento depende del tipo y la causa subyacente del hiperaldosteronismo. Puede incluir medicamentos para controlar los niveles de potasio y sodio en la sangre, cirugía para extirpar el tumor o reducir el tamaño de las glándulas suprarrenales, o medidas para tratar la afección subyacente que está causando el hiperaldosteronismo secundario.

Las neoplasias de las glándulas suprarrenales se refieren a un crecimiento anormal de tejido en las glándulas suprarrenales, que pueden ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Las glándulas suprarrenales son glándulas endocrinas pequeñas ubicadas encima de los riñones que producen varias hormonas importantes, como cortisol, aldosterona, y adrenalina.

Existen varios tipos de neoplasias de las glándulas suprarrenales, incluyendo:

1. Adenoma: es el tipo más común de tumor benigno de la glándula suprarrenal. Por lo general, no causa síntomas y se descubre accidentalmente durante exámenes de imagenología realizados por otras razones. Sin embargo, algunos adenomas pueden producir demasiadas hormonas, causando síndromes paraneoplásicos como el síndrome de Cushing o el síndrome de Conn.
2. Feocromocitoma: es un tumor que se origina en las células cromafines de la glándula suprarrenal y produce demasiadas cantidades de catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina. Los síntomas pueden incluir hipertensión arterial, taquicardia, sudoración, dolores de cabeza y ansiedad. Aproximadamente el 10% de los feocromocitomas son malignos.
3. Carcinoma suprarrenal: es un tumor maligno que se origina en las glándulas suprarrenales. Puede producir hormonas suprarrenales y causar síntomas relacionados con los niveles elevados de hormonas. Los síntomas pueden incluir hipertensión arterial, debilidad, pérdida de peso y dolor abdominal.
4. Neuroblastoma: es un tumor maligno que se origina en los ganglios nerviosos simpáticos y puede producir catecolaminas. Se presenta principalmente en niños menores de 5 años y puede metastatizar a otros órganos.

El diagnóstico de los tumores suprarrenales se realiza mediante la combinación de estudios de imagenología, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, y pruebas bioquímicas para evaluar la producción hormonal. El tratamiento depende del tipo y grado de malignidad del tumor y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o terapias dirigidas.

Un apudoma es un tipo raro de tumor que se origina en las células neuroendocrinas, también conocidas como células APUD. Estas células tienen la capacidad de captar y procesar aminas biogénicas y péptidos, y producir y secretar hormonas y otras sustancias bioactivas. Los apudomas pueden ocurrir en varios órganos y tejidos del cuerpo humano, incluyendo el intestino delgado, pulmones, glándulas suprarrenales y páncreas.

Los apudomas se clasifican según el tipo de célula APUD que afectan y la sustancia bioactiva que producen. Algunos ejemplos comunes de apudomas incluyen los tumores carcinoides, los feocromocitomas y los VIPomas. Los síntomas de un apudoma pueden variar ampliamente dependiendo del tipo y la ubicación del tumor, pero a menudo incluyen diarrea, dolor abdominal, presión arterial alta y enrojecimiento facial.

El tratamiento de los apudomas generalmente implica una combinación de cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia para destruir las células cancerosas restantes. La terapia hormonal también puede ser útil en algunos casos para controlar los síntomas asociados con la producción excesiva de hormonas por parte del tumor.

Los 11-hidroxicorticosteroides son hormonas esteroides producidas por la corteza suprarrenal. La forma más común y significativa es la cortisol, que es una hormona glucocorticoide con efectos importantes en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos, así como en la respuesta al estrés y la inflamación.

La producción de 11-hidroxicorticosteroides está regulada por el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal. La glándula pituitaria secreta la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que estimula a las glándulas suprarrenales para producir y secretar cortisol. El cortisol, a su vez, inhibe la liberación de ACTH, lo que ayuda a regular su propia producción en un proceso conocido como retroalimentación negativa.

Los niveles anormales de 11-hidroxicorticosteroides pueden estar asociados con diversas condiciones médicas, como enfermedades suprarrenales primarias o secundarias, trastornos del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal y síndrome de Cushing. La medición de los niveles de 11-hidroxicorticosteroides en sangre o saliva se puede utilizar como herramienta diagnóstica para ayudar a identificar estas condiciones.

El ácido gástrico es una solución fisiológica secretada por las glándulas del estómago, compuesta principalmente por ácido clorhídrico (HCl), así como por enzimas y otros componentes. Tiene un pH bajo, típicamente entre 1 y 3, lo que la convierte en una solución altamente ácida.

La función principal del ácido gástrico es ayudar a descomponer los alimentos durante el proceso de digestión, activando enzimas digestivas y destruyendo microorganismos que puedan estar presentes en los alimentos. También crea un ambiente ácido que facilita la absorción de ciertos nutrientes, como el hierro y el calcio.

Sin embargo, una producción excesiva o persistente de ácido gástrico puede causar problemas de salud, como úlceras pépticas, reflujo gastroesofágico y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Cuando esto sucede, pueden recetarse medicamentos que reduzcan la producción de ácido, como inhibidores de la bomba de protones e inhibidores de los receptores H2.

Las mucinas son grandes glicoproteínas que se encuentran en diversos tejidos y fluidos corporales, especialmente en las secreciones de las glándulas mucosas. Están compuestas por una parte proteica central, llamada apomucina, y oligosacáridos unidos a esta parte proteica, conocidos como glicanos.

Las mucinas desempeñan un papel importante en la protección de los tejidos y superficies corporales, ya que forman una capa viscosa y resbaladiza que ayuda a atrapar y eliminar agentes extraños, como bacterias y partículas inhaladas. También participan en procesos inflamatorios y cancerígenos, y su expresión puede alterarse en diversas enfermedades, incluyendo cánceres, fibrosis quística y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Las mucinas se clasifican en dos categorías principales: gel-formadoras y membrana-unidas. Las mucinas gel-formadoras, como la mucina MUC5AC y MUC5B, son producidas por células epiteliales y secretadas en forma de grandes cadenas poliméricas que forman una red viscosa y protectora. Por otro lado, las mucinas membrana-unidas, como la mucina MUC1, están unidas a la membrana celular y desempeñan funciones importantes en la comunicación celular y el reconocimiento de patógenos.

En resumen, las mucinas son glicoproteínas que se encuentran en diversos tejidos y fluidos corporales, y desempeñan un papel importante en la protección y defensa del cuerpo contra agentes extraños y enfermedades.

La hormona paratiroidea, también conocida como PTH (por sus siglas en inglés, Parathyroid Hormone), es una hormona peptídica producida y secretada por las glándulas paratiroides, que son cuatro pequeñas glándulas endocrinas ubicadas en el cuello, cerca del tiroides.

La función principal de la hormona paratiroidea es regular los niveles de calcio y fósforo en el torrente sanguíneo. Lo logra mediante la regulación de la absorción y excreción de calcio y fósforo en los intestinos, riñones y huesos.

La PTH aumenta los niveles de calcio en la sangre al:
1. Aumentar la reabsorción de calcio en los riñones.
2. Estimular la conversión de vitamina D inactiva a su forma activa, lo que a su vez facilita la absorción de calcio en el intestino.
3. Promover la liberación de calcio de los huesos al activar células osteoclastos, que descomponen la matriz ósea y liberan minerales en el torrente sanguíneo.

Por otro lado, la PTH reduce los niveles de fósforo en la sangre al inhibir su reabsorción en los riñones.

Los trastornos hormonales paratiroideos pueden causar hiperparatiroidismo (exceso de secreción de PTH) o hipoparatiroidismo (deficiencia de secreción de PTH), lo que puede dar lugar a diversas complicaciones de salud, como osteoporosis, cálculos renales y trastornos neuromusculares.

Las hormonas esteroides gonadales son un tipo específico de esteroides que se producen y secretan en los ovarios (en las mujeres) y los testículos (en los hombres). Desempeñan un papel crucial en el desarrollo y la función sexual, así como en el mantenimiento de varias características sexualmente dimórficas.

En las mujeres, las hormonas esteroides gonadales más importantes son los estrógenos y la progesterona. Los estrógenos desempeñan un papel clave en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios femeninos, como los senos y las caderas más anchas, así como en el mantenimiento del ciclo menstrual y la salud ósea. La progesterona también es importante para el mantenimiento del embarazo.

En los hombres, la hormona esteroide gonadal más importante es la testosterona. La testosterona desempeña un papel crucial en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios masculinos, como el vello facial y corporal, la voz más profunda y la masa muscular aumentada. También es importante para la producción de esperma y el mantenimiento de la salud ósea.

Los niveles anormales de hormonas esteroides gonadales pueden causar diversos problemas de salud, como el desarrollo sexual atípico, los trastornos menstruales, la infertilidad y los huesos débiles. El equilibrio adecuado de estas hormonas es importante para mantener la salud y el bienestar general.

Los receptores de melanocortina son un tipo de receptor acoplado a proteínas G que se activan por las melanocortinas, un grupo de péptidos que incluyen la alfa-melanocitina (α-MSH), la beta-melanocitina (β-MSH), la gamma-melanocitina (γ-MSH) y la adrenocorticotropina (ACTH).

Estos receptores desempeñan un papel importante en una variedad de procesos fisiológicos, como el control del apetito, el metabolismo energético, la pigmentación de la piel y el pelo, la respuesta al estrés y la función inmunológica.

Hay cinco subtipos de receptores de melanocortina conocidos en humanos, designados como MC1R a MC5R. Cada uno de ellos se expresa en diferentes tejidos y tiene diferentes funciones. Por ejemplo, el MC1R está involucrado en la regulación de la pigmentación de la piel y el pelo, mientras que el MC4R desempeña un papel importante en el control del apetito y el gasto energético.

Las mutaciones en los genes que codifican los receptores de melanocortina se han asociado con una variedad de trastornos, como la obesidad, la diabetes, la enfermedad de Cushing y diversos trastornos de la pigmentación.

El ARN mensajero (ARNm) es una molécula de ARN que transporta información genética copiada del ADN a los ribosomas, las estructuras donde se producen las proteínas. El ARNm está formado por un extremo 5' y un extremo 3', una secuencia codificante que contiene la información para construir una cadena polipeptídica y una cola de ARN policitol, que se une al extremo 3'. La traducción del ARNm en proteínas es un proceso fundamental en la biología molecular y está regulado a niveles transcripcionales, postranscripcionales y de traducción.

17-alfa-Hidroxiprogesterona es una hormona steroide producida por las glándulas suprarrenales y, en menor medida, por los ovarios y los testículos. Es un intermediario en la síntesis de otras hormonas steroideas, como el cortisol y los andrógenos.

En condiciones normales, las concentraciones de 17-alfa-Hidroxiprogesterona en la sangre son bajas y no suelen medirse rutinariamente. Sin embargo, se puede medir en determinadas situaciones clínicas, como por ejemplo en el diagnóstico y seguimiento de trastornos hormonales o enfermedades congénitas del metabolismo de las hormonas steroideas.

Un nivel elevado de 17-alfa-Hidroxiprogesterona puede indicar una sobreproducción de andrógenos o un déficit de la enzima 21-hidroxilasa, que está implicada en la síntesis del cortisol. Esta última situación se da en el síndrome de hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad genética que afecta al metabolismo de las hormonas steroideas y puede causar problemas de desarrollo sexual y crecimiento.

En definitiva, la 17-alfa-Hidroxiprogesterona es una hormona steroide con un papel intermedio en la síntesis de otras hormonas importantes para el organismo. Su medición puede ser útil en el diagnóstico y seguimiento de determinadas enfermedades hormonales o congénitas del metabolismo de las hormonas steroideas.

Las gonadotropinas hipofisarias son hormonas producidas y secretadas por la glándula pituitaria anterior (adenohipófisis) en el sistema endocrino. Estas hormonas desempeñan un papel crucial en la regulación del desarrollo y la función de los órganos reproductores, también conocidos como gónadas. Existen dos tipos principales de gonadotropinas hipofisarias:

1. Hormona folículoestimulante (FSH): La FSH estimula el crecimiento y la maduración de los folículos ováricos en las mujeres y la producción de espermatozoides en los hombres.

2. Hormona luteinizante (LH): La LH desencadena la ovulación en las mujeres, liberando el óvulo maduro del folículo ovárico. En los hombres, la LH estimula la producción de testosterona en los testículos.

La secreción de gonadotropinas hipofisarias está controlada por el eje hipotalámico-hipofisario. El hipotálamo produce y secreta hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que a su vez estimula la producción y secreción de FSH y LH en la adenohipófisis. Los niveles de estas hormonas se ven influenciados por factores como la edad, el sexo, los ciclos reproductivos y diversos estados patológicos.

Las neoplasias de la corteza suprarrenal se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la corteza de las glándulas suprarrenales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos se llaman adenomas, mientras que los tumores malignos se conocen como feocromocitomas o carcinomas de la corteza suprarrenal.

Los adenomas son el tipo más común de neoplasia suprarrenal y generalmente no causan síntomas a menos que produzcan hormonas excesivas. Los feocromocitomas, por otro lado, secretan catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina, lo que puede provocar hipertensión arterial, taquicardia, sudoración, temblores y ansiedad.

Los carcinomas de la corteza suprarrenal son raros pero muy graves. Se diseminan con frecuencia a otros órganos y tienden a tener un mal pronóstico. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, pérdida de peso y debilidad.

El diagnóstico de estas neoplasias suele implicar pruebas de imagen, como TC o RMN, junto con análisis de sangre y orina para medir los niveles hormonales. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia. La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de estos tumores.

El muestreo del seno petroso, también conocido como biopsia del seno petroso, es un procedimiento de diagnóstico invasivo que implica la extracción de una pequeña cantidad de tejido del seno petroso, una cavidad llena de aire en el hueso temporal del cráneo. Este procedimiento se realiza generalmente para ayudar a diagnosticar ciertos tipos de tumores cerebrales o enfermedades inflamatorias que afectan este área. El seno petroso contiene una rica vascularización y es un sitio común donde se pueden encontrar metástasis de cánceres originados en otras partes del cuerpo.

El procedimiento de muestreo del seno petroso se realiza mediante una cirugía guiada por imágenes, a menudo con la ayuda de un microscopio quirúrgico y equipos de neuronavigación. Durante el procedimiento, el cirujano hace una incisión en el cráneo para acceder al seno petroso. Luego, utiliza instrumentos especiales para extraer una muestra del tejido del seno. La muestra se envía a un patólogo para su análisis y determinar si contiene células cancerosas u otras anormalidades.

Es importante señalar que el muestreo del seno petroso es un procedimiento de alto riesgo que solo se realiza en centros médicos especializados y experimentados. Los posibles riesgos asociados con este procedimiento incluyen daño a los nervios craneales cercanos, hemorragia, infección y otros complicaciones relacionadas con la cirugía. Por lo tanto, el beneficio potencial de obtener una muestra de tejido para el diagnóstico y tratamiento debe sopesarse cuidadosamente contra los riesgos asociados con el procedimiento.

El estradiol es una forma primaria y potente de estrógeno, un tipo importante de sexo hormonal en humanos. Es secretado principalmente por los ovarios, aunque también puede ser producido en pequeñas cantidades por las glándulas suprarrenales y los tejidos grasos.

Estradiol desempeña un papel crucial en el desarrollo y mantenimiento de los órganos reproductivos femeninos y las características sexuales secundarias. También participa en la regulación del ciclo menstrual, la fertilidad y la salud ósea.

En los hombres, el estradiol se deriva principalmente de la conversión periférica del testosterona y desempeña un papel modulador más sutil en su fisiología, como afectar la densidad mineral ósea y el funcionamiento cognitivo.

Los niveles hormonales de estradiol varían fisiológicamente durante el ciclo menstrual en las mujeres y tienden a disminuir con la edad, especialmente después de la menopausia. Los desequilibrios o fluctuaciones anormales en los niveles de estradiol pueden estar asociados con diversos trastornos, como el síndrome de ovario poliquístico, la endometriosis, la osteoporosis y el cáncer de mama.

La Hormona Liberadora de Tirotropina (TRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que consiste en tres aminoácidos: glutamina, histidina e isoleucina. Es producida y secretada por el hipotálamo, una parte del sistema nervioso central, y desempeña un papel fundamental en la regulación de la homeostasis de nuestro cuerpo.

Más específicamente, la TRH es responsable de estimular la producción y secreción de la hormona tirotropina (TSH) desde la glándula pituitaria anterior. La TSH a su vez regula la función de la glándula tiroides, promoviendo la liberación de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4). Estas hormonas tiroideas desempeñan un papel crucial en el metabolismo celular, el crecimiento y desarrollo, y la diferenciación de células en todo el cuerpo.

Por lo tanto, la TRH es una hormona clave en la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, desempeñando un papel importante en la homeostasis endocrina y la salud general de un individuo.

La cortisona es un tipo de corticosteroide natural que el cuerpo produce en el sistema endocrino, específicamente en las glándulas suprarrenales. Tiene propiedades antiinflamatorias y también puede afectar al sistema inmunológico.

En la medicina, la cortisona se utiliza como un fármaco para tratar una variedad de condiciones que involucran inflamación, como el asma, la artritis reumatoide, la dermatitis y las enfermedades del tejido conectivo. Puede administrarse por vía oral, inyección o inhalación, dependiendo del problema de salud que se esté tratando.

Los efectos secundarios de la cortisona pueden incluir aumento de apetito y peso, dificultad para dormir, acné, debilidad muscular, cambios de humor y más vulnerabilidad a las infecciones. El uso prolongado o a dosis altas puede causar efectos secundarios más graves, como glaucoma, cataratas, osteoporosis, diabetes y supresión del sistema inmunológico.

Por lo tanto, la cortisona debe utilizarse bajo la supervisión cuidadosa de un médico para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios terapéuticos.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

Los expectorantes son un tipo de medicamento que se utiliza para tratar la tos productiva, es decir, aquella en la que se expulsan mucosidades o flemas. Estos fármacos ayudan a diluir y hacer menos espesas las secreciones bronquiales, facilitando su expulsión y aliviando los síntomas de la tos. Algunos ejemplos comunes de expectorantes incluyen el guaifenesina y la ambroxol. Es importante seguir las instrucciones del médico o farmacéutico al utilizar estos medicamentos, ya que un uso inadecuado puede empeorar los síntomas o causar efectos secundarios desagradables.

Los corticosteroides son una clase de esteroides que imitan las acciones de hormonas esteroides producidas naturalmente en el cuerpo humano por la glándula suprarrenal. Las hormonas corticosteroides más importantes son el cortisol y la aldosterona.

Los corticosteroides se utilizan en medicina para reducir la inflamación y suprimir el sistema inmunológico. Se recetan a menudo para tratar una variedad de condiciones, como asma, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias del intestino, psoriasis, dermatitis y otras afecciones autoinmunes o alérgicas.

Los corticosteroides pueden administrarse de varias maneras, incluyendo oralmente, inhalados, inyectados, tópicamente en la piel o por vía intravenosa. Los efectos secundarios de los corticosteroides pueden variar dependiendo de la dosis, duración del tratamiento y ruta de administración. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen aumento de apetito, acné, incremento de peso, debilidad muscular, insomnio, cambios de humor y presión arterial alta.

Aunque los corticosteroides pueden ser muy eficaces en el tratamiento de diversas afecciones, su uso a largo plazo puede causar efectos secundarios graves, como osteoporosis, diabetes, glaucoma y aumento del riesgo de infecciones. Por lo tanto, los médicos suelen recetar la dosis más baja posible durante el menor tiempo posible para minimizar los riesgos asociados con su uso.

La relación dosis-respuesta a drogas es un concepto fundamental en farmacología que describe la magnitud de la respuesta de un organismo a diferentes dosis de una sustancia química, como un fármaco. La relación entre la dosis administrada y la respuesta biológica puede variar según el individuo, la vía de administración del fármaco, el tiempo de exposición y otros factores.

En general, a medida que aumenta la dosis de un fármaco, también lo hace su efecto sobre el organismo. Sin embargo, este efecto no siempre es lineal y puede alcanzar un punto máximo más allá del cual no se produce un aumento adicional en la respuesta, incluso con dosis más altas (plateau). Por otro lado, dosis muy bajas pueden no producir ningún efecto detectable.

La relación dosis-respuesta a drogas puede ser cuantificada mediante diferentes métodos experimentales, como estudios clínicos controlados o ensayos en animales. Estos estudios permiten determinar la dosis mínima efectiva (la dosis más baja que produce un efecto deseado), la dosis máxima tolerada (la dosis más alta que se puede administrar sin causar daño) y el rango terapéutico (el intervalo de dosis entre la dosis mínima efectiva y la dosis máxima tolerada).

La relación dosis-respuesta a drogas es importante en la práctica clínica porque permite a los médicos determinar la dosis óptima de un fármaco para lograr el efecto deseado con un mínimo riesgo de efectos adversos. Además, esta relación puede ser utilizada en la investigación farmacológica para desarrollar nuevos fármacos y mejorar los existentes.

El núcleo hipotalámico paraventricular (PVN) es una estructura neural localizada en el hipocampo, que desempeña un rol crucial en la regulación de diversas funciones homeostáticas y comportamentales. Es parte del sistema nervioso autónomo y juega un papel importante en la secreción de hormonas relacionadas con el estrés, como la vasopresina y la corticotropina releasing hormone (CRH).

El PVN está compuesto por dos poblaciones neuronales distintas: los neurones magnocelulares y los neurones parvocelulares. Los primeros secretan hormonas neurohipofisarias, como la vasopresina y la oxitocina, en la eminencia media hipotalámica para su posterior liberación en el torrente sanguíneo. Por otro lado, los segundos producen y secretan neuropéptidos que controlan la función endocrina y autónoma, como la CRH, la somatostatina y la neurotensina.

Las neuronas del PVN están involucradas en una variedad de procesos fisiológicos, incluyendo el control de la presión arterial, la liberación de hormonas sexuales, la termorregulación, la saciedad y el control del apetito, así como la respuesta al estrés. La estimulación o daño en esta área puede resultar en diversas alteraciones endocrinas y autónomas, lo que refleja su importancia en el mantenimiento de la homeostasis.

La hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que se produce y secreta por el lóbulo anterior de la glándula hipófisis (una glándula endocrina localizada en el cerebro). Su función principal es estimular la producción y secreción de otra hormona, conocida como hormona del crecimiento (GH), también secretada por la hipófisis. La GHRH actúa sobre células específicas de la hipófisis llamadas somatotropos, induciendo su activación y desencadenando la producción e liberación de GH. A su vez, la hormona del crecimiento tiene un rol fundamental en diversos procesos fisiológicos, como el crecimiento y desarrollo durante la infancia y adolescencia, regulación del metabolismo energético, homeostasis glucídica y lipídica, entre otros. La GHRH es parte de un sistema complejo de retroalimentación negativa que regula la secreción de hormona del crecimiento, junto con otras hormonas y factores que modulan su acción, como la somatostatina y el factor de liberación de hormona del crecimiento (GHRF).

La cepa de rata Sprague-Dawley es una variedad comúnmente utilizada en la investigación médica y biológica. Fue desarrollada por los criadores de animales de laboratorio Sprague y Dawley en la década de 1920. Se trata de un tipo de rata albina, originaria de una cepa de Wistar, que se caracteriza por su crecimiento relativamente rápido, tamaño grande y longevidad moderada.

Las ratas Sprague-Dawley son conocidas por ser genéticamente diversas y relativamente libres de mutaciones espontáneas, lo que las hace adecuadas para un amplio espectro de estudios. Se utilizan en una variedad de campos, incluyendo la toxicología, farmacología, fisiología, nutrición y oncología, entre otros.

Es importante mencionar que, aunque sean comúnmente empleadas en investigación, las ratas Sprague-Dawley no son representativas de todas las ratas o de los seres humanos, por lo que los resultados obtenidos con ellas pueden no ser directamente aplicables a otras especies.

Las hormonas liberadoras de hormona hipofisaria, también conocidas como factores liberadores o hipotalámicos, son pequeñas moléculas peptídicas producidas por células neurosecretoras en el hipotálamo. Su función principal es regular la secreción de las hormonas hipofisiarias mediante un mecanismo de retroalimentación negativa. Estos péptidos viajan a través del sistema porta hipotalámico-hipofisario y se unen a receptores específicos en la adenohipófisis, estimulando o inhibiendo la producción y liberación de diversas hormonas hipofisiarias. Algunos ejemplos importantes de hormonas liberadoras de hormona hipofisaria incluyen:

1. TRH (Hormona liberadora de tirotropina): Estimula la liberación de TSH (hormona estimulante de la tiroides) desde la glándula pituitaria anterior.
2. GnRH (Hormona liberadora de gonadotropina): Regula la secreción de FSH (hormona folículo-estimulante) y LH (hormona luteinizante) desde la glándula pituitaria anterior, que a su vez controlan la función reproductora.
3. GHRH (Hormona liberadora de hormona del crecimiento): Estimula la producción e secreción de GH (hormona del crecimiento) desde la glándula pituitaria anterior, involucrada en el crecimiento y desarrollo.
4. CRH (Hormona liberadora de corticotropina): Regula la liberación de ACTH (hormona adrenocorticotrópica) desde la glándula pituitaria anterior, que controla la producción de hormonas esteroides en las glándulas suprarrenales.
5. SRIF (Somatostatina): Inhibe la liberación de GH y TSH (hormona estimulante de la tiroides) desde la glándula pituitaria anterior, actuando como un regulador negativo del crecimiento y desarrollo.
6. PRF (Prolactina-inhibidora): Inhibe la liberación de prolactina desde la glándula pituitaria anterior, controla la producción de leche materna durante la lactancia.

Los sistemas neurosecretores son estructuras anatómicas especializadas en el sistema nervioso central (SNC) que producen y secretan hormonas en el torrente sanguíneo. Estas hormonas luego viajan a través del cuerpo y actúan sobre tejidos diana para regular diversas funciones fisiológicas.

Existen dos sistemas neurosecretores principales:

1. Hipotálamo-hipofisario: Este sistema está formado por neuronas neurosecretoras localizadas en el hipotálamo, que sintetizan y secretan factores liberadores y inhibidores de hormonas hipofisarias. Estos factores se transportan a la glándula pituitaria posterior (neurohipófisis), donde se almacenan y secretan en respuesta a diferentes estímulos. Las hormonas liberadas por la neurohipófisis incluyen la oxitocina y la vasopresina, que participan en la regulación de la presión arterial, el volumen sanguíneo y el parto, entre otras funciones.

2. Sistema de glándulas endocrinas difusas: Este sistema está compuesto por neuronas neurosecretoras distribuidas a lo largo del tronco encefálico y la médula espinal. Estas células secretan neuropéptidos y otras moléculas que se liberan directamente al torrente sanguíneo desde sus axones terminales, sin pasar por un sistema de vascularización especializado. Los neuropéptidos desempeñan diversas funciones, como la modulación del dolor, el control del apetito y la regulación del sueño.

En resumen, los sistemas neurosecretores son estructuras anatómicas especializadas en el SNC que producen y secretan hormonas y otros factores reguladores en el torrente sanguíneo, desempeñando un papel crucial en la regulación de diversas funciones fisiológicas.

Las endorfinas son neurotransmisores peptídicos que se producen naturalmente en el cuerpo humano y actúan como analgésicos naturales y potenciadores del estado de ánimo. Se sintetizan en el hipocampo y la glándula pituitaria y se liberan en respuesta a estímulos dolorosos, estrés emocional intenso o durante situaciones placenteras como el ejercicio, el sexo o el consumo de alimentos agradables. Las endorfinas interactúan con los receptores opioides en el cerebro para reducir el dolor y generar sensaciones de bienestar y euforia. También están involucradas en diversos procesos fisiológicos, como la modulación del sistema inmunológico y la regulación del sueño y el apetito.

La testosterona es una hormona esteroide androgénica que desempeña un papel clave en el desarrollo y mantenimiento de varias características masculinas. Es producida principalmente por los testículos en los hombres, aunque también se produce en pequeñas cantidades en los ovarios y glándulas suprarrenales de las mujeres.

La testosterona es responsable del desarrollo de rasgos sexuales secundarios masculinos durante la pubertad, como el crecimiento del vello facial y corporal, la profundización de la voz, y el aumento de la masa muscular y ósea. También desempeña un papel importante en la producción de esperma, la libido, y la salud general del sistema reproductor masculino.

Además, la testosterona tiene efectos sobre la distribución de grasa corporal, el estado de ánimo y la cognición, y el crecimiento y mantenimiento de los músculos y huesos en ambos sexos. Los niveles normales de testosterona varían según la edad y el sexo, pero generalmente se encuentran entre 300 y 1,000 nanogramos por decilitro (ng/dL) en los hombres y entre 15 y 70 ng/dL en las mujeres.

Los bajos niveles de testosterona pueden causar una variedad de síntomas en los hombres, como disminución de la libido, fatiga, pérdida de masa muscular y huesos, y depresión. Por otro lado, niveles excesivamente altos de testosterona también pueden ser perjudiciales y estar asociados con problemas de salud como el crecimiento benigno de la próstata y el cáncer de próstata.

La hiperplasia es un crecimiento anormal o un aumento en el tamaño de un tejido u órgano debido a un aumento en el número de células, en contraposición al engrosamiento causado por un aumento del tamaño de las células (hipertrofia). La hiperplasia puede ser fisiológica o patológica. La fisiológica es una respuesta normal a los estímulos hormonales, mientras que la patológica es el resultado de procesos anormales como inflamación crónica, irritación o enfermedades. La hiperplasia benigna no es cancerosa y puede ser reversible si se trata la causa subyacente, pero la maligna puede evolucionar a un cáncer.

La arginina vasopresina, también conocida como hormona antidiurética (ADH), es una hormona peptídica que juega un papel crucial en la regulación del equilibrio de agua en el cuerpo. Es producida por las glándulas pituitarias posteriores y su liberación está controlada por la osmorregulación, es decir, la concentración de sodio en el plasma sanguíneo y el volumen de líquido extracelular.

La arginina vasopresina actúa en los riñones al unirse a receptores situados en el túbulo contorneado distal y el túbulo colector, lo que aumenta la permeabilidad al agua y promueve su reabsorción hacia la sangre. De esta manera, se reduce la cantidad de orina producida y se mantiene el equilibrio hídrico en el cuerpo.

Además de su función osmorreguladora, la arginina vasopresina también desempeña un papel importante en la regulación de la presión arterial al provocar la constricción de los vasos sanguíneos y aumentar la resistencia vascular periférica. Esto ayuda a mantener una presión arterial adecuada y a garantizar un flujo sanguíneo suficiente hacia los órganos vitales.

En resumen, la arginina vasopresina es una hormona peptídica que regula el equilibrio de agua en el cuerpo mediante la promoción de la reabsorción de agua en los riñones y la regulación de la presión arterial a través de la constricción de los vasos sanguíneos.

La gastrina es una hormona digestiva y un potente estimulante de la secreción gástrica de ácido clorhídrico (HCl). Se produce y se almacena en las células G del fondo del estómago y se libera en respuesta a la distensión del estómago y a la presencia de alimentos, especialmente proteínas. La gastrina también puede ser secretada por células neuroendocrinas diseminadas en todo el cuerpo.

Una vez liberada, la gastrina circula en la sangre y actúa sobre las células parietales del estómago para estimular la producción y secreción de HCl. También puede desempeñar un papel en la regulación del crecimiento y la proliferación celular en el estómago y en otros órganos digestivos.

Los niveles elevados de gastrina en sangre (hipergastrinemia) pueden ser el resultado de diversas condiciones, como la presencia de un tumor gástrico (gastrinoma), que produce y secreta excesivamente gastrina, o la existencia de una úlcera péptica crónica. Por otro lado, los niveles bajos de gastrina en sangre (hipogastrinemia) pueden estar asociados con condiciones como la extirpación quirúrgica del estómago (gastrectomía).

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