Combinaciones de sustancias diagnósticas o terapéuticas ligadas a sustancias inmunes específicas, como las INMUNOGLOBULINAS, ANTICUERPOS MONOCLONALES o ANTÍGENOS. A menudo, la sustancia diagnóstica o terapéutica es un radionucleido. Estos conjugados son herramientas útiles para el marcaje específico de MEDICAMENTOS y RADIOISÓTOPOS en la QUIMIOTERAPIA y RADIOINMUNOTERAPIA de ciertos cánceres.
Conjugados semisintéticos de varias moléculas tóxicas, incluyendo los ISÓTOPOS RADIACTIVOS y toxinas bacterianas o de plantas, con sustancias inmunes específicas como las INMUNOGLOBULINAS, ANTICUERPOS MONOCLONALES y ANTÍGENOS. La sustancia inmune antitumoral o antiviral lleva la toxina al tumor o a la célula infectada, donde ejerce su efecto tóxico.
Un macrólido ansa aislado de los arbustos Maytenus serrata y M. buchananii del este de Africa. Tiene actividad antineoplásica, probablemente debida a que inhibe la síntesis de ADN.
Proteínas sanguíneas cuyas actividades afectan o desempeñan un papel en el funcionamiento del sistema inmune.
Una clase de compuestos orgánicos que contienen una estructura de anillo hecha de más de un tipo de átomo, usualmente carbono más otro átomo. La estructura en anillo puede ser aromática o no aromática.
Isótopos inestables de itrio que se descomponen o desintegran emitiendo radiación. Los átomos de itrio con pesos atómicos 82-88 y 90-96, son isótopos radioactivos de itrio.
Radioterapia donde radionúclidos citotóxicos se enlazan a anticuerpos con el fin de distribuir directamente toxinas a los tumores diana. El tratamiento con radiación dirigida es mejor que los anticuerpos dirigidos a las toxinas (INMUNOTOXINAS) pues tiene la ventaja de que las células adyacentes al tumor, que no tienen las determinantes antigénicas apropiadas, pueden ser destruidas por radiación cruzada. La radioinmunoterapia es llamada a veces radioterapia a la diana, pero este último término puede referirse también a radionúclidos unidos a moléculas no inmunes (ver RADIOTERAPIA).
Los anticuerpos producidos por un solo clon de células.
Una prototoxina protéica obtenida de las semillas del Ricinus communis, la planta de ricino. Aglutina células, es proteolítico y provoca inflamación letal y hemorragia si se ingiere.
Isótopos inestables de cobre que se descomponen o desintegran emitiendo radiación. Los átomos de cobre con pesos atómicos 58-62, 64 y 66-68, son isótopos radioactivos de cobre.
Compuestos en anillo que tiene átomos diferentes del carbono en sus núcleos.
Isótopos inestables de indio que se descomponen o desintegran emitiendo radiación. Los átomos de indio con pesos atómicos 106-112, 113m, 114 y 116-124, son isótopos radioactivos de indio.
Moléculas parciales de inmunoglobulinas que proceden de la división selectiva por enzimas proteolíticas o son generadas por técnicas de INGENIERÍA DE PROTEINAS.
Transplante entre animales de diferentes especies.
Acumulación de una droga o sustancia química en varios órganos (incluyendo áquellos que no son relevantes para su acción farmacológica o terapeútica). Esta distribución depende de la tasa del flujo sanguíneo o o de perfusión del órgano, la capacidad de la droga para penetrar membranas, la especificidad tisular, la unión con proteínas. La distribución está generalmente expresada en tasas de tejido a plasma.
Manipulación del sistema inmune del hospedero en el tratamiento de enfermedades. Incluye tanto la inmunización activa y pasiva así como el tratamiento inmunosupresor para prevenir el rechazo.
Mutante de ratones homocigóticos para el gen recesivo "desnudo" en el que no se desarrolla el timo. Son útiles en estudios tumorales y en estudios de la respuesta inmune.
Transplante experimental, con fines investigativos, de neoplasias en animales de laboratorio.
Fármacos que son farmacológicamente inactivos pero que cuando se exponen a las radiaciones ultravioleta o a la luz solar se convierten en su metabolito activo, dando lugar a una reacción que beneficia al tejido afectado. Estos compuestos pueden administrarse por vía tópica o sistémica y se han utilizado para tratar la psoriasis y diversos tipos de neoplasias.
Principal clase de isotipo de inmunoglobulina en el suero humano normal. Existen algunas subclases del isotipo de IgG, como por ejemplo, IgG1, IgG2A e IgG2B.
Células cultivadas in vitro a partir de tejido tumoral. Si pueden establecerse como una LINEA CELULAR TUMORAL, pueden propagarse indefinidamente en cultivos celulares.
Moléculas de inmunoglobulinas que tienen una secuencia específica de aminoácidos en virtud de la que interactúan sólo con un antigeno (v. ANTÍGENOS), o algo muy similar, que induce su síntesis en las células de la serie linfoide (especialmente las CÉLULAS PLASMÁTICAS).
Crecimiento anormal y nuevo de tejido. Las neoplasias malignas muestran un mayor grado de anaplasia y tienen la propiedad de invasión y metástasis, comparados con las neoplasias benignas.
Una línea celular derivada de células de tumor cultivadas.
Lapso de viabilidad de una célula, caracterizado por la capacidad de realizar determinadas funciones tales como metabolismo, crecimiento, reproducción, alguna forma de respuesta y adaptabilidad.
Cultivos celulares establecidos que tienen el potencial de multiplicarse indefinidamente.
Descripciones de secuencias específicas de aminoácidos, carbohidratos o nucleótidos que han aparecido en lpublicaciones y/o están incluidas y actualizadas en bancos de datos como el GENBANK, el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), la Fundación Nacional de Investigación Biomédica (NBRF) u otros archivos de secuencias.

Los inmunoconjugados son moléculas híbridas diseñadas mediante la unión de un agente terapéutico, generalmente un fármaco citotóxico o una sustancia radiactiva, a un anticuerpo monoclonal específico que reconoce y se une a determinados antígenos presentes en las células tumorales. Estos inmunoconjugados aprovechan la capacidad de los anticuerpos para localizar y unirse selectivamente a células diana, lo que permite entregar el agente terapéutico directamente al sitio del objetivo, aumentando su eficacia y reduciendo los efectos secundarios sistémicos no deseados. Los inmunoconjugados se utilizan en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunitarias.

En resumen, un inmunoconjugado es una molécula híbrida formada por la combinación de un anticuerpo monoclonal y un agente terapéutico, que permite una entrega dirigida y selectiva del fármaco a células diana específicas.

Las inmunotoxinas son moléculas híbridas diseñadas mediante la fusión de un fragmento de anticuerpo (que reconoce y se une a específicamente a células diana) con una toxina bacteriana o vegetal. El objetivo de esta combinación es dirigir selectivamente la actividad tóxica hacia células tumorales, células infectadas o células específicas involucradas en enfermedades, mientras se minimiza el daño a otras células sanas.

El fragmento de anticuerpo reconoce y se une a un antígeno (una molécula presente en la superficie celular) que está presente en las células diana pero ausente o subrepresentado en las células no diana. Una vez que el complejo inmunotóxico se une a la célula diana, es internalizado mediante endocitosis y procesado dentro de los lisosomas celulares. Durante este proceso, la toxina se activa y altera la función celular, lo que resulta en la muerte de la célula diana.

Las inmunotoxinas han demostrado ser prometedoras en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunitarias, aunque aún se encuentran en fases tempranas de desarrollo clínico. Los principales desafíos en el uso de inmunotoxinas incluyen la reducción de su inmunogenicidad, mejorar su especificidad y eficacia, y minimizar los efectos secundarios sistémicos.

La maitansina, también conocida como antromicina D1 o roocinina, es un agente quimioterapéutico antineoplásico que se aísla de la actinobacteria Streptomyces caespitosus. Es un tipo de antibiótico que interfiere con la síntesis del ADN y el ARN de las células cancerosas, inhibiendo su crecimiento y multiplicación. Se utiliza en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, como el sarcoma de Ewing y el cáncer de mama avanzado. Sin embargo, su uso está limitado por su toxicidad, especialmente sobre el sistema cardiovascular y el tejido nervioso periférico.

Las inmunoproteínas, también conocidas como componentes del sistema inmune, son proteínas que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico de los organismos vivos. Ayudan en la respuesta inmunitaria y protegen al cuerpo contra sustancias extrañas o dañinas, como bacterias, virus, hongos y toxinas.

Existen diferentes tipos de inmunoproteínas, cada una con funciones específicas en el proceso de defensa del organismo:

1. Inmunoglobulinas (anticuerpos): Son proteínas producidas por células B para reconocer y unirse a sustancias extrañas, como antígenos, marcándolas para su destrucción por otras células inmunitarias.
2. Complemento: Es un grupo de aproximadamente 30 proteínas presentes en el plasma sanguíneo y los líquidos corporales. El sistema complemento se activa cuando se une a anticuerpos o directamente a antígenos, lo que resulta en la destrucción de células infectadas o la eliminación de complejos inmunes.
3. Interferones: Son proteínas producidas por células del sistema inmune en respuesta a la presencia de virus u otras sustancias extrañas. Los interferones ayudan a inhibir la replicación viral y desempeñan un papel importante en la comunicación entre células inmunes.
4. Citocinas: Son proteínas que actúan como mensajeros químicos entre las células del sistema inmune, regulando su crecimiento, diferenciación y función. Las citocinas incluyen interleucinas, factor de necrosis tumoral (TNF) y interferones.
5. Proteínas del sistema de histocompatibilidad: Son proteínas presentes en la superficie de las células que ayudan al sistema inmune a distinguir entre células propias y extrañas. Estas proteínas presentan antígenos a los linfocitos T, lo que desencadena una respuesta inmunitaria adaptativa.

El sistema inmunitario es crucial para mantener la homeostasis del cuerpo y protegerlo de patógenos invasores. Las células y moléculas involucradas en el sistema inmune trabajan juntas para detectar, neutralizar y eliminar amenazas potenciales, como bacterias, virus, hongos y parásitos. Además, el sistema inmune también desempeña un papel importante en la vigilancia contra células cancerosas y en la regulación de procesos inflamatorios y autoinmunes.

Los compuestos heterocíclicos con un anillo son moléculas orgánicas que contienen un anillo ciclado con al menos un átomo no de carbono, llamado heteroátomo, como nitrógeno, oxígeno o azufre. Estos compuestos se encuentran ampliamente en la naturaleza y desempeñan un papel importante en la química médica y farmacéutica debido a su diversa gama de actividades biológicas.

Algunos ejemplos comunes de compuestos heterocíclicos con un anillo incluyen pirrol, furano, tiofeno, piridina, pirimidina y oxazol, entre otros. Estas moléculas pueden actuar como building blocks en la síntesis de una variedad de compuestos más grandes y complejos, incluidos fármacos, pigmentos naturales y productos químicos industriales.

La estructura y propiedades electrónicas únicas de los compuestos heterocíclicos con un anillo pueden influir en su reactividad y selectividad, lo que los hace particularmente atractivos para la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos y materiales. Sin embargo, también pueden presentar desafíos en términos de síntesis y purificación, lo que requiere el uso de métodos especializados y técnicas de análisis avanzadas.

Los radioisótopos de itrio se refieren a las variedades inestables del itrio, un elemento químico con el símbolo Y y número atómico 39, que emiten radiación debido a su desintegración nuclear. Los isótopos radioactivos de itrio son producidos artificialmente en reactores nucleares o aceleradores de partículas y no se encuentran naturalmente en la corteza terrestre.

El itrio tiene varios isótopos radioactivos, siendo los más comunes el itrio-88, itrio-90 y itrio-91. El itrio-90 es uno de los productos de fisión más abundantes del uranio y plutonio en reactores nucleares y armas nucleares. Tiene una vida media de aproximadamente 64 horas y emite radiación beta con energías máximas de 2,28 MeV.

Debido a sus propiedades radiactivas, los radioisótopos de itrio se utilizan en diversas aplicaciones médicas, como marcadores en estudios de medicina nuclear y fuentes de radiación en tratamientos de cáncer. Sin embargo, su uso requiere precauciones especiales para protegerse contra la exposición a la radiación.

La radioinmunoterapia es un tratamiento oncológico combinado que utiliza radiación y terapia inmunológica. Implica la modificación de anticuerpos monoclonales (típicamente producidos en laboratorio) para transportar pequeñas cantidades de material radiactivo directamente a las células cancerosas, con el objetivo de destruirlas.

Este tratamiento se diseña específicamente para aprovechar la capacidad del sistema inmunológico del cuerpo para identificar y atacar células anormales. Los anticuerpos modificados se unen a las moléculas presentes en la superficie de las células cancerosas, lo que permite que el material radiactivo se acumule directamente en estas células, reduciendo así los daños colaterales a las células sanas.

La radioinmunoterapia ofrece una alternativa prometedora a los tratamientos convencionales de radiación y quimioterapia, ya que puede dirigirse específicamente a las células cancerosas, lo que reduce los efectos secundarios sistémicos y mejora la eficacia general del tratamiento. Sin embargo, como cualquier otro tratamiento médico, también conlleva riesgos potenciales y requiere un cuidadoso monitoreo por parte de profesionales médicos calificados.

Los anticuerpos monoclonales son un tipo específico de proteínas producidas en laboratorio que se diseñan para reconocer y unirse a determinadas sustancias llamadas antígenos. Se crean mediante la fusión de células de un solo tipo, o clon, que provienen de una sola célula madre.

Este proceso permite que todos los anticuerpos producidos por esas células sean idénticos y reconozcan un único antígeno específico. Los anticuerpos monoclonales se utilizan en diversas aplicaciones médicas, como la detección y el tratamiento de enfermedades, incluyendo cánceres y trastornos autoinmunes.

En el contexto clínico, los anticuerpos monoclonales pueden administrarse como fármacos para unirse a las células cancerosas o a otras células objetivo y marcarlas para su destrucción por el sistema inmunitario del paciente. También se utilizan en pruebas diagnósticas para detectar la presencia de antígenos específicos en muestras de tejido o fluidos corporales, lo que puede ayudar a confirmar un diagnóstico médico.

La ricina es una toxina proteica altamente tóxica que se encuentra en los granos de la planta Ricinus communis, comúnmente conocida como ricino. Esta toxina puede inhibir la síntesis de proteínas en las células al unirse e inactivar una subunidad crítica del ribosoma, el orgánulo celular donde ocurre la síntesis de proteínas. La ingestión, inhalación o exposición dérmica a ricina puede causar graves daños celulares y potencialmente la muerte. Los síntomas de intoxicación por ricina incluyen dolor abdominal, vómitos, diarrea, descenso de la presión arterial y shock, que pueden ocurrir dentro de las horas posteriores a la exposición. No existe un antídoto específico para la intoxicación por ricina, y el tratamiento se centra en el manejo de los síntomas y el soporte de las funciones vitales del cuerpo.

Los radioisótopos de cobre son isótopos inestables del cobre que emiten radiación. Los isótopos de cobre más comunes con propiedades radiactivas incluyen cobre-64, cobre-67 y cobre-60. Estos radioisótopos se utilizan en una variedad de aplicaciones médicas, como la medicina nuclear y la terapia de radiación. Por ejemplo, el cobre-64 se utiliza como un isótopo trazador en estudios de imágenes médicas, mientras que el cobre-67 se utiliza en el tratamiento del cáncer. El cobre-60 también se utiliza en la esterilización de equipos médicos y alimentos. Es importante manejar los radioisótopos con precaución debido a su capacidad de causar daño a los tejidos vivos y aumentar el riesgo de cáncer.

Los compuestos heterocíclicos son moléculas orgánicas que contienen un anillo cíclico de átomos, en el cual al menos uno de los átomos que forman el anillo es diferente a carbono y habitualmente es nitrógeno, oxígeno o azufre. Estos compuestos son de gran interés en química médica y farmacéutica, ya que muchos de ellos desempeñan un importante papel como fármacos, vitaminas y pigmentos naturales.

Algunos ejemplos comunes de compuestos heterocíclicos incluyen la nicotina (un alcaloide presente en el tabaco), la morfina (un potente analgésico derivado del opio), la penicilina (un antibiótico) y la hemoglobina (una proteína que transporta oxígeno en la sangre).

La estructura y propiedades químicas de los compuestos heterocíclicos pueden variar ampliamente dependiendo del número y tipo de átomos presentes en el anillo, lo que a su vez puede influir en su actividad farmacológica. Por esta razón, la síntesis y caracterización de nuevos compuestos heterocíclicos sigue siendo un área activa de investigación en química médica y farmacéutica.

Los radioisótopos de indio se refieren a ciertas formas radiactivas del elemento químico indio. El indio tiene varios isótopos, algunos de los cuales son estables y no radiactivos, mientras que otros son inestables y se descomponen espontáneamente emitiendo radiación. Los radioisótopos de indio se crean artificialmente en reactores nucleares o aceleradores de partículas y tienen aplicaciones en medicina, industria y ciencia.

El isótopo de indio más común utilizado en medicina es el indio-111 (111In), que se utiliza como un agente radioactivo en varias pruebas diagnósticas, especialmente en la imagenología médica. Se une a ciertas proteínas y moléculas para formar compuestos radiofarmacéuticos que se inyectan en el cuerpo del paciente. Estos compuestos luego viajan a través del torrente sanguíneo y se acumulan en los tejidos objetivo, donde emiten radiación gamma que puede ser detectada por equipos de imagenología médica, como las gammacámaras.

El indio-111 tiene una vida media de aproximadamente 2,8 días, lo que significa que se descompone gradualmente durante este tiempo. La radiación emitida por el isótopo es relativamente baja en energía y puede ser controlada y monitorizada de manera segura en un entorno médico.

Otro radioisótopo de indio utilizado en la investigación científica es el indio-113m (113mIn), que tiene una vida media más corta de aproximadamente 1,7 horas. Se utiliza como un agente de contraste en estudios de imágenes médicas y también se ha investigado su uso en terapias radiactivas para el tratamiento del cáncer.

En resumen, los radioisótopos de indio son importantes herramientas en la medicina y la investigación científica, ya que permiten la visualización y el seguimiento de procesos biológicos y fisiológicos dentro del cuerpo humano. Sin embargo, su uso requiere un cuidadoso manejo y monitoreo para garantizar la seguridad y la eficacia del tratamiento o la investigación.

Los fragmentos de inmunoglobulinas, también conocidos como fragmentos de anticuerpos, son regiones proteolíticas específicas de las moléculas de inmunoglobulina (anticuerpos) que se generan mediante la escisión enzimática. Las inmunoglobulinas están compuestas por dos cadenas pesadas y dos cadenas ligeras, unidas por puentes disulfuro. Cada cadena pesada y ligera contiene una región variable (V) responsable de la unión al antígeno y regiones constantes (C).

Existen dos tipos principales de fragmentos de inmunoglobulinas:

1. Fragmentos Fab: Estos se forman mediante la escisión enzimática de las moléculas de inmunoglobulina por una enzima llamada papaina, que divide la molécula en dos mitades iguales. Cada fragmento Fab contiene un dominio variable (V) y un dominio constante (C) de una cadena ligera y un dominio constante (C) de una cadena pesada. Cada fragmento Fab es funcionalmente activo y se une a un epítopo específico del antígeno.

2. Fragmentos Fc: Estos se forman mediante la escisión enzimática de las moléculas de inmunoglobulina por una enzima llamada pepsina, que divide la molécula en fragmentos más pequeños. El fragmento Fc está compuesto por los dominios constantes de ambas cadenas pesadas y es responsable de las propiedades efectoras de las inmunoglobulinas, como la unión a receptores celulares y la activación del sistema complementario.

Los fragmentos de inmunoglobulinas se utilizan en diversas aplicaciones médicas y de investigación, como la terapia con anticuerpos monoclonales, la detección de antígenos y la determinación de la estructura y función de las inmunoglobulinas.

Un trasplante heterólogo, también conocido como alotrasplante, se refiere a un procedimiento médico en el que se transplanta tejido u órganos de un donante genéticamente diferente al receptor. Esto contrasta con un trasplante autólogo, en el que el tejido o el órgano se obtienen del propio paciente.

Los trasplantes heterólogos pueden ser de dos tipos:

1. Trasplante alogénico: Se realiza entre individuos de la misma especie pero con diferencias genéticas, como un trasplante de riñón o de hígado entre dos personas no idénticas.
2. Trasplante xenópico: Se realiza entre individuos de diferentes especies, como un trasplante de corazón de cerdo a humano.

Debido a las diferencias genéticas entre el donante y el receptor en los trasplantes heterólogos, existe un mayor riesgo de rechazo del injerto por parte del sistema inmunológico del receptor. Por lo tanto, es necesario un tratamiento inmunosupresor a largo plazo para prevenir este rechazo y garantizar la supervivencia del tejido trasplantado.

La distribución tisular, en el contexto médico y farmacológico, se refiere al proceso por el cual un fármaco o cualquier sustancia se dispersa a través de los diferentes tejidos y compartimentos del cuerpo después de su administración. Este término está relacionado con la farmacocinética, que es el estudio de cómo interactúan los fármacos con los organismos vivos.

La distribución tisular depende de varios factores, incluyendo las propiedades fisicoquímicas del fármaco (como su liposolubilidad o hidrosolubilidad), el flujo sanguíneo en los tejidos, la unión a proteínas plasmáticas y los procesos de transporte activo o difusión.

Es importante mencionar que la distribución tisular no es uniforme para todos los fármacos. Algunos se concentran principalmente en tejidos específicos, como el hígado o los riñones, mientras que otros pueden atravesar fácilmente las barreras biológicas (como la barrera hematoencefálica) y alcanzar concentraciones terapéuticas en sitios diana.

La medición de la distribución tisular puede realizarse mediante análisis de muestras de sangre, plasma u orina, así como mediante técnicas de imagenología médica, como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la resonancia magnética nuclear (RMN). Estos datos son esenciales para determinar la dosis adecuada de un fármaco y minimizar los posibles efectos adversos.

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento médico que involucra el uso de sustancias para ayudar a reforzar o restaurar las funciones del sistema inmunitario del cuerpo. El objetivo principal de la inmunoterapia es mejorar la capacidad del organismo para combatir enfermedades, especialmente los tumores cancerosos y diversas afecciones médicas como las alergias y las enfermedades autoinmunitarias.

En el contexto del cáncer, la inmunoterapia se utiliza a menudo para designar tratamientos que aprovechan el sistema inmunitario natural del cuerpo para identificar y destruir células cancerosas. Estos tratamientos pueden implicar la administración de anticuerpos monoclonales, vacunas contra el cáncer, fármacos que inhiben las vías reguladoras inmunes o terapias celulares como los linfocitos T adoptivamente transferidos.

En resumen, la inmunoterapia es una estrategia de tratamiento médico que aprovecha el poder del sistema inmunitario para combatir enfermedades y mejorar la salud de los pacientes.

Los Ratones Desnudos, también conocidos como Rattus nudeicus, son un tipo de roedor originario de Australia que se utiliza comúnmente en investigación biomédica. Su nombre proviene de su peculiar apariencia, ya que carecen de pelo y gran parte de la piel es transparente, lo que permite observar directamente los órganos y tejidos debajo de la superficie.

Este rasgo se debe a una mutación genética espontánea descubierta en la década de 1960. Los ratones desnudos son especialmente útiles en estudios relacionados con la inmunología, la genética y la oncología, ya que tienen un sistema inmunitario deficiente y desarrollan tumores espontáneamente con mayor frecuencia que los ratones convencionales.

Además, son propensos a desarrollar enfermedades autoinmunes y presentan una alta susceptibilidad a las infecciones microbianas, lo que los convierte en modelos ideales para investigar diversas patologías y probar nuevos tratamientos.

Cabe mencionar que, aunque carecen de pelo, los ratones desnudos no son completamente inmunes al frío, por lo que se mantienen en condiciones controladas de temperatura y humedad en los laboratorios para garantizar su bienestar.

Un trasplante de neoplasias, también conocido como trasplante de tumores, es un procedimiento médico experimental en el que las células cancerosas de un paciente se extraen, se tratan in vitro para debilitar o eliminar su capacidad de dividirse y crecer (a menudo mediante radioterapia o quimioterapia), y luego se reimplantan en el mismo paciente. La idea detrás de este procedimiento es que las células tumorales tratadas pueden estimular el sistema inmunológico del cuerpo para montar una respuesta inmune más fuerte contra el cáncer original.

Sin embargo, esta técnica sigue siendo controvertida y no está ampliamente aceptada o utilizada debido a los riesgos asociados, como la posibilidad de que las células tumorales reimplantadas vuelvan a crecer y formar nuevos tumores. Además, los avances en la inmunoterapia contra el cáncer, como los inhibidores de punto de control inmunitario y los CAR-T, han ofrecido alternativas más prometedoras para aprovechar el sistema inmunológico del cuerpo en la lucha contra el cáncer.

Por lo tanto, es importante tener en cuenta que el trasplante de neoplasias sigue siendo un campo de investigación activo y no se considera una opción de tratamiento rutinaria o recomendada para la mayoría de los pacientes con cáncer.

Los fármacos fotosensibilizantes son aquellos medicamentos que, después de ser absorbidos y metabolizados por el organismo, pueden absorber la luz y transferir esta energía a otras moléculas cercanas, particularmente a las moléculas de oxígeno, lo que lleva a la producción de especies reactivas de oxígeno. Estas especies reactivas pueden dañar los tejidos y desencadenar reacciones adversas en la piel y los ojos, especialmente cuando el individuo está expuesto a la luz solar o artificial.

Los efectos fotosensibilizantes de los fármacos pueden clasificarse en dos categorías principales: fototóxicos y fotoalérgicos. La fototoxicidad es una respuesta directa y dosis-dependiente a la luz, que puede causar inflamación, eritema, edema y vesículas en la piel expuesta. Por otro lado, la fotoalergia es una respuesta inmunológica retardada e independiente de la dosis, que implica la producción de anticuerpos específicos contra los complejos formados entre el fármaco y las moléculas de oxígeno activadas por la luz. Esta respuesta puede provocar erupciones cutáneas, prurito, edema y otras reacciones inflamatorias en la piel expuesta a la luz.

Algunos ejemplos de fármacos fotosensibilizantes incluyen antibióticos (como tetraciclinas, fluoroquinolonas y sulfonamidas), antiinflamatorios no esteroides (como naproxeno y ketoprofeno), diuréticos (como furosemida y hidroclorotiazida), antihistamínicos (como difenhidramina y clorfeniramina), y antidepresivos (como amitriptilina y fluoxetina). Además, algunos medicamentos utilizados en quimioterapia, como doxorrubicina y vinblastina, también pueden actuar como fotosensibilizantes.

Es importante tener en cuenta que la fotosensibilización puede ocurrir en individuos con diferentes niveles de exposición a la luz solar o artificial, y que los síntomas pueden variar en intensidad y duración dependiendo del fármaco, la dosis y la duración del tratamiento, así como de las características individuales de cada persona, como su tipo de piel, edad y estado de salud general. Por lo tanto, es recomendable que los pacientes informen a sus médicos sobre cualquier reacción adversa que experimenten después de tomar un medicamento, especialmente si implica la exposición a la luz solar o artificial. Además, se sugiere evitar la exposición excesiva a la luz solar o utilizar protectores solares y ropa adecuada para minimizar el riesgo de fotosensibilización.

La Inmunoglobulina G (IgG) es un tipo de anticuerpo, una proteína involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. Es el tipo más común de anticuerpos encontrados en el torrente sanguíneo y es producida por células B plasmáticas en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria).

La IgG se caracteriza por su pequeño tamaño, solubilidad y capacidad de cruzar la placenta. Esto último es particularmente importante porque proporciona inmunidad pasiva a los fetos y recién nacidos. La IgG desempeña un papel crucial en la neutralización de toxinas, la aglutinación de bacterias y virus, y la activación del complemento, un sistema de proteínas que ayuda a eliminar patógenos del cuerpo.

Hay cuatro subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) que difieren en su estructura y función específicas. Las infecciones bacterianas y virales suelen inducir respuestas de IgG, lo que hace que este tipo de anticuerpos sea particularmente importante en la protección contra enfermedades infecciosas.

Las "Células Tumorales Cultivadas" son células cancerosas que se han extraído de un tumor sólido o de la sangre (en el caso de leucemias) y se cultivan en un laboratorio para su estudio y análisis. Esto permite a los investigadores y médicos caracterizar las propiedades y comportamientos de las células cancerosas, como su respuesta a diferentes fármacos o tratamientos, su velocidad de crecimiento y la expresión de genes y proteínas específicas.

El cultivo de células tumorales puede ser útil en una variedad de contextos clínicos y de investigación, incluyendo el diagnóstico y pronóstico del cáncer, la personalización del tratamiento y el desarrollo de nuevos fármacos y terapias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las células cultivadas en un laboratorio pueden no comportarse exactamente igual que las células cancerosas en el cuerpo humano, lo que puede limitar la validez y aplicabilidad de los resultados obtenidos en estudios in vitro.

Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a la presencia de sustancias extrañas o antígenos, como bacterias, virus, toxinas o incluso células cancerosas. Están diseñados para reconocer y unirse específicamente a estos antígenos, marcándolos para su destrucción por otras células inmunes.

Existen cinco tipos principales de anticuerpos en el cuerpo humano, designados IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. Cada tipo tiene un papel específico en la respuesta inmune:

* IgG: Es el tipo más común de anticuerpo y proporciona inmunidad a largo plazo contra bacterias y virus. También cruza la placenta, brindando protección a los bebés no nacidos.
* IgM: Es el primer tipo de anticuerpo en producirse en respuesta a una nueva infección y actúa principalmente en la fase aguda de la enfermedad. También se une fuertemente al complemento, una proteína del plasma sanguíneo que puede destruir bacterias directamente o marcarlas para su destrucción por otras células inmunes.
* IgA: Se encuentra principalmente en las membranas mucosas, como la nariz, los pulmones, el tracto gastrointestinal y los genitourinarios. Ayuda a prevenir la entrada de patógenos en el cuerpo a través de estas vías.
* IgD: Se encuentra principalmente en la superficie de células B inmaduras y desempeña un papel en su activación y diferenciación en células plasmáticas, que producen anticuerpos.
* IgE: Desempeña un papel importante en las reacciones alérgicas y parasitarias. Se une fuertemente a los mastocitos y basófilos, dos tipos de células inmunes que liberan histamina e otras sustancias químicas inflamatorias cuando se activan.

En resumen, los anticuerpos son proteínas importantes del sistema inmunitario que ayudan a neutralizar y eliminar patógenos invasores, como bacterias y virus. Existen cinco tipos principales de anticuerpos (IgG, IgM, IgA, IgD e IgE), cada uno con funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

Neoplasia es un término médico que se refiere al crecimiento anormal y excesivo de tejido en el cuerpo, lo que resulta en la formación de una masa o tumor. Este crecimiento celular descontrolado puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso).

Las neoplasias benignas suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por lo general, pueden ser extirpadas quirúrgicamente y rara vez representan un peligro para la vida. Ejemplos de neoplasias benignas incluyen lipomas (tumores grasos), fibromas uterinos y pólipos intestinales.

Por otro lado, las neoplasias malignas tienen el potencial de invadir tejidos adyacentes y propagarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o circulatorio, un proceso conocido como metástasis. Estos tipos de neoplasias pueden ser altamente agresivos y dañinos, pudiendo causar graves complicaciones de salud e incluso la muerte. Ejemplos de neoplasias malignas incluyen carcinomas (cánceres que se originan en los tejidos epiteliales), sarcomas (cánceres que se originan en el tejido conectivo) y leucemias (cánceres de la sangre).

El diagnóstico y tratamiento tempranos de las neoplasias son cruciales para garantizar los mejores resultados posibles en términos de salud y supervivencia del paciente.

Una línea celular tumoral es una población homogénea y estable de células cancerosas que se han aislado de un tejido tumoral original y se cultivan en condiciones controladas en un laboratorio. Estas líneas celulares se utilizan ampliamente en la investigación oncológica para estudiar los procesos biológicos del cáncer, probar fármacos y desarrollar terapias antitumorales. Las células de una línea celular tumoral tienen la capacidad de dividirse indefinidamente en cultivo y mantener las características moleculares y fenotípicas del tumor original, lo que permite a los científicos realizar experimentos reproducibles y comparar resultados entre diferentes estudios. Las líneas celulares tumorales se obtienen mediante diversas técnicas, como la biopsia, la cirugía o la autopsia, y posteriormente se adaptan a las condiciones de cultivo en el laboratorio.

La supervivencia celular se refiere a la capacidad de las células para continuar viviendo y funcionando normalmente, incluso en condiciones adversas o estresantes. Esto puede incluir resistencia a fármacos citotóxicos, radiación u otros agentes dañinos. La supervivencia celular está regulada por una variedad de mecanismos, incluyendo la activación de rutas de reparación del ADN, la inhibición de apoptosis (muerte celular programada) y la promoción de la autofagia (un proceso de reciclaje celular). La supervivencia celular es un concepto importante en oncología, donde las células cancerosas a menudo desarrollan resistencia a los tratamientos contra el cáncer. También es relevante en el contexto de la medicina regenerativa y la terapia celular, donde el objetivo puede ser mantener la supervivencia y función de las células trasplantadas.

Una línea celular es una población homogénea de células que se han originado a partir de una sola célula y que pueden dividirse indefinidamente en cultivo. Las líneas celulares se utilizan ampliamente en la investigación biomédica, ya que permiten a los científicos estudiar el comportamiento y las características de células específicas en un entorno controlado.

Las líneas celulares se suelen obtener a partir de tejidos o células normales o cancerosas, y se les da un nombre específico que indica su origen y sus características. Algunas líneas celulares son inmortales, lo que significa que pueden dividirse y multiplicarse indefinidamente sin mostrar signos de envejecimiento o senescencia. Otras líneas celulares, sin embargo, tienen un número limitado de divisiones antes de entrar en senescencia.

Es importante destacar que el uso de líneas celulares en la investigación tiene algunas limitaciones y riesgos potenciales. Por ejemplo, las células cultivadas pueden mutar o cambiar con el tiempo, lo que puede afectar a los resultados de los experimentos. Además, las líneas celulares cancerosas pueden no comportarse de la misma manera que las células normales, lo que puede dificultar la extrapolación de los resultados de los estudios in vitro a la situación en vivo. Por estas razones, es importante validar y verificar cuidadosamente los resultados obtenidos con líneas celulares antes de aplicarlos a la investigación clínica o al tratamiento de pacientes.

Los Datos de Secuencia Molecular se refieren a la información detallada y ordenada sobre las unidades básicas que componen las moléculas biológicas, como ácidos nucleicos (ADN y ARN) y proteínas. Esta información está codificada en la secuencia de nucleótidos en el ADN o ARN, o en la secuencia de aminoácidos en las proteínas.

En el caso del ADN y ARN, los datos de secuencia molecular revelan el orden preciso de las cuatro bases nitrogenadas: adenina (A), timina/uracilo (T/U), guanina (G) y citosina (C). La secuencia completa de estas bases proporciona información genética crucial que determina la función y la estructura de genes y proteínas.

En el caso de las proteínas, los datos de secuencia molecular indican el orden lineal de los veinte aminoácidos diferentes que forman la cadena polipeptídica. La secuencia de aminoácidos influye en la estructura tridimensional y la función de las proteínas, por lo que es fundamental para comprender su papel en los procesos biológicos.

La obtención de datos de secuencia molecular se realiza mediante técnicas experimentales especializadas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la secuenciación de ADN y las técnicas de espectrometría de masas. Estos datos son esenciales para la investigación biomédica y biológica, ya que permiten el análisis de genes, genomas, proteínas y vías metabólicas en diversos organismos y sistemas.

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