Arresto del desarrollo dental localizado que parece afectar más comúnmente a los dientes anteriores, usualmente hacia uno de los lados de la línea media, más a menudo los incisivos maxilares centrales y laterales. En las radiografías, los dientes tienen una apariencia fantasmal. Pueden encontrarse calcificación y fragmentos de esmalte en la pulpa y el esmalte es delgado y en partes está ausente .
Diente que no irrumpe en la secuencia normal o el intervalo de tiempo esperado para el tipo de diente, en un determinado género, edad o grupo poblacional.
Cualquiera del par de huesos de forma irregular que forman la mandíbula superior. El hueso maxilar proporciona los alveolos dentales para la fijación de la dentadura superior, forma parte de la ÓRBITA, y contiene el SENO MAXILAR.

La odontodisplasia es un término general que se utiliza en odontología y medicina dental para describir una condición anormal del desarrollo de los dientes. Se caracteriza por una alteración en la forma, el tamaño, la posición o la estructura de uno o más dientes.

Existen diferentes tipos de odontodisplasias, siendo la más común la odontodisplasia regional (ORD), también conocida como síndrome de Ghost tooth (diente fantasma). La ORD afecta el desarrollo de los dientes en una región específica de la boca, generalmente la mandíbula inferior. Los dientes afectados pueden presentarse más pequeños, con formas anormales y con un color diferente al de los dientes sanos. A menudo, estos dientes también se ven afectados en su capacidad de erupcionar normalmente, lo que puede resultar en la falta de erupción (diente retenido) o una erupción parcial.

La causa exacta de la odontodisplasia no está del todo clara, aunque se cree que puede estar relacionada con trastornos vasculares, infecciones, traumatismos o exposición a radiación durante el desarrollo dental. En algunos casos, la condición puede estar asociada con síndromes genéticos o enfermedades sistémicas.

El tratamiento de la odontodisplasia depende del tipo y la gravedad de la afección. Puede incluir la extracción de los dientes afectados, la colocación de implantes dentales o el uso de ortodoncia para corregir la posición de los dientes. Es importante que las personas con odontodisplasia reciban atención dental regular y supervisión por parte de un profesional dental calificado para garantizar un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Un diente no erupcionado, también conocido como diente impactado o retenido, se refiere a un diente que no ha penetrado en la boca en el tiempo esperado durante el proceso de erupción dental. Normalmente, los dientes temporales comienzan a aparecer alrededor de los 6 meses de edad y continúan hasta los 2-3 años. Los dientes permanentes generalmente comienzan a erupcionar aproximadamente a los 6 u 8 años y el proceso continúa hasta la adolescencia.

Cuando un diente no logra erupcionar en su tiempo normal, podría deberse a varias razones. A veces, no hay suficiente espacio en la mandíbula para que el diente erupcione correctamente. Otras veces, los tejidos circundantes pueden obstruir el camino del diente. El diente también puede estar inclinado o torcido de tal manera que impide su erupción.

Los dientes no erupcionados pueden ser asintomáticos y descubiertos solo durante exámenes dentales de rutina. Sin embargo, en algunos casos, pueden causar dolor, infección o dañar los dientes adyacentes. El tratamiento depende de la gravedad de la situación y puede incluir extracción quirúrgica del diente no erupcionado o ayudarlo a erupcionar mediante procedimientos ortodóncicos.

Es importante mencionar que el término 'diente no erupcionado' es diferente al de 'dientes retenidos', que se refiere a los dientes temporales (de leche) que no se han caído en el momento en que deberían haberlo hecho, impidiendo así la erupción de los dientes permanentes.

El maxilar es una parte fundamental del sistema esquelético y es considerado parte del esqueleto facial. Se trata de un hueso impar, medio y simétrico, que está presente en dos piezas en los seres humanos: el maxilar superior (maxilla) y el maxilar inferior (mandíbula).

El maxilar superior es parte de la cavidad nasal y bucal. Forma la bóveda palatina o techo duro del paladar, contribuye a formar las paredes laterales de las órbitas oculars (cavidades donde se encuentran los ojos) y participa en la formación del suelo de la cavidad orbitaria. Además, el maxilar superior tiene una serie de procesos y crestas que sirven como punto de unión para músculos y ligamentos faciales. También contiene las cuencas donde se alojan los dientes superiores.

El maxilar inferior, por otro lado, es la única parte del cráneo que puede moverse, ya que está articulado con el temporal a través del cóndilo y la cavidad glenoidea, permitiendo así la apertura y cierre de la boca, además de los movimientos laterales y protrusivos. El maxilar inferior también contiene las cuencas para los dientes inferiores y tiene una robusta sínfisis mentoniana en su parte anterior.

En resumen, el maxilar es un hueso fundamental del sistema esquelético que forma partes importantes de la cara y la cavidad oral, alojando los dientes y facilitando funciones como la masticación, la deglución y la fonación.

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