Periplaneta
Cucarachas
Arginina Quinasa
Insectos
La palabra "Periplaneta" se refiere específicamente a un género de insectos pertenecientes a la familia Blattidae, más comúnmente conocidos como cucarachas. El género Periplaneta incluye algunas de las especies de cucarachas más comunes y ampliamente distribuidas en el mundo, entre ellas:
1. Periplaneta americana: La cucaracha americana, también conocida como cucaracha marrón o palo, es una de las especies de cucarachas más grandes y ampliamente distribuidas en el mundo. Originaria del trópico, ahora se encuentra en muchos lugares cálidos y húmedos en todo el mundo.
2. Periplaneta australasiae: La cucaracha australiana o cucaracha de gama grande es originaria de Australia y Nueva Guinea, pero ahora tiene una distribución cosmopolita. Es una especie nocturna y se encuentra principalmente en áreas urbanas y suburbanas.
3. Periplaneta brunnea: La cucaracha marrón o cucaracha de luto es originaria del sudeste asiático, pero ahora tiene una distribución mundial. Se encuentra principalmente en áreas costeras y portuarias.
4. Periplaneta filiginella: La cucaracha filipina o cucaracha de Madagascar es originaria del sudeste asiático, pero ahora se distribuye ampliamente en otras regiones tropicales y subtropicales.
Las cucarachas Periplaneta son conocidas por su comportamiento nocturno, hábitos alimenticios omnívoros y alta resistencia a los ambientes adversos. Pueden transmitir varias enfermedades humanas y desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas.
En la medicina, las cucarachas no tienen una definición específica como en otras áreas de la biología o la entomología. Sin embargo, es relevante mencionar que las cucarachas pueden actuar como vectores mecánicos de diversos agentes patógenos, ya que pueden transportar microorganismos en su exterior o incluso dentro de sus cuerpos y contaminar alimentos, superficies y equipamiento en hospitales o hogares. Algunas personas también pueden experimentar reacciones alérgicas a las secreciones y excrementos de cucarachas. Por lo tanto, su presencia en ambientes domésticos o clínicos puede representar un riesgo para la salud pública y es un motivo de preocupación en el campo de la medicina preventiva y la salud ambiental.
La hemolinfa es un tipo de fluido corporal que se encuentra en la mayoría de los artrópodos, excluyendo a los quelicerados (que incluyen al ácaro y al escorpión). Es análogo a la sangre en los vertebrados, ya que desempeña funciones similares, como el transporte de nutrientes, hormonas y células inmunes por todo el cuerpo.
La hemolinfa se encuentra dentro del hemocele, un espacio cerrado entre el tejido epitelial y el exoesqueleto. A diferencia de la sangre en los mamíferos, la hemolinfa está directamente involucrada en el proceso de intercambio de gases, ya que participa en la difusión de oxígeno y dióxido de carbono entre los tejidos y el medio ambiente.
Además, la hemolinfa también desempeña un papel importante en el sistema inmunitario de los artrópodos, ya que contiene células sanguíneas especializadas llamadas hemocitos, que ayudan a combatir las infecciones y a reparar los tejidos dañados.
Es importante destacar que la composición de la hemolinfa puede variar significativamente entre diferentes grupos de artrópodos, dependiendo de su dieta, hábitat y otras características específicas.
La Arginina Quinasa (AK) es una enzima que participa en el ciclo de la urea y se encarga de catalizar la reacción en la que el grupo fosfato de un ATP se transfiere al grupo amino de la arginina, produciendo L-arginina fosfato y ADP. Este proceso es importante para la eliminación del exceso de nitrógeno en el organismo, especialmente en aquellos animales que obtienen su nitrógeno a partir de la dieta, como los mamíferos. La arginina fosfato puede ser luego hidrolizada por una fosfatasa para liberar energía y regenerar la arginina.
La AK es una enzima regulada finamente, ya que su actividad está controlada por varios factores, como la concentración de sustratos y productos, la disponibilidad de ATP y la presencia de moduladores alostéricos. Además, la expresión génica de la AK también puede ser regulada a nivel transcripcional y traduccional en respuesta a diferentes estímulos.
La deficiencia de Arginina Quinasa se ha asociado con diversas patologías, como la hiperammonemia, la encefalopatía hepática y la citrulinemia, entre otras. Por lo tanto, el correcto funcionamiento de esta enzima es esencial para mantener la homeostasis del nitrógeno y la salud general del organismo.
De acuerdo con la medicina, los insectos no tienen un rol directo en la definición o el diagnóstico de enfermedades. Sin embargo, en un contexto más amplio de salud pública, los insectos, especialmente los mosquitos, las pulgas, las garrapatas y las chinches, se consideran vectores biológicos importantes ya que pueden transmitir diversos patógenos (como virus, bacterias o parásitos) al ser humano y causar enfermedades como malaria, fiebre amarilla, encefalitis, dengue, leishmaniasis, Lyme, fiebre de las Montañas Rocosas, y tiñosa entre otras.
La medicina veterinaria también presta atención a los insectos como posibles portadores de enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que pueden transmitirse entre animales y humanos, como la peste bubónica o la fiebre Q.
Además, algunos insectos pueden causar reacciones alérgicas en humanos, especialmente a través de picaduras o exposición a heces de cucarachas, lo que puede desencadenar asma, rinitis y dermatitis atópica.
Los conductos salivales son pequeños tubos o canalículos que transportan la saliva desde las glándulas salivales hasta la boca. Existen varios tipos de glándulas salivales en el cuerpo humano, como las glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales, cada una con sus propios conductos respectivos.
La glándula parótida produce la mayor parte de la saliva y desemboca en la boca a través del conducto de Stensen o conducto parotideo. Este conducto se abre directamente en la cavidad oral, cerca de la mejilla y los molares superiores.
La glándula submandibular produce aproximadamente un tercio de la saliva y drena a través del conducto de Wharton o conducto submandibular. Este conducto desemboca en el piso de la boca, justo detrás de los incisivos inferiores.
Por último, las glándulas sublinguales producen una pequeña cantidad de saliva y drenan a través de varios conductos pequeños llamados conductos de Rivinus o conductos de Bartholin. Estos conductos desembocan en la parte inferior de la boca, debajo de la lengua.
Las glándulas salivales y sus conductos desempeñan un papel importante en la digestión, ya que ayudan a mantener la boca húmeda y facilitan el proceso de masticación, tragado y digestión de los alimentos.