Reflujo Biliar
Reflujo Duodenogástrico
Reflujo Gastroesofágico
Bilis
Ácidos y Sales Biliares
Síndromes Posgastrectomía
Gastritis
Esófago de Barrett
Esófago
Anastomosis en-Y de Roux
Enfermedades de las Vías Biliares
Conductos Biliares
Estómago
Jugo Gástrico
Esofagitis Péptica
Mucosa Gástrica
Antro Pilórico
Metaplasia
Reflujo Laringofaríngeo
Helicobacter pylori
Infecciones por Helicobacter
Monitorización del pH Esofágico
Resina de Colestiramina
Resinas de Intercambio Aniónico
Alilamina
Resinas de Intercambio Iónico
Enciclopedias como Asunto
El reflujo biliar, también conocido como regurgitación biliar o síndrome de reflujo biliar, es un trastorno en el que el contenido ácido de la vesícula biliar fluye hacia atrás o "refluja" hacia el estómago e incluso hasta el esófago. Normalmente, la vesícula bílis se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas. Sin embargo, ciertos factores pueden hacer que la válvula que separa el estómago del duodeno (la primera parte del intestino delgado) se relaje inapropiadamente, permitiendo que la bilis fluya hacia atrás.
Los síntomas más comunes del reflujo biliar incluyen dolor abdominal superior derecho, indigestión, náuseas, eructos y en ocasiones vómitos con bilis amarilla o verde. A diferencia del reflujo gastroesofágico, que generalmente se acompaña de acidez estomacal, el reflujo biliar rara vez causa acidez estomacal porque la bilis no es ácida. Sin embargo, la exposición prolongada de la mucosa del esófago a la bilis puede causar inflamación y daño, lo que lleva a síntomas como dolor torácico, tos crónica e incluso sangrado.
El reflujo biliar puede ocurrir en personas sanas ocasionalmente, especialmente después de comer alimentos grasosos. Sin embargo, cuando los síntomas son frecuentes o graves, pueden indicar un problema subyacente que requiere atención médica. Las causas comunes del reflujo biliar incluyen cirugía gástrica previa, úlceras pépticas, enfermedad del hígado, colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar) y trastornos de motilidad gastrointestinal. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como evitar alimentos grasosos, perder peso y dejar de fumar, así como medicamentos para reducir la producción de ácido estomacal o neutralizar el ácido existente. En casos graves, se puede considerar la cirugía para corregir el problema subyacente.
El reflujo duodenogástrico (RDG) se refiere al flujo retrógrado de contenidos gastrointestinales del duodeno hacia el estómago. Normalmente, el esfínter pilórico, una válvula muscular en la parte inferior del estómago, previene este tipo de reflujo. Sin embargo, ciertas condiciones o factores pueden causar que esta válvula se relaje inapropiadamente, permitiendo que el contenido duodenal, que es menos ácido que el contenido gástrico, fluya hacia el estómago.
El RDG puede ser asintomático o puede causar síntomas como ardor de estómago, indigestión y regurgitación de alimentos. A diferencia del reflujo gastroesofágico (RGE), donde el ácido gástrico fluye hacia el esófago, el RDG rara vez causa complicaciones graves como úlceras o estenosis esofágicas. Sin embargo, en algunos casos, el RDG puede estar asociado con enfermedades como la dispepsia funcional y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. El diagnóstico del RDG generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología o monitorización de la presión esfinteriana. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos que reduzcan la acidez gástrica o, en casos graves, cirugía.
El reflujo gastroesofágico (RGE) es un trastorno digestivo común en el que el contenido del estómago, especialmente los ácidos gástricos, fluye hacia atrás desde el estómago hacia el esófago, produciendo una variedad de síntomas desagradables. Normalmente, después de ingerir alimentos, un anillo muscular llamado esfínter esofágico inferior (EEI) se relaja para permitir que los alimentos pasen al estómago y luego se cierra para evitar que el contenido gástrico regrese al esófago.
En las personas con RGE, este mecanismo de cierre falla, lo que resulta en el reflujo del ácido gástrico hacia el esófago. Los síntomas más comunes del RGE incluyen:
1. Regurgitación ácida: sentir que los alimentos o líquidos regresan a la garganta o boca, a menudo con un sabor amargo o agrio.
2. Acidez estomacal: sensación de ardor o dolor en el pecho, especialmente después de comer, acostarse o agacharse.
3. Disfagia (dificultad para tragar): sensación de que los alimentos se atascan en la garganta o el pecho.
4. Dolor torácico: dolor en el pecho que puede confundirse con síntomas de enfermedades cardíacas.
5. Tos crónica: tos persistente sin causa aparente, especialmente por la noche.
6. Ronquera o ronquidos: inflamación e irritación de las cuerdas vocales debido al reflujo ácido.
7. Asma: en algunos casos, el RGE puede desencadenar síntomas de asma, como sibilancias y dificultad para respirar.
El RGE se diagnostica mediante una combinación de historial clínico, examen físico y pruebas adicionales, como endoscopia, pH-metría o manometría esofágica. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos para reducir la acidez y, en casos graves, cirugía.
La bilis es una sustancia digestiva de color amarillo-verdoso, verde o marrón que produce el hígado y almacena en la vesícula biliar. Ayuda a descomponer las grasas y eliminar los desechos del cuerpo durante la digestión. La bilis consiste en agua, sales, fosfolipidos, colesterol y pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina). Cuando se libera de la vesícula biliar en el intestino delgado, la bilis descompone los lípidos en pequeñas gotitas, lo que facilita su absorción. La bilirrubina es un pigmento amarillo-marrón formado a partir de la hemoglobina descompuesta y se elimina del cuerpo a través de las heces después de ser procesada por el hígado.
Los ácidos biliares y las sales biliares son componentes importantes de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis se libera en el intestino delgado durante la digestión para ayudar a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que puedan ser absorbidas por el cuerpo.
Los ácidos biliares son derivados del colesterol y se producen en el hígado. Se almacenan en la vesícula biliar como sales biliares, que son formas iónicas de los ácidos biliares que se han combinado con sodio, potasio o calcio. Cuando se libera la bilis en el intestino delgado, las sales biliares se convierten de nuevo en ácidos biliares para desempeñar su función digestiva.
Los ácidos biliares ayudan a descomponer las grasas al actuar como emulsionantes, es decir, reducen la tensión superficial entre el agua y las gotitas de grasa, lo que permite que las enzimas lipásicas accedan más fácilmente a las moléculas de grasa y las descompongan en ácidos grasos más pequeños y glicerol.
Después de la digestión, la mayoría de los ácidos biliares se reabsorben en el intestino delgado y vuelven al hígado a través del torrente sanguíneo para su reciclaje. Este proceso se conoce como circulación enterohepática de los ácidos biliares. Algunos ácidos biliares, sin embargo, pueden perderse en las heces y ser reemplazados por la producción de nuevos ácidos biliares en el hígado.
Las sales biliares desempeñan un papel importante en la absorción de las vitaminas liposolubles A, D, E y K, así como en la eliminación de colesterol y otras sustancias no deseadas del cuerpo a través de las heces.
Los trastornos del sistema digestivo, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la cirrosis hepática o la enfermedad celíaca, pueden alterar la composición y el equilibrio de los ácidos biliares y las sales biliares, lo que puede dar lugar a síntomas como diarrea, dolor abdominal, flatulencia y malabsorción de nutrientes.
El término 'síndromes posgastrectomía' se refiere a un conjunto de complicaciones y trastornos que pueden ocurrir después de una gastrectomía, que es la extirpación quirúrgica total o parcial del estómago. Hay varios síndromes distintos que pueden desarrollarse después de una gastrectomía, dependiendo de la extensión de la cirugía y otros factores.
Aquí hay algunos ejemplos de síndromes posgastrectomía:
1. Síndrome de Dumping: Este síndrome ocurre cuando el contenido del estómago se vacía demasiado rápido en el intestino delgado después de una gastrectomía. Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, debilidad, mareos, sudoración y taquicardia, especialmente después de comer alimentos altos en carbohidratos o azúcares simples.
2. Síndrome del Intestino Irritable: Después de una gastrectomía, algunas personas pueden experimentar síntomas como dolor abdominal, hinchazón, distensión y cambios en el hábito intestinal, lo que puede ser difícil de distinguir del síndrome de dumping.
3. Síndrome de Malabsorción: La extirpación parcial o total del estómago puede afectar la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes importantes, como vitaminas y minerales. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales y síntomas como fatiga, debilidad, anemia y pérdida de peso.
4. Síndrome del Reflujo Gastroesofágico: Después de una gastrectomía, algunas personas pueden experimentar reflujo ácido o acidez estomacal, especialmente si se extirpó la parte inferior del esófago durante la cirugía.
5. Síndrome de Disfunción Diarréica: Algunas personas pueden experimentar diarrea crónica después de una gastrectomía, especialmente si tienen un trastorno intestinal subyacente como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal.
En general, las personas que se han sometido a una gastrectomía pueden experimentar una variedad de síntomas y complicaciones relacionadas con la cirugía. Es importante trabajar con un equipo médico capacitado para abordar estos problemas y garantizar una buena calidad de vida después de la cirugía.
La gastritis es un término médico que describe la inflamación del revestimiento del estómago (mucosa gástrica). Puede ser causada por varios factores, incluyendo infecciones bacterianas (como la causada por Helicobacter pylori), uso de ciertos medicamentos (particularmente antiinflamatorios no esteroides o AINEs), consumo excesivo de alcohol, tabaco, estrés extremo, enfermedades autoinmunes y trastornos de la sangre.
Los síntomas más comunes son dolor abdominal superior, náuseas, vómitos, eructos, pérdida de apetito y plenitud después de comer pequeñas cantidades de alimentos. En casos graves o crónicos, la gastritis puede conducir a úlceras gástricas, anemia y, en raras ocasiones, cáncer de estómago. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una endoscopia y biopsia del tejido gástrico, junto con pruebas de laboratorio para detectar la presencia de H. pylori u otras posibles causas. El tratamiento depende de la causa subyacente; puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos para reducir la acidez y combatir la infección, si está presente.
El Esófago de Barrett es una afección en la que el revestimiento del esófago, el tubo que conecta la garganta con el estómago, se transforma en tejido similar al revestimiento del estómago. Esta condición suele ser provocada por el reflujo ácido crónico y puede aumentar el riesgo de cáncer de esófago. La definición médica precisa podría ser: "Esófago de Barrett se caracteriza por la metaplasia columnar especializada en la mucosa distal del esófago, desencadenada generalmente por el reflujo gastroesofágico crónico y potencialmente precancerosa".
El esófago, en términos médicos, es la tubo muscular flexible que se extiende desde la parte posterior de la garganta hasta el estómago. Tiene aproximadamente 25 cm de largo en los adultos y desciende por detrás de la tráquea en el tórax y pasa a través del diafragma para conectar con el estómago en el abdomen. Su función principal es transportar el bolo alimenticio desde la boca hasta el estómago durante el proceso de deglución o swallowing. Es parte del sistema digestivo y está compuesto por varias capas de tejido, incluyendo músculo liso y mucosa. También contiene glándulas que producen moco para lubricar el paso de los alimentos.
El reflujo vesicoureteral (VUR) es un trastorno en el que la orina fluye desde la vejiga hacia los uréteres y posiblemente hacia los riñones. Normalmente, la orina fluye desde los riñones a través de los uréteros hasta la vejiga, pero no en dirección opuesta. El reflujo vesicoureteral puede ocurrir en uno o ambos uréteres y puede variar en gravedad.
Este flujo retrógrado de orina puede provocar infecciones del tracto urinario (ITUs) porque las bacterias presentes en la vejiga pueden viajar hacia los riñones. La gravedad del reflujo y la frecuencia con que ocurren las ITUs determinan el tratamiento, que puede incluir antibióticos para prevenir infecciones y, en algunos casos, cirugía para corregir el problema.
El reflujo vesicoureteral se diagnostica mediante ecografías, estudios de flujo urodinámico o un examen llamado VCUG (voiding cystourethrogram), en el que se inyecta un tinte líquido en la vejiga a través de una sonda y se toman radiografías mientras la persona orina para ver si el líquido fluye hacia los uréteres.
La anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica utilizada en diversos procedimientos, como la gastrojejunostomía o la duodenojejunostomía. Consiste en la creación de una configuración en forma de "Y" al unir el extremo distal del intestino delgado (yeyuno) con el extremo proximal del intestino delgado o con el estómago, después de haber dividido previamente el intestino delgado.
Este tipo de anastomosis se realiza mediante la sutura o grapado de los extremos intestinales o gástricos, formando una unión en forma de "Y". La rama más corta de la "Y" se une al estómago o al yeyuno proximal, mientras que las ramas más largas se unen entre sí.
La anastomosis en Y de Roux se utiliza con frecuencia en cirugías bariátricas para tratar la obesidad mórbida, ya que desvía el flujo del alimento y restringe su volumen, lo que contribuye a la pérdida de peso. También se emplea en la cirugía oncológica para tratar ciertos tipos de cáncer gastrointestinales, como el cáncer gástrico o el cáncer duodenal, con el fin de interrumpir la continuidad del tracto gastrointestinal y evitar la propagación del tumor.
En definitiva, la anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica que permite la unión de dos extremos intestinales o gástricos, creando una configuración en forma de "Y". Tiene diversas aplicaciones clínicas y se utiliza principalmente en cirugías bariátricas y oncológicas.
Las enfermedades de las vías biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema de conductos que transportan la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para su absorción.
Estas enfermedades pueden causar inflamación, infección, obstrucción o daño a los conductos biliares y al tejido circundante. Algunas de las enfermedades de las vías biliares más comunes incluyen:
1. Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar, un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y concentra la bilis. La colecistitis puede ser aguda o crónica y suele estar asociada a la presencia de cálculos biliares.
2. Coledocolitiasis: Presencia de cálculos en el conducto colédoco, el principal conducto que transporta la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. Los cálculos pueden causar obstrucción y provocar dolor abdominal intenso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e infección.
3. Colangitis: Inflamación del conducto colédoco y los conductos biliares más pequeños que drenan la bilis desde el hígado. La colangitis puede ser causada por una infección, un cálculo o una obstrucción en los conductos biliares.
4. Cirrosis biliar primaria: Trastorno crónico y progresivo que daña los conductos biliares más pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis en el hígado y la destrucción del tejido hepático. La cirrosis biliar primaria puede causar ictericia, fatiga, dolor abdominal y, finalmente, insuficiencia hepática.
5. Colangiocarcinoma: Cáncer que se desarrolla en el conducto colédoco o en los conductos biliares más pequeños. El colangiocarcinoma es una enfermedad rara pero agresiva que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.
El tratamiento de las enfermedades del conducto biliar depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, terapia con medicamentos o procedimientos endoscópicos. En algunos casos, el trasplante de hígado puede ser una opción de tratamiento para las enfermedades avanzadas y graves del conducto biliar.
La manometría es un procedimiento diagnóstico utilizado en medicina que mide la presión dentro de los conductos huecos del cuerpo, como el esófago, el estómago, el intestino delgado y grueso, así como los canales biliares y urinarios. Se utiliza a menudo para evaluar problemas funcionales gastrointestinales, como el reflujo gastroesofágico, la disfunción esfinteriana, los trastornos motores intestinales y el síndrome del intestino irritable.
En una manometría, se introduce un catéter delgado a través de la nariz o la boca hasta el área que necesita ser evaluada. El catéter tiene sensores que miden la presión a diferentes longitudes a lo largo de su superficie. Durante el procedimiento, el paciente puede ser preguntado para realizar ciertas acciones, como tragar o cambiar de posición, mientras se registra la presión. Esta información ayuda a los médicos a evaluar cómo funciona el músculo liso en el área y a diagnosticar cualquier problema.
La manometría es una prueba segura y generalmente bien tolerada por los pacientes. Sin embargo, puede causar algunas molestias leves, como la sensación de náuseas o dolor de garganta después del procedimiento. Los riesgos asociados con la manometría son mínimos, pero pueden incluir sangrado, perforación o infección en raras ocasiones.
Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado. Su función principal es transportar la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen.
Hay dos tipos principales de conductos biliares:
1. El conducto biliar común: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde la vesícula biliar y el conducto colédoco hasta el intestino delgado.
2. El conducto colédoco: Es un conducto más pequeño que se une al conducto biliar común y transporta la bilis desde el hígado hasta el conducto biliar común.
La bilis contiene sales biliares, colesterol, fosfolipidos, pigmentos biliares y otras sustancias. Cuando la bilis llega al intestino delgado, las sales biliares ayudan a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que pueden ser absorbidas fácilmente por el cuerpo. Los pigmentos biliares dan a las heces su color característico marrón.
Si los conductos biliares se bloquean o se dañan, puede causar problemas de salud como colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), coledocolitiasis (piedras en el conducto colédoco), pancreatitis (inflamación del páncreas) o ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
El estómago, en términos anatómicos y médicos, es un órgano hueco muscular localizado en la parte superior del abdomen. Forma parte del sistema digestivo y su función principal es la de secretar enzimas y ácidos para descomponer los alimentos que consumimos, transformándolos en una sustancia líquida llamada quimo, el cual luego pasa al intestino delgado para continuar con la absorción de nutrientes. Tiene forma de saco o jota y está situado entre el esófago y el duodeno, primera porción del intestino delgado. Su capacidad varía según la ingesta, pero en reposo mide alrededor de 50 cm3 y puede expandirse hasta los 1500 cm3 después de una comida copiosa.
El jugo gástrico es una solución ácida y enzimática secretada por las glándulas situadas en la mucosa del estómago. Su función principal es participar en la digestión de los alimentos, específicamente la descomposición de proteínas en péptidos más pequeños gracias a la enzima pepsina y la disgregación de la materia ingerida mediante la acción del ácido clorhídrico. La composición del jugo gástrico incluye, además de agua, sales minerales, enzimas y mucina, que protege la mucosa gástrica contra la acción erosiva del ácido clorhídrico. La producción de jugo gástrico está regulada por el sistema nervioso autónomo y diversas hormonas gastrointestinales.
La esofagitis péptica es una afección inflamatoria del esófago, generalmente causada por la reflujo del contenido gástrico ácido al esófago. Esta enfermedad ocurre más comúnmente en personas con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) crónica, una afección en la que el ácido estomacal regurgita hacia el esófago. La esofagitis péptica puede provocar síntomas como dolor torácico, dificultad para tragar y úlceras en el revestimiento del esófago. En casos graves, puede causar complicaciones como estenosis esofágica (un estrechamiento del esófago) o sangrado. El tratamiento generalmente implica medicamentos que reducen la producción de ácido estomacal, como inhibidores de la bomba de protones o bloqueadores H2, y cambios en el estilo de vida, como evitar alimentos desencadenantes y elevar la cabecera de la cama. En casos más graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
La mucosa gástrica es la membrana mucosa que reviste el interior del estómago. Se compone de epitelio, tejido conectivo y glándulas gástricas. El epitelio es un epitelio simple columnar con células caliciformes (células que secretan moco) y células parietales (células que secretan ácido clorhídrico y factor intrínseco). Las glándulas gástricas se clasifican en tres tipos: glándulas cardiales, glándulas principales y glándulas pilóricas. Estas glándulas producen diversas sustancias como ácido clorhídrico, pepsinógeno (que se convierte en pepsina en el medio ácido), mucina (que forma el moco) y factor intrínseco (necesario para la absorción de vitamina B12). La mucosa gástrica también contiene vasos sanguíneos y linfáticos. Su función principal es secretar ácido y enzimas para la digestión de los alimentos, proteger la pared del estómago contra el ácido y las enzimas digestivas propias, y desempeñar un papel importante en la inmunidad al prevenir la entrada de microorganismos al torrente sanguíneo.
El antro pilórico es una parte del estómago que se encuentra cerca de la unión con el duodeno, la primera porción del intestino delgado. Más específicamente, el antro pilórico es la última porción de la cavidad gástrica antes del canal pilórico, que es el conducto que conecta el estómago con el duodeno.
La función principal del antro pilórico es la mezcla y el almacenamiento temporal de los alimentos parcialmente digeridos, antes de ser vaciados en el duodeno para continuar con el proceso de digestión. Además, las glándulas presentes en el revestimiento del antro pilórico secretan ácido clorhídrico y otros jugos gástricos que ayudan a descomponer los alimentos.
En ocasiones, el término "antro pilórico" se utiliza indistintamente con "antro del estómago", aunque este último puede referirse a una región más amplia que incluye al antro pilórico y áreas adyacentes.
Es importante mencionar que ciertas condiciones médicas, como la úlcera péptica o el reflujo gastroesofágico, pueden afectar el funcionamiento del antro pilórico y causar diversos síntomas y complicaciones. Por lo tanto, es fundamental buscar atención médica si se experimentan dolores abdominales persistentes, náuseas, vómitos o dificultad para tragar.
La metaplasia es un proceso morfológico reversible en el que células especializadas se transforman en otro tipo de célula, típicamente menos diferenciada y más generalizada, en respuesta a una irritación crónica o a la exposición a sustancias nocivas. Este cambio se produce en la morfología y las propiedades bioquímicas de las células, pero no involucra la transformación cancerosa o maligna. La metaplasia puede ocurrir en varios tejidos y órganos del cuerpo humano, como el tracto respiratorio, el sistema digestivo y los órganos reproductivos. Aunque la metaplasia en sí misma no es cancerosa, se considera un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer, ya que las células metaplásicas pueden acumular mutaciones adicionales y convertirse en neoplásicas.
El reflujo laringofaríngeo (RLF) es un tipo de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que se caracteriza por el ascenso anormal del contenido ácido o no ácido del estómago hacia la faringe y la laringe. A diferencia del reflujo gastroesofágico clásico, donde los síntomas suelen limitarse al esófago, el RLF puede afectar directamente a las vías respiratorias superiores y causar una variedad de síntomas, como tos crónica, ronquera, afonía, disfagia, náuseas y dolor de garganta. El diagnóstico del RLF puede ser complejo y a menudo requiere pruebas especializadas, como la videofluoroscopia de deglución modificada o la pH-impedanciometría combinada. El tratamiento suele implicar medidas lifestyle, como evitar alimentos desencadenantes y elevar la cabecera de la cama, así como medicamentos que reduzcan la acidez estomacal, como inhibidores de la bomba de protones. En casos graves o refractarios al tratamiento médico, se puede considerar la cirugía antirreflujo.
La dispepsia es un término médico que se utiliza para describir la digestión difícil o dolorosa y los síntomas relacionados con el tracto gastrointestinal superior. Estos síntomas pueden incluir malestar estomacal, plenitud después de comer, eructos, flatulencia, ardor de estómago y, a veces, vómitos. La dispepsia no es una enfermedad específica sino más bien un síntoma de varias posibles condiciones médicas que van desde la indigestión común hasta problemas más graves como úlceras gástricas o pépticas, reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad por reflujo gastroesofágico con lesión de mucosa (ERD) o incluso cáncer gástrico. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos o, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.
'Helicobacter pylori' (H. pylori) es un tipo de bacteria gram-negativa helicoidal que se curva para aparecer como coma o forma de bastón. Se encuentra principalmente en el revestimiento del estómago y los intestinos del ser humano, donde puede causar una variedad de problemas gastrointestinales, incluyendo gastritis crónica, úlceras pépticas y cáncer de estómago.
La bacteria es capaz de sobrevivir en el ambiente ácido del estómago gracias a su capacidad de producir una enzima llamada ureasa, la cual neutraliza el ácido del estómago alrededor de la bacteria, creando un microambiente más alcalino.
La infección por H. pylori se adquiere generalmente durante la infancia y puede persistir durante toda la vida si no se trata. Se transmite a través del contacto con heces, vómitos o saliva contaminada, especialmente en entornos con bajas condiciones de higiene. El diagnóstico de la infección por H. pylori puede confirmarse mediante pruebas no invasivas como el examen de sangre, prueba de aliento o análisis de heces, así como por pruebas invasivas como la endoscopia y la biopsia del tejido gástrico. El tratamiento suele implicar una combinación de antibióticos y inhibidores de la bomba de protones para reducir la acidez estomacal y eliminar las bacterias.
La bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos viejos o dañados. Existen dos tipos principales de bilirrubina: indirecta (no conjugada) y directa (conjugada).
La bilirrubina indirecta es la forma no conjugada que se encuentra en la sangre, unida a la albúmina. Cuando esta bilirrubina llega al hígado, se convierte en bilirrubina directa o conjugada mediante un proceso de conjugación con ácidos biliares. La bilirrubina directa es soluble en agua y, por lo tanto, puede excretarse a través de la bilis hacia el intestino delgado.
En condiciones normales, los niveles séricos de bilirrubina total suelen ser inferiores a 1 mg/dL (17,1 µmol/L). Los valores elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares, como ictericia, hepatitis, cirrosis, insuficiencia hepática o colestasis.
La ictericia es una afección que se caracteriza por un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre y la piel, lo que provoca un color amarillento en la piel y las membranas mucosas. La ictericia puede ser causada por diversas condiciones, como trastornos hepáticos, infecciones, obstrucción de los conductos biliares o hemólisis (destrucción excesiva de glóbulos rojos).
En resumen, la bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina. Los niveles elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares y provocar ictericia, una condición que se caracteriza por un color amarillento en la piel y las membranas mucosas.
Las infecciones por Helicobacter pylori (H. pylori) son una condición médica común en la que la bacteria Helicobacter pylori infecta el revestimiento del estómago, lo que puede provocar una variedad de problemas digestivos, como úlceras gástricas e incluso cáncer de estómago en casos graves y no tratados.
La bacteria H. pylori es capaz de sobrevivir en el revestimiento del estómago, que es un ambiente altamente ácido, debido a su capacidad de producir una enzima que neutraliza el ácido del estómago. Una vez que la bacteria se ha establecido en el estómago, puede causar inflamación y daño al revestimiento del estómago, lo que puede conducir a la formación de úlceras.
Los síntomas de las infecciones por H. pylori pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y sangrado gastrointestinal. En algunos casos, la infección puede no presentar síntomas. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de detección de anticuerpos contra H. pylori en la sangre, o mediante una prueba de aliento o una biopsia del tejido del revestimiento del estómago.
El tratamiento suele implicar una combinación de antibióticos y medicamentos para reducir la acidez del estómago, como inhibidores de la bomba de protones o bloqueadores H2. Es importante completar todo el curso de antibióticos prescritos para asegurarse de que la infección se haya eliminado por completo y reducir el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos.
La monitorización del pH esofágico es un procedimiento diagnóstico que mide la acidez en el esófago durante un período prolongado, generalmente de 24 horas. Se utiliza para evaluar los síntomas relacionados con enfermedades ácido-corrosivas del esófago, como el reflujo gastroesofágico o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
Durante el procedimiento, un tubo delgado y flexible con un sensor de pH se inserta a través de la nariz y se desliza hacia abajo hasta el esófago. El extremo superior del tubo se sujeta al exterior de la nariz con cinta adhesiva. El sensor de pH registra la acidez en el esófago y envía esta información a un pequeño dispositivo portátil que el paciente lleva consigo.
El paciente también se le pide que mantenga un diario de los síntomas durante el período de monitoreo. Después del período de monitoreo, el médico analiza los datos recopilados y los relaciona con los síntomas registrados en el diario para determinar si existe una correlación entre la acidez y los síntomas.
Este procedimiento ayuda a diagnosticar y gestionar adecuadamente las enfermedades ácido-corrosivas del esófago, ya que permite al médico evaluar la eficacia de los tratamientos y ajustarlos si es necesario.
La resina de colestiramina es un fármaco utilizado principalmente para tratar los niveles altos de colesterol en la sangre. Se clasifica como un agente secuestrante de ácidos biliares, lo que significa que funciona al unirse a los ácidos biliares en el intestino y evitar su reabsorción. Esta acción hace que el hígado produzca más ácidos biliares, utilizando colesterol en el proceso, lo que resulta en una disminución general de los niveles séricos de colesterol.
La resina de colestiramina se administra por vía oral, normalmente en forma de polvo o gránulos que se mezclan con líquidos antes de su consumo. A menudo se prescribe junto con otras medidas terapéuticas, como dieta y ejercicio, para controlar los niveles de colesterol.
Además de sus efectos hipocolesterolemiantes, la resina de colestiramina también se utiliza en el tratamiento de intoxicaciones por determinados fármacos o tóxicos, ya que puede unirse a estas sustancias y evitar su absorción, facilitando así su eliminación del organismo.
Es importante tener en cuenta que la resina de colestiramina puede interactuar con otros medicamentos, reduciendo su biodisponibilidad y eficacia. Por lo tanto, siempre es recomendable informar a un profesional sanitario sobre todos los fármacos que se estén tomando antes de iniciar un tratamiento con resina de colestiramina.
Las resinas de intercambio aniónico son un tipo de resina de intercambio iónico utilizada en aplicaciones de tratamiento de agua y otras industrias. Están compuestas por polímeros sintéticos que contienen grupos funcionales aniónicos, lo que les permite atraer y retener cationes (iones positivos) del medio que los rodea.
En la práctica clínica, las resinas de intercambio aniónico se utilizan a menudo en dispositivos de diálisis para ayudar a eliminar las toxinas y los desechos del torrente sanguíneo. El proceso implica hacer pasar la sangre del paciente a través de una membrana semipermeable que contiene la resina, lo que permite que los cationes y otras impurezas sean atrapados por la resina mientras que los líquidos y otros componentes esenciales de la sangre fluyen libremente.
Las resinas de intercambio aniónico también se utilizan en aplicaciones no clínicas, como el tratamiento de aguas residuales industriales y municipales, donde ayudan a eliminar los contaminantes y mejorar la calidad del agua. En general, las resinas de intercambio aniónico son una herramienta valiosa en una variedad de aplicaciones que requieren la eliminación selectiva de cationes y otras impurezas del medio ambiente.
La definición médica de 'alilamina' se refiere a un tipo específico de compuesto orgánico que contiene un grupo funcional, llamado grupo alilo, unido a una amina. El grupo alilo es un tipo de cadena lateral que consta de tres átomos de carbono conectados en línea recta y un doble enlace entre el segundo y tercer carbono. Cuando este grupo está unido a una amina, forma una alilamina.
Estas moléculas se encuentran comúnmente en productos naturales y también pueden sintetizarse para su uso en la industria química y farmacéutica. Las alilaminas tienen propiedades únicas que las hacen interesantes para una variedad de aplicaciones, incluyendo como intermedios en la síntesis de fármacos y como agentes antimicrobianos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el término 'alilamina' no se refiere específicamente a una condición médica o un trastorno, sino más bien a un tipo de compuesto químico con ciertas propiedades y usos.
Las resinas de intercambio iónico son un tipo de material sintético utilizado en aplicaciones de purificación y separación de líquidos. Están hechas de polímeros con grupos funcionales que pueden capturar iones (átomos o moléculas cargadas eléctricamente) al intercambiarlos por otros iones en la solución circundante.
La resina consta de una matriz insoluble y reticular con grupos funcionales iónicos unidos covalentemente. Los grupos funcionales más comunes son los ácidos sulfónicos (-SO3H) y los grupos fenólicos (-OH). Estos grupos se protonan o desprotonan, dependiendo del pH de la solución, lo que les permite interaccionar con iones en la solución.
Existen dos tipos principales de resinas de intercambio iónico: resinas catiónicas y resinas aniónicas. Las resinas catiónicas intercambian cationes (iones positivos) con hidrógeno unido a la resina, mientras que las resinas aniónicas intercambian aniones (iones negativos) con grupos hidroxilo unidos a la resina.
Las resinas de intercambio iónico se utilizan en una variedad de aplicaciones médicas y biomédicas, como la diálisis renal, la purificación de agua para hemodiálisis, la terapia de intercambio iónico y la extracción de toxinas e impurezas de las soluciones biológicas. También se utilizan en la producción de fármacos y dispositivos médicos, como lentes de contacto y materiales ópticos.
No existe una definición médica específica para "Enciclopedias como Asunto" ya que esta frase parece ser una expresión coloquial o un título en lugar de un término médico. Sin embargo, si nos referimos al término "enciclopedia" desde un punto de vista educativo o del conocimiento, podríamos decir que se trata de una obra de consulta que contiene información sistemática sobre diversas áreas del conocimiento, organizadas alfabética o temáticamente.
Si "Enciclopedias como Asunto" se refiere a un asunto médico en particular, podría interpretarse como el estudio o la investigación de diferentes aspectos relacionados con las enciclopedias médicas, como su historia, desarrollo, contenido, estructura, impacto en la práctica clínica y la educación médica, entre otros.
Sin un contexto más específico, es difícil proporcionar una definición médica precisa de "Enciclopedias como Asunto".
Las resinas de intercambio de catión son un tipo de material polimérico sintético con grupos funcionales que pueden intercambiar iones con los iones presentes en una solución. Se utilizan ampliamente en diversas aplicaciones, incluyendo el tratamiento de agua potable y aguas residuales, la purificación de sueros y fármacos, la cromatografía y la terapia de sustitución renal.
Las resinas de intercambio de catión contienen grupos funcionales negativamente cargados que atraen y retienen iones positivamente cargados (catión) presentes en una solución. Cuando la resina se satura con los iones, se regenera mediante el lavado con una solución de iones de alta concentración, como el cloruro de sodio o el hidróxido de sodio.
Las resinas de intercambio de catión más comunes son las basadas en poliestireno y divinilbenceno, con grupos funcionales sulfónicos o carboxílicos. La capacidad de intercambio de iones y la selectividad de las resinas pueden variar dependiendo del tipo de grupo funcional y de la estructura del polímero.
En el tratamiento de agua potable, las resinas de intercambio de catión se utilizan para eliminar los iones de calcio, magnesio y sodio, responsables de la dureza del agua. En la purificación de sueros y fármacos, se emplean para eliminar impurezas y endotoxinas, mientras que en la cromatografía, se utilizan como medio estacionario para separar mezclas complejas de moléculas.
En resumen, las resinas de intercambio de catión son materiales poliméricos sintéticos con grupos funcionales negativamente cargados que pueden intercambiar iones positivamente cargados con el medio circundante. Se utilizan en una variedad de aplicaciones, incluyendo el tratamiento de agua potable, la purificación de sueros y fármacos, y la separación de mezclas complejas de moléculas.