Efectos perjudiciales de exposición no experimental a la radiación ionizante o no ionizante en cordados.
Efectos perjudiciales de la exposición a RADIACIÓN ionizante o no ionizante, producidos experimentalmente, en animales CORDADOS.
Drogas utilizadas en la protección contra radiaciones ionizantes. Usualmente son de interés para ser usadas en la radioterapia pero han sido consideradas para otros usos, ejemplo con fines militares.
Cantidad de energía de radiación que se deposita en una unidad de masa de materia, como los tejidos de plantas o animales. En RADIOTERAPIA, la dosis de radiación se expresa en unidades gray (Gy). En SALUD RADIOLÓGICA, la dosis se expresa por el producto de la dosis absorbida (Gy) y el factor de calidad (función de la transferencia de energía lineal), y se denomina dosis de radiación equivalente en unidades sievert (Sv).
Afección causada por una breve exposición de la totalidad del organismo a una radiación equivalente a más de un sievert. El síndrome de radiación aguda se caracteriza inicialmente por ANOREXIA, NÁUSEA, VÓMITOS pero puede progresar a disfunción hematológica, gastrointestinal, neurológica, pulmonar y de otros órganos importantes.
Relación entre la dosis de radiación administrada y la respuesta del tejido u organismo a la radiación.
Se refiere a la protección de indivíduos y de todo el género humano, permitiendo al mismo tiempo ejercer actividades que puedan ocasionar exposición a las radiaciones ionizantes (Repidisca/CEPIS). Medidas que se adoptan para evitar o reducir los efectos de una dosis de material radioactivo proyectada hacia la población (Material IV - Glosario de Protección Civil, OPS, 1992)
RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA o radiación de partículas (PARTICULAS PRIMARIAS de alta energía) capaz de producir directa o indirectamente IONES en su paso a través de la materia. Las longitudes de onda de la radiación electromagnética ionizante son iguales o menores que los de la radiación ultravioleta corta (lejana), e incluyen rayos gamma y -X.
Capacidad de algunas células o tejidos para sobrevivir a dosis letales de RADIACIÓN IONIZANTE. La tolerancia depende de las especies, del tipo de célula, y de variables físicas y químicas, incluyendo los PROTECTORES CONTRA RADIACION, y los AGENTES SENSIBILIZANTES A RADIACION.
Dispersión accidental del material radioactivo de su contención. Esta amenaza causar o causa la exposición a un peligro radiactivo. Tal incidente puede ocurrir accidental o deliberadamente.
Uso de RADIACIÓN IONIZANTE para tratar NEOPLASIAS malignas y algunos estados benignos.
Acontecimientos que abruman los recursos de los HOSPITALES locales y personal de salud. Probablemente están impuestos a una demanda sostenida por los SERVICIOS DE SALUD más bien que el habitual máximo tope breve intenso, con desastres en una escala más pequeña.
Daño infligido al cuerpo como resultado directo o indirecto de una fuerza externa, con o sin ruptura de la continuidad estructural.
Irradiación de todo el cuerpo con radiación ionizante o no ionizante. Se aplica a humanos o a animales pero no a microorganismos.
Extractos preparados a partir del tejido placentario; pueden contener factores específicos pero no caracterizados, o proteínas con actividades específicas.
Inflamación de los pulmones debido a los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes o no ionizantes.
Capacidad de los sistemas de atención en salud para la mobilización rápida para enfrentar un aumento en la demanda, ampliarse rápidamente más allá de los niveles normales de los servicios para enfrentar el aumento de la demanda en los grandes DESASTRES o emergencias de salud pública.
Radiación electromagnética de alta energía, penetrante y emitida desde los núcleos atómicos durante la DESINTEGRACIÓN NUCLEAR. El rango de longitudes de onda de la radiación emitida es de 0,1-100 pm, por lo que se superpone con las longitudes de onda menores y de mayor energía de los RAYOS X. La distinción entre los rayos gamma y los rayos X se basa en su fuente de radiación.
Reacción inflamatoria cutánea que se produce como resultado de la exposición a radiaciones ionizantes.
Lesiones agudas y crónicas (ver también LESIÓN ENCEFÁLICA CRÓNICA) del encéfalo, incluidos los hemisferios cerebrales, CEREBELO, y TRONCO ENCEFÁLICO. Las manifestaciones clínicas dependen de la naturaleza de la lesión. Un trauma difuso al encéfalo se asocia con frecuencia a la LESIÓN AXONAL DIFUSA o al COMA POSTRAUMÁTICO. Las lesiones localizadas pueden asociarse con MANIFESTACIONES NEUROCONDUCTUALES; HEMIPARESIAS, u otras alteraciones neurológicas focales.
La medición de la radiación por fotografía, como en un film de rayos x y placa de película, por medio de un tubo Geiger-Mueller y por el CONTEO POR CINTILACION.
Emisión o propagación de ondas acústicas (SONIDO), ondas de ENERGÍA ELECTROMAGNÉTICA (como la LUZ; ONDAS DE RADIO, RAYOS GAMMA, o RAYOS-X), o una corriente de partículas subatómicas (como los ELECTRÓNES; NEUTRONES; PROTONES; o PARTÍCULAS ALFA.)
Producción de una imagen cuando los rayos x chocan con una pantalla fluorescente.
Procesos patológicos en cualquier segmento del INTESTINO, desde el DUODENO al RECTO.
Radiación electromagnética emitida que penetra cuando los electrones orbitales internos de un átomo son excitados y liberan energía radiante. Las longitudes de onda de los rayos X van de 1 pm a 10 nm. Los rayos X de energía más alta son mas duros que los rayos X de longitud de onda más cortas. Los rayos X blandos o rayos Grenz son menos enérgicos y más largo en longitud de onda. El extremo corto de longitud de onda del espectro de rayos X se solapa con la gama de los RAYOS GAMMA de longitud de onda. La distinción entre los rayos gamma y los rayos X se basa en su fuente de radiación.
Cantidad total de radiación absorbida por los tejidos como resultado de la radioterapia.
Medida sistemática de la radiación ambiental.
Sección del canal alimentario que va desde el ESTÓMAGO hasta el CANAL ANAL. Incluye al INTESTINO GRUESO y el INSTESTINO DELGADO.
Traumatismos o lesiones que se producen durante la participación en deportes competitivos o no competitivos.
Lesiones penetrantes y no penetrantes de la médula espinal resultantes de fuerzas traumáticas externas (ejemplo, HERIDAS, HERIDAS DE ARMAS DE FUEGO; LESIONES POR LÁTIGO; etc.).
Alteraciones funcionales, metabólicas o estructurales que se producen en los tejidos isquémicos y que son el resultado de la restauración del flujo de sangre a dichos tejidos (REPERFUSIÓN), incluida la inflamación, la HEMORRAGIA, la NECROSIS, y el daño derivado de los RADICALES LIBRES. El ejemplo más común es la LESIÓN POR REPERFUSIÓN MIOCÁRDICA.
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Neoplasias de los componentes intracraneales del sistema nervioso central, incluidos los hemisferios cerebrales, ganglios basales, hipotálamo, tálamo, tronco encefálico y cerebelo. Las neoplasias encefálicas se subdividen en primarias (se originan a partir del tejido encefálico) y formas secundarias (es decir, metastásicas). Las neoplasias primarias se subdividen en formas benignas y malignas. En general, los tumores encefálicos pueden clasificarse también de acuerdo con la edad de aparición, el tipo histológico, y el área del encéfalo en que se encuentran.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica C57BL.
Proceso patológico en células que están muriendo a causa de lesiones irreparables. Está ocasionado por la acción descontrolada y progresiva de ENZIMAS degradativas que producen DILATACIÓN MITOCONDRIAL, floculación nuclear y lisis celular. Se distingue de la APOPTOSIS que es un proceso celular normal, regulado.
Subespecialidad de la oncología y radiología médica que se ocupa de la radioterapia del cáncer.
Generalmente se refiere a las estructuras digestivas que se extienden desde la BOCA al ANO, pero no incluyen los órganos gandulares accesorios (HIGADO, TRACTO BILIAR, PANCREAS).
Una escala de severidad anatómica basada en la Escala Resumida de Traumatismos (AIS, sigla en inglés) y desarrollada específicamente para clasificar, en base a una puntuación, las lesiones traumáticas múltiples. Se ha empleado como instrumento para pronosticar la mortalidad.
Lapso de viabilidad de una célula, caracterizado por la capacidad de realizar determinadas funciones tales como metabolismo, crecimiento, reproducción, alguna forma de respuesta y adaptabilidad.
Cubierta externa del cuerpo y que lo proteje del ambiente. Se compone de DERMIS y EPIDERMIS.
Daño de cualquier compartimiento del pulmón causado por agentes físicos, químicos o biológicos que se caracterizan por provocar reacción inflamatoria. Estas reacciones inflamatorias pueden ser agudas y dominadas por NEUTRÓFILOS, o crónicas y dominadas por LINFOCITOS y MACRÓFAGOS.
Lesión general o inespecífica que afecta las piernas.
Cepa de ratas albinas utilizadas ampliamente para fines experimentales debido a que son tranquilas y fáciles de manipular. Fue desarrollada por la Compañía Sprague-Dawley Animal.
Uno de los mecanismos mediante los que tiene lugar la MUERTE CELULAR (distinguir de NECROSIS y AUTOFAGOCITOSIS). La apoptosis es el mecanismo responsable de la eliminación fisiológica de las células y parece estar intrínsicamente programada. Se caracteriza por cambios morfológicos evidentes en el núcleo y el citoplasma, fraccionamiento de la cromatina en sitios regularmente espaciados y fraccionamiento endonucleolítico del ADN genómico (FRAGMENTACION DE ADN) en sitios entre los nucleosomas. Esta forma de muerte celular sirve como equilibrio de la mitosis para regular el tamaño de los tejidos animales y mediar en los procesos patológicos asociados al crecimiento tumoral.
Fuerte energia de radiación, o partículas del espacio extraterrestre que se chocan contra la tierra o atmósfera y puede crear radiación secundaria por disociación de partículas atmosféricas.
Daño o trauma causado al ojo por medios externos. El concepto incluye tanto las lesiones superficiales como las intraoculares.
Recurrencia local de una neoplasia luego del tratamiento. Surge de células microscópicas de la neoplasia original que han escapado a la intervención terapéutica y que luego se hacen visibles clínicamente en el sitio original.
Revestimiento de los INTESTINOS, que consiste de un EPITELIO interno, una LÁMINA PROPIA media y una MEMBRANA MUCOSA externa. En el INTESTINO DELGADO, la mucosa se caracteriza por una serie de pliegues y abundancia de células absortivas (ENTEROCITOS) con MICROVELLOSIDADES.
Porción del TRACTO GASTROINTESTINAL entre el PÍLORO del ESTÓMAGO y la VÁLVULA ILEOCECAL del INTESTINO GRUESO. Puede dividirse en tres partes: DUODENO, YEYUNO e ILEON.
Afección de daño pulmonar que es caracterizado por infiltrados pulmonares bilaterales (EDEMA PULMONAR) ricos en NEUTRÓFILOS, y en ausensia de INSUFICIENCIA CARDÍACA. Puede representar un espectro de lesiones pulmonares, endoteliales y epiteliales, debido a numerosos factores (físicos, químicos o biológicos).
Tumores, cánceres o otras neoplasias producidas por la exposición a radiaciones ionizantes o no ionizantes.
Compuestos que se utilizan en medicina como fuentes de radiación para radioterapia y para fines diagnósticos. Tienen numerosos usos en la investigación y la industria.
Lesión general o inespecífica del cuello. Incluye las lesiones de piel, músculos y otras partes blandas del cuello.
Propagación de la energia del medio ambiente natural del hombre. Incluida la procedente de los rayos cósmicos, la de los elementos radiactivos naturales de la Tierra y la originada en el propio cuerpo humano (Material IV - Glosario de Protección Civil, OPS, 1992)
Crecimiento anormal y nuevo de tejido. Las neoplasias malignas muestran un mayor grado de anaplasia y tienen la propiedad de invasión y metástasis, comparados con las neoplasias benignas.
Compuesto administrado por vía intravenosa en la TOMOGRAFIA POR EMISIÓN DE POSITRÓN para el estudio del metabolismo de la glucosa en el miocardio y en el cerebro en distintos estados fisiológicos y patológicos, incluído el accidente cerebrovascular y la isquemia del miocardio. También se emplea para la detección de tumores malignos, incluídos los de cerebro, hígado y glándula tiroidea (Adaptación del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed, p1162).
Lesión general o inespecífica en la que participan órganos de la cavidad abdominal.
Células relativamente indiferenciadas que conservan la capacidad de dividirse y proliferar a lo largo de la vida posnatal para proporcionar células progenitoras que puedan diferenciase en células especializadas.
Abrupta reducción de la función renal. La lesión renal aguda abarca todo el espectro del síndrome incluyendo insuficiencia renal aguda; NECROSIS TUBULAR AGUDA y otras condiciones menos graves.
Lesión general o inespecífica que afecta al brazo.
Lesiones que se cuando una persona es herida por partículas lanzadas con violencia, originadas en una explosión. La explosión causa conmoción pulmonar y hemorragia, desgarro de otras vísceras torácicas y abnominales, rotura de los tímpanos y efectos menores en el sistema nervioso central (Adaptación del original: Dorland, 27th ed).
Lesión general o inespecífica de la mano.
Lesión general o inespecífica del área torácica.
La parte del espectro electromagnético que está inmediatamente debajo del rango visible y se extiende hasta las frecuencias de rayos x. Las longitudes de ondas más largas (rayos cercanos a UV, o bióticos, o vitales) son necesarias para la síntesis endógena de la vitamina D y también son conocidos como rayos antirraquíticos; las longitudes de onda más cortas, ionizantes, (rayos lejanos de UV, o abióticos, o extravitales) son viricidas, bactericidas, mutagénicos y carcinogénicos y se emplean como desinfectantes.
Traumatismos que afectan la columna vertebral.
Efectos de las radicaciones ionizantes y no ionizantes sobre los organismos vivos, órganos y tejidos y sus constituyentes y sobre los procesos fisiológicos. Se incluye el efecto de la irradiación sobre los alimentos, medicamentos y sustancias químicas.
Lesiones de la rodilla o de su articulación.
La reproductibilidad estadística de dimensiones (frecuentemente en el contexto clínico) incluyendo la testaje de instrumentación o técnicas para obtener resultados reproducibles; reproductibilidad de mediciones fisiológicas que deben de ser usadas para desarrollar normas para estimar probabilidad, prognóstico o respuesta a un estímulo; reproductibilidad de ocurrencia de una condición y reproductibilidad de resultados experimentales.
Sistema de clasificación para la evaluación de la severidad de las lesiones por impacto desarrollado y publicado por la Asociación Americana para la Medicina Automotriz. Es el sistema de selección para clasificar lesiones únicas y la base para métodos de evaluación de lesiones múltiples o para evaluar efectos acumulativos de más de una lesión. Comprende la Escala Máxima Resumida de Traumatismos (MAIS, sigla en inglés), el Puntaje de Gravedad del Traumatismo (ISS, sigla en inglés), y el Puntaje de Probabilidad de Muerte (PODS, sigla en inglés).
Tratamiento de una enfermedad o afección por varios medios diferentes de forma simultánea o secuencial. Con mayor frecuencia se ven la quimioinmunoterapia, RADIOINMUNOTERAPIA, quimioradioterapia, crioquimioterapia, y la TERAPIA RECUPERATIVA, pero sus combinaciones y la cirugía se utilizan también.
Fármacos que se utilizan para potenciar la efectividad de la radioterapia en la destrucción de células indeseadas.
Lesión general o inespecífica de las partes blandas o de las porciones óseas de la cara.
Lesión general o inespecífica del corazón.
Lesiones de otros tejidos que no son hueso. El concepto usualmente es general y no se refiere a órganos internos o vísceras. Es de gran significado en relación a regiones u órganos donde las partes blandas (músculo, grasa, piel) deben diferenciarse de los huesos o tejidos óseos, como "lesiones de las partes blandas de la mano".
Daño en el MIOCARDIO que se produce como consecuencia de REPERFUSIÓN MIOCÁRDICA (restablecimiento del flujo sanguíneo en zonas isquémicas del CORAZÓN). La reperfusión se produce cuando hay una trombólisis espontánea, TRATAMIENTO TROMBOLÍTICO, flujo colateral a partir de otros lechos vasculares coronarios o cuando revierte un vasoespasmo.
Lesión general o inespecífica de la parte posterior del tronco. Incluye traumatismos de los músculos de la espalda.
Lesiones traumáticas del cráneo donde no se compromete su integridad y en la que no hay fragmentos óseos u otros objetos que penetren en el cráneo y en la dura madre. Estas se producen frecuentemente por lesiones mecánicas que se transmiten a las estructuras intracraneales que pueden producir lesiones cerebrales traumáticas, hemorragias, o lesiones de los nervios craneales.
Lesiones traumáticas que afectan las estructuras craneales e intracraneales (es decir, CEREBRO, NERVIOS CRANEALES; MENINGES; y otras estructuras). Las lesiones pueden clasificarse de acuerdo a si exite penetración del cráneo o no (es decir, penetrante vs. no penetrante) o si hay asociada una hemorragia.
Lesiones sufridas en el curso de actividades relacionadas con el trabajo.
Secuela, relativamente común, de traumatismos craneales por contusión, se caracteriza por ruptura global de axones en todo el cerebro. Las características clínicas asociadas pueden incluir MANIFESTACIONES NEUROCONDUCTUALES; ESTADO VEGETATIVO PERSISTENTE; DEMENCIA; y otros trastornos.
Un conjunto de hepatopatías clínicas que van desde leves anomalías bioquímicas a FALLO HEPÁTICO AGUDO, causadas por drogas, metabolitos de las drogas y químicos del medio ambiente.
Daños producidos en las ARTERIAS CARÓTIDAS causados por una fuerza no penetrante o un traumatismo penetrante, tal como TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO, LESIONES TORÁCICAS y LESIONES CERVICALES. Las arterias carótidas lesionadas pueden llevar a TROMBOSIS DE LA ARTERIA CARÓTIDA, FÍSTULA DEL SENO CARÓTIDO-CAVERNOSO, formación de pseudoaneurismas y DISECCIÓN DE LA ARTERIA CARÓTIDA INTERNA. (Am J Forensic Med Pathol 1997, 18:251; J Trauma 1994, 37:473).
Enfermedades animales que se producen de manera natural o son inducidas experimentalmente, con procesos patológicos bastante similares a los de las enfermedades humanas. Se utilizan como modelos para el estudio de las enfermedades humanas.
Lesiones de los NERVIOS PERIFÉRICOS.
Daño o herida en el tobillo o en su articulación usualmente es producido por una fuente externa.
Isótopos inestables de cobalto que se descomponen o desintegran emitiendo radiación. Los átomos de cobalto con pesos atómicos 54-64, excepto 59, son isótopos radioactivos de cobalto.
Estudio de los principios científicos, mecanismos y efectos de la interacción de las radiaciones ionizantes con la materia viva.
Lesiones de los vasos sanguíneos causadas por laceración, contusión, punción o compresión y otros tipos de lesiones. Los síntomas varían según el sitio y forma de las lesiones y pueden incluir sangrado, moretones, hinchazón, dolor y entumecimiento. No incluye las lesiones secundarias a funciones patológicas o enfermedades como una ATEROSCLEROSIS.
Lesión producida por impacto con un objeto contundente donde no hay penetración de la piel.
Radioterapia en la que existe mejoría de la homogeneidad de la dosis dentro del tumor y reducción de la dosis en las estructuras no afectadas. La forma precisa de distribución de la dosis se logra a través del uso de colimadores multilaminares controlados por computadores.
Método para ordenar loci genéticos largo de los CROMOSOMAS. El método consiste en fusionar las células donantes irradiados con células huésped de otras especies. Después de la fusión de células, fragmentos de ADN de las células irradiadas se integran en los cromosomas de las células huésped. El sondeo molecular de ADN obtenido de las células fusionadas se utiliza para determinar si dos o más loci genéticos se encuentran dentro del mismo fragmento del ADN de la célula donante.
Lesiones tisulares producidas por contacto con calor, vapor, productos químicos (QUEMADURAS QUIMICAS), electricidad (QUEMADURAS POR ELECTRICIDAD), o semejantes.
Accidentes en las calles, caminos, carreteras que involucren a conductores, pasajeros, peatones o vehículos. Los accidentes de tránsito se refieren a los AUTOMÓVILES (carros de pasajeros, autobuses y camiones), BICICLETAS y MOTOCICLETAS, pero no a los VEHÍCULOS MOTORIZADOS RECREACIONALES, TRENES o vehículos para la nieve.
Heridas producidas por objetos que penetran la piel.
Sistemas para la evaluación, clasificación y codificación de las lesiones. Estos sistemas se emplean en registros médicos, sistemas de vigilancia y en registros estatales y nacionales para contribuir a la recolección y reporte sobre traumas.
Lesión general o inespecífica que afecta al pie.
Acontecimientos imprevistos, especialmente lesiones en el curso de las actividades relacionadas con el trabajo.
Lesión general o inespecífica que afecta a los dedos.
Administración de la dosis total de radiación (DOSIFICACIÓN DE RADIACIÓN) en partes, en intervalos de tiempo.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Lesiones en el ADN que introducen distorsiones de su estructura normal intacta y que puede, si no se restaura, dar lugar a una MUTACIÓN o a un bloqueo de la REPLICACIÓN DEL ADN. Estas distorsiones pueden estar causadas por agentes físicos y químicos y se producen por circunstancias introducidas, naturales o no. Estas incluyen la introducción de bases ilegítimas durante la replicación o por desaminación u otra modificación de las bases; la pérdida de una base del ADN deja un lugar abásico; roturas de filamentos únicos; roturas de filamentos dobles; intrafilamentoso (DÍMEROS DE PIRIMIDINA) o uniones cruzadas interfilamentosas. El daño con frecuencia puede ser reparado (REPARACIÓN DEL ADN). Si el daño es grande, puede inducir APOPTOSIS.
Lesiones intraoculares profundas perforantes o punzantes.
Término colectivo de radioterapia intersticial, intracavitaria, y de superficie. Utiliza fuentes pequeñas, selladas o parcialmente selladas, que pueden colocarse sobre o cerca de la superficie corporal o dentro de una cavidad natural del cuerpo o implantado directamente en los tejidos.
RADIOTERAPIA CONFORMADA que combina varios haces de intensidad modulada para lograr una mayor homogeneidad de dosis y una distribución de la dosis muy ajustada.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Tasa de disipación de energía en la trayectoria de partículas cargadas. En radiobiología y física de la salud, la exposición se mide en kiloelectron volts por micrómetro de tejido (keV/micrómetro T).
Cálculos matemáticos realizados por computadores de los ángulos de rayos, intensidad de radiación, y duración de la irradiación en la radioterapia.
Tomografía que utiliza transmisión de rayos x y un algoritmo de computador para reconstruir la imagen.
Radioterapia que se aplica para aumentar alguna otra forma de tratamiento como la cirugía o quimioterapia. La radioterapia adyuvante se utiliza comúnmente en el tratamiento del cáncer y puede administrarse antes o después del tratamiento primario.
Subdisciplina de la genética que estudia los EFECTOS DE LA RADIACIÓN sobre los componentes y procesos de la herencia biológica.
Heridas cortantes y penetrantes producidas por agujas. Son especialmente preocupantes para los trabajadores de la salud ya que dichas lesiones constituyen un gran riesgo para el desarrollo de enfermedades infecciosas.
Lesión por hiperextensión del cuello, a menudo es el resultado de recibir un golpe desde atrás por un vehículo en rápido movimiento, en un accidente automovilístico.
Guerra en la que se utilizan ARMAS NUCLEARES.
Leucemia producida por la exposición a RADIACIÓN IONIZANTE o a RADIACION NO IONIZANTE.
Cantidad total de una substancia química radioactiva o de metal existente en el cuerpo de un ser humano o animal, en cualquier momento después de la absorción.

Los traumatismos por radiación se refieren a lesiones tisulares y daños en el ADN causados por la exposición a dosis altas o extremadamente altas de radiación ionizante. La gravedad del trauma depende de factores como la dosis absorbida, la duración de la exposición, la parte del cuerpo expuesta y la tasa de entrega de la radiación.

La exposición a dosis altas de radiación puede resultar en una variedad de síntomas agudos, como náuseas, vómitos, diarrea, fatiga, fiebre y disminución de las células sanguíneas. La exposición a dosis extremadamente altas puede causar daño irreversible al tejido corporal, lo que podría conducir a la muerte en cuestión de días o incluso horas.

Además del daño agudo, la exposición a la radiación también puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas a largo plazo. Estos efectos suelen ser estocásticos, lo que significa que aumentan la probabilidad de que ocurra un evento adverso, pero no garantizan que ocurrirá.

Es importante destacar que los traumatismos por radiación son diferentes de las enfermedades causadas por la exposición a sustancias radiactivas, como el envenenamiento por radiación, que se produce cuando una persona ingiere, inhala o absorbe material radiactivo.

Los traumatismos experimentales por radiación se refieren a lesiones o daños causados en organismos vivos, tejidos u organelas celulares como resultado de la exposición controlada y deliberada a diversas formas de radiación ionizante en un entorno de laboratorio. Este tipo de investigación se lleva a cabo con fines científicos y médicos, con el objetivo de entender los efectos y mecanismos de la radiación sobre los sistemas biológicos, mejorar los tratamientos contra el cáncer, desarrollar contramedidas para la radiación y establecer estándares de seguridad.

La radiación ionizante utilizada en estos experimentos puede incluir rayos X, rayos gamma, radiación alfa y beta, neutrones y otras partículas subatómicas cargadas eléctricamente. Los efectos de la radiación sobre los organismos vivos dependen de diversos factores como la dosis absorbida, la tasa de absorción, la duración de la exposición, la energía de la radiación y la sensibilidad del tejido o órgano específico.

Los traumatismos experimentales por radiación pueden causar una variedad de daños en el ADN, proteínas y membranas celulares, lo que puede resultar en cambios genéticos, mutaciones, cáncer inducido por radiación, disfunción celular, daño tisular y, en dosis altas, incluso la muerte. Los investigadores utilizan diferentes modelos animales, cultivos de células y sistemas in vitro para estudiar los efectos de la radiación y desarrollar estrategias de protección y tratamiento.

Los protectores contra radiación son dispositivos o materiales que se utilizan para reducir la exposición a la radiación ionizante. La radiación ionizante es un tipo de energía de onda altamente energética que puede penetrar en los tejidos corporales y causar daño celular, aumentando el riesgo de cáncer y otros efectos adversos para la salud.

Los protectores contra radiación se utilizan comúnmente en procedimientos médicos que involucran la radiación, como la radiografía, la tomografía computarizada (TC), la angiografía y la radioterapia oncológica. Estos protectores pueden ser de diferentes tipos, como:

1. Materiales de plomo: El plomo es uno de los materiales más comúnmente utilizados para protegerse contra la radiación debido a su alta densidad y capacidad de absorber la radiación. Se utiliza en forma de láminas, pantallas o cortinas de plomo en equipos médicos y salas de rayos X.
2. Chalecos y delantales de plomo: Estos protectores contra radiación se utilizan para proteger el torso y los órganos vitales durante procedimientos de diagnóstico por imágenes o tratamientos con radiación.
3. Protectores oculares: Se utilizan gafas de plomo o pantallas de plástico con revestimiento de plomo para proteger los ojos durante procedimientos que involucran la radiación.
4. Guantes y manoplas de plomo: Estos protectores contra radiación se utilizan en las manos de los médicos y técnicos durante procedimientos que involucran la radiación para proteger sus manos y dedos.
5. Materiales compuestos: Algunos materiales compuestos, como el hormigón con aditivos de plomo o los materiales poliméricos con iones metálicos, también se utilizan como protectores contra radiación en la construcción de salas de diagnóstico por imágenes y tratamientos con radiación.

En resumen, existen diversos tipos de protectores contra radiación que se utilizan en el campo médico para proteger a los pacientes y al personal médico durante procedimientos que involucran la radiación. Estos protectores incluyen chalecos y delantales de plomo, guantes y manoplas de plomo, gafas de plomo, pantallas de plástico con revestimiento de plomo, y materiales compuestos como el hormigón con aditivos de plomo o los materiales poliméricos con iones metálicos.

La dosificación de radiación en el contexto médico se refiere al proceso de medir y calcular la cantidad de radiación que será administrada a un paciente durante un tratamiento médico, como la radioterapia oncológica. La unidad comúnmente utilizada para medir la dosis de radiación es el gray (Gy), donde 1 Gy equivale a la absorción de un joule de energía por kilogramo de tejido.

La dosificación de radiación implica determinar la cantidad total de radiación que se necesita para tratar eficazmente la enfermedad, así como cómo se distribuirá esa radiación a lo largo del curso del tratamiento. Esto puede incluir la selección de la energía y el tipo de radiación, la determinación de la cantidad de dosis por fracción y la programación del horario de tratamiento.

Es importante tener en cuenta que la dosificación de radiación debe ser precisa y personalizada para cada paciente, ya que una dosis demasiado baja puede no ser efectiva para tratar la enfermedad, mientras que una dosis demasiado alta puede aumentar el riesgo de efectos secundarios adversos y dañar los tejidos sanos circundantes.

La dosificación de radiación se planifica y lleva a cabo bajo la supervisión de un equipo médico especializado, que incluye radiólogos, físicos médicos y técnicos en radioterapia. Además, se utilizan sofisticadas herramientas de imagenología y tecnología de planificación de tratamiento para garantizar la precisión y la seguridad del proceso de dosificación de radiación.

El Síndrome de Radiación Aguda (SRA) es un término médico que se utiliza para describir una serie de síntomas y condiciones clínicas que resultan directamente de la exposición aguda a dosis altas de radiación ionizante. La gravedad de los síntomas y el pronóstico general dependen directamente de la dosis absorbida, la tasa de absorción y la extensión del cuerpo expuesta.

La exposición a dosis altas de radiación puede dañar o destruir las células en todo el cuerpo, pero especialmente afecta a los tejidos de rápida reproducción como la médula ósea, el sistema gastrointestinal y el sistema hematopoyético.

Los síntomas del SRA pueden variar, pero generalmente se dividen en tres categorías según la dosis de radiación:

1. Dosis bajas (menos de 1 Gray): Los síntomas pueden incluir náuseas leves, vómitos y posiblemente diarrea. La recuperación total es probable.

2. Dosis moderadas (entre 1 y 10 Grays): Los síntomas son más graves e incluyen náuseas intensas, vómitos continuos, diarrea acuosa, pérdida de apetito, fatiga, fiebre baja y posiblemente sangrado interno. La recuperación es posible, pero puede haber daños a largo plazo en la médula ósea y el sistema inmunológico.

3. Dosis altas (más de 10 Grays): Los síntomas son extremadamente graves e incluyen náuseas y vómitos intensos, diarrea profusa, deshidratación severa, pérdida del cabello, úlceras en la boca y la piel, infecciones graves, daño cerebral y posible muerte.

El tratamiento del SRA se centra en aliviar los síntomas, reemplazar líquidos y electrolitos perdidos, controlar las infecciones y brindar apoyo nutricional. En casos graves, el tratamiento puede requerir hospitalización y atención intensiva.

La relación dosis-respuesta en radiación es un concepto fundamental en toxicología y medicina que describe cómo la respuesta biológica de un organismo o sistema a la radiación ionizante cambia con la dosis administrada. La respuesta puede referirse a una variedad de efectos, como el daño celular, los cambios genéticos o el desarrollo de cáncer.

La relación dosis-respuesta se utiliza a menudo para establecer límites de exposición seguros y predecir los riesgos potenciales asociados con diferentes niveles de exposición a la radiación. En general, se considera que a medida que aumenta la dosis de radiación, también lo hace el riesgo de efectos adversos. Sin embargo, la relación entre la dosis y la respuesta no siempre es lineal y puede variar dependiendo del tipo y duración de la exposición, así como de las características individuales del organismo expuesto.

En el contexto de la radioterapia oncológica, la relación dosis-respuesta se utiliza para optimizar los planes de tratamiento y maximizar los beneficios terapéuticos al tiempo que se minimizan los efectos secundarios adversos. Esto implica entender cómo diferentes dosis de radiación afectan a las células cancerosas y normales, y ajustar la dosis en consecuencia para lograr una respuesta deseada.

En resumen, la relación dosis-respuesta en radiación es un concepto clave que describe cómo cambia la respuesta biológica de un organismo o sistema a medida que aumenta o disminuye la dosis de radiación ionizante administrada. Se utiliza en diversos contextos, desde la fijación de límites de exposición seguros hasta la optimización de los planes de tratamiento de radioterapia oncológica.

La Protección Radiológica es una rama de la salud pública y la seguridad que se ocupa de proteger a las personas y el medio ambiente de los efectos perjudiciales de la radiación ionizante. La definición médica específica, según la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP), es:

"La protección radiológica es la ciencia y arte de aplicar conocimientos sobre los efectos biológicos de la radiación ionizante para limitar el riesgo de daño a las personas de una manera justificada y optimizada, teniendo en cuenta los estados actuales y previstos de la ciencia, la tecnología y la economía."

La protección radiológica se basa en tres principios fundamentales:

1. Justificación: Se debe demostrar que el beneficio esperado del uso de la radiación ionizante supera los riesgos potenciales asociados con su uso.

2. Optimización de la protección: La exposición a la radiación ionizante debe mantenerse tan baja como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta los factores económicos y sociales.

3. Límite de dosis: Se establecen límites específicos para la exposición a la radiación ionizante que se consideran aceptables para mantener el riesgo de daño por debajo de un nivel aceptable.

La protección radiológica se aplica en una variedad de situaciones, como en el uso médico y dental de la radiación, en la industria nuclear, en la investigación científica y en el manejo de desechos radiactivos.

La radiación ionizante es un tipo de energía en forma de rayos o partículas que tiene suficiente potencia para quitar electrones de los átomos, creando iones. Esto ocurre cuando la energía de la radiación es capaz de desplazar electrones de sus órbitas alrededor del núcleo atómico.

Este tipo de radiación incluye rayos X y gamma, así como partículas subatómicas como los electrones de alta energía (betas) y neutrones o protones acelerados. La radiación ionizante se utiliza en diversas aplicaciones médicas, como la radioterapia oncológica, la diagnosis por imagen (radiografías, TAC, PET), así como en procedimientos de esterilización y tratamientos estériles en algunos casos.

Debido a su capacidad para dañar el ADN y otras moléculas biológicas importantes, la exposición excesiva a la radiación ionizante puede ser perjudicial para los tejidos vivos y aumenta el riesgo de cáncer y otros efectos adversos sobre la salud. Por esta razón, es importante tomar precauciones apropiadas al manipular y trabajar con fuentes de radiación ionizante.

La tolerancia a la radiación, en términos médicos, se refiere a la máxima dosis de radiación que un tejido u órgano puede soportar sin sufrir efectos adversos graves o daños permanentes. Esta medida depende del tipo y cantidad de radiación, la duración de la exposición, la ubicación del tejido en el cuerpo y la sensibilidad individual del paciente al tratamiento.

La tolerancia a la radiación se utiliza como guía para planificar los esquemas de radioterapia en el tratamiento del cáncer, con el objetivo de destruir las células cancerosas mientras se minimizan los daños a los tejidos sanos circundantes. Los efectos secundarios de la radiación excedente pueden incluir fatiga, náuseas, pérdida del apetito, cambios en la piel y posiblemente daño permanente a los órganos vitales.

Es importante recalcar que cada persona es única y puede tener diferentes niveles de tolerancia a la radiación, por lo que el médico especialista debe individualizar el tratamiento en función de las características particulares del paciente.

La "Liberación de Radiactividad Peligrosa" no es un término médico establecido. Sin embargo, en el contexto del manejo y control de materiales radiactivos, la liberación de radiactividad podría considerarse peligrosa si excede los límites reglamentarios establecidos por las autoridades competentes.

La Autoridad Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés) o la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos, por ejemplo, han establecido límites para la liberación de radiactividad al medio ambiente durante el funcionamiento normal y las emergencias en instalaciones nucleares.

Si la radiactividad liberada excede estos límites reglamentarios, podría considerarse peligrosa debido a los posibles efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente. La exposición a altos niveles de radiación puede aumentar el riesgo de cáncer y otros efectos adversos para la salud.

Por lo tanto, es importante seguir estrictamente los procedimientos y regulaciones establecidos para el manejo y control de materiales radiactivos para minimizar los riesgos asociados con la liberación de radiactividad al medio ambiente.

La radioterapia es un tratamiento médico que utiliza radiaciones ionizantes para eliminar células cancerosas, reducir el tamaño de tumores, aliviar síntomas y, en algunos casos, curar ciertos tipos de cáncer. El objetivo principal es dañar el ADN de las células cancerosas, lo que impide su capacidad de dividirse y crecer, resultando en la muerte celular.

Existen diferentes tipos de radioterapia, incluyendo la radioterapia externa (donde la radiación se administra desde una máquina externa al cuerpo) y la braquiterapia (también conocida como radioterapia interna, donde las fuentes de radiación se colocan directamente dentro o cerca del tumor). La elección del tipo de radioterapia depende del tipo y localización del cáncer, su estadio, la salud general del paciente y otros factores.

La planificación y entrega precisas de la radioterapia requieren el uso de tecnología sofisticada y un equipo multidisciplinario altamente capacitado, incluyendo radiólogos, físicos médicos, técnicos en radiología, enfermeras y otros especialistas. La dosis y la duración del tratamiento varían dependiendo de las necesidades individuales de cada paciente.

Aunque la radioterapia puede causar efectos secundarios, como fatiga, enrojecimiento e irritación de la piel, sequedad o dolor en la boca, diarrea y náuseas, estos generalmente son temporales y manageables con medicamentos y otros tratamientos de apoyo. En raras ocasiones, los pacientes pueden experimentar efectos secundarios más graves y duraderos, como daño a los tejidos sanos circundantes o desarrollo de nuevos cánceres. Sin embargo, el beneficio terapéutico generalmente supera los riesgos asociados con la radioterapia.

Los incidentes con víctimas en masa (Mass Casualty Incidents, MCI) son situaciones en las que un acontecimiento repentino y generalmente traumático causa un gran número de heridos o muertos. Estos eventos pueden sobrepasar los recursos y capacidades de los servicios de emergencia locales para responder y manejar adecuadamente la situación.

Los MCI suelen ser el resultado de desastres naturales, como terremotos o huracanes; accidentes masivos, como colisiones de vehículos grandes o derrumbes estructurales; o actos intencionales violentos, como tiroteos masivos o ataques terroristas.

La definición y el umbral de cuántas víctimas constituyen un MCI pueden variar según las directrices y políticas locales, regionales o nacionales. Sin embargo, generalmente se considera que un incidente con víctimas en masa es aquel en el que el número de personas afectadas supera la capacidad de respuesta rutinaria de los servicios de emergencia y requiere una respuesta coordinada y especializada.

La atención médica en estos escenarios puede ser desafiante, ya que los recursos, como ambulancias, personal médico y hospitales, pueden agotarse rápidamente. La planificación y preparación para MCI incluyen la formación de equipos de respuesta especializados, la implementación de protocolos y procedimientos claros, y la colaboración entre diferentes agencias y organizaciones involucradas en la atención de emergencias.

De acuerdo con la medicina, las heridas y traumatismos se definen como:

1. Heridas: Una herida es una lesión en la piel o los tejidos debajo de ésta, ocasionada por un agente físico, químico o biológico que causa daño. Pueden ser clasificadas como heridas abiertas (donde la superficie de la piel está rota y los tejidos subyacentes están expuestos) o heridas cerradas (donde la piel permanece intacta, pero los tejidos debajo de ésta se dañan). Las heridas también pueden ser categorizadas según su mecanismo de producción, como incisas (causadas por un objeto cortante), contusas (traumatismos cerrados sin pérdida de continuidad tisular) o penetrantes (cuando un objeto perfora la piel y los tejidos subyacentes).

2. Traumatismos: Un traumatismo es una lesión física grave u shock producido por una fuerza externa, ya sea de forma súbita o lenta. Los traumatismos pueden afectar diversas partes del cuerpo y provocar diferentes tipos de daño, desde moretones y esguinces hasta fracturas óseas y lesiones cerebrales graves. El tratamiento de los traumatismos dependerá de la gravedad y el tipo de lesión, pero generalmente implicará medidas para controlar el dolor, prevenir complicaciones y promover la curación.

Es importante mencionar que las heridas y traumatismos pueden ocurrir en diversas situaciones, como accidentes, violencia o negligencia médica, y es fundamental buscar atención médica inmediata en caso de sufrirlos para evitar complicaciones y garantizar una adecuada recuperación.

La irradiación corporal total (TBI, por sus siglas en inglés) es un tratamiento oncológico que implica la exposición de todo el cuerpo del paciente a radiaciones ionizantes. Se utiliza principalmente en el contexto de trasplantes de médula ósea para ayudar a debilitar y destruir las células cancerosas y el sistema inmunológico del receptor, reduciendo así la posibilidad de rechazo del injerto y disminuyendo la carga de células tumorales antes del trasplante.

La TBI generalmente se administra en sesiones diarias durante varios días y el régimen de dosis depende de diversos factores, como el tipo de cáncer, la edad del paciente y su estado de salud general. Los efectos secundarios pueden variar desde náuseas, vómitos y fatiga hasta más graves, como daño a los órganos vitales y trastornos en la médula ósea. Por lo tanto, el proceso se planifica y monitorea cuidadosamente para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios terapéuticos.

Los extractos placentarios se refieren a los preparados líquidos o secos que se obtienen a partir de la placenta, que es un órgano temporal formado durante el embarazo en mamíferos. La placenta sirve como un importante intercambiador de nutrientes y gases entre la madre y el feto.

Los extractos placentarios se producen mediante diversos métodos, como la extracción con solventes, la maceración o la liofilización. Estos extractos contienen una variedad de compuestos bioactivos, incluidas proteínas, lípidos, carbohidratos y hormonas.

En medicina y cosmética, los extractos placentarios se han utilizado por sus supuestas propiedades regenerativas, rejuvenecedoras y curativas. Sin embargo, su eficacia y seguridad siguen siendo objeto de debate y requieren más investigación científica rigurosa.

Es importante señalar que el uso de extractos placentarios puede conllevar riesgos potenciales, como la transmisión de enfermedades infecciosas si no se procesan adecuadamente. Además, su uso durante el embarazo y la lactancia está desaconsejado debido a la falta de evidencia sobre su seguridad y eficacia.

La neumonitis por radiación es una complicación pulmonar que ocurre como resultado de la exposición a dosis altas y fraccionadas de radiación. Es un tipo de neumonitis intersticial, lo que significa que involucra una inflamación del tejido pulmonar. Inicialmente, los síntomas pueden ser leves y similares a un resfriado o gripe, como tos seca, fiebre y dificultad para respirar. Sin embargo, con el tiempo, estos síntomas pueden empeorar y conducir a fibrosis pulmonar, una cicatrización permanente del tejido pulmonar que afecta la capacidad de las personas para respirar.

La neumonitis por radiación es una afección rara pero grave que generalmente ocurre en el contexto de la radioterapia para tratar cánceres torácicos, como el cáncer de mama, pulmón y laringe. El riesgo y la gravedad de la neumonitis por radiación dependen de varios factores, incluida la dosis total y fraccionada de radiación, el volumen de tejido pulmonar irradiado, la existencia de enfermedades pulmonares subyacentes y la exposición previa a la radiación.

El diagnóstico de neumonitis por radiación generalmente se realiza mediante una combinación de historial clínico, exploración física, pruebas de imagenología médica, como tomografías computarizadas de tórax, y análisis de funciones pulmonares. El tratamiento puede incluir corticosteroides orales para reducir la inflamación pulmonar y mejorar los síntomas, así como oxígenoterapia suplementaria y medidas de apoyo respiratorio en casos graves. La prevención es fundamental y se centra en minimizar la exposición a dosis altas de radiación y monitorear cuidadosamente los pacientes durante el tratamiento y el seguimiento.

La capacidad de reacción, también conocida como tiempo de reacción o rapidez de respuesta, se refiere a la velocidad con que un individuo es capaz de procesar estímulos sensoriales y producir una respuesta motora apropiada. Esta habilidad es importante en muchos aspectos de la vida diaria, especialmente en situaciones que requieren atención y acción rápidas, como conducir un coche o practicar deportes.

La capacidad de reacción se mide a menudo en términos de tiempo, con resultados expresados en milisegundos o segundos. Un individuo con una capacidad de reacción más rápida será capaz de procesar y responder a los estímulos más rápidamente que alguien con una capacidad de reacción más lenta.

La capacidad de reacción puede verse afectada por varios factores, incluyendo la edad, la fatiga, el estado de alerta, la atención y la presencia de distracciones o factores estresantes en el entorno. También puede verse afectada por enfermedades neurológicas o lesiones que dañen las vías nerviosas o los centros cerebrales involucrados en el procesamiento sensorial y la producción de respuestas motoras.

Es importante tener en cuenta que la capacidad de reacción no es una medida estática e invariable, sino que puede entrenarse y mejorar con la práctica y el entrenamiento adecuados. Por ejemplo, los conductores que reciben entrenamiento específico en habilidades de conducción pueden desarrollar una capacidad de reacción más rápida y precisa, lo que puede ayudarlos a evitar accidentes y mantenerse seguros en la carretera.

Los rayos gamma, en términos médicos, se definen como una forma de radiación electromagnética de alta energía y corta longitud de onda. Se producen naturalmente en los procesos de desintegración nuclear y también pueden ser generados artificialmente mediante la aceleración de partículas.

En medicina, los rayos gamma se utilizan en diversas aplicaciones terapéuticas y diagnósticas. Uno de los usos más comunes es en la terapia de radiación, donde se dirige un haz de rayos gamma hacia una lesión o tumor para destruir las células cancerosas. También se utilizan en procedimientos de imagenología médica, como la gammagrafía, en la que se inyecta al paciente un radiofármaco que emite rayos gamma, permitiendo así la visualización y el estudio de diversos órganos y sistemas corporales.

Es importante tener en cuenta que, aunque los rayos gamma pueden ser beneficiosos en el tratamiento médico, también pueden ser peligrosos si se manejan incorrectamente o se reciben dosis excesivas. Por lo tanto, su uso debe estar regulado y supervisado por personal médico capacitado.

La radiodermatitis es un término médico que se refiere a la inflamación y daño en la piel causados por la exposición a la radiación ionizante. Esta condición es comúnmente observada en pacientes que reciben radioterapia para el tratamiento de cánceres, especialmente aquellos que involucran tejidos superficiales.

La radiodermatitis se puede clasificar en dos grados: aguda y crónica. La radiodermatitis aguda ocurre durante o poco después del tratamiento con radiación y puede causar enrojecimiento, hinchazón, dolor, ampollas y descamación de la piel. Por otro lado, la radiodermatitis crónica se desarrolla gradualmente con el tiempo, incluso meses o años después del tratamiento, y puede resultar en cambios permanentes en la pigmentación de la piel, sequedad, telangiectasia (dilatación de los vasos sanguíneos), formación de cicatrices y úlceras.

El grado y la gravedad de la radiodermatitis dependen de varios factores, como la dosis total y la tasa de radiación administrada, el volumen del tejido irradiado, la sensibilidad individual de la piel al daño por radiación, la presencia de otras afecciones cutáneas y los factores ambientales. La radiodermatitis puede ser manejada con cuidados de la piel suaves, medicamentos tópicos o sistémicos, y cambios en el plan de tratamiento de radiación, si es necesario.

Los traumatismos encefálicos, también conocidos como lesiones cerebrales traumáticas, se refieren a daños o lesiones en el tejido cerebral que resultan de un trauma físico. Estos traumas pueden ser causados por una variedad de eventos, como accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas, actos violentos o incluso explosiones militares.

Existen dos tipos principales de traumatismos encefálicos: los traumatismos cerrados y los abiertos. Los traumatismos cerrados ocurren cuando el cerebro se mueve violentamente dentro del cráneo después de un impacto, pero el cráneo permanece intacto. Por otro lado, los traumatismos encefálicos abiertos, también llamados penetrantes, suceden cuando un objeto penetra directamente en el cráneo y el tejido cerebral.

Los síntomas de un traumatismo encefálico pueden variar ampliamente dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolores de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, confusión, somnolencia, dificultad para hablar, pérdida de memoria, visión doble o borrosa, zumbido en los oídos y sensibilidad a la luz o el sonido. En casos graves, las personas pueden experimentar convulsiones, coma o incluso la muerte.

El tratamiento de un traumatismo encefálico depende de su severidad. Puede incluir medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación, reposo y observación en un entorno hospitalario, terapia física o de rehabilitación, cirugía para eliminar coágulos sanguíneos o reparar fracturas craneales, o incluso cuidados paliativos en casos graves. La prevención es clave para reducir el riesgo de sufrir un traumatismo encefálico, lo que implica usar cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil, usar cascos al montar bicicletas o motocicletas, y tomar precauciones al practicar deportes de contacto.

La radiometría es una rama de la física que se ocupa del estudio y la medición de las propiedades radiantes, como la intensidad, la fluencia y la absorción, de la radiación electromagnética y corpuscular. En un contexto médico, la radiometría se utiliza a menudo en relación con la medición de la dosis de radiación ionizante absorbida por el tejido corporal durante procedimientos de diagnóstico por imágenes o terapias de radiación.

La unidad básica de medida en radiometría es el vatio (W), que mide la potencia radiante, o la cantidad de energía transportada por la radiación por unidad de tiempo. Otras unidades importantes incluyen el joule (J), que mide la energía radiante total, y el culombio (C), que mide la carga eléctrica transportada por la radiación.

En medicina, la radiometría se utiliza a menudo para garantizar una exposición segura a la radiación durante los procedimientos de diagnóstico por imágenes y las terapias de radiación. Esto incluye el uso de dispositivos de detección de radiación, como los dosímetros personales y los detectores de radiación portátiles, para medir la exposición a la radiación en tiempo real y garantizar que se mantengan dentro de los límites seguros.

También se utiliza en la investigación médica y biológica para estudiar los efectos de la radiación en las células y los tejidos, y en el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías de diagnóstico por imágenes y terapias de radiación.

La radiación, en el contexto médico, se refiere a la emisión y transmisión de energía en forma de ondas o partículas. Existen dos tipos principales de radiación: ionizante y no ionizante.

1. Radiación Ionizante: Este tipo de radiación tiene suficiente energía como para ionizar átomos o moléculas, es decir, arrancar electrones de ellos. La radiación ionizante incluye rayos X y radiaciones gamma, así como partículas subatómicas como los electrones de alta energía (betas) y los neutrones y protones liberados en procesos nucleares. La medicina utiliza la radiación ionizante en procedimientos diagnósticos (como las radiografías y la tomografía computarizada) y terapéuticos (como la radioterapia oncológica).

2. Radiación No Ionizante: Este tipo de radiación no tiene suficiente energía para ionizar átomos o moléculas, pero aún puede interactuar con ellos y provocar efectos biológicos. La radiación no ionizante incluye la luz visible, las ondas de radio, los microondas, los campos electromagnéticos de baja frecuencia y las ondas infrarrojas y ultravioletas. Aunque la radiación no ionizante se utiliza en diversas aplicaciones médicas, como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la terapia con láser, generalmente se considera menos peligrosa que la radiación ionizante debido a sus menores efectos sobre los tejidos corporales.

Es importante tener en cuenta que, aunque la radiación se utiliza comúnmente en el campo médico para mejorar la salud y el bienestar de los pacientes, también conlleva riesgos potenciales. La exposición excesiva a la radiación ionizante puede aumentar el riesgo de cáncer y otros efectos adversos sobre la salud, especialmente en niños y fetos en desarrollo. Por lo tanto, es fundamental que los profesionales médicos administren y supervisen cuidadosamente las pruebas y tratamientos que involucran radiación para garantizar su uso seguro y eficaz.

La fluoroscopía es una técnica de imagenología médica que utiliza rayos X para obtener imágenes en tiempo real del cuerpo humano. Funciona mediante la proyección de un haz de rayos X a través del cuerpo, el cual es captado por un detector situado al otro lado del paciente. Este proceso permite visualizar las estructuras internas en movimiento, lo que resulta especialmente útil durante procedimientos médicos invasivos como angiografías, colocación de stents o inyecciones articulares guiadas por imagen.

La fluoroscopía puede ser utilizada también con contraste, el cual es un líquido que se introduce en el cuerpo para facilitar la visualización de estructuras específicas, como vasos sanguíneos, órganos o tejidos. A diferencia de las radiografías estáticas, la fluoroscopía proporciona una vista continua y dinámica de los movimientos internos del cuerpo, lo que la convierte en una herramienta valiosa para el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones médicas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, al igual que otras pruebas radiológicas, la fluoroscopía implica la exposición a radiación, por lo que se deben tomar precauciones apropiadas para minimizar la dosis recibida por el paciente y el personal médico.

Las Enfermedades Intestinales (EII) se refieren a un grupo de condiciones que involucran el tracto digestivo, específicamente el intestino delgado y el colon. Estas enfermedades pueden causar inflamación, irritación e incapacidad para absorber los nutrientes de los alimentos. Los dos tipos más comunes de EII son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa.

La Enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el ano, pero generalmente se presenta en el intestino delgado y el colon. Puede causar dolor abdominal, diarrea, fatiga, pérdida de apetito y pérdida de peso. En casos graves, puede provocar complicaciones como obstrucción intestinal, fístulas e incluso aumentar el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.

La Colitis Ulcerosa, por otro lado, afecta principalmente al colon y al recto. Causa úlceras en la mucosa del colon, lo que lleva a síntomas como diarrea con sangre, dolor abdominal, urgencia defecatoria y, en ocasiones, incontinencia fecal. También aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal si no se trata adecuadamente.

Ambas condiciones suelen tratarse con medicamentos para controlar la inflamación y mantener la remisión. En algunos casos, especialmente cuando los fármacos no son eficaces o hay complicaciones severas, puede ser necesaria la cirugía.

La radiografía, también conocida como radiología o roentgenografía, es un procedimiento diagnóstico médico que utiliza rayos X para crear imágenes de estructuras internas del cuerpo. Los rayos X son una forma de energía electromagnética similar a la luz, pero con propiedades diferentes. Cuando los rayos X pasan a través del cuerpo, diferentes tejidos absorben diferentes cantidades de radiación, lo que permite que las estructuras internas se distingan en la imagen resultante.

Los huesos, densos y duros, absorben la mayor parte de la radiación y aparecen blancos en la imagen. Los tejidos blandos como los músculos, los órganos y la grasa absorben menos radiación y por lo tanto aparecen más oscuros o negros. Las áreas con una cantidad intermedia de absorción de rayos X, como el pulmón, aparecerán en diferentes tonos de gris.

Las radiografías se utilizan ampliamente en la medicina para diagnosticar una variedad de condiciones y lesiones, desde fracturas óseas hasta enfermedades pulmonares o tumores. Son relativamente rápidas, indoloras y económicas, lo que las convierte en una herramienta importante en el cuidado de la salud. Sin embargo, como exponen al paciente a radiación, se deben tomar precauciones razonables para minimizar la exposición innecesaria.

La dosificación radioterápica es el proceso de determinar y administrar la cantidad adecuada de radiación para alcanzar un objetivo terapéutico específico en el tratamiento del cáncer, mientras se minimiza la exposición a la radiación de los tejidos sanos circundantes. Se mide en unidades llamadas grays (Gy), donde 1 Gy equivale a la absorción de un joule de energía por kilogramo de masa. La dosis prescrita depende de varios factores, como el tipo y el estadio del cáncer, la ubicación del tumor, el estado general de salud del paciente y los posibles efectos secundarios. El proceso de dosificación radioterápica requiere un cuidadoso equilibrio entre maximizar la eficacia terapéutica y minimizar los riesgos potenciales para la salud del paciente.

El monitoreo de radiación es un proceso sistemático y continuo de medir, evaluar y controlar la exposición a la radiación ionizante para garantizar que los niveles estén dentro de los límites seguros establecidos por las regulaciones nacionales e internacionales. Esto se hace mediante el uso de equipos especializados, como dosímetros y dosimetría pasiva, así como procedimientos y protocolos específicos. El objetivo es proteger a los trabajadores, pacientes y el público en general de los efectos nocivos de la radiación ionizante, que pueden incluir daño celular, mutaciones genéticas y cáncer. También se utiliza para garantizar que las instalaciones que utilizan o producen radiación, como centrales nucleares, hospitales e industrias, lo hagan de manera segura y responsable.

Los intestinos, también conocidos como el tracto gastrointestinal inferior, son parte del sistema digestivo. Se extienden desde el final del estómago hasta el ano y se dividen en dos partes: el intestino delgado y el intestino grueso.

El intestino delgado mide aproximadamente 7 metros de largo y es responsable de la absorción de nutrientes, vitaminas y agua de los alimentos parcialmente digeridos que pasan a través de él. Está compuesto por tres secciones: el duodeno, el jejuno y el ilion.

El intestino grueso es más corto, aproximadamente 1,5 metros de largo, y su función principal es la absorción de agua y la excreción de desechos sólidos. Está compuesto por el ciego, el colon (que se divide en colon ascendente, colon transverso, colon descendente y colon sigmoide) y el recto.

El revestimiento interior de los intestinos está recubierto con millones de glándulas que secretan mucus para facilitar el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo. Además, alberga una gran cantidad de bacterias beneficiosas que desempeñan un papel importante en la salud general del cuerpo, especialmente en la digestión y la función inmunológica.

Los traumatismos en atletas se refieren a lesiones físicas que sufren los deportistas como resultado directo de un evento traumático o accidente durante la práctica de un deporte. Estos pueden variar en gravedad desde moretones y esguinces hasta fracturas óseas y daño cerebral.

Los traumatismos más comunes en los atletas incluyen:

1. Contusiones: Lesiones por golpes directos que causan moretones y dolor, pero rara vez provocan lesiones graves.

2. Esguinces: Se producen cuando las ligamentos que conectan los huesos se estiran o desgarran, generalmente como resultado de movimientos bruscos o torceduras. Los esguinces más comunes ocurren en tobillos, muñecas y rodillas.

3. Distensiones: Similares a los esguinces, las distensiones involucran el estiramiento o desgarro de músculos o tendones. Estas suelen ser causadas por movimientos repentos, sobrecargas o falta de calentamiento previo al entrenamiento.

4. Fracturas: Las fracturas ocurren cuando hay una ruptura completa o parcial de un hueso. Pueden resultar de impactos directos, caídas, torsiones excesivas o estrés repetitivo sobre un área determinada.

5. Luxaciones: Una luxación es la salida de un hueso de su articulación normal, lo que puede dañar los tejidos circundantes, incluyendo ligamentos, músculos y nervios.

6. Conmociones cerebrales: Se trata de lesiones en el cerebro causadas por un golpe o sacudida repentina de la cabeza. Las conmociones cerebrales pueden provocar síntomas como dolor de cabeza, mareos, vómitos, visión borrosa y confusión.

7. Lesiones por esfuerzo repetitivo (TER): Este tipo de lesiones se desarrollan gradualmente con el tiempo, a medida que una persona realiza movimientos repetitivos que dañan los tejidos blandos del cuerpo. Ejemplos comunes incluyen tendinitis y bursitis.

Prevenir estas lesiones implica tomar precauciones como calentar antes de entrenamientos y competiciones, usar equipo de protección adecuado, practicar técnicas correctas durante el ejercicio y permitir que el cuerpo se recupere adecuadamente entre sesiones de entrenamiento. Además, es importante estar atento a los síntomas de lesiones y buscar atención médica si surgen problemas.

Los traumatismos de la médula espinal se definen como lesiones físicas a la columna vertebral que causan daño al tejido de la médula espinal y a los nervios dentro. Estas lesiones pueden ocurrir como resultado de un trauma contundente, como en un accidente automovilístico o una caída, o como resultado de un trauma penetrante, como una herida de bala.

Los síntomas de un traumatismo de la médula espinal pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Pueden incluir debilidad o parálisis en alguna parte del cuerpo, pérdida de sensibilidad, espasmos musculares, dificultad para respirar o controlar los intestinos o la vejiga.

El tratamiento inmediato de un traumatismo de la médula espinal es crítico para minimizar el daño y mejorar el resultado final. Por lo general, esto implica la inmovilización de la columna vertebral para evitar más lesiones y la estabilización de la condición general del paciente. La cirugía puede ser necesaria para aliviar la presión sobre la médula espinal o reparar fracturas óseas.

Desafortunadamente, los traumatismos de la médula espinal a menudo conducen a discapacidades permanentes y pueden requerir atención de por vida, como fisioterapia, terapia ocupacional y asistencia para el cuidado personal.

El daño por reperfusión es un término médico que se refiere a lesiones tisulares que ocurren como consecuencia del restablecimiento del flujo sanguíneo después de un período de isquemia, o falta de oxígeno y nutrientes en un tejido debido a la interrupción del suministro de sangre.

Este fenómeno puede ocurrir durante diversos procedimientos médicos, como en el transcurso de una cirugía cardiovascular, un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, cuando se utiliza terapia de reperfusión para restaurar el flujo sanguíneo en los tejidos afectados.

La causa exacta del daño por reperfusión no está completamente clara, pero se cree que involucra una serie de mecanismos complejos, incluyendo la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), inflamación, activación del sistema inmunológico y trastornos en la coagulación sanguínea.

Los síntomas y el alcance del daño por reperfusión pueden variar dependiendo de la gravedad de la isquemia previa y la eficacia de la reperfusión. Pueden incluir inflamación, edema, necrosis tisular y disfunción orgánica. En casos graves, el daño por reperfusión puede conducir a insuficiencia orgánica y falla múltiple de órganos, lo que representa un resultado desfavorable para los pacientes.

Prevención y tratamiento del daño por reperfusión siguen siendo un área activa de investigación en el campo médico. Las estrategias actuales incluyen el uso de fármacos antioxidantes, antiinflamatorios y moduladores inmunológicos, así como técnicas de reperfusión isquémica controlada y terapia hipotérmica.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

Las neoplasias encefálicas, también conocidas como tumores cerebrales, se refieren a un crecimiento anormal de células en el tejido cerebral. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos tienden a crecer más lentamente y suelen ser menos invasivos, mientras que los tumores malignos crecen y se diseminan más rápidamente, invadiendo el tejido circundante.

Las neoplasias encefálicas pueden originarse en el propio cerebro (tumores primarios) o spread a the cerebro desde otras partes del cuerpo (tumores secundarios o metastásicos). Los síntomas varían dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor, pero pueden incluir dolores de cabeza recurrentes, convulsiones, problemas de visión, cambios en el comportamiento o personalidad, dificultad para caminar o mantener el equilibrio, y déficits cognitivos.

El tratamiento dependerá del tipo y la etapa del tumor, y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La pronóstico varía ampliamente, desde excelente para algunos tumores benignos con alto índice de curación hasta muy malo para los tumores cerebrales más agresivos y avanzados.

Los ratones consanguíneos C57BL, también conocidos como ratones de la cepa C57BL o C57BL/6, son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica. La designación "C57BL" se refiere al origen y los cruces genéticos específicos que se utilizaron para establecer esta cepa particular.

La letra "C" indica que el ratón es de la especie Mus musculus, mientras que "57" es un número de serie asignado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) en los Estados Unidos. La "B" se refiere al laboratorio original donde se estableció la cepa, y "L" indica que fue el laboratorio de Little en la Universidad de Columbia.

Los ratones consanguíneos C57BL son genéticamente idénticos entre sí, lo que significa que tienen el mismo conjunto de genes en cada célula de su cuerpo. Esta uniformidad genética los hace ideales para la investigación biomédica, ya que reduce la variabilidad genética y facilita la comparación de resultados experimentales entre diferentes estudios.

Los ratones C57BL son conocidos por su resistencia a ciertas enfermedades y su susceptibilidad a otras, lo que los hace útiles para el estudio de diversas condiciones médicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurológicas. Además, se han utilizado ampliamente en estudios de genética del comportamiento y fisiología.

La necrosis es el proceso por el cual las células mueren en respuesta a lesiones tisulares irreversibles. Esto puede ser causado por diversos factores, como la falta de suministro de sangre (isquemia), infecciones, toxinas o traumatismos. Durante la necrosis, las células no pueden realizar sus funciones normales y eventualmente mueren. El tejido necrótico a menudo se descompone y se elimina por los mecanismos naturales del cuerpo, como la inflamación y la acción de los glóbulos blancos. Los diferentes tipos de necrosis incluyen necrosis coagulativa, necrosis caseosa, necrosis grasa y necrosis fibrinoide. La necrosis se distingue de la apoptosis, que es una forma controlada y ordenada de muerte celular que ocurre como parte del desarrollo normal y mantenimiento de los tejidos.

La oncología radioterápica, también conocida como radiación oncológica o terapia de radiación, es una especialidad médica que involucra el uso de radiaciones ionizantes en el tratamiento del cáncer. El objetivo principal de esta forma de tratamiento es destruir las células cancerosas y reducir la probabilidad de que el cáncer regrese, al mismo tiempo que se minimiza el daño a los tejidos normales circundantes.

La radiación oncológica puede administrarse de varias maneras, dependiendo del tipo y la ubicación del cáncer. Algunos de los métodos más comunes incluyen:

1. Radioterapia externa: La radiación se administra desde una máquina externa que dirige un haz de rayos X o protones hacia el cáncer.
2. Braquiterapia: La radiación se coloca directamente en el cáncer, a menudo mediante pequeñas semillas radiactivas que se insertan quirúrgicamente en el tejido afectado.
3. Radiación sistémica: Los medicamentos radiactivos se inyectan en el torrente sanguíneo y viajan a través del cuerpo, emitiendo radiación mientras se acumulan en las células cancerosas.

La oncología radioterápica puede utilizarse como tratamiento único o en combinación con otros tratamientos contra el cáncer, como quimioterapia y cirugía. Los oncólogos radioterapeutas son médicos especializados en el diseño e implementación de planes de tratamiento personalizados para cada paciente, teniendo en cuenta factores como el tipo y la etapa del cáncer, la edad y el estado general de salud del paciente.

El tracto gastrointestinal (GI), también conocido como el sistema digestivo, es un conjunto complejo de órganos que desempeñan un papel crucial en la digestión de los alimentos, la absorción de nutrientes y el procesamiento y eliminación de residuos sólidos. Comienza en la boca y termina en el ano.

El tracto gastrointestinal incluye los siguientes órganos:

1. Boca: Es donde comienza el proceso digestivo con la masticación y mezcla de alimentos con saliva.

2. Faringe: Conecta la boca con el esófago y actúa como un conducto para los alimentos y líquidos hacia el estómago.

3. Esófago: Es un tubo muscular que transporta los alimentos desde la faringe hasta el estómago.

4. Estómago: Es una bolsa muscular en forma de J donde se almacenan y descomponen los alimentos mediante los ácidos y enzimas gástricas.

5. Intestino Delgado: Es un tubo largo y delgado que mide aproximadamente 7 metros de longitud, donde se absorben la mayoría de los nutrientes de los alimentos digeridos. Se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon.

6. Intestino Grueso: Es un tubo más corto y ancho que mide aproximadamente 1,5 metros de longitud, donde se absorbe el agua y las sales y se almacenan los desechos sólidos antes de ser eliminados del cuerpo. Se divide en tres partes: ciego, colon y recto.

7. Ano: Es la abertura final del tracto gastrointestinal donde se eliminan los desechos sólidos del cuerpo.

El tracto gastrointestinal también contiene una gran cantidad de bacterias beneficiosas que ayudan a descomponer los alimentos, producir vitaminas y proteger contra las infecciones.

El Puntaje de Gravedad del Traumatismo, también conocido como Injury Severity Score (ISS), es una herramienta medica utilizada para evaluar el nivel de gravedad de las lesiones traumáticas sufridas por un paciente. Es especialmente útil en situaciones donde un individuo ha experimentado múltiples lesiones en diferentes partes del cuerpo.

El ISS se calcula mediante la evaluación de cada una de las lesiones individuales según la Escala de Gravedad de Lesiones (Abbreviated Injury Scale o AIS). Cada lesión se clasifica en una escala de 1 a 6, donde 1 representa lesiones menores y 6 indica lesiones potencialmente letales. Luego, los tres sistemas corporales más afectados se identifican y se asigna un valor AIS a cada uno. El cuadrado del valor AIS de cada uno de estos sistemas corporales se suma para obtener el ISS.

Por lo tanto, la fórmula para calcular el ISS es: ISS = (AIS1)^2 + (AIS2)^2 + (AIS3)^2

Donde AIS1, AIS2 y AIS3 representan las lesiones más graves en los tres sistemas corporales más afectados. El rango de puntaje del ISS va de 0 a 75, donde un puntaje de 0 indica que no se han encontrado lesiones graves, y un puntaje de 75 sugiere que se trata de lesiones potencialmente mortales.

El Puntaje de Gravedad del Traumatismo es una herramienta ampliamente utilizada en la práctica clínica y en investigaciones relacionadas con traumatismos, ya que ayuda a los profesionales médicos a tomar decisiones informadas sobre el manejo y tratamiento de pacientes con múltiples lesiones.

La supervivencia celular se refiere a la capacidad de las células para continuar viviendo y funcionando normalmente, incluso en condiciones adversas o estresantes. Esto puede incluir resistencia a fármacos citotóxicos, radiación u otros agentes dañinos. La supervivencia celular está regulada por una variedad de mecanismos, incluyendo la activación de rutas de reparación del ADN, la inhibición de apoptosis (muerte celular programada) y la promoción de la autofagia (un proceso de reciclaje celular). La supervivencia celular es un concepto importante en oncología, donde las células cancerosas a menudo desarrollan resistencia a los tratamientos contra el cáncer. También es relevante en el contexto de la medicina regenerativa y la terapia celular, donde el objetivo puede ser mantener la supervivencia y función de las células trasplantadas.

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano en términos de superficie y peso. Desde un punto de vista médico, la piel se define como un órgano complejo con múltiples capas y funciones vitales. Está compuesta por dos principales componentes: el tejido epitelial (epidermis) y el tejido conectivo (dermis). La epidermis proporciona una barrera protectora contra los patógenos, mientras que la dermis contiene glándulas sudoríparas, folículos pilosos, vasos sanguíinos y nervios.

La piel desempeña varias funciones importantes para la homeostasis y supervivencia del cuerpo humano:

1. Protección: La piel actúa como una barrera física contra los agentes externos dañinos, como bacterias, virus, hongos, toxinas y radiación ultravioleta (UV). También previene la pérdida excesiva de agua y electrolitos del cuerpo.

2. Termorregulación: La piel ayuda a regular la temperatura corporal mediante la sudoración y la vasodilatación o vasoconstricción de los vasos sanguíneos en la dermis.

3. Sensación: Los nervios en la piel permiten detectar estímulos táctiles, térmicos, dolorosos y propioceptivos, lo que nos ayuda a interactuar con nuestro entorno.

4. Immunidad: La piel desempeña un papel crucial en el sistema inmune al proporcionar una barrera contra los patógenos y al contener células inmunes que pueden detectar y destruir microorganismos invasores.

5. Síntesis de vitamina D: La piel contiene una forma de colesterol llamada 7-dehidrocolesterol, que se convierte en vitamina D3 cuando se expone a la luz solar UVB. La vitamina D es importante para la absorción de calcio y el mantenimiento de huesos y dientes saludables.

6. Excreción: Además de la sudoración, la piel también excreta pequeñas cantidades de desechos metabólicos a través de las glándulas sebáceas y sudoríparas apocrinas.

La Lesión Pulmonar (también conocida como Daño Pulmonar) se refiere a un espectro de condiciones que causan daño o disfunción en el tejido pulmonar. Puede variar desde lesiones leves hasta graves, y puede ser reversible o irreversible.

Las causas más comunes incluyen infecciones (como neumonía, influenza o SARS-CoV-2), trauma físico (como una contusión pulmonar por un traumatismo torácico), inhalación de toxinas (como humo de cigarrillo, gases tóxicos o químicos), enfermedades pulmonares intersticiales y afecciones relacionadas con la ventilación mecánica.

Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, dolor al respirar, tos, sibilancias, opresión en el pecho y en casos graves, insuficiencia respiratoria. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una combinación de historial clínico, examen físico, radiografías de tórax y pruebas funcionales pulmonares. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, oxígenoterapia, medicamentos antiinflamatorios o, en casos graves, ventilación mecánica.

Los traumatismos de la pierna se refieren a lesiones físicas que ocurren en cualquier parte de la extremidad inferior, desde la cadera hasta el pie. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de eventos, como accidentes automovilísticos, caídas, deportes de contacto y objetos contundentes o afilados.

Los traumatismos en la pierna pueden variar en gravedad desde moretones y esguinces leves hasta fracturas complejas y lesiones en los tejidos blandos, como desgarros de ligamentos, músculos o tendones. En casos graves, los traumatismos en la pierna pueden incluso resultar en daño a los vasos sanguíneos y nervios, lo que puede llevar a complicaciones más serias, como la pérdida de movilidad o sensación en la pierna.

El tratamiento para los traumatismos en la pierna dependerá del tipo y gravedad de la lesión. En casos leves, el descanso, la compresión y el hielo pueden ser suficientes para promover la curación. Sin embargo, en casos más graves, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para estabilizar las fracturas o reparar los tejidos dañados. El pronóstico también varía dependiendo de la gravedad de la lesión, pero con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas pueden recuperarse completamente de un traumatismo en la pierna.

La cepa de rata Sprague-Dawley es una variedad comúnmente utilizada en la investigación médica y biológica. Fue desarrollada por los criadores de animales de laboratorio Sprague y Dawley en la década de 1920. Se trata de un tipo de rata albina, originaria de una cepa de Wistar, que se caracteriza por su crecimiento relativamente rápido, tamaño grande y longevidad moderada.

Las ratas Sprague-Dawley son conocidas por ser genéticamente diversas y relativamente libres de mutaciones espontáneas, lo que las hace adecuadas para un amplio espectro de estudios. Se utilizan en una variedad de campos, incluyendo la toxicología, farmacología, fisiología, nutrición y oncología, entre otros.

Es importante mencionar que, aunque sean comúnmente empleadas en investigación, las ratas Sprague-Dawley no son representativas de todas las ratas o de los seres humanos, por lo que los resultados obtenidos con ellas pueden no ser directamente aplicables a otras especies.

La apoptosis es un proceso programado de muerte celular que ocurre de manera natural en las células multicelulares. Es un mecanismo importante para el desarrollo, la homeostasis y la respuesta inmunitaria normal. La apoptosis se caracteriza por una serie de cambios citológicos controlados, incluyendo contracción celular, condensación nuclear, fragmentación del ADN y formación de vesículas membranosas que contienen los restos celulares, las cuales son posteriormente eliminadas por células especializadas sin desencadenar una respuesta inflamatoria. La apoptosis puede ser activada por diversos estímulos, como daño celular, falta de factores de supervivencia, activación de receptores de muerte y exposición a radiaciones o quimioterapia.

La radiación cósmica se refiere a las partículas energéticas y los rayos gamma de alta energía que viajan a través del espacio y provienen de diversas fuentes, como el sol, otras estrellas, galaxias lejanas y fenómenos astronómicos exóticos como los cuásares y las supernovas.

Existen dos tipos principales de radiación cósmica: la radiación cósmica solar (CCR) y la radiación cósmica galáctica (CGR). La CCR es producida principalmente por el sol y consiste en protones, electrones y iones pesados. Los niveles de CCR varían dependiendo de la actividad solar y son más altos durante los períodos de intensa actividad solar, como las tormentas solares.

Por otro lado, la CGR es mucho más energética y peligrosa que la CCR. Proviene de fuentes cósmicas distantes, como restos de supernovas y agujeros negros activos en el universo. La CGR está compuesta principalmente por protones de alta energía, pero también incluye electrones, neutrones y rayos gamma.

La radiación cósmica puede tener efectos nocivos en los sistemas biológicos, especialmente en los tejidos vivos. La exposición a la radiación cósmica puede causar daño al ADN, lo que puede conducir al desarrollo de cáncer y otros trastornos genéticos. Además, la exposición prolongada o intensa a la radiación cósmica también puede dañar los sistemas nerviosos y cardiovasculares, así como afectar el rendimiento cognitivo y la función inmunológica.

Es por esta razón que los astronautas que viajan al espacio están expuestos a niveles mucho más altos de radiación que las personas en la Tierra, lo que representa un riesgo significativo para su salud y seguridad. Los científicos están trabajando en el desarrollo de tecnologías y materiales que puedan proteger a los astronautas de los efectos nocivos de la radiación cósmica, como escudos de radiación más eficaces y sistemas de detección y alerta temprana.

Una lesión ocular se refiere a cualquier daño que ocurre en la estructura del ojo. Esto puede incluir daños en la córnea, el iris, el cristalino, la esclerótica, la retina o los vasos sanguíneos dentro del ojo. Las lesiones oculares pueden ser causadas por una variedad de factores, que incluyen traumatismos mecánicos, químicos o térmicos, infecciones o enfermedades sistémicas.

Los síntomas de una lesión ocular pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolor o molestia en el ojo, enrojecimiento, lagrimeo, visión borrosa, sensibilidad a la luz, manchas flotantes en el campo visual, y dolores de cabeza.

El tratamiento para las lesiones oculares dependerá del tipo y la gravedad de la lesión. Algunas lesiones menores pueden sanar por sí solas con descanso y cuidados personales, mientras que otras pueden requerir intervención médica o quirúrgica. Es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir una lesión ocular, especialmente si hay dolor severo, pérdida de visión, o si el objeto que causó la lesión todavía está en el ojo.

Prevenir las lesiones oculares es siempre mejor que curarlas. Se recomienda usar protección ocular durante actividades que puedan representar un riesgo para los ojos, como trabajos de bricolaje, jardinería, deportes de contacto, y uso de productos químicos domésticos.

La recurrencia local de neoplasia se refiere al retorno del crecimiento canceroso (neoplasia) en el mismo lugar donde previamente se había tratado y eliminado un tumor maligno. Después del tratamiento, como la cirugía o la radioterapia, algunas células cancerosas pueden quedar atrás y sobrevivir, aunque en número muy pequeño. Con el tiempo, estas células restantes pueden multiplicarse nuevamente y formar un nuevo tumor en el mismo sitio donde se encontraba el original.

La recurrencia local de neoplasia es distinta a la metástasis, que es la diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo más allá del sitio primario de la enfermedad. Sin embargo, ambas situaciones pueden ocurrir simultáneamente o secuencialmente en el curso de la enfermedad neoplásica. El riesgo y la probabilidad de recurrencia local dependen del tipo de cáncer, su extensión inicial, los factores pronósticos asociados y la eficacia del tratamiento inicial.

La mucosa intestinal es la membrana delicada y altamente vascularizada que reviste el interior del tracto gastrointestinal. Es la primera barrera entre el lumen intestinal y el tejido subyacente, y desempeña un papel crucial en la absorción de nutrientes, la secreción de electrolitos y líquidos, y la protección contra patógenos y toxinas.

La mucosa intestinal está compuesta por epitelio simple columnar, que forma una capa continua de células que recubren la superficie interna del intestino. Estas células están unidas entre sí por uniones estrechas, lo que ayuda a mantener la integridad de la barrera intestinal y a regular el paso de moléculas y iones a través de ella.

Además, la mucosa intestinal contiene glándulas especializadas, como las glándulas de Lieberkühn, que secretan mucus y enzimas digestivas para facilitar la absorción de nutrientes y proteger la mucosa contra el daño. La mucosa intestinal también alberga una gran cantidad de bacterias beneficiosas, conocidas como microbiota intestinal, que desempeñan un papel importante en la salud digestiva y general.

La integridad y la función adecuadas de la mucosa intestinal son esenciales para la salud digestiva y general, y su deterioro puede contribuir al desarrollo de diversas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, la síndrome del intestino irritable y algunos trastornos autoinmunes.

El intestino delgado es la porción del sistema digestivo que se encuentra entre el estómago y el intestino grueso. Tiene alrededor de 6 metros de largo en los humanos y su función principal es la absorción de nutrientes, agua y electrolitos de los alimentos parcialmente digeridos que provienen del estómago. Está compuesto por tres partes: duodeno, jejuno e ileón. El duodeno es la primera parte y se conecta al estómago; el jejuno y el ilión son las partes media y final respectivamente, y se unen con el intestino grueso. La superficie interna del intestino delgado está recubierta de vilosidades, pequeñas proyecciones que aumentan la superficie de absorción. Las enzimas digestivas secretadas por el páncreas y el hígado actúan en el intestino delgado para descomponer los alimentos en moléculas más pequeñas que puedan ser absorbidas.

La Lesión Pulmonar Aguda (LPA) es un término genérico que se utiliza para describir una afección en la cual hay daño agudo en el tejido pulmonar, lo que produce dificultad para respirar. Esta lesión puede ser causada por varios factores, incluyendo inhalación de sustancias tóxicas, infecciones graves, como la neumonía bacteriana o viral, o condiciones médicas subyacentes, como la sepsis.

La LPA se caracteriza por una inflamación severa en los pulmones, lo que provoca un aumento de la permeabilidad vascular, es decir, las paredes de los vasos sanguíneos se vuelven más permeables, permitiendo que el líquido se filtre hacia los espacios aéreos de los pulmones (alveolos). Esto lleva a la acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar), dificultando la capacidad del oxígeno para pasar desde los alveolos hasta la sangre.

Los síntomas más comunes de la LPA incluyen disnea (dificultad para respirar), taquipnea (respiración rápida), cianosis (color azulado en la piel y las membranas mucosas debido a la falta de oxígeno), hipoxemia (bajos niveles de oxígeno en la sangre) e infiltrados pulmonares, los cuales se pueden observar en una radiografía de tórax.

El tratamiento de la Lesión Pulmonar Aguda depende de la causa subyacente y puede incluir terapia de reemplazo respiratorio (ventilación mecánica), oxigenoterapia, medicamentos para reducir la inflamación y antibióticos en caso de infección. En algunos casos graves, se puede requerir un trasplante pulmonar.

Las neoplasias inducidas por radiación se refieren a los crecimientos anormales o tumores que se desarrollan como resultado de la exposición a dosis elevadas y dañinas de radiación. La radiación, especialmente cuando es de alta intensidad y frecuencia, puede dañar el ADN celular, alterando su capacidad de replicarse y regenerarse correctamente. Este daño genético puede conducir al desarrollo de células cancerosas, que pueden multiplicarse sin control y formar tumores malignos.

Existen diferentes tipos de neoplasias inducidas por radiación, dependiendo del tipo y la ubicación de las células afectadas. Algunos de los más comunes incluyen el cáncer de pulmón, leucemia, cáncer de mama y tumores cerebrales. El riesgo de desarrollar estas neoplasias aumenta con la dosis y la duración de la exposición a la radiación.

Es importante destacar que la exposición a dosis bajas y moderadas de radiación, como las recibidas durante los exámenes médicos o de seguridad, no se consideran suficientemente dañinas para inducir neoplasias. Sin embargo, es fundamental minimizar la exposición innecesaria a la radiación y seguir siempre las recomendaciones y precauciones establecidas por los profesionales médicos y de seguridad.

Los radiofármacos son sustancias químicas que contienen radionúclidos, es decir, átomos que emiten radiación. Estas sustancias se utilizan en medicina nuclear con fines diagnósticos y terapéuticos. Cuando un radiofármaco es administrado a un paciente, los radionúclidos se distribuyen en el cuerpo y emiten radiación, la cual puede ser detectada y medida para obtener información sobre el funcionamiento de órganos y tejidos, o para destruir células anormales en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.

Los radiofármacos diagnósticos suelen ser administrados por vía oral o inyectados en una vena, y se concentran en los órganos o tejidos que se desea examinar. La radiación emitida por los radionúclidos es detectada por equipos especiales como gammacámaras o TAC, lo que permite obtener imágenes del interior del cuerpo y evaluar su funcionamiento.

Por otro lado, los radiofármacos terapéuticos se utilizan para tratar enfermedades como el cáncer, ya que los radionúclidos pueden destruir células anormales al emitir radiación. Estos radiofármacos suelen ser administrados por vía intravenosa y se distribuyen en el cuerpo, concentrándose en las células cancerosas y destruyéndolas con la radiación emitida.

En resumen, los radiofármacos son sustancias químicas que contienen radionúclidos y se utilizan en medicina nuclear para diagnóstico y tratamiento de enfermedades, aprovechando las propiedades de la radiación emitida por los radionúclidos.

Los traumatismos del cuello, también conocidos como lesiones cervicales, se refieren a daños físicos sufridos por el cuello como resultado de una fuerza repentina o impacto. Estos traumatismos pueden involucrar tejidos blandos como músculos, ligamentos y tendones, así como estructuras más complejas como los discos intervertebrales y la médula espinal.

Un tipo común de trauma cervical es el latigazo cervical, que generalmente ocurre durante un accidente automovilístico en el que el vehículo se detiene repentinamente o es golpeado por detrás. Esto hace que la cabeza sea lanzada hacia adelante y luego hacia atrás con fuerza, estirando excesivamente los músculos y ligamentos del cuello.

Otro tipo de trauma cervical grave es una lesión de la columna vertebral cervical, que puede resultar en daño a la médula espinal. Estas lesiones pueden causar parálisis o pérdida permanente de la función corporal por debajo del nivel de la lesión.

Los síntomas de un traumatismo cervical pueden incluir dolor de cuello, rigidez, dolores de cabeza, mareos, entumecimiento u hormigueo en las manos o los brazos, y dificultad para caminar o mantener el equilibrio. En casos graves, podrían haber problemas respiratorios o pérdida del control de esfínteres. El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y puede incluir medicamentos para el dolor, inmovilización con un collar cervical, fisioterapia o cirugía en casos severos.

La radiación de fondo se refiere a la exposición constante y generalizada a la radiación ionizante que todos experimentamos en nuestro entorno diario. Está presente en el medio ambiente natural y también puede provenir de fuentes artificiales. La radiación de fondo incluye rayos cósmicos procedentes del espacio exterior, radiación emitida por el suelo, rocas, agua y materiales de construcción, así como pequeñas cantidades de radiación procedente de pruebas médicas, reactores nucleares y desechos radiactivos. La dosis de radiación de fondo varía según la ubicación geográfica y los niveles de actividad humana. Aunque no podemos evitar por completo la exposición a la radiación de fondo, es generalmente baja y se considera que tiene un riesgo relativamente pequeño para la salud humana en comparación con las dosis más altas de radiación recibidas durante procedimientos médicos o accidentes nucleares.

Neoplasia es un término médico que se refiere al crecimiento anormal y excesivo de tejido en el cuerpo, lo que resulta en la formación de una masa o tumor. Este crecimiento celular descontrolado puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso).

Las neoplasias benignas suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por lo general, pueden ser extirpadas quirúrgicamente y rara vez representan un peligro para la vida. Ejemplos de neoplasias benignas incluyen lipomas (tumores grasos), fibromas uterinos y pólipos intestinales.

Por otro lado, las neoplasias malignas tienen el potencial de invadir tejidos adyacentes y propagarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o circulatorio, un proceso conocido como metástasis. Estos tipos de neoplasias pueden ser altamente agresivos y dañinos, pudiendo causar graves complicaciones de salud e incluso la muerte. Ejemplos de neoplasias malignas incluyen carcinomas (cánceres que se originan en los tejidos epiteliales), sarcomas (cánceres que se originan en el tejido conectivo) y leucemias (cánceres de la sangre).

El diagnóstico y tratamiento tempranos de las neoplasias son cruciales para garantizar los mejores resultados posibles en términos de salud y supervivencia del paciente.

La Fluorodesoxiglucosa F18, también conocida como FDG-18, es un compuesto radiactivo utilizado en medicina nuclear como agente de diagnóstico en imágenes por tomografía computarizada por emisión de positrones (PET). Es un análogo de la glucosa etiquetada con flúor-18, un isótopo radiactivo.

Después de ser inyectado en el cuerpo, la FDG-18 es absorbida por células en proporción a su tasa metabólica, lo que significa que las células que están utilizando más energía, como las células cancerosas, absorberán más FDG-18. Luego, el flúor-18 emite positrones que interactúan con electrones circundantes, produciendo rayos gamma detectables por la cámara PET.

Esta técnica permite a los médicos localizar y evaluar diversas condiciones médicas, especialmente el cáncer, ya que las células cancerosas suelen consumir glucosa en mayor cantidad que las células normales. Sin embargo, también se utiliza en la evaluación de enfermedades neurológicas y cardiovasculares.

Los traumatismos abdominales se definen como lesiones físicas que ocurren en el abdomen, usualmente como resultado de un trauma contuso o penetrante. Pueden involucrar cualquiera de los órganos abdominales, incluyendo el bazo, hígado, páncreas, estómago, intestinos, riñones y glándulas suprarrenales. Los traumatismos abdominales pueden variar en gravedad desde lesiones leves hasta lesiones potencialmente mortales.

Los traumatismos abdominales contusos usualmente son el resultado de un impacto violento al abdomen, como en un accidente automovilístico o una caída. Estas lesiones pueden causar daño a los órganos internos debido al aumento de presión dentro del abdomen.

Por otro lado, los traumatismos abdominales penetrantes suelen ser el resultado de objetos filosos o punzantes, como cuchillos o balas, que penetran directamente en el abdomen. Estas lesiones pueden causar daño directo a los órganos abdominales a través de los cuales pasa el objeto.

Los síntomas de un traumatismo abdominal pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, distensión abdominal, sangrado interno y shock. El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y puede incluir observación, manejo de síntomas, cirugía o, en casos graves, cuidados intensivos.

Las células madre, también conocidas como células troncales, son células que tienen la capacidad de renovarse a sí mismas a través de la división mitótica y diferenciarse en una variedad de tipos celulares especializados. Existen dos categorías principales de células madre: células madre embrionarias y células madre adultas.

Las células madre embrionarias se encuentran en el blastocisto, un estadio temprano del desarrollo embrionario, y tienen la capacidad de diferenciarse en cualquier tipo celular del cuerpo humano. Estas células son controversiales debido a su origen embrionario y los problemas éticos asociados con su obtención y uso.

Por otro lado, las células madre adultas se encuentran en tejidos maduros y tienen la capacidad de diferenciarse en tipos celulares específicos del tejido en el que residen. Por ejemplo, las células madre hematopoyéticas se pueden encontrar en la médula ósea y pueden diferenciarse en diferentes tipos de células sanguíneas.

Las células madre tienen aplicaciones potenciales en la medicina regenerativa, donde se utilizan para reemplazar tejidos dañados o enfermos. Sin embargo, el uso clínico de células madre aún está en fase de investigación y desarrollo, y hay muchas preguntas éticas y científicas que necesitan ser abordadas antes de que se puedan utilizar ampliamente en la práctica clínica.

La Lesión Renal Aguda (LRA) se define como una disminución repentina en la función renal que generalmente ocurre dentro de las 48 horas y es reversible. Se caracteriza por un aumento agudo en los niveles séricos de creatinina y urea, así como alteraciones en otras pruebas de laboratorio relacionadas con la función renal. La LRA puede ser causada por diversos factores, incluyendo hipovolemia, sepsis, obstrucción urinaria, enfermedades glomerulares, nefropatía tóxica y isquemia renal. El diagnóstico se realiza mediante análisis de orina y sangre, ecografías y otros estudios de imagen, así como biopsias renales en algunos casos. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medidas de soporte, terapia de reemplazo renal y medicamentos específicos para tratar la afección subyacente.

Los traumatismos del brazo se refieren a lesiones físicas que ocurren en cualquier parte del brazo, desde el hombro hasta la muñeca. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de eventos, como accidentes automovilísticos, caídas, deportes de contacto o lesiones relacionadas con el trabajo.

Los tipos comunes de traumatismos del brazo incluyen:

1. Contusiones: Moretones que ocurren cuando los vasos sanguíneos se rompen bajo la piel, causando hemorragia y hinchazón.

2. Esguinces: Lesiones en los ligamentos que conectan los huesos en las articulaciones. Los esguinces pueden variar desde leves a graves, dependiendo del grado de daño en el ligamento.

3. Fracturas: Rompimientos completos o parciales de un hueso. Las fracturas pueden ser clasificadas como cerradas (sin herida abierta) o abiertas (con herida abierta).

4. Luxaciones: Desalineación completa de los extremos de dos huesos en una articulación. Una luxación puede dañar los tejidos circundantes, incluyendo ligamentos, tendones y nervios.

5. Distensiones: Lesiones en los músculos o tendones que conectan el músculo al hueso. Las distensiones pueden variar desde leves a graves, dependiendo del grado de daño en el tejido.

6. Quemaduras: Daños en la piel y los tejidos subyacentes causados por exposición al calor, electricidad, químicos o radiación.

El tratamiento para los traumatismos del brazo depende del tipo y gravedad de la lesión. Puede incluir primeros auxilios, inmovilización, medicamentos para el dolor, terapia física o cirugía. En todos los casos, es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir un traumatismo.

Los traumatismos por explosión se definen como lesiones físicas y psicológicas que resultan del impacto directo o indirecto de una explosión. Estas lesiones pueden ser causadas por la onda de presión expansiva generada por la explosión, proyectiles expulsados ​​por la detonación, incendios subsiguientes o colapso estructural.

Los traumatismos por explosión se clasifican generalmente en tres categorías:

1. Primaria: Lesiones causadas directamente por la onda de presión expansiva, que puede resultar en daño pulmonar, lesiones cerebrales traumáticas y daño auditivo.

2. Secundaria: Lesiones causadas por objetos proyectados o fragmentos que salen disparados durante la explosión, los cuales pueden provocar heridas penetrantes o contusas en cualquier parte del cuerpo.

3. Terciaria: Lesiones sufridas como resultado de ser lanzado o arrojado por la fuerza de la explosión, incluyendo fracturas óseas, luxaciones y moretones.

Además, existen dos categorías adicionales de lesiones asociadas con traumatismos por explosión:

4. Lesiones químicas: Intoxicación o envenenamiento debido a la inhalación o absorción de sustancias tóxicas presentes en los gases de combustión generados durante la explosión.

5. Lesiones psicológicas: Trastornos mentales y emocionales, como estrés postraumático, ansiedad, depresión y trastorno de estrés agudo, que pueden desarrollarse como resultado del evento traumático.

Los traumatismos por explosión representan un desafío único en el tratamiento médico debido a su complejidad y a la variedad de lesiones que pueden presentar. El manejo inicial de estas víctimas requiere un enfoque multidisciplinario, con atención simultánea a las lesiones físicas y psicológicas.

Los traumatismos de la mano se refieren a lesiones físicas que ocurren en cualquier parte de la estructura compleja de la mano, incluyendo huesos, músculos, tendones, ligamentos, articulaciones, nervios y vasos sanguíneos. Estas lesiones pueden resultar de una variedad de accidentes o eventos, como caídas, colisiones, quemaduras, cortes, mordeduras u otras formas de trauma físico.

Los ejemplos específicos de traumatismos de la mano incluyen fracturas (roturas) de huesos, esguinces o distensiones de ligamentos, cortes o contusiones en los tejidos blandos, quemaduras térmicas o químicas, amputaciones parciales o totales de dedos, y lesiones nerviosas que pueden causar entumecimiento o pérdida de movimiento.

El tratamiento de los traumatismos de la mano depende del tipo y gravedad de la lesión. Puede incluir primeros auxilios básicos, inmovilización y enfriamiento de la zona afectada, o en casos más graves, puede requerir cirugía, terapia física o rehabilitación a largo plazo. Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha un traumatismo grave en la mano para prevenir complicaciones y promover una recuperación óptima.

Los traumatismos torácicos se refieren a lesiones físicas que ocurren en el pecho, también conocido como la cavidad torácica. Esta área del cuerpo contiene importantes órganos vitales, incluyendo los pulmones, el corazón, los grandes vasos sanguíneos, la tráquea, el esófago y el sistema nervioso.

Los traumatismos torácicos pueden variar en gravedad desde moretones y contusiones leves hasta fracturas de costillas, lesiones pulmonares graves, daño al corazón o a los grandes vasos sanguíneos, y lesiones de la columna vertebral. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de eventos traumáticos, como accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas, violencia o heridas de bala.

Los síntomas de un traumatismo torácico pueden incluir dolor en el pecho, dificultad para respirar, tos con sangre, ritmo cardíaco irregular, debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas, y pérdida de conciencia. El tratamiento dependerá de la gravedad y la naturaleza de la lesión, y puede incluir medidas de apoyo vital, como oxígeno suplementario, medicamentos para el dolor y la inflamación, y cirugía en casos graves.

Es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir un traumatismo torácico, ya que estas lesiones pueden ser potencialmente mortales si no se tratan adecuadamente. La prevención es la mejor manera de evitar lesiones traumáticas en el pecho, y esto puede incluir medidas como usar cinturones de seguridad en los automóviles, usar cascos y protección apropiada durante los deportes, y tomar precauciones contra las caídas y otras lesiones accidentales.

Los rayos ultravioleta (UV) son formas invisibles de radiación electromagnética con longitudes de onda más cortas que la luz violeta, pero más largas que las de los rayos X. Se dividen en tres categorías según su longitud de onda: UVA (315-400 nm), UVB (280-315 nm) y UVC (100-280 nm).

En el contexto médico, la exposición a los rayos UV, especialmente UVB, se ha relacionado con el desarrollo de cáncer de piel, envejecimiento prematuro de la piel y daño ocular. Por otro lado, la radiación UV también se utiliza en terapias médicas, como la fototerapia para tratar diversas afecciones dérmicas y algunos tipos de neoplasias cutáneas.

Es importante protegerse adecuadamente contra los efectos nocivos de la exposición excesiva a los rayos UV, especialmente durante las horas de mayor intensidad solar, utilizando protectores solares, ropa adecuada, gafas de sol y limitando la exposición al sol durante las horas pico.

Los traumatismos vertebrales se refieren a lesiones físicas o daños en los huesos (vértebras) que forman la columna vertebral. Estas lesiones pueden variar desde moretones y esguinces hasta fracturas y dislocaciones graves. Los traumatismos vertebrales a menudo se asocian con accidentes automovilísticos, caídas, deportes de contacto o cualquier evento que implique una fuerza repentina o impacto en la columna vertebral.

Los síntomas pueden incluir dolor de espalda intenso, rigidez, hinchazón, moretones, debilidad muscular, entumecimiento o hormigueo en las extremidades, y en casos graves, problemas para controlar los intestinos o la vejiga. El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y puede incluir reposo, fisioterapia, medicamentos para el dolor, inmovilización con un collar cervical o férula, cirugía o rehabilitación.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha un traumatismo vertebral, ya que estas lesiones pueden causar daños permanentes en la médula espinal y otros tejidos circundantes, lo que podría conducir a discapacidades graves o incluso la muerte.

Los efectos de la radiación se refieren a los cambios fisiológicos y químicos que ocurren en el cuerpo humano después de la exposición a diferentes tipos de radiación. Estos efectos pueden ser tanto agudos como crónicos, dependiendo del nivel, duración y tipo de exposición a la radiación.

La radiación puede dañar directamente el ADN y otras moléculas vitales en las células, lo que puede conducir a diversas respuestas biológicas. A dosis bajas, el cuerpo puede reparar este daño, pero a medida que aumenta la dosis, el riesgo de efectos adversos también aumenta.

Los efectos agudos suelen ocurrir después de exposiciones altas y a menudo afectan a los tejidos en rápida división celular, como la médula ósea, el revestimiento del sistema digestivo y la piel. Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, fatiga, fiebre y aumento de la susceptibilidad a las infecciones. En casos graves, la exposición puede resultar en la muerte.

Los efectos crónicos o tardíos pueden aparecer muchos años después de la exposición y se asocian principalmente con dosis más bajas pero continuadas. Estos incluyen un mayor riesgo de cáncer, especialmente leucemia, y defectos de nacimiento en la descendencia de personas expuestas. También pueden ocurrir daños en los tejidos que se manifiestan como enfermedades degenerativas, como cataratas, envejecimiento prematuro de la piel y disfunción del sistema nervioso central.

Es importante destacar que cada individuo responde diferentemente a la radiación, dependiendo de factores genéticos, edad, sexo y otros factores de salud subyacentes. Por lo tanto, la evaluación de los riesgos y beneficios de la exposición a la radiación debe considerar estos factores de manera individual.

Los traumatismos de rodilla se refieren a lesiones en el complejo articulación de la rodilla, que puede involucrar a los ligamentos, músculos, tendones, meniscos o huesos. Estas lesiones pueden variar desde moretones y esguinces leves hasta luxaciones completas o fracturas graves.

Los traumatismos de rodilla suelen ocurrir durante eventos deportivos o accidentes automovilísticos, aunque también pueden resultar de caídas o actividades diarias repetitivas. Algunos de los tipos más comunes de traumatismos de rodilla incluyen:

1. Esguinces de Ligamentos: Esto involucra la distensión o el desgarro de uno o más de los cuatro ligamentos que mantienen estabilizada la rodilla. Los esguinces de ligamento pueden variar en gravedad desde leves (grado 1) hasta completos (grado 3).

2. Lesiones del Menisco: El menisco es un cartílago situado entre el fémur y la tibia que actúa como amortiguador. Las lesiones del menisco pueden ocurrir cuando la rodilla se tuerce repentinamente, lo que puede causar un desgarro parcial o completo del menisco.

3. Rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA): El LCA conecta el fémur y la tibia y previene el movimiento excesivo de la tibia bajo el fémur. Las roturas del LCA suelen ocurrir durante eventos deportivos y pueden requerir cirugía seguida de fisioterapia.

4. Fracturas: Las fracturas en la rodilla pueden afectar a cualquiera de los huesos que forman parte de la articulación, incluyendo el fémur, la tibia y la rótula. Estas fracturas pueden ser causadas por traumatismos directos o por fuerzas indirectas como giros bruscos o caídas.

5. Luxaciones: Una luxación ocurre cuando los extremos de los huesos se desalinean y salen de su posición normal. Las luxaciones en la rodilla son relativamente raras pero pueden ser causadas por traumatismos graves.

El tratamiento para estas lesiones dependerá del tipo y gravedad de la lesión, así como de factores individuales relacionados con el paciente. En algunos casos, el reposo, la inmovilización y la fisioterapia pueden ser suficientes, mientras que en otros se necesitarán intervenciones quirúrgicas más complejas.

La reproducibilidad de resultados en el contexto médico se refiere a la capacidad de obtener los mismos resultados o conclusiones experimentales cuando un estudio u observación científica es repetido por diferentes investigadores e incluso en diferentes muestras o poblaciones. Es una piedra angular de la metodología científica, ya que permite confirmar o refutar los hallazgos iniciales. La reproducibilidad ayuda a establecer la validez y confiabilidad de los resultados, reduciendo así la posibilidad de conclusiones falsas positivas o negativas. Cuando los resultados no son reproducibles, pueden indicar errores en el diseño del estudio, falta de rigor en la metodología, variabilidad biológica u otros factores que deben abordarse para garantizar la precisión y exactitud de las investigaciones médicas.

La Escala Resumida de Traumatismos, también conocida como RTS (Revised Trauma Score), es una herramienta médica utilizada para evaluar y determinar la gravedad de un traumatismo. Fue desarrollada por el Comité de Lesiones de la Sociedad Americana de Anestesiología en 1990 como una revisión y simplificación de la Escala de Traumatismos original (TS).

La RTS se basa en tres parámetros fisiológicos clave que suelen verse afectados en un paciente traumatizado:

1. Presión Arterial Sistólica (SBP, por sus siglas en inglés): Se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Una presión sistólica baja indica hipotensión y puede ser un signo de shock o pérdida de sangre importante.

2. Frecuencia Respiratoria (RR, por sus siglas en inglés): Se mide en respiraciones por minuto. Una frecuencia respiratoria anormalmente alta o baja puede indicar una disfunción pulmonar o neurológica y puede ser un signo de hipoxia o acidosis.

3. Valor de Glasgow de Coma (GCS, por sus siglas en inglés): Es una escala que evalúa el nivel de conciencia de un paciente mediante la respuesta a estímulos verbales y motoros, así como el estado de los ojos abiertos. Los valores del GCS varían entre 3 y 15, donde 3 indica un estado de coma profundo y 15 indica un paciente completamente consciente.

Cada uno de estos parámetros se clasifica en rangos específicos y se les asigna una puntuación:

- Presión Arterial Sistólica:
- ≥ 90 mmHg: Puntuación = 4
- 70-89 mmHg: Puntuación = 3
- 50-69 mmHg: Puntuación = 2
- < 50 mmHg: Puntuación = 1

- Frecuencia Respiratoria:
- 10-29 respiraciones/min: Puntuación = 4
- 6-9 respiraciones/min: Puntuación = 3
- 1-5 respiraciones/min: Puntuación = 2
- < 1 respiración/min o apnea: Puntuación = 1

- Valor de Glasgow de Coma:
- 15: Puntuación = 5
- 13-14: Puntuación = 4
- 9-12: Puntuación = 3
- 6-8: Puntuación = 2
- < 6: Puntuación = 1

La puntuación total se obtiene sumando las puntuaciones de los tres parámetros. Una puntuación total inferior a 7 indica un alto riesgo de muerte y la necesidad de una intervención inmediata.

La Terapia Combinada, en el contexto médico, se refiere al uso simultáneo o secuencial de dos o más tratamientos, estrategias terapéuticas o fármacos diferentes para el manejo de una enfermedad, condición de salud o síndrome complejo. El objetivo de la terapia combinada es lograr un efecto terapéutico superior al que se obtendría con cada uno de los tratamientos por separado, mejorando así la eficacia, minimizando las resistencias y potentializando los beneficios clínicos.

La terapia combinada puede implicar una variedad de enfoques, como la combinación de fármacos con diferentes mecanismos de acción para el tratamiento del cáncer, la combinación de terapias conductuales y farmacológicas para el manejo de trastornos mentales o neurológicos, o la combinación de intervenciones quirúrgicas, radioterapia y quimioterapia en el tratamiento del cáncer.

Es importante destacar que la terapia combinada requiere una cuidadosa planificación, monitoreo y ajuste para garantizar su eficacia y seguridad, ya que puede aumentar el riesgo de efectos adversos o interacciones farmacológicas indeseables. Por lo tanto, la terapia combinada debe ser administrada e indicada por profesionales médicos calificados y con experiencia en el manejo de la afección de salud específica.

Los fármacos sensibilizadores a radiaciones no son un término médico específico, sino más bien una categoría general de medicamentos que pueden aumentar la sensibilidad de los tejidos del cuerpo a la radiación. Estos fármacos se utilizan a veces en el tratamiento del cáncer en combinación con radioterapia, ya que pueden hacer que las células cancerosas sean más susceptibles al daño causado por la radiación.

Sin embargo, también aumentan la sensibilidad de los tejidos sanos adyacentes a la radiación, lo que puede provocar efectos secundarios como enrojecimiento, inflamación, sequedad o dolor en la piel, y en casos graves, daño a órganos internos. Algunos ejemplos de fármacos sensibilizadores a radiaciones incluyen ciertos tipos de quimioterapia, como los agentes alquilantes y algunos inhibidores de la topoisomerasa II.

Es importante que los profesionales médicos evalúen cuidadosamente el riesgo-beneficio de utilizar estos fármacos en cada caso individual, ya que aunque pueden aumentar la eficacia del tratamiento de radiación, también pueden aumentar el riesgo de efectos secundarios adversos.

Los traumatismos faciales se refieren a lesiones que causan daño a la estructura y función de los huesos, tejidos blandos, órganos sensoriales y vasculatura en la región facial. Estos traumatismos pueden variar desde moretones y cortes leves hasta fracturas graves y pérdida de funciones importantes como la visión o el olfato.

Los mecanismos comunes de los traumatismos faciales incluyen accidentes automovilísticos, lesiones deportivas, peleas, caídas, violencia doméstica y agresiones intencionales. El tratamiento depende del tipo y gravedad de la lesión y puede incluir medidas simples como enfriamiento con hielo o compresas tibias hasta intervenciones quirúrgicas extensas para reparar fracturas complejas o restaurar la función.

La prevención es clave en la reducción de los traumatismos faciales, especialmente mediante el uso adecuado de equipos de protección durante actividades deportivas o laborales que impliquen un riesgo elevado de sufrir este tipo de lesiones.

Las lesiones cardíacas se refieren a cualquier daño o trastorno que afecte el músculo cardíaco (miocardio) o las estructuras circundantes, como las válvulas cardíacas y los vasos sanguíneos. Esto puede incluir una variedad de condiciones, como:

1. Infarto de miocardio (IM): También conocido como ataque al corazón, ocurre cuando el suministro de sangre al músculo cardíaco se bloquea, generalmente por un coágulo sanguíneo que obstruye una arteria coronaria. El tejido cardíaco privado de oxígeno puede dañarse o morir, lo que puede debilitar el corazón y conducir a complicaciones graves.

2. Insuficiencia cardíaca: Se produce cuando el corazón no puede bombear sangre de manera eficiente para satisfacer las demandas del cuerpo. La insuficiencia cardíaca puede ser causada por daños al músculo cardíaco debido a un infarto de miocardio, presión arterial alta u otras afecciones médicas.

3. Enfermedad de las válvulas cardíacas: Las válvulas cardíacas ayudan a regular el flujo sanguíneo dentro y fuera del corazón. La enfermedad de las válvulas cardíacas puede ocurrir cuando estas válvulas se dañan, lo que hace que no funcionen correctamente. Esto puede hacer que la sangre fluya incorrectamente dentro o fuera del corazón, lo que puede causar lesiones adicionales en el tejido cardíaco.

4. Miocarditis: Es una inflamación del músculo cardíaco que puede dañar las células musculares y debilitar el corazón. La miocarditis a menudo es causada por infecciones virales u otras enfermedades.

5. Pericarditis: Es la inflamación del revestimiento externo del corazón, llamado pericardio. La pericarditis puede causar dolor torácico y dificultad para respirar, y si no se trata, puede provocar complicaciones graves, como lesiones en el corazón.

6. Cardiomiopatía: Es una afección que debilita y agranda el músculo cardíaco, lo que dificulta que el corazón funcione correctamente. La cardiomiopatía puede ser causada por enfermedades genéticas, infecciones o lesiones en el corazón.

7. Traumatismo cardíaco: Un traumatismo en el pecho, como un accidente automovilístico o una lesión deportiva, puede dañar directamente el corazón y causar lesiones graves.

El tratamiento de las lesiones cardíacas dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o dispositivos médicos para ayudar a mejorar la función cardíaca. Si tiene síntomas de una lesión cardíaca, como dolor en el pecho, falta de aliento o ritmo cardíaco irregular, busque atención médica inmediata.

Los traumatismos de los tejidos blandos se refieren a lesiones que involucran los tejidos móviles del cuerpo, como la piel, el tejido subcutáneo, los músculos, los tendones, los ligamentos y los nervios. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de eventos, como accidentes automovilísticos, caídas, contusiones, laceraciones, quemaduras, congelación y otras formas de trauma físico.

Los síntomas de un traumatismo de tejidos blandos pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión. Pueden incluir dolor, hinchazón, moretones, hematomas, rigidez, limitación del movimiento y dificultad para usar la parte afectada del cuerpo. En casos más graves, los traumatismos de tejidos blandos pueden causar lesiones nerviosas, fracturas óseas o incluso daño vital a órganos internos.

El tratamiento de un traumatismo de tejidos blandos depende de la gravedad y la ubicación de la lesión. Puede incluir el uso de compresas frías, elevación de la parte lesionada, descanso y evitar actividades que empeoren los síntomas. En algunos casos, se pueden necesitar medicamentos para el dolor o la inflamación, fisioterapia o incluso cirugía para reparar daños graves.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha un traumatismo de tejidos blandos grave, especialmente si hay signos de pérdida de conciencia, dificultad para respirar o hemorragia severa. La detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones graves y promover una recuperación más rápida.

El daño por reperfusión miocárdica es un término médico que se refiere a los daños en el tejido cardíaco que pueden ocurrir cuando el suministro de sangre y oxígeno se restaura después de un período de privación, como durante una reperfusión coronaria después de un infarto de miocardio (IM). Aunque la reperfusión es crucial para prevenir daños adicionales al músculo cardíaco, el proceso en sí puede causar lesiones adicionales y disfunción celular.

La reperfusión miocárdica puede desencadenar una serie de eventos bioquímicos y fisiológicos que contribuyen al daño, incluyendo la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO), la activación del sistema inmunológico, la liberación de mediadores inflamatorios y la disfunción mitocondrial. Estos procesos pueden conducir a una serie de cambios patológicos en el tejido cardíaco, como edema, necrosis, apoptosis y fibrosis, lo que resulta en una reducción de la contractilidad miocárdica y una disfunción cardiovascular.

El daño por reperfusión miocárdica es un importante problema clínico, ya que puede empeorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes con infarto de miocardio. Por lo tanto, se han desarrollado varias estrategias terapéuticas para minimizar el daño por reperfusión, como la utilización de fármacos antioxidantes, antiinflamatorios y protectores mitocondriales, así como técnicas de reperfusión más eficientes y menos lesivas.

Los traumatismos de la espalda se refieren a lesiones físicas o daños en la columna vertebral y los tejidos circundantes que pueden ocurrir como resultado de un evento traumático, como un accidente automovilístico, una caída, un golpe directo o una lesión deportiva. Estos traumatismos pueden variar en gravedad desde moretones y esguinces hasta fracturas y dislocaciones vertebrales, daño a la médula espinal e incluso parálisis.

Los síntomas comunes de los traumatismos de la espalda incluyen dolor de espalda agudo o sordo, rigidez, hinchazón, moretones, debilidad muscular y entumecimiento o hormigueo en las extremidades. En casos graves, se pueden presentar problemas neurológicos como pérdida de control de esfínteres, falta de reflejos y pérdida de sensibilidad.

El tratamiento de los traumatismos de la espalda depende del tipo y gravedad de la lesión. Puede incluir medicamentos para el dolor y la inflamación, inmovilización con un collar cervical o una férula, fisioterapia, cirugía y rehabilitación a largo plazo. La prevención es clave en la reducción de los traumatismos de la espalda, lo que incluye el uso de equipos de protección personal durante las actividades deportivas y el cumplimiento de las normas de seguridad en el trabajo y en el hogar.

Los traumatismos cerrados de la cabeza se definen como lesiones en las que el cráneo y los tejidos blandos circundantes (como el cuero cabelludo) son lastimados, pero el encéfalo en sí no está directamente expuesto. Estos tipos de traumatismos pueden ocurrir como resultado de una variedad de eventos, incluyendo accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas y actos violentos.

Los síntomas de un traumatismo cerrado de la cabeza pueden variar ampliamente, dependiendo de la gravedad de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolor de cabeza, mareo, náusea, vómitos, visión borrosa, zumbido en los oídos y sensibilidad a la luz o el sonido. En casos más graves, una persona con un traumatismo cerrado de la cabeza puede experimentar pérdida de memoria, confusión, dificultad para hablar o caminar, convulsiones o pérdida del conocimiento.

Es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir un traumatismo cerrado de la cabeza, incluso si los síntomas parecen leves. Las lesiones cerebrales graves a veces pueden no presentar síntomas obvios en las primeras horas después de la lesión, y el retraso en el tratamiento puede empeorar significativamente el resultado. El tratamiento temprano y apropiado puede ayudar a prevenir complicaciones graves y mejorar las posibilidades de una recuperación completa.

Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) se definen como lesiones traumáticas del cerebro que pueden resultar de diversos mecanismos, incluyendo golpes contundentes, aceleraciones y desaceleraciones bruscas o penetración de objetos en el cráneo. Estas lesiones pueden causar una amplia gama de secuelas, desde leves hasta graves, dependiendo de la localización, extensión y gravedad de la lesión.

Los TCE se clasifican en función de su severidad como leves, moderados o graves. Los traumatismos craneoencefálicos leves suelen cursar con pérdida de conciencia breve (menos de 30 minutos), amnesia postraumática y otros síntomas leves como cefalea, náuseas o vómitos. Los TCE moderados se caracterizan por una pérdida de conciencia más prolongada (entre 30 minutos y 24 horas), así como por la presencia de signos neurológicos focales o alteraciones en las pruebas de imagen cerebral. Por último, los TCE graves se asocian a una pérdida de conciencia prolongada (más de 24 horas) y a la presencia de graves déficits neurológicos o lesiones estructurales en el cerebro.

El tratamiento de los traumatismos craneoencefálicos depende de su gravedad y puede incluir medidas de soporte vital, cirugía para eliminar hematomas o fragmentos óseos, rehabilitación y cuidados paliativos en los casos más graves. La prevención es fundamental para reducir la incidencia de estas lesiones, especialmente mediante el uso de dispositivos de seguridad como cinturones de seguridad, cascos y sistemas de retención infantil adecuados.

Los traumatismos ocupacionales se refieren a lesiones físicas o daños en la salud que sufren las personas en el lugar de trabajo como resultado de un evento repentino, fuerza extrema, acción violenta o exposure a sustancias nocivas. Estos traumas pueden variar desde cortes y contusiones hasta huesos rotos, quemaduras, exposición a tóxicos y enfermedades laborales. Las causas comunes incluyen accidentes con maquinaria, resbalones y caídas, exposición a ruido fuerte, inhalación de polvo dañino y tensión repetitiva en músculos y articulaciones. Es importante que las empresas promuevan prácticas seguras y proporcionen equipos de protección personal para reducir el riesgo de traumatismos ocupacionales.

La lesión axonal difusa (LAD) es un tipo de lesión cerebral traumática que se produce cuando las fuerzas de la lesión causan estiramiento y torsión de los axones nerviosos, resultando en daño a su integridad estructural. A diferencia de las lesiones focales, donde hay un área específica de tejido cerebral dañada, las LADs involucran la disrupción de axones a través de áreas extensas del cerebro.

Este tipo de lesión se asocia comúnmente con una aceleración/desaceleración rápida o rotacional del cráneo, lo que puede ocurrir durante un accidente automovilístico o un impacto deportivo. Inicialmente, la lesión puede no mostrar signos visibles en las imágenes de resonancia magnética o tomografía computarizada, pero los estudios posteriores pueden revelar cambios degenerativos en los axones.

La lesión axonal difusa se clasifica en tres grados de severidad: Grado 1 (daño leve), Grado 2 (daño moderado) y Grado 3 (daño grave). El grado de lesión se determina mediante la evaluación del daño estructural, la función neurológica y los resultados de las pruebas de neuroimagen.

El tratamiento para las LADs generalmente se centra en la rehabilitación y la gestión de los síntomas asociados con la lesión, como dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y trastornos del movimiento. La fisioterapia, la terapia ocupacional y la terapia del habla pueden ayudar a mejorar la función y promover la recuperación.

La Enfermedad Hepática Inducida por Fármacos (EHIF) se refiere a un espectro de lesiones hepáticas que son causadas o mediadas por fármacos o sus metabolitos. La EHIF puede variar en gravedad desde una lesión hepática leve y transitoria hasta insuficiencia hepática grave e incluso letal.

Los mecanismos precisos a través de los cuales los fármacos causan daño hepático pueden variar. Algunos fármacos son directamente tóxicos para las células hepáticas, mientras que otros provocan una reacción inmunitaria que resulta en inflamación e injuria hepática. La susceptibilidad individual a la EHIF también puede verse influenciada por factores genéticos, ambientales y de salud subyacentes.

Los síntomas de la EHIF pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fatiga, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura y heces de color claro. El diagnóstico se basa en general en los hallazgos clínicos, los resultados de laboratorio y la historia de exposición a fármacos sospechosos. En algunos casos, se pueden requerir procedimientos adicionales, como biopsia hepática, para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la lesión hepática.

El tratamiento de la EHIF implica la interrupción inmediata del fármaco sospechoso y el manejo de soporte médico para mantener las funciones corporales mientras el hígado se recupera. En casos graves, puede ser necesaria una transplante hepático. La prevención es la mejor estrategia para la EHIF, lo que implica un uso adecuado y cuidadoso de los fármacos, especialmente en poblaciones vulnerables, como las personas mayores y aquellas con enfermedad hepática preexistente.

Los traumatismos de las arterias carótidas se refieren a lesiones o daños en las arterias carótidas, que son los vasos sanguíneos principales que suministran sangre al cerebro. Estos traumatismos pueden ser causados por una variedad de mecanismos, incluyendo lesiones penetrantes (como cortes o heridas por arma de fuego) o no penetrantes (como latigazos cervicales, compresión o estiramiento excesivo).

Los síntomas de un traumatismo en las arterias carótidas pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión. Pueden incluir dolor de cuello, mareos, debilidad o entumecimiento en el rostro o extremidades, dificultad para hablar o tragar, y pérdida de conciencia. En casos graves, un traumatismo en las arterias carótidas puede causar un accidente cerebrovascular, lo que puede llevar a daño cerebral permanente o incluso la muerte.

El tratamiento de los traumatismos de las arterias carótidas depende de la gravedad y la ubicación de la lesión. Puede incluir cirugía para reparar la arteria dañada, medicamentos para disminuir la coagulación de la sangre y prevenir la formación de coágulos sanguíneos, o terapia de rehabilitación para ayudar a restaurar la función perdida. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha un traumatismo en las arterias carótidas, ya que el tratamiento temprano puede mejorar las posibilidades de una recuperación completa.

Los Modelos Animales de Enfermedad son organismos no humanos, generalmente mamíferos o invertebrados, que han sido manipulados genéticamente o experimentalmente para desarrollar una afección o enfermedad específica, con el fin de investigar los mecanismos patofisiológicos subyacentes, probar nuevos tratamientos, evaluar la eficacia y seguridad de fármacos o procedimientos terapéuticos, estudiar la interacción gen-ambiente en el desarrollo de enfermedades complejas y entender los procesos básicos de biología de la enfermedad. Estos modelos son esenciales en la investigación médica y biológica, ya que permiten recrear condiciones clínicas controladas y realizar experimentos invasivos e in vivo que no serían éticamente posibles en humanos. Algunos ejemplos comunes incluyen ratones transgénicos con mutaciones específicas para modelar enfermedades neurodegenerativas, cánceres o trastornos metabólicos; y Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) utilizadas en estudios genéticos de enfermedades humanas complejas.

Los traumatismos de los nervios periféricos se refieren a lesiones físicas directas o indirectas que dañan la estructura y la función de los nervios fuera del sistema nervioso central (es decir, el cerebro y la médula espinal). Estos nervios, conocidos como nervios periféricos, transmiten señales entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo.

Los traumatismos de los nervios periféricos pueden ser causados por una variedad de eventos, incluyendo:

1. Contusiones o moretones: Lesiones directas que comprimen o magullan los nervios.
2. Laceraciones o cortes: Heridas que cortan o seccionan los nervios.
3. Estrangulación o compresión: Presión excesiva sobre un nervio, como por el uso prolongado de equipo restrictivo o por tumores.
4. Luxaciones o esguinces: Lesiones en las articulaciones que pueden dañar los nervios circundantes.
5. Estiramiento excesivo o tracción: Forzar un nervio más allá de su longitud normal, como durante accidentes de tránsito o caídas.
6. Descompresión quirúrgica: Lesiones iatrogénicas (causadas por el médico) durante procedimientos quirúrgicos que involucran los nervios periféricos.

Los síntomas de un traumatismo del nervio periférico dependen de la gravedad y la ubicación de la lesión, pero pueden incluir:

1. Dolor o sensaciones anormales en el área afectada.
2. Entumecimiento o adormecimiento.
3. Debilidad muscular o parálisis.
4. Pérdida de reflejos tendinosos profundos.
5. Atrofia muscular (pérdida de masa muscular) con el tiempo.

El tratamiento de un traumatismo del nervio periférico depende de la gravedad y la causa subyacente de la lesión. Puede incluir:

1. Inmovilización o inmovilización para reducir la tensión en el nervio.
2. Analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor y la hinchazón.
3. Fisioterapia o terapia ocupacional para ayudar a mantener la fuerza y la movilidad.
4. Cirugía para reparar el nervio dañado, especialmente en casos graves o cuando hay una pérdida de función importante.
5. Terapia del dolor para tratar el dolor crónico asociado con lesiones nerviosas.

Los traumatismos del tobillo se refieren a lesiones en el área donde el pie se une con la pierna. Estas lesiones pueden variar desde moretones y esguinces leves hasta fracturas graves o luxaciones. Los traumatismos del tobillo suelen ocurrir durante eventos deportivos, accidentes automovilísticos o caídas.

Un esguince de tobillo es una lesión común en la que se daña uno o más ligamentos que sostienen el tobillo en su lugar. Los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón, moretones y dificultad para caminar. Las fracturas del tobillo involucran una rotura de los huesos del tobillo y a menudo requieren tratamiento médico inmediato, que puede incluir inmovilización con un yeso o cirugía.

Otras lesiones menos comunes pero posibles incluyen luxaciones (desalineación completa de los huesos) y tendinitis (inflamación del tendón). El tratamiento para los traumatismos del tobillo depende del tipo y la gravedad de la lesión. En casos leves, el descanso, la elevación e hielo pueden ser suficientes para promover la curación. Sin embargo, en casos más graves, puede ser necesario un tratamiento más especializado, como fisioterapia o cirugía.

Los radioisótopos de cobalto se refieren a una forma radiactiva del elemento químico cobalto. El isótopo más común es el cobalto-60 (Co-60), que es un metal gris-plateado, ligeramente volátil y peligroso para la salud y el medio ambiente.

El Co-60 se produce artificialmente mediante la exposición de cobalto-59 a neutrones en reactores nucleares. Tiene una vida media de 5,27 años, lo que significa que decae exponencialmente hasta la mitad de su actividad radiactiva durante este período de tiempo.

El Co-60 emite radiación gamma y beta de alta energía, lo que lo hace útil en una variedad de aplicaciones médicas e industriales. En medicina, se utiliza como fuente de radiación en la terapia de cáncer para destruir células cancerosas y reducir tumores. También se utiliza en el tratamiento de esterilización de equipos médicos y alimentos.

Sin embargo, debido a su alta radiactividad, el manejo y el almacenamiento del Co-60 requieren precauciones especiales para proteger a las personas y al medio ambiente contra la exposición innecesaria a la radiación.

La radiobiología es una rama de la ciencia que estudia los efectos biológicos de las radiaciones, particularmente en relación con el uso terapéutico de la radioterapia en el tratamiento del cáncer. Se ocupa del estudio de cómo las diversas formas de radiación interactúan con los tejidos vivos, los mecanismos moleculares y celulares involucrados en la respuesta a la radiación, y cómo se pueden utilizar estos conocimientos para optimizar los tratamientos radioterapéuticos y minimizar los efectos secundarios.

La radiobiología también aborda los efectos genéticos y epigenéticos de la radiación, así como sus posibles efectos a largo plazo en la salud humana. Además, estudia la radiorresistencia, que es la capacidad de algunas células tumorales para sobrevivir a la exposición a la radiación y continuar creciendo, lo que puede limitar la eficacia del tratamiento radioterapéutico.

En resumen, la radiobiología es una disciplina interdisciplinaria que combina conocimientos de física, química, biología celular y molecular, genética y medicina para entender y aprovechar los efectos de la radiación en los sistemas vivos.

Las lesiones del sistema vascular se refieren a daños o trastornos en los vasos sanguíneos, que incluyen arterias, venas y capilares. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de factores, como trauma físico, enfermedades, infecciones o condiciones médicas subyacentes.

Los ejemplos de lesiones del sistema vascular incluyen:

1. Hemorragia: Es la pérdida de sangre debido a la rotura de un vaso sanguíneo. Puede ser causada por trauma, úlceras o enfermedades vasculares.
2. Trombosis: Se refiere a la formación de coágulos sanguíneos dentro de los vasos sanguíneos. Esto puede ocurrir como resultado de lesiones, inactividad prolongada, uso de anticonceptivos orales o enfermedades subyacentes como la fibrilación auricular.
3. Embolia: Ocurre cuando un coágulo sanguíneo viaja a través del torrente sanguíneo y bloquea una arteria en otro lugar del cuerpo. Puede causar daño tisular y necrosis si no se trata rápidamente.
4. Aneurismas: Se refiere a la dilatación anormal de una porción de una arteria debido a la debilidad de su pared. Si no se tratan, los aneurismas pueden romperse y causar hemorragias graves.
5. Dissectioes: Sucede cuando la capa interna de una arteria se separa de la capa externa, lo que puede restringir el flujo sanguíneo o causar una hemorragia interna.
6. Enfermedad vascular periférica (EVP): Es una afección en la cual las arterias y los vasos sanguíneos que suministran sangre a las extremidades se estrechan o bloquean, lo que puede causar dolor, calambres, úlceras y gangrena.

El tratamiento de estas condiciones varía según la gravedad y el tipo de afección. Algunos casos pueden requerir cirugía, mientras que otros pueden tratarse con medicamentos o cambios en el estilo de vida. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una de estas condiciones.

Las heridas no penetrantes, también conocidas como contusiones o moretones, son lesiones en las que la piel no se rompe o perfora. Esto sucede cuando hay un fuerte golpe o trauma que hace que los pequeños vasos sanguíneos debajo de la superficie de la piel se rompan y el sangrado se acumule, causando moretones o hematomas. Aunque estas heridas no impliquen una ruptura en la piel, pueden implicar lesiones en los tejidos más profundos y pueden ser dolorosas. Es importante monitorear las heridas no penetrantes para asegurarse de que no haya signos de infección u otras complicaciones.

La radioterapia conformal es un tipo de tratamiento de radiación utilizado en la medicina oncológica. Se caracteriza por su capacidad para dar forma a los haces de radiación de manera que coincidan con la forma y el volumen exactos del tumor que se está tratando. Esto permite entregar dosis más altas de radiación al tumor, mientras se minimizan los daños a los tejidos sanos circundantes.

La radioterapia conformal utiliza tecnologías avanzadas de planificación y entrega de la radiación, como la tomoterapia, la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radioterapia estereotáctica corporal (SBRT). Estas tecnologías permiten al equipo médico diseñar planes de tratamiento tridimensionales personalizados que tienen en cuenta los contornos específicos del tumor y los órganos críticos cercanos.

El objetivo principal de la radioterapia conformal es maximizar la eficacia del tratamiento al destruir las células cancerosas, mientras se reduce al mínimo el daño a los tejidos sanos y se preservan las funciones importantes del cuerpo. Esto puede ayudar a reducir los efectos secundarios del tratamiento y mejorar la calidad de vida del paciente durante y después del tratamiento.

El término "Mapeo de Híbrido por Radiación" no es un término médico ampliamente reconocido o establecido en la literatura médica. Sin embargo, parece estar relacionado con técnicas de biología molecular y genética que involucran radiación.

En un contexto científico, el "mapeo de híbridos por radiación" podría referirse a una técnica de laboratorio en la que se crean híbridos entre dos especies o cepas diferentes de organismos, y luego se exponen a radiación para determinar el efecto de la radiación en los genes y el genoma. Esto podría ayudar a identificar regiones específicas del genoma que son más susceptibles a daños por radiación, o a comprender cómo la radiación afecta la expresión génica y la función celular.

Sin embargo, es importante señalar que esta no es una técnica médica rutinaria o un procedimiento clínico, sino más bien una herramienta de investigación utilizada en laboratorios de biología molecular y genética.

De acuerdo con la medicina, las quemaduras son lesiones en la piel u otros tejidos del cuerpo causadas por diversos agentes, como el fuego, el calor, líquidos calientes, vapor, productos químicos corrosivos, electricidad o radiación. Se clasifican en tres grados según su profundidad y daño tisular:

1. Quemaduras de primer grado: Afectan solo la capa externa de la piel (epidermis), produciendo enrojecimiento, dolor e hinchazón. Un ejemplo común son las quemaduras solares leves.

2. Quemaduras de segundo grado: Penetran más profundamente, dañando tanto la epidermis como parte de la capa siguiente (dermis). Estas quemaduras causan ampollas, enrojecimiento intenso, dolor y posible formación de costras.

3. Quemaduras de tercer grado: Son las más graves, ya que destruyen completamente la epidermis y la dermis, llegando a dañar los tejidos subyacentes como músculos, tendones o huesos. Pueden presentarse sin dolor debido al daño nervioso, pero suelen estar marcadas por tejido necrótico (muerto), carbonizado o lechoso, y requieren atención médica inmediata y cirugía reconstructiva.

Es importante buscar atención médica especializada para el tratamiento de quemaduras, ya que su manejo incorrecto puede conducir a complicaciones como infecciones, cicatrices y daño permanente en órganos y tejidos.

Los accidentes de tránsito, también conocidos como accidentes de tráfico o choques de vehículos, se definen como eventos involuntarios que ocurren cuando un vehículo en movimiento entra en contacto con otro objeto, persona, animal o incluso con el mismo vehículo, provocando lesiones corporales, discapacidad o incluso la muerte.

Estos accidentes pueden ser causados por una variedad de factores, incluyendo el comportamiento humano (como el exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, distracciones mientras se conduce), fallas mecánicas en el vehículo, malas condiciones climáticas o deficiencias en la infraestructura vial.

Los accidentes de tránsito son un problema de salud pública importante en todo el mundo y representan una causa significativa de morbilidad y mortalidad. Las consecuencias de estos accidentes no solo afectan a los involucrados directamente, sino también a sus familias, amigos y la sociedad en general. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas preventivas para reducir la frecuencia e impacto de estos eventos.

Las heridas penetrantes son un tipo de trauma físico que se produce cuando un objeto afilado o puntiagudo, como un cuchillo, vidrio roto o un proyectil de arma de fuego, traspasa la piel y alcanza los tejidos subyacentes. Estas heridas pueden causar daños graves a órganos internos, vasos sanguíneos y nervios, dependiendo de su localización, profundidad y del tipo de objeto que las ha causado.

En términos médicos, se define una herida penetrante como aquella que compromete la integridad de la piel y provoca una ruptura en los planos anatómicos más profundos. Pueden presentarse con diferentes grados de afectación, desde lesiones superficiales hasta daños importantes que involucren órganos vitales o estructuras neurológicas.

El tratamiento de las heridas penetrantes requiere una evaluación cuidadosa y un manejo inmediato por parte de personal médico capacitado. Esto puede incluir la limpieza y desinfección de la herida, la sutura o reparación quirúrgica de los tejidos dañados, el control del sangrado y la administración de antibióticos para prevenir infecciones. En algunos casos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica urgente para reparar o remover órganos afectados y minimizar las secuelas funcionales o vitales.

Los Índices de Gravedad del Trauma, o Injury Severity Scores (ISS), son un sistema de clasificación que se utiliza en medicina de emergencias y traumatología para evaluar el nivel de gravedad de las lesiones sufridas por un paciente. Fue desarrollado inicialmente en 1974 por Baker et al.

El ISS se basa en la evaluación de seis regiones anatómicas del cuerpo: cabeza y cuello, cara, tórax, abdomen y pelvis, extremidades superiores e inferiores. Para cada región, se asigna una puntuación entre 0 y 6 según la gravedad de la lesión, siguiendo la Escala de Gravedad de Lesiones (Abbreviated Injury Scale o AIS). Las puntuaciones en cada región se elevan al cuadrado y luego se suman para obtener el ISS total.

La puntuación del ISS puede variar entre 0 y 75, donde:

- Un ISS de 1 a 8 indica lesiones leves o moderadas.
- Un ISS de 9 a 15 indica lesiones graves.
- Un ISS de 16 a 24 indica lesiones muy graves.
- Un ISS de 25 o más indica lesiones potencialmente mortales.

Es importante mencionar que el ISS no evalúa directamente la probabilidad de supervivencia del paciente, pero sí se ha relacionado con las tasas de mortalidad en trauma. Cuanto mayor es el ISS, mayores son las posibilidades de complicaciones y mortalidad asociadas con las lesiones.

Los traumatismos de los pies se refieren a lesiones físicas que ocurren en cualquier parte del pie, incluyendo el talón, la planta del pie, los dedos de los pies y los tejidos circundantes. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de eventos traumáticos, como accidentes, caídas, objetos contundentes o pesados, torceduras o impactos repentinos.

Los ejemplos comunes de traumatismos de los pies incluyen esguinces de tobillo, fracturas de huesos (como el astrágalo, calcáneo o metatarsianos), luxaciones articulares, contusiones, laceraciones y moretones. En casos más graves, los traumatismos de los pies pueden resultar en daño nervioso, tejido blando dañado o amputaciones parciales o completas de los dedos de los pies.

El tratamiento para los traumatismos de los pies depende del tipo y la gravedad de la lesión. Puede incluir el uso de férulas, yeso o zapatos ortopédicos para mantener la posición adecuada del pie durante la curación. En algunos casos, se pueden requerir cirugías reconstructivas para reparar los daños graves. La fisioterapia y la rehabilitación también pueden ser necesarias para ayudar a restaurar la fuerza, el rango de movimiento y la función normal del pie después de una lesión traumática.

Un accidente de trabajo se refiere a un suceso imprevisto que ocurre durante el desempeño de las tareas laborales y que causa una lesión o enfermedad al trabajador. Para ser considerado como un accidente de trabajo, el evento debe producirse durante el horario de trabajo, en el lugar de trabajo o en misión relacionada con el trabajo.

Es importante destacar que los accidentes de trabajo pueden incluir no solo lesiones físicas sino también daños psicológicos y enfermedades profesionales adquiridas como resultado de las condiciones laborales. Los empleadores suelen estar obligados por ley a proporcionar cobertura de compensación para los trabajadores lesionados en el trabajo, la cual puede incluir el pago de facturas médicas y una parte de los salarios perdidos durante el período de recuperación.

En definitiva, un accidente de trabajo es un evento inesperado que causa daño a un trabajador mientras realiza sus tareas laborales y que puede dar lugar a la prestación de beneficios por parte del empleador.

Los traumatismos de los dedos se refieren a lesiones que ocurren en cualquiera de los dedos de las manos o pies como resultado de un impacto físico, una fuerza externa o una acción repentina y violenta. Estas lesiones pueden variar en gravedad desde moretones y cortes leves hasta fracturas complejas, luxaciones y amputaciones.

Algunos tipos comunes de traumatismos de los dedos incluyen:

1. Contusiones: Moretones que ocurren cuando los tejidos blandos debajo de la piel se magullan o rompen como resultado de un golpe o impacto.
2. Cortes y rasguños: Lesiones superficiales en la piel causadas por objetos afilados o rugosos.
3. Abrasiones: Lesiones en las que la capa superior de la piel se desprende después del contacto con una superficie áspera o rugosa.
4. Luxaciones: Desalineación de los huesos en las articulaciones, lo que hace que los extremos óseos se separen y causen dolor e incapacidad para mover el dedo.
5. Fracturas: Rotura de uno o más huesos en el dedo, que pueden variar en gravedad desde una fisura menor hasta una fractura compleja con desplazamiento de fragmentos óseos.
6. Amputaciones: Pérdida total o parcial de un dedo como resultado de un traumatismo grave, como un accidente industrial o un ataque animal.

El tratamiento de los traumatismos de los dedos dependerá del tipo y la gravedad de la lesión. Pequeñas contusiones, cortes y rasguños a menudo se pueden tratar en el hogar con compresas frías, elevación y descanso. Sin embargo, luxaciones, fracturas y amputaciones requerirán atención médica inmediata y posiblemente cirugía para garantizar una correcta alineación y curación de los tejidos dañados.

El fraccionamiento de dosis en un contexto médico, específicamente en radioterapia oncológica, se refiere a la práctica de dividir la dosis total de radiación que se administra a un paciente con cáncer en dos o más sesiones durante un período determinado.

Este método tiene como objetivo principal reducir los efectos secundarios agudos de la radioterapia al permitir que los tejidos normales sanen parcialmente entre cada tratamiento, mientras que las células tumorales continúan recibiendo daño acumulativo. La dosis total se fracciona generalmente en sesiones diarias, conocidas como fracciones individuales, durante un período de varias semanas.

La decisión sobre cómo fraccionar la dosis depende del tipo y localización del tumor, su tamaño, la sensibilidad de las células tumorales a la radiación, la tolerancia de los tejidos normales circundantes y otros factores relacionados con el estado general de salud del paciente.

En resumen, el fraccionamiento de dosis es una estrategia terapéutica importante en el tratamiento del cáncer con radioterapia, ya que permite maximizar los daños a las células tumorales y minimizar los efectos adversos sobre los tejidos sanos adyacentes.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

El daño al ADN se refiere a cualquier alteración en la estructura o integridad del ácido desoxirribonucleico (ADN), que es el material genético presente en las células de los organismos vivos. El ADN puede sufrir diversos tipos de daños, incluyendo mutaciones, roturas simples o dobles hebras, adición o pérdida de grupos químicos (modificaciones postraduccionales), y cross-linking entre diferentes regiones del ADN o entre el ADN y proteínas.

Estos daños al ADN pueden ser causados por factores endógenos, como los procesos metabólicos normales de la célula, o exógenos, como la exposición a radiación ionizante, productos químicos tóxicos y agentes infecciosos. El daño al ADN puede ser reparado por diversas vías enzimáticas, pero si no se repara adecuadamente, puede conducir a la muerte celular, mutaciones genéticas y, en última instancia, a enfermedades como el cáncer.

La definición médica de daño al ADN es por lo tanto una descripción de las alteraciones que pueden ocurrir en la molécula de ADN y los posibles efectos adversos que estas alteraciones pueden tener en la célula y el organismo.

Las lesiones oculares penetrantes se definen como traumatismos en los que un objeto penetra y traspasa el globo ocular, causando daño a las estructuras internas del ojo. Estas lesiones pueden variar en gravedad desde pequeñas perforaciones hasta lesiones masivas que involucran múltiples estructuras oculares.

El objeto que causa la lesión puede ser algún tipo de proyectil, como astillas de madera, metales o vidrio, u objetos afilados como cuchillos o alambres. También pueden ser el resultado de accidentes industriales o domésticos.

Las lesiones penetrantes pueden dañar cualquiera de las estructuras internas del ojo, incluyendo la córnea, el iris, el cristalino, la retina y el nervio óptico. Pueden provocar hemorragias intraoculares, inflamación, aumento de la presión intraocular e incluso ceguera si no se tratan adecuadamente.

El tratamiento de estas lesiones depende de su gravedad y extensión. Puede incluir medicamentos para controlar la inflamación y la infección, así como cirugía para reparar los daños en las estructuras oculares. En algunos casos, incluso con un tratamiento adecuado, las lesiones penetrantes pueden causar daños permanentes en la visión.

La braquiterapia es una forma de radioterapia de concentración elevada, en la que se coloca directamente una fuente de radiación en o cerca del tumor. El objetivo es entregar una dosis alta de radiación al tejido canceroso, mientras se minimiza la exposición a los tejidos y órganos sanos circundantes.

Este tratamiento puede administrarse mediante diferentes técnicas, como implantes permanentes o temporales, near-surface (cerca de la superficie) o intersticial (dentro del tumor). La elección del tipo de braquiterapia dependerá del tipo y localización del cáncer, así como de las condiciones clínicas del paciente.

La braquiterapia se utiliza a menudo en el tratamiento de cánceres localizados, especialmente en aquellos que se encuentran en órganos huecos, como la vejiga, el útero, el esófago y la nariz. También puede emplearse en combinación con cirugía o radioterapia externa para aumentar las posibilidades de curación o aliviar los síntomas del cáncer avanzado.

Los efectos secundarios de la braquiterapia varían según la ubicación y el tamaño del tumor, así como la dosis total de radiación administrada. Los posibles efectos adversos pueden incluir irritación, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de tratamiento; fatiga; y molestias al orinar o defecar. La mayoría de estos efectos secundarios suelen ser temporales y desaparecen después del tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, pueden presentarse complicaciones más graves, como sangrado, infección o daño a los tejidos circundantes, por lo que es importante que el paciente esté bajo un cuidadoso seguimiento médico durante y después del tratamiento.

La radioterapia de intensidad modulada (IMRT, por sus siglas en inglés) es un tipo de tratamiento de radiación que utiliza técnicas sofisticadas para adaptar la dosis de radiación a la forma tridimensional del tumor. Esto permite entregar dosis más altas de radiación al tumor, mientras se minimizan las dosis a los tejidos normales circundantes, reduciendo así los posibles efectos secundarios.

La IMRT utiliza una computadora para controlar el movimiento de los campos de radiación y la cantidad de energía que se entrega en diferentes partes del tumor. Esto resulta en un perfil de dosis más uniforme y preciso, lo que puede mejorar la eficacia del tratamiento y reducir los riesgos de daño a los tejidos sanos adyacentes.

La IMRT se utiliza comúnmente en el tratamiento de cánceres sólidos, como el cáncer de próstata, cabeza y cuello, pulmón, mama y pélvico. Sin embargo, su uso puede depender de varios factores, como la ubicación y el tamaño del tumor, la etapa del cáncer y la condición general del paciente.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La Transferencia Lineal de Energía (LET, por sus siglas en inglés) es un término utilizado en medicina y física para describir la cantidad de energía transferida por una partícula ionizante a la materia por unidad de longitud de su trayectoria. Se mide en keV/μm (kiloelectronvoltos por micrómetro).

En el contexto médico, la LET se utiliza a menudo para caracterizar la radiación ionizante en terapias de radioterapia. Las partículas con alta LET, como los neutrones y las partículas alfa, tienen una mayor probabilidad de causar daño en el ADN y, por lo tanto, pueden ser más efectivas para destruir células cancerosas. Sin embargo, también tienen una mayor probabilidad de causar daño a tejidos normales cercanos.

Por otro lado, las partículas con baja LET, como los rayos X y los electrones, tienen una menor probabilidad de causar daño en el ADN y pueden ser menos efectivas para destruir células cancerosas. Sin embargo, también tienen una menor probabilidad de causar daño a tejidos normales cercanos.

En resumen, la LET es una medida importante para caracterizar los diferentes tipos de radiación ionizante y su potencial para causar daño en el ADN y a los tejidos.

La planificación de la radioterapia asistida por computador, también conocida como CRT (Computed Radiotherapy Planning), es un proceso mediante el cual se utilizan sistemas informáticos y software especializado para diseñar y optimizar un plan de tratamiento de radioterapia. Este proceso tiene como objetivo administrar dosis precisas de radiación a tumores o lesiones específicas, minimizando al mismo tiempo la exposición a tejidos sanos circundantes y reduciendo los posibles efectos secundarios del tratamiento.

El proceso de planificación CRT implica varios pasos:

1. Imágenes médicas: Se adquieren imágenes médicas, como TC (tomografía computarizada), RMN (imagen por resonancia magnética) o PET (tomografía por emisión de positrones), para definir la ubicación, forma y tamaño del tumor y los tejidos adyacentes.

2. Contornado: Se delinean las estructuras anatómicas en las imágenes, incluidos el objetivo terapéutico (tumor) y los órganos de riesgo (tejidos sanos críticos). Esto se realiza mediante software especializado y puede requerir la intervención de un radioterapeuta o fisicomédico.

3. Planificación inversa: Se utilizan algoritmos informáticos complejos para calcular la distribución óptima de dosis de radiación que maximice la dosis al objetivo terapéutico y minimice la exposición a los órganos de riesgo.

4. Optimización: Se realizan ajustes y modificaciones al plan inicial para cumplir con las restricciones de dosis prescritas y garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento.

5. Validación: El plan final se revisa y aprueba por un equipo multidisciplinario, incluidos radioterapeutas, fisicomédicos y dosimetristas.

6. Implementación: Se implementa el plan de tratamiento en la máquina de radioterapia, y se realiza una verificación de los parámetros para garantizar la precisión del tratamiento.

7. Seguimiento: Después del tratamiento, se realizan controles periódicos para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar posibles efectos secundarios.

La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.

Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.

La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.

La radioterapia adyuvante es un tratamiento oncológico que se utiliza en combinación con la cirugía para ayudar a destruir las células cancerosas y reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. Se administra después de la cirugía, una vez que se ha extirpado el tumor principal, con el objetivo de eliminar cualquier célula cancerosa residual que pueda haber quedado en el cuerpo.

La radioterapia adyuvante utiliza radiación ionizante para dañar el ADN de las células cancerosas y evitar su reproducción, lo que lleva a la muerte celular. La dosis y el método de administración varían dependiendo del tipo y la ubicación del cáncer, así como de la salud general del paciente.

La radioterapia adyuvante se ha utilizado en una variedad de cánceres, incluyendo el cáncer de mama, el cáncer de colon y recto, y el cáncer de pulmón, entre otros. Aunque la radioterapia adyuvante puede causar efectos secundarios, como fatiga, enrojecimiento e irritación de la piel, y posibles problemas gastrointestinales, estos suelen ser temporales y manejables con medicamentos y cuidados paliativos.

En general, la radioterapia adyuvante es una opción de tratamiento importante para muchos pacientes con cáncer, ya que puede mejorar las tasas de supervivencia y reducir el riesgo de recurrencia del cáncer después de la cirugía.

La genética de la radiación no es un término médico establecido. Sin embargo, en el contexto científico, se refiere al campo de estudios que investiga los efectos de la radiación sobre los genes y el sistema genético en general. Esto incluye el estudio de cómo la radiación puede causar mutaciones génicas, daño al ADN y sus posibles efectos hereditarios a largo plazo en organismos vivos.

La radiación, especialmente cuando es de alta intensidad, puede dañar el ADN, los cromosomas y las moléculas que participan en la replicación y transcripción del ADN. Este daño puede provocar mutaciones génicas, que a su vez pueden alterar la función y la expresión de los genes. Algunas de estas mutaciones pueden ser benignas, pero otras pueden ser perjudiciales y conducir a enfermedades genéticas o incluso a la muerte celular.

Es importante destacar que la exposición a la radiación debe estar regulada y controlada, especialmente en entornos médicos y laborales, para minimizar los riesgos asociados con la exposición excesiva a la radiación.

Las lesiones por pinchazo de aguja, también conocidas como punción accidental o agujotrauma, se refieren a un tipo específico de lesión ocupacional que ocurre cuando una aguja u otro objeto puntiagudo perfora la piel y penetra en los tejidos subyacentes, posiblemente infectándolos. Estas lesiones son comunes en profesionales de la salud, como enfermeras, médicos y técnicos de laboratorio, que trabajan con agujas hipodérmicas, jeringas y otros instrumentos cortopunzantes durante procedimientos invasivos.

Las lesiones por pinchazo de aguja pueden provocar diversas complicaciones, dependiendo del tipo de aguja, la profundidad de la penetración, el estado inmunológico del paciente y otros factores. Algunos de los riesgos asociados con estas lesiones incluyen:

1. Infecciones bacterianas o víricas: Las lesiones por pinchazo de aguja pueden introducir patógenos en el torrente sanguíneo, lo que puede provocar infecciones graves. Los virus más comunes asociados con estas lesiones son el VIH y los virus de la hepatitis B y C.

2. Reacciones alérgicas: En algunos casos, las sustancias contenidas en las jeringas o agujas pueden desencadenar reacciones alérgicas en el personal médico.

3. Transmisión de enfermedades prionicas: Aunque es raro, existe la posibilidad de que las lesiones por pinchazo de aguja transmitan enfermedades causadas por priones, como la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o el síndrome de Creutzfeldt-Jakob (SCJ).

4. Lesión tisular: Las lesiones por pinchazo de aguja pueden causar daño directo a los tejidos circundantes, lo que puede provocar dolor, inflamación y, en casos graves, lesiones nerviosas.

Para minimizar el riesgo de lesiones por pinchazo de aguja, es fundamental seguir estrictamente los protocolos de seguridad y utilizar equipos de protección personal adecuados, como guantes y ropa protectora. Además, es crucial desechar correctamente las agujas y jeringas usadas en contenedores especiales para reducir al mínimo el riesgo de exposición accidental a patógenos.

La lesión por latigazo cervical, también conocida como whiplash, es un tipo de lesión en el cuello que ocurre como resultado de una aceleración y desaceleración repentina y brusca de la columna cervical. Esto suele suceder durante un accidente de tráfico, especialmente cuando un vehículo es impactado por detrás.

La fuerza del impacto hace que el cuello se mueva en forma de "latigazo", primero hacia atrás (extensión) y luego hacia adelante (flexión), lo que puede dañar los tejidos blandos del cuello, incluyendo los músculos, ligamentos y tendones.

Los síntomas más comunes de una lesión por latigazo cervical incluyen dolor de cuello, rigidez, dolores de cabeza, mareos, fatiga, y en algunos casos, problemas de memoria o concentración. En la mayoría de los casos, estos síntomas suelen aparecer dentro de las 24 horas posteriores al accidente, pero en ocasiones pueden demorar varios días en presentarse.

El tratamiento más común para las lesiones por latigazo cervical incluye el uso de collarines blandos, fisioterapia, medicamentos para el dolor y la inflamación, y en casos graves, inyecciones o cirugía. El pronóstico general es bueno, con la mayoría de las personas recuperándose por completo en unas pocas semanas o meses. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar síntomas persistentes o crónicos que afectan su calidad de vida.

La expresión "guerra nuclear" no tiene una definición médica específica en sí misma, ya que generalmente se refiere a un escenario geopolítico y militar. Sin embargo, el concepto implica el uso de armas nucleares en un conflicto bélico, lo que tendría graves consecuencias para la salud pública y el medio ambiente.

El término "síndrome de bomba atómica" se utiliza a veces en medicina para describir los efectos agudos y crónicos en la salud que resultan del uso de armas nucleares. Estos efectos pueden incluir quemaduras por radiación, enfermedades infecciosas, cánceres radioinducidos, trastornos mentales y otras condiciones debilitantes o potencialmente letales.

El uso de armas nucleares también tendría consecuencias ambientales desastrosas, como la lluvia radiactiva, el invierno nuclear y la contaminación generalizada del aire, el agua y el suelo, lo que provocaría una disminución grave en la producción de alimentos y una mayor morbilidad y mortalidad en las poblaciones afectadas.

Por lo tanto, aunque "guerra nuclear" no es una definición médica específica, los posibles efectos en la salud y el medio ambiente son de interés para la medicina y la salud pública.

La leucemia inducida por radiación es un tipo específico de cáncer sanguíneo que se desarrolla como resultado directo de la exposición a dosis altas y dañinas de radiación. Aunque cualquier persona puede desarrollar esta afección después de una exposición significativa a la radiación, los niños y los adultos jóvenes parecen ser más susceptibles a este tipo de leucemia inducida por radiación.

La exposición a la radiación puede dañar el ADN de las células sanguíneas en desarrollo en la médula ósea, lo que lleva al desarrollo de mutaciones genéticas y, finalmente, a la transformación maligna de estas células. Las células leucémicas resultantes se multiplican rápidamente y acumulan en la sangre, interfiriendo con el funcionamiento normal de otros sistemas corporales.

Existen varios subtipos de leucemia inducida por radiación, dependiendo del tipo específico de células sanguíneas afectadas y su velocidad de crecimiento. Algunos de los subtipos más comunes incluyen la leucemia mieloide aguda (LMA) y la leucemia linfocítica aguda (LLA). Los síntomas de estos trastornos pueden incluir fatiga, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, moretones y sangrado fáciles, infecciones recurrentes y aumento de la susceptibilidad a las enfermedades.

El tratamiento de la leucemia inducida por radiación generalmente implica una combinación de quimioterapia, radioterapia y trasplante de células madre. La quimioterapia se utiliza para destruir las células cancerosas en desarrollo, mientras que la radioterapia se puede usar para dirigirse a áreas específicas del cuerpo donde se encuentran las células cancerosas. El trasplante de células madre implica reemplazar las células sanguíneas dañadas o destruidas con células sanas de un donante compatible.

Aunque la leucemia inducida por radiación es una afección grave y potencialmente mortal, los avances en el tratamiento han llevado a mejoras significativas en los resultados para muchos pacientes. La detección y el diagnóstico precoces también son cruciales para garantizar un tratamiento oportuno y eficaz.

Por ejemplo las originadas por quemaduras térmicas o eléctricas, congelaciones, traumatismos o radiaciones ionizantes. En las ...
Así mismo, la piel es el órgano más vulnerable, porque está expuesto a radiaciones, traumatismos, infecciones y productos ... El proceso de síntesis requiere la presencia de rayos ultravioleta procedentes de la radiación solar. Externamente, lo que se ... que absorbe parte de la radiación ultravioleta (UV) del sol, potencialmente peligrosa. También contienen enzimas reparadoras ...
Entre las causas de lesiones encontramos: Físicas: como los traumatismos, las radiaciones, la electricidad, el calor que ... Las heridas en la piel pueden considerarse lesiones producidas por un daño externo como los traumatismos. Las lesiones producen ...
Entre las primeras se encuentran la conjuntivitis alérgica, la conjuntivitis infecciosa, la exposición a radiaciones, la ... panoftalmitis, los traumatismos y la cirugía ocular. De las causas extraoculares, se puede citar la enfermedad de Graves ...
... o raramente cambios barométricos y radiación ionizante.[8]​ Las causas comunes incluyen caries, traumatismos dentales (como una ...
Existe un antecedente que justifica su aparición, por ejemplo radiaciones para el tratamiento de otro tumor previo, ... traumatismos graves o edema de origen linfático - linfedema -. Angiosarcoma: Practice Essentials, Pathophysiology, Etiology. 18 ... sobre todo después de radiación sobre el órgano -, hueso, hígado y bazo. En el 30% de los casos el tumor se origina en la piel ...
... radiaciones (como los rayos UV), frío, calor. Agentes químicos: venenos, toxinas. Traumatismos y cuerpos extraños, que inducen ... la exposición a la radiación y la quimioterapia.[6]​ Mientras que la inflamación aguda se caracteriza por la aparición de ...
Existen reportes de manifestación tardía del signo de Lhermitte posteriores a traumatismos craneales y/o cervicales.[6]​[7]​ ... mielopatía por radiación, deficiencia de vitamina B12 (degeneración combinada subaguda, DCS), compresión de la médula espinal ... lo cual constituiría un signo temprano de una lesión tardía secundaria a radiación, que ocurre dentro de los cuatro meses ...
Efectos no especificados de la radiación (T67) Efectos del calor y de la luz (T67.0) Golpe de calor e insolación (T67.1) ... Otros traumatismos y los no especificados de la pierna (S89.7) Traumatismos múltiples de la pierna (S89.8) Otros traumatismos ... Otros traumatismos y los no especificados del cuello (S19.7) Traumatismos múltiples del cuello (S19.8) Otros traumatismos del ... Otros traumatismos y los no especificados del antebrazo (S59.7) Traumatismos múltiples del antebrazo (S59.8) Otros traumatismos ...
La radiación UV Los rayos X Los golpes o traumatismos Temperaturas muy altas o muy bajas Presiones muy altas o muy bajas Son ... Noxas físicas: desastres naturales,radiación. Noxas sociales: soledad, problemas económicos, desocupación, ansiedad, violencia ...
Radiaciones ionizantes Naturales y antropogénicas de uso civil y militar. Se incluyen las radiaciones ionizantes de uso médico ... La OMS considera que factores ambientales de riesgo confluyen en más de 100 enfermedades o traumatismos y estima que solo en el ... Radiaciones infrarrojas. Se usan en diversas actividades humanas, por ejemplo, las lámparas infrarrojas de uso en kinesiología ... Radiaciones ultravioleta. Las exposiciones a emisiones ultravioleta, por ejemplo, en discotecas genera en los expuestos daño ...
Los factores de riesgo incluyen diabetes mellitus, enfermedad arterial periférica, tabaquismo, traumatismos graves, alcoholismo ... VIH/SIDA, congelación, influenza, dengue, malaria, varicela, peste, hipernatremia, lesiones por radiación, enfermedad ... como ocurre en traumatismos, aborto séptico y heridas de guerra. La rápida progresión de la gangrena gaseosa ocurre por la ...
El resto tenía diversos traumatismos por golpes «causados por una gran fuerza», y a una de las mujeres le faltaba la lengua. ... Además en la ropa de algunas de las víctimas había dosis de radiación dos veces más altas de lo habitual. La investigación ... Esta teoría bien puede incluir el lanzamiento de diversos cohetes secretos, una prueba de armas con radiación o el uso de minas ... Los otros dos mostraban traumatismos en la cabeza, siendo el de Nikolái Thibeaux-Brignolle de especial gravedad. Además, se ...
A menudo, entonces, se renuncia a una segunda grabación a causa de la carga de radiación, aunque la imagen no es evaluable. ... Diagnóstico de posibles patologías especiales, tales como dilaceraciones, traumatismos, hipertrofias adenoideas. Evaluación del ... evitando la radiación, no tiene gran difusión en el mundo profesional y de hecho solo existe abundante información en alemán de ... por lo cual el tiempo de exposición y la dosis de radiación aumentan. Con el aumento del tiempo de exposición también aumenta ...
... los niños pierden más fácilmente su calor corporal a través de la radiación y tienen un mayor riesgo de hipotermia.[4]​[5]​ El ... único en el cuidado de los traumatismos porque son tan diferentes de los adultos -anatómica, desarrollada, fisiológica y ... El manejo de los traumatismos pediátricos depende del conocimiento de las diferencias fisiológicas, anatómicas y de desarrollo ...
... exposición a radiaciones ionizantes, o como resultado de una enfermedad infecciosa con actividad inmunosupresora (como ocurre ... o del medio ambiente como consecuencia de la introducción de traumatismos (como en las infecciones de heridas quirúrgicas o ... pueden utilizar la unión básica anticuerpo-antígeno como base para producir una señal electromagnética o de radiación de ...
... el envenenamiento por radiación, los estados de malnutrición, el estrés físico arduo, el envejecimiento, y se ha asociado ... los traumatismos, las quemaduras e incluso el sobreentrenamiento deportivo. La administración oral de N-acetil cisteína (NAC), ...
Acción de la radiación: La creencia de que la radiación x e ionizante tienen un efecto negativo sobre la pulpa es cierta, ... Entre otras de las causas que pueden dañar la pulpa se encuentran los traumatismos agudos, las luxaciones, fisuras, fracturas, ... traumatismos crónicos, entre otros[5]​ Un recién nacido posee una cavidad oral estéril, con el transcurso de los años, la ... inclusive estás causan daño a los tejidos del periodonto que es más susceptible a las radiaciones, dando lugar a la pulpitis y ...
... traumatismos, contusos, penetrantes o empalamientos» con materiales lanzados por la explosión.[2]​[1]​ Puede haber traumatismos ... radiación, asbesto, monóxido de carbono) o asfixia. El síndrome de aplastamiento ha sido clasificado, algunas veces como ... Hay aceleración y desaceleración rápidas que causan traumatismos «derivados de la fuerza directa». Estas, junto a las ...
... exposición a radiaciones o enfermedades virales (como el virus de Epstein-Barr). Como tratamiento puede ser necesario realizar ... que provoca hemorragias ante mínimos traumatismos; y déficit de hematíes, que causa anemia y dificulta la llegada de oxígeno a ...
Los factores prenatales que se han relacionado son las infecciones maternas (sobre todo la rubeola), la radiación, la anoxia ( ... Corresponde a un 10 % de los casos y puede ser debida a traumatismos craneales, infecciones, desnutrición o malnutrición, ... No siempre es un trastorno congénito, ya que también puede ser adquirida por accidentes donde haya traumatismos ...
Las ondas electromagnéticas (radiaciones gamma y rayos X). Las corpusculares (radiaciones alfa, los neutrones y las radiaciones ... las malformaciones posteriores al nacimiento o realizadas por fuente externa antes de que ocurra y causadas por traumatismos. ... Cuando una radiación altera alguno de los átomos que constituyen una molécula proteica, determina su ionización y la molécula ... Los efectos nocivos dependen de la cantidad de radiación recibida. Si es baja, probablemente afectará a pocas proteínas y la ...
El tratamiento se hace con un control local con cirugía y terapia de radiación. El más significativo es el rabdomiosarcoma, es ... hemorragia intratumoral tras sufrir traumatismos, dolor abdominal y a veces hipercalcemia. El lugar más frecuente de metástasis ... Actualmente se barajan dos tipos de factores en la formación de los tumores infantiles: Por exposición a: radiación ... ultravioleta, radiación ionizante, asbesto. La Agencia Internacional para la Investigación (IARC), ha identificado 18 ...
También implementó los AVAD como un nuevo indicador de la carga de enfermedad, traumatismos y factores de riesgo.[4]​[15]​[13 ... contaminación sonora y radiación (radón y rayos UV) se puede cuantificar con los AVAD. Para cada enfermedad se calculan los ... radiación UV natural y la humedad doméstica. El porcentaje puede llegar al 13 % dada la incertidumbre, asumiendo que no hay ... además de que la exposición a varios tipos de radiaciones pueden precipitar el desarrollo de neoplasias. Se estimó el impacto ...
Cuando hay traumatismos musculares o golpes. La práctica de deporte que exige considerable esfuerzo físico. Cuando existe un ... daños en los tejidos debido a radiación, cáncer (en algunos casos se detectan niveles anormales submínimos de glutamina), etc. ...
... cirugía o radiación. Los mastocitos liberan mediadores inflamatorios pueden actuar impidiendo la movilidad de los ... o también tener otras causas como inflamación o traumatismos en algunas de las partes del aparato reproductor masculino. Por lo ... traumatismos) Radioterapia y quimioterapia Problemas hormonales Trastornos genéticos Aunque ambas son causa de infertilidad, es ...
En pacientes con enfermedad hipotálamo-hipofisaria, o con antecedentes de radiación craneal o que hayan sido diagnosticados de ... Las causas más frecuentes son los tumores, los traumatismos cráneo-encefálicos, las enfermedades granulomatosas en el área ... radiación, infección, etc…).[7]​ El término hipopituitarismo se utiliza con frecuencia de forma intercambiable con la ... o bien mediante la radiación o tratamiento quirúrgico de los tumores hipofisarios, cuando están presentes y son responsables de ...
Es una radiación asociada a una radiación de tipo beta que se ha producido previamente. X m Z A ⟶ X Z A + γ {\displaystyle {\ce ... Relevancia clínica de la FDG-PET en los traumatismos craneoencefálicos graves. Rev Neurol 2009;49:58-63. Sopena R, Martí- ... La emisión de radiación puede ser principalmente de tres tipos: emisión de partículas α, emisión de partículas β o radiación γ ... Los rayos gamma, al igual que los rayos X son radiación de alta energía y por lo tanto peligrosa. Es una radiación ionizante ...
La radiación, infección micótica, bacteriana pueden también causar rotura vesical, así como la rotura espontánea.[6]​ Los tres ... Las heridas vesicales pueden ocurrir tanto en traumatismos cerrados como en penetrantes pero, en cualquier caso, es poco ...
El diagnóstico diferencial de la hematuria incluye neoplasias, infecciones, cálculos renales y traumatismos.[10]​ Los tumores ... las causadas por drogas y la radiación. La hematuria por cistitis puede estar asociada a dolor y dificultad para orinar, ... puede ser debido a los repetidos traumatismos a los riñones (hematuria traumática) o de la vejiga. Pero también puede ocurrir ...
Lesiones causadas por la radiación - Aprenda acerca de las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de los ... radiación de fondo) y de vez en cuando a la radiación procedente de fuentes artificiales. La radiación natural de fondo varía ... Medición de la radiación La cantidad de radiación se mide en varias unidades diferentes. El roentgen (R) es una medida de la ... La radiación... obtenga más información pueden recibir dosis muy altas de radiación. Sin embargo, se hace todo lo posible para ...
Por ejemplo las originadas por quemaduras térmicas o eléctricas, congelaciones, traumatismos o radiaciones ionizantes. En las ...
Exposición a la radiación en el trabajo o a cables de energía, teléfonos celulares o teléfonos y dispositivos inalámbricos ... Traumatismos craneales. *Tabaquismo. *Hormonoterapia. TIPOS ESPECÍFICOS DE TUMORES. Los tumores cerebrales se clasifican según: ... La quimioterapia puede usarse junto con cirugía o tratamiento de radiación.. Otros medicamentos utilizados para tratar los ...
... idiopática Neoplasias hipotalámicas Traumatismos e infecciones Procesos inflitrantes Neoplasias congénitas Radiaciones ...
Muchas pruebas radiológicas no cumplen con este precepto y exponen innecesariamente a los niños a la radiación. ... Periodo equivalente aproximado de radiación natural de fondo. Rx extremidades (Excluidas las caderas). , 0.01. , 0.5. 1.5 días ... La RMI ofrece mas información que la TAC en los trastornos intracraneales (salvo traumatismos o accidentes cerebrovasculares), ... Una manera importante de reducir la dosis de radiación es no realizar pruebas radiológicas innecesarias.. En la tabla I se ...
La radiación es energía que se libera como partículas u ondas invisibles. Estar expuesto a grandes cantidades de radiación ... Los escáneres médicos ayudan a los médicos a diagnosticar todo, desde traumatismos craneales hasta dolor en los pies. Existen ... "Una radiografía de tórax le da cantidades de radiación similares a las que obtendría en un vuelo en avión a través del Océano ... Esta prueba usa radiación? Si es así, ¿la dosis se adapta a mi tamaño y qué necesita saber? ...
... la exposición a la radiación y el coste.. Conflicto de intereses: no existe.. Fuente de financiación: no consta. ... La radiografía de pelvis no debe hacerse de forma sistemática en el estudio de traumatismos cerrados. La fractura de pelvis se ...
TRAUMATISMOS EXPERIMENTALES POR RADIACIÓN: vea nota allá; radiaciones que causan neoplasia = NEOPLASIAS INDUCIDAS POR RADIACIÓN ... Enfermedades por Radiaciones. Lesiones por Radiación. Síndrome de Radiación. Código(s) jeráquico(s):. C26.733. G01.750.748.500 ... Traumatismos por Radiación - Concepto preferido UI del concepto. M0018380. Nota de alcance. Efectos perjudiciales de exposición ... enfermedad por radiación enfermedades de origen radiactivo enfermedades por radiaciones síndrome de radiación ...
... un tratamiento con radiación, traumatismos, o cuerpos extraños, o pueden aparecer como una complicación después de una ...
Traumatismos por Radiación MeSH Identificador de DeCS:. 59029 ID del Descriptor:. D000080483 ... Personas que sobrevivieron a la exposición a la RADIACIÓN debido a BOMBAS ATÓMICAS.. ... Personas que han sobrevivido a la exposición a la RADIACIÓN causada por BOMBAS ATÓMICAS.. ... Personas que sobrevivieron a la exposición a la RADIACIÓN debido a BOMBAS ATÓMICAS. ...
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Traumatismos por Radiación. Lagunas. Laguna Costera. Movimiento de Tierras. Deslizamientos de Tierra. ...
Traumatismos del aparato locomotor. Intervenci n primaria. Evacuaci n.. - Traumatismo del cr neo y de la cara. Intervenci n ... 4) Aplicar los m todos m s efectivos para la prevenci n de los trastornos ocasionados por la acci n de las radiaciones solares. ... a) Describir las lesiones o traumatismos m s usuales en el f tbol, determinando las causas que las producen, las medidas que ... Traumatismos de la columna vertebral. Intervenci n primaria. Evacuaci n.. - El politraumatizado. Intervenci n primaria. ...
Los traumatismos en la boca hacen que la sangre se coagule y la pieza dental se oscurezca. ... Tratamientos como la quimioterapia o la radiación también decoloran los dientes.. 3. Fármacos. Hay antibióticos, como las ...
2-Dolores y traumatismos leves. Analgésico básico : Disponemos de paracetamol, el cual es un buen analgésico y antitermico, ... Ya que según aumenta la altitud, también aumenta la exposición a las radiaciones solares. ... y protegernos de las radiaciones solares por su efecto fotosensibilizante de la piel. ...
Traumatismos por agentes físicos Quemaduras.Congelaciones Lesiones por electricidad Causticaciones Lesiones por radiaciones ... Traumatismos de tobillo, fracturas y luxaciones del tobillo. Fracturas y luxaciones del pie.. Tema 35.: Deformidades de los ... Tema 29.: Traumatismos pelvianos. Luxaciones de cadera.. Tema 30.:Cadera en crecimiento. Cadera dolorosa en el niño. Enfermedad ... Tema 19.: Traumatismos vertebrales.. Tema 20.: Deformidades de la columna vertebral.. Tema 21.: Fisiopatología del disco ...
Los pacientes con traumatismos, cirugía o radiación de la pelvis se encuentran en mayor risgo de disfunción eréctil. La ... Los pacientes con traumatismos, cirugía o radiación de la pelvis se encuentran en mayor risgo de disfunción eréctil. La ... Diagnóstico diferencial Se interroga sobre exposiciones a radiación o ciclofosfamida. La cistitis bacteriana, herpes genital o ... Diagnóstico diferencial Se interroga sobre exposiciones a radiación o ciclofosfamida. La cistitis bacteriana, herpes genital o ...
Exposición prolongada a radiación ultravioleta. Tabaco. Obesidad. Hipertensión arterial. Enfermedades oculares, como la uveítis ... Traumatismos oculares. Uso prolongado de algunos fármacos (sobre todo corticoides, especialmente orales e inhalados). ...
Este autor señala, como factores de riesgo exógenos más acreditados, a las radiaciones ionizantes y a los traumatismos. Desde ... Los traumatismos craneales, las infecciones previas, exposiciones a pesticidas, y otros factores quedarían dentro del grupo de ... Entre los distintos tipos, hay dos variedades en las que se ha planteado una posible relación con los traumatismos craneales: ... Parece que los factores genéticos (síndromes hereditarios entre ellos) constituirían, junto con las radiaciones ionizantes, las ...
2. Traumatismos. Los traumatismos en el ojo se producen cuando el ojo es golpeado por un objeto contundente, y pueden ser ... 4. Heridas por radiación solar. El exceso de exposición a los rayos ultravioleta del sol puede producir heridas en los ojos. ... Los traumatismos en el ojo pueden provocar diferentes complicaciones como: infecciones, hemorragias, heterocromía del iris e ... Las heridas causadas por la radiación solar suelen ser superficiales y no suelen derivar en complicaciones, aunque en algunos ...
Se pregunta si se ha estado expuesto recientemente a medicamentos, toxinas o radiación, o si se ha experimentado un estrés ... Lesiones (traumatismos). La lesión de los folículos capilares tiene muchas causas, entre las que se incluyen ...
... el cambio climático y la radiación ultravioleta, contribuyen a más de 100 enfermedades o traumatismos. ...
... los traumatismos oculares y algunos agentes físicos como la exposición solar o cualquier otro tipo de radiaciones.. Otros ... Las radiaciones solares suponen también un factor de riesgo importante en su aparición. ...
... o la cicatrización de heridas de difícil evolución o traumatismos en distintos tejidos. Los efectos de la radiación láser sobre ... El láser puede ser usado para tratar alteraciones internas, sistémicas y generalizadas mediante radiación en puntos reflejos o ... La influencia benéfica de la radiación láser también fue evidente cuando se aplicó sobre médula espinal de perros. ... amplificación de luz mediante emisión estimulada de radiación. Los láseres fueron inicialmente aplicados para bioestimulación. ...
"En las emergencias por radiación las personas pueden estar expuestas a dosis de radiación que van desde insignificantes hasta ... botiquines para traumatismos, fluidos, antibióticos y analgésicos. Esta publicación incluye solo medicamentos específicos que ... Citoquinas utilizadas para mitigar el daño a la médula ósea, en caso de síndrome de radiación aguda (ARS).. Otros medicamentos ... Esta publicación se centra en los productos farmacéuticos para el tratamiento de la exposición a la radiación y aborda la ...
Esta radiación se clasifica según su potencia y energía en: alta, media y baja. Los denominados de baja potencia, son conocidas ... o traumatismos. 7-9 ...
Traumatismos. Los golpes pueden provocar una hemorragia interna que oscurecerá la dentina. En otras ocasiones, pueden provocar ... Algunos tratamientos médicos pueden manchar tus dientes, como las radiaciones y la quimioterapia. Los antibióticos como ...
Traumatismos en la zona de carácter voluntario o involuntario, ya sea en el transcurso de una reyerta con intercambio de golpes ... Exponerse a fuentes de calor de carácter intenso, como radiación UVA, tomar el sol, saunas, etc. ...
Se ha propuesto la vía radial y la protección abdominal para minimizar la radiación. El documento de consenso de la Sociedad ... traumatismos y sobredosis farmacológica. ... La radiación puede minimizarse utilizando la ecografía.. Paro ...

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