Interrupción repentina del suministro de sangre a la HIPÓFISIS, dando lugar a NECROSIS del tejido y pérdida de la función (PANHIPOPITUITARISMO). La causa mas común es la hemorragia o INFARTO de las NEOPLASIAS HIPOFISARIAS. También puede deberse a hemorragia aguda en la SILLA TURCA debido a TRAUMA CRANEOCEREBRAL, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL u otros efectos agudos de la hemorragia del sistema nervioso central. Los signos clínicos incluyen grave CEFALEA, HIPOTENSIÓN, alteraciones visuales bilaterales, INCONSCIENCIA y COMA.
Neoplasias que surgen de o que metastizan a la HIPÓFISIS. La mayoría de las neoplasias hipofisarias son adenomas, los que se dividien en formas secretoras y no secretoras. Las formas productoras de hormonas se clasifican por el tipo de hormona que segregan. Los adenomas hipofisarios pueden caracterizarse también por sus propiedades a la tinción (ver ADENOMA, BASÓFILO; ADENOMA, ACIDÓFILO; y ADENOMA, CROMÓFOBO). Los tumores hipofisarios pueden comprimir a las estructuras adyacentes, entre las que se incluyen el HIPOTÁLAMO, varios NERVIOS CRANEALES, y el QUIASMA ÓPTICO. La compresión del quiasma puede producir HEMIANOPSIA bilateral.
Trastornos que involucran la ADENOHIPÓFISIS o la NEUROHIPÓFISIS. Estas enfermedades se manifiestan generalmente por hipersecreción o hiposecreción de las HORMONAS HIPOFISARIAS. Las masas neoplásicas hipofisarias también pueden producir compresión del QUIASMA ÓPTICO y de otras estructuras adyacentes.
Pequeña glándula impar situada en la SILLA TURCA. Está unida al HIPOTÁLAMO por un corto tallo que se llama infundíbulo (vea HIPÓFISIS).
Tumor epitelial benigno con organización glandular.
Tumor benigno de la hipófisis anterior en el cual las células no se colorean con colorantes ácidos o básicos.
Enfermedades del nervio o núcleo oculomotor que producen debilidad o parálisis del recto superior, recto inferior, recto medio, oblicuo inferior, o músculo elevador palpebral, o trastornos de la inervación parasimpática de la pupila. Con parálisis oculomotora completa, el párpado se paralizará, el ojo estará en posición inferior y de abducción, y con marcada dilatación pupilar. Las afecciones que se asocian comúnmente incluyen neoplasias, TRAUMA CRANEOCEREBRAL, isquemia (especialmente en asociación con DIABETES MELLITUS), y compresión de un aneurisma.
Caída del párpado superior debido al desarrollo deficiente o a la parálisis del músculo elevador del párpado.
Exámenes que evalúan las funciones de la glándula pituitaria.
Adenoma hipofisario que segrega PROLACTINA, lo que produce HIPERPROLACTINEMIA. Las manifestaciones clínicas incluyen AMENORREA; GALACTORREA; IMPOTENCIA; CEFALEAS; trastornos visuales; y RINORREA DE LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.
Uno de los espacios de aire vinculados que se localiza en el cuerpo del HUESO ESFENOIDES detrás del HUESO ETMOIDES en el medio del cráneo. El seno esfenoidal se comunica con la parte posterosuperior de la CAVIDAD NASAL en el mismo lado.
Prominencia ósea situada en la superficie superior del hueso esfenoides. Alberga a la GLÁNDULA PITUITARIA.
En el sistema de clasificación antiguo de los adenomas hipofisiarios, adenoma cuyas células se tiñen con colorantes ácidos; la mayoría de los adenomas que segregan cantidades excesivas de hormona del crescimiento formaban parte de este grupo. (Dorland, 28a ed)
Quistes congénitos o adquiridos del cerebro, médula espinal o meninges que pueden permanecer estables en su tamaño o sufrir un crecimiento progresivo.
Lóbulo glandular anterior de la hipófisis, también conocido como ADENOHIPÓFISIS. Secreta las HORMONAS ADENOHIPOFISARIAS que regulan funciones vitales como el CRECIMIENTO, METABOLISMO y REPRODUCCIÓN.
Disminución o la eliminación espontánea de una enfermedad en el tiempo, sin un tratamiento formal.
Afección causada por la exposición prolongada a un exceso de HORMONA DE CRECIMIENTO HUMANA en adultos. Se caracteriza por alargamiento óseo de la CARA, mandibula (PROGNATISMO), manos, PIE, CABEZA y TÓRAX. La etiologia mas común es un ADENOMA HIPOFISARIO SECRETOR DE HORMONA DEL CRECIMIENTO (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1992, Ch36, pp79-80).
Método no invasivo para demostrar la anatomía interna basado en el principio de que los núcleos atómicos bajo un campo magnético fuerte absorben pulsos de energía de radiofrecuencia y la emiten como radioondas que pueden reconstruirse en imágenes computarizadas. El concepto incluye las técnicas tomografía del spin del protón.
Hormona tripéptida que se origina en el HIPOTÁLAMO y estimula la secreción de la TIROTROPINA de la HIPÓFISIS. En humanos, también actúa como un factor liberador de la prolactina. Es también un neurotransmisor en el sistema nervioso central.
Una hormona de la adenohipófisis que estimula la CORTEZA SUPRARRENAL y su producción de CORTICOSTEROIDES. La ACTH es un polipéptido de 39 aminoácidos de los cuales el segmento N-terminal, de 24 aminoácidos, es idéntico en todas las especies y contiene la actividad adrenocorticotrópica. Tras un posterior procesamiento específico de tejido, ACTH puede producir alfa-MSH y péptido del lóbulo intermedio similar a la corticotropina (CLIP).
Sintoma de DOLOR en la región craneal. Puede ser un síntoma aislado y benigno o una manifestación de una gran variedad de TRASTORNOS DE CEFALALGIA.
Trastorno causado por exposición prolongada a niveles altos de cortisol (HIDROCORTISONA) u otros GLUCOCORTICOIDES procedentes de fuentes endógenas o exógenas. Se caracteriza por OBESIDAD, OSTEOPOROSIS, HIPERTENSIÓN, DIABETES MELLITUS, HIRSUTISMO, AMENORREA y exceso de líquido corporal. El sindrome de Cushing endógeno o hipercortisolismo espontáneo se divide en dos grupos: los debidos a un exceso de ADRENOCORTICOTROPINA y los independientes del ACTH.
Disminución o cese de la secreción de una o más hormonas de la adenohipófisis (incluidas LH; FSH; SOMATOTROPINA; y CORTICOTROPINA). Esta puede producirse por extirpación quirúrgica o por radiaciones, NEOPLASIAS HIPOFISARIAS no secretoras, tumores metastásicos, infartos, APOPLEJÍA HIPOFISARIA, procesos granulomatosos o de infiltración, y otras afecciones.
Hormomas segregadas por la HIPÓFISIS, incluyendo las del lóbulo anterior (adenohipófisis), el lóbulo posterior (neurohipófisis) y el mal definido lóbulo intermedio. estructuralmente, incluyen pequeños péptidos, proteínas y glicoproteínas. Están reguladas por señales neuronales (AGENTES NEUROTRANSMISORES) o señales neuroendocrinas (HORMONAS HIPOTALÁMICAS)del hipotálamo, así como por feedback de sus objetivos como son los CORTICOSTEROIDES,ANDRÓGENOS y ESTRÓGENOS.
Estado en que la SILLA TURCA no está llena de tejido hipofisario. La hipófisis puede estar comprimida, atrofida o extirpada. Hay dos tipos: (1)silla vacia primaria, debido a defecto del diafragma de la silla, dando lugar a herniación aracnoide dentro del espacio selar; (2)silla vacia secundaria, asociada con la extirpación o tratamiento de NEOPLASIAS HIPOFISARIAS.

La apoplejía hipofisaria es una afección poco común pero grave que ocurre cuando la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, sufre hemorragia o infarto. Esto puede provocar un aumento de tamaño de la glándula, lo que puede comprimir el tejido circundante y los nervios craneales, resultando en diversos síntomas.

Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza intenso, visión doble o borrosa, pérdida de la visión, especialmente en los lados (pérdida de campo visual), debilidad muscular, desorientación y pérdida de conciencia. En algunos casos, también puede haber síntomas relacionados con la deficiencia hormonal, como fatiga, letargia, hipotensión y temperatura corporal baja.

La apoplejía hipofisaria es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El tratamiento generalmente incluye el manejo de los síntomas, la restauración de las deficiencias hormonales y, en algunos casos, la cirugía para aliviar la presión sobre el tejido cerebral. Las causas más comunes de apoplejía hipofisaria son los tumores pituitarios (adenomas), la hipertensión arterial y los trastornos de coagulación sanguínea.

Las neoplasias hipofisarias son tumores que se originan en la glándula pituitaria, una pequeña estructura situada en la base del cerebro. La glándula pituitaria es responsable de producir y regular varias hormonas importantes para el funcionamiento adecuado del cuerpo.

Existen dos tipos principales de neoplasias hipofisarias: los adenomas hipofisarios y los carcinomas hipofisarios. Los adenomas hipofisarios son tumores benignos que representan alrededor del 10-15% de todas las neoplasias intracraneales. Por otro lado, los carcinomas hipofisarios son extremadamente raros y se consideran malignos debido a su capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis).

La mayoría de los adenomas hipofisarios son pequeños y no causan síntomas clínicos. Sin embargo, cuando crecen lo suficiente, pueden comprimir la glándula pituitaria y alterar la producción hormonal, lo que lleva a diversas manifestaciones clínicas dependiendo del tipo de hormona afectada. Los adenomas hipofisarios también pueden provocar dolores de cabeza, déficits visuales o, en casos más graves, hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cerebroespinal en el cráneo).

El tratamiento de las neoplasias hipofisarias depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la presencia o ausencia de síntomas clínicos. Las opciones terapéuticas incluyen la cirugía, la radioterapia y la terapia médica con fármacos que regulan la producción hormonal o inhiben el crecimiento del tumor.

Las enfermedades de la hipófisis se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan la glándula pituitaria, una pequeña glándula endocrina ubicada en la base del cerebro. La pituitaria desempeña un papel crucial en el control y regulación de varias funciones corporales importantes, ya que produce y secreta diversas hormonas que afectan la producción de leche materna, el crecimiento y desarrollo, los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial, y las respuestas al estrés, entre otras.

Existen diferentes tipos de enfermedades de la hipófisis, que pueden clasificarse según su naturaleza y los mecanismos subyacentes. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Adenomas hipofisarios: Son tumores no cancerosos (benignos) que se desarrollan en la pituitaria. Pueden secretar niveles excesivos de ciertas hormonas, lo que resulta en una sobreproducción de dichas hormonas y sus efectos correspondientes en el cuerpo. Por ejemplo, un adenoma hipofisario que produce demasiada prolactina puede causar galactorrea (flujo de leche materna inapropiado) o amenorrea (cesación de la menstruación) en las mujeres.

2. Hipopituitarismo: Es una afección en la que la glándula pituitaria no produce suficientes hormonas. Esto puede deberse a diversos factores, como lesiones, infecciones, tumores, cirugía o radioterapia en la región hipotalámica-pituitaria, trastornos autoinmunitarios, o enfermedades sistémicas graves. El déficit hormonal puede afectar diversas funciones corporales, como el crecimiento, desarrollo sexual, metabolismo, y respuesta al estrés.

3. Hiperpituitarismo: Se refiere a un exceso de producción de hormonas pituitarias. Puede ser causado por adenomas hipofisarios, tumores hipotalámicos, o enfermedades sistémicas que afectan la función pituitaria. Los síntomas varían según el tipo y cantidad de hormona excesivamente producida.

4. Enfermedad de Cushing: Es una afección causada por niveles elevados de cortisol en el cuerpo, que puede ser resultado de un tumor hipofisario que produce ACTH (hormona adrenocorticotrópica) en exceso o por la administración prolongada de glucocorticoides sintéticos. Los síntomas incluyen obesidad central, piel fina y frágil, estrías rojas o violáceas, diabetes mellitus, hipertensión arterial, debilidad muscular, y cambios en el estado de ánimo y cognición.

5. Síndrome de Sheehan: Es una complicación poco frecuente pero grave de un parto hemorrágico intenso que provoca la necrosis del lóbulo anterior de la glándula pituitaria, lo que resulta en deficiencia hormonal. Los síntomas pueden incluir fatiga, hipotensión ortostática, pérdida de libido, disminución de la producción de leche materna, y amenorrea.

6. Acromegalia: Es una enfermedad rara causada por un tumor hipofisario que produce exceso de hormona del crecimiento (GH) después del cierre de los cartílagos de crecimiento durante la adolescencia. Los síntomas incluyen aumento del tamaño de las manos y pies, engrosamiento de los tejidos blandos, hipertrofia de los huesos faciales, diabetes mellitus, hipertensión arterial, y problemas cardiovasculares.

7. Prolactinoma: Es un tumor hipofisario benigno que produce exceso de prolactina, una hormona que estimula la producción de leche materna. Los síntomas en las mujeres pueden incluir amenorrea, galactorrea (flujo de leche espontáneo), y disminución de la libido. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, ginecomastia (crecimiento anormal de las mamas), y pérdida de libido.

8. Hipopituitarismo: Es una afección en la que la glándula pituitaria no produce suficientes hormonas. Puede ser causado por diversos factores, como tumores hipofisarios, lesiones cerebrales, infecciones, y enfermedades autoinmunes. Los síntomas pueden variar dependiendo de las hormonas afectadas e incluyen fatiga, debilidad muscular, pérdida de peso, frío intolerante, sequedad de la piel, y problemas menstruales en las mujeres.

9. Síndrome de Cushing: Es una afección causada por un exceso de cortisol, una hormona producida por la glándula suprarrenal. Puede ser causado por tumores hipofisarios que producen ACTH (hormona adrenocorticotrópica), tumores suprarrenales, o uso prolongado de esteroides. Los síntomas pueden incluir obesidad central, piel fina y frágil, estrías rojas o violáceas en la piel, acné, diabetes, hipertensión arterial, debilidad muscular, y cambios de humor.

10. Enfermedad de Addison: Es una afección causada por un déficit de hormonas esteroides producidas por la glándula suprarrenal. Puede ser causada por enfermedades autoinmunes, infecciones, tumores, y otras afecciones. Los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad muscular, pérdida de peso, náuseas, vómitos, diarrea, desmayos, y cambios de humor.

La hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, es una glándula endocrina pequeña pero extremadamente importante ubicada en la base del cráneo dentro de la silla turca, que es un área especialmente adaptada en el hueso esfenoides. Se divide anatómicamente y funcionalmente en dos partes: la adenohipófisis (lóbulo anterior) y la neurohipófisis (lóbulo posterior).

La adenohipófisis produce y secreta varias hormonas importantes, incluyendo:
- La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo en los niños y tiene efectos anabólicos en los adultos.
- La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche materna después del parto.
- Las hormonas tiroideas estimulantes (TSH), que regulan la función de la glándula tiroides.
- La adrenocorticotropina (ACTH), que regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
- La foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), que controlan la función reproductora en ambos sexos.
- La melanocitoestimulante (MSH) y la hormona inhibidora de la síntesis de melanina (HIMS), que participan en el control del color de la piel y el cabello.

La neurohipófisis almacena y libera dos hormonas producidas por el hipotálamo:
- La oxitocina, que desencadena la contracción uterina durante el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
- La vasopresina o hormona antidiurética (ADH), que regula el equilibrio de agua en el cuerpo mediante el control de la reabsorción de agua a nivel renal.

La glándula pituitaria desempeña un papel fundamental en el control y coordinación del sistema endocrino, ya que regula la producción y secreción de otras hormonas en todo el cuerpo. Por lo tanto, cualquier trastorno o alteración en su función puede tener graves consecuencias para la salud.

Un adenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que se forma en las glándulas. Puede ocurrir en cualquier glándula del cuerpo, pero son más comunes en las glándulas situadas en el revestimiento del intestino delgado y en la próstata de los hombres.

Los adenomas suelen crecer muy lentamente y a menudo no causan ningún síntoma. Sin embargo, algunos tipos de adenomas pueden convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si son grandes o si han existido durante mucho tiempo.

El tratamiento de un adenoma depende del tamaño y la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede observar el crecimiento del tumor con exámenes regulares. En otros casos, se pueden necesitar cirugía o otras terapias para extirpar el tumor.

Es importante acudir al médico si se presentan síntomas como sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal inexplicable, ya que pueden ser señales de un adenoma o de otra afección médica grave.

Un adenoma cromófobo es un tipo raro de tumor ocre que se origina en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro. Este tipo de tumor se caracteriza por no producir melanina, una hormona que da color a los tejidos corporales, lo que le da el nombre de "cromófobo" (que significa "miedo al color").

Los adenomas cromófobos suelen ser benignos, pero pueden causar problemas de salud importantes debido a su proximidad a los nervios ópticos y al hipotálamo. Los síntomas más comunes incluyen dolores de cabeza, visión doble o borrosa, y trastornos hormonales que pueden afectar el crecimiento, la menstruación, el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.

El tratamiento de los adenomas cromófobos puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o terapia médica con medicamentos que ayuden a controlar el crecimiento del tumor y los síntomas asociados. El pronóstico depende del tamaño y la localización del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente.

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III craneal, es el nervio más grande que sale directamente del cerebro. Es responsable del movimiento de los músculos extraoculares y la pupila del ojo. Las enfermedades o trastornos del nervio oculomotor pueden causar diversos síntomas visuales y motores.

Una condición médica específica que afecta al nervio oculomotor se denomina parálisis del nervio oculomotor. Esta afección se caracteriza por la debilidad o pérdida de movimiento en los músculos controlados por el nervio, lo que puede provocar diplopía (visión doble), estrabismo (ojos desalineados) y ptosis (párpado caído). Además, la parálisis del nervio oculomotor puede causar midriasis (dilatación de la pupila) e irregularidades en la respuesta a la luz.

La parálisis del nervio oculomotor puede ser el resultado de diversas condiciones, como lesiones cerebrales traumáticas, tumores cerebrales, aneurismas, infecciones, inflamaciones y enfermedades neurológicas degenerativas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o terapia de rehabilitación.

La blefaroptosis es una afección ocular en la que el párpado superior se encuentra caído o colgando de manera excesiva, cubriendo parcial o completamente la pupila y parte del iris. Esta condición puede afectar a uno o ambos ojos y puede ser leve o grave, dependiendo de la cantidad de párpado que cuelgue.

La blefaroptosis puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo el envejecimiento natural, lesiones, enfermedades neurológicas o musculares, y algunas veces es congénita (presente desde el nacimiento). En algunos casos, la causa puede ser desconocida.

El tratamiento para la blefaroptosis dependerá de su causa subyacente. Si la afección es leve y no interfiere significativamente con la visión o la actividad diaria, el tratamiento puede no ser necesario. Sin embargo, si la afección es grave y afecta la visión o la apariencia estética, el tratamiento generalmente implica una cirugía para reposicionar el músculo que eleva el párpado (el músculo levantador de la ceja).

En resumen, la blefaroptosis es una afección en la cual el párpado superior se encuentra caído o colgando excesivamente, lo que puede interferir con la visión y la actividad diaria. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir cirugía para reposicionar el músculo levantador del párpado.

Las pruebas de función hipofisaria son un conjunto de exámenes médicos que se utilizan para evaluar la capacidad de la glándula pituitaria, también conocida como hipófisis, para producir y secretar hormonas adecuadamente. La hipófisis es una glándula pequeña ubicada en la base del cerebro que regula varias funciones corporales importantes, incluyendo el crecimiento, el metabolismo, la respuesta al estrés y la reproducción.

Las pruebas de función hipofisaria pueden incluir:

1. Niveles hormonales en sangre: Se mide la concentración de diferentes hormonas en la sangre para determinar si la glándula pituitaria está produciendo suficientes cantidades. Por ejemplo, se puede medir el nivel de hormona del crecimiento, prolactina, tirotropina, cortisol y hormona folículo-estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH).
2. Pruebas de estimulación o supresión: Se administran medicamentos que estimulan o suprimen la producción de hormonas hipofisarias, y luego se mide la respuesta de la glándula pituitaria. Por ejemplo, se puede utilizar la prueba de tolerancia a la insulina para evaluar la función del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal.
3. Imágenes médicas: Se pueden realizar estudios de imagenología como resonancias magnéticas (RM) o tomografías computarizadas (TC) para evaluar el tamaño y la forma de la glándula pituitaria y detectar posibles tumores u otras lesiones que puedan estar afectando su función.
4. Pruebas de campo visual: Se pueden realizar pruebas de campo visual para evaluar la función del nervio óptico, ya que los tumores hipofisarios pueden comprimir el nervio y causar pérdida de visión.

La elección de las pruebas a realizar dependerá de los síntomas y signos clínicos presentados por el paciente, así como de la sospecha diagnóstica del médico tratante. La interpretación de los resultados requiere experiencia y conocimiento especializado en endocrinología y neuroendocrinología.

Un prolactinoma es un tipo específico de tumor hipofisario, que se origina en la glándula pituitaria y produce una hormona llamada prolactina. Este tipo de tumor es benigno en la mayoría de los casos. La prolactina es responsable de la producción de leche materna durante el embarazo y después del parto, por lo que cuando un prolactinoma produce excesivas cantidades de esta hormona, puede causar una afección conocida como hiperprolactinemia.

Los síntomas en las mujeres pueden incluir irregularidades menstruales, falta de menstruación, producción excesiva de leche materna en ausencia de embarazo o lactancia (galactorrea), disminución del deseo sexual y fertilidad reducida. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, pérdida de libido, ginecomastia (crecimiento anormal de las glándulas mamarias en hombres), infertilidad y en raros casos, producción de leche materna.

El tamaño del prolactinoma también puede provocar síntomas relacionados con la presión sobre el nervio óptico, lo que podría dar lugar a problemas visuales como visión doble o borrosa, y dolores de cabeza. El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos que reducen los niveles de prolactina o, en algunos casos, cirugía para extirpar el tumor.

El seno esfenoidal, en términos médicos, se refiere a una cavidad hueca dentro del cuerpo del hueso esfenoides en el cráneo. Los senos esfenoidales están situados detrás de los ojos y son parte de los senos paranasales. Normalmente, cada persona tiene dos senos esfenoidales, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Estos senos ayudan en el proceso de humidificación y calentamiento del aire que inhala antes de que llegue a los pulmones. Además, también contribuyen a reducir el peso total del cráneo y proporcionar espacio para los vasos sanguíneos y nervios importantes.

Los problemas con los senos esfenoidales pueden incluir infecciones (senos esfenoidales), inflamación o crecimientos anormales, como pólipos o tumores, que podrían causar dolor de cabeza, sinusitis y otros síntomas.

La "Silla Turca" no es un término médico estándar o ampliamente aceptado. Sin embargo, en un contexto médico, parece referirse a una posición específica en la que se coloca a un paciente durante ciertos procedimientos, particularmente durante la cirugía espinal. En esta posición, el paciente está boca abajo con las piernas dobladas en los muslos y las pantorrillas apoyadas sobre un cojín o almohadilla, lo que hace que la forma general se asemeje a una silla. Esto ayuda a flexionar la columna vertebral y abrir el espacio entre las vértebras, facilitando así ciertos procedimientos quirúrgicos.

Sin embargo, es importante destacar que este término podría no ser familiar para muchos profesionales médicos y su uso puede variar considerablemente en diferentes contextos clínicos.

Un adenoma acidófilo, también conocido como adenoma hipofisario de células acidófilas o cromófobas, es un tipo específico de tumor benigno que se origina en la glándula pituitaria. Este tipo de tumor se compone de células que producen y secretan hormonas, llamadas células acidófilas o cromófobas, debido a su capacidad para absorber el colorante durante los procedimientos de tinción histológica.

Los adenomas acidófilos pueden causar diversos síntomas dependiendo de la hormona que produzcan y del tamaño del tumor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

* Hiperprolactinemia (aumento de los niveles de prolactina en sangre), lo que puede causar irregularidades menstruales, disfunción sexual y producción excesiva de leche materna en mujeres no embarazadas o lactantes.
* Hipercortisolismo (aumento de los niveles de cortisol en sangre), también conocido como síndrome de Cushing, que se manifiesta con obesidad central, hipertensión arterial, diabetes mellitus, debilidad muscular, estrías cutáneas y cambios emocionales.
* Acromegalia (aumento del tamaño de los huesos y tejidos blandos), que se caracteriza por el engrosamiento de las manos y pies, aumento del tamaño de la mandíbula, frente prominente, voz ronca y otros signos relacionados con el crecimiento excesivo de los huesos y tejidos.
* Síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, problemas de visión y déficits hormonales debido a la compresión del tumor sobre el tejido circundante.

El diagnóstico de un adenoma acidófilo se realiza mediante una combinación de técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC), y pruebas hormonales específicas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia o medicamentos, dependiendo del tipo y tamaño del tumor, así como de los síntomas asociados.

Los quistes del Sistema Nervioso Central (SNC) son sacos llenos de líquido que se forman en el tejido cerebral o dentro de la médula espinal. Estos quistes pueden ser congénitos, es decir, presentes desde el nacimiento, o adquiridos más tarde en la vida como resultado de una lesión, infección o enfermedad.

Los quistes del SNC se clasifican en dos categorías principales: quistes extraproductivos y quistes intraparenquimatosos. Los quistes extraproductivos están rodeados por una membrana y no contienen tejido nervioso, mientras que los quistes intraparenquimatosos se encuentran dentro del tejido cerebral y contienen tejido nervioso.

Los quistes del SNC pueden causar diversos síntomas dependiendo de su tamaño, ubicación y contenido. Algunos quistes no causan síntomas y pueden pasar desapercibidos durante toda la vida. Sin embargo, otros quistes pueden comprimir el tejido cerebral o la médula espinal, lo que puede provocar dolores de cabeza, convulsiones, debilidad muscular, problemas del habla y del equilibrio, y otros trastornos neurológicos.

El tratamiento de los quistes del SNC depende de su tamaño, ubicación y síntomas. En algunos casos, el médico puede optar por monitorear el quiste con imágenes periódicas en lugar de realizar un tratamiento agresivo. Sin embargo, si el quiste causa síntomas graves o está creciendo, el médico puede recomendar la cirugía para drenar o eliminar el quiste. En algunos casos, se pueden utilizar técnicas de radiología intervencionista, como la esterotaxia y la radioterapia estereotáctica, para tratar los quistes del SNC.

La adenohipófisis, también conocida como glándula hipofisaria anterior, es una glándula endocrina importante ubicada en la base del cráneo. Es responsable de producir y secretar varias hormonas importantes que regulan diversas funciones corporales.

Las hormonas producidas por la adenohipófisis incluyen:

* La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales.
* La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche en las glándulas mamarias durante la lactancia.
* Las hormonas tiroideas (T3 y T4), que regulan el metabolismo y el crecimiento.
* La hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que regula la producción de cortisol por las glándulas suprarrenales.
* La melanocitostimulina (MSH), que regula la producción de melanina en la piel y el cabello.
* La hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), que regulan la reproducción y la función sexual.

La adenohipófisis está controlada por el hipotálamo, una estructura situada en el cerebro que produce factores liberadores de hormonas que regulan la producción y secreción de las hormonas adenohipofisiarias. La glándula pituitaria es una glándula pequeña pero importante que desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio hormonal y la homeostasis del cuerpo.

La remisión espontánea, en términos médicos, se refiere a la resolución o desaparición de los síntomas de una enfermedad o condición sin tratamiento médico específico. Sucede por sí sola y puede ser temporal o permanente. Es más comúnmente observada en ciertas afecciones inflamatorias, infecciosas y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, es importante señalar que aunque los síntomas hayan desaparecido, la enfermedad subyacente puede seguir existiendo, por lo que se recomienda continuar con los controles médicos regulares.

La acromegalia es un trastorno hormonal poco común que ocurre cuando el cuerpo produce demasiada hormona del crecimiento después de la edad adulta. La glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, produce esta hormona.

La causa más común de acromegalia es un tumor benigno (no canceroso) en la glándula pituitaria llamado adenoma pituitario. Este tumor produce una cantidad excesiva de hormona del crecimiento, lo que provoca el crecimiento anormal de los huesos y tejidos en todo el cuerpo.

Los síntomas más comunes de la acromegalia incluyen:

* Cambios graduales en el tamaño y forma de las manos, pies y cara
* Dolor articular y muscular
* Agotamiento y fatiga
* Sudoración excesiva
* Problemas respiratorios durante el sueño (apnea del sueño)
* Cambios en la visión
* Irregularidades menstruales en las mujeres
* Disfunción eréctil en los hombres

El diagnóstico de acromegalia puede ser difícil, ya que los síntomas pueden desarrollarse gradualmente durante muchos años. El tratamiento temprano es importante para prevenir complicaciones graves, como diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer.

El tratamiento de la acromegalia generalmente implica cirugía para extirpar el tumor pituitario, seguida de radioterapia o medicamentos para reducir los niveles de hormona del crecimiento en el cuerpo. La terapia de reemplazo hormonal también puede ser necesaria después del tratamiento para mantener los niveles hormonales normales.

La Imagen por Resonancia Magnética (IRM) es una técnica de diagnóstico médico no invasiva que utiliza un campo magnético potente, radiaciones ionizantes no dañinas y ondas de radio para crear imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo. Este procedimiento médico permite obtener vistas en diferentes planos y con excelente contraste entre los tejidos blandos, lo que facilita la identificación de tumores y otras lesiones.

Durante un examen de IRM, el paciente se introduce en un túnel o tubo grande y estrecho donde se encuentra con un potente campo magnético. Las ondas de radio se envían a través del cuerpo, provocando que los átomos de hidrógeno presentes en las células humanas emitan señales de radiofrecuencia. Estas señales son captadas por antenas especializadas y procesadas por un ordenador para generar imágenes detalladas de los tejidos internos.

La IRM se utiliza ampliamente en la práctica clínica para evaluar diversas condiciones médicas, como enfermedades del cerebro y la columna vertebral, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, tumores y cánceres, entre otras afecciones. Es una herramienta valiosa para el diagnóstico, planificación del tratamiento y seguimiento de la evolución de las enfermedades.

La Hormona Liberadora de Tirotropina (TRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que consiste en tres aminoácidos: glutamina, histidina e isoleucina. Es producida y secretada por el hipotálamo, una parte del sistema nervioso central, y desempeña un papel fundamental en la regulación de la homeostasis de nuestro cuerpo.

Más específicamente, la TRH es responsable de estimular la producción y secreción de la hormona tirotropina (TSH) desde la glándula pituitaria anterior. La TSH a su vez regula la función de la glándula tiroides, promoviendo la liberación de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4). Estas hormonas tiroideas desempeñan un papel crucial en el metabolismo celular, el crecimiento y desarrollo, y la diferenciación de células en todo el cuerpo.

Por lo tanto, la TRH es una hormona clave en la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, desempeñando un papel importante en la homeostasis endocrina y la salud general de un individuo.

La Hormona Adrenocorticotrópica (ACTH, por sus siglas en inglés) es una hormona polipeptídica que se produce y se secreta por la glándula pituitaria anterior en el sistema endocrino. La ACTH desempeña un papel crucial en la regulación del equilibrio hormonal en nuestro cuerpo.

Su función principal es estimular la producción y liberación de las hormonas cortisol, corticosterona y aldosterona en la corteza suprarrenal. Estas hormonas desempeñan un papel importante en la respuesta al estrés, el metabolismo de proteínas, glúcidos y lípidos, la presión arterial y el sistema inmunológico.

La secreción de ACTH está controlada por el hipotálamo a través de la liberación de la hormona corticotropina-release factor (CRF). Cuando los niveles de cortisol en sangre disminuyen, el hipotálamo libera CRF, lo que provoca la secreción de ACTH desde la glándula pituitaria. A su vez, el aumento de los niveles de cortisol inhibe la producción adicional de ACTH, estableciendo así un mecanismo de retroalimentación negativa.

Es importante notar que ciertas condiciones médicas, como enfermedades de la glándula pituitaria o del hipotálamo, trastornos inmunológicos y algunos tipos de cáncer, pueden afectar los niveles normales de ACTH y causar diversos síntomas y complicaciones de salud.

La cefalea es el término médico para designar a un dolor de cabeza. Puede manifestarse como una sensación pulsátil o sorda en una parte o ambos lados de la cabeza, acompañada a menudo de náuseas y molestias a la luz o al ruido. Existen diferentes tipos de cefaleas, entre las que se incluyen la migraña, la cefalea tensional y la cefalea en brotes. El tratamiento varía dependiendo del tipo y la gravedad de la cefalea. En algunos casos, los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor, mientras que en otros casos, se requieren cambios en el estilo de vida o terapias preventivas.

El síndrome de Cushing es un trastorno hormonal causado por niveles anormalmente altos de la hormona cortisol en el cuerpo. Puede desarrollarse como resultado de tomar glucocorticoides durante un largo período de tiempo (síndrome de Cushing exógeno), o debido a diversas afecciones médicas que provocan la producción excesiva de cortisol en el cuerpo (síndrome de Cushing endógeno).

Los síntomas del síndrome de Cushing pueden incluir:

1. Obesidad central (grasa acumulada en el torso, cara redonda y cuello)
2. Cara de luna ("pleta lunar")
3. Piel fina y frágil que se magulla fácilmente
4. Erupción violácea en la piel que se extiende desde las axilas hasta la parte superior del cuerpo
5. Huesos débiles y propensos a fracturarse
6. Presión arterial alta
7. Azúcar en sangre alta
8. Periodos menstruales irregulares en mujeres
9. Disminución de la libido y fertilidad en hombres
10. Debilidad muscular, especialmente en las piernas
11. Cambios de humor, irritabilidad, ansiedad o depresión
12. Dificultad para dormir (insomnio)
13. Aumento de la susceptibilidad a infecciones

El síndrome de Cushing es una afección médica seria que puede causar complicaciones graves, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis, si no se trata adecuadamente. El diagnóstico y tratamiento precoces son cruciales para prevenir estas complicaciones y mejorar el pronóstico del paciente.

El hipopituitarismo es una afección endocrina en la cual la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, no produce suficientes hormonas. La glándula pituitaria, también conocida como la "glándula maestra", controla varias otras glándulas endocrinas y sus respectivas funciones hormonales en el cuerpo.

Los déficits hormonales pueden ocurrir en una o más de las siguientes hormonas pituitarias: hormona del crecimiento (GH), prolactina, tirotropina (TSH), adrenocorticotropina (ACTH), folitropina (FSH) y luteinizante (LH), así como la hormona antidiurética (ADH).

La causa más común del hipopituitarismo es un tumor pituitario benigno (no canceroso) que comprime la glándula pituitaria. Otras causas pueden incluir lesiones cerebrales, cirugía o radioterapia en el cerebro, infecciones, enfermedades autoinmunes, sangrado en el cerebro, entre otras.

Los síntomas del hipopituitarismo varían dependiendo de la gravedad y la duración de la afección, así como de las hormonas específicas que falten. Algunos síntomas comunes incluyen fatiga, debilidad, pérdida de peso, sensibilidad al frío, sequedad de la piel, disminución de la libido, falta de menstruación en las mujeres y disfunción eréctil en los hombres.

El tratamiento del hipopituitarismo generalmente implica reemplazar las hormonas faltantes con medicamentos recetados. La terapia de reemplazo hormonal puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones relacionadas con la deficiencia hormonal. El pronóstico del hipopituitarismo depende de la causa subyacente y el grado de deficiencia hormonal, pero con un tratamiento adecuado, muchas personas pueden llevar una vida normal y saludable.

Las hormonas hipofisarias, también conocidas como hormonas pituitarias, son producidas y secretadas por la glándula pituitaria, que está ubicada en la base del cerebro. La glándula pituitaria se divide en dos partes: la adenohipófisis y la neurohipófisis, cada una de las cuales produce diferentes tipos de hormonas hipofisarias.

La adenohipófisis produce y secreta seis tipos principales de hormonas:

1. Hormona del crecimiento (GH): estimula el crecimiento y desarrollo de los tejidos corporales, especialmente durante la infancia y adolescencia.
2. Prolactina (PRL): estimula la producción de leche materna en las mujeres durante la lactancia.
3. Tirotropina o tiroidesestimulante (TSH): regula la función de la glándula tiroidea y la producción de hormonas tiroideas.
4. Adrenocorticotropina (ACTH): regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
5. Folículo-estimulante (FSH): estimula el crecimiento y desarrollo de los óvulos en las mujeres y los espermatozoides en los hombres.
6. Luteinizante (LH): también desempeña un papel importante en la reproducción, ya que induce la ovulación en las mujeres y la producción de testosterona en los hombres.

La neurohipófisis produce y almacena dos tipos principales de hormonas:

1. Oxitocina: desencadena el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
2. Vasopresina o hormona antidiurética (ADH): regula el equilibrio de agua en el cuerpo, reduciendo la producción de orina y aumentando la reabsorción de agua en los riñones.

El síndrome de silla turca vacía es un término médico utilizado para describir una afección en la que el espacio entre los clivus (la porción vertical del hueso occipital en la base del cráneo) y la pared posterior de la cavidad nasal se ensancha anormalmente. Esta área, conocida como silla turca, normalmente contiene aire y tejido adiposo.

En este síndrome, el tejido graso disminuye o desaparece, lo que puede ser causado por varios factores, incluyendo envejecimiento, pérdida de peso rápida, cirugía nasal o sinusales previas, radiación, trauma craneal o enfermedades sistémicas como la diabetes.

La complicación más común del síndrome de silla turca vacía es una fístula (un conducto anormal) entre el cerebro y la nariz, lo que puede dar lugar a fugas de líquido cefalorraquídeo (LCR) a través de la nariz. Otros síntomas pueden incluir dolores de cabeza, problemas de equilibrio, visión doble o cambios en el olfato. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir endoscopia nasal, relleno de la silla turca con materiales sintéticos o, en casos graves, cirugía neuroquirúrgica.

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