Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, usualmente en la vesícula biliar (COLECISTOLITIASIS) o en el conducto biliar común (COLEDOCOLITIASIS).
Extirpación quirúrgica de la VESÍCULA BILIAR.
Inflamación de la VESÍCULA BILIAR, generalmente causada por alteración del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, infecciones u otras enfermedades.
Depósito de almacenamiento de la secreción de BILIS. La vesícula biliar permite la liberación de ácidos biliares con alta concentración y de manera controlada, a través del CONDUCTO QUÍSTICO al DUODENO, para la degradación de los lípidos de la ingesta.
Radiografía de la vesícula biliar luego de la ingestión de medio de contraste.
Precipitados cristalinos sólidos en el TRACTO BILIAR, generalmente formados en la VESICULA BILIAR que resultan en COLELITIASIS. Los cálculos biliares, derivados de la BILIS, consisten principalmente de calcio, colesterol, o bilirrubina.
Extirpación de la vesícula biliar a través de una incisión utilizando un laparoscopio.
Enfermedades de la VESÍCULA BILIAR. Generalmente por alteraciones del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en la VÍA BILIAR, infecciones, neoplasias y otros procesos.
Agente emulsificante producido en el HÍGADO y que se segrega en el DUODENO. Su composición incluye ÁCIDOS Y SALES BILIARES, COLESTEROL y ELECTROLITOS. Ayuda a la DIGESTIÓN de las grasas en el duodeno.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en la VESICULA BILIAR.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Tumores o cánceres de la vesícula biliar.
Conducto conectado con la VESÍCULA BILIAR y permite el vaciamiento de la bilis en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Una forma de neumoconiosis causada por la inhalación de polvo que contiene CARBONO y DIÓXIDO DE SILICIO cristalino. Estas materias extrañas inducen a la formación de nódulos fibrosos en el pulmón.
Prueba de diagnóstico por imagen del TRACTO BILIAR en la que se inyecta un medio de contraste (MEDIO RADIOOPACO) en el CONDUCTO BILIAR y se hacen radiografías.
Exudado secado al aire de la cápsula verde de la amapola del opio, Papaver somniferum, o su variante, P. album. Contiene numerosos alcaloides, pero solo unos pocos - MORFINA, CODEINA, y PAPAVERINA - tienen significación clínica. El opio ha sido utilizado como analgésico, antitusígeno, antidiarrerico y antiespasmódico.
Comunicación anormal entre cualquier órgano del tracto biliar o entre los órganos biliares y otros órganos.
Un radiofármaco no tóxico que es utilizado en CINTIGRAFÍA en la evaluación clínica de enfermedades hepatobiliares en humanos.
Un pigmento biliar que es un producto de degradación de HEME.
Anomalía congénita en la que los órganos del TORAX y del ABDOMEN tienen localizaciones opuestas respecto de sus posiciones normales (situs solitus), debido a transposición lateral. Normalmente, el ESTÓMAGO y el BAZO están a la izquierda, el HÍGADO a la derecha, los los tres lóbulos del pulmón derecho se encuentran a la derecha y los dos lóbulos del pulmón izquierdo a la izquierda. Situs inversus presenta un patrón familiar y se ha relacionado con diversos genes vinculados a las proteínas asociadas a los microtúbulos.
Trastorno familiar benigno, transmitido como rasgo autosómico dominante. Se caracteriza por hiperbilirrubinemia crónica de bajo grado con fluctuaciones diurnas considerables del nivel de bilirrubina.
Endoscopía por fibra óptica diseñada para la observación y canulación duodenal de la AMPOLLA DE VATER, con el propósito de visualizar el sistema de conductos pancreáticos y biliares por la inyección retrógrada de medio de contraste. Durante este procedimiento puede realizarse la papilotomía endoscópica (Vater) (ESFINCTEROTOMIA ENDOSCÓPICA).
Enfermedades en cualquier parte del TRACTO BILIAR, incluyendo los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Enfermedad que se caracteriza por anemia hemolítica crónica, crisis dolorosa episódica, y alteración patológica de muchos órganos. Es la expresión clínica de la homocigoticidad de la hemoglobina S.
Categoría particular de estructura corporal determinada sobre la base de ciertas características físicas. Los tres tipos básicos de cuerpo son ectomorfo (físico delgado), endomorfo (físico redondeado) y mesomorfo (físico atlético). Esta tipología fue creada por el psicólogo americano William Herbert Sheldon (1899-1977). Los somatotipos fueron relacionados con la personalidad en los primeros estudios.
Acidos y sales esteroideas. Los ácidos biliares primarios son derivados del colesterol en el hígado y generalmente conjugados con glicina o taurina. Los ácidos biliares secundarios son más tarde modificados por bacterias en el intestino. Desempeñan un papel importante en la digestión y absorción de las grasas. También han sido empleados farmacológicamente, especialmente en el tratamiento de los cálculos biliares.
Inflamación del sistema ductal biliar (CONDUCTOS BILIARES) intrahepático, extrahepático o ambos.
Los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Creado como república en 1918 por checos y eslovacos provenientes de territorios que formaban parte del antiguo Imperio Austro-Húngaro. El país se dividió en República Checa y Eslovaquia el 1ro de Enero de 1993.
Técnica diagnóstica incruenta para la visualización de los CONDUCTOS PANCREÁTICOS y los CONDUCTOS BILIARES, en la que no se utilizan MEDIOS DE CONTRASTE inyectados ni rayos X. La resonancia magnética detecta con gran sensibilidad la diltación de los conductos, la estrechez biliar y las anomalías intraductales.
INFLAMACIÓN del PÁNCREAS. La pancreatitis se clasifica como aguda a menos que existan hallazgos de tomografía computarizada o de colangiopancreatografía endoscópica retrógrada de PANCREATITIS CRÓNICA (Adaptación del original: International Symposium on Acute Pancreatitis, Atlanta, 1992). Las dos formas mas comunes de pancreatitis aguda son la PANCREATITIS ALCOHÓLICA y la pancreatitis con cálculo biliar.
Enfermedades en cualquier parte del sistema ductal del TRACTO BILIAR, desde los más pequeños CANALÍCULOS BILIARES hasta el más grande CONDUCTO COLÉDOCO.
El mayor conducto biliar. Formado por la unión del CONDUCTO QUÍSTICO y el CONDUCTO HEPÁTICO COMÚN.
Conductos dentro del hígado que transportan la bilis. Incluye los canales hepáticos derecho e izquierdo aunque éstos podrían unirse fuera del hígado para conformar el canal hepático común.
Vía anatómica anormal de comunicación entre el INTESTINO y otro segmento del intestino u otros órganos. La fistula intestinal externa se conecta con la PIEL (fistula enterocutánea). La fistula intestinal interna puede conectar con distintos órganos, como el ESTOMAGO (fistula gastrocólica) o la VEJIGA del TRACTO URINARIO (fistula colovesical). Los factores de riesgo incluyen procesos inflamatorios, cancer, tratamiento con radiaciones y percances quirúrgicos (ERRORES MÉDICOS).
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Família de enzimas que aceptan una amplia gama de substratos, incluídos fenoles, alcoholes, aminas y ácidos grasos. Funcionan como enzimas metabolizadoras de drogas, que catalizan la conjugación de ácido UDP-glucurónico a una variedad de compuestos endógenos y exógenos. EC 2.4.1.17.
Epímero del ácido quenodesoxicólico. Es un ácido biliar de mamífero encontrado primeramente en osos y, aparentemente, es un precursor o un producto del quenodesoxicolato. Su administración altera la composición de la bilis y puede disover cálculos biliares. Se usa como colagogo y colerético.
Alteración del flujo de bilis a través de los grandes CONDUCTOS BILIARES por obstrucción mecánica o estrechez debida a procesos benignos o malignos.
Visualización de las estructuras profundas del cuerpo mediante el registro de los reflejos o ecos de impulsos ultrasónicos dirigidos hacia los tejidos. El uso del ultrasonido para imágenes o diagnóstico emplea frecuencias que van desde 1,6 hasta 10 megahercios.
Creada el 1ro de Enero de 1993 como resultado de la división de Chechoslovaquia en la República Checa y Eslovaquia.
Principal esterol de todos los animales superiores, distribuído en los tejidos del cuerpo, especialmente en el cerebro y en la médula espinal, y en las grasas y aceites animales.
Trastorno del flujo biliar debido a obstrucción de los conductos biliares pequeños (COLESTASIS INTRAHEPÁTICA)u obstrucción en los conductos biliares grandes (COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA).
Incision del esfínter de Oddi o ampolla de Vater que se realiza insertando un esfinterótomo a través de un endoscopio (DUODENOSCOPIO) a lo cual con frecuencia le sigue una colangiografía retrógrada (COLANGIOPANCREATOGRAFIA RETROGRADA ENDOSCOPICA). El tratamiento endoscópico mediante la esfinterectomía es el método preferido para pacientes con cálculos retenidos o recurrentes en el conducto biliar posteriores a la colecistectomía, y para pacientes de poco riesgo quirúrgico que todavía tienen vesícula biliar.
Canales que recogen y transportan la secreción biliar desde los CANALÍCULOS BILIARES, la rama más pequeña del TRACTO BILIAR en el HIGADO, a través de los pequeñoa conductos biliares, los conductos biliares fuera del higado y la VESÍCULA BILIAR para su almacenamiento.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica AKR. Se utilizan para experimentación en estudios de leucemia y hematológicos.
Enfermedad hepática en la que hay destrucción, de magnitud variable, de la microcirculación normal, la anatomía vascular en general, y de la arquitectura hepática las que se alteran por elementos fibrosos que rodean a nódulos de parénquima regenerados o que se están regenerando.
Afección en la que existe una elevada secreción de HORMONA PARATIROIDEA debida a HIPERPLASIA o NEOPLASIA de las PARATIROIDES. Se caracteriza por la combinación de HIPERCALCEMIA, fosfaturia, elevación de la síntesis renal de 1,25-DIHIDROXIVITAMINA D3 e incremento de la RESORCIÓN ÓSEA.
Género de bacterias patógenas gram negativas, en forma de espiral que se han aislado del tracto intestinal de mamíferos, incluido el hombre.
Acido biliar, generalmente conjugado con glicina o taurina. Actúa como detergente para solubilizar las grasas para la absorción intestinal y es reabsorbido por el intestino delgado. Se usa como colagogo, laxante colerético y para prevenir o disolver cálculos biliares.
Trastorno que se caracteriza por reducción de la síntesis de las cadenas beta de hemoglobina. Existe un retardo de la síntesis de hemoglobina A en la forma heterocigótica (talasemia menor), que es asintomática, en tanto en la forma homocigótica (talasemia mayor, anemia de Cooley, anemia Mediterránea, anemia eritroblástica), puede producir complicaciones severas y aún la muerte, la síntesis de hemoglobina A está ausente.
Realización quirúrgica de una abertura en la tráquea, a través del cuello, o la abertura creada por tal procedimiento.

La colelitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un pequeño órgano situado bajo el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula biliar pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas con colelitiasis no presentan síntomas y pueden desconocer que tienen piedras en la vesícula biliar hasta que se realizan pruebas de imagen por otras razones.

Sin embargo, otros pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en el centro del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga o fiebre leve.

El tratamiento de la colelitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de los síntomas experimentados por el paciente. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan complicaciones, como inflamación de la vesícula biliar o infección, es posible que sea necesaria una cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

La colecistectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Existen dos tipos principales de colecistectomía:

1. Colecistectomía laparoscópica: Esta es una cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano hace varias pequeñas incisiones en el abdomen y utiliza una cámara de video y herramientas especiales para extirpar la vesícula biliar.
2. Colecistectomía abierta: Esta es una cirugía más invasiva en la que se hace una incisión más grande en el abdomen para extirpar la vesícula biliar.

La colecistectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar los cálculos biliares, que son pequeños depósitos duros de material que se forman en la bilis y pueden obstruir el flujo de bilis desde la vesícula biliar. También puede ser necesaria si la vesícula biliar está inflamada o infectada y no responde al tratamiento médico.

Después de una colecistectomía, se puede experimentar dolor abdominal leve y molestias durante varios días o semanas. También es posible que se presenten complicaciones como infección, sangrado o daño a los conductos biliares cercanos. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la cirugía y pueden llevar una vida normal sin vesícula biliar.

La colecistitis es una inflamación de la vesícula biliar, que es un pequeño saco situado en el hígado donde se almacena la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos.

La colecistitis puede ser causada por una infección bacteriana o por un cálculo biliar (un pequeño cuerpo sólido que se forma en la vesícula biliar) que bloquea el flujo de bilis hacia el intestino delgado. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal intenso y repentino en el lado superior derecho del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

El tratamiento de la colecistitis depende de la gravedad de los síntomas y de la causa subyacente. En casos leves, el tratamiento puede incluir antibióticos para combatir la infección y una dieta líquida para descansar el sistema digestivo. Sin embargo, en casos más graves o si hay complicaciones, como un absceso o una perforación de la vesícula biliar, es posible que se necesite cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

La vesícula biliar, en términos médicos, es un órgano pequeño, generally sac-like, ubicado debajo del hígado en el lado derecho del abdomen. Su principal función es almacenar y concentrar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Después de una comida, específicamente aquellos que contienen grasas, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis al duodeno a través del conducto colédoco para ayudar en la digestión de las grasas. La vesícula bílis está compuesta por pequeñas fibras musculares en su pared que le permiten contraerse y relajarse.

Es importante mencionar que aunque la vesícula biliar desempeña un rol crucial en el proceso digestivo, no es esencial para la vida humana. Algunas personas pueden vivir sin ella si se ha extirpado quirúrgicamente, una operación conocida como colecistectomía, ya sea de forma laparoscópica o abierta. Esto puede ser necesario en casos de cálculos biliares, inflamación de la vesícula biliar (colecistitis) u otros trastornos relacionados con este órgano.

La colecistografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para evaluar el estado de la vesícula biliar y los conductos biliares. Consiste en la administración de un medio de contraste, generalmente a través de la ingesta oral, que se concentra en la bilis y permite visualizar la vesícula biliar y los conductos biliares en una radiografía o en una imagen de tomografía computarizada (TAC).

Existen dos tipos principales de colecistografía: la colecistografía oral y la colecistografía intravenosa. La colecistografía oral es el tipo más común y se realiza mediante la ingesta de un agente de contraste que contiene yodo, como el ioversol o el iopanoico, seguido de una serie de radiografías tomadas a intervalos regulares durante varias horas. La colecistografía intravenosa, por otro lado, implica la inyección del agente de contraste directamente en la vena y se utiliza con menor frecuencia que la colecistografía oral.

La colecistografía puede ayudar a diagnosticar diversas afecciones de la vesícula biliar, como la colelitiasis (presencia de cálculos biliares), la colangitis (inflamación de los conductos biliares) o el cáncer de vesícula biliar. Sin embargo, esta prueba ha sido parcialmente reemplazada por otras técnicas de imagen más modernas y menos invasivas, como la ecografía o la tomografía computarizada, que no requieren la administración de un medio de contraste y ofrecen imágenes más nítidas y precisas.

Los cálculos biliares, también conocidos como piedras en la vesícula o colelitiasis, son pequeñas masas sólidas que se forman en la vesícula biliar a partir de sales y colesterol. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Los cálculos biliares pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. La mayoría de las personas con cálculos biliares no presentan síntomas y los descubren durante exámenes médicos rutinarios o por otros problemas de salud. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en la parte superior del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho.

Otros síntomas de cálculos biliares pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fiebre y escalofríos. En casos graves, los cálculos biliares pueden causar complicaciones como inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), infección, pancreatitis y obstrucción del conducto biliar.

El tratamiento de los cálculos biliares depende del tamaño y la ubicación de los cálculos, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver los cálculos pequeños y blandos. Sin embargo, la mayoría de las personas con cálculos biliares requieren cirugía para extirpar la vesícula biliar y los cálculos. La cirugía más común es la colecistectomía laparoscópica, que se realiza mediante pequeñas incisiones en el abdomen.

La colecistectomía laparoscópica es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo utilizado para extirpar la vesícula biliar. Durante el procedimiento, el cirujano realiza varias pequeñas incisiones en el abdomen y inserta una laparoscopio, un tubo delgado con una cámara en su extremo, a través de una de las incisiones. El laparoscopio transmite imágenes de la vesícula biliar y los órganos circundantes al monitor de video del cirujano.

El cirujano utiliza estas imágenes como guía mientras inserta instrumentos quirúrgicos a través de las otras incisiones para extirpar la vesícula biliar. La colecistectomía laparoscópica generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, lo que significa que el paciente puede irse a casa el mismo día del procedimiento.

La colecistectomía laparoscópica se utiliza comúnmente para tratar la enfermedad de vesícula biliar, como los cálculos biliares y la inflamación de la vesícula biliar (colecistitis). Los beneficios de este procedimiento incluyen una recuperación más rápida, menos dolor postoperatorio y menos complicaciones que la colecistectomía abierta tradicional. Sin embargo, como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos asociados con la anestesia general, las lesiones de los tejidos circundantes y las infecciones.

Las enfermedades de la vesícula biliar se refieren a un grupo de trastornos que afectan la vesícula biliar, un pequeño saco situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Las enfermedades más comunes de la vesícula biliar incluyen:

1. Colelitiasis: Es la formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar. Estas piedras pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf. La mayoría de las personas con colelitiasis no presentan síntomas, pero algunas desarrollan dolor abdominal intenso en la parte superior derecha del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos.

2. Colecistitis: Es la inflamación de la vesícula biliar, que generalmente ocurre como resultado de un bloqueo en el flujo de bilis hacia el intestino delgado. La colecistitis aguda puede causar dolor abdominal intenso, fiebre y náuseas. Si no se trata, puede provocar complicaciones graves, como infección o perforación de la vesícula biliar.

3. Colangitis: Es la inflamación de los conductos biliares, los tubos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar y el intestino delgado. La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección o un bloqueo en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos y coloración oscura de la orina o las heces.

4. Quiste de vesícula biliar: Es una bolsa llena de líquido que se forma en la pared de la vesícula biliar. La mayoría de los quistes de vesícula biliar no causan síntomas, pero algunos pueden causar dolor abdominal o infección.

5. Cáncer de vesícula biliar: Es un cáncer raro que se desarrolla en la pared de la vesícula biliar. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), pérdida de apetito y pérdida de peso. El cáncer de vesícula biliar generalmente se diagnostica en etapas avanzadas y tiene un pronóstico desfavorable.

La bilis es una sustancia digestiva de color amarillo-verdoso, verde o marrón que produce el hígado y almacena en la vesícula biliar. Ayuda a descomponer las grasas y eliminar los desechos del cuerpo durante la digestión. La bilis consiste en agua, sales, fosfolipidos, colesterol y pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina). Cuando se libera de la vesícula biliar en el intestino delgado, la bilis descompone los lípidos en pequeñas gotitas, lo que facilita su absorción. La bilirrubina es un pigmento amarillo-marrón formado a partir de la hemoglobina descompuesta y se elimina del cuerpo a través de las heces después de ser procesada por el hígado.

La colecistolitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado en el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas pueden tener una sola piedra, mientras que otras pueden tener varias. En muchos casos, las piedras en la vesícula no causan ningún síntoma y pasan desapercibidas. Sin embargo, en otros casos, las piedras pueden causar dolor abdominal intenso, especialmente después de comer alimentos grasos o picantes.

El dolor asociado con la colecistolitiasis a menudo se describe como un dolor agudo y súbito en el cuadrante superior derecho del abdomen que puede irradiarse hacia el hombro derecho o la espalda. El dolor suele ser más intenso después de comer y puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, flatulencia y cambios en los hábitos intestinales.

El tratamiento de la colecistolitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas para ayudar a prevenir ataques de dolor. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan síntomas graves, la cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía) puede ser necesaria.

La coledocolitiasis es una afección médica en la que se encuentran cálculos o piedras en el colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado (duodeno). Estas piedras pueden variar en tamaño y estar compuestas de sales de calcio, colesterol o bilis.

La presencia de estos cálculos puede obstruir parcial o completamente el flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado hacia el intestino delgado, lo que puede provocar diversos síntomas como dolor abdominal intenso en la parte superior derecha (colecistitis), ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y fiebre.

El diagnóstico de coledocolitiasis generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como ecografías abdominales, tomografías computarizadas o colangioresonografías endoscópicas (ERCP). El tratamiento puede incluir procedimientos quirúrgicos para extraer las piedras y aliviar la obstrucción, como la colecistectomía laparoscópica o la ERCP con extracción de cálculos. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos o litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL) para disolver o fragmentar las piedras más pequeñas.

Las neoplasias (tumores) de la vesícula biliar se refieren a crecimientos anormales en las células que recubren el interior de la vesícula biliar. La mayoría de estos tumores son adenomas, que son generalmente benignos (no cancerosos). Sin embargo, aproximadamente el 10-20% de los adenomas pueden convertirse en adenocarcinomas, un tipo de cáncer.

El adenocarcinoma es el tipo más común de cáncer de vesícula biliar. Comienza en las células glandulares que recubren el interior de la vesícula biliar. Otros tipos menos comunes de cáncer de vesícula biliar incluyen carcinoides, sarcomas y tumores mixtos.

Los síntomas de un tumor en la vesícula biliar pueden incluir dolor abdominal superior derecho, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología como ultrasonido, tomografía computada o resonancia magnética. La confirmación del diagnóstico y el tipo de cáncer suelen requerir una biopsia o un examen microscópico de tejidos extraídos durante la cirugía.

El tratamiento depende del tipo y estadio del tumor. Por lo general, implica la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar (colectomía) y posiblemente parte del hígado adyacente (hepatectomía). La radioterapia y la quimioterapia también pueden ser recomendadas en algunos casos. El pronóstico depende de la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico; los cánceres diagnosticados en etapas más tempranas suelen tener mejores resultados.

El conducto cístico es un término médico que se refiere a un pequeño tubo que conecta la vesícula biliar con el colédoco, que es el conducto más grande que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado.

La bilis es una sustancia amarillenta y fluida producida por el hígado, que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen. La vesícula biliar almacena la bilis hasta que el cuerpo la necesita para la digestión. Cuando se come, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis hacia el intestino delgado a través del conducto cístico y el colédoco.

El conducto cístico es una parte importante del sistema digestivo y puede verse afectado en diversas condiciones médicas, como la colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), los cálculos biliares y el cáncer de vesícula biliar o de conducto cístico.

La antracosilicosis es una enfermedad pulmonar causada por la inhalación prolongada de polvo de carbón (antraco) y sílice (silico). Esta enfermedad afecta principalmente a los trabajadores expuestos a estos polvos en minas de carbón, canteras y otras industrias relacionadas.

La antracosilicosis se caracteriza por la formación de nódulos fibrosos en los tejidos pulmonares, lo que puede conducir a una disminución de la función pulmonar y síntomas respiratorios como tos crónica, sibilancias y dificultad para respirar. La enfermedad también puede aumentar el riesgo de infecciones pulmonares y otras complicaciones.

La antracosilicosis es generalmente diagnosticada mediante una combinación de historial laboral, examen físico, radiografías de tórax y pruebas de función pulmonar. No existe cura para la antracosilicosis, pero el tratamiento puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones adicionales. El tratamiento puede incluir medicamentos para dilatar las vías respiratorias, broncodilatadores, esteroides inhalados, oxígeno suplementario y vacunas contra la neumonía. La prevención es la mejor estrategia para reducir el riesgo de antracosilicosis, lo que incluye el uso adecuado de equipos de protección respiratoria en el lugar de trabajo y el control de la exposición al polvo.

La colangiografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para visualizar el sistema biliar, que incluye los conductos biliares dentro y fuera del hígado (los conductos hepáticos intrahepáticos y extrahepáticos). Existen diferentes tipos de colangiografía, pero en general, implican la inyección de un medio de contraste en los conductos biliares para que puedan ser vistos y evaluados en una radiografía o tomografía computarizada.

Esta prueba puede ayudar a diagnosticar diversas condiciones que afectan al sistema biliar, como cálculos biliares, inflamación, infección, tumores o anomalías congénitas. La colangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un tipo común de colangiografía que se realiza durante una endoscopia. Durante este procedimiento, el médico inserta un endoscopio a través de la boca y el estómago hasta llegar al conducto biliar común, donde inyecta el medio de contraste y toma imágenes del sistema biliar.

Los opiáceos son un tipo de drogas que se derivan naturalmente de los jugos lechosos del opio, que a su vez se extrae del fruto maduro del adormidera (Papaver somniferum). La morfina y la codeína son dos ejemplos importantes de opiáceos. Estas sustancias se unen a los receptores de opioides en el cerebro y otros órganos para dar como resultado efectos analgésicos, sedantes y eufóricos. Los opiáceos también pueden causar depresión respiratoria, náuseas, estreñimiento, tolerancia y adicción. La heroína es un opiáceo ilegalmente fabricado que se inhala, fuma o inyecta para sus efectos intoxicantes. (Fuente: Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.)

Nota: A veces, el término "opiáceo" se usa indistintamente con "opioide", pero los opioides pueden incluir tanto sustancias naturales como sintéticas que se unen a los receptores de opioides en el cuerpo.

La fístula biliar es un término médico que se refiere a una comunicación anormal entre la vesícula biliar y alguna otra estructura adyacente, como el intestino delgado o el hígado. Normalmente, la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado a través del conducto biliar común para ayudar en la digestión de las grasas.

Sin embargo, cuando ocurre una fístula biliar, la bilis puede fluir hacia estructuras adyacentes fuera de su trayecto normal, lo que puede causar diversos síntomas y complicaciones, dependiendo de la ubicación y el tamaño de la fístula.

La causa más común de una fístula biliar es la cirugía abdominal, especialmente aquella que involucra la vesícula biliar o los conductos biliares. Otras posibles causas incluyen traumatismos abdominales graves, infecciones, inflamación crónica de la vesícula biliar (colecistitis) y cáncer en la región del hígado o el páncreas.

Los síntomas más comunes de una fístula biliar incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e hinchazón abdominal. El diagnóstico puede requerir pruebas de imagenología especializadas, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear, así como procedimientos invasivos, como una endoscopia o una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).

El tratamiento de una fístula biliar depende de su causa y gravedad. En algunos casos, puede cerrarse por sí sola sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, en otros casos, puede requerir cirugía o procedimientos invasivos para corregirla. El pronóstico también varía según la causa y el tratamiento, pero generalmente es bueno si se detecta y trata a tiempo.

Tecnecio Tc 99m Lidofenina es un agente de diagnóstico utilizado en medicina nuclear. Se trata de una forma radioactiva de lidofenina, un fármaco que relaja los músculos lisos del tracto urinario. Cuando se inyecta en el cuerpo, el tecnecio Tc 99m Lidofenina se acumula en las células de los riñones y la vejiga, lo que permite a los médicos obtener imágenes detalladas del tracto urinario mediante escanografía. Estas imágenes pueden ayudar a diagnosticar y monitorizar una variedad de trastornos renales y del tracto urinario, como infecciones, tumores y obstrucciones. Debido a que el tecnecio Tc 99m es radioactivo, se descompone naturalmente en el cuerpo y se elimina a través de la orina y las heces.

La bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos viejos o dañados. Existen dos tipos principales de bilirrubina: indirecta (no conjugada) y directa (conjugada).

La bilirrubina indirecta es la forma no conjugada que se encuentra en la sangre, unida a la albúmina. Cuando esta bilirrubina llega al hígado, se convierte en bilirrubina directa o conjugada mediante un proceso de conjugación con ácidos biliares. La bilirrubina directa es soluble en agua y, por lo tanto, puede excretarse a través de la bilis hacia el intestino delgado.

En condiciones normales, los niveles séricos de bilirrubina total suelen ser inferiores a 1 mg/dL (17,1 µmol/L). Los valores elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares, como ictericia, hepatitis, cirrosis, insuficiencia hepática o colestasis.

La ictericia es una afección que se caracteriza por un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre y la piel, lo que provoca un color amarillento en la piel y las membranas mucosas. La ictericia puede ser causada por diversas condiciones, como trastornos hepáticos, infecciones, obstrucción de los conductos biliares o hemólisis (destrucción excesiva de glóbulos rojos).

En resumen, la bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina. Los niveles elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares y provocar ictericia, una condición que se caracteriza por un color amarillento en la piel y las membranas mucosas.

La Situs Inversus es una condición extremadamente rara en la que los órganos internos están posicionados en un lugar opuesto al normal en el cuerpo. Normalmente, el corazón se encuentra ligeramente desplazado hacia la izquierda y el hígado está en la parte superior derecha del abdomen. Sin embargo, en personas con Situs Inversus, el corazón se sitúa en la parte derecha del cuerpo y el hígado en la parte izquierda.

Esta condición afecta aproximadamente a una de cada 10.000 personas y generalmente no causa ningún problema de salud importante, aunque puede complicar algunos procedimientos médicos o quirúrgicos porque los médicos esperan encontrar los órganos en lugares específicos. En algunos casos, la Situs Inversus se asocia con otras afecciones, como la enfermedad de Kartagener, que incluye bronquiectasias, sinusitis crónica y infertilidad masculina.

La enfermedad de Gilbert, también conocida como síndrome de Gilbert o ictericia constitucional benigna, es un trastorno genético caracterizado por un aumento leve y benigno de los niveles de bilirrubina no conjugada en la sangre. La bilirrubina es un subproducto de la descomposición natural de los glóbulos rojos viejos en el cuerpo. Normalmente, la bilirrubina se une a una proteína en la sangre llamada albumina y viaja al hígado, donde se transforma en bilirrubina conjugada y se excreta del cuerpo a través de la bilis en las heces.

En la enfermedad de Gilbert, hay una deficiencia parcial en la enzima glucuroniltransferasa hepática, lo que resulta en una incapacidad para procesar eficazmente la bilirrubina no conjugada y convertirla en bilirrubina conjugada. Esto lleva a un aumento leve pero crónico de los niveles de bilirrubina no conjugada en la sangre, lo que puede causar ictericia leve (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

La enfermedad de Gilbert es una afección hereditaria autosómica recesiva, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen anormal (una de cada padre) para desarrollar la enfermedad. Los síntomas suelen ser leves y no requieren tratamiento, aunque pueden empeorar con el ayuno, la deshidratación, las infecciones o el estrés físico. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre y pruebas de función hepática, y se confirma mediante pruebas genéticas.

La pancreatocolangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un procedimiento médico combinado que incluye la endoscopia y la fluoroscopia. Se utiliza principalmente para diagnosticar y tratar condiciones relacionadas con el tracto biliar y pancreático.

Durante el procedimiento, se inserta un endoscopio flexible a través de la boca y se avanza hasta llegar al duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Luego, se introduce un catéter a través del endoscopio hasta alcanzar el conducto biliar o pancreático. A continuación, se inyecta un contraste de rayos X para permitir la visualización de estos conductos en la fluoroscopia.

La ERCP puede utilizarse para diagnosticar diversas afecciones, como cálculos biliares, inflamación del páncreas, tumores o estrechamiento de los conductos biliares o pancreáticos. Además, también se pueden realizar procedimientos terapéuticos durante la ERCP, como la extracción de cálculos biliares, el drenaje de líquidos infectados o la colocación de stents para mantener abiertos los conductos obstruidos.

Sin embargo, es importante señalar que la ERCP es un procedimiento invasivo y conlleva ciertos riesgos, como pancreatitis, infección, sangrado o perforación intestinal. Por lo tanto, generalmente se recomienda solo en situaciones en las que los beneficios potenciales del diagnóstico o el tratamiento superan los posibles riesgos.

Las enfermedades de las vías biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema de conductos que transportan la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para su absorción.

Estas enfermedades pueden causar inflamación, infección, obstrucción o daño a los conductos biliares y al tejido circundante. Algunas de las enfermedades de las vías biliares más comunes incluyen:

1. Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar, un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y concentra la bilis. La colecistitis puede ser aguda o crónica y suele estar asociada a la presencia de cálculos biliares.

2. Coledocolitiasis: Presencia de cálculos en el conducto colédoco, el principal conducto que transporta la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. Los cálculos pueden causar obstrucción y provocar dolor abdominal intenso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e infección.

3. Colangitis: Inflamación del conducto colédoco y los conductos biliares más pequeños que drenan la bilis desde el hígado. La colangitis puede ser causada por una infección, un cálculo o una obstrucción en los conductos biliares.

4. Cirrosis biliar primaria: Trastorno crónico y progresivo que daña los conductos biliares más pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis en el hígado y la destrucción del tejido hepático. La cirrosis biliar primaria puede causar ictericia, fatiga, dolor abdominal y, finalmente, insuficiencia hepática.

5. Colangiocarcinoma: Cáncer que se desarrolla en el conducto colédoco o en los conductos biliares más pequeños. El colangiocarcinoma es una enfermedad rara pero agresiva que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

El tratamiento de las enfermedades del conducto biliar depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, terapia con medicamentos o procedimientos endoscópicos. En algunos casos, el trasplante de hígado puede ser una opción de tratamiento para las enfermedades avanzadas y graves del conducto biliar.

La anemia de células falciformes es una afección genética en la que la hemoglobina, una proteína dentro de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno, está alterada. Esta anomalía provoca que los glóbulos rojos adquieran una forma anormal y se vuelvan rígidos y pegajosos. Estas células falciformes pueden bloquear los vasos sanguíneos pequeños, lo que puede provocar dolor severo y dañar órganos y tejidos.

Los síntomas suelen aparecer alrededor de los 4 a 6 meses de edad y pueden incluir fatiga, episodios recurrentes de dolor en huesos y articulaciones, infecciones frecuentes, palidez, ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos), retraso del crecimiento y desarrollo en los niños.

La anemia de células falciformes se hereda de manera autosómica recesiva, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen anormal (una de cada padre) para tener la enfermedad. Existen diferentes tipos y grados de gravedad de esta afección, dependiendo de la mutación específica en el gen.

El tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, como dolores de cabeza o infecciones, y terapias para tratar las complicaciones, como transfusiones sanguíneas o antibióticos preventivos. En algunos casos, un trasplante de médula ósea puede ser una opción de tratamiento. Además, se recomienda evitar factores desencadenantes del dolor y mantenerse hidratado.

Los somatotipos, en términos médicos o antropométricos, se refieren a un sistema de clasificación desarrollado por el psicólogo y médico austríaco William Herbert Sheldon. Este sistema categoriza los cuerpos humanos en tres tipos somáticos principales basados en la morfología y la composición corporal:

1. Endomorfo: Caracterizado por una mayor proporción de tejido adiposo (grasa), con cuerpos más redondos, piernas y brazos más cortos en relación con el tronco, y extremidades delgadas. A menudo se asocia con un metabolismo más lento y una mayor facilidad para aumentar de peso.

2. Mesomorfo: Caracterizado por una mayor proporción de tejido muscular y huesos, lo que resulta en cuerpos atléticos y rectangulares con hombros anchos y cintura estrecha. A menudo se asocia con un metabolismo más rápido y facilidad para desarrollar músculo.

3. Ectomorfo: Caracterizado por una menor proporción de tejido adiposo y muscular, con cuerpos delgados, estructuras óseas finas y poco desarrollo muscular. A menudo se asocia con un metabolismo rápido y dificultad para aumentar de peso o desarrollar músculo.

La teoría de Sheldon sugiere que cada individuo tiene una combinación única de estos tres somatotipos, aunque generalmente se considera que uno de ellos es dominante. Es importante tener en cuenta que este sistema de clasificación no es ampliamente aceptado o utilizado en la medicina moderna y ha sido objeto de controversia debido a sus posibles implicaciones genéticas y psicológicas.

Los ácidos biliares y las sales biliares son componentes importantes de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis se libera en el intestino delgado durante la digestión para ayudar a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que puedan ser absorbidas por el cuerpo.

Los ácidos biliares son derivados del colesterol y se producen en el hígado. Se almacenan en la vesícula biliar como sales biliares, que son formas iónicas de los ácidos biliares que se han combinado con sodio, potasio o calcio. Cuando se libera la bilis en el intestino delgado, las sales biliares se convierten de nuevo en ácidos biliares para desempeñar su función digestiva.

Los ácidos biliares ayudan a descomponer las grasas al actuar como emulsionantes, es decir, reducen la tensión superficial entre el agua y las gotitas de grasa, lo que permite que las enzimas lipásicas accedan más fácilmente a las moléculas de grasa y las descompongan en ácidos grasos más pequeños y glicerol.

Después de la digestión, la mayoría de los ácidos biliares se reabsorben en el intestino delgado y vuelven al hígado a través del torrente sanguíneo para su reciclaje. Este proceso se conoce como circulación enterohepática de los ácidos biliares. Algunos ácidos biliares, sin embargo, pueden perderse en las heces y ser reemplazados por la producción de nuevos ácidos biliares en el hígado.

Las sales biliares desempeñan un papel importante en la absorción de las vitaminas liposolubles A, D, E y K, así como en la eliminación de colesterol y otras sustancias no deseadas del cuerpo a través de las heces.

Los trastornos del sistema digestivo, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la cirrosis hepática o la enfermedad celíaca, pueden alterar la composición y el equilibrio de los ácidos biliares y las sales biliares, lo que puede dar lugar a síntomas como diarrea, dolor abdominal, flatulencia y malabsorción de nutrientes.

La colangitis es una afección médica que se caracteriza por la inflamación de los conductos biliares, que son los pequeños tubos dentro y alrededor del hígado que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección, una lesión o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección y puede incluir antibióticos para tratar una infección o procedimientos quirúrgicos para eliminar una obstrucción.

Existen diferentes tipos de colangitis, incluyendo:

* Colangitis aguda: se refiere a la inflamación repentina y grave de los conductos biliares. Puede ser causada por una infección o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, fiebre alta, escalofríos y confusión.
* Colangitis crónica: se refiere a la inflamación prolongada de los conductos biliares. Puede ser causada por una enfermedad subyacente como la cirrosis o la pancreatitis crónica. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga y coloración oscura de la orina o las heces.
* Colangitis esclerosante primaria: es una enfermedad rara que causa cicatrización y endurecimiento de los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga, coloración oscura de la orina o las heces y dolor abdominal.
* Colangitis supurativa: es una complicación grave de la colangitis aguda que puede causar fiebre alta, escalofríos, confusión y shock séptico. Requiere tratamiento inmediato en un hospital.

El sistema biliar es un sistema excretor en el cuerpo humano que desempeña un papel crucial en la digestión de las grasas. Se compone del hígado, los conductos hepáticos, la vesícula biliar y los conductos biliares.

El hígado produce la bilis, una sustancia fluida amarillenta o verde que contiene agua, sales, pigmentos, colesterol y ácidos biliares. La bilis ayuda a descomponer las grasas en pequeñas gotitas llamadas micelas, lo que facilita su absorción en el intestino delgado.

Los conductos hepáticos son tubos diminutos que transportan la bilis desde los lóbulos del hígado hasta la vesícula biliar, donde se almacena y concentra antes de ser liberada en el intestino delgado. La vesícula biliar es un pequeño saco muscular situado justo debajo del hígado.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y los conductos hepáticos con el duodeno, la primera parte del intestino delgado. Cuando comemos alimentos ricos en grasas, la vesícula biliar se contrae y libera la bilis alintestino delgado a través de estos conductos, donde ayuda a descomponer las grasas para su absorción.

Lo siento, pero Checoslovaquia no es un término médico. Era el nombre de un país europeo que existió desde 1918 hasta 1992, situado en la actual República Checa y Eslovaquia. Si está buscando información médica específica sobre estas regiones, podría ayudarme a proporcionar más detalles.

La pancreatocolangiografía por resonancia magnética (MRCP, por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva de imagenología médica que utiliza ondas de radio y campos magnéticos para producir detalladas imágenes tridimensionales de los conductos pancreáticos y biliares. Esta prueba diagnóstica se realiza como una variante especial de la resonancia magnética abdominal y permite a los médicos evaluar condiciones que afectan al hígado, vesícula biliar, páncreas y vías biliares, como cálculos biliares, inflamación, infección o tumores. A diferencia de otras técnicas de imagenología, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) o la colangiografía percutánea transhepática (PTC), la MRCP no requiere la inserción de catéteres ni el uso de radiocontraste. Por lo tanto, es una opción menos invasiva y potencialmente más segura para los pacientes. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario complementar la MRCP con procedimientos invasivos para obtener muestras de tejido o realizar intervenciones terapéuticas.

La pancreatitis es un trastorno médico en el que el páncreas, una glándula importante situada en la parte posterior del abdomen, se inflama y se irrita. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión o por consumir alimentos y bebidas que irritan el páncreas. La forma más común de pancreatitis es la intoxicación alcohólica aguda y la pancreatitis crónica, que a menudo está asociada con el consumo prolongado de alcohol.

La pancreatitis puede ser aguda (de corta duración) o crónica (a largo plazo). La pancreatitis aguda es una inflamación repentina y grave del páncreas que generalmente desaparece en unos días a una semana si recibe el tratamiento adecuado. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, fiebre y aumento de la frecuencia cardíaca.

La pancreatitis crónica es una enfermedad progresiva que causa daño permanente al páncreas y puede provocar complicaciones graves, como diabetes, deficiencias nutricionales y, en algunos casos, cáncer de páncreas. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal persistente, diarrea, pérdida de peso y heces grasosas.

El tratamiento de la pancreatitis depende de su gravedad y causa subyacente. El tratamiento puede incluir reposo en cama, líquidos intravenosos, medicamentos para el dolor y, en casos graves, cirugía. La abstinencia del alcohol es fundamental para las personas con pancreatitis alcohólica. Una dieta baja en grasas también puede ayudar a prevenir los ataques de pancreatitis.

Las enfermedades de los conductos biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema biliar, que es responsable del transporte y almacenamiento de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado. La bilis ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente por el cuerpo.

Las enfermedades de los conductos biliares pueden incluir:

1. Colelitiasis: La formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar, un órgano pequeño en forma de pera que almacena la bilis.
2. Coledocolitiasis: La presencia de cálculos en el conducto colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado.
3. Colangitis: La inflamación del conducto colédoco, a menudo causada por una infección.
4. Quiste de los conductos biliares: Un saco lleno de líquido que se forma en los conductos biliares.
5. Estenosis de los conductos biliares: El estrechamiento anormal de los conductos biliares, lo que puede obstruir el flujo de bilis.
6. Cáncer de los conductos biliares: Un crecimiento canceroso en los conductos biliares.

Estas enfermedades pueden causar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fiebre y pérdida de apetito. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la enfermedad y puede incluir medicamentos, procedimientos endoscópicos, cirugía o quimioterapia.

El conducto colédoco es un término médico que se refiere al tubo que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se ingieren.

El conducto colédoco se forma por la unión de dos conductos más pequeños: el conducto hepático común, que drena la bilis producida por el hígado, y el conducto cístico, que drena la bilis almacenada en la vesícula biliar. Después de la unión, el conducto colédoco se une con el conducto pancreático, que drena las enzimas digestivas producidas por el páncreas, antes de desembocar en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

La anormalidad o enfermedad del conducto colédoco puede causar problemas de salud graves, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Algunas de las afecciones que pueden afectar al conducto colédoco incluyen cálculos biliares, inflamación del páncreas (pancreatitis), infección y cáncer.

Los conductos biliares intrahepáticos son pequeños tubos dentro del hígado que recolectan la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos. Estos conductos se unen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo más grandes, los cuales luego se combinan para formar el conducto biliar común. La bilis fluye entonces a través del conducto biliar común y el duodeno (la primera parte del intestino delgado) donde ayuda en la digestión de las grasas. Los problemas con los conductos biliares intrahepáticos pueden causar ictericia, dolor abdominal y otros síntomas relacionados con la enfermedad del hígado o vías biliares.

Una fístula intestinal es un pasaje anormal que se forma entre el intestino y la piel, otra parte del tracto gastrointestinal, o un órgano cercano. Esta condición suele desarrollarse como complicación de una enfermedad subyacente, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), diverticulitis, infecciones abdominales graves, o cirugía previa en el área abdominal.

La fístula se forma cuando una úlcera o absceso en el intestino atraviesa la pared del órgano, creando un conducto hacia otra estructura. Las fístulas intestinales pueden causar síntomas como dolor abdominal, diarrea, evacuaciones intestinales con presencia de pus o líquido proveniente del tejido infectado, y enrojecimiento e inflamación en la piel alrededor de la fístula.

El tratamiento de una fístula intestinal depende de su causa subyacente. Puede incluir antibióticos para tratar infecciones, dieta y manejo del dolor, o incluso cirugía en casos más graves o crónicos. Es importante buscar atención médica si se sospecha de una fístula intestinal, ya que su presencia puede indicar una afección subyacente grave que requiere tratamiento.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La glucuronosiltransferasa es un tipo de enzima que se encuentra en el hígado y otros tejidos. Su función principal es catalizar la reacción de glucuronidación, un proceso metabólico importante en el que el grupo funcional glucurónido se agrega a diversas moléculas lipofílicas (como drogas, hormonas y compuestos tóxicos) para aumentar su solubilidad en agua y facilitar su excreción a través de la orina o las heces.

Este proceso de glucuronidación ayuda al organismo a desintoxicarse y eliminar sustancias extrañas y potencialmente dañinas. La glucuronosiltransferasa une el ácido glucurónico, un azúcar derivado del ácido glucórico, a los grupos funcionales como aminas, fenoles, sulfhidrilos e hidroxilos presentes en las moléculas lipofílicas. Como resultado, se forman metabolitos glucurónidos más hidrosolubles y fácilmente excretables.

Existen varios tipos de glucuronosiltransferasas, cada una con preferencia por diferentes sustratos (las moléculas que sufren la reacción enzimática). Estas enzimas se clasifican según su localización genética y sus características bioquímicas. La actividad de las glucuronosiltransferasas puede verse afectada por diversos factores, como la edad, el sexo, los polimorfismos genéticos y ciertas condiciones patológicas o medicamentos, lo que puede influir en la farmacocinética de las drogas y otros xenobióticos (compuestos extraños al organismo).

El ácido ursodesoxicólico (UDCA) es un ácido biliar natural que se encuentra en pequeñas cantidades en la bilis humana. Se utiliza en medicina como un agente terapéutico para tratar diversas afecciones hepatobiliares, especialmente la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante primaria.

La UDCA funciona al disminuir la producción de líquido biliar y reducir la concentración de colesterol en la bilis, lo que puede ayudar a prevenir la formación de cálculos biliares y disolver los que ya están presentes. También tiene propiedades antiinflamatorias y citoprotectoras, lo que significa que puede ayudar a proteger las células del hígado contra daños.

La UDCA generalmente se toma por vía oral en forma de cápsulas o tabletas y su dosis varía dependiendo de la afección tratada. Los efectos secundarios son generalmente leves y pueden incluir diarrea, náuseas y dolores abdominales. En raras ocasiones, se han informado reacciones alérgicas graves.

Como con cualquier medicamento, el ácido ursodesoxicólico debe utilizarse bajo la supervisión de un profesional médico capacitado y autorizado para garantizar su uso seguro y efectivo.

La colestasis extrahepática es una afección médica en la que se produce una interrupción o reducción del flujo de bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos y eliminar los desechos del cuerpo. Cuando la bilis no puede fluir correctamente desde el hígado, se acumula en el hígado, lo que puede causar daño hepático y una serie de síntomas.

La colestasis extrahepática puede ser causada por varias afecciones diferentes, incluyendo enfermedades del conducto biliar (como la estenosis o la obstrucción), tumores, quistes o inflamación de los tejidos circundantes. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o procedimientos médicos.

Los síntomas de la colestasis extrahepática pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, heces claras o de color arcilla, prurito (picazón intensa en la piel), dolor abdominal, náuseas y vómitos. El tratamiento de la colestasis extrahepática depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, procedimientos quirúrgicos para eliminar las obstrucciones o enfermedades del conducto biliar, o terapia de reemplazo hepático en casos graves.

La ultrasonografía, también conocida como ecografía, es un procedimiento diagnóstico médico no invasivo que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes de los órganos internos y tejidos del cuerpo. Un dispositivo llamado transductor emite y recibe las ondas sonoras. Cuando el transductor se coloca sobre la piel, las ondas viajan a través del cuerpo y rebotan en los órganos y tejidos. La información sobre la intensidad y el patrón de las ondas que rebotan se envía a una computadora, que luego interpreta y crea una imagen en tiempo real.

La ultrasonografía se utiliza ampliamente en la medicina para diagnosticar una variedad de condiciones, como problemas cardíacos, enfermedades del hígado, vesícula biliar y riñones, y también se usa durante el embarazo para monitorear el crecimiento y desarrollo fetal. Es segura, indolora y no utiliza radiación, lo que la convierte en una herramienta de diagnóstico popular en muchas situaciones clínicas.

Lo siento, pero mi conocimiento se actualiza hasta el año 2021 y en ese momento, la República Checa no es un término médico. La República Checa es un país europeo que, después de su disolución pacífica con Eslovaquia en 1993, se convirtió en un estado soberano e independiente, conocido como la República Checa. Oficialmente, el nombre del país es Česká republika en checo. Está compuesto por las regiones históricas de Bohemia, Moravia y Silesia. Su capital y ciudad más grande es Praga.

Si tiene una consulta médica específica sobre algún aspecto de la salud o el sistema de salud en la República Checa, estaré encantado de intentar ayudarle con información precisa y actualizada.

El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en las células del cuerpo humano. Es un tipo de lípido, o grasa, que desempeña varias funciones importantes en el organismo, como la formación de membranas celulares, la producción de hormonas y la digestión de los ácidos grasos.

Existen dos tipos principales de colesterol: el colesterol "bueno" o HDL (lipoproteínas de alta densidad) y el colesterol "malo" o LDL (lipoproteínas de baja densidad). El HDL ayuda a eliminar el exceso de colesterol del torrente sanguíneo, mientras que el LDL lo transporta hacia las células.

Un nivel alto de colesterol en la sangre puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente si se combina con otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo. La mayoría del colesterol presente en el cuerpo proviene de la dieta, aunque una pequeña cantidad se produce naturalmente en el hígado.

Es importante mantener los niveles de colesterol dentro de un rango saludable mediante una dieta adecuada, ejercicio regular y, si es necesario, medicamentos recetados por un médico. Los alimentos que contienen grasas saturadas y trans pueden aumentar los niveles de colesterol en la sangre, mientras que las frutas, verduras, granos enteros y pescado rico en ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a mantenerlos bajo control.

La colestasis es una afección médica en la que se produce una disminución o interrupción del flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado al intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que consumimos. Contiene ácidos biliares, colesterol, pigmentos y otras sustancias.

Cuando la salida de bilis se ve obstruida o disminuida, los ácidos biliares pueden acumularse en el hígado, dañándolo e incluso provocando su fallo hepático si no se trata a tiempo. La colestasis también puede causar picazón intensa en la piel (prurito) y un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre, lo que hace que la piel y el blanco de los ojos adquieran un tono amarillento (ictericia).

La colestasis puede ser causada por diversos factores, como enfermedades hepáticas, infecciones, medicamentos, cálculos biliares u otros trastornos que afecten al flujo de bilis. Existen dos tipos principales de colestasis: la colestasis intrahépatica y la colestasis extrahépatica.

La colestasis intrahépatica se produce cuando el problema está dentro del hígado, mientras que la colestasis extrahépatica se debe a una obstrucción fuera del hígado, como un tumor o cálculos biliares. El tratamiento de la colestasis dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o cirugía en casos graves.

La esfinterotomía endoscópica es un procedimiento médico que se realiza utilizando un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo, para alcanzar el esfínter anal (el músculo circular alrededor del ano que controla la defecación). La esfinterotomía implica cortar parcialmente este músculo para ensanchar el canal anal y tratar problemas como el estrechamiento anormal del conducto, conocido como estenosis anal. Este procedimiento se realiza comúnmente en pacientes con enfermedad de Crohn o después de la extracción de hemorroides internas. La esfinterotomía endoscópica permite que el procedimiento sea menos invasivo, con una recuperación más rápida y menos complicaciones en comparación con la cirugía abierta tradicional.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado. Su función principal es transportar la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen.

Hay dos tipos principales de conductos biliares:

1. El conducto biliar común: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde la vesícula biliar y el conducto colédoco hasta el intestino delgado.
2. El conducto colédoco: Es un conducto más pequeño que se une al conducto biliar común y transporta la bilis desde el hígado hasta el conducto biliar común.

La bilis contiene sales biliares, colesterol, fosfolipidos, pigmentos biliares y otras sustancias. Cuando la bilis llega al intestino delgado, las sales biliares ayudan a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que pueden ser absorbidas fácilmente por el cuerpo. Los pigmentos biliares dan a las heces su color característico marrón.

Si los conductos biliares se bloquean o se dañan, puede causar problemas de salud como colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), coledocolitiasis (piedras en el conducto colédoco), pancreatitis (inflamación del páncreas) o ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

Los Ratones Consanguíneos AKR (AKR, por sus siglas en inglés) son una cepa de ratones de laboratorio que se utilizan en la investigación médica y biológica. La designación "consanguíneos" significa que estos ratones están relacionados genéticamente entre sí, ya que han sido inbreeded durante muchas generaciones para mantener una línea genética pura.

La cepa AKR se originó en 1920 en el Instituto de Kioto de Investigación Primate en Japón y fue posteriormente desarrollada por investigadores estadounidenses. Los ratones AKR son conocidos por su susceptibilidad natural a varios tipos de cáncer, especialmente leucemia y linfoma.

La cepa AKR es portadora del gen viral endógeno (AKV) que produce virus retrovirales. Estos virus se integran en el genoma de los ratones y pueden causar diversas enfermedades, como leucemia y linfoma, cuando se activan. Los ratones AKR desarrollan estas enfermedades espontáneamente a medida que envejecen, lo que los convierte en un modelo útil para el estudio de la patogénesis del cáncer y la respuesta inmunológica.

Además de su uso en la investigación del cáncer, los ratones AKR también se utilizan en estudios sobre enfermedades autoinmunes, infecciones virales y otras áreas de la biomedicina.

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica e irreversible del hígado, caracterizada por la formación de tejido cicatricial (fibrosis) y la desorganización de su arquitectura normal. Esta afección suele ser el resultado final de diversas enfermedades hepáticas prolongadas, como la hepatitis viral, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y la esteatohepatitis no alcohólica (NAFLD).

La cirrosis hepática se desarrolla en etapas, comenzando con la inflamación y destrucción del tejido hepático, seguida de la cicatrización y regeneración anormales de las células. El tejido cicatricial reemplaza gradualmente al tejido hepático sano, lo que dificulta la circulación sanguínea a través del hígado y afecta su capacidad para funcionar correctamente.

Los síntomas de la cirrosis hepática pueden variar ampliamente, dependiendo del grado de daño hepático y de las complicaciones asociadas. Algunos de los signos y síntomas más comunes incluyen:

1. Fatiga y debilidad generalizadas
2. Pérdida de apetito y pérdida de peso
3. Náuseas y vómitos
4. Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
5. Hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies (edema)
6. Aumento del tamaño del abdomen (ascitis) debido a la acumulación de líquido
7. Descoloración de la orina y heces pálidas
8. Confusión, letargo y alteraciones mentales (encefalopatía hepática)
9. Aumento del riesgo de infecciones
10. Sangrado fácil y moretones
11. Dolor abdominal en la parte superior derecha
12. Varices esofágicas (dilatación de las venas en el esófago)

El tratamiento de la cirrosis hepática se centra en managear los síntomas y prevenir complicaciones adicionales. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

1. Estilo de vida saludable: seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar el alcohol y dejar de fumar.
2. Medicamentos: se recetan medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones, como la encefalopatía hepática, las infecciones y el sangrado. Algunos ejemplos son los laxantes, los antibióticos, los diuréticos y los betabloqueantes.
3. Terapia de reemplazo de sodio: se utiliza para tratar la ascitis al reducir la cantidad de líquido en el cuerpo.
4. Paracentesis: procedimiento médico que consiste en extraer el exceso de líquido del abdomen con una aguja.
5. Trasplante hepático: es la única opción de tratamiento curativo para la cirrosis hepática avanzada. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos a este procedimiento debido a su edad, enfermedades concomitantes o falta de donantes de órganos.

La prevención es la mejor manera de evitar la cirrosis hepática. Las medidas preventivas incluyen:

1. Evitar el consumo excesivo de alcohol.
2. Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente.
3. Vacunarse contra las hepatitis virales B y C.
4. Practicar sexo seguro para prevenir la transmisión del virus de la hepatitis.
5. Evitar el uso de drogas inyectables o utilizar agujas limpias si se usan.
6. No compartir artículos personales, como cepillos de dientes o rasuradoras, que puedan estar contaminados con sangre infectada.
7. Consultar a un médico si se sospecha una enfermedad hepática y seguir sus recomendaciones de tratamiento.

El hiperparatiroidismo primario es un trastorno hormonal en el que una o más glándulas paratiroides del cuello producen excesivamente la hormona paratiroidea (PTH). La función principal de la PTH es regular los niveles de calcio y fósforo en el cuerpo.

En condiciones normales, cuando los niveles de calcio en la sangre disminuyen, las glándulas paratiroides secretan más PTH para ayudar a restaurar los niveles apropiados. La PTH aumenta los niveles de calcio al hacer que los riñones lo retengan y estimular la activación del calcio en los huesos. También disminuye los niveles de fósforo al reducir su absorción en los intestinos y aumentar su excreción renal.

Sin embargo, en el hiperparatiroidismo primario, las glándulas paratiroides producen demasiada PTH incluso cuando los niveles de calcio están normales o altos. Este exceso de PTH puede conducir a una variedad de problemas de salud, incluyendo osteoporosis, cálculos renales y debilidad muscular.

La causa más común de hiperparatiroidismo primario es un tumor benigno (adenoma) en una o más glándulas paratiroides. En raras ocasiones, el crecimiento excesivo de las glándulas paratiroides (hipertrofia) o cáncer de glándula paratiroidea pueden ser la causa.

Según los National Institutes of Health (NIH), 'Helicobacter' es un género de bacterias en forma de espiral que pueden infectar el revestimiento del estómago y el intestino delgado. La especie más común, Helicobacter pylori, se ha relacionado con úlceras gástricas y duodenales, así como con ciertos tipos de cáncer gástrico. Estas bacterias pueden sobrevivir en el ácido del estómago gracias a su capacidad de producir una enzima que neutraliza el ácido. El tratamiento suele implicar la combinación de antibióticos y medicamentos para reducir la acidez estomacal.

El ácido quenodesoxicólico es un ácido biliar secundario que se produce en el intestino delgado cuando las bacterias descomponen el ácido desoxicólico, un ácido biliar primario producido por el hígado. El ácido quenodesoxicólico es involucrado en la absorción de grasas y vitaminas liposolubles en el intestino delgado. También juega un papel en la regulación del crecimiento y diferenciación celular, así como en la apoptosis (muerte celular programada).

En condiciones patológicas, los niveles elevados de ácido quenodesoxicólico se han asociado con enfermedades hepáticas, colestasis y cáncer colorrectal. Por otro lado, bajos niveles de este ácido biliar pueden contribuir al desarrollo de estreñimiento crónico e incluso a la formación de cálculos biliares.

En resumen, el ácido quenodesoxicólico es un importante metabolito del hígado y el intestino que desempeña diversas funciones fisiológicas importantes, aunque también se ha relacionado con varias enfermedades cuando sus niveles están alterados.

La talasemia beta es un trastorno sanguíneo hereditario que afecta la producción de hemoglobina, una proteína importante en los glóbulos rojos que transporta oxígeno. Este trastorno se debe a mutaciones o cambios en el gen de la hemoglobina beta, lo que resulta en una disminución o ausencia total de la producción de cadenas de hemoglobina beta.

Existen diferentes tipos y grados de talasemia beta, dependiendo del tipo y número de genes afectados:

1. Talasemia beta cero (β0): No se produce ninguna cadena de hemoglobina beta debido a mutaciones en ambos genes de la hemoglobina beta. Esto conduce a una forma grave de anemia, conocida como anemia de Cooley o talasemia major.

2. Talasemia beta plus (β+): Al menos uno de los dos genes de la hemoglobina beta produce cadenas de hemoglobina beta en cantidades reducidas. Esto resulta en una forma más leve de anemia, llamada talasemia intermedia o minor.

Los síntomas de la talasemia beta varían desde casos asintomáticos hasta formas graves con anemia severa, ictericia, crecimiento deficiente, fatiga y esplenomegalia (agrandamiento del bazo). El tratamiento puede incluir transfusiones de sangre regulares, suplementos de hierro y, en casos graves, un trasplante de médula ósea. La prevención implica la detección y el asesoramiento genético antes del inicio de una familia planificada.

La traqueostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura (estoma) en la tráquea a través de la piel del cuello, lo que permite la entrada directa de aire a los pulmones. Se realiza comúnmente en pacientes con dificultad para respirar o tragar, lesiones graves en el cuello o cara, o aquellos que necesitan asistencia ventilatoria a largo plazo. La traqueostomía puede ser temporal o permanente, dependiendo de las condiciones médicas subyacentes del paciente.

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