Propagación del IMPULSO NERVIOSO a lo largo del nervio afastándose del sitio del estímulo excitatorio.
Sistema de conducción de impulsos nerviosos compuesto por músculo cardíaco modificado, que tiene la capacidad de ritmicidad espontánea y de conducción mucho más desarrollada que el resto del corazón.
Pequeña masa nodular de fibras musculares especializadas y localizadas en el tabique interatrial cerca de la abertura del seno coronario. Da lugar al fascículo atrioventricular del sistema de conducción del corazón.
Trastorno de la conducción del impulso cardiaco que puede producirse en cualquier localización de la vía de conducción, como entre el NÓDULO SINOAURICULAR y la aurícula derecha (bloqueo SA) o entre las aurículas y los ventrículos (bloqueo AV). Los bloqueos cardiacos pueden clasificarse por la duración, frecuencia o integridad del bloqueo de la conducción. La reversibilidad depende del grado de defectos estructurales o funcionales.

La conducción nerviosa es un término médico que se refiere al proceso mediante el cual los impulsos nerviosos son transmitidos a través de las neuronas o células nerviosas en nuestro sistema nervioso. Este proceso permite la comunicación y coordinación entre diferentes partes del cuerpo, lo que nos permite percibir estímulos, movernos, sentir y pensar.

La conducción nerviosa se produce a través de la sinapsis, que es la unión entre dos neuronas donde se transmite el impulso nervioso. La primera neurona, llamada neurona presináptica, libera neurotransmisores en la hendidura sináptica, que es el espacio entre las dos neuronas. Estos neurotransmisores viajan a través de la hendidura y se unen a los receptores en la membrana postsináptica de la segunda neurona, llamada neurona postsináptica.

Este proceso desencadena una respuesta eléctrica en la neurona postsináptica, lo que permite que el impulso nervioso continúe su viaje a través del sistema nervioso. La conducción nerviosa puede ser afectada por diversas condiciones médicas, como lesiones nerviosas, enfermedades neurológicas y trastornos mentales, lo que puede causar una variedad de síntomas, como debilidad muscular, entumecimiento, hormigueo y pérdida de sensibilidad.

El Sistema de Conducción Cardíaco es el responsable de coordinar y estimular la contracción del músculo cardíaco para asegurar un flujo sanguíneo eficiente y sincronizado dentro y fuera del corazón. Está compuesto por una serie de estructuras especializadas en la conducción eléctrica, incluyendo el nódulo sinusal (también conocido como sinoatrial o SA), el haz de His, los fascículos de His derecho e izquierdo y las redes Purkinje.

El nódulo sinusal es el principal generador del impulso eléctrico en el corazón, desencadenando un patrón rítmico de potenciales de acción que se propagan a través del tejido miocárdico. Luego, estos impulsos viajan hacia el nódulo auriculoventricular (o AV), ubicado en la parte inferior de las aurículas, donde experimentan un breve retraso para permitir que las aurículas se contraigan completamente antes de que los impulsos continúen hacia los ventrículos.

A continuación, el haz de His conduce los impulsos a través del tabique interventricular, dividiéndose en dos fascículos de His: derecho e izquierdo. Estos fascículos se bifurcan adicionalmente en redes Purkinje, que distribuyen los impulsos a las células musculares individuales de los ventrículos.

La correcta función del Sistema de Conducción Cardíaco es fundamental para mantener un ritmo cardíaco normal y eficiente. Las disfunciones en este sistema pueden dar lugar a diversas arritmias, como la fibrilación auricular o la taquicardia ventricular, que pueden tener graves consecuencias clínicas si no se tratan adecuadamente.

El Nodo Atrioventricular (NAV o nodo AV), en términos médicos, se refiere a un pequeño grupo de células situadas en el septum interatriales, la pared que separa las aurículas derecha e izquierda del corazón. Este nodo desempeña un papel crucial en la conducción y coordinación del impulso eléctrico a través del músculo cardíaco, lo que permite la contracción sincrónica de las cámaras superior e inferior del corazón (aurículas y ventrículos respectivamente).

El nodo AV actúa como un relé entre el sistema de conducción eléctrica de las aurículas (sistema SA) y el sistema de conducción eléctrica de los ventrículos (sistema His-Purkinje). Cuando el impulso eléctrico viaja a través del sistema SA, llega al nodo AV donde se produce una pausa momentánea. Esta pausa permite que las aurículas se contraigan y expulsen la sangre hacia los ventrículos antes de que el impulso continúe su recorrido hacia el sistema His-Purkinje y provoque la contracción de los ventrículos.

La disfunción del nodo AV puede dar lugar a diversas arritmias cardíacas, como el bloqueo auriculoventricular, en el que el impulso eléctrico no es capaz de conducirse correctamente desde las aurículas a los ventrículos.

Un bloqueo cardíaco es una afección en la que la conducción eléctrica del corazón se interrumpe, lo que hace que el corazón lata demasiado lento o con un ritmo irregular. Existen diferentes tipos de bloqueos cardíacos, dependiendo de dónde se produce la interrupción en la conducción eléctrica del corazón.

Un bloqueo cardíaco de primer grado se produce cuando hay un retraso en la conducción eléctrica a través del nódulo auriculoventricular (AV), que conecta las cámaras superior e inferior del corazón. Este tipo de bloqueo generalmente no causa síntomas y puede ser asintomático o incidentalmente descubierto durante un examen médico de rutina.

Un bloqueo cardíaco de segundo grado se produce cuando hay una interrupción intermitente en la conducción eléctrica a través del nódulo AV, lo que hace que algunas ondas eléctricas no lleguen a las cámaras inferiores del corazón. Este tipo de bloqueo puede causar síntomas como palpitaciones, mareos o desmayos.

Un bloqueo cardíaco de tercer grado, también conocido como bloqueo AV completo, se produce cuando no hay conducción eléctrica entre las cámaras superior e inferior del corazón. Este tipo de bloqueo puede causar síntomas graves, como falta de aire, dolor en el pecho, desmayos o incluso paro cardíaco.

El tratamiento de un bloqueo cardíaco depende del tipo y la gravedad de la afección. En algunos casos, no se requiere ningún tratamiento específico. Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario un marcapasos artificial para ayudar a regular el ritmo cardíaco. Si el bloqueo cardíaco está asociado con una enfermedad subyacente, como una enfermedad coronaria o una insuficiencia cardíaca, también puede ser necesario un tratamiento adicional.

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