Extracción de líquidos o descargas desde el cuerpo, como desde una herida, úlcera o cavidad.
Una terapia de rehabilitación para la remoción de abundante secreción mucosa de los pulmones de pacientes con enfermedades tales como BRONQUITIS.
Sistema de drenos natural o artificial, generalmente usado para el drenaje de desechos líquidos.
Acumulación de material purulento en los tejidos, órganos o espacios circunscritos, asociado usualmente con signos de infección.
Remoción de secreciones, gas o líquido de órganos huecos o tubulares, o cavidades, mediante un tubo o dispositivo que actúa a base de presión negativa.
Espacio semejante a un quiste no revestido por EPITELIO y que se encuentra dentro del PÁNCREAS. Los seudoquistes pancreáticos suponen la mayoría de los quistes pancreáticos y frecuentemente se asocian a la PANCREATITIS crónica.
Tubos plásticos utilizados para el drenaje de aire o líquido desde el espacio pleural. Su inserción quirúrgica se llama toracostomía de tubo.
Dispositivos, que incorporan usualmente válvulas unidireccionales, que se insertan quirúrgicamente en la esclera para mantener la presión intraocular normal.
Ictericia, la afección con coloración amarillenta de la piel y las membranas mucosas, que se debe al flujo irregular de BILIS en el SISTEMA BILIAR, como en la COLESTASIS INTRAHEPÁTICA, o la COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA.
Procesos patológicos que afectan a los pacientes después de un procedimiento quirúrgico. Pueden o no estar relacionados a la enfermedad por la cual se realiza la cirugía y pueden o no ser el resultado directo de la cirugía.
Cintigrafía del SISTEMA LINFÁTICO.
Sistema de órganos y tejidos que producen y transportan células de sistema inmunológico y LINFA.
Venas que drenan el cerebro.
Endoscopía por fibra óptica diseñada para la observación y canulación duodenal de la AMPOLLA DE VATER, con el propósito de visualizar el sistema de conductos pancreáticos y biliares por la inyección retrógrada de medio de contraste. Durante este procedimiento puede realizarse la papilotomía endoscópica (Vater) (ESFINCTEROTOMIA ENDOSCÓPICA).
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Formación quirúrgica de una abertura (estoma) en el CONDUCTO BILIAR COMÚN para drenaje o comunicación directa con un lugar en el intestino delgado, principalmente el DUODENO o el YEYUNO.
Inflamación supurativa del espacio pleural.
Acumulación de aire o gas en la CAVIDAD PLEURAL, que puede producirse de manera espontánea o como resultado de un traumatismo o de un proceso patológico. El gas puede ser deliberadamente introducido durante un NEUMOTÓRAX ARTIFICIAL.
Un absceso situado en la cavidad abnominal, i.e., la cavidad corporal localizada entre el diafragma por arriba y la pelvis por debajo.
Procedimiento quirúrgico que implica la creación de una abertura (estoma) en la cavidad torácica para drenaje. Se emplea en el tratamiento del DERRAME PLEURAL; NEUMOTÓRAX; HEMOTÓRAX, y EMPIEMA.
Tubos que se insertan para crear una comunicación entre el ventrículo cerebral y la vena yugular interna. Su emplazamiento permite el drenaje del líquido cerebroespinal par aliviar la hidrocefalia u otras condiciones que provoquen acumulación de líquido en los ventrículos.
Cualquier procedimiento quirúrgico realizado en el sistema biliar.
Trastorno del flujo biliar debido a obstrucción de los conductos biliares pequeños (COLESTASIS INTRAHEPÁTICA)u obstrucción en los conductos biliares grandes (COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA).
Inflamación del sistema ductal biliar (CONDUCTOS BILIARES) intrahepático, extrahepático o ambos.
Grandes canales venosos tapizados por endotelio situados entre las dos capas de la DURAMADRE, el endostio y las menínges. Estan desprovistos de válvulas y forman parte del sistema venoso de la duramadre. Los principales senos venosos comprenden un grupo posteroanterior (como son los senos sagital superior, sagital inferior, recto, transverso y occipital) y un grupo anteroinferior (como el seno cavernoso, el petroso y el plexo basilar).
Ejecución por vía quirúrgica de una apertura en el ventrículo cerebral.
Colecciones solitarias o múltiples de PUS dentro del hígado como resultado de infección por bacterias, protozoos u otros agentes.
Presencia de líquido en la cavidad pleural que se produce como consecuencia de la trasudación o exudación excesiva a partir de las superficies pleurales. Es un signo de enfermedad y no es propiamente un diagnóstico.
Tomografía que utiliza transmisión de rayos x y un algoritmo de computador para reconstruir la imagen.
Período de cuidados que comienza cuando el paciente termina la cirugía, tiene el propósito de cumplimentar las necesidades psicológicas y físicas directamente después de la cirugía.
Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL con comienzo tardío de los síntomas neurológicos. Los síntomas pueden incluir pérdida de conciencia, CEFALEA intensa y deterioro del estado mental.
Acumulación de líquido dentro del PERICARDIO. Las colecciones serosas están asociadas con enfermedades pericárdicas. El hemopericardio está asociado con traumatismos. Las efusiones que contienen lípidos (quilopericardio) proceden de fugas del CONDUCTO TORÁCICO. Los casos graves pueden conducir a TAPONAMIENTO CARDÍACO.
Acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo el cual puede asociarse a dilatación de los ventrículos cerebrales, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL; CEFALEA; letargia; INCONTINENCIA URINARIA; y ATAXIA.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
El mayor vaso linfático que discurre a través del tórax y drena en la VENA SUBCLAVIA.
Transferencia de un páncreas de un humano o animal a otro.
Presión manométrica del LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO medida por punción lumbar, cerebroventricular o cisternal. Dentro de la cavidad craneana se le denomina PRESIÓN INTRACRANEAL.
Creación quirúrgica de un orificio (estoma) para drenaje de la vejiga urinaria.
Comunicación anormal que se ve con mayor frecuencia entre dos órganos internos, o entre un órgano interno y la superficie del cuerpo.
Uso o inserción de un dispositivo tubular en un conducto, vaso sanguíneo, órgano hueco, o cavidad corporal para inyectar o extraer líquidos para fines diagnóstico o terapéutico. Difiere de la INTUBACIÓN en que el tubo se usa aquí para restaurar o mantener la viabilidad en las obstrucciones.
Procedimientos de la aplicación de ENDOSCOPIOS para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. La endoscopia involucra pasar un instrumento óptico a través de una pequeña incisión en la piel, es decir, percutánea, o bien a través de un orificio natural y a lo largo de las vías naturales del cuerpo, tales como el tracto digestivo, y o a través de una incisión en la pared de una estructura tubular o de órganos, es decir, transluminal, examinar o realizar cirugía en las partes interiores del cuerpo.
Tumores o cánceres de los CONDUCTOS BILIARES.
Forma grave de INFLAMACIÓN aguda del PÁNCREAS, caracterizada por una o mas áreas de NECROSIS en el páncreas, con diversos grados de afectación de los tejidos u órganos sistémicos circundantes. La necrosis pancreática masiva puede dar lugar a DIABETES MELLITUS y malabsorción.
Creación mediante cirugía de una abertura en el YEYUNO a través de la PARED ABDOMINAL, generalmente para realizar la hiperalimentación enteral.
Anastomosis quirúrgica del conducto pancreático o del extremo seccionado en sentido transverso del páncreas, con el yeyuno. (Dorland, 28a ed)
Punción y aspiración de fluido desde el PERICARDIO
Comunicación anormal entre cualquier órgano del tracto biliar o entre los órganos biliares y otros órganos.
Anomalías congénitas, hereditarias o adquiridas que afectan a las ARTERIAS, VENAS o senos venosos del ENCÉFALO, MÉDULA ESPINAL y MENINGES.
Prueba de diagnóstico por imagen del TRACTO BILIAR en la que se inyecta un medio de contraste (MEDIO RADIOOPACO) en el CONDUCTO BILIAR y se hacen radiografías.
Edema producido por obstrucción de los vasos linfáticos o por enfermedades de los ganglios linfáticos.
Conductos dentro del hígado que transportan la bilis. Incluye los canales hepáticos derecho e izquierdo aunque éstos podrían unirse fuera del hígado para conformar el canal hepático común.
Masa quística que contiene linfa proveniente de canales linfáticos enfermos o luego de un trauma quirúrgico u otro trauma.
Procesos patológicos del PÁNCREAS.
Canales que recogen y transportan la secreción biliar desde los CANALÍCULOS BILIARES, la rama más pequeña del TRACTO BILIAR en el HIGADO, a través de los pequeñoa conductos biliares, los conductos biliares fuera del higado y la VESÍCULA BILIAR para su almacenamiento.
Presencia de pus en algún órgano hueco o cavidad corporal.
La interrupción o remoción de cualquier parte del nervio vago (décimo craniano). La vagotomía puede realizarse con fines de investigación o terapéuticos.
Áreas solas o múltiples de PUS debido a la infección bacteriana dentro del parenchyma hepático. Puede ser causado por una variedad de BACTERIAS, local o ser diseminado de infecciones a otra parte por ejemplo en APÉNDICE; COLECISTITIS; PERITONITIS; y después del TRASPLANTE DE HÍGADO.
Líquido intersticial que se encuentra en el SISTEMA LINFÁTICO.
Presencia de derrame quiloso en la cavidad torácica. (Dorland, 28a ed)
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico del tracto digestivo.
El mayor conducto biliar. Formado por la unión del CONDUCTO QUÍSTICO y el CONDUCTO HEPÁTICO COMÚN.
Eliminación del material extraño y del tejido desvitalizado o contaminado de una lesión traumática o infectada, o de zonas adyacentes, hasta que se descubre tejido sano circundante. (Dorland, 28a ed)
Tumor por acumulación estéril del suero en un tejido, un órgano, o una cavidad. Resulta de un ultraje del tejido y es el producto de la inflamación del tejido. Ocurre comúnmente después de una MASTECTOMÍA.
Enfermedades en cualquier parte del TRACTO BILIAR, incluyendo los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Líquido que protege y circula a través de los ventrículos cerebrales, espacio subaracnoideo y conducto del epéndimo. Está formado principalmente por las secreciones de los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales. Los orificios del cuarto ventrículo permiten al líquido fluir hacia los espacios subaracnoideos que rodean al encéfalo y a la médula espinal. La obtención de muestras de líquido cefalorraquídeo (LCR) se puede realizar mediante punción lumbar entre la tercera y cuarta vértebras lumbares. (Diccionario Mosby. 5a ed. Madrid: Harcourt España, 2000, p. 764).
Hemorragia dentro de la cavidad pleural.
Cirugía que se realiza en el sistema digestivo o sus partes.
INFLAMACIÓN del PÁNCREAS. La pancreatitis se clasifica como aguda a menos que existan hallazgos de tomografía computarizada o de colangiopancreatografía endoscópica retrógrada de PANCREATITIS CRÓNICA (Adaptación del original: International Symposium on Acute Pancreatitis, Atlanta, 1992). Las dos formas mas comunes de pancreatitis aguda son la PANCREATITIS ALCOHÓLICA y la pancreatitis con cálculo biliar.
Proceso patológico que consiste en la formación de pus.
Cirugía endoscópica de la cavidad pleural realizada con visualización por medio de la transmisión por video.
Arte de laborear las minas. (Diccionario de la Lengua Española edición electrónica. Espasa-Calpe, S.A., 2000)
Infección que afecta a los tejidos u órganos de la PELVIS.
Estudio radiográfico del sistema linfático luego de la inyección de un colorante o medio de contraste.
Porción densa, a modo de roca del hueso temporal que contiene el OÍDO INTERNO. El hueso petroso está localizado en la base del cráneo. Combinado con la APÓFISIS MASTOIDES se denomina porción petromastoidea del hueso temporal.
Los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Pasaje anormal o comunicación que va desde un órgano interno hacia la superficie del cuerpo.
Abceso de los MÚSCULOS PSOAS que usualmente es provocado por una enfermedad de las vertebras lumbares, con pus que desciende por la vaina muscular. La infección más común es la tuberculosa o la estafilocóccica.
Compresión del corazón por acumulación de líquido (DERRAME PERICÁRDICO) o de sangre (HEMOPERICARDIO) en el PERICARDIO que rodea el corazón. Las funciones cardiacas afectadas y el GASTO CARDIACO pueden variar de un mínimo a colapso hemodinámico total.
Producción de adherencias entre las pleuras parietal y visceral. (Dorland, 28a ed)
El lavado de una cavidad o superficie del cuerpo por corrientes de agua o solución para el tratamiento o diagnóstico.
Dispositivo flexible tubular que se utiliza para transportar líquidos dentro o fuera de un vaso sanguíneo, órgano hueco o cavidad corporal.
Conducto biliar predominantemente extrahepático que está formado por la unión de los conductos hepáticos derecho e izquierdo los cuales son predominantemente intrahepáticos y que a su vez se unen al conducto cístico para formar un conducto biliar común.
Ultrasonografía de los órganos internos utilizando un transductor de ultrasonido que en ocasiones está montado en un endoscopio de fibra óptica. En la endosonografía el transductor convierte las señales electrónicas en pulsos acústicos o en ondas continuas y actúa también como receptor para detectar los pulsos reflejados desde el interior de los órganos. Una interface audiovisual-electrónica convierte las señales de eco detectadas o procesadas, que pasa a través de la electrónica del instrumento, en una forma que el tecnólogo puede evaluar. El procedimiento no puede confundirse con la ENDOSCOPÍA la cual emplea un instrumento especial llamado endoscopio. El prefijo "endo-" de endosonografía se refiere al examen del tejido dentro de órganos huecos, con referencia al procedimiento de ultrasonografía usual que se realiza externamente o por vía transcutánea.
Conductos que recogen JUGO PANCREATICO del PANCREAS y que lo proveen al DUODENO.
Anomalías vasculares congénitas del encéfalo caracterizadas por una comunicación directa entre una arteria y una vena sin paso de la sangre a través de los CAPILARES. Las localizaciones y tamaño de las derivaciones determinan los síntomas, que incluyen CEFALEAS, CONVULSIONES, ACCIDENTE CEREBROVASCULAR, HEMORRAGIAS INTRACRANEALES, efecto de masa y efecto de robo vascular.
Adenocarcinoma de la bifurcación del conducto hepático común. Estos tumores son generalmente pequeños, bien localizados, y rara vez producen metástasis. La revisión original de G. Klatskin fue de 13 casos y se publicó en 1965. Se pensó que era relativamente poco común, sin embargo, actualmente estos tumores parece que constituyen más de la mitad de los cánceres de los conductos biliares.
Vasos tubulares que están involucrados en el transporte de LINFA y de LINFOCITOS.
Enfermedad del hígado causada por infecciones por tenias parásitas del género ECHINOCOCCUS, como el Echinococcus granulosus o el Echinococcus multilocularis.Los huevos de Echinococcus ingeridos se introducen en la mucosa intestinal. La migración de las larvas al higado a través de la VENA PORTA da lugar a vesículas acuosas (QUISTE HIDATÍDICO).
Extirpación quirúrgica de la VESÍCULA BILIAR.
Cuidados que se dan durante el período previo a sufrir una cirugía cuando se realiza la preparación psicológica y física de acuerdo a las necesidades especiales de un paciente individual. Este período comprende el tiempo entre al admisión al hospital y el tiempo en que comienza la operación quirúrgica.
Tumor maligno surgido desde el epitelio de los CONDUCTOS BILIARES.
El procedimiento de derivación más común, creado quirúrgicamente, para aliviar la hidrocefalia; consiste en la creación de un conducto entre un ventrículo cerebral y el peritoneo mediante un tubo de plástico. (Dorland, 28a ed)
Punción del espacio subaracnoideo en la región lumbar, entre la tercera y cuarta vértebra lumbar.
Pérdida severa o completa de la función motora en las extremidades inferiores y en las porciones inferiores del tronco. Esta afección se asocia a menudo con ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL, aunque también pueden ocasionarla ENFERMEDADES CEREBRALES; ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO; ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES; y ENFERMEDADES MUSCULARES pueden ocasionar también debilidad bilateral de las piernas.
Agente emulsificante producido en el HÍGADO y que se segrega en el DUODENO. Su composición incluye ÁCIDOS Y SALES BILIARES, COLESTEROL y ELECTROLITOS. Ayuda a la DIGESTIÓN de las grasas en el duodeno.
Una anastomosis quirúrgica en forma de Y de cualquier parte del sistema digestivo, el cual incluye el intestino delgado como el sitio eventual de drenaje..
Hemorragia que sigue a cualquier procedimiento quirúrgico. Puede ser inmediata o tardía y no se restringe a la herida quirúrgica.
Espacio venoso de forma irregular en la duramadre, a cada lado del hueso esfenoides.
Acumulación de líquido acuoso en la cavidad pleural. (Dorland, 28a ed)
La más externa de las tres MENINGES, una membrana fibrosa de tejido conjuntivo que rodea al encéfalo y a la médula espinal.
Una operación para el desprendimiento de retina que reduce el tamaño del globo recortando la esclera hasta que se aproxime a la retina.
Desgarro o ruptura de un órgano, vaso u otra parte blanda del cuerpo, que ocurre en ausencia de una fuerza externa.
Apertura o agujero en el ESÓFAGO resultante de un TRAUMA, lesión o proceso patológico.
Compuesto de cintilografía emisor de rayos gamma utilizado para el diagnóstico de enfermedades de muchos tejidos, particularmente en el sistema gastrointestinal, hígado y bazo.
El paso de un CATETER en la VEJIGA URINARIA o los riñones.
Estudios en los que individuos o poblaciones son seguidos para evaluar el resultado de exposiciones, procedimientos, o los efectos de una característica, por ejemplo, la aparición de una enfermedad.
Incisión quirúrgica en la pared torácica.
Estudios proyectados para la observación de hechos que todavia no ocurrieron.
Infección que ocurre en el sitio de la incisión quirúrgica.
Región del ESTOMAGO en la unión con el DUODENO. Está delimitado por el engrosamiento de las capas del músculo circular que forman el esfinter pilórico para controlar la apertura y cierre de la luz.
Una acumulación de material purulento en el espacio situado entre la FARINGE y las VÉRTEBRAS CERVICALES. Es usualmente resultado de la SUPURACIÓN de los NÓDULOS LINFÁTICOS retrofaríngeos en pacientes con INFECCIONES DEL TRACTO RESPIRATORIO SUPERIOR, perforaciones de la faringe, o lesiones de cabeza y cuello.
Examen endoscópico, terapéutico y quirúrgico de la cavidad pleural.
Procedimientos diagnósticos y terapéuticos que son de naturaleza invasiva o quirúrgica, y que requieren de la experiencia de un radiólogo especialmente entrenado. En general, son más invasivos que las imágenes diagnósticas pero menos invasivos que una cirugía mayor. A menudo comprenden cateterización, fluoroscopía, o tomografía computarizada. Algunos ejemplos incluyen la colangiografía percutánea transhepática, biopsia percutánea transtorácica, angioplastia con balón, y embolización arterial.
Dispositivos que proveen soporte a las estructuras tubulares que están siendo anastomosadas o para las cavidades corporales durante el trasplante de piel.
Enfermedades en cualquier parte del sistema ductal del TRACTO BILIAR, desde los más pequeños CANALÍCULOS BILIARES hasta el más grande CONDUCTO COLÉDOCO.
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Venas que drenan el hígado.
Extirpación de la cabeza del páncreas y del asa que envuelve el duodeno a la cual está conectado.
Lo siento, "Tokio" es la capital de Japán y no hay una definición médica asociada con este término. Una ciudad o lugar no puede ser definido desde una perspectiva médica, ya que las definiciones médicas se refieren generalmente a enfermedades, condiciones, procedimientos médicos o conceptos relacionados con la salud.
Colección circunscrita de exudado purulento en el cerebro, producida por bacterias u otras infecciones. La mayoría son causadas por diseminación de material infectado desde un foco de supuración en cualquier parte del cuerpo, principalmente los SENOS PARANASALES, OÍDO MEDIO), CORAZÓN (ver también ENDOCARDITIS BACTERIANA) y PULMÓN. Este estado también puede estar asociado con TRAUMA CRANEOCEREBRAL penetrante y PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS. Las manifestaciones clínicas incluyen CEFALEA, CONVULSIONES, déficits neurológicos focales y alteraciones de la conciencia (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp712-6).
Interferencia con la secreción de lágrimas por las glándulas lagrimales. La obstrucción del saco lagrimal o CONDUCTO NASOLAGRIMAL ocasiona inflamación aguda o crónica del saco lagrimal (DACRIOCISTITIS). También se produce en niños por un defecto en la apertura del conducto nasolagrimal en el meato inferior y ocurre alrededor de la tercera semana de vida. En adultos la oclusión puede presentarse espontáneamente o luego de una lesión o enfermedad nasal. (Traducción libre del original: Newell, Ophthalmology: Principles and Concepts, 7th ed, p250)
Vasos que transportan la sangre hacia el corazón.
Síntomas gastrointestinales resultantes de un píloro ausente o no funcionante.
Alteración del flujo de bilis a través de los grandes CONDUCTOS BILIARES por obstrucción mecánica o estrechez debida a procesos benignos o malignos.
Cualquier operación sobre el cráneo; incisión de cráneo. (Dorland, 28a ed)
Incision del esfínter de Oddi o ampolla de Vater que se realiza insertando un esfinterótomo a través de un endoscopio (DUODENOSCOPIO) a lo cual con frecuencia le sigue una colangiografía retrógrada (COLANGIOPANCREATOGRAFIA RETROGRADA ENDOSCOPICA). El tratamiento endoscópico mediante la esfinterectomía es el método preferido para pacientes con cálculos retenidos o recurrentes en el conducto biliar posteriores a la colecistectomía, y para pacientes de poco riesgo quirúrgico que todavía tienen vesícula biliar.
Flujo sanguíneo reducido a la médula espinal que se suministra por la arteria espinal anterior y las arterias espinales posteriores. Esta afección puede asociarse con ARTERIOESCLEROSIS, trauma, émbolos, enfermedades de la aorta, y otras enfermedades. La isquemia prolongada puede llevar al INFARTO del tejido de la médula espinal.
Región del abdomen que se extiende desde el DIAFRAGMA hasta el plano de la abertura pélvica superior (estrecho superior de la pelvis). La cavidad abdominal contiene al PERITONEO y las VÍSCERAS abdominales, así como al espacio extraperitoneal, el cual comprende el ESPACIO RETROPERITONEAL.
Venas que permiten el regreso de la sangre oxigenada proveniente de los pulmones a la aurícula izquierda del corazón.
Enfermedades que afectan a la PLEURA.
Vía anormal que comunica con el PÁNCREAS.
El período de confinamiento de un paciente en un hospital o en otro centro de salud.
Comunicación directa anormal entre una arteria y una vena sin pasar a través de los CAPILARES. Una fístula A-V suele llevar a la formación de una conexión dilatada sacciforme, aneurisma arteriovenoso. Las localizaciones y tamaño de las derivaciones determinan el grado de los efectos sobre las funciones cardiovasaculares tales como TENSIÓN ARTERIAL y FRECUENCIA CARDIACA.
Acumulación de exudados (EXUDADOS Y TRANSUDADOS)purulentos por debajo del DIAFRAGMA, tambiém conocido como absceso absominal superior. Generalmente se asocia con PERITONITIS o infecciones postoperatorias.

En el contexto médico, el término "drenaje" se refiere al proceso de eliminar líquidos o materiales extraños acumulados en un cuerpo humano, como ser pus, sangre, fluido seroso o linfa, de una cavidad, órgano o tejido dañado o infectado. Esto se realiza generalmente mediante la colocación de un catéter o tubo de drenaje para facilitar la salida del líquido no deseado y promover la curación.

El objetivo principal del drenaje es prevenir la acumulación de líquidos, que de otro modo podrían causar inflamación, infección o daño adicional a los tejidos circundantes. Además, el análisis del líquido drenado puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y el grado de la lesión o enfermedad subyacente, guiando así el plan de tratamiento apropiado.

Existen diferentes tipos de procedimientos de drenaje, como el drenaje quirúrgico, que implica la incisión quirúrgica para eliminar los líquidos acumulados; drenaje percutáneo, que involucra la inserción de agujas finas o catéteres para drenar líquidos de cavidades corporales; y drenaje de fistula, donde se crea una conexión artificial entre un órgano o tejido hueco y la superficie de la piel para permitir que el líquido drene espontáneamente.

El término "drenaje postural" no es un término médico ampliamente reconocido o establecido en la medicina convencional. Sin embargo, en el contexto del masaje y la terapia manual, a veces se utiliza para describir una técnica que se dice ayuda al sistema linfático a eliminar desechos y fluidos corporales no deseados. La idea es que, mediante la colocación estratégica de almohadas y el posicionamiento del cuerpo, se puede estimular el flujo linfático y promover el drenaje.

Sin embargo, es importante señalar que la eficacia de esta técnica no está respaldada por evidencia médica sólida y su uso no está extendido en la práctica clínica convencional. Si tiene preguntas sobre el drenaje linfático o cualquier otro tratamiento, siempre es mejor consultar con un profesional médico capacitado y licenciado.

El término "drenaje de agua" no es un término médico específico, pero en el contexto médico o quirúrgico, generalmente se refiere a la eliminación del exceso de líquido, como sangre, linfa o suero, que se ha acumulado en los tejidos corporales debido a una lesión, inflamación, cirugía u otra condición médica.

Este proceso puede llevarse a cabo mediante diferentes métodos, como la utilización de drenajes tubulares o sistemas de drenaje, que se insertan en el espacio donde se ha acumulado el líquido excesivo para facilitar su evacuación. También existen técnicas quirúrgicas específicas, como la fleboaspiración o la utilización de suturas de drenaje, que permiten eliminar este líquido durante o después de una intervención quirúrgica.

El objetivo del drenaje de agua es promover la curación y prevenir complicaciones, como infecciones o la formación de abscesos, al mantener el tejido adecuadamente drenado y reducir la presión intersticial.

Un absceso es una acumulación de pus que se forma en respuesta a una infección bacteriana, por lo general como resultado de la multiplicación y diseminación de bacterias en el tejido. Se caracteriza por tener un centro necrótico rodeado de glóbulos blancos inflamatorios, especialmente neutrófilos, y una pared formada por tejido conectivo y epitelio.

Los abscesos pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la piel y los tejidos blandos. Los síntomas pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, dolor e inflamación localizados, fiebre y malestar general.

El tratamiento de un absceso suele requerir drenaje quirúrgico o mediante incisión y drenaje, seguido de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, el absceso puede resolverse por sí solo sin tratamiento médico si el sistema inmunológico del cuerpo es capaz de combatir la infección y drenar el pus. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el tratamiento médico es necesario para prevenir complicaciones y promover una recuperación más rápida.

La succión en términos médicos se refiere al proceso de extraer fluidos, líquidos o gases de un cuerpo u órgano mediante la creación de un vacío parcial. Esto se logra a menudo mediante el uso de dispositivos especializados como tubos o bombas de succión. La succión se utiliza en diversos contextos médicos, como la eliminación del exceso de líquido de los pulmones, la limpieza de heridas o la extracción de materiales extraños de una cavidad corporal. También es un proceso natural e importante en el desarrollo temprano, como cuando los bebés succionan leche materna o de botella durante la alimentación.

Un seudoquiste pancreático es un tipo de lesión quística que se forma alrededor del páncreas. A diferencia de los quistes verdaderos, que tienen una membrana epitelial verdadera, los seudoquistes están compuestos por tejido fibroso con líquido en su interior.

Los seudoquistes pancreáticos suelen desarrollarse como resultado de una lesión o inflamación del páncreas, como puede ocurrir en la pancreatitis aguda o crónica. Durante el proceso de curación de la inflamación, el tejido circundante se puede fibrosar y formar una cavidad llena de líquido.

Los síntomas de un seudoquiste pancreático pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del mismo. Algunos pacientes pueden experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos o pérdida de apetito. En casos graves, los seudoquistes pueden infectarse o causar complicaciones como hemorragias internas o insuficiencia pancreática.

El diagnóstico de un seudoquiste pancreático puede realizarse mediante pruebas de imagenología, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear. El tratamiento puede incluir el drenaje del líquido acumulado en el seudoquiste o, en casos más graves, la extirpación quirúrgica del mismo.

Un tubo torácico es un tipo de catéter (tubo hueco flexible) que se utiliza en la medicina para drenar líquido, material semisólido o aire del espacio pleural, que es el espacio entre los pulmones y la pared torácica. Este procedimiento se realiza comúnmente durante y después de cirugías cardiotorácicas, neumotórax (aire en el espacio pleural), derrame pleural (líquido en el espacio pleural), embolia pulmonar y otras afecciones médicas.

Hay diferentes tipos de tubos torácicos, pero los más comunes son:

1. Tubo de Pleurovac: Este tipo de tubo se utiliza para drenar líquido o material semisólido del espacio pleural. Se conecta a un sistema de succión para ayudar en el proceso de drenaje.

2. Tubo de Drenaje Torácico: Este tipo de tubo se utiliza para drenar aire del espacio pleural. Ayuda a expandir el pulmón colapsado y prevenir la acumulación de aire adicional en el espacio pleural.

El tamaño y el material de los tubos torácicos pueden variar, pero generalmente están hechos de silicona o plástico. Se insertan mediante una pequeña incisión quirúrgica en la pared lateral del tórax, bajo anestesia local o sedación consciente. Después de la inserción, el tubo se sutura en su lugar y se cubre con un vendaje para evitar su salida accidental.

La colocación de un tubo torácico puede causar cierto grado de incomodidad e incluso dolor, por lo que se administra analgesia para aliviar el malestar. Después del procedimiento, es importante monitorear la cantidad y tipo de líquido drenado, así como la presencia de signos de neumotórax o hemotórax. Una vez que el pulmón esté completamente expandido y no haya más drenaje, se puede retirar el tubo torácico.

Los implantes de drenaje de glaucoma, también conocidos como dispositivos de derivación o implantes valvulares, son utilizados en oftalmología para el tratamiento del glaucoma que es resistente a otros tipos de terapia. Estos implantes ayudan a drenar el exceso de líquido dentro del ojo (humor acuoso) para reducir la presión intraocular (PIO), que es una condición común en pacientes con glaucoma.

Existen diferentes tipos de implantes de drenaje de glaucoma, pero generalmente consisten en un pequeño tubo con un reservorio o placa. Durante la cirugía, el tubo se coloca dentro del ojo, usualmente en el ángulo iridocorneal donde los tejidos del iris y la córnea se encuentran. El extremo abierto del tubo permite que el humor acuoso drene hacia el reservorio o placa, la cual es implantada debajo de las conjuntivas (la membrana transparente que recubre el blanco del ojo).

El líquido se acumula en el reservorio y gradualmente se absorbe en los vasos sanguíneos circundantes, disminuyendo la presión intraocular. Algunos de estos implantes tienen una válvula incorporada que regula el flujo de humor acuoso para prevenir una baja excesiva de presión y complicaciones posoperatorias.

La indicación principal para el uso de implantes de drenaje de glaucoma es el fracaso de otros tratamientos, como los fármacos hipotensores o la trabeculectomía (cirugía convencional de glaucoma). Estos implantes se consideran en pacientes con glaucoma avanzado, glaucoma neovascular, glaucoma congénito o glaucoma secundario a traumatismos o inflamaciones crónicas.

Aunque los implantes de drenaje de glaucoma han demostrado ser eficaces en el control de la presión intraocular, existen riesgos y complicaciones asociadas con su uso, como infecciones, hemorragias, desprendimiento de retina, exposición del implante o obstrucción del mismo. Por lo tanto, es fundamental que los pacientes sean debidamente informados sobre los beneficios y riesgos antes de decidir si este procedimiento quirúrgico es adecuado para ellos.

La ictericia obstructiva es un tipo de ictericia (coloración amarillenta de la piel, mucosas y conjuntivas) que ocurre como resultado de una obstrucción en el flujo de bilis desde la vesícula biliar o los conductos biliares hacia el intestino delgado. La bilis contiene pigmentos como la bilirrubina, que se convierte en ictericia cuando se acumula en la sangre.

La causa más común de ictericia obstructiva es un cálculo biliar (piedra en la vesícula biliar) que obstruye el conducto biliar común. Otras causas pueden incluir tumores, inflamación o estenosis (estrechamiento) de los conductos biliares.

Los síntomas adicionales de ictericia obstructiva pueden incluir dolor abdominal, orina oscura, heces pálidas o arcillosas, picazón en la piel y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio y estudios de imágenes, como ecografías o tomografías computarizadas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía para eliminar la obstrucción.

Las complicaciones posoperatorias se refieren a problemas o eventos adversos que surgen después de una cirugía y pueden estar relacionados con el procedimiento quirúrgico, la anestesia o los cuidados posoperatorios. Estas complicaciones pueden variar en gravedad y pueden incluir infecciones, reacciones a la anestesia, hemorragias, coágulos sanguíneos, neumonía, insuficiencia orgánica o incluso la muerte.

Las complicaciones posoperatorias pueden ser el resultado de una serie de factores, incluyendo la salud general del paciente antes de la cirugía, el tipo y la complejidad del procedimiento quirúrgico, la habilidad y experiencia del equipo quirúrgico, y los cuidados posoperatorios adecuados.

Algunas complicaciones posoperatorias pueden ser prevenidas o minimizadas mediante una evaluación preoperatoria exhaustiva, una técnica quirúrgica meticulosa, el uso apropiado de antibióticos y otros medicamentos, y la atención cuidadosa durante el período posoperatorio. Los pacientes también pueden tomar medidas para reducir su riesgo de complicaciones posoperatorias, como dejar de fumar, mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regular antes de la cirugía.

La linfocintigrafía es una técnica de imagen médica que utiliza radioisótopos para evaluar la anatomía y función del sistema linfático. Implica la inyección de un rastreador radiactivo, generalmente un isótopo de tecnecio marcado con una sustancia proteica, en el tejido blando del brazo o pierna.

El rastreador se mueve a través del sistema linfático y se acumula en los ganglios linfáticos. Luego, se utiliza una gammacámara para detectar la radiación emitida por el rastreador y producir imágenes de los ganglios linfáticos y otros órganos del sistema inmunológico.

Esta prueba se utiliza a menudo en la evaluación de enfermedades que afectan al sistema linfático, como el cáncer de mama, el linfoma y la enfermedad de Kaposi, para determinar el estado de los ganglios linfáticos y la extensión de la enfermedad. También se puede utilizar para planificar la radioterapia o la cirugía en pacientes con cáncer.

El sistema linfático es un componente crucial del sistema inmunológico y sirve como un componte primario en la defensa del cuerpo contra las infecciones. Está compuesto por una red intrincada de vasos, órganos y tejidos que circulan un líquido llamado linfa. Este sistema desempeña un papel fundamental en la eliminación de los desechos, toxinas y fluidos excesivos de los tejidos corporales, así como en el transporte de glóbulos blancos llamados linfocitos, que ayudan a proteger al cuerpo de las infecciones.

El sistema lymfático consiste en:

1. Vasos linfáticos: Son conductos delgados y tubulares similares a venas que transportan la linfa desde los tejidos corporales hacia el torrente sanguíneo. Estos vasos se encuentran por todo el cuerpo, pero son más abundantes en los tejidos sueltos como la mucosa intestinal y los pulmones.

2. Linfa: Es un líquido transparente que fluye a través de los vasos linfáticos. Contiene glóbulos blancos, especialmente linfocitos, proteínas, grasas, sales y otros nutrientes absorbidos del tracto gastrointestinal.

3. Ganglios Linfáticos: Son pequeños órganos ovoides que se encuentran a lo largo de los vasos linfáticos en todo el cuerpo, especialmente en las axilas, ingles, cuello e ingle. Filtran la linfa y ayudan a combatir las infecciones al producir y almacenar células inmunes llamadas linfocitos.

4. Bazo: Es un órgano grande situado en el lado izquierdo del abdomen, por debajo de las costillas. El bazo actúa como un filtro para la sangre y almacena glóbulos rojos y plaquetas. También contiene células inmunes que ayudan a combatir las infecciones.

5. Timo: Es un pequeño órgano situado en el tórax, detrás del esternón. El timo produce y madura los linfocitos T, una clase importante de células inmunes que ayudan a proteger al cuerpo contra las infecciones y el cáncer.

6. Médula Ósea: Es el tejido esponjoso situado en el interior de los huesos largos y planos. La médula ósea produce células sanguíneas, incluyendo glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

El sistema linfático desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud al proteger al cuerpo contra las infecciones y el cáncer. Ayuda a combatir las enfermedades mediante la producción y maduración de células inmunes, la filtración de la linfa y la eliminación de los desechos y los patógenos del cuerpo.

Las venas cerebrales son vasos sanguíneos que se encargan de drenar la sangre desoxigenada desde los tejidos del cerebro hacia el corazón. Existen diferentes sistemas de venas cerebrales, incluyendo las venas cerebrales internas, externas y las grandes venas cerebrales.

Las venas cerebrales internas drenan la sangre desde los lóbulos occipital, parietal, temporal y parte del lóbulo frontal del cerebro. Se unen con la vena basal de Rosenthal para formar el seno sagital superior, que corre a lo largo de la línea media del cráneo.

Las venas cerebrales externas drenan la sangre desde los tejidos supratentoriales exteriores y desembocan en el seno sagital superior o en el seno transverso.

Las grandes venas cerebrales incluyen el seno sagital superior, el seno transverso, el seno sigmoideo y la vena yugular interna. Estos vasos sanguíneos se unen para formar el sistema de drenaje venoso extracraneal.

Las venas cerebrales son importantes en el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones neurológicas, como la trombosis venosa cerebral, los accidentes cerebrovasculares y los tumores cerebrales.

La pancreatocolangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un procedimiento médico combinado que incluye la endoscopia y la fluoroscopia. Se utiliza principalmente para diagnosticar y tratar condiciones relacionadas con el tracto biliar y pancreático.

Durante el procedimiento, se inserta un endoscopio flexible a través de la boca y se avanza hasta llegar al duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Luego, se introduce un catéter a través del endoscopio hasta alcanzar el conducto biliar o pancreático. A continuación, se inyecta un contraste de rayos X para permitir la visualización de estos conductos en la fluoroscopia.

La ERCP puede utilizarse para diagnosticar diversas afecciones, como cálculos biliares, inflamación del páncreas, tumores o estrechamiento de los conductos biliares o pancreáticos. Además, también se pueden realizar procedimientos terapéuticos durante la ERCP, como la extracción de cálculos biliares, el drenaje de líquidos infectados o la colocación de stents para mantener abiertos los conductos obstruidos.

Sin embargo, es importante señalar que la ERCP es un procedimiento invasivo y conlleva ciertos riesgos, como pancreatitis, infección, sangrado o perforación intestinal. Por lo tanto, generalmente se recomienda solo en situaciones en las que los beneficios potenciales del diagnóstico o el tratamiento superan los posibles riesgos.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La coledocostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una conexión (anastomosis) entre el colédoco (la parte más distal del conducto biliar principal) y el estómago o el duodeno. Esta cirugía se realiza a menudo para tratar problemas relacionados con la vesícula biliar, los conductos biliares o el hígado, como una obstrucción completa o parcial del colédoco, colecistitis aguda severa, cálculos en el colédoco o cáncer de vesícula biliar o conductos biliares.

La coledocostomía permite que la bilis fluya directamente desde los conductos biliares al estómago o al duodeno, ayudando a prevenir la acumulación de bilis y posibles infecciones en el hígado. Después de la cirugía, los pacientes pueden experimentar cambios en sus hábitos intestinales y dietéticos, ya que la presencia de bilis en el estómago o duodeno puede afectar la digestión y la absorción de nutrientes. Es importante seguir las recomendaciones del equipo médico para garantizar una recuperación adecuada y minimizar los riesgos asociados con este procedimiento quirúrgico.

El empiema pleural es una afección médica que involucra la acumulación de pus en el espacio pleural, que es el revestimiento delgado que rodea los pulmones. Este espacio normalmente contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para permitir que los pulmones se muevan suavemente dentro del pecho durante la respiración.

Sin embargo, cuando se produce un empiema pleural, el líquido se infecta y se acumula en exceso, lo que puede comprimir el pulmón y causar dificultad para respirar. Los síntomas más comunes del empiema pleural incluyen tos, dolor torácico, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar.

El empiema pleural puede ser causado por varias afecciones médicas, como neumonía, trauma torácico, cirugía torácica o infección de un catéter torácico. El tratamiento suele implicar el drenaje del líquido infectado mediante procedimientos invasivos, como la toracocentesis o la colocación de un tubo de drenaje en el espacio pleural. En algunos casados, se puede requerir cirugía para eliminar todo el tejido infectado y cerrar el espacio pleural. Además, se pueden recetar antibióticos para tratar la infección subyacente.

Neumotórax es un término médico que se refiere a la presencia de aire en la cavidad pleural, que es el espacio entre los pulmones y la pared torácica. Normalmente, este espacio está lleno de líquido lubricante que permite que el pulmón se mueva suavemente durante la respiración.

Cuando hay una acumulación anormal de aire en este espacio, puede causar que el pulmón colapse parcial o completamente. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión traumática, una enfermedad pulmonar subyacente, o incluso por procedimientos médicos invasivos.

Los síntomas de un neumotórax pueden variar desde dolor torácico agudo y repentino, dificultad para respirar, hasta tos y opresión en el pecho. En casos graves, puede ser una afección potencialmente letal que requiere atención médica inmediata. El tratamiento puede incluir procedimientos como la punción con aguja o la colocación de un tubo de drenaje para eliminar el aire acumulado y permitir que el pulmón vuelva a inflarse correctamente.

Un absceso abdominal es una acumulación de pus que se forma en el abdomen como resultado de una infección. Se produce cuando los tejidos se infectan y mueren, lo que atrae a las células blancas de la sangre (glóbulos blancos) para combatir la infección. Con el tiempo, estas células muertas y los fluidos corporales forman una masa enferma llena de pus.

Los abscesos abdominales pueden ocurrir en cualquier parte del abdomen y pueden variar en tamaño desde pequeños a grandes. Pueden ser superficiales, cerca de la pared abdominal, o profundos, dentro de los órganos abdominales o en el espacio entre ellos.

Los síntomas más comunes de un absceso abdominal incluyen dolor abdominal intenso y repentino, fiebre alta, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El tratamiento generalmente implica cirugía para drenar el absceso y antibióticos para tratar la infección subyacente. Si no se trata, un absceso abdominal puede ser una afección grave y potencialmente mortal.

La toracostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura o comunicación entre la cavidad torácica y el exterior, a través de la pared lateral del tórax. Esto implica la inserción de un tubo (llamado tubo de toracostomía) en el espacio pleural para drenar líquido, sangre o aire acumulados allí. Esta procedimiento se realiza comúnmente en casos de neumotórax, hemotórax o derrame pleural, con el objetivo de permitir la expansión del pulmón y prevenir su colapso. Después de que el propósito del drenaje ha sido alcanzado, el tubo se retira y la abertura cicatriza naturalmente.

Las derivaciones del líquido cefalorraquídeo (LCR) se refieren a procedimientos quirúrgicos en los que se crea una nueva ruta o camino para el drenaje del LCR desde el espacio subaracnoideo hacia otro lugar del cuerpo. Estos procedimientos se realizan con el objetivo de aliviar la presión intracraneal y protectora alrededor del cerebro y la médula espinal, reduciendo así el riesgo de daño a los tejidos nerviosos.

Existen diferentes tipos de derivaciones del LCR, entre las que se incluyen:

1. Shunt ventricular peritoneal (VPS): Es el tipo más común de derivación del LCR. Consiste en la inserción quirúrgica de un catéter flexible (tubo) desde uno o más ventrículos cerebrales hacia la cavidad abdominal (peritoneo). El exceso de líquido cefalorraquídeo fluye a través del catéter y se absorbe por el tejido peritoneal.

2. Shunt ventrículo-atrial (VAS): Este tipo de derivación implica la inserción quirúrgica de un catéter desde uno o más ventrículos cerebrales hasta el atrio derecho del corazón, a través de una vena (generalmente la yugular interna). El LCR fluye hacia el corazón y se elimina posteriormente por los riñones.

3. Shunt lumboperitoneal (LPS): En este procedimiento, se inserta un catéter en el espacio subaracnoideo a nivel lumbar y se extiende hacia la cavidad abdominal. El LCR fluye desde el espacio subaracnoideo hacia el peritoneo, donde se absorbe.

4. Derivaciones cisterno-peritoneales: Estas derivaciones implican la inserción quirúrgica de un catéter desde una cisterna (por ejemplo, la cisterna magna) hasta la cavidad abdominal. El LCR fluye a través del catéter y se absorbe por el tejido peritoneal.

Las derivaciones pueden ser necesarias en diversas condiciones que causan un aumento de la presión intracraneal o una acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo, como hidrocefalia congénita o adquirida, tumores cerebrales, hemorragias subaracnoideas y meningitis. El objetivo principal de estos procedimientos es aliviar la presión intracraneal y prevenir daños en el tejido cerebral.

Los procedimientos quirúrgicos del sistema biliar se refieren a diversos tipos de intervenciones quirúrgicas que se realizan en el sistema biliar, que es un conjunto de órganos y conductos que participan en la producción, almacenamiento y transporte de la bilis, una sustancia digestiva importante.

Algunos de los procedimientos quirúrgicos más comunes del sistema biliar incluyen:

1. Colangiografía retrógrada endoscópica (CRE): Es un procedimiento mínimamente invasivo que se utiliza para diagnosticar y tratar problemas en el conducto biliar. Durante la CRE, un endoscopio flexible se inserta a través de la boca y se avanza hasta el conducto biliar para inyectar un tinte y tomar imágenes del sistema biliar.
2. Litotripsia extracorpórea por ondas de choque (LEOC): Se utiliza para tratar cálculos biliares grandes que no pueden ser eliminados mediante procedimientos menos invasivos. Durante la LEOC, ondas de choque son utilizadas para romper los cálculos en fragmentos más pequeños que puedan ser posteriormente eliminados del cuerpo.
3. Cirugía laparoscópica de vesícula biliar (colecistectomía): Es una cirugía mínimamente invasiva para extirpar la vesícula biliar, que es el órgano donde se almacena la bilis. Durante la cirugía, pequeñas incisiones son hechas en el abdomen y una cámara y herramientas quirúrgicas especiales son insertadas a través de ellas para extirpar la vesícula biliar.
4. Colangiojojunostomía: Es un procedimiento quirúrgico que se utiliza para crear una conexión directa entre el conducto biliar y el intestino delgado, lo que permite que la bilis fluya directamente al intestino en lugar de acumularse en la vesícula biliar.
5. Drenaje percutáneo: Se utiliza para drenar líquidos o pus que se han acumulado en el hígado o en los conductos biliares. Durante el procedimiento, una aguja fina es insertada a través de la piel y guiada hacia el área afectada para drenar el líquido o el pus.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos procedimientos y cirugías que se pueden realizar para tratar enfermedades y afecciones relacionadas con la vesícula biliar, los conductos biliares y el hígado. El tratamiento específico que se recomienda dependerá de la gravedad de la afección y de otros factores como la edad y el estado de salud general del paciente.

La colestasis es una afección médica en la que se produce una disminución o interrupción del flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado al intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que consumimos. Contiene ácidos biliares, colesterol, pigmentos y otras sustancias.

Cuando la salida de bilis se ve obstruida o disminuida, los ácidos biliares pueden acumularse en el hígado, dañándolo e incluso provocando su fallo hepático si no se trata a tiempo. La colestasis también puede causar picazón intensa en la piel (prurito) y un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre, lo que hace que la piel y el blanco de los ojos adquieran un tono amarillento (ictericia).

La colestasis puede ser causada por diversos factores, como enfermedades hepáticas, infecciones, medicamentos, cálculos biliares u otros trastornos que afecten al flujo de bilis. Existen dos tipos principales de colestasis: la colestasis intrahépatica y la colestasis extrahépatica.

La colestasis intrahépatica se produce cuando el problema está dentro del hígado, mientras que la colestasis extrahépatica se debe a una obstrucción fuera del hígado, como un tumor o cálculos biliares. El tratamiento de la colestasis dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o cirugía en casos graves.

La colangitis es una afección médica que se caracteriza por la inflamación de los conductos biliares, que son los pequeños tubos dentro y alrededor del hígado que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección, una lesión o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección y puede incluir antibióticos para tratar una infección o procedimientos quirúrgicos para eliminar una obstrucción.

Existen diferentes tipos de colangitis, incluyendo:

* Colangitis aguda: se refiere a la inflamación repentina y grave de los conductos biliares. Puede ser causada por una infección o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, fiebre alta, escalofríos y confusión.
* Colangitis crónica: se refiere a la inflamación prolongada de los conductos biliares. Puede ser causada por una enfermedad subyacente como la cirrosis o la pancreatitis crónica. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga y coloración oscura de la orina o las heces.
* Colangitis esclerosante primaria: es una enfermedad rara que causa cicatrización y endurecimiento de los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga, coloración oscura de la orina o las heces y dolor abdominal.
* Colangitis supurativa: es una complicación grave de la colangitis aguda que puede causar fiebre alta, escalofríos, confusión y shock séptico. Requiere tratamiento inmediato en un hospital.

Los senos craneales, también conocidos como las cavidades venosas del cráneo o los senos venosos durales, se refieren a espacios huecos dentro de la duramadre, la membrana externa que recubre el cerebro. Estos senos están llenos de sangre y desempeñan un papel importante en el sistema venoso del cerebro, ya que drenan la sangre desde el cerebro hacia los vasos sanguíneos más grandes del cuello. Hay varios senos craneales diferentes, incluyendo el seno sagital superior, el seno sagital inferior, los senos laterales o transversos, y los senos cavernosos. Las complicaciones de los senos craneales pueden incluir trombosis, infecciones y otras afecciones que pueden afectar la salud del cerebro.

La ventriculostomía es un procedimiento médico invasivo en el que se crea un orificio quirúrgico en uno o más ventrículos cerebrales, que son cavidades llenas de líquido dentro del cerebro. Este procedimiento generalmente se realiza para aliviar la presión intracranial elevada y drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) acumulado en los ventrículos cerebrales. La fuga de LCR y la infección son algunas de las complicaciones potenciales de este procedimiento.

En la mayoría de los casos, se coloca un catéter flexible llamado derivación ventricular a través del orificio creado durante la ventriculostomía. La punta del catéter se sitúa en el ventrículo lateral del cerebro, y el otro extremo se dirige hacia el exterior de la cabeza, donde el exceso de LCR puede ser drenado continuamente o periódicamente según sea necesario.

La ventriculostomía se utiliza a menudo en el tratamiento de diversas condiciones neurológicas, como hidrocefalia, hemorragia subaracnoidea grave, tumores cerebrales y traumatismos craneoencefálicos graves. Aunque este procedimiento puede ser una intervención vital para reducir la presión intracraneal y prevenir daños adicionales al tejido cerebral, también conlleva riesgos significativos y, por lo tanto, generalmente se considera solo después de que otros tratamientos menos invasivos hayan resultado ineficaces.

Un absceso hepático es una acumulación de pus en el hígado, generalmente como resultado de una infección. Puede ser causado por bacterias, parásitos o incluso por la propagación de una infección desde otra parte del cuerpo. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre, ecografías o tomografías computarizadas. El tratamiento suele implicar antibióticos para combatir la infección y posiblemente drenaje quirúrgico del absceso. Es importante buscar atención médica si se sospecha un absceso hepático, ya que puede causar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.

Un derrame pleural, también conocido como hidrotórax o empiema, se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio pleural, que es el revestimiento delgado que rodea los pulmones y recubre los lados internos de la cavidad torácica. Normalmente, este espacio contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para permitir que los pulmones se muevan suavemente durante la respiración.

Sin embargo, cuando se produce un derrame pleural, el exceso de líquido se acumula en este espacio, lo que puede comprimir el pulmón y dificultar la respiración. Las causas comunes de un derrame pleural incluyen infecciones, traumatismos, tumores malignos o benignos, enfermedades autoinmunes y trastornos del corazón y los vasos sanguíneos.

El diagnóstico de un derrame pleural generalmente se realiza mediante una toracocentesis, una procedimiento en el que se inserta una aguja hueca en el espacio pleural para extraer una muestra del líquido acumulado. La muestra se analiza luego en un laboratorio para determinar la causa subyacente del derrame y guiar el tratamiento adecuado. El tratamiento puede incluir antibióticos, drenaje del líquido acumulado o cirugía en casos graves.

La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.

Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.

La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.

Los cuidados posoperatorios se definen como el conjunto de cuidados y atenciones que requiere un paciente después de haber sido sometido a un procedimiento quirúrgico. Estos cuidados pueden ser proporcionados por personal médico, enfermeras especializadas o por el propio paciente y su familia en el hogar.

El objetivo principal de los cuidados posoperatorios es garantizar la seguridad y comodidad del paciente, promover una rápida recuperación y prevenir complicaciones. Los cuidados posoperatorios pueden incluir:

1. Monitorización de signos vitales: frecuencia cardíaca, presión arterial, temperatura y niveles de oxígeno en la sangre.
2. Administración de medicamentos para el dolor, prevención de infecciones y control de otras posibles complicaciones.
3. Manejo de drenajes y suturas.
4. Terapia física y rehabilitación.
5. Educación al paciente y su familia sobre los cuidados en el hogar, incluyendo la administración de medicamentos, cambios de vendajes y señales de alerta que requieran atención médica inmediata.
6. Seguimiento y evaluación del progreso del paciente después del alta hospitalaria.

Los cuidados posoperatorios son esenciales para garantizar una recuperación segura y exitosa después de una cirugía, y su importancia no debe ser subestimada.

Un hematoma subdural crónico es una acumulación de sangre (hematoma) en el espacio entre la duramadre, que es la membrana externa que recubre el cerebro, y el cerebro mismo. Este espacio se denomina espacio subdural. La palabra "crónico" se refiere a un proceso que ha estado ocurriendo durante un período de tiempo prolongado, en este caso, generalmente se define como más de 21 días.

Los hematomas subdurales crónicos suelen ser el resultado de lesiones cerebrales traumáticas menores, especialmente en personas mayores o individuos con problemas de coagulación sanguínea. Después de la lesión, se produce una pequeña cantidad de sangrado entre la duramadre y el cerebro. A medida que la sangre se descompone, puede formarse tejido cicatricial (membrana) alrededor del hematoma. Con el tiempo, esta membrana puede comenzar a producir líquido cerebroespinal, lo que hace que el hematoma aumente de tamaño lentamente y provoque una presión adicional sobre el cerebro.

Los síntomas de un hematoma subdural crónico pueden variar ampliamente, dependiendo del tamaño y la ubicación del hematoma. Pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, confusión, debilidad en un lado del cuerpo, convulsiones, problemas de equilibrio, cambios en el comportamiento o personalidad, y, en casos graves, coma o incluso la muerte. El tratamiento puede incluir cirugía para drenar el hematoma y aliviar la presión sobre el cerebro, seguida de rehabilitación para ayudar a restaurar las funciones neurológicas perdidas.

Un derrame pericárdico es la acumulación anormal de líquido en el espacio entre las membranas que recubren el corazón, conocidas como el pericardio. Normalmente, este espacio contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para reducir la fricción entre las membranas durante los latidos cardíacos. Sin embargo, cuando se produce un exceso de líquido, se forma un derrame pericárdico.

Este líquido puede acumularse debido a diversas causas, como infecciones virales, bacterianas o fúngicas; enfermedades inflamatorias del tejido conectivo, como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide; insuficiencia cardíaca congestiva; traumatismos torácicos; cánceres primarios o metastásicos en el corazón o en los tejidos adyacentes; y uso de determinados medicamentos.

Los derrames pericárdicos pueden clasificarse en tres categorías según su tamaño: pequeños (menos de 100 ml), moderados (entre 100 y 500 ml) y grandes o masivos (más de 500 ml). Los derrames pericárdicos graves pueden comprimir el corazón y alterar su capacidad para llenarse y bombear sangre adecuadamente, lo que puede provocar síntomas como dolor torácico, dificultad para respirar, tos seca y fatiga. En casos graves, un derrame pericárdico no tratado puede ser potencialmente mortal debido a la insuficiencia cardíaca o a una complicación llamada tamponade cardíaco, en la que la presión del líquido comprime el corazón y reduce drásticamente el flujo sanguíneo. El tratamiento de un derrame pericárdico depende de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, drenaje quirúrgico o cirugía para eliminar parcial o completamente la membrana que recubre el corazón (pericardiectomía).

La hidrocefalia es una afección médica en la cual se acumula un exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los espacios (ventrículos) dentro del cerebro. Este aumento de presión puede comprimir el tejido cerebral y dañar el cerebro.

El LCR es un líquido claro que circula alrededor del cerebro y la médula espinal, proporcionando protección y manteniendo en equilibrio la presión dentro de estas áreas. Cualquier condición que cause un bloqueo en el flujo normal del LCR o un aumento en la producción de este líquido puede resultar en hidrocefalia.

Los síntomas varían dependiendo de la edad del paciente y la causa subyacente, pero pueden incluir agrandamiento de la cabeza (en bebés), vómitos, irritabilidad, falta de apetito, ojos mirando hacia abajo (signo de "solenoide"), alteraciones en el crecimiento y desarrollo, dolores de cabeza, dificultad para caminar, convulsiones y cambios en el comportamiento o personalidad.

El tratamiento generalmente involucra la derivación quirúrgica del exceso de líquido cerebral Spencer a otro lugar del cuerpo donde pueda ser absorbido, como por ejemplo, los ventrículos peritoneales (derivación ventriculoperitoneal). En algunos casos, se pueden utilizar dispositivos endoscópicos para crear nuevos caminos para el flujo del LCR. El pronóstico depende de la causa subyacente y la gravedad de los daños cerebrales.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

El conducto torácico es una estructura anatómica importante que desempeña un papel clave en el sistema linfático. Se trata de un tubo delgado y flexible que se extiende desde el tórax hasta el cuello, transportando la linfa desde los miembros superiores, el tórax y la cabeza hacia el sistema venoso del cuello.

El conducto torácico comienza en la unión de los dos conductos linfáticos izquierdos, que drenan las linfas de los brazos y la parte superior del tórax. Desciende por detrás de la clavícula y el músculo escaleno anterior, atravesando el tórax a través del hiato esofágico en el diafragma.

Dentro del tórax, el conducto torácico se encuentra cerca de la arteria subclavia y la vena subclavia izquierda, y asciende por detrás de la vena yugular interna izquierda hasta alcanzar el ángulo formado por la unión de la vena yugular interna izquierda y la vena subclavia izquierda, donde se une con la linfa proveniente del lado derecho del cuerpo a través del conducto linfático derecho.

La linfa que fluye a través del conducto torácico contiene líquidos, glóbulos blancos y antígenos que han sido filtrados por los ganglios linfáticos y otros tejidos del cuerpo. El conducto torácico desempeña un papel crucial en la defensa del organismo contra las infecciones y otras enfermedades, ya que ayuda a eliminar los patógenos y los desechos celulares del cuerpo.

Es importante destacar que el conducto torácico puede verse afectado por diversas afecciones médicas, como inflamaciones, infecciones o tumores, lo que puede provocar su bloqueo y la acumulación de linfa en los tejidos circundantes, una condición conocida como linfedema. El tratamiento de estas afecciones puede incluir la administración de antibióticos, la cirugía o la fisioterapia.

Un trasplante de páncreas es un procedimiento quirúrgico en el que un individuo recibe un nuevo páncreas, generalmente de un donante fallecido. Este tipo de trasplante se realiza a menudo en personas con diabetes tipo 1 avanzada, especialmente aquellas con complicaciones graves como insuficiencia renal. La cirugía implica conectar el nuevo páncreas al sistema circulatorio y al intestino del paciente, lo que permite que la insulina y otros productos químicos importantes se distribuyan adecuadamente en el cuerpo.

Tras el trasplante de páncreas, los pacientes necesitarán tomar medicamentos inmunosupresores de por vida para prevenir el rechazo del órgano. Aunque este tipo de cirugía conlleva ciertos riesgos y complicaciones potenciales, como cualquier procedimiento quirúrgico importante, puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes diabéticos al liberarlos de las restricciones dietéticas estrictas, las numerosas inyecciones diarias de insulina y el riesgo constante de episodios hipoglucémicos graves.

La presión del líquido cefalorraquídeo (LCR), también conocida como presión intracraneal, se refiere a la presión que ejerce el líquido cefalorraquídeo en el interior del cráneo. El líquido cefalorraquídeo es un fluido claro y acuoso que circula alrededor del cerebro y la médula espinal, protegiéndolos y proporcionando un medio de transporte para nutrientes y desechos.

La presión normal del LCR se mantiene dentro de un rango específico, aproximadamente entre 5 y 15 mmHg en reposo. Una presión anormalmente alta o baja puede ser indicativa de diversas condiciones médicas, como hidrocefalia, meningitis, tumores cerebrales, hemorragias intracraneales o lesiones traumáticas en el cráneo.

La medición de la presión del LCR se realiza mediante una punción lumbar o colocando un catéter en los espacios subaracnoideos del cerebro. Es una prueba diagnóstica importante para evaluar diversas afecciones neurológicas y determinar el tratamiento más apropiado.

La cistostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura (estoma) en la vejiga para permitir la eliminación de la orina. Esto puede ser necesario en situaciones en las que una persona tiene dificultad para vaciar espontáneamente la vejiga, como resultado de un daño nervioso, una obstrucción u otras afecciones médicas.

Existen dos tipos principales de cistostomía: temporal y permanente. La cistostomía temporal se realiza mediante un procedimiento endoscópico, en el que se inserta un tubo flexible (catéter) a través de la pared abdominal y la vejiga para drenar la orina. Este tipo de cistostomía se utiliza con frecuencia después de una cirugía u otras intervenciones médicas que pueden haber dañado temporalmente los músculos de la vejiga o los nervios que los controlan.

La cistostomía permanente, por otro lado, implica la creación de un estoma en la pared abdominal y la vejiga mediante una cirugía abierta. Este tipo de cistostomía se considera cuando otras opciones de tratamiento no han tenido éxito o no son viables. Después de la cirugía, la persona necesitará usar una bolsa de drenaje externa para recolectar la orina que sale del estoma.

La cistostomía conlleva riesgos y complicaciones potenciales, como infecciones, sangrado, daño a los tejidos circundantes y formación de estenosis (estrechamiento) en el estoma. Es importante que las personas que se someten a este procedimiento reciban cuidados apropiados y seguimiento médico regular para minimizar estos riesgos y garantizar una buena calidad de vida.

Una fístula es un pasaje anormal que se forma entre dos órganos, cavidades o superficies corporales. Por lo general, es el resultado de una lesión, infección o cirugía que causa tejido dañado y la formación de un túnel.

Las fístulas pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Algunas zonas más comunes donde se desarrollan las fístulas incluyen el intestino, vejiga, hígado, piel y tejidos blandos. Los síntomas varían dependiendo de la ubicación y tamaño de la fístula, pero generalmente incluyen: drenaje anormal de líquido o pus, enrojecimiento, dolor e hinchazón alrededor del área afectada.

El tratamiento de una fístula depende de su causa y localización. Puede incluir antibióticos para tratar infecciones, procedimientos médicos para cerrar la conexión anormal o, en casos graves, cirugía.

El cateterismo es un procedimiento médico en el que se introduce un catéter, que es un tubo flexible y delgado, en una vena, arteria o cavidad corporal. El propósito del cateterismo puede variar dependiendo de la parte del cuerpo donde se realice. Algunos de los usos comunes del cateterismo incluyen:

* Cateterismo cardíaco: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas cardíacos. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una vena o arteria y se guía hasta el corazón. Luego, se pueden realizar diversas pruebas, como la angiografía coronaria, para evaluar el flujo sanguíneo y la función cardíaca.
* Cateterismo vascular: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas vasculares, como la enfermedad arterial periférica o los aneurismas. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una arteria o vena y se guía hasta la zona afectada. Luego, se pueden realizar diversas pruebas o tratamientos, como la angioplastia y el stenting.
* Cateterismo urinario: se utiliza para drenar la vejiga o el riñón cuando hay obstrucción o retención de orina. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en la vejiga a través de la uretra. Luego, la orina puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.
* Cateterismo de las vías biliares: se utiliza para drenar la bilis cuando hay obstrucción o inflamación de los conductos biliares. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en el conducto biliar a través de la piel del abdomen. Luego, la bilis puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.

El cateterismo se realiza bajo anestesia local o sedación consciente, y generalmente dura entre 30 minutos y una hora. Después del procedimiento, es posible que sea necesario mantener el catéter en su lugar durante un tiempo determinado para garantizar el drenaje continuo. El médico le dará instrucciones específicas sobre cómo cuidar el catéter y qué hacer si hay problemas.

La endoscopia es un procedimiento médico que involucra el uso de un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara en su extremo. Bajo la guía visual proporcionada por la cámara, el endoscopio se inserta a través de una abertura natural del cuerpo (como la boca o el recto) para examinar los órganos internos o las cavidades del cuerpo. También puede utilizarse para realizar procedimientos terapéuticos, como la extracción de pólipos o tejidos para biopsia, el control del sangrado o la dilatación de estrechos luminales. Es una técnica no invasiva que permite a los médicos diagnosticar y tratar una variedad de condiciones gastrointestinales y pulmonares, entre otras.

Las neoplasias de los conductos biliares se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Estos conductos permiten que la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, fluya hacia el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas.

Existen dos tipos principales de neoplasias de los conductos biliares: tumores benignos y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los adenomas y los papilomas, suelen ser menos comunes y generalmente no representan un riesgo inmediato para la vida. Sin embargo, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis o causar hemorragias internas.

Por otro lado, los tumores malignos o cánceres de los conductos biliares son más graves y potencialmente letales. Estos se dividen en dos categorías: carcinoma intrahepático de los conductos biliares (CIHCB) y colangiocarcinoma extrahepático (CEC). El CIHCB se origina en los conductos biliares dentro del hígado, mientras que el CEC se desarrolla en los conductos biliares fuera del hígado.

El cáncer de los conductos biliares puede ser difícil de diagnosticar y tratar debido a su localización y a la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales. El tratamiento dependerá del tipo y del estadio del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.

La pancreatitis aguda necrotizante es una complicación grave y potencialmente mortal de la pancreatitis aguda, una inflamación repentina del páncreas. En la pancreatitis aguda necrotizante, el tejido pancreático y a veces los tejidos circundantes se destruyen y mueren (necrosis). Esto puede conducir a infecciones graves y daño permanente a los órganos.

La causa más común de pancreatitis aguda es el abuso del alcohol o los cálculos biliares. Otras causas pueden incluir traumatismos, intervenciones quirúrgicas, infecciones y algunos medicamentos.

Los síntomas de la pancreatitis aguda incluyen dolor abdominal intenso y súbito, náuseas, vómitos y fiebre. Los síntomas de la pancreatitis aguda necrotizante pueden incluir signos de infección, como fiebre alta, aumento de los latidos del corazón y dificultad para respirar.

El tratamiento de la pancreatitis aguda necrotizante generalmente requiere hospitalización y puede incluir antibióticos, líquidos intravenosos, soporte nutricional y, en algunos casos, cirugía para eliminar el tejido necrótico. La tasa de mortalidad asociada con la pancreatitis aguda necrotizante es alta, especialmente si se produce una infección.

La yeyunostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura (estoma) en el intestino delgado, específicamente en el yeyuno. Esto permite la alimentación directa al intestino delgado, evitando así el estómago e íleon. Se utiliza generalmente en pacientes con problemas gastrointestinales graves que impiden la alimentación normal, como obstrucciones, úlceras pépticas graves o enfermedades inflamatorias intestinales. La nutrición puede administrarse a través del estoma mediante una sonda de alimentación. Es importante tener en cuenta que esta es una definición médica y el término puede ser usado en diferentes contextos clínicos.

La pancreatoyeyunostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una conexión (anastomosis) entre el conducto pancreático y el yeyuno (una parte del intestino delgado). Esto se realiza a menudo durante la operación de Whipple, una cirugía mayor utilizada para tratar ciertos tipos de cáncer de páncreas y otros trastornos pancreáticos. La pancreatoyeyunostomía permite que los jugos digestivos fluyan desde el páncreas hacia el intestino delgado, ayudando en la digestión de los alimentos. Sin embargo, esta conexión también puede ser una fuente potencial de complicaciones, como fugas de líquido pancreático y pancreatitis.

La pericardiocentesis es un procedimiento médico invasivo en el que se introduce una aguja o catéter en el saco fibroseroso que rodea al corazón (pericardio) para extraer líquido acumulado (derrame pericárdico). Este procedimiento se realiza generalmente para aliviar la presión sobre el corazón y mejorar su función, especialmente en casos de derrames pericárdicos significativos que causan tamponade cardíaco o insuficiencia cardíaca congestiva. También puede utilizarse con fines diagnósticos, para analizar el líquido pericárdico y determinar su composición, lo que puede ayudar a identificar la causa subyacente del derrame. La pericardiocentesis se lleva a cabo bajo guía ecográfica o fluoroscópica para garantizar la seguridad y la precisión del procedimiento.

La fístula biliar es un término médico que se refiere a una comunicación anormal entre la vesícula biliar y alguna otra estructura adyacente, como el intestino delgado o el hígado. Normalmente, la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado a través del conducto biliar común para ayudar en la digestión de las grasas.

Sin embargo, cuando ocurre una fístula biliar, la bilis puede fluir hacia estructuras adyacentes fuera de su trayecto normal, lo que puede causar diversos síntomas y complicaciones, dependiendo de la ubicación y el tamaño de la fístula.

La causa más común de una fístula biliar es la cirugía abdominal, especialmente aquella que involucra la vesícula biliar o los conductos biliares. Otras posibles causas incluyen traumatismos abdominales graves, infecciones, inflamación crónica de la vesícula biliar (colecistitis) y cáncer en la región del hígado o el páncreas.

Los síntomas más comunes de una fístula biliar incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e hinchazón abdominal. El diagnóstico puede requerir pruebas de imagenología especializadas, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear, así como procedimientos invasivos, como una endoscopia o una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).

El tratamiento de una fístula biliar depende de su causa y gravedad. En algunos casos, puede cerrarse por sí sola sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, en otros casos, puede requerir cirugía o procedimientos invasivos para corregirla. El pronóstico también varía según la causa y el tratamiento, pero generalmente es bueno si se detecta y trata a tiempo.

Las malformaciones vasculares del sistema nervioso central (MVSNCP) se refieren a un grupo heterogéneo de anomalías congénitas en el desarrollo de los vasos sanguíneos dentro o adyacentes al sistema nervioso central. Estas malformaciones pueden variar desde lesiones simples y asintomáticas hasta complejas que puedan provocar diversas manifestaciones clínicas, como hemorragias, epilepsia, déficits neurológicos focales o incluso la muerte.

Existen diferentes tipos de MVSNCP, entre los que se incluyen:

1. Malformación Arteriovenosa (MAV): Es una comunicación anormal entre las arterias y las venas sin la presencia de capilares intermedios. Esto conduce a un flujo sanguíneo alto y turbulento, lo que puede llevar a hemorragias o isquemia en el tejido circundante.

2. Telangiectasia Cerebral: Son pequeñas dilataciones venosas localizadas dentro del parénquima cerebral. Suelen ser asintomáticas, pero pueden asociarse con hemorragias o epilepsia en algunos casos.

3. Angiofibroma Cavernoso: Es un tumor benigno formado por vasos sanguíneos dilatados y desorganizados rodeados de tejido fibroso. Pueden producir síntomas debido a su tamaño o por hemorragias.

4. Hemangioblastoma: Es un tumor benigno que se origina en los vasos sanguíneos del cerebro o la médula espinal. A menudo, están asociados con una afección genética llamada síndrome de Von Hippel-Lindau.

5. Desórdenes Vasculares Hereditarios: Algunas enfermedades hereditarias, como la enfermedad de Rendu-Osler-Weber o la enfermedad de von Hippel-Lindau, pueden afectar los vasos sanguíneos del cerebro y causar diversos síntomas.

El tratamiento depende del tipo y gravedad de la afección vascular cerebral. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas específicamente a los vasos sanguíneos anormales. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.

La colangiografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para visualizar el sistema biliar, que incluye los conductos biliares dentro y fuera del hígado (los conductos hepáticos intrahepáticos y extrahepáticos). Existen diferentes tipos de colangiografía, pero en general, implican la inyección de un medio de contraste en los conductos biliares para que puedan ser vistos y evaluados en una radiografía o tomografía computarizada.

Esta prueba puede ayudar a diagnosticar diversas condiciones que afectan al sistema biliar, como cálculos biliares, inflamación, infección, tumores o anomalías congénitas. La colangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un tipo común de colangiografía que se realiza durante una endoscopia. Durante este procedimiento, el médico inserta un endoscopio a través de la boca y el estómago hasta llegar al conducto biliar común, donde inyecta el medio de contraste y toma imágenes del sistema biliar.

El linfedema es una afección médica en la cual el sistema linfático no puede correctamente drenar la linfa, una sustancia fluida que contiene proteínas, sales y glóbulos blancos, lo que lleva a una acumulación de linfa en los tejidos corporales. Esto generalmente ocurre en las extremidades, como brazos o piernas, pero también puede afectar otras partes del cuerpo.

El linfedema se puede clasificar en primario y secundario. El linfedema primario es relativamente raro y está causado por anomalías congénitas o anormalidades genéticas en el sistema linfático. Por otro lado, el linfedema secundario, también conocido como adquirido, es mucho más común y es el resultado de una lesión o daño al sistema linfático, que puede ser causado por cirugías, radioterapia, infecciones, inflamación crónica o tumores que obstruyen los vasos linfáticos.

Los síntomas del linfedema pueden variar desde leves a graves e incluyen hinchazón en las extremidades, sensación de pesadez o dolor, piel tensa y/o engrosada, limitación del rango de movimiento y cambios en la textura y color de la piel. El linfedema no tratado puede aumentar el riesgo de infecciones recurrentes y, en casos avanzados, puede resultar en una discapacidad funcional significativa. El tratamiento del linfedema se centra en reducir la hinchazón y mejorar el drenaje linfático a través de diversas técnicas, como masajes especializados (drenaje linfático manual), ejercicios, compresión con vendajes o medias y cuidado de la piel. En algunos casos, se pueden considerar intervenciones quirúrgicas para aliviar los síntomas graves del linfedema.

Los conductos biliares intrahepáticos son pequeños tubos dentro del hígado que recolectan la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos. Estos conductos se unen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo más grandes, los cuales luego se combinan para formar el conducto biliar común. La bilis fluye entonces a través del conducto biliar común y el duodeno (la primera parte del intestino delgado) donde ayuda en la digestión de las grasas. Los problemas con los conductos biliares intrahepáticos pueden causar ictericia, dolor abdominal y otros síntomas relacionados con la enfermedad del hígado o vías biliares.

Un linfocele es un tipo específico de acumulación de líquido que se forma en el cuerpo. Más concretamente, se trata de una colección de linfa, el fluido inmunitario del cuerpo, que se recoge generalmente en una cavidad corporal. Los linfoceles suelen aparecer después de una cirugía o trauma en los vasos linfáticos, lo que puede interrumpir el flujo normal de la linfa y conducir a su acumulación en un lugar específico.

Aunque los linfoceles pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo donde haya vasos linfáticos, son más comunes en áreas como la ingle, la axila o el mediastino (el espacio entre los pulmones). Los síntomas de un linfocele pueden variar dependiendo de su tamaño y ubicación, pero algunos síntomas comunes incluyen hinchazón, dolor, rigidez o dificultad para mover la parte afectada del cuerpo. En casos graves, los linfoceles pueden infectarse o comprimir órganos vitales, lo que puede causar complicaciones más serias. El tratamiento de un linfocele puede incluir drenaje, medicamentos para reducir la inflamación y, en algunos casos, cirugía para corregir el problema subyacente.

Las Enfermedades Pancreáticas se refieren a un grupo de trastornos que afectan el páncreas, una glándula ubicada en el abdomen detrás del estómago. El páncreas tiene dos funciones principales: producir jugos digestivos para ayudar en la digestión de los alimentos y fabricar hormonas, como la insulina y el glucagón, que regulan el metabolismo de la glucosa.

Las enfermedades pancreáticas pueden ser agudas o crónicas. Las enfermedades pancreáticas agudas suelen ser graves y requieren atención médica inmediata. Incluyen la pancreatitis aguda, que es una inflamación repentina e intensa del páncreas.

Por otro lado, las enfermedades pancreáticas crónicas son aquellas que persisten durante un largo período de tiempo y pueden causar daño permanente al páncreas. Algunos ejemplos son:

1. Pancreatitis crónica: una inflamación prolongada del páncreas que puede causar dolor abdominal intenso, diarrea y malabsorción de nutrientes.
2. Fibrosis quística: una enfermedad genética que afecta tanto al páncreas como a los pulmones. En el páncreas, la fibrosis quística puede causar obstrucción de los conductos pancreáticos y dificultades en la digestión de los alimentos.
3. Cáncer de páncreas: un tipo de cáncer que se desarrolla en el tejido del páncreas y puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales. El cáncer de páncreas es una enfermedad grave y a menudo tiene un pronóstico desfavorable.
4. Diabetes mellitus tipo 1: una enfermedad autoinmune que destruye las células productoras de insulina en el páncreas, lo que lleva a niveles altos de glucosa en la sangre y la necesidad de inyecciones diarias de insulina.

El tratamiento de estas enfermedades depende de su gravedad y puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, cirugía o combinaciones de estos. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha alguna de estas afecciones para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado. Su función principal es transportar la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen.

Hay dos tipos principales de conductos biliares:

1. El conducto biliar común: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde la vesícula biliar y el conducto colédoco hasta el intestino delgado.
2. El conducto colédoco: Es un conducto más pequeño que se une al conducto biliar común y transporta la bilis desde el hígado hasta el conducto biliar común.

La bilis contiene sales biliares, colesterol, fosfolipidos, pigmentos biliares y otras sustancias. Cuando la bilis llega al intestino delgado, las sales biliares ayudan a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que pueden ser absorbidas fácilmente por el cuerpo. Los pigmentos biliares dan a las heces su color característico marrón.

Si los conductos biliares se bloquean o se dañan, puede causar problemas de salud como colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), coledocolitiasis (piedras en el conducto colédoco), pancreatitis (inflamación del páncreas) o ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

El empiema es una afección médica que involucra la acumulación de pus en un espacio corporal normalmente stéril, como el espacio pleural (que rodea los pulmones). Esto suele ocurrir como complicación de una infección pulmonar, como neumonía, bronquiectasia o absceso pulmonar. Los síntomas pueden incluir dolor en el pecho, tos, fiebre y dificultad para respirar. El tratamiento generalmente implica antibióticos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos como la toracocentesis o la decorticación pleural para drenar el pus acumulado.

La vagotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se interrumpe la inervación del vago al estómago. El nervio vago, también conocido como nervio vago o X par craneal, desempeña un papel importante en la regulación de las secreciones gástricas y los movimientos musculares en el tracto digestivo. Existen diferentes tipos de vagotomía, incluyendo:

1. Vagotomía troncular: Implica la sección del nervio vago cerca de su origen en el cuello. Esta técnica reduce las secreciones gástricas pero puede provocar problemas como reflujo gastroesofágico y dilatación gástrica.

2. Vagotomía selectiva: Secciona solo los ramos que inervan el estómago, preservando la inervación de otros órganos. Esta técnica reduce las secreciones gástricas con menos efectos secundarios.

3. Vagotomía parcial: Implica la sección de una parte del nervio vago que inerva el estómago. Es menos común y tiene un efecto intermedio entre la vagotomía troncular y la selectiva.

La vagotomía se ha utilizado históricamente en el tratamiento de úlceras pépticas, aunque hoy en día se prefiere el uso de fármacos para controlar la producción de ácido gástrico.

Un absceso piógeno hepático es una acumulación de pus en el hígado, generalmente como resultado de una infección. Estos abscesos pueden ser causados por bacterias, parásitos o, raramente, por hongos. Los abscesos piógenos hepáticos pueden variar en tamaño y número, y suelen presentarse con síntomas no específicos como dolor abdominal, fiebre, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagen, como ecografías o tomografías computarizadas, y análisis de laboratorio. El tratamiento suele incluir antibióticos y drenaje del absceso, que puede realizarse mediante procedimientos invasivos o guiados por imagen. Si no se trata, un absceso piógeno hepático puede causar complicaciones graves, como septicemia o insuficiencia hepática.

La linfa es un fluido transparente e incoloro que circula a través de los vasos linfáticos y tejidos corporales. Se deriva principalmente del líquido intersticial que se filtra desde los capilares sanguíneos hacia el espacio extracelular. La linfa contiene células blancas de la sangre, como linfocitos y monocitos, así como también productos de desecho y nutrientes. Su función principal es desempeñar un rol importante en el sistema inmunológico, ya que ayuda a combatir infecciones e inflamaciones, además de facilitar la absorción de grasas y vitaminas liposolubles en el intestino delgado.

También desempeña un papel importante en el mantenimiento del equilibrio hídrico y químico en el cuerpo, drenando los excesos de líquido de los tejidos y devolviéndolo al torrente sanguíneo. Los ganglios linfáticos son estructuras importantes a lo largo del sistema linfático que filtran la linfa y ayudan a combatir las infecciones.

Quilotórax es un término médico que se refiere a la acumulación anormal de líquido linfático en el espacio pleural, que es el área que rodea los pulmones. La linfa es un fluido incoloro y ligeramente amarillento que circula a través del sistema linfático y ayuda a combatir infecciones.

En condiciones normales, la linfa fluye desde los tejidos corporales hacia el torrente sanguíneo a través de los vasos linfáticos. Sin embargo, en caso de quilotórax, los vasos linfáticos que drenan la linfa desde el abdomen hacia el tórax se dañan o bloquean, lo que hace que la linfa se acumule en el espacio pleural.

Esta acumulación de líquido puede comprimir los pulmones y causar dificultad para respirar, tos y dolor en el pecho. El quilotórax puede ser causado por traumatismos, cirugías, tumores malignos o enfermedades que afectan el sistema linfático. El tratamiento puede incluir drenaje del líquido acumulado, medicamentos para reducir la producción de linfa y, en casos graves, cirugía para corregir el problema subyacente.

La endoscopia del sistema digestivo es un procedimiento diagnóstico y terapéutico que involucra el uso de un endoscopio, un tubo flexible iluminado con una cámara en su extremo. Este instrumento se inserta a través de la boca o el recto para permitir al médico visualizar directamente el interior del tracto gastrointestinal (esófago, estómago e intestino delgado) o el tracto digestivo inferior (colon e intestino grueso).

El propósito de esta técnica puede ser tanto diagnóstico como terapéutico. Desde un punto de vista diagnóstico, permite identificar condiciones como úlceras, inflamaciones, tumores, hemorragias, infecciones o malformaciones congénitas. Además, se pueden tomar biopsias (muestras de tejido) durante el procedimiento para su análisis posterior.

En cuanto a la faceta terapéutica, la endoscopia puede utilizarse para realizar intervenciones mínimamente invasivas, como el tratamiento de hemorragias digestivas, la eliminación de pólipos (crecimientos benignos) o la colocación de stents (dispositivos metálicos que mantienen abiertas las vías obstruidas).

Es importante mencionar que antes del procedimiento se suele administrar sedación consciente al paciente para garantizar su comodidad y facilitar la relajación muscular necesaria para el paso del endoscopio.

El conducto colédoco es un término médico que se refiere al tubo que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se ingieren.

El conducto colédoco se forma por la unión de dos conductos más pequeños: el conducto hepático común, que drena la bilis producida por el hígado, y el conducto cístico, que drena la bilis almacenada en la vesícula biliar. Después de la unión, el conducto colédoco se une con el conducto pancreático, que drena las enzimas digestivas producidas por el páncreas, antes de desembocar en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

La anormalidad o enfermedad del conducto colédoco puede causar problemas de salud graves, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Algunas de las afecciones que pueden afectar al conducto colédoco incluyen cálculos biliares, inflamación del páncreas (pancreatitis), infección y cáncer.

El desbridamiento es un procedimiento médico en el que se eliminan mecánicamente o enzimáticamente los tejidos necróticos (muertos) y los escombros de una herida para promover la curación. Esto ayuda a prevenir la infección, reduce la carga bacteriana y prepara el lecho de la herida para la cobertura del injerto o el cierre quirúrgico. Puede realizarse mediante diversas técnicas, como el desbridamiento quirúrgico, el uso de enzimas débridas o irrigación con solución salina hiperbárica. El objetivo es mejorar la integridad estructural y la función del tejido dañado y promover una cicatrización adecuada.

Un seroma es un acúmulo localizado de líquido seroso (suero) que se produce generalmente después de una cirugía o trauma en el tejido blando. Ocurre cuando el cuerpo forma este líquido para ayudar a curar la herida, pero no es absorbido ni drenado correctamente. Los seromas suelen presentarse como un bulto suave y doloroso en el sitio de la cirugía o lesión. A menudo, desaparecen por sí solos con el tiempo, aunque en algunos casos pueden requerir intervención médica, como drenaje por aspiración con una aguja fina.

Las enfermedades de las vías biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema de conductos que transportan la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para su absorción.

Estas enfermedades pueden causar inflamación, infección, obstrucción o daño a los conductos biliares y al tejido circundante. Algunas de las enfermedades de las vías biliares más comunes incluyen:

1. Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar, un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y concentra la bilis. La colecistitis puede ser aguda o crónica y suele estar asociada a la presencia de cálculos biliares.

2. Coledocolitiasis: Presencia de cálculos en el conducto colédoco, el principal conducto que transporta la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. Los cálculos pueden causar obstrucción y provocar dolor abdominal intenso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e infección.

3. Colangitis: Inflamación del conducto colédoco y los conductos biliares más pequeños que drenan la bilis desde el hígado. La colangitis puede ser causada por una infección, un cálculo o una obstrucción en los conductos biliares.

4. Cirrosis biliar primaria: Trastorno crónico y progresivo que daña los conductos biliares más pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis en el hígado y la destrucción del tejido hepático. La cirrosis biliar primaria puede causar ictericia, fatiga, dolor abdominal y, finalmente, insuficiencia hepática.

5. Colangiocarcinoma: Cáncer que se desarrolla en el conducto colédoco o en los conductos biliares más pequeños. El colangiocarcinoma es una enfermedad rara pero agresiva que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

El tratamiento de las enfermedades del conducto biliar depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, terapia con medicamentos o procedimientos endoscópicos. En algunos casos, el trasplante de hígado puede ser una opción de tratamiento para las enfermedades avanzadas y graves del conducto biliar.

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido claro y estéril que circula en el espacio subaracnoideo del sistema nervioso central, rodeando el cerebro y la médula espinal. Este líquido cumple varias funciones vitales, entre ellas:

1. Protección mecánica: El LCR actúa como un cojín que amortigua los golpes y protege al cerebro y la médula espinal de traumatismos o lesiones.
2. Homeostasis del medio interno: Ayuda a mantener un entorno constante dentro del sistema nervioso central, regulando la presión intracraneal y el pH, así como los niveles de glucosa y sales minerales.
3. Transporte de nutrientes y eliminación de desechos: El LCR transporta nutrientes desde la sangre hacia las células nerviosas y lleva desechos metabólicos lejos de ellas, lo que ayuda a mantener un ambiente saludable para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central.
4. Barrera protectora: El LCR forma parte de la barrera hematoencefálica, que separa el tejido cerebral del torrente sanguíneo y regula el paso de sustancias entre ambos.

El líquido cefalorraquídeo se produce en los ventrículos cerebrales por las células epiteliales del plexo coroides, y luego fluye hacia el espacio subaracnoideo a través de conductos especializados llamados aqueductos. Después, el LCR es reabsorbido en la sangre a través de los senos venosos durales gracias al proceso de absorción activa llevado a cabo por las células endoteliales de los vasos sanguíneos. La producción y reabsorción de LCR es un proceso continuo que ayuda a mantener su volumen y composición constantes.

La hemorragia en el espacio pleural, que es el recinto situado entre los pulmones y la pared torácica, se conoce como hemotórax. Esta afección suele ser causada por una lesión traumática que daña los vasos sanguíneos en esta área, lo que resulta en la acumulación de sangre en el espacio pleural. El hemotórax puede variar en gravedad desde un pequeño sangrado hasta una cantidad masiva que puede poner en peligro la vida del paciente. Los síntomas pueden incluir dolor torácico, dificultad para respirar y shock debido a la pérdida de sangre. El tratamiento generalmente implica la colocación de un tubo de drenaje en el espacio pleural para eliminar la sangre acumulada y permitir que el pulmón se expanda correctamente. En casos graves, puede ser necesaria una cirugía para reparar los vasos sanguíneos dañados.

Los procedimientos quirúrgicos del sistema digestivo se refieren a los diversos tipos de cirugías realizadas en las estructuras anatómicas y sistemas involucrados en la digestión de los alimentos. Esto puede incluir órganos como el esófago, estómago, intestino delgado, colon (intestino grueso), hígado, vesícula biliar, páncreas y glándulas salivales.

Algunos ejemplos comunes de procedimientos quirúrgicos del sistema digestivo son:

1. Gastrostomía: Una cirugía en la que se crea una abertura directa al estómago a través de la pared abdominal, lo que permite la alimentación y la hidratación directas al estómago.

2. Colectomía: La extirpación quirúrgica del colon (intestino grueso). Puede ser parcial o total, dependiendo de la extensión de la enfermedad.

3. Gastrectomía: La extirpación quirúrgica de parte o todo el estómago, comúnmente realizada para tratar cánceres gástricos o úlceras graves.

4. Hepatectomía: La extirpación quirúrgica de parte o todo el hígado, a menudo se realiza para tratar tumores hepáticos benignos o malignos.

5. Pancreatectomía: La extirpación quirúrgica del páncreas o parte de él, comúnmente realizada para tratar cánceres pancreáticos o pancreatitis crónica grave.

6. Esofagectomía: La extirpación quirúrgica del esófago, generalmente se realiza para tratar cánceres de esófago.

7. Cirugía bariátrica: Un grupo de procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar la obesidad grave, incluyendo el bypass gástrico y la banda gástrica ajustable.

8. Colostomía e ileostomía: Procedimientos en los que se crea una abertura (estoma) en el abdomen para permitir que las heces salgan del cuerpo, comúnmente realizados después de la extirpación del colon o el intestino delgado debido a enfermedades como el cáncer o la enfermedad inflamatoria intestinal.

La pancreatitis es un trastorno médico en el que el páncreas, una glándula importante situada en la parte posterior del abdomen, se inflama y se irrita. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión o por consumir alimentos y bebidas que irritan el páncreas. La forma más común de pancreatitis es la intoxicación alcohólica aguda y la pancreatitis crónica, que a menudo está asociada con el consumo prolongado de alcohol.

La pancreatitis puede ser aguda (de corta duración) o crónica (a largo plazo). La pancreatitis aguda es una inflamación repentina y grave del páncreas que generalmente desaparece en unos días a una semana si recibe el tratamiento adecuado. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, fiebre y aumento de la frecuencia cardíaca.

La pancreatitis crónica es una enfermedad progresiva que causa daño permanente al páncreas y puede provocar complicaciones graves, como diabetes, deficiencias nutricionales y, en algunos casos, cáncer de páncreas. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal persistente, diarrea, pérdida de peso y heces grasosas.

El tratamiento de la pancreatitis depende de su gravedad y causa subyacente. El tratamiento puede incluir reposo en cama, líquidos intravenosos, medicamentos para el dolor y, en casos graves, cirugía. La abstinencia del alcohol es fundamental para las personas con pancreatitis alcohólica. Una dieta baja en grasas también puede ayudar a prevenir los ataques de pancreatitis.

La supuración es el proceso de producción y expulsión de pus, que es un líquido espeso y amarillento o verdoso formado por glóbulos blancos muertos, tejidos dañados y microorganismos patógenos (generalmente bacterias). Se produce como resultado de una infección aguda o crónica en el cuerpo. La supuración puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero comúnmente se observa en heridas abiertas, abscesos, forúnculos, folículos pilosos infectados u otras áreas donde haya una infección. El pus contiene enzimas y toxinas que pueden causar más daño al tejido circundante si no se trata adecuadamente. Los síntomas asociados con la supuración incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor e inflamación localizados en el sitio de infección. El tratamiento generalmente implica procedimientos médicos o quirúrgicos para drenar el pus y antibióticos para tratar la infección subyacente.

La cirugía torácica asistida por video, también conocida como cirugía toracoscópica o VATS (por sus siglas en inglés), es una técnica mínimamente invasiva que se utiliza para operar en el tórax. Durante este procedimiento, el cirujano inserta un pequeño tubo con una cámara y luces en el pecho a través de pequeñas incisiones, lo que le permite ver las estructuras internas del tórax en una pantalla grande.

El cirujano utiliza entonces instrumentos quirúrgicos especializados para realizar la operación mientras ve las imágenes en la pantalla. La cirugía asistida por video puede utilizarse para tratar una variedad de condiciones, como el cáncer de pulmón, neumotórax, derrame pleural y enfermedades de los vasos sanguíneos y del corazón.

La cirugía torácica asistida por video ofrece varias ventajas sobre la cirugía tradicional abierta, como una menor pérdida de sangre, menos dolor postoperatorio, una estancia hospitalaria más corta y una recuperación más rápida. Sin embargo, también conlleva algunos riesgos, como el potencial daño a los tejidos circundantes y la posibilidad de complicaciones relacionadas con la anestesia.

La minería, en el contexto médico, no se refiere a la extracción de recursos naturales como rocas y minerales. En su lugar, se utiliza para describir un procedimiento diagnóstico que involucra el análisis de tejidos u órganos eliminados del cuerpo humano durante una cirugía o autopsia. La muestra de tejido se examina al microscopio después de ser tratada con tinciones especiales para identificar cualquier patología celular, estructural o funcional. Esta técnica es ampliamente utilizada en la medicina patológica para determinar la presencia o ausencia de diversas condiciones médicas y para planificar los tratamientos adecuados.

Es importante no confundir este término con el proceso de extracción de minerales, que es un concepto completamente diferente y no relacionado con la medicina. La palabra 'minería' se usa en un sentido figurado en expresiones como "minería de datos" o "minería de textos", donde se extraen patrones o información útil de grandes conjuntos de datos o textos, pero esto también está lejos del significado médico de la palabra.

Una Infección Pélvica, también conocida como PID (en inglés, Pelvic Inflammatory Disease), es una infección que afecta a los órganos reproductivos femeninos, incluyendo los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y el cuello uterino. Por lo general, se produce cuando las bacterias de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), como la clamidia o gonorrea, se extienden hacia arriba desde la vagina. Sin embargo, no todas las infecciones pélvicas son causadas por ETS; también pueden ser el resultado de una infección después de un procedimiento médico como un aborto o una histeroscopia.

Los síntomas más comunes de una infección pélvica incluyen dolor abdominal inferior, fiebre, flujo vaginal anormal, sangrado menstrual irregular y dolor durante las relaciones sexuales. Sin tratamiento, una PID puede causar complicaciones graves, como infertilidad, ectópica (embarazo fuera del útero), más probabilidades de partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer, y en casos severos, la sepsis. El tratamiento generalmente implica antibióticos para eliminar la infección. La prevención incluye el uso correcto del preservativo durante las relaciones sexuales y el tratamiento oportuno de cualquier ETS.

La linfografía es un procedimiento diagnóstico por imágenes que involucra la inyección de un medio de contraste radiopaco en los vasos linfáticos, generalmente mediante una punción percutánea o a través de un pequeño injerto quirúrgico. Esto permite visualizar los vasos y ganglios linfáticos en las placas de rayos X o en estudios de tomografía computarizada (TC), lo que puede ayudar en el diagnóstico y evaluación de diversas afecciones, como tumores, inflamaciones e infecciones. Sin embargo, es importante señalar que este procedimiento se utiliza raramente en la práctica clínica actual, ya que otras técnicas de imagen, como la resonancia magnética (RM) y la TC, son más seguras y ofrecen imágenes comparables o superiores.

El hueso petroso es un término utilizado en anatomía para referirse a una porción robusta y compacta del hueso temporal localizada en la base de cráneo. Su nombre proviene del latín "petrosus" que significa "piedra-como", refiriéndose a su naturaleza dura y resistente.

Este hueso desempeña un rol importante en la protección de varias estructuras vitales del cráneo. Contribuye a formar el conducto auditivo interno y ayuda a proteger al cerebro. También proporciona inserción para varios músculos, incluyendo algunos involucrados en la masticación.

El hueso petroso se divide en tres partes: la parte posterior o tronco petroso, la parte lateral o ala petrosa y la parte anterior o techo de la cavidad glenoide. Cada una de estas partes tiene funciones específicas y está involucrada en diferentes articulaciones y estructuras anatómicas.

En resumen, el hueso petroso es un componente crucial del cráneo humano, brindando protección, soporte y punto de inserción para músculos y ligamentos importantes.

El sistema biliar es un sistema excretor en el cuerpo humano que desempeña un papel crucial en la digestión de las grasas. Se compone del hígado, los conductos hepáticos, la vesícula biliar y los conductos biliares.

El hígado produce la bilis, una sustancia fluida amarillenta o verde que contiene agua, sales, pigmentos, colesterol y ácidos biliares. La bilis ayuda a descomponer las grasas en pequeñas gotitas llamadas micelas, lo que facilita su absorción en el intestino delgado.

Los conductos hepáticos son tubos diminutos que transportan la bilis desde los lóbulos del hígado hasta la vesícula biliar, donde se almacena y concentra antes de ser liberada en el intestino delgado. La vesícula biliar es un pequeño saco muscular situado justo debajo del hígado.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y los conductos hepáticos con el duodeno, la primera parte del intestino delgado. Cuando comemos alimentos ricos en grasas, la vesícula biliar se contrae y libera la bilis alintestino delgado a través de estos conductos, donde ayuda a descomponer las grasas para su absorción.

Una fístula cutánea es un término médico que se refiere a un conducto anormal o anómalo que se forma entre la piel y alguna estructura interna, como un órgano, glándula o espacio cavitario. Esta comunicación anormal permite que el contenido de la estructura interna drene hacia la superficie de la piel, lo cual puede dar lugar a una variedad de síntomas y complicaciones dependiendo de su localización y causa subyacente.

Las fístulas cutáneas pueden desarrollarse como resultado de diversas condiciones patológicas, entre las que se incluyen infecciones crónicas, enfermedades inflamatorias intestinales (como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa), traumatismos, cirugías previas, cáncer o radioterapia. En algunos casos, las fístulas cutáneas pueden ser asintomáticas y descubrirse como una incidencia incidental durante un examen físico; sin embargo, en otros casos, pueden causar dolor, enrojecimiento, hinchazón, supuración, mal olor y drenaje de líquidos o materia fecal a través de la piel.

El tratamiento de las fístulas cutáneas depende de su causa subyacente y puede incluir antibióticos para tratar infecciones, procedimientos quirúrgicos para cerrar el conducto anormal o terapias médicas dirigidas a controlar la enfermedad de base. En algunos casos, las fístulas cutáneas pueden ser difíciles de tratar y requerir un manejo multidisciplinario por parte de especialistas en cirugía, gastroenterología, dermatología o otros campos médicos relevantes.

Un absceso del psoas, también conocido como absceso retroperitoneal iliopsoas, es una acumulación de pus que ocurre en el músculo iliopsoas, que se encuentra en la región posterior del abdomen. Este tipo de absceso puede ser causado por diversas afecciones, como infecciones bacterianas que se diseminan desde los tejidos vecinos, como la vejiga, el intestino grueso o el hígado, o por la propagación de bacterias desde una fuente más distante, como endocarditis o pulmonía.

Los síntomas del absceso del psoas pueden incluir dolor abdominal o lumbar intenso y prolongado, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. La presencia de un absceso del psoas puede llevar a complicaciones graves, como la sepsis o la diseminación de la infección a otras partes del cuerpo.

El diagnóstico de un absceso del psoas generalmente se realiza mediante estudios de imagenología avanzada, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. El tratamiento suele requerir la drenaje quirúrgico del absceso y la administración de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, se puede realizar un drenaje percutáneo con aguja guiada por imagenología en lugar de una cirugía abierta.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha la presencia de un absceso del psoas, ya que el retraso en el tratamiento puede llevar a complicaciones graves y potencialmente mortales.

El taponamiento cardíaco es una afección médica grave en la que se acumula líquido o sangre alrededor del corazón, dentro del saco fibroso que lo recubre (el pericardio), lo cual impide que el corazón llene y pompe adecuadamente la sangre. Esto puede ocurrir rápidamente en cuestión de horas o gradualmente en días o semanas.

La acumulación de líquido, conocida como derrame pericárdico, provoca presión sobre el corazón y evita que éste se expanda correctamente para llenarse de sangre. Como resultado, los ventrículos del corazón no reciben suficiente sangre para poder bombear al cuerpo, lo que lleva a una disminución del flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos corporales.

El taponamiento cardíaco es una situación potencialmente letal que requiere atención médica inmediiata. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos, desmayos, hinchazón abdominal y piernas, ritmo cardíaco acelerado y presión arterial baja. El tratamiento generalmente implica drenar el líquido acumulado mediante procedimientos quirúrgicos o percutáneos, así como administrar medicamentos para estabilizar al paciente mientras se realiza el drenaje.

La pleurodesis es un procedimiento terapéutico en el que las superficies pleurales (las membranas que recubren los pulmones y la cavidad torácica) se inflaman intencionalmente para provocar la formación de tejido cicatricial. Esto hace que las dos capas de la pleura se adhieran entre sí, evitando así el espacio entre ellas donde podría acumularse líquido (derrame pleural). La pleurodesis se realiza a menudo para tratar los derrames pleurales recurrentes o la neumotórax crónica. Puede realizarse mediante diversos métodos, como el talco, la silicona o los agentes químicos, y puede implicar la introducción de estos agentes en el espacio pleural a través de un procedimiento quirúrgico o endoscópico.

La irrigación terapéutica es un procedimiento médico que consiste en la introducción de soluciones estériles o medicamentos en una cavidad corporal, tejido o órgano a través de un catéter o sonda con el fin de promover la curación, aliviar síntomas o prevenir complicaciones. Este método se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversas condiciones, como infecciones del tracto urinario, úlceras cutáneas, inflamaciones o después de intervenciones quirúrgicas para garantizar la limpieza y desinfección de la zona afectada. La solución utilizada puede variar dependiendo del propósito terapéutico, pudiendo ser simplemente salina estéril para el lavado o incorporando antibióticos, antisépticos o analgésicos en su composición.

Los catéteres son tubos delgados y flexibles que se utilizan en medicina para introducirlos en el cuerpo humano con fines diagnósticos o terapéuticos. Se pueden insertar en diferentes cavidades o conductos corporales, como las venas, arterias, vejiga, corazón, pulmones o riñones.

Existen diversos tipos de catéteres, entre los que se incluyen:

* Catéteres venosos: son los más comunes y se utilizan para administrar medicamentos, fluidos o nutrientes al torrente sanguíneo. También pueden emplearse para realizar procedimientos diagnósticos, como la angiografía.
* Catéteres arteriales: se utilizan para medir la presión arterial y tomar muestras de sangre en tiempo real, especialmente durante intervenciones quirúrgicas o en cuidados intensivos.
* Catéteres urinarios: se insertan en la vejiga a través de la uretra para drenar la orina cuando el paciente no puede hacerlo por sí mismo, como después de una cirugía o en caso de padecer alguna afección que lo impida.
* Catéteres cardíacos: se utilizan en procedimientos terapéuticos o diagnósticos, como la angioplastia coronaria o el cateterismo cardíaco.
* Catéteres pleurales: se insertan en el espacio que rodea los pulmones para drenar líquido acumulado en caso de neumotórax o derrame pleural.
* Catéteres nefrostomía: se utilizan para drenar la orina directamente desde el riñón cuando hay obstrucción de la vía urinaria.

El uso de catéteres conlleva riesgos, como infecciones, trombosis o lesiones en los tejidos circundantes. Por esta razón, es fundamental seguir estrictamente las recomendaciones médicas y procedimientos de higiene durante su colocación e incluso después de retirarlos.

El conducto hepático común es una estructura anatómica en el sistema digestivo. Es un tubo que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

El conducto hepático común se forma cuando el conducto hepático derecho, que drena la bilis del lóbulo derecho del hígado y la vesícula biliar, se une con el conducto hepático izquierdo, que drena la bilis del lóbulo izquierdo del hígado. Después de la unión, el conducto hepático común continúa hacia abajo y se une al conducto cístico (que drena la vesícula biliar) para formar el conducto colédoco, que desemboca en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

Es importante mantener la permeabilidad y funcionalidad adecuadas del conducto hepático común, ya que cualquier obstrucción puede llevar a una acumulación de bilis en el hígado, lo que puede causar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las causas comunes de obstrucción del conducto hepático común incluyen cálculos biliares, tumores o inflamación de los tejidos circundantes.

La endosonografía, también conocida como ecografía endoscópica, es un procedimiento diagnóstico que combina la endoscopia (un proceso en el que se inserta un tubo delgado con una cámara y una luz en el cuerpo) y la ecografía (un método de imagenología que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de los órganos y tejidos internos).

Durante la endosonografía, un endoscopio especial con un transductor de ultrasonido en su punta se introduce en el cuerpo. El transductor produce ondas sonoras de alta frecuencia que viajan a través del tejido y rebotan, creando ecos que son captados por el transductor. Estos ecos se convierten en imágenes en tiempo real que pueden mostrar lesiones, tumores o cambios en los órganos internos.

La endosonografía se utiliza a menudo para evaluar problemas gastrointestinales, como la inflamación o el crecimiento anormal del tejido en el esófago, el estómago o el intestino delgado. También puede utilizarse para guiar biopsias y otras intervenciones terapéuticas.

Los conductos pancreáticos son tubos pequeños dentro del páncreas que desempeñan un papel importante en la digestión. El páncreas es una glándula situada detrás del estómago que produce jugos digestivos y hormonas.

Existen dos tipos principales de conductos pancreáticos: el conducto principal de Wirsung y el conducto accesorio de Santorini. El conducto principal de Wirsung es mucho más grande y transporta la mayor parte del jugo pancreático desde el páncreas hasta el duodeno, la primera parte del intestino delgado. El conducto accesorio de Santorini es más pequeño y se une al conducto principal de Wirsung antes de desembocar en el duodeno. Normalmente, solo produce jugo pancreático durante la infancia o después de una comida muy grande.

El jugo pancreático contiene enzimas que ayudan a descomponer los nutrientes en los alimentos, como las proteínas, los carbohidratos y las grasas. Cuando comes, el conducto principal de Wirsung se dilata y permite que el jugo pancreático fluya hacia el duodeno para ayudar en la digestión.

Si los conductos pancreáticos se bloquean o dañan, pueden producirse problemas de salud como inflamación del páncreas (pancreatitis), infecciones y cálculos biliares. El tratamiento puede incluir medicamentos, procedimientos médicos o cirugía para aliviar el bloqueo o eliminar los tejidos dañados.

Las malformaciones arteriovenosas intracraneales (MAVs) son anomalías vasculares congénitas en las que los vasos sanguíneos cerebrales se desarrollan incorrectamente, creando una comunicación directa entre las arterias y las venas sin la presencia de capilares normales intermedios. Esto puede resultar en un flujo sanguíneo anormal y aumentado a través del MAV, lo que puede provocar diversas complicaciones clínicas, como hemorragias cerebrales, convulsiones, déficits neurológicos o incluso la muerte en casos graves.

Las MAVs intracraneales se clasifican como lesiones vasculares congénitas, lo que significa que están presentes desde el nacimiento, aunque los síntomas pueden no aparecer hasta más tarde en la vida. Se desconoce la causa exacta de su desarrollo, pero se cree que involucran una combinación de factores genéticos y ambientales.

El tratamiento de las MAVs intracraneales depende de varios factores, como la ubicación, el tamaño y los síntomas asociados. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radioterapia estereotáctica o embolización endovascular. El objetivo del tratamiento es eliminar o reducir significativamente el MAV para prevenir complicaciones futuras y mejorar los resultados clínicos.

El tumor de Klatskin, también conocido como colangiocarcinoma perihilar, es un tipo específico de cáncer que se desarrolla en el sistema biliar. Más concretamente, se forma en la unión donde los conductos hepáticos derecho e izquierdo se juntan para formar el conducto colédoco común, justo antes de desembocar en el duodeno.

Este tipo de cáncer puede bloquear el flujo de bilis desde el hígado al intestino delgado, lo que puede provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), picazón en la piel, orina oscura y heces de color claro. Los síntomas adicionales pueden incluir dolor abdominal, pérdida de apetito y peso, y fatiga.

El tumor de Klatskin es difícil de tratar debido a su localización anatómica y a menudo se diagnostica en etapas avanzadas. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, la tasa de supervivencia a largo plazo sigue siendo baja, incluso después del tratamiento.

Los vasos linfáticos son conductos tubulares que transportan linfa desde los tejidos corporales hasta el sistema circulatorio. La linfa es un fluido transparente y amarillento que contiene limfocitos, proteínas y otros componentes del líquido intersticial. Los vasos linfáticos se originan en los capilares linfáticos, que están presentes en casi todos los tejidos corporales.

Los vasos linfáticos tienen válvulas unidireccionales para permitir el flujo de linfa solo en dirección al corazón. La linfa fluye a través de los vasos linfáticos más pequeños llamados afferentes hasta llegar a los ganglios linfáticos, donde se filtra y se eliminan posibles patógenos o desechos celulares. Después de pasar por los ganglios linfáticos, la linfa continúa fluyendo hacia vasos linfáticos más grandes llamados eferentes, que finalmente desembocan en la vena subclavia derecha e izquierda cerca del corazón.

Además de su función en el sistema inmunológico, los vasos linfáticos también juegan un papel importante en el equilibrio hídrico y la absorción de grasas en el intestino delgado, ya que recogen la linfa cargada de lípidos del saco linfático (también conocido como vena lactea) en el intestino.

La equinococosis hepática, también conocida como hidatidosis, es una enfermedad zoonótica causada por la infestación del humano con las larvas (metacéstodos) de la tenia Echinococcus granulosus. El hígado es el órgano más comúnmente afectado, aunque también pueden verse comprometidos los pulmones, el cerebro y otros órganos.

El ciclo de vida del parásito implica generalmente a perros o otros caninos como huéspedes definitivos, donde se alojan las formas adultas de la tenia en el intestino delgado. Los huevos son eliminados con las heces y pueden ser ingeridos por ganado u otros herbívoros, que actúan como huéspedes intermediarios. Una vez dentro del cuerpo del huésped intermedio, los huevos eclosionan y liberan oncosferas que atraviesan la pared intestinal y viajan a través del torrente sanguíneo hasta llegar al hígado, donde se establecen y forman quistes llenos de líquido (los metacéstodos).

El humano se infecta al ingerir accidentalmente los huevos del parásito, típicamente a través de la manipulación o consumo de vegetales contaminados con heces de perro o por el contacto directo con un perro infectado. Después de la ingestión, las oncosferas se liberan en el intestino delgado, atraviesan la pared intestinal y viajan a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar diferentes órganos, principalmente el hígado.

Los síntomas de la equinococosis hepática suelen ser inespecíficos y pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y peso. En algunos casos, los quistes pueden crecer y causar complicaciones como la ruptura del quiste, infección o compresión de estructuras adyacentes, lo que puede llevar a síntomas más graves como dolor abdominal agudo, fiebre, ictericia e insuficiencia hepática.

El diagnóstico de la equinococosis hepática se realiza mediante técnicas de imagen como ecografía, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética nuclear (RMN), que permiten identificar los quistes en el hígado. La serología (pruebas de detección de anticuerpos específicos contra el parásito en la sangre) también puede ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la equinococosis hepática depende del tamaño, localización y número de quistes, así como de la presencia o ausencia de síntomas y complicaciones. En casos asintomáticos con quistes pequeños y únicos, se puede considerar el tratamiento expectante (seguimiento periódico sin intervención). En otros casos, se pueden utilizar diferentes enfoques terapéuticos, como la cirugía, la perfusión percutánea con agentes químicos o la terapia farmacológica con benzimidazoles (como el albendazol o el mebendazol), que pueden ayudar a reducir el tamaño de los quistes y prevenir su crecimiento.

La prevención de la equinococosis hepática se basa en evitar el contacto con perros y gatos infectados, así como con sus heces, y en mantener una buena higiene personal y alimentaria, especialmente en zonas donde la enfermedad es endémica. La desparasitación regular de los animales domésticos también puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión.

La colecistectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Existen dos tipos principales de colecistectomía:

1. Colecistectomía laparoscópica: Esta es una cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano hace varias pequeñas incisiones en el abdomen y utiliza una cámara de video y herramientas especiales para extirpar la vesícula biliar.
2. Colecistectomía abierta: Esta es una cirugía más invasiva en la que se hace una incisión más grande en el abdomen para extirpar la vesícula biliar.

La colecistectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar los cálculos biliares, que son pequeños depósitos duros de material que se forman en la bilis y pueden obstruir el flujo de bilis desde la vesícula biliar. También puede ser necesaria si la vesícula biliar está inflamada o infectada y no responde al tratamiento médico.

Después de una colecistectomía, se puede experimentar dolor abdominal leve y molestias durante varios días o semanas. También es posible que se presenten complicaciones como infección, sangrado o daño a los conductos biliares cercanos. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la cirugía y pueden llevar una vida normal sin vesícula biliar.

Los cuidados preoperatorios se refieren al conjunto de procedimientos y acciones realizadas antes de una intervención quirúrgica, con el objetivo principal de garantizar la seguridad del paciente, optimizar su condición física y psicológica, minimizar los riesgos y complicaciones durante y después de la cirugía, y preparar adecuadamente el entorno quirúrgico.

Estos cuidados pueden incluir:

1. Evaluación preanestésica: Consiste en una evaluación integral del paciente por parte del equipo médico y de enfermería, con el fin de determinar su estado de salud actual, identificar factores de riesgo potenciales, y planificar la anestesia y el manejo perioperatorio adecuados.

2. Consentimiento informado: El paciente debe recibir información clara y completa sobre los beneficios, riesgos, complicaciones y alternativas del procedimiento quirúrgico, así como los cuidados postoperatorios necesarios. Después de haber comprendido esta información, el paciente debe firmar un documento de consentimiento informado.

3. Preparación física: El equipo médico y de enfermería trabajan en conjunto para optimizar la condición física del paciente antes de la cirugía. Esto puede incluir la administración de medicamentos, la corrección de desequilibrios electrolíticos o fluidos, el control de enfermedades crónicas y la implementación de medidas preventivas para reducir el riesgo de infecciones.

4. Preparación psicológica: Se proporciona apoyo emocional al paciente y a su familia, abordando sus preocupaciones e inquietudes sobre la cirugía y brindándoles información clara y oportuna sobre lo que pueden esperar antes, durante y después de la intervención.

5. Marcación quirúrgica: Se realiza una marca visible en el sitio donde se llevará a cabo la cirugía, utilizando un rotulador especial o un clip metálico, para garantizar que se realice el procedimiento correcto y en el lugar adecuado.

6. Higiene y esterilización: Todos los equipos, instrumentos y materiales utilizados durante la cirugía deben estar limpios y esterilizados, siguiendo estrictos protocolos de control de infecciones para minimizar el riesgo de complicaciones.

7. Verificación de identidad: Se verifica la identidad del paciente y se confirma el procedimiento quirúrgico planificado antes de administrar anestesia y comenzar la cirugía, evitando así errores de procedimientos o intervenciones en el sitio equivocado.

8. Orden de procedimientos: Se establece un orden específico para llevar a cabo los diferentes pasos del procedimiento quirúrgico, siguiendo una lista de verificación y garantizando que se realice de manera sistemática y segura.

9. Monitoreo continuo: Durante la cirugía, el paciente es constantemente monitoreado para controlar su estado vital, como frecuencia cardíaca, presión arterial, saturación de oxígeno y nivel de conciencia, asegurando una intervención segura.

10. Comunicación efectiva: Todos los miembros del equipo quirúrgico deben mantener una comunicación clara y abierta durante todo el procedimiento, compartiendo información relevante y trabajando en conjunto para garantizar la mejor atención posible al paciente.

Colangiocarcinoma es un tipo de cáncer que se forma en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Los conductos biliares dentro del hígado se llaman conductos biliares intrahepáticos, y los que están fuera del hígado se llaman conductos biliares extrahepáticos. El colangiocarcinoma puede ocurrir en cualquiera de estas ubicaciones, pero la mayoría de los casos se encuentran en los conductos biliares fuera del hígado.

Los síntomas del colangiocarcinoma pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, pérdida de apetito, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico puede ser difícil ya que los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades hepáticas y biliares. Se pueden utilizar varias pruebas para diagnosticar el colangiocarcinoma, como análisis de sangre, ecografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.

El tratamiento del colangiocarcinoma depende de la ubicación y la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos. En algunos casos, cuando el cáncer no se puede extirpar mediante cirugía, se pueden utilizar procedimientos como la colocación de stents para mantener abiertos los conductos biliares y aliviar los síntomas.

El pronóstico del colangiocarcinoma depende de varios factores, como la ubicación y etapa del cáncer en el momento del diagnóstico, la edad y el estado general de salud del paciente. En general, el colangiocarcinoma es una enfermedad grave con un pronóstico relativamente pobre, especialmente si se diagnostica en etapas avanzadas. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar una remisión prolongada después del tratamiento.

La derivación ventriculoperitoneal (VPS, por sus siglas en inglés) es un procedimiento quirúrgico utilizado para drenar el líquido cefalorraquídeo (LCR) de los ventrículos cerebrales hacia la cavidad peritoneal del abdomen. Esta técnica se emplea principalmente en el tratamiento de la hidrocefalia, una afección médica donde existe un exceso de líquido en los espacios situados dentro y alrededor del cerebro.

En una derivación ventriculoperitoneal, se introduce un catéter flexible y tubular desde el cráneo hasta el abdomen. Un extremo del catéter se sitúa en el ventrículo lateral del cerebro, mientras que el otro extremo se coloca en la cavidad peritoneal. El LCR fluye a través del catéter y se absorbe por los vasos sanguíneos abdominales, reduciendo así la presión intracraneal y aliviando los síntomas de la hidrocefalia.

La derivación ventriculoperitoneal es una intervención común en neurocirugía pediátrica, aunque también se realiza en adultos con hidrocefalia. Aunque este procedimiento es generalmente seguro y efectivo, como cualquier cirugía, conlleva riesgos e implica un seguimiento médico cuidadoso para garantizar su correcto funcionamiento y prevenir complicaciones.

La punción espinal, también conocida como punción lumbar o punción sacra, es un procedimiento médico en el que se inserta una aguja especialmente diseñada entre dos vértebras en la columna vertebral para recolectar líquido cefalorraquídeo (LCR) u otros fines diagnósticos o terapéuticos. El LCR rodea el cerebro y la médula espinal y actúa como un amortiguador protector.

El procedimiento generalmente se realiza en una posición fetal lateral, con el paciente acostado de lado y doblado hacia adelante. Después de esterilizar el área y administrar anestesia local, el médico inserta la aguja en el espacio subaracnoideo (el espacio entre la duramadre y la piamadre) en el extremo inferior de la columna vertebral. Una vez que la aguja está en posición, se puede recolectar una muestra del líquido cefalorraquídeo para análisis o se pueden administrar fármacos directamente al espacio subaracnoideo.

La punción espinal se utiliza a menudo para ayudar a diagnosticar enfermedades que afectan el sistema nervioso central, como la meningitis, la esclerosis múltiple o los hemorragias subaracnoides. También puede utilizarse para aliviar la presión intracraneal en ciertas condiciones y para administrar anestésicos epidurales durante el parto.

Aunque la punción espinal es generalmente segura cuando se realiza por un profesional médico capacitado, pueden ocurrir complicaciones, como dolores de cabeza post-punción, infecciones, sangrados y daños a los nervios raquídeos.

La paraplejía es un término médico que se utiliza para describir la parálisis de las piernas y, a veces, el área pélvica. Por lo general, esto ocurre como resultado de una lesión en la médula espinal en la parte inferior de la columna vertebral o debido a ciertas afecciones médicas que dañan el tejido nervioso. La paraplejía generalmente no afecta las manos y los brazos, a diferencia de la tetraplejía (también conocida como cuadriplejia), donde toda la parte superior e inferior del cuerpo se ve afectada.

Los síntomas de la paraplejía pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión o enfermedad subyacente, pero generalmente incluyen debilidad o pérdida completa del movimiento en las piernas, pérdida de sensación por debajo del nivel de la lesión, problemas con la vejiga y los intestinos, y, en algunos casos, dolor neuropático.

La paraplejía puede ser clasificada como completa o incompleta, dependiendo de si hay alguna preservación del funcionamiento nervioso por debajo del nivel de la lesión. En la paraplejía completa, hay una pérdida total de movimiento y sensación por debajo del nivel de la lesión. En la paraplejía incompleta, hay algún grado de preservación de la función nerviosa, lo que puede resultar en algún grado de movimiento o sensación por debajo del nivel de la lesión.

El tratamiento para la paraplejía depende de la causa subyacente y puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional, medicamentos para el manejo del dolor y dispositivos de asistencia, como sillas de ruedas. En algunos casos, la cirugía puede ser recomendada para tratar complicaciones relacionadas con la lesión, como úlceras por presión o contracturas musculares.

La bilis es una sustancia digestiva de color amarillo-verdoso, verde o marrón que produce el hígado y almacena en la vesícula biliar. Ayuda a descomponer las grasas y eliminar los desechos del cuerpo durante la digestión. La bilis consiste en agua, sales, fosfolipidos, colesterol y pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina). Cuando se libera de la vesícula biliar en el intestino delgado, la bilis descompone los lípidos en pequeñas gotitas, lo que facilita su absorción. La bilirrubina es un pigmento amarillo-marrón formado a partir de la hemoglobina descompuesta y se elimina del cuerpo a través de las heces después de ser procesada por el hígado.

La anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica utilizada en diversos procedimientos, como la gastrojejunostomía o la duodenojejunostomía. Consiste en la creación de una configuración en forma de "Y" al unir el extremo distal del intestino delgado (yeyuno) con el extremo proximal del intestino delgado o con el estómago, después de haber dividido previamente el intestino delgado.

Este tipo de anastomosis se realiza mediante la sutura o grapado de los extremos intestinales o gástricos, formando una unión en forma de "Y". La rama más corta de la "Y" se une al estómago o al yeyuno proximal, mientras que las ramas más largas se unen entre sí.

La anastomosis en Y de Roux se utiliza con frecuencia en cirugías bariátricas para tratar la obesidad mórbida, ya que desvía el flujo del alimento y restringe su volumen, lo que contribuye a la pérdida de peso. También se emplea en la cirugía oncológica para tratar ciertos tipos de cáncer gastrointestinales, como el cáncer gástrico o el cáncer duodenal, con el fin de interrumpir la continuidad del tracto gastrointestinal y evitar la propagación del tumor.

En definitiva, la anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica que permite la unión de dos extremos intestinales o gástricos, creando una configuración en forma de "Y". Tiene diversas aplicaciones clínicas y se utiliza principalmente en cirugías bariátricas y oncológicas.

La hemorragia posoperatoria se refiere a un sangrado que ocurre después de una cirugía. Puede variar en gravedad, desde un ligero sangrado que solo impregna los vendajes hasta un sangrado abundante que puede llevar a una disminución peligrosa de la presión arterial y shock hipovolémico.

El sangrado puede provenir de diferentes fuentes, como vasos sanguíneos dañados durante la cirugía, o por la ruptura de coágulos sanguíneos formados después de la operación. También puede ser el resultado de un problema de coagulación en el paciente.

El manejo de la hemorragia posoperatoria depende de su causa y gravedad. Puede incluir medidas conservadoras, como reposo y presión sobre el sitio de la herida, hasta intervenciones más agresivas, como una nueva cirugía para controlar el sangrado o transfusiones de sangre para reemplazar los líquidos y células sanguíneas perdidas.

El seno cavernoso es una estructura en forma de cavidad localizada en el cuerpo humano, más específicamente en la cabeza. Es parte del sistema venoso craneal y está situado dentro de los huesos temporales de la base del cráneo. Este seno está compuesto por espacios llenos de tejido esponjoso y se comunica con las venas oftálmicas y la vena facial.

Su función principal es drenar sangre desoxigenada desde los ojos y la nariz hacia la vena yugular interna, que lleva esta sangre de regreso al corazón. El seno cavernoso también contiene al nervio trigémino (el quinto par craneal), el cual es responsable de la sensibilidad facial y algunos músculos de la masticación.

Es importante mencionar que, debido a su proximidad con estructuras vitales como el ojo y el cerebro, el seno cavernoso puede verse afectado por diversas patologías, como infecciones, tumores o trombosis, las cuales pueden ocasionar complicaciones serias si no son tratadas adecuadamente.

La hidrotórax es una afección médica donde se acumula líquido seroso (generalmente sin contenido purulento) en la cavidad pleural. La cavidad pleural es el espacio que rodea los pulmones y normalmente contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para permitir que los pulmones se muevan suavemente durante la respiración.

La acumulación de este exceso de líquido en la cavidad pleural, en el caso de la hidrotórax, no está asociada con infección ni inflamación, a diferencia de otras condiciones como un empiema o una derrame pleural paraneumónico.

La hidrotórax puede ser causada por diversos factores, que incluyen trastornos cardiovasculares (como insuficiencia cardíaca congestiva), traumatismos, cirugías previas en el tórax o cánceres que se diseminan al revestimiento de los pulmones. El tratamiento generalmente implica drenaje del líquido acumulado y manejo de la causa subyacente.

La duramadre, también conocida como dura mater en terminología latina, es la capa más externa y resistente de las meninges, las membranas que recubren el sistema nervioso central. Está compuesta principalmente por tejido conectivo denso y rico en colágeno, proporcionando una protección mecánica importante al cerebro y la médula espinal.

La duramadre se adhiere firmemente a las estructuras esqueléticas que rodean el cerebro y la médula espinal, como el cráneo y la columna vertebral. A diferencia de las otras meninges (la aracnoides y la piamadre), la duramadre no tiene un revestimiento celular interno, lo que la hace menos propensa a sufrir lesiones o inflamaciones.

Entre la duramadre y la aracnoides existe un espacio potencial llamado espacio epidural, donde se pueden acumular líquidos o sangre en caso de traumatismos o patologías específicas, como hemorragias o infecciones. La correcta integridad estructural y funcional de la duramadre es crucial para mantener la homeostasis del sistema nervioso central y preservar su integridad fisiológica.

La curvatura de la esclerótica, también conocida como estrabismo esférico, se refiere a un tipo de desviación ocular en el que el eje visual de uno o ambos ojos no está correctamente alineado con el objetivo visual. A diferencia del estrabismo común, donde los ojos se desvían hacia afuera (exotropía) o hacia adentro (esotropía), en la curvatura de la esclerótica, el globo ocular gira alrededor de su eje vertical u horizontal, haciendo que la parte blanca del ojo (esclerótica) sea visible. Esta afección puede causar problemas visuales y dificultades en la percepción de profundidad. La causa más común es un trauma ocular o neurológico, aunque también puede ser congénita en algunos casos. El tratamiento puede incluir corrección óptica, terapia visual o, en casos graves, cirugía.

La rotura espontánea, también conocida como ruptura espontánea de tendón o ligamento, se refiere a la condición médica en la cual un tendón o ligamento se rompe sin una lesión traumática previa. Esto puede ocurrir cuando el tejido se ha debilitado significativamente, ya sea por enfermedad, edad avanzada, uso excesivo o deficiencia nutricional. Los tendones más comúnmente afectados son los de la pantorrilla (tendón de Aquiles) y el manguito rotador del hombro. La rotura espontánea es una condición grave que puede causar dolor intenso, inflamación, moretones y dificultad para mover la articulación afectada. El tratamiento generalmente requiere de reposo, inmovilización, fisioterapia y en algunos casos, cirugía.

La perforación del esófago, también conocida como esofagoperitoneo o esofagogastric perforation, se refiere a un agujero o rotura en la pared del esófago. Este trastorno generalmente es causado por lesiones internas, como el resultado de procedimientos médicos invasivos, como la endoscopia o la cirugía, o por condiciones médicas severas, como úlceras esofágicas, reflujo gastroesofágico grave, infecciones, tumores malignos o traumatismos.

Los síntomas más comunes de una perforación del esófago incluyen dolor intenso y repentino en el pecho o la parte superior del abdomen, dificultad para respirar o tragar, náuseas, vómitos con sangre, fiebre alta, aumento de la frecuencia cardíaca y signos de shock séptico.

La perforación del esófago es una afección médica grave que requiere atención inmediata y tratamiento agresivo, ya que puede provocar complicaciones potencialmente mortales, como la mediastinitis (inflamación del tejido que rodea el corazón) o la peritonitis (inflamación de la membrana que recubre el abdomen). El tratamiento suele incluir antibióticos para tratar las infecciones y cirugía para reparar el esófago y drenar cualquier acumulación de líquido o pus en el tejido circundante.

El sulfuro coloidal tecnecio Tc 99m es un compuesto radiactivo utilizado en medicina nuclear como agente de contraste en varios procedimientos diagnósticos. El isótopo radioactivo de tecnecio (Tc-99m) se une al sulfuro coloidal, una pequeña partícula de azufre, y forma un compuesto que se administra al paciente por vía intravenosa.

La partícula radiactiva emite rayos gamma, lo que permite la obtención de imágenes médicas detalladas del sistema linfático, el hígado, la médula ósea y otros órganos y tejidos blandos. La radiación emitida por el Tc-99m es relativamente baja y se elimina rápidamente del cuerpo, lo que hace que este agente sea seguro y efectivo para su uso en diagnóstico médico.

La vida media de Tc-99m es corta, aproximadamente 6 horas, lo que significa que se descompone rápidamente y se elimina del cuerpo a través de los riñones y la vejiga. Esto minimiza la exposición a la radiación y reduce el riesgo de efectos secundarios adversos.

El sulfuro coloidal tecnecio Tc 99m se utiliza en una variedad de procedimientos diagnósticos, incluyendo la evaluación del flujo sanguíneo y la función cardiaca, el estudio de la circulación linfática y la detección de tumores y metástasis. Es un agente importante en la medicina nuclear y ha demostrado ser una herramienta valiosa en el diagnóstico y tratamiento de una variedad de condiciones médicas.

El cateterismo urinario es un procedimiento médico en el que se introduce un tubo flexible y estéril, llamado catéter, a través de la uretra hasta la vejiga para drenar la orina. Este procedimiento se realiza con el fin de medir la cantidad de orina en la vejiga, ayudar en el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones del sistema urinario, o como parte de los cuidados de enfermería para pacientes que no pueden vaciar espontáneamente la vejiga.

Existen diferentes tipos de catéteres urinarios, como los catéteres Foley, que tienen una pequeña bola inflable en uno de sus extremos para mantenerlo en su lugar dentro de la vejiga; y los catéteres intermitentes, que se insertan y retiran cada vez que sea necesario drenar la orina. La elección del tipo de catéter dependerá del propósito del procedimiento y de las preferencias clínicas.

El cateterismo urinario debe ser realizado por personal médico entrenado, siguiendo estrictas normas de asepsia y antisepsia para minimizar el riesgo de infecciones del tracto urinario asociadas al procedimiento. Después del cateterismo, se mantendrá un cuidadoso monitoreo del paciente para detectar y tratar cualquier complicación temprana, como infecciones, irritación u obstrucción del catéter.

Los estudios de seguimiento en el contexto médico se refieren a los procedimientos continuos y regulares para monitorear la salud, el progreso o la evolución de una condición médica, un tratamiento o una intervención en un paciente después de un período determinado. Estos estudios pueden incluir exámenes físicos, análisis de laboratorio, pruebas de diagnóstico por imágenes y cuestionarios de salud, entre otros, con el fin de evaluar la eficacia del tratamiento, detectar complicaciones tempranas, controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. La frecuencia y el alcance de estos estudios varían dependiendo de la afección médica y las recomendaciones del proveedor de atención médica. El objetivo principal es garantizar una atención médica continua, personalizada y oportuna para mejorar los resultados del paciente y promover la salud general.

La toracotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se realiza un corte o incisión en la pared torácica, específicamente en el tórax, para acceder al espacio intrathorácico. Esto permite al cirujano operar directamente en los pulmones, el corazón, los grandes vasos sanguíneos y otros órganos y tejidos torácicos.

La incisión puede realizarse a lo largo del lado del tórax (lateral), bajo el pecho (subcostal) o a través del esternón (median sternotomía). La elección de la incisión depende de la ubicación y el tipo de procedimiento quirúrgico que se vaya a realizar.

La toracotomía se utiliza en una variedad de procedimientos, como la resección de tumores pulmonares, la reparación de aneurismas de la aorta torácica, la biopsia de ganglios linfáticos y tejidos pulmonares, y la colocación o reparación de prótesis cardíacas.

Como cualquier procedimiento quirúrgico, la toracotomía conlleva riesgos e implica una recuperación postoperatoria que puede incluir dolor, dificultad para respirar y limitaciones físicas temporales o permanentes. Por lo tanto, se considera cuidadosamente antes de ser recomendada por un médico.

Los estudios prospectivos, también conocidos como estudios de cohortes, son un tipo de diseño de investigación epidemiológica en el que se selecciona una población en riesgo y se sigue durante un período de tiempo para observar la aparición de un resultado o evento de interés. A diferencia de los estudios retrospectivos, donde los datos se recopilan de registros existentes o por medio de entrevistas sobre eventos pasados, en los estudios prospectivos, los datos se recopilan proactivamente a medida que ocurren los eventos.

Este tipo de estudio permite la recogida de datos estandarizados y actualizados, minimiza los problemas de rememoración y mejora la precisión en la medición de variables de exposición e intermedias. Además, los estudios prospectivos pueden permitir la evaluación de múltiples factores de riesgo simultáneamente y proporcionar una mejor comprensión de la relación causal entre la exposición y el resultado. Sin embargo, requieren un seguimiento prolongado y costoso, y pueden estar sujetos a sesgos de selección y pérdida a follow-up.

La infección de herida operatoria, también conocida como infección quirúrgica, es una complicación que puede ocurrir después de una intervención quirúrgica. Se define médicamente como la presencia de microorganismos en el sitio quirúrgico que causa una reacción inflamatoria y potentially can lead to poor surgical outcomes.

La infección puede aparecer en los tejidos superficiales o profundos, e incluso involucrar al espacio abdominal después de una cirugía abdominal. Los síntomas pueden variar pero generalmente incluyen enrojecimiento, dolor, hinchazón, pus, calor en la zona afectada y fiebre.

Los factores de riesgo para desarrollar una infección de herida operatoria incluyen el tipo de cirugía, la duración de la misma, la salud general del paciente antes de la cirugía, la presencia de enfermedades crónicas como diabetes o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), tabaquismo y uso de corticosteroides.

La prevención es clave y se realiza mediante una adecuada higiene preoperatoria, el uso apropiado de antibióticos profilácticos, la técnica quirúrgica estéril y la correcta atención postoperatoria. El tratamiento suele implicar el drenaje del sitio infectado, la administración de antibióticos y, en casos graves, posiblemente otra cirugía para limpiar el área infectada.

El píloro es un término médico que se refiere a la parte muscular (esfínter) situada en la parte inferior del estómago, donde se une con el duodeno, el primer segmento del intestino delgado. Su función principal es regular el flujo de los contenidos gástricos (comida parcialmente digerida y ácido gástrico) desde el estómago hacia el duodeno durante el proceso de la digestión. El término "pylorus" deriva del griego, donde "pylos" significa "puerta" y "oura" significa "vientre" o "estómago".

Un absceso retrofaríngeo es una acumulación de pus en el espacio situado detrás de la faringe o garganta. Esta área se conoce como el espacio retrofaríngeo y está rodeada por músculos y tejidos suaves. El absceso retrofaríngeo puede desarrollarse como resultado de una infección bacteriana que se propaga desde los senos paranasales, la nasofaringe o la orofaringe.

Los síntomas más comunes del absceso retrofaríngeo incluyen dolor de garganta intenso y repentino, dificultad para tragar, fiebre alta, rigidez del cuello, voz ronca o afónica, y ganglios linfáticos inflamados en el cuello. En casos graves, el absceso retrofaríngeo puede causar dificultad para respirar y requerir atención médica inmediata.

El diagnóstico de un absceso retrofaríngeo generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y estudios de imágenes, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética. El tratamiento suele incluir antibióticos para tratar la infección y drenaje quirúrgico del absceso. La cirugía puede realizarse mediante incisión y drenaje o mediante un procedimiento menos invasivo llamado punción aspiración con aguja fina (PAAF).

Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha un absceso retrofaríngeo, ya que la infección puede propagarse rápidamente y causar complicaciones graves, como la sepsis o la mediastinitis (inflamación del tejido situado en el centro del pecho).

La toracoscopía es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que permite al médico visualizar el interior del tórax o cavidad torácica. Se realiza insertando un toracoscopio, un tubo delgado con una cámara y una luz en su extremo, a través de pequeñas incisiones en el pecho. Esto proporciona al cirujano una visión clara y detallada de los órganos torácicos, como los pulmones y el revestimiento del tórax (pleura), sin tener que abrir completamente el pecho.

La toracoscopía se utiliza a menudo para diagnosticar y tratar una variedad de condiciones, incluyendo neumotórax, derrame pleural, biopsia pulmonar, enfermedad pulmonar intersticial, cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares y torácicas. Es menos invasiva que la toracotomía abierta, lo que generalmente resulta en una menor duración de la estadía en el hospital, menos dolor postoperatorio y una recuperación más rápida.

La radiografía intervencionista, también conocida como radiodiagnóstico intervencionista o medicina nuclear intervencionista, es una subespecialidad de la radiología que combina técnicas de imagenología con procedimientos mínimamente invasivos para el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones médicas.

En este proceso, se utilizan rayos X, TC, resonancia magnética o ultrasonido para guiar la inserción de agujas, catéteres u otros dispositivos médicos en el cuerpo del paciente. Esto permite a los médicos realizar biopsias, drenajes, inyecciones terapéuticas y otras intervenciones sin necesidad de cirugía abierta.

La radiografía intervencionista se utiliza ampliamente en el tratamiento del cáncer, la cardiología, la neurología, la gastroenterología y la ortopedia, entre otras especialidades médicas. Al ser procedimientos menos invasivos que la cirugía tradicional, suelen causar menos dolor, reducir el tiempo de recuperación y disminuir las complicaciones postoperatorias.

Un stent es un dispositivo médico pequeño, tubular y flexible que se utiliza para mantener abiertas las vías corporales estrechadas o bloqueadas. Los stents generalmente están hechos de metal, plástico o una combinación de ambos materiales. Se utilizan comúnmente en procedimientos como angioplastias coronarias, donde se despliegan dentro de las arterias para mantenerlas abiertas y mejorar el flujo sanguíneo después de que hayan sido comprimidas o dañadas por la acumulación de placa. También se utilizan en procedimientos como la colocación de stents uretrales o biliarés para mantener las vías urinarias o biliares respectivamente abiertas y funcionando normalmente. Después de su implantación, los tejidos circundantes crecen alrededor del stent, ayudando a mantenerlo en su lugar.

Las enfermedades de los conductos biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema biliar, que es responsable del transporte y almacenamiento de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado. La bilis ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente por el cuerpo.

Las enfermedades de los conductos biliares pueden incluir:

1. Colelitiasis: La formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar, un órgano pequeño en forma de pera que almacena la bilis.
2. Coledocolitiasis: La presencia de cálculos en el conducto colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado.
3. Colangitis: La inflamación del conducto colédoco, a menudo causada por una infección.
4. Quiste de los conductos biliares: Un saco lleno de líquido que se forma en los conductos biliares.
5. Estenosis de los conductos biliares: El estrechamiento anormal de los conductos biliares, lo que puede obstruir el flujo de bilis.
6. Cáncer de los conductos biliares: Un crecimiento canceroso en los conductos biliares.

Estas enfermedades pueden causar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fiebre y pérdida de apetito. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la enfermedad y puede incluir medicamentos, procedimientos endoscópicos, cirugía o quimioterapia.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

Las venas hepáticas, en términos médicos, se refieren a los vasos sanguíneos que transportan sangre desoxigenada desde el hígado hacia el corazón. Existen tres venas hepáticas principales, conocidas como las venas hepáticas derecha, izquierda y media. Estas venas se unen para formar la vena suprahepática, que desemboca en la vena cava inferior, una de las grandes venas que regresa sangre al corazón. Las venas hepáticas son parte del sistema porta hepático y desempeñan un papel crucial en el procesamiento de nutrientes y la detoxificación de sustancias tóxicas en el hígado.

La pancreaticoduodenectomía, también conocida como procedimiento de Whipple, es una cirugía compleja utilizada para tratar diversas afecciones del área head (cabeza) del páncreas, incluyendo cáncer de páncreas, cáncer de duodeno y cáncer de vesícula biliar. La operación implica la extirpación de la cabeza del páncreas, el duodeno inicial (el primer segmento del intestino delgado), la vesícula biliar y el conducto biliar común. Además, se extirpa parte del estómago (antro gástrico) en la mayoría de los casos.

Después de la extirpación, los tejidos restantes se reconectan para permitir que los jugos digestivos y la bilis fluyan hacia el intestino delgado. Por lo general, esto implica conectar el conducto pancreático restante al conducto colédoco (el conducto que drena la bilis desde el hígado) y luego conectarlos al yeyuno (una parte más distal del intestino delgado). El extremo remanente del estómago se une al yeyuno también, creando una nueva unión o anastomosis gastrointestinal.

La pancreaticoduodenectomía es una cirugía mayor con riesgos significativos y una larga recuperación. Sin embargo, en las manos adecuadas de profesionales médicos experimentados, puede ser una opción efectiva para tratar ciertas condiciones pancreáticas y biliares.

Lo siento por la confusión, pero "Tokio" es en realidad el nombre de la capital de Japón y no hay una definición médica asociada con él. Si está buscando información sobre una afección médica o un término relacionado con la medicina, estoy aquí para ayudarlo. Por favor, verifique el nombre o la ortografía del término que desea que defina.

Un absceso encefálico es una acumulación localizada de pus dentro del tejido cerebral, causada generalmente por la infección y multiplicación de bacterias u hongos en el cerebro. Esto puede ocurrir como resultado de una infección que se disemina desde otra parte del cuerpo o como consecuencia de una infección directa en el cerebro, por ejemplo, después de una lesión traumática o quirúrgica.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, fiebre, confusión, convulsiones, debilidad en un lado del cuerpo y trastornos visuales. El tratamiento generalmente implica antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección, junto con procedimientos quirúrgicos para drenar el pus acumulado. Si no se trata a tiempo, un absceso encefálico puede causar daño cerebral severo e incluso la muerte.

La obstrucción del conducto lagrimal, también conocida como dacriostenosis, es un problema oftalmológico que ocurre cuando el conducto lagrimal, responsable de drenar las lágrimas desde los ojos hacia la nariz, está bloqueado o parcialmente obstruido. Este bloqueo puede causar un exceso de líquido en el ojo, lo que lleva a una lagrimación constante y, en algunos casos, infecciones oculares recurrentes.

La causa más común de la obstrucción del conducto lagrimal en los recién nacidos es la persistencia del conducto lagrimal, que generalmente se resuelve por sí solo durante el primer año de vida. En los adultos, las causas pueden incluir infecciones, inflamación crónica, trauma o crecimientos anormales en el sistema lagrimal.

El tratamiento puede variar dependiendo de la causa y la gravedad de la obstrucción. Puede incluir masajes del saco lagrimal, antibióticos para tratar infecciones, o procedimientos quirúrgicos como dacriocistorrinostomía (DCR) para crear una nueva vía de drenaje.

En términos médicos, las venas son vasos sanguíneos que llevan sangre desde los tejidos periféricos del cuerpo hacia el corazón. A diferencia de las arterias, las venas contienen válvulas unidireccionales que previenen el flujo retrógrado de la sangre. La mayoría de las venas transportan sangre desoxigenada, excepto las venas pulmonares, que llevan sangre oxigenada desde los pulmones al lado izquierdo del corazón. Las paredes de las venas son más delgadas y menos elásticas en comparación con las arterias, y su luz (lumén) es generalmente más grande. La sangre fluye a través de las venas impulsada por la acción de los músculos esqueléticos durante el movimiento, un fenómeno conocido como bomba muscular. Algunas venas también tienen una capa adicional de músculo liso en su pared, lo que les permite contraerse y ayudar a impulsar la sangre hacia el corazón, estas se denominan venas musculares.

El Síndrome de Vaciamiento Rápido, también conocido como Dumping Syndrome en la literatura médica, es un trastorno gastrointestinal que ocurre después de haber pasado por una cirugía gástrica (como la gastrectomía o el bypass gástrico). Este síndrome se caracteriza por una acelerada evacuación del contenido gástrico hacia el intestino delgado, lo que provoca una serie de síntomas desagradables.

Existen dos tipos de Síndrome de Vaciamiento Rápido: temprano y tardío.

1. El tipo temprano ocurre dentro de los primeros 10 a 30 minutos después de comer, e incluye síntomas como náuseas, vómitos, sudoración excesiva, mareos, debilidad, taquicardia (latidos cardíacos rápidos), hipotensión (presión arterial baja) y en ocasiones, desmayos. Estos síntomas son causados por la liberación repentina de grandes cantidades de glucosa en el torrente sanguíneo, lo que lleva a una rápida respuesta insulínica y, posteriormente, a una hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en la sangre).

2. El tipo tardío ocurre entre 1 a 3 horas después de comer y se asocia con hinchazón abdominal, diarrea, distensión abdominal y dolor abdominal. Estos síntomas son el resultado del exceso de agua y electrolitos que se mueven hacia el intestino delgado desde los tejidos circundantes, con la finalidad de diluir los contenidos hiperosmolares del lumen intestinal.

El tratamiento del Síndrome de Vaciamiento Rápido puede incluir cambios en la dieta (comer comidas más pequeñas y frecuentes, evitar líquidos durante las comidas, limitar los alimentos con alto contenido de carbohidratos simples), medicamentos que retrasan el vaciamiento gástrico o reducen la producción de ácido estomacal, y, en casos graves, cirugía para corregir los problemas anatómicos subyacentes.

La colestasis extrahepática es una afección médica en la que se produce una interrupción o reducción del flujo de bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos y eliminar los desechos del cuerpo. Cuando la bilis no puede fluir correctamente desde el hígado, se acumula en el hígado, lo que puede causar daño hepático y una serie de síntomas.

La colestasis extrahepática puede ser causada por varias afecciones diferentes, incluyendo enfermedades del conducto biliar (como la estenosis o la obstrucción), tumores, quistes o inflamación de los tejidos circundantes. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o procedimientos médicos.

Los síntomas de la colestasis extrahepática pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, heces claras o de color arcilla, prurito (picazón intensa en la piel), dolor abdominal, náuseas y vómitos. El tratamiento de la colestasis extrahepática depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, procedimientos quirúrgicos para eliminar las obstrucciones o enfermedades del conducto biliar, o terapia de reemplazo hepático en casos graves.

Craneotomía es un procedimiento quirúrgico en el cual se realiza un abertura o hueco en el cráneo para acceder al cerebro. Este procedimiento se lleva a cabo por diversas razones, como por ejemplo: aliviar la presión intracraneal, extraer tumores cerebrales, reparar vasos sanguíneos rotos o lesionados en el cerebro, o colocar dispositivos para monitorear o estimular el cerebro.

La cirugía comienza con una incisión en el cuero cabelludo y la separación de los tejidos blandos del cráneo. Después, se realiza un agujero en el hueso craneal utilizando herramientas especiales, como taladros o sierras. El hueso se retira y se coloca a un lado, formando una "tapa" que puede volver a colocarse después de la cirugía.

La craneotomía requiere una planificación cuidadosa y precisión quirúrgica para minimizar el riesgo de complicaciones, como infección, sangrado o daño al cerebro. Después de la cirugía, es posible que se necesiten medicamentos para controlar el dolor y prevenir la infección. La recuperación puede variar dependiendo del tipo y la extensión de la cirugía, pero generalmente requiere un tiempo de reposo en cama y limitar las actividades durante varias semanas o meses.

La esfinterotomía endoscópica es un procedimiento médico que se realiza utilizando un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo, para alcanzar el esfínter anal (el músculo circular alrededor del ano que controla la defecación). La esfinterotomía implica cortar parcialmente este músculo para ensanchar el canal anal y tratar problemas como el estrechamiento anormal del conducto, conocido como estenosis anal. Este procedimiento se realiza comúnmente en pacientes con enfermedad de Crohn o después de la extracción de hemorroides internas. La esfinterotomía endoscópica permite que el procedimiento sea menos invasivo, con una recuperación más rápida y menos complicaciones en comparación con la cirugía abierta tradicional.

La isquemia de la médula espinal se refiere a una condición médica en la cual el flujo sanguíneo inadecuado hacia la médula espinal resulta en un suministro insuficiente de oxígeno y nutrientes a las células de la médula espinal. Esto puede conducir a daños celulares y potencialmente a la muerte de las células, lo que podría dar lugar a diversos déficits neurológicos, dependiendo de la gravedad e intensidad de la isquemia, así como de la región específica de la médula espinal afectada.

La causa más común de isquemia de la médula espinal es una disminución repentina y drástica en el suministro de sangre a la médula espinal, que puede deberse a diversos factores, como por ejemplo: un accidente cerebrovascular, una lesión de la columna vertebral, una disección arterial, una estenosis espinal o una embolia.

Los síntomas de isquemia de la médula espinal pueden variar ampliamente y dependerán del nivel y extensión de la lesión. Algunos de los síntomas más comunes incluyen: debilidad, entumecimiento o parálisis en las extremidades, pérdida de reflejos tendinosos profundos, disfunción vesical o intestinal, y trastornos sensoriales.

El tratamiento de la isquemia de la médula espinal requiere una evaluación y manejo inmediatos e intensivos por parte de un equipo multidisciplinario de especialistas en neurociencias, con el objetivo de restaurar el flujo sanguíneo a la médula espinal lo antes posible. El tratamiento puede incluir medidas de soporte vital, oxigenación y circulación adecuadas, administración de fármacos vasodilatadores o trombolíticos, y en algunos casos, cirugía para reparar lesiones vasculares o descomprimir la médula espinal.

La cavidad abdominal es el espacio físico dentro del cuerpo que está limitado por los músculos abdominales anteriores y laterales, la columna vertebral posteriormente, el diafragma en la parte superior y el hueso pélvico (pelvis) en la parte inferior.

Esta cavidad contiene varios órganos importantes, incluyendo el estómago, el hígado, el bazo, el páncreas, el intestino delgado y grueso, y los riñones. También contiene glándulas suprarrenales, músculos, vasos sanguíneos, nervios y tejido conectivo.

La cavidad abdominal está dividida en dos regiones principales: la región superior o área abdominal superior (epigástrica), que contiene el estómago, hígado y páncreas; y la región inferior o área abdominal inferior (supra y submesocolic), que contiene el intestino delgado, intestino grueso, apéndice, glándulas suprarrenales y riñones.

La cavidad abdominal desempeña un papel vital en la digestión de los alimentos, la absorción de nutrientes, el procesamiento de desechos y la protección de órganos importantes. Es importante mantener la salud de esta cavidad a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular y exámenes médicos regulares para detectar cualquier problema o enfermedad temprano.

Las venas pulmonares son vasos sanguíneos en el sistema circulatorio que desempeñan un papel crucial en el intercambio de gases en los pulmones. Se encargan de transportar la sangre desoxigenada, rica en dióxido de carbono, desde los pulmones al lado derecho del corazón, donde se distribuye a todo el cuerpo para recoger oxígeno y entregarlo a las células.

Existen cuatro venas pulmonares en total: dos venas pulmonares superiores y dos venas pulmonares inferiores, que corresponden a los lóbulos superior e inferior de cada pulmón, respectivamente. Estas venas se unen para formar la vena pulmonar izquierda y derecha, las cuales desembocan en la aurícula izquierda y derecha del corazón, respectivamente.

La importancia de las venas pulmonares radica en su función vital en el proceso de respiración y en el suministro de oxígeno a todo el organismo. Cualquier problema o enfermedad que afecte a estas venas, como trombosis o hipertensión pulmonar, puede provocar graves consecuencias para la salud y, en algunos casos, incluso ser potencialmente mortales.

Las enfermedades pleurales se refieren a un grupo de trastornos que afectan la pleura, el revestimiento seroso de las pulmones y la cavidad torácica. La pleura está compuesta por dos capas: la pleura parietal, que recubre la pared interior del tórax, y la pleura visceral, que recubre los pulmones. El espacio entre estas dos capas se denomina espacio pleural y contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante llamado líquido pleural.

Las enfermedades pleurales pueden causar acumulación excesiva de líquido en el espacio pleural, conocida como derrame pleural, o inflamación e irritación de la pleura, lo que provoca dolor y dificultad para respirar. Algunas de las enfermedades pleurales más comunes incluyen:

1. Pleuritis: Es la inflamación e irritación de la pleura, a menudo causada por infecciones virales o bacterianas, enfermedades autoinmunes o exposición a sustancias químicas nocivas.
2. Neumotórax: Es la presencia de aire en el espacio pleural, lo que puede ocurrir como resultado de una lesión traumática o una condición pulmonar subyacente.
3. Derrame pleural: La acumulación excesiva de líquido en el espacio pleural puede ser causada por diversas afecciones, como insuficiencia cardíaca congestiva, cáncer, infección o enfermedad pulmonar.
4. Empiema: Es la acumulación de pus en el espacio pleural, generalmente como resultado de una infección bacteriana.
5. Mesotelioma pleural: Es un tipo de cáncer que afecta la pleura y se asocia con la exposición al amianto.

El tratamiento de las enfermedades pleurales depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, antiinflamatorios, drenaje del líquido o aire acumulado, cirugía o quimioterapia.

Una fístula pancreática es un conducto anormalmente formado entre el tejido pancreático y otro órgano o la superficie corporal, a través del cual los jugos digestivos pueden drenar. Esta condición suele ser una complicación de una lesión, cirugía o inflamación pancreática, como la pancreatitis aguda o crónica. Las fístulas pancreáticas pueden causar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea. El tratamiento puede incluir medidas conservadoras, como la alimentación por sonda y el drenaje de líquidos, o intervenciones más invasivas, como la cirugía o la terapia con estimulantes del crecimiento de los tejidos.

El "tiempo de internación" o "tiempo de estancia hospitalaria" se refiere al período total de tiempo que un paciente permanece admitido en un centro hospitalario, desde su admisión hasta su alta. Este parámetro se utiliza comúnmente en la práctica clínica y en investigaciones médicas para evaluar la eficiencia y calidad de los servicios de salud, así como también para determinar los costos asociados a la atención médica de un paciente. El tiempo de internación puede variar significativamente dependiendo de diversos factores, como la gravedad de la enfermedad o lesión, la respuesta al tratamiento, la disponibilidad de camas y recursos hospitalarios, entre otros.

Una fístula arteriovenosa (FAV) es una comunicación anormal entre una arteria y una vena que permite el flujo directo de sangre desde la arteria hasta la vena, bypassando así los capilares. Esta condición puede ser congénita o adquirida. Las fístulas arteriovenosas congénitas suelen presentarse en el sistema nervioso central y pueden ser asintomáticas o causar diversos síntomas dependiendo de su tamaño, localización y los órganos afectados.

Las fístulas arteriovenosas adquiridas son más comunes y pueden desarrollarse como resultado de traumatismos, procedimientos quirúrgicos o enfermedades vasculares subyacentes. Las FAV adquiridas suelen presentarse en las extremidades inferiores o superiores y pueden causar diversas complicaciones, como insuficiencia cardíaca congestiva, isquemia tisular e infecciones. El tratamiento de las fístulas arteriovenosas depende de su etiología, localización y gravedad de los síntomas y puede incluir procedimientos quirúrgicos, endovasculares o de radiación.

Un absceso subfrénico es una acumulación de pus en el espacio situado entre el hígado y el diafragma, conocido como espacio subfrénico. Este espacio se encuentra por debajo del ligamento falciforme del hígado y está recubierto por la membrana serosa pleural.

Este tipo de absceso puede ocurrir como resultado de una infección que se ha extendido desde el hígado, el tracto gastrointestinal o los pulmones. También puede ocurrir después de una lesión o cirugía en la región superior del abdomen.

Los síntomas más comunes de un absceso subfrénico incluyen dolor abdominal y/o pleurítico, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagenología como ecografía o tomografía computarizada (TC) y, en algunos casos, punción guiada por imagen para obtener una muestra del líquido del absceso para cultivo y análisis.

El tratamiento suele consistir en antibióticos y drenaje quirúrgico o percutáneo del absceso. El pronóstico depende de la gravedad de la infección, la salud general del paciente y el tiempo transcurrido antes del diagnóstico y tratamiento adecuados.

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