Infección viral del ganglio Gasseriano y de sus ramas nerviosas caracterizada por dolor y erupciones vesiculares con mucho edema. La afectación ocular usualmente es precedida por una vesícula en la punta de la nariz. Esta área es inervada por el nervio nasociliar.
Enfermedad infecciosa aguda, generalmente autolimitada, que al parecer representa una activación de virus de la varicela-zóster (HERPESVIRUS 3 HUMANO) latentes en personas que se han hecho parcialmente inmunes tras un ataque de VARICELA. Afecta a los GANGLIOS SENSORIALES y a sus áreas de inervación y se caracteriza por dolor neurálgico intenso a lo largo del área de distribución del nervio afectado y brotes de vesículas arracimadas por todo el área. (Adaptación del original: Dorland, 27a ed)
Parálisis de uno o más de los músculos oculares debido a trastornos de los músculos del ojo, de la unión neuromuscular, del tejido blando de soporte, tendones o de la inervación de los músculos.
Análogo de GUANOSINA que actúa como un antimetabolito. Virus son especialmente susceptibles. Es utilizado especialmente contra herpes.
Enfermedades de la córnea.
Pérdida severa o completa de la función motora de un lado del cuerpo. Esta afección usualmente es producida por ENFERMEDADES CEREBRALES que se localizan en el hemisferio cerebral opuesto al lado afectado. Con menos frecuencia, lesiones del TRONCO CEREBRAL; ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL cervical; ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO y otras afecciones pueden manifestarse por hemiplejía. El término hemiparesia (ver PARESIA) se refiere a la forma leve a moderada de debilidad que fecta a un lado del cuerpo.
Vacuna atenuada que se utiliza para prevenir y/o tratar el HERPES ZÓSTER, una enfermedad causada por el HERPESVIRUS HUMANO 3.

El herpes zóster oftálmico, también conocido como culebrilla ocular, es una complicación del virus varicela-zoster que causa la infección por chickenpox en la infancia. Después de recuperarse de la varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo y puede reactivarse décadas más tarde, causando herpes zóster.

Cuando el virus se reactiva y afecta al nervio oftálmico, que es el nervio craneal más largo y está conectado al ojo, provoca herpes zóster oftálmico. Esta afección se manifiesta como un grupo de ampollas dolorosas en uno o ambos lados del rostro, especialmente alrededor del ojo y la frente.

El herpes zóster oftálmico puede causar complicaciones graves, como inflamación de la córnea, úlceras corneales, glaucoma e incluso pérdida de visión si no se trata adecuadamente. Por lo tanto, es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha de esta afección. El tratamiento temprano con medicamentos antivirales y analgésicos puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.

El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una infección causada por el virus varicela-zoster. Este mismo virus es responsable de la varicela, que generalmente se adquiere en la infancia. Después de recuperarse de la varicela, el virus no se elimina completamente del cuerpo y permanece inactivo (dormante) en los nervios sensoriales cerca de la médula espinal.

En algunas personas, el virus puede reactivarse décadas más tarde, viajando a lo largo de los nervios hasta llegar a la piel, lo que provoca una erupción dolorosa y con ampollas llamada herpes zóster. Aunque no es una enfermedad de transmisión sexual, el contacto directo con la erupción o las fluidos de las ampollas puede propagar la varicela a personas que nunca han tenido esta enfermedad o la vacuna contra la varicela.

Los factores que pueden desencadenar un brote de herpes zóster incluyen el envejecimiento, el estrés emocional o físico, algunos medicamentos y problemas de salud como el cáncer o el VIH/SIDA. El tratamiento temprano con antivirales puede ayudar a acortar la duración e intensidad del brote y prevenir complicaciones. La vacuna contra el herpes zóster está disponible para personas mayores de 50 años y reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad y sus posibles complicaciones.

La oftalmoplejía es un término médico que se refiere a la parálisis o paresia (debilidad) de los músculos extraoculares. Estos son los músculos responsables del movimiento de los ojos. La afección puede afectar a uno o ambos ojos y puede causar problemas para mover los ojos hacia arriba, abajo, a los lados o en cualquier dirección.

La oftalmoplejía puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida (desarrollada más tarde en la vida). Las causas comunes de la oftalmoplejía adquirida incluyen trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, un accidente cerebrovascular, una infección del sistema nervioso o tumores que comprimen los nervios que controlan los músculos extraoculares. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o drogas tóxicas.

Los síntomas de la oftalmoplejía pueden variar dependiendo de su gravedad y extensión. Pueden incluir diplopía (visión doble), estrabismo (ojos desalineados), limitación del movimiento ocular, caída del párpado (ptosis) y visión borrosa. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía o cambios en los medicamentos que están causando el problema.

Aciclovir es un fármaco antiviral sintético que se utiliza para tratar infecciones causadas por virus herpes simplex, virus varicela-zoster y virus del herpes zóster. Pertenece a una clase de medicamentos llamados análogos de nucleósidos.

El modo de acción del aciclovir se basa en su capacidad para inhibir la replicación del ADN viral, lo que impide que el virus se multiplique dentro de las células infectadas. Una vez inside las células, el aciclovir es fosforilado por las enzimas virales a su forma activa, el aciclo-GTP, que compite con el GTP natural para la incorporación al ADN viral en crecimiento. La incorporación del aciclo-GTP al ADN viral resulta en la terminación de la cadena de ADN y la inhibición adicional de la replicación del ADN viral.

El aciclovir se utiliza para tratar una variedad de infecciones virales, incluyendo:

* Infecciones por herpes simplex (HSV) tipo 1 y 2, como el herpes labial y el herpes genital
* Varicela
* Herpes zóster (culebrilla)
* Infecciones oculares causadas por el virus del herpes
* Prevención de la infección por el virus del herpes en personas con sistemas inmunes debilitados, como los que reciben quimioterapia o tienen VIH/SIDA.

El aciclovir se administra generalmente por vía oral, intravenosa o tópica (cremas o ungüentos). Los efectos secundarios comunes del aciclovir incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y erupciones cutáneas. En raras ocasiones, el aciclovir puede causar efectos secundarios graves, como daño renal o hepático, convulsiones o reacciones alérgicas.

Las enfermedades de la córnea se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan la claridad, integridad y funcionalidad de la córnea, que es la parte transparente y delgada en la superficie frontal del ojo. La córnea desempeña un papel crucial en el proceso de visión al proporcionar aproximadamente dos tercios del poder refractivo total del ojo, ayudando a enfocar los rayos de luz en la retina. Cualquier trastorno que dañe la estructura o integridad de la córnea puede resultar en deterioro visual grave o incluso ceguera.

Existen numerosas enfermedades y afecciones que pueden afectar la córnea, entre las que se incluyen:

1. Queratitis: Es una inflamación de la córnea que puede ser causada por infecciones, traumatismos, exposición al sol excesiva o uso prolongado de lentes de contacto. Las queratitis bacterianas, virales y fúngicas son comunes y pueden provocar úlceras corneales si no se tratan adecuadamente.

2. Degeneración Pellucida Marginal Inferior (DPMI): Es una enfermedad degenerativa progresiva que afecta la periferia inferior de la córnea, causando adelgazamiento y debilitamiento de la estructura corneal. La DPMI puede aumentar el riesgo de perforación corneal y otros daños estructurales.

3. Distrofias Corneales: Son trastornos hereditarios que afectan la estructura y transparencia de la córnea. Las distrofias más comunes incluyen la distrofia de Fuchs, distrofia endotelial de células granulares y distrofia epitelial map-dot-fingerprint. Estas afecciones suelen causar visión borrosa, dolor ocular y sensibilidad a la luz.

4. Queratocono: Es una enfermedad degenerativa progresiva que causa adelgazamiento y deformación de la córnea, lo que lleva a una disminución de la visión. El queratocono puede ser tratado con lentes de contacto especializados o cirugía refractiva.

5. Queratitis Puntata Superficial: Es una inflamación dolorosa de la superficie de la córnea, generalmente causada por el uso prolongado de lentes de contacto o exposición a entornos secos y polvorientos. La queratitis puntata superficial puede tratarse con lubricantes oculares y antibióticos tópicos.

6. Queratoconjuntivitis Vernal: Es una enfermedad alérgica que afecta la córnea y la conjuntiva, especialmente durante los meses primaverales y veraniegos. Los síntomas incluyen picazón intensa, lagrimeo excesivo y sensibilidad a la luz. La queratoconjunctivitis vernal puede tratarse con antihistamínicos y corticosteroides tópicos.

7. Pterigión: Es un crecimiento benigno de tejido conjuntival sobre la córnea, generalmente causado por la exposición prolongada al sol, el viento o el polvo. El pterigión puede tratarse con lubricantes oculares, corticosteroides tópicos o cirugía si interfiere con la visión.

8. Úlcera Corneal: Es una lesión dolorosa y potencialmente grave de la córnea, generalmente causada por una infección bacteriana, viral o fúngica. Las úlceras corneales pueden tratarse con antibióticos, antivirales o antifúngicos tópicos, dependiendo de la causa subyacente.

9. Distrofia Corneal: Es una enfermedad degenerativa hereditaria que afecta la estructura y la transparencia de la córnea. Las distrofias corneales pueden causar visión borrosa, dolor o sensibilidad a la luz y pueden requerir un trasplante de córnea si interfieren con la visión.

10. Queratocono: Es una enfermedad degenerativa no inflamatoria que causa el adelgazamiento y la deformación progresiva de la córnea, lo que lleva a una visión distorsionada y borrosa. El queratocono puede tratarse con lentes de contacto especiales, anillos intracorneales o trasplante de córnea si interfiere con la visión.

La hemiplejía es un término médico que se refiere al parálisis o pérdida significativa del movimiento en una mitad del cuerpo. Afecta usualmente a los brazos y las piernas de un lado del cuerpo. Esta condición es comúnmente causada por lesiones en el cerebro, particularmente en el hemisferio cerebral opuesto al lado afectado del cuerpo. Las causas más comunes incluyen accidentes cerebrovasculares (ACV), tumores cerebrales o infecciones que dañan el tejido cerebral. La gravedad de la hemiplejía puede variar desde una leve debilidad hasta una parálisis completa. También pueden presentarse otros síntomas asociados, como pérdida de sensibilidad, problemas de visión o dificultad para hablar, dependiendo del área específica del cerebro que haya sido dañada. El tratamiento generalmente incluye fisioterapia, terapia ocupacional y en algunos casos, medicamentos o cirugía.

La vacuna contra el herpes zóster, también conocida como vacuna de la culebrilla, es una vacuna aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para prevenir la enfermedad del herpes zóster (culebrilla) y el dolor persistente después de la misma, conocido como neuralgia posherpética. Está recomendada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para personas de 50 años o más.

La vacuna contiene una dosis débil del virus varicela-zóster, que causa la varicela y puede reactivarse más tarde en la vida como culebrilla. La administración de la vacuna estimula al sistema inmunológico a producir una respuesta inmune contra el virus, lo que ayuda a proteger contra la enfermedad del herpes zóster o a disminuir su gravedad si se desarrolla.

La vacuna contra el herpes zóster no es un tratamiento para la culebrilla existente ni la neuralgia posherpética. Además, no garantiza una protección total contra la enfermedad, pero reduce significativamente el riesgo de desarrollarla y disminuye la gravedad de los síntomas si se adquiere.

Existen dos vacunas disponibles actualmente: Zostavax y Shingrix. Zostavax ha estado disponible desde 2006, pero su eficacia disminuye con el tiempo. Shingrix es la más reciente y ofrece una protección más fuerte y duradera contra el herpes zóster y la neuralgia posherpética. Los CDC recomiendan usar Shingrix en lugar de Zostavax si no hay contraindicaciones médicas.

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