Inflamación de las membranas que recubren al cerebro y/o la médula espinal constituida por la PIAMADRE, ARACNOIDES y DURAMADRE. Las infecciones (virales, bacterianas, y micóticas) son las causas más comunes de esta afección, pero la (HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA), irritación química (MENINGITIS química), afecciones granulomatosas, afecciones neoplásicas (MENINGITIS CARCINOMATOSA), y otras causas inflamatorias pueden producir este síndrome. (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1994, Ch24, p6)
Infecciones bacterianas de las leptomeninges y del espacio subaracnoideo, en las que participan con frecuencia la corteza, los nervios craneales, los vasos sanguíneos cerebrales, la médula espinal y las raíces nerviosas.
Infección purulenta aguda de las meninges y del espacio subaracnoideo producido por el Streptococcus pneumoniae, de mayor prevalencia en niños y adultos mayores de 60. Esta enfermedad puede asociarse con OTITIS MEDIA; MASTOIDITIS; SINUSITIS; INFECCIONES DEL TRACTO RESPIRATORIO; anemia drepanocítica (ANEMIA, DREPANOCÍTICA); fracturas de cráneo; y otras enfermedades. Las manifestaciones clínicas incluyen FIEBRE; CEFALEAS; rigidez de nuca; y somnolencia seguidas por CONVULSIONES; déficits neurológicos focales (notablemente SORDERA); y COMA.
Síndrome caracterizado por cefalea, rigidez de nuca, fiebre baja, y pleocitosis linfocítica del LCR con ausencia de un patógeno bacteriano agudo. La meningitis viral es la causa más frecuente aunque las INFECCIONES POR MICOPLASMA; INFECCIONES POR RICKETTSIA; los procedimientos diagnóstico o terapéutico; los PROCESOS NEOPLÁSICOS; los focos sépticos perimeníngeos; y otras afecciones pueden producir este síndrome. (Traducción libre del original: de Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p745)
Infección viral de las leptomeninges y del espacio subaracnoideo. INFECCIONES POR TOGAVIRIDAE; INFECCIONES POR FLAVIVIRIDAE; RUBELLA; INFECCIONES POR BUNYAVIRIDAE; infecciones por ORBIVIRUS; INFECCIONES POR PICORNAVIRIDAE; INFECCIONES POR ORTHOMYXOVIRIDAE; INFECCIONES POR RHABDOVIRIDAE; INFECCIONES POR ARENAVIRIDAE; INFECCIONES POR HERPESVIRIDAE; INFECCIONES POR ADENOVIRIDAE; infecciones por POLYOMAVIRUS HOMINIS 2; e INFECCIONES POR RETROVIRIDAE pueden ocasionar esta forma de meningitis. Las manifestaciones clínicas incluyen fiebre, cefalea, dolor en el cuello, vómitos, FOTOFOBIA, y signos de irritación meníngea.
Meningitis causada por agentes fúngicos que pueden aparecer como INFECCIONES OPORTUNISTAS o surgir en hospederos inmunocompetentes.
Infecciones del sistema nervioso causadas por la bacteria del género HAEMOPHILUS y que se caracterizan por inflamación pronunciada de las MENINGES. El HAEMOPHILUS INFLUENZAE TIPO B es el organismo causal más común. Afecta principalmente a niños menores de 6 años pero puede darse en adultos.
Infección fulminante de las meninges y del líquido subaracnoideo por la bacteria NEISSERIA MENINGITIDIS, que produce inflamación difusa y trombosis venosa perimeníngea. Las manifestaciones clínicas incluyen FIEBRE, rigidez de nuca, CONVULSIONES, CEFALEA severa, exantema petequial, estupor, déficits neurológicos focales, HIDROCEFALIA y COMA. El organismo se transmite usualmente a través de las secreciones nasofaríngeas y es causa principal de meningitis en niños y en adultos jóvenes. Se ha señalado que la Neisseria meningitidis de los serogrupos A, B, C, Y y W-135 producen meningitis.(Adaptación del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp689-701; Curr Opin Pediatr 1998 Feb;10(1):13-8).
Inflamación de las meninges producida por el CRYPTOCOCCUS NEOFORMANS, una levadura encapsulada que tiende a infectar a individuos que padecen el SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA y otros estados de inmunocompromiso. El organismo entra al cuerpo a través de el tracto respiratorio, pero la infección sintomática se limita usualmente a los pulmones y al sistema nervioso. El organismo puede producir también lesiones del parénquima cerebral (torulomas). Clínicamente, el curso es subagudo y puede ocasionar CEFALEAS; NÁUSEAS; FOTOFOBIA; déficit neurológico focal; CONVULSIONES; neuropatías craneales; e HIDROCEFALIA.
Forma de meningitis bacteriana causada por el MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS o raramente el MYCOBACTERIUM BOVIS. El organismo se implanta en las meninges y forma microtuberculomas que posteriormente se rompen. El curso clínico tiende a ser subagudo, con progresiones que ocurren a lo largo de un período de varios días o más. La cefalea y la irritación meníngea puede preceder a CONVULSIONES, neuropatías craneales, déficits neurológicos focales, somnolencia y eventualmente COMA. La enfermedad puede ocurrir en individuos inmunocompetentes o como INFECCIÓN OPORTUNISTA en el SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA y en otros síndromes de inmunodeficiencia. (Traducción libre del original de: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp717-9)
Líquido que protege y circula a través de los ventrículos cerebrales, espacio subaracnoideo y conducto del epéndimo. Está formado principalmente por las secreciones de los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales. Los orificios del cuarto ventrículo permiten al líquido fluir hacia los espacios subaracnoideos que rodean al encéfalo y a la médula espinal. La obtención de muestras de líquido cefalorraquídeo (LCR) se puede realizar mediante punción lumbar entre la tercera y cuarta vértebras lumbares. (Diccionario Mosby. 5a ed. Madrid: Harcourt España, 2000, p. 764).
Inflamación de las meninges ocasionada por infección con LISTERIA MONOCYTOGENES, que habitualmente se produce en individuos menores de 3 años o mayores de 50. Puede presentarse a cualquier edad con SÍNDROMES DE INMUNODEFICIENCIA. Las manifestaciones clínicas incluyen FIEBRE, alteración mental, CEFALEA, signos meníngeos, signos neurológicos focales y CONVULSIONES (Adaptación del original: Medicine 1998 Sep;77(5):313-36).
Forma de meningitis producida por bacterias gram negativas que tiende a ocurrir en recién nacidos, en asociación con anomalías anatómicas (que crean comunicación entre las meninges y las estructuras cutáneas) o como INFECCIONES OPORTUNISTAS conjuntamente con el SÍNDROME DE DEFICIENCIA INMUNOLÓGICA. En recién nacidos prematuros la presentación clínica puede limitarse a ANOREXIA; VÓMITOS; letargia; o dificultad respiratoria. Los recién nacidos a término pueden tener como elementos adicionales FIEBRE, CONVULSIONES y abombamiento de la fontanela anterior. (Traducción libre del original: Menkes, Textbook of Child Neurology, 5th ed, pp398-400)
Punción del espacio subaracnoideo en la región lumbar, entre la tercera y cuarta vértebra lumbar.
Proceso de enfermedad infecciosa que incluye meningitis, diarrea y trastornos respiratorios, producida por echovirus.
Organismos grampositivos que se encuentran en el tracto respiratorio superior, los exudados inflamatorios y diversos fluídos corporales de humanos normales y/o enfermos y, raramente, de animales domésticos.
Especie de BACTERIAS aerobias gramnegativas. Solo es comensal y patógeno en humanos y puede estar presente de manera asintomática en la NASOFARINGE, Cuando se encuentra en el líquido cefalorraquídeo es causa de la meningitis cerebroespinal (MENINGITIS MENINGOCÓCICA). También se encuentra en las secreciones venéreas y en la sangre. Al menos existen 13 serogrupos basados en diferencias antigénicas en los polisacáridos capsulares; los únicos que causan la mayoría de las meningitis son la A, B, C, Y y W-135. Cada serogrupo puede a su vez ser clasificado por serotipo, serosubtipo e inmunotipo.
Especie de nemátodo parásito distribuido en las Islas del Pacífico que infesta los pulmones de las ratas domésticas. La infección humana, producida por el consumo de babosas crudas y de caracoles de la tierra, produce meningitis eosinofílica.
Un antibiótico cefalosporina con una vida media muy prolongada y con alta penetrabilidad para infecciones usualmente inaccesibles, incluyendo aquellas que involuvran las meninges, los ojos, el oído interno y el tracto urinario.
Proteínas del líquido cefalorraquídeo, normalmente albúmina y globulina presentes en la relación de 8 a 1. Los incrementos en los niveles de proteína tienen valor diagnóstico en enfermedades neurológicas.
República de Africa occidental, al norte de NIGERIA y oeste del CHAD. Su capital es Niamey.
Infecciones producidas por bacterias del género STREPTOCOCCUS.
Las tres membranas que rodean al ENCÉFALO y la MÉDULA ESPINAL. Son la duramadre, la piamadre y la aracnoides.
Cadenas de Neisseria meningitidis responsables de la mayoría de los brotes de meningococia en Europa Occidental y los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. En la actualidad continúan siendo la principal causa de enfermedad en Asia y África, especialmente en África subsahariana.
Especie de HAEMOPHILUS que se encuentra en las membranas mucosas de los humanos y en una variedad de animales. La especie se subdivide en biotipos del I al VIII.
Proceso inflamatorio que afecta al cerebro (ENCEFALITIS) y meninges (MENINGITIS), producido a menudo por organismos patógenos que invaden al sistema nervioso central, y ocasionalmente por toxinas, trastornos autoinmunes, y otras afecciones.
Bacteria que causa mastitis en el ganado vacuno y ocasionalmente en el hombre.
Sustancias que reducen el crecimiento o la reprodución de las BACTERIAS.
Lactante durante el primer mes después del nacimiento.
Las infecciones por enterovirus se refieren a la afectación del sistema gastrointestinal y otras regiones corporales, ocasionadas por diversos tipos de virus de esta familia, que suelen provocar síntomas leves pero pueden causar enfermedades graves en algunos individuos, especialmente niños y personas inmunodeprimidas.
Especie de hongos CRYPTOCOCCUS. Su teleomorfo es Filobasidiella neoformans.
Proceso de determinar y distinguir las especies de bacterias o virus basados en antígenos que comparten.
Tipo de H. influenzae aislado con mayor frecuencia del biotipo I. Antes de la disponibilidad de la vacuna era causa principal de meningitis en niños.
Una especie de ENTEROVIRUS que infecta humanos y contine 36 serotipos. Comprendida por todos los echovirus y unos pocos coxsackievirus, incluindo todos aquellos anteriormente llamados coxsackievirus B.
Especie de ENTEROVIRUS asociado con brotes de meningitis aséptica.
Neoplasma primario o secundario en el espacio ARACNOIDEO o SUBARANOIDEO. Aparece como un engrosamiento fibrótico de las MENINGES asociado con variables grados de inflamación.
Especie de STREPTOCOCCUS aislada de los cerdos. Es patógeno del cerdo pero raramente se encuentra en humanos.
Derivado semisintético de la penicilina que funciona como un antibiótico de amplio espectro activo oralmente.
Incremento transitorio en el número de leucocitos en un fluido corporal.
Infección con un hongo de la especie CRYPTOCOCCUS NEOFORMANS.
Infecciones con nemátodos del orden STRONGYLIDA.
El espacio entre la membrana aracnoides y PIAMADRE, llenos de LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO. Contiene grandes vasos sanguíneos que irrigan el CEREBRO y la MÉDULA ESPINAL.
Acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo el cual puede asociarse a dilatación de los ventrículos cerebrales, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL; CEFALEA; letargia; INCONTINENCIA URINARIA; y ATAXIA.
Infección producida por un hongo del género COCCIDIOIDES, endémico en el SUROESTE DE LOS ESTADOS UNIDOS. A veces se denomina fiebre del valle, que no hay que confundir con la FIEBRE DEL VALLE DE RIFT. La infección es causada por inhalación de partículas fúngicas ambientales, conocidas como artroconidias, una forma de ESPORAS FÚNGICAS. La forma primaria es una infección respiratoria aguda, benigna, autolimitada. La forma secundaria es una enfermedad granulomatosa grave, crónica y progresiva, con afectación sistémica. Puede detectarse con el empleo de COCCIDIOIDINA.
Una cefalosporina semisintética de amplio espectro.
Aumento repentino en la incidencia de una enfermedad. El concepto incluye BROTES DE ENFERMEDADES.
Sustancias que destruyen hongos al suprimir su capacidad para crecer o reproducirse. Difieren de los FUNGICIDAS, INDUSTRIALES en que defienden de los hongos que están presentes en los tejidos humanos o de otros animales.
Procesos neoplásicos benignos y malignos que surgen en las meninges o que secundariamente involucran a las cubiertas meníngeas del cerebro y de la médula espinal.
Infecciones producidas por bacterias de las especies STREPTOCOCCUS PNEUMONIAE.
Género de la familia PICORNAVIRIDAE cuyos miembros habitan preferiblemente en el tracto intestinal de una variedad de hospederos. El género contiene muchas especies. Los miembros descritos recientemente de los enterovirus humanos se le asignan números continuos de la especie denominada "enterovirus humanos".
Infecciones oportunistas que se encuentran en pacientes que poseen prueba positiva al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Las más comunes son la NEOMONIA POR PNEUMOCYSTIS, el sarcoma de Kaposi, criptosporidiosis, herpes simple, toxoplasmosis, criptococcosis, e infecciones con Micobacterias del complejo aviario, Microsporidium, y Citomegalovirus.
República del Africa occidental situada entre GHANA por el oeste y BENIN por el este. Su capital es Lomé.
República de Africa occidental, al sur-este de MALI y oeste de NIGER. Su capital es Ouagadougou. Antes se llamaba Alto Volta hasta 1984.
Presencia de diversos microorganismos formadores de pus y otros patógenos, o sus toxinas, en la sangre o los tejidos. La SEPTICEMIA, enfermedad sistémica causada por la multiplicación de microorganismos en la sangre circulante, es un tipo común de sepsis.
Cadenas de Neisseria meningitidis halladas sobre todo en África.
Género fúngico de Tremellales mitospóricos cuyas especies generalmente poseen una cápsula y no forman pseudomicelio. Los teleomorfos incluyen Filobasidiella y Fidobasidium.
Infecciones producidas por bacterias de la especie NEISSERIA MENINGITIDIS.
Un análogo fluorado de la citosina que es utilizado como agente antifúngico.
Derramamiento de líquido céfalorraquídeo a través de la nariz. Entre las etiologías comunes se incluyen traumas, neoplasias y cirugías previas, pero la afección puede presentarse espontáneamente. (Traducción libre del original: Otolaryngol Head Neck Surg 1997 Apr;116(4):442-9)
Agente antifúngico triazólico que se utiliza para el tratamiento de la CANDIDIASIS orofaríngea y la MENINGITIS criptocócica en el SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA.
Vacunas o vacunas candidatas usadas para prevenir infección con NEISSERIA MENINGITIDIS.
Presión dentro de la cavidad craneana. Esta influenciada por la masa cerebral, el sistema circulatorio, la dinámica del LCR y la rigidez del cráneo.
CÉLULAS ENDOTELIALES especializadas, no fenestradas y con UNIONES ESTRECHAS que forman una barrera al transporte para ciertas sustancias entre los capilares cerebrales y el tejido del ENCÉFALO.
Inflamación aguda o crónica de la membrana aracnoide de la meninges que con frecuencia afecta a la médula espinal o a la base del cerebro. Este término se refiere generalmente a un proceso inflamatorio persistente caracterizado por engrosamiento de la membrana ARACNOIDE y adherencias durales. Entre los estados asociados se incluyen: cirugía previa, infecciones, trauma, HEMORRAGIA SUBARACNOIDES, e irritación química. Las características clínicas varían con el sitio de la inflamación, pero incluyen neuropatías craneales, radiculopatías y mielopatías. (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1997, Ch48, p25)
Muerte resultante de la presencia de una enfermedad en un individuo, tal y aparece en un reporte de un solo caso o un número limitado de pacientes. Debe diferenciarse de MUERTE, el cese fisiológico de la vida y de MORTALIDAD, un concepto epidemiológico o estadístico.
Presencia de bacterias viables circulantes en sangre. Las manifestaciones agudas comunes de la bacteriemia son fiebre, escalofríos, taquicardia y taquipnea. La mayoría de los casos se ven en pacientes ya hospitalizados, la mayoría de los cuales tienen enfermedades subyacentes o procedimientos que hacen que su corriente sanguínea sea susceptible a la invasión.
Infecciones producidas por bacterias del género HAEMOPHILUS.
Una especie de bacteria gramnegativa en el género CRONOBACTER, encontrada en el ambiente y en los alimentos.
Número de casos nuevos de enfermedades, o de personas enfermas, durante determinado período en una población específica. É também usado para el índice en que nuevos eventos ocurren en una población específica.
Un antibótico macrólico antifúngico producido por el Streptomyces nodosus obtenido del suelo de la región del río Orinoco de Venezuela.
Infecciones del sistema nervioso producidas por espiroquetas del GRUPO BORRELIA BURGDORFERI, transmitidas por garrapatas. La enfermedad puede afectar a elementos del sistema nervioso central o periférico de manera aislada o combinada. Las manifestaciones clínicas comunes incluyen la meningitis linfocítica, neuropatía craneal (más a menudo una neuropatía facial), POLIRRADICULOPATIA y ligera pérdida de memoria y de otras funciones cognitivas. Con menos frecuencia puede darse inflamación más extensa que implique al sistema nervioso central (encefalomielitis). En el sistema nervioso periférico, la infección por B. burgdorferi se asocia con mononeuritis múltiple y polirradiculoneuritis (Adaptación del original: J Neurol Sci 1998 Jan 8;153(2):182-91).
Protrusión congénita o adquirida de las meninges, que no se acompaña de tejido neural, a través de un defecto óseo en el cráneo o la columna vertebral.
No susceptibilidad de un organismo a la acción de las penicilinas.
Colección circunscrita de exudado purulento en el cerebro, producida por bacterias u otras infecciones. La mayoría son causadas por diseminación de material infectado desde un foco de supuración en cualquier parte del cuerpo, principalmente los SENOS PARANASALES, OÍDO MEDIO), CORAZÓN (ver también ENDOCARDITIS BACTERIANA) y PULMÓN. Este estado también puede estar asociado con TRAUMA CRANEOCEREBRAL penetrante y PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS. Las manifestaciones clínicas incluyen CEFALEA, CONVULSIONES, déficits neurológicos focales y alteraciones de la conciencia (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp712-6).
Vacunas o candidatos vacunales que contienen polisacáridos antigénicos del Haemophilus influenzae y que están diseñados para prevenir la infección. La vacuna puede contener sólo los polisacáridos o con mayor frecuencia polisacáridos conjugados a moléculas transportadoras. También se ve como una vacuna combinada con la vacuna difteria-tetanos-pertussis.
Especie Oryctolagus cuniculus, de la familia Leporidae, orden LAGOMORPHA. Los conejos nacen en las conejeras, sin pelo y con los ojos y los oídos cerrados. En contraste con las LIEBRES, los conejos tienen 22 pares de cromosomas.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Forma aguda de TUBERCULOSIS en la que se forman diminutos tubérculos en un número de órganos del cuerpo debido a la diseminación de los bacilos a través de la corriente sanguínea.
Cualquier prueba que demuestre la eficacia relativa de los diferentes agentes quimioterapéuticos contra microorganismos específicos (es decir, bacterias, hongos, virus).
Vacunas o vacunas candidatas usadas para prevenir infecciones con STREPTOCOCCUS PNEUMONIAE.
Inflamación del ENCÉFALO producida por infección, procesos autoinmunes, toxinas y otras afecciones. Las infecciones virales (ver ENCEFALITIS VIRAL) son causa relativamente frecuente de esta afección.
Trastornos de uno o más de los doce nervios craneales. Con la excepción de los nervios óptico y olfatorio, este incluye trastornos de los núcleos del tronco cerebral de donde se originan o terminan estos nervios craneales.
Inflamación de la MUCOSA NASAL en el SENO ESFENOIDAL. La sinusitis esfenoidal aislada es poco frecuente. Generalmente se produce en conjunción con otras sinusitis paranasales.
Grupo de antibióticos que contienen ácido 6-aminopenicilánico con una cadena lateral unida al grupo 6-amino. El núcleo de penicilina es el principal requerimiento estructural para la actividad biológica. La estructura de la cadena lateral determina muchas de las características antibacterianas y farmacológicas. (Traducción libre del original: Goodman and Gilman's The Pharmacological Basis of Therapeutics, 8th ed, p1065)
Terapia con dos o mas preparaciones diferentes, para obtener un efecto combinado.
Parte del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL contenida dentro del CRÁNEO. Procedente del TUBO NEURAL, el encéfalo embrionario consta de tres partes principales: PROSENCÉFALO (cerebro anterior), MESENCÉFALO (cerebro medio) y ROMBENCÉFALO (cerebro posterior). El encéfalo desarrollado consta de CEREBRO, CEREBELO y otras estructuras del TRONCO ENCEFÁLICO.
Inmunoelectroforesis en la que la inmunoprecipitación ocurre cuando el antígeno que está en el cátodo se hace migrar en un campo eléctrico a través de un medio apropiado de difusión contra una corriente de anticuerpos que migran desde el ánodo como resultado de un flujo endosmótico.
Sintoma de DOLOR en la región craneal. Puede ser un síntoma aislado y benigno o una manifestación de una gran variedad de TRASTORNOS DE CEFALALGIA.
Enfermedad infecciosa aguda producida por RUBULAVIRUS, que se propaga por contacto directo mediante gotitas de saliva transportadas a través del aire, fómites contaminados por saliva infectada, y tal vez por la orina. Suele verse en niños menores de 15 años de edad, si bien los adultos también pueden afectarse. (Dorland, 28a ed)
Grupo de antibióticos de amplio espectro que se aislaron por primera vez del hongo mediterráneo conocido como ACREMONIUM. Contienen la porción beta-lactámica, ácido tia-azabiciclo-octenecarboxílico conocido también como ácido 7-aminocefalosporánico.
Presencia de aire o gas dentro de la cavidad intracraneal (ejemplo, espacio epidural, espacio subdural, intracerebral, etc.) lo que puede producir lesiones traumáticas, formación de un tracto de fístula, erosiones del cráneo por NEOPLASIAS o infecciones, PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS, y otras situaciones.
No puedo proporcionar una definición médica de 'Vietnam' en una sola frase, ya que Vietnam no es un término médico. Se refiere a un país del sudeste asiático. Sin embargo, "Vietnam War" sí tiene relevancia médica, ya que estuvo asociado con efectos duraderos en la salud mental y física de los veteranos de guerra.
Un envoltorio de gel disperso que rodea una célula bacteriana y que se asocia con la virulencia de la bacteria patogénica. Algunas cápsulas tienen un borde bien definido, mientras otras forman una cubierta delgada que se desvanece en el medio. La mayoría de las cápsulas están constituídas por polisacáridos relativamente simples, pero hay algunas bacterias cuyas cápsulas están constituídas por polipéptidos.
Incremento anormal de EOSINÓFILOS en la sangre, tejidos u órganos.
Antiinflamatorio 9-fluor-glucocorticoide.
Enfermedades de recién nacidos que se presentan al nacer (congénitas) o que se desarrollan durante el primer mes de nacido. No se incluyen las enfermedades hereditarias que no se manifiestan al nacer o durante los primeros 30 días de la vida ni a los errores congénitos del metabolismo. Tanto las ENFERMEDADES HEREDITARIAS y los ERRORES CONGÉNITOS DEL METABOLISMO están disponibles como concepto general.
Introducción de agentes terapéuticos en la región de la columna utilizando una aguja y una jeringa.
Enfermedades animales que se producen de manera natural o son inducidas experimentalmente, con procesos patológicos bastante similares a los de las enfermedades humanas. Se utilizan como modelos para el estudio de las enfermedades humanas.
Infecciones producidas por bacterias de la especie ESCHERICHIA COLI.
Enfermedades del sitema nervioso central y periférico. Estas incluyen enfermedades del cerebro, médula espinal, nervios craneales, nervios periféricos, raíces nerviosas, sistema nervioso autónomo, unión neuromuscular y músculos.
Medidas binarias de clasificación para evaluar los resultados de la prueba.Sensibilidad o su índice de repeteción es la proporción de verdaderos positivos. Especificidad es la probabilidad de determinar correctamente la ausencia de una condición. (Del último, Diccionario de Epidemiología, 2d ed)
Vacunas semisintéticas constituidas por polisacáridos que son antígenos de microorganismos unidos a moléculas proteicas transportadoras. La proteína transportadora se reconoce por los macrófagos y las células T y eleva así la inmunidad. Los conjugados vacunales inducen la formación de anticuerpos en personas que no responden al polisacárido sólo, inducen niveles elevados de anticuerpos, y muestran una respuesta de reactivación ('booster') al repetir la inyección.
Derramamiento de líquido cefalorraquídeo a través del meato auditivo externo o a través del tubo auditivo hacia la nasofaringe. Generalmente se asocia con TRAUMA CRANEOCEREBRAL (p.ejem. FRACTURAS CRANEALES que afectan al HUESO TEMPORAL), PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS u otras afecciones, pero raramente ocurre espontáneamente (Traducción libre del original: Am J Otol 1995 Nov; 16(6):765-71).
Estudios proyectados para la observación de hechos que todavia no ocurrieron.
Masa semejante a un tumor que se produce por el aumento de volumen de una lesión tuberculosa.
Un examen minucioso de una población (población en general, estudio de población, objetivo de población, etc.) generalmente usando métodos notables por su practicabilidad, uniformidad y frecuentemente por su rapidez.
Afección que se caracteriza por rigidez de nuca, cefalea, y otros síntomas que sugieren irritación meníngea, pero sin inflamación real de las meninges (MENINGITIS). La presión del líquido cefalorraquídeo puede elevarse pero el líquido espinal es normal. (Traducción libre del original: DeJong, The Neurologic Examination, 4th ed, p673)
Método in vitro para producir grandes cantidades de fragmentos específicos de ADN o ARN de longitud y secuencia definidas a partir de pequeñas cantidades de cortas secuencias flanqueadoras oligonucleótidas (primers). Los pasos esenciales incluyen desnaturalización termal de las moléculas diana de doble cadena, reasociación de los primers con sus secuencias complementarias, y extensión de los primers reasociados mediante síntesis enzimática con ADN polimerasa. La reacción es eficiente, específica y extremadamente sensible. Entre los usos de la reacción está el diagnóstico de enfermedades, detección de patógenos difíciles de aislar, análisis de mutaciones, pruebas genéticas, secuenciación del ADN y el análisis de relaciones evolutivas.
Enfermedad febril viral semejante a la influenza producida por varios miembros de la familia BUNYAVIRIDAE y transmitida fundamentalmente por los jejenes hematófagos Phlebotomus papatasii.
Pruebas de aglutinación pasiva en las que un antígeno se adsorbe a partículas de látex que luego se agrupan en presencia del anticuerpo específico para el antígeno adsorbido (Adaptación del original: Stedman, 25a ed).
Masa bien circunscrita compuesta por tejido de granulación tuberculosa que puede ocurrir en los hemisferios cerebrales, cerebelo, tronco cerebral, o espacios perimeníngeos. Múltiples lesiones son muy comunes. El manejo de las manifestaciones intracraneales varía con el sitio de las lesiones. Los tuberculomas intracraneales pueden asociarse con CONVULSIONES, déficits neurológicos focales, e HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL. Los tuberculomas de la médula espinal pueden asociarse con dolor localizado o radicular, decaimiento, pérdida sensorial, e incontinencia. Los tuberculomas pueden surgir como INFECCIONES OPORTUNISTAS, pero también aparecen en individuos inmunocompetentes.
República de Africa austral al este de ZAMBIA Y MOZAMBIQUE. Su capital es Lilongwe. Antiguamente se llamaba Nyasalandia.
Especie de bacterias cocoides grampositivas que se encuentran comúnmente en el tracto alimentario de vacas, carneros y otros rumiantes. Oocasionalmente se encuentran en casos de endocarditis humana. Esta especie no es hemolítica.
Infecciones patógenas del cerebro, médula espinal y meninges. Las INFECCIONES POR VIRUS ADN; INFECCIONES POR VIRUS ARN; INFECCIONES BACTERIANAS; INFECCIONES POR MICOPLASMA; INFECCIONES CON ESPIROQUETAS; infecciones micóticas; INFECCIONES POR PROTOZOOS; HELMINTIASIS; y ENFERMEDADES DE PRIONES pueden afectar el sistema nervioso central como proceso primario o secundario.
Salida y acumulación de LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO en el espacio subdural que puede asociarse con un proceso infeccioso; TRAUMAS CRANEOCEBRALES; HIPOTENSIÓN INTRACRANEAL; y otras afecciones.
No susceptibilidad de un organismo a la acción de las cefalosporinas.
Hernia del tejido encefálico a través de un defecto congénito o adquirido en el cráneo. La mayoría de los encefaloceles congénitos ocurren en las regiones occipital o frontal. Las características clínicas incluyen una masa protuberante y que puede ser pulsátil. La cantidad y localización del tejido neural herniado determina el tipo y grado de defecto neurológico. Con frecuencia ocurren defectos visuales, retraso del desarrollo psicomotor, y deficiencias motoras persistentes.
Sustancias que impeden que microorganismos o agentes infecciosos se diseminen o que los destruyen con el fín de prevenir la extensión de la infección.
Término general para la pérdida completa o parcial de la capacidad de oir con uno o ambos oídos.
Un antibiótico que fue por primera vez aislado de cultivos de Streptomyces venequelae in 1947 pero que es producido sintéticamente en la actualidad. Tiene una estructura relativamente simple y fue el primer antibiótico de amplio espectro que fue descubierto. Actúa interfiriendo con la síntesis bacteriana de proteínas y es principalmente un bacteriostático.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Inflamación del tejido parenquimatoso cerebral que se produce como resultado de una infección viral. La encefalitis puede ocurrir como manifestación primaria o secundaria de LAS INFECCIONES POR TOGAVIRIDAE; INFECCIONES POR HERPESVIRIDAE; INFECCIONES POR ADENOVIRIDAE; INFECCIONES POR FLAVIVIRIDAE; INFECCIONES POR BUNYAVIRIDAE; INFECCIONES POR PICORNAVIRIDAE; INFECCIONES POR PARAMYXOVIRIDAE; INFECCIONES POR ORTHOMYXOVIRIDAE; INFECCIONES POR RETROVIRIDAE; e INFECCIONES POR ARENAVIRIDAE.
Inflamación de la médula espinal. Entre las etiologías más comunes se incluyen las infecciones; ENFERMEDADES AUTOINMUNES; MÉDULA ESPINAL; e isquemia (ver también MEDULA ESPINAL ENFERMEDAD VASCULAR). Las manifestaciones clínicas incluyen generalmente decaimiento, pérdida sensorial, dolor localizado, incontinencia y otros signos de disfunción autonómica.
Sustancias elaboradas por bacterias que tienen actividad antigénica.
Antibacteriano obtenido a partir del Streptomyces orientalis. Es un glicopéptido relacionado con la RISTOCETINA, que inhibe la formación de la pared celular. Tiene efecto nefro- y oto-tóxico.
Grado de patogenicidad dentro de un grupo o especie de microorganismos o virus, indicado por la tasa de mortalidad y/o la capacidad del organismo para invadir los tejidos del huésped. La capacidad patogénica de un organismo viene determinada por los FACTORES DE VIRULENCIA.
Divisiones del año de acuerdo con algunos fenómenos regularmente recurrentes, generalmente astronómicos o climáticos. (Traducción libre del original: McGraw-Hill Dictionary of Scientific and Technical Terms, 6th ed) Variaciones Estacionales: Diferencias estacionales en la ocurrencia de eventos vitales.
Antibióticos beta-lactámicos que difieren de las PENICILINAS porque el átomo de azufre de la tiazolidina está reemplazado por un carbono, el azufre por tanto, es el primer átomo en la cadena lateral. Son químicamente inestables, pero tienen un espectro antibacteriano muy amplio. La tienamicina y sus derivados más estables están propuestos para ser utilizados en combinación con inhibidores enzimáticos.
Infecciones generales o inespecíficas causadas por bacterias..
Liquido corporal que circula por el sistema vascular (VASOS SANGUÍNEOS). La sangre total incluye el PLASMA y las CÉLULAS SANGUÍNEAS.
Conteo del número de CÉLULAS BLANCAS DE LA SANGRE por unidad de volumen en la SANGRE venosa. El conteo diferencial de leucocitos mide el número relativo de los diferentes tipos de células blancas.
Enfermedad relativamente grave de corta duración.
Exotoxinas producidas por ciertas cepas de estreptococos, especialmente del grupo A (STREPTOCOCCUS PYOGENES), que causa HEMÓLISIS.
Especie del género PHLEBOVIRUS que produce la FIEBRE POR FLEBÓTOMO, una enfermedad seudogripal. Entre los serotipos relacionados están el virus de Toscana y el virus de Teherán.
Enfermedad febril producida por el STREPTOCOCCUS PNEUMONIAE.
Especie típica de RUBULAVIRUS que produce una enfermedad infecciosa aguda en humanos que afecta principalmente a niños. La transmisión ocurre por goticas de secreción infectadas.
Antibiótico beta-lactámico de amplio espectro similar en estructura a las CEFALOSPORINAS excepto por la sustitución de la parte oxaazabiciclo por la parte tiaazabiciclo en algunas CEFALOSPORINAS. Ha sido propueso especialmente para la meningitis debido a que atraviesa la barrera hemato-encefálica y para infecciones anaerobias.
La presencia de parásitos en alimentos y productos alimentários. Para la presencia de bacterias, virus y hongos en alimentos, MICROBIOLOGÍA DE ALIMENTOS está disponible.
No puede proporcionar una definición médica de 'África' ya que se refiere a un continente, no a un término médico o condición médica.
Especie de bacterias grampositivas y aerobias que producen TUBERCULOSIS en humanos, otros primates, BOVINOS, PERROS y algunos animales que tienen contacto con el hombre. El crecimiento tiende a ser en masas en forma de cordón, en serpentina, en las que los bacilos muestan una disposición paralela.
Trastornos clínicos o subclínicos de la función cortical producidos por una descarga súbita, anormal, excesiva y desorganizada de las células cerebrales. Las manifestaciones clínicas incluyen fenómenos motores, sensoriales y psíquicos anormales. Las convulsiones recurrentes normalmente son denominadas EPILEPSIA o "trastorno convulsivo".
Inflamación de los vasos sanguíneos en el interior del sistema nervioso central. La vasculitis primaria suele estar causada por factores autoinmunes o idiopáticos, mientras que la vasculitis secundaria está causada por un proceso patológico existente. Las manifestaciones clínicas son muy variables pero incluyen CEFALEA, CONVULSIONES, alteraciones de la conducta, HEMORRAGIAS INTRACRANEALES, ATAQUE ISQUÉMICO TRANSITORIO e INFARTO ENCEFÁLICO. (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp856-61).
Enfermedades de cualquier componente del cerebro (incluyendo los hemisferios cerebrales, diencéfalo, tronco cerebral y cerebelo) o la médula espinal.
Infecciones con bacterias de la familia ENTEROBACTERIACEAE.
Género de hongos mitospóricos que produce COCCIDIOIDOMICOSIS.
Niño hospitalizado para recibir cuidados por corto tiempo.
Profundo estado de inconsciencia asociado con depresión de la actividad cerebral de la cual no puede sacarse al individuo. El coma generalmente ocurre cuando hay disfunción o lesión que afecta a ambos hemisferios cerebrales o a la FORMACIÓN RETICULAR del tronco cerebral. Las causas del coma incluyen ANOXIA, CEREBRAL; TRAUMA CRANEOCEREBRAL; ACCIDENTE CEREBROVASCULAR; ENFERMEDADES METABÓLICAS; INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL; NEUROTOXICIDAD; HIPOTERMIA; HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL; y otras condiciones.
Cualquier infección adquirida en la comunidad, que contrasta con aquellas adquiridas en cualquier unidad de atención de salud (INFECCIÓN CRUZADA). Una infección puede clasificarse como adquirida en la comunidad si el paciente no ha estado recientemente en una institución de salud o que ha estado en contacto con alguien que ha estado recientemente en una institución de atención de la salud.

La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. La causa más común de meningitis es una infección viral, pero también puede ser causada por bacterias, hongos u otras partículas. Los síntomas pueden variar en gravedad, pero generalmente incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, fiebre alta, náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz. En casos graves, puede haber convulsiones, pérdida del conocimiento o incluso la muerte. El tratamiento depende de la causa subyacente; la meningitis bacteriana generalmente se trata con antibióticos, mientras que la meningitis viral a menudo mejora por sí sola con descanso y manejo del dolor. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha meningitis, ya que el diagnóstico y tratamiento tempranos pueden mejorar significativamente los resultados.

La meningitis bacteriana es una infección grave y potencialmente mortal que involucra las membranas protectoras (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. La forma bacteriana de esta afección es causada por diversos tipos de bacterias, siendo Neisseria meningitidis (meningococo) uno de los principales agentes patógenos responsables de las meningitis bacterianas.

Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación e irritación de las meninges, lo que puede provocar síntomas como rigidez en el cuello, fiebre alta, dolor de cabeza intenso, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y cambios mentales. En casos graves, pueden presentarse complicaciones como convulsiones, pérdida auditiva, daño cerebral o incluso la muerte.

El contagio de meningitis bacterianas suele producirse a través de gotitas infectadas que se propagan al toser o estornudar, aunque también puede transmitirse por contacto cercano y prolongado con una persona infectada, especialmente en entornos residenciales como guarderías, colegios o cuarteles militares.

El tratamiento temprano con antibióticos es crucial para mejorar el pronóstico y prevenir complicaciones a largo plazo. La vacunación preventiva también está disponible contra algunos de los serogrupos más comunes de meningococo, como los serogrupos A, C, W e Y, así como contra el serogrupo B, que es responsable de aproximadamente un tercio de los casos de meningitis bacteriana en los Estados Unidos.

La meningitis neumocócica es una forma específica de meningitis, que es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (meninges). Esta inflamación está causada por la infección con bacterias llamadas Streptococcus pneumoniae o neumococo. Estas bacterias son comunes y normalmente viven en nuestra nariz o garganta sin causar ningún problema de salud. Sin embargo, en algunos casos, pueden invadir el torrente sanguíneo y llegar al cerebro, lo que provoca una infección grave y potencialmente mortal.

Los síntomas más comunes de la meningitis neumocócica incluyen fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia), confusión o letargo, y, en los casos más graves, convulsiones. En bebés y niños pequeños, también pueden observarse signos como irritabilidad, falta de apetito, letargo, rigidez corporal y dificultad para despertarse.

El tratamiento de la meningitis neumocócica generalmente implica antibióticos administrados por vía intravenosa, ya que este tipo de infección bacteriana responde bien a los antibióticos. Sin embargo, el tratamiento temprano es crucial para prevenir complicaciones y reducir el riesgo de daño cerebral o muerte. La vacunación contra neumococo también es una forma eficaz de prevenir esta enfermedad. Existen diferentes tipos de vacunas disponibles, y se recomienda su administración, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

La meningitis aséptica, también conocida como meningitis no purulenta o meningitis serosa, es un término médico utilizado para describir la inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal (meninges), en ausencia de evidencia bacteriana o viral confirmada en el líquido cefalorraquídeo (LCR). A diferencia de la meningitis bacteriana o vírica, donde se aíslan microorganismos patógenos específicos del LCR, en la meningitis aséptica, las pruebas de laboratorio no revelan la presencia de bacterias u otros microorganismos.

La causa más común de meningitis aséptica es una infección viral, especialmente por enterovirus, aunque también puede ser el resultado de otras enfermedades sistémicas, reacciones a medicamentos, procesos inflamatorios o autoinmunes, y algunas veces, su origen permanece desconocido (idiopática).

Los síntomas clínicos de la meningitis aséptica pueden ser similares a los de otras formas de meningitis, incluyendo dolor de cabeza, rigidez de cuello, fiebre, fotofobia (intolerancia a la luz), y cambios en el estado mental o comportamiento. Sin embargo, los pacientes con meningitis aséptica generalmente tienen un curso clínico menos grave y una mejor evolución que aquellos con meningitis bacteriana.

El diagnóstico diferencial de la meningitis aséptica requiere pruebas de laboratorio exhaustivas, incluyendo análisis del LCR, cultivo bacteriano y viral, y estudios de citología, química y serología. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos antivirales, antiinflamatorios o inmunomoduladores, así como soporte de los síntomas y signos clínicos.

La meningitis viral, también conocida como meningitis aséptica, es una inflamación de las membranas (meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal. Es causada generalmente por varios tipos de virus, incluyendo enterovirus, virus del herpes y virus de la influenza. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y cambios en el estado mental o comportamiento. En la mayoría de los casos, la meningitis viral es menos grave que la meningitis bacteriana y la mayoría de las personas se recuperan sin tratamiento específico en unas dos semanas. El tratamiento suele consistir en aliviar los síntomas con medicamentos para el dolor y mantenerse hidratado. En algunos casos, pueden ser necesarios cuidados hospitalarios para monitorear la gravedad de la enfermedad y prevenir complicaciones.

La meningitis fúngica es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (meninges) causada por infecciones con hongos. Los hongos que más comúnmente causan meningitis en humanos son Cryptococcus neoformans y Cryptococcus gattii, seguidos de Histoplasma capsulatum, Blastomyces dermatitidis y Coccidioides immitis/posadasii. La gravedad y el pronóstico de la meningitis fúngica varían según la especie del hongo involucrado, la salud general del paciente y la rapidez con que se diagnostique y trate la infección.

Los síntomas más comunes de la meningitis fúngica incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, fotofobia (sensibilidad a la luz), fiebre, náuseas y vómitos. En casos graves, los pacientes pueden experimentar convulsiones, pérdida de conciencia o coma. El diagnóstico se realiza mediante análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR) obtenido a través de una punción lumbar, que revelará niveles elevados de glóbulos blancos y proteínas, así como la presencia del hongo en el LCR.

El tratamiento de la meningitis fúngica generalmente implica administrar antifúngicos potentes, como anfotericina B o fluconazol, durante un período prolongado, a menudo varias semanas o meses. La duración del tratamiento depende de la gravedad de la infección y de la respuesta al tratamiento. En algunos casos, especialmente en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos con VIH/SIDA o trasplantados, el tratamiento puede requerir medicamentos antifúngicos durante toda la vida.

La meningitis por Haemophilus es una infección bacteriana grave que afecta las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. La bacteria responsable de esta forma de meningitis es generalmente Haemophilus influenzae tipo b (Hib).

Esta enfermedad era una causa común de meningitis en niños pequeños antes de la introducción de la vacuna contra Hib en los programas de inmunización rutinarios. Desde entonces, se ha observado una disminución significativa en los casos de meningitis por Haemophilus.

Los síntomas de la meningitis por Haemophilus pueden incluir fiebre alta, rigidez del cuello, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia), confusión y letargo. En bebés y niños pequeños, los síntomas pueden ser más difíciles de detectar y pueden incluir irritabilidad, letargo, falta de apetito y rigidez del cuerpo.

El tratamiento generalmente implica antibióticos administrados por vía intravenosa y, en algunos casos, corticosteroides para reducir la inflamación. La vacuna contra Hib es eficaz para prevenir esta enfermedad.

La meningitis meningocócica es una infección bacteriana aguda y grave que afecta las membranas protectoras (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. La enfermedad es causada generalmente por la bacteria Neisseria meningitidis, también conocida como meningococo.

Esta infección puede provocar inflamación de las membranas meníngeas (meningitis) y, a veces, una infección grave en el torrente sanguíneo (septicemia). La meningitis meningocócica es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.

Los síntomas más comunes incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, náuseas y vómitos. También pueden presentarse manchas rojas o púrpuras en la piel (petequias) debido a la inflamación de los vasos sanguíneos. En casos graves, la meningitis meningocócica puede causar daño cerebral, shock séptico y, en algunas ocasiones, incluso la muerte.

El tratamiento suele incluir antibióticos potentes, generalmente administrados por vía intravenosa, y a veces corticosteroides para reducir la inflamación. La prevención incluye la vacunación contra los serogrupos de meningococo más comunes, así como el aislamiento de personas infectadas para evitar la propagación de la enfermedad.

La meningitis criptocócica es una infección inflamatoria de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Es causada por un hongo llamado Cryptococcus neoformans o Cryptococcus gattii. Estos hongos se encuentran en el suelo y en los excrementos de las palomas, pero generalmente solo causan enfermedades en personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con VIH/SIDA.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza intenso, fiebre, rigidez en el cuello, confusión, sensibilidad a la luz y vómitos. En casos graves, puede haber convulsiones o pérdida de la visión. El diagnóstico se realiza mediante análisis de líquido cefalorraquídeo, obtenido mediante punción lumbar. El tratamiento suele implicar el uso de antifúngicos potentes, como la amfotericina B y el fluconazol, durante un período prolongado. La meningitis criptocócica puede ser grave y, en algunos casos, incluso fatal si no se trata adecuadamente.

La tuberculosis meníngea es una forma grave de tuberculosis que involucra la membrana protectora del cerebro y la médula espinal, conocida como meninges. Se produce cuando Mycobacterium tuberculosis, el bacilo que causa la tuberculosis, se disemina a través del torrente sanguíneo desde un foco infeccioso en otro lugar del cuerpo, como los pulmones, y llega a las meninges.

Los síntomas de la tuberculosis meníngea pueden incluir dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, fiebre, sudoración nocturna, sensibilidad a la luz, confusión, convulsiones y, en casos graves, coma. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio, como análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR) y cultivo de M. tuberculosis, así como estudios de imagenología, como resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) de la cabeza.

El tratamiento de la tuberculosis meníngea implica la administración de múltiples antibióticos antituberculosos durante un período prolongado, típicamente de 9 a 12 meses. Los medicamentos más comunes utilizados incluyen isoniacida, rifampicina, etambutol y pirazinamida. En algunos casos, especialmente en pacientes con síntomas graves o complicaciones, se puede considerar la administración de corticosteroides para reducir la inflamación y prevenir daños adicionales al cerebro. La intervención quirúrgica también puede ser necesaria en casos raros donde hay acumulación de líquido o pus en el cerebro, lo que se conoce como hidrocefalia o absceso cerebral.

La tuberculosis meníngea es una afección grave y potencialmente mortal, especialmente en países en desarrollo y en personas con sistemas inmunológicos debilitados. La prevención es clave para reducir el riesgo de infección y enfermedad, lo que implica la vacunación contra la tuberculosis, el diagnóstico y tratamiento oportunos de las infecciones latentes y la mejora de las condiciones socioeconómicas y sanitarias en las poblaciones vulnerables.

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido claro y estéril que circula en el espacio subaracnoideo del sistema nervioso central, rodeando el cerebro y la médula espinal. Este líquido cumple varias funciones vitales, entre ellas:

1. Protección mecánica: El LCR actúa como un cojín que amortigua los golpes y protege al cerebro y la médula espinal de traumatismos o lesiones.
2. Homeostasis del medio interno: Ayuda a mantener un entorno constante dentro del sistema nervioso central, regulando la presión intracraneal y el pH, así como los niveles de glucosa y sales minerales.
3. Transporte de nutrientes y eliminación de desechos: El LCR transporta nutrientes desde la sangre hacia las células nerviosas y lleva desechos metabólicos lejos de ellas, lo que ayuda a mantener un ambiente saludable para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central.
4. Barrera protectora: El LCR forma parte de la barrera hematoencefálica, que separa el tejido cerebral del torrente sanguíneo y regula el paso de sustancias entre ambos.

El líquido cefalorraquídeo se produce en los ventrículos cerebrales por las células epiteliales del plexo coroides, y luego fluye hacia el espacio subaracnoideo a través de conductos especializados llamados aqueductos. Después, el LCR es reabsorbido en la sangre a través de los senos venosos durales gracias al proceso de absorción activa llevado a cabo por las células endoteliales de los vasos sanguíneos. La producción y reabsorción de LCR es un proceso continuo que ayuda a mantener su volumen y composición constantes.

La meningitis por Listeria es una forma específica de meningitis, que es una inflamación del revestimiento protector del cerebro y la médula espinal, llamado meninges. Esta condición es causada por la bacteria Listeria monocytogenes.

La infección con Listeria puede ocurrir después de consumir alimentos contaminados. Las personas mayores, los bebés nonatos y los recién nacidos, las personas con sistemas inmunes debilitados, y algunas otras poblaciones pueden ser más susceptibles a la enfermedad invasiva por Listeria.

La meningitis por Listeria puede causar síntomas graves, como fiebre, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, confusión o cambios en el comportamiento, y sensibilidad a la luz. También puede causar infecciones del torrente sanguíneo. En los recién nacidos, los síntomas pueden incluir letargo, irritabilidad, falta de apetito, y convulsiones.

El tratamiento generalmente implica antibióticos y, en algunos casos, corticosteroides. La meningitis por Listeria puede ser una afección grave y potencialmente mortal, especialmente en los grupos de personas mencionados anteriormente. Por lo tanto, si sospecha que tiene esta condición, busque atención médica de inmediato.

La meningitis por Escherichia coli se refiere a una infección bacteriana grave del revestimiento protector del cerebro y la médula espinal, conocido como las meninges. Esta forma de meningitis es causada principalmente por ciertas cepas de la bacteria Escherichia coli (E. coli), específicamente aquellas que contienen factores H (por ejemplo, K1, K5, K12 y O18) en su superficie celular.

Estas bacterias normalmente viven en el intestino humano y generalmente no causan problemas de salud graves; sin embargo, algunas cepas pueden invadir el torrente sanguíneo y alcanzar el sistema nervioso central, provocando meningitis. La meningitis por E. coli es una afección rara pero potencialmente mortal, especialmente en bebés y niños pequeños.

Los síntomas de la meningitis por E. coli pueden incluir fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia), somnolencia, convulsiones y, en casos graves, coma o incluso muerte. El tratamiento temprano con antibióticos es crucial para mejorar el pronóstico y prevenir complicaciones a largo plazo, como sordera, daño cerebral o discapacidad intelectual. La prevención incluye medidas de higiene adecuadas, vacunación contra otras formas de meningitis y la atención médica oportuna en caso de infección por E. coli.

La punción espinal, también conocida como punción lumbar o punción sacra, es un procedimiento médico en el que se inserta una aguja especialmente diseñada entre dos vértebras en la columna vertebral para recolectar líquido cefalorraquídeo (LCR) u otros fines diagnósticos o terapéuticos. El LCR rodea el cerebro y la médula espinal y actúa como un amortiguador protector.

El procedimiento generalmente se realiza en una posición fetal lateral, con el paciente acostado de lado y doblado hacia adelante. Después de esterilizar el área y administrar anestesia local, el médico inserta la aguja en el espacio subaracnoideo (el espacio entre la duramadre y la piamadre) en el extremo inferior de la columna vertebral. Una vez que la aguja está en posición, se puede recolectar una muestra del líquido cefalorraquídeo para análisis o se pueden administrar fármacos directamente al espacio subaracnoideo.

La punción espinal se utiliza a menudo para ayudar a diagnosticar enfermedades que afectan el sistema nervioso central, como la meningitis, la esclerosis múltiple o los hemorragias subaracnoides. También puede utilizarse para aliviar la presión intracraneal en ciertas condiciones y para administrar anestésicos epidurales durante el parto.

Aunque la punción espinal es generalmente segura cuando se realiza por un profesional médico capacitado, pueden ocurrir complicaciones, como dolores de cabeza post-punción, infecciones, sangrados y daños a los nervios raquídeos.

Los echovirus son un tipo de virus que pertenecen al género Enterovirus, dentro de la familia Picornaviridae. Hay más de 30 serotipos de echovirus y pueden causar una variedad de enfermedades en humanos, especialmente en niños. Los echovirus se encuentran comúnmente en el tracto gastrointestinal y se propagan a través del contacto con heces o saliva contaminada, así como por vía respiratoria.

Las infecciones por echovirus pueden manifestarse de diversas formas, dependiendo de la edad y el estado de salud general de la persona infectada, así como de la cepa específica del virus. Algunos de los síntomas más comunes asociados con las infecciones por echovirus incluyen:

1. Fiebre
2. Dolor de garganta
3. Vómitos y diarrea
4. Dolores musculares y articulares
5. Erupción cutánea (exantema)
6. Inflamación del cerebro (meningitis aséptica) o del corazón (miocarditis) en casos más graves

En la mayoría de los casos, las infecciones por echovirus son leves y autolimitadas, lo que significa que desaparecen por sí solas en un plazo de una a dos semanas. Sin embargo, en algunas ocasiones, particularmente en bebés y personas con sistemas inmunológicos debilitados, las infecciones por echovirus pueden ser más graves y requerir tratamiento médico.

El diagnóstico de una infección por echovirus generalmente se realiza mediante la detección del virus en muestras clínicas, como sangre, heces o líquido cefalorraquídeo, utilizando técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o cultivo viral. No existe un tratamiento específico para las infecciones por echovirus, y el manejo suele consistir en medidas de apoyo, como hidratación y alivio del dolor, mientras el cuerpo combate la infección. La prevención se centra en la higiene adecuada, como lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto cercano con personas enfermas.

'Streptococcus pneumoniae', a menudo referido simplemente como "pneumococo", es un tipo de bacteria gram-positiva esférica o en forma de cocos. Se agrupan juntas y forman cadenas cortas, lo que los distingue de otras especies de estreptococos que forman pares (diplococos) o largas cadenas.

Este patógeno es la causa más común de neumonía adquirida en la comunidad, especialmente en niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunes debilitados. También puede causar otras infecciones graves como meningitis, sinusitis, otitis media y bacteriemia.

El 'Streptococcus pneumoniae' es parte de la flora normal del nasofaringe en aproximadamente el 5-10% de los adultos sanos y hasta un 60% de los niños en edad preescolar. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, estas bacterias pueden invadir tejidos esteriles y causar enfermedades.

El diagnóstico se realiza típicamente aislando el organismo a partir de muestras clínicas y confirmando su identidad mediante pruebas bioquímicas o PCR. El tratamiento generalmente implica antibióticos, especialmente penicilina o ceftriaxona, aunque la resistencia a los antibióticos es un creciente problema de salud pública.

La vacunación es una estrategia importante para prevenir las enfermedades causadas por 'Streptococcus pneumoniae'. Existen dos tipos principales de vacunas disponibles: la vacuna conjugada contra el neumococo (PCV) y la vacuna polisacárida contra el neumococo (PPV). Estas vacunas protegen contra diferentes serotipos del patógeno.

Neisseria meningitidis, comúnmente conocida como meningococo, es un tipo de bacteria gram-negativa diplocócica que puede causar infecciones graves en humanos. Normalmente habita en la parte posterior de la garganta y las vías respiratorias superiores de aproximadamente el 10-20% de la población sin causar ningún síntoma o enfermedad. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, como un sistema inmunológico debilitado o durante la colonización masiva, estas bacterias pueden invadir el torrente sanguíneo y provocar una serie de afecciones potencialmente mortales, entre las que se incluyen meningitis (inflamación de las membranas protectoras que rodean el cerebro y la médula espinal) y septicemia (infección generalizada de la sangre).

Neisseria meningitidis se clasifica en 13 serogrupos diferentes basándose en las variaciones antigénicas de su polisacárido capsular. Los serogrupos más comunes asociados a enfermedades en humanos son: A, B, C, Y, W e X. La transmisión de la infección suele producirse a través de gotitas de fluido respiratorio procedentes de personas infectadas que tosen o estornudan. El contacto cercano y prolongado con un portador o una persona enferma aumenta el riesgo de adquirir la infección.

El diagnóstico de Neisseria meningitidis se realiza mediante cultivo bacteriano a partir de muestras clínicas, como líquido cefalorraquídeo (LCR), sangre o hisopados faríngeos. El tratamiento temprano con antibióticos apropiados, como la ceftriaxona o la penicilina G, es crucial para prevenir complicaciones y reducir el riesgo de propagación de la infección. Las vacunas contra los serogrupos A, C, Y, W e X están disponibles y se recomiendan como parte de los programas de inmunización rutinarios en muchos países. La vacuna contra el serogrupo B es más reciente y solo está autorizada en algunos países. Las medidas de salud pública, como la detección precoz, el aislamiento y el tratamiento de los casos y el rastreo de contactos, también desempeñan un papel importante en el control de las epidemias de Neisseria meningitidis.

Angiostrongylus cantonensis es un tipo de nematodo (gusano redondo) que causa una infección parasitaria llamada angiostrongiliasis. Este parásito se encuentra generalmente en los roedores, especialmente ratas, y se transmite a los humanos al ingerir alimentos o bebidas contaminadas con larvas del gusano.

Los huéspedes intermediarios más comunes de A. cantonensis son caracoles y babosas terrestres, aunque también puede infectar a otros moluscos y crustáceos. Los humanos pueden infectarse al ingerir accidentalmente larvas del parásito presentes en estos animales o en verduras y frutas contaminadas con las heces de los roedores huéspedes definitivos o con agua contaminada.

La infección por A. cantonensis puede causar una variedad de síntomas, dependiendo del estadio de desarrollo del parásito en el cuerpo humano. Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos, fiebre y rigidez del cuello. En casos graves, la infección puede provocar meningitis e inflamación del cerebro (encefalitis).

El diagnóstico de angiostrongiliasis se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan la presencia del parásito o sus antígenos en muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo u otras muestras clínicas. El tratamiento suele incluir medicamentos antihelmínticos para eliminar el parásito y analgésicos para aliviar los síntomas. En casos graves de meningitis o encefalitis, puede ser necesaria la hospitalización y la administración de corticosteroides para reducir la inflamación cerebral.

La prevención de la infección por A. cantonensis implica evitar el consumo de alimentos crudos o mal cocidos, especialmente los que contienen caracoles o babosas. También es importante lavarse las manos con frecuencia y mantener una buena higiene personal al manipular alimentos y bebidas. Además, se recomienda evitar nadar en aguas estancadas donde puedan vivir los caracoles intermediarios del parásito.

La ceftriaxona es un antibiótico de amplio espectro, esto significa que es eficaz contra una variedad de bacterias gram positivas y gram negativas. Es un tipo de medicamento llamado cefalosporina de tercera generación.

Se utiliza para tratar una variedad de infecciones, incluyendo neumonía, meningitis, infecciones de la piel y tejidos blandos, y algunas infecciones de transmisión sexual. También se puede usar antes de procedimientos quirúrgicos para prevenir infecciones.

La ceftriaxona se administra generalmente por inyección en una vena (inyección intravenosa) o en un músculo (inyección intramuscular). La dosis y la duración del tratamiento dependen de la gravedad de la infección y de la susceptibilidad de la bacteria causante.

Los efectos secundarios más comunes incluyen dolor e inflamación en el sitio de la inyección, diarrea, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas. En raras ocasiones, puede causar reacciones alérgicas graves, trastornos sanguíneos y daño hepático o renal.

Es importante que la ceftriaxona se use solo bajo la supervisión de un médico, ya que como con todos los antibióticos, su uso inadecuado puede conducir al desarrollo de resistencia bacteriana.

Las proteínas en el líquido cefalorraquídeo (LCR) se definen como moléculas grandes formadas por largas cadenas de aminoácidos que están presentes en el LCR, el fluido que rodea y protege el cerebro y la médula espinal. El LCR normalmente contiene bajos niveles de proteínas, y un aumento en su concentración puede ser indicativo de diversas condiciones patológicas.

Las proteínas del LCR se clasifican en tres grupos principales: proteínas séricas derivadas, proteínas sintetizadas por el sistema nervioso central (SNC) y proteínas presentes en ambos orígenes. Las proteínas séricas derivadas incluyen albúmina, prealbúmina e inmunoglobulinas, mientras que las proteínas sintetizadas por el SNC abarcan proteínas gliales como la GFAP (gliofilamento ácido fibrilar) y S-100.

Un incremento en la concentración de proteínas del LCR puede estar asociado con diversas afecciones, tales como meningitis, encefalitis, traumatismos craneoencefálicos, esclerosis múltiple y tumores cerebrales. La evaluación de las proteínas del LCR es una herramienta diagnóstica útil en el campo de la neurología y la neurocirugía para identificar y monitorizar diversas patologías que afectan al sistema nervioso central.

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Las infecciones estreptocócicas son un tipo de infección bacteriana causada por especies del género Streptococcus. Estos organismos producen una variedad de enfermedades que van desde infecciones superficiales autolimitadas hasta enfermedades sistémicas graves y potencialmente letales.

Las infecciones estreptocócicas más comunes incluyen faringitis estreptocócica (angina streptocócica), impétigo y erisipela, que son infecciones de la piel. Otras infecciones graves incluyen neumonía estreptocócica, meningitis, sepsis y fasciitis necrotizante.

El Streptococcus pyogenes, también conocido como estreptococo beta-hemolítico del grupo A (GABHS), es el principal patógeno humano responsable de la mayoría de las infecciones estreptocócicas. Estas bacterias producen varias toxinas y enzimas que contribuyen a su virulencia y daño tisular.

El diagnóstico de las infecciones estreptocócicas generalmente se realiza mediante cultivo bacteriano o pruebas rápidas de detección de antígenos. El tratamiento suele incluir antibióticos, como la penicilina, para eliminar la infección y prevenir complicaciones. La vacunación también puede desempeñar un papel en la prevención de algunas formas de infecciones estreptocócicas.

Las meninges son membranas protectoras del sistema nervioso central en los humanos y otros animales. Ellas recubren el cerebro y la médula espinal desde el interior del cráneo y la columna vertebral. Hay tres capas de meninges: la duramadre (la más externa y resistente), la aracnoides (la intermedia) y la piamadre (la más interna, que está en contacto directo con el tejido cerebral). Estas membranas ayudan a proteger el sistema nervioso central de lesiones y infecciones, proporcionan un suministro de sangre a través de vasos sanguíneos y contienen líquido cefalorraquídeo, que actúa como amortiguador y facilita la circulación de nutrientes y desechos.

Neisseria meningitidis Serogrupo A, también conocido como Meningococo del Grupo A, es un tipo específico de bacteria gram-negativa que puede causar infecciones graves en humanos. Pertenece al género Neisseria y es una de las cepas más comunes asociadas con la meningitis bacteriana y la septicemia meningocócica, dos condiciones potencialmente mortales que pueden desarrollarse rápidamente y propagarse fácilmente en entornos densamente poblados.

La Neisseria meningitidis se clasifica además en varios serogrupos según las diferencias antigénicas en el polisacárido capsular que recubre la superficie bacteriana. El Serogrupo A está compuesto por cepas de N. meningitidis que expresan el antígeno capsular polisacárido de siena o polisacárido de ácido sialico (A).

Las infecciones causadas por Neisseria meningitidis Serogrupo A a menudo conducen a una forma más invasiva y severa de la enfermedad, que puede resultar en complicaciones graves e incluso la muerte si no se trata rápidamente y agresivamente. Los síntomas pueden incluir fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, confusión o somnolencia y erupciones cutáneas.

El control y la prevención de las infecciones por Neisseria meningitidis Serogrupo A generalmente implican medidas de salud pública como la vacunación, el aislamiento de los pacientes infectados y la administración profiláctica de antibióticos a aquellos que han estado en contacto cercano con un caso confirmado.

'Haemophilus influenzae' es una especie de bacterias gram-negativas que comúnmente se encuentran en el tracto respiratorio superior y nasofaringe de humanos. Aunque el nombre puede sugerir lo contrario, no causa la influenza, que es causada por virus.

Existen varios tipos de H. influenzae clasificados según sus antígenos capsulares, siendo los seis tipos más comunes (a through f) responsables de la mayoría de las enfermedades graves. El tipo b (Hib) es el que más a menudo causa enfermedad invasiva, como meningitis, epiglotitis y bacteriemia, especialmente en niños pequeños.

Las infecciones por H. influenzae se tratan con antibióticos, y la vacuna contra el tipo b (Hib) ha sido muy eficaz en prevenir enfermedades graves causadas por esta bacteria en los países donde está disponible.

La meningoencefalitis es una afección médica grave que involucra la inflamación del tejido cerebral (encefalo) y las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal (meninges). Es generalmente causada por infecciones virales, aunque también puede ser el resultado de bacterias, hongos u otras causas menos comunes.

Los síntomas pueden variar pero a menudo incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, confusión o alteración del estado mental, sensibilidad a la luz, convulsiones y, en casos graves, coma. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de líquido cefalorraquídeo obtenido a través de una punción lumbar. El tratamiento depende de la causa subyacente; las infecciones virales generalmente requieren cuidados de apoye y manejo sintomático, mientras que las bacterianas pueden necesitar antibióticos específicos o incluso terapia antiviral en algunos casos. La meningoencefalitis puede ser una afección potencialmente mortal y requiere atención médica inmediiata.

'Streptococcus agalactiae', también conocido como estreptococo del grupo B (GBS), es un tipo de bacteria gram positiva que normalmente vive en la flora microbiana del tracto digestivo y genitourinario de humanos y animales de sangre caliente. En humanos, puede causar infecciones graves, especialmente en recién nacidos, mujeres embarazadas y personas mayores o inmunodeprimidas.

En recién nacidos, la infección por GBS puede manifestarse como septicemia, meningitis, neumonía o infecciones de piel y tejidos blandos. En mujeres embarazadas, una infección durante el parto puede transmitirse al bebé y causar enfermedad grave. También se ha relacionado con infecciones del tracto urinario, amnionitis, endometritis y mastitis en mujeres embarazadas o postparto.

En adultos mayores y personas con sistemas inmunes debilitados, el GBS puede causar neumonía, bacteriemia, artritis séptica, endocarditis e infecciones de piel y tejidos blandos. El diagnóstico se realiza mediante cultivo bacteriano de muestras clínicas, como sangre, líquido cefalorraquídeo o secreciones. El tratamiento recomendado es con antibióticos apropiados, como penicilina o ampicilina.

Los antibacterianos son sustancias químicas o medicamentos que se utilizan para destruir o inhibir el crecimiento de bacterias. Pueden ser de origen natural, como algunas plantas y microorganismos, o sintéticos, creados en un laboratorio.

Los antibacterianos funcionan mediante la interrupción de procesos vitales para las bacterias, como la síntesis de su pared celular o la replicación de su ADN. Algunos antibacterianos solo son eficaces contra ciertas clases de bacterias, mientras que otros pueden actuar contra una gama más amplia de microorganismos.

Es importante destacar que el uso excesivo o inadecuado de los antibacterianos puede conducir al desarrollo de resistencia bacteriana, lo que hace que las cepas sean más difíciles de tratar con medicamentos existentes. Por esta razón, es crucial seguir las recomendaciones del médico en cuanto a su uso y duración del tratamiento.

De acuerdo con la definición médica establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un recién nacido es un individuo que tiene hasta 28 días de vida. Este período comprende los primeros siete días después del nacimiento, que se conocen como "neonatos tempranos", y los siguientes 21 días, denominados "neonatos tardíos". Es una etapa crucial en el desarrollo humano, ya que durante este tiempo el bebé está adaptándose a la vida fuera del útero y es especialmente vulnerable a diversas condiciones de salud.

Los enterovirus son un grupo de virus que incluyen más de 100 subtipos y serotipos, y pueden causar una variedad de enfermedades tanto sintomáticas como asintomáticas. Las infecciones por enterovirus son más comunes durante el verano y el otoño en climas templados. Los niños pequeños y los ancianos corren un mayor riesgo de enfermarse gravemente.

La transmisión generalmente ocurre a través del contacto con heces infectadas, saliva, moco nasal o gotitas respiratorias expulsadas por la tos o los estornudos de una persona infectada. También pueden transmitirse a través del agua contaminada o de superficies contaminadas.

Los enterovirus más comunes que causan infecciones en humanos son el poliovirus, el coxsackievirus A y B, el virus de la parálisis flácida aguda (EV-D68), el echovirus y los enterovirus humanos 71 (EV-A71).

Las infecciones por enterovirus pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen:

1. Fiebre
2. Dolor de garganta
3. Resfriado común
4. Erupción cutánea
5. Conjuntivitis (inflamación del revestimiento de los ojos)
6. Diarrea
7. Vómitos
8. Dolor abdominal
9. Dolores musculares y articulares
10. Infección del tracto respiratorio inferior (bronquiolitis, neumonía)
11. Miocarditis (inflamación del músculo cardíaco)
12. Meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal)
13. Parálisis (en casos raros, especialmente asociados con poliovirus)

El tratamiento generalmente se centra en aliviar los síntomas y mantener una buena hidratación. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antivirales o antibióticos si hay complicaciones bacterianas. La prevención incluye el lavado de manos frecuente, evitar el contacto con personas enfermas y asegurarse de que las vacunas estén actualizadas.

"Cryptococcus neoformans" es un hongo encapsulado que se encuentra predominantemente en el suelo, especialmente en excrementos de aves y madera en descomposición. Es un patógeno oportunista importante que causa cryptococosis, una infección sistémica grave, particularmente en individuos inmunodeprimidos, como aquellos con sida/VIH. Se transmite al ser humano a través de la inhalación de propagules (generalmente basidiosporas) del hongo. La neumonía y la meningitis criptocócicas son las formas clínicas más comunes de cryptococosis. El hongo también puede diseminarse desde los pulmones a otros órganos, lo que provoca lesiones en diversos tejidos y sistemas corporales. La identificación y el diagnóstico de "Cryptococcus neoformans" se realizan mediante técnicas microbiológicas, como la tinción con coloración especial (como la tinción de Gridley o India ink), cultivos en medios de cultivo específicos y pruebas bioquímicas. El tratamiento de las infecciones por "Cryptococcus neoformans" generalmente implica el uso de antifúngicos, como la anfotericina B y los derivados del fluconazol, dependiendo de la gravedad y la localización de la infección.

La serotipificación es un proceso utilizado en la medicina y la microbiología para clasificar diferentes cepas de bacterias u otros microorganismos en función de los antígenos específicos que poseen. Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que desencadenan una respuesta inmunitaria, y cada serotipo tiene un patrón único de antígenos en su superficie.

El proceso de serotipificación implica la identificación de estos antígenes específicos mediante pruebas serológicas, como la aglutinación o la inmunofluorescencia. La serotipificación es una herramienta importante en el control y prevención de enfermedades infecciosas, ya que permite a los investigadores identificar y rastrear cepas específicas de bacterias u otros microorganismos que pueden causar enfermedades.

Además, la serotipificación también se utiliza en la investigación básica para estudiar las características genéticas y evolutivas de diferentes cepas de bacterias u otros microorganismos. Esto puede ayudar a los investigadores a entender cómo se propagan y evolucionan las enfermedades infecciosas, y cómo desarrollar mejores estrategias para prevenirlas y tratarlas.

'Haemophilus influenzae tipo b', generalmente abreviado como Hib, es un tipo específico de la bacteria Haemophilus influenzae. Aunque el nombre pueda ser engañador, esta bacteria no causa la gripe, que es una enfermedad viral.

Hib es la causa más común de meningitis bacteriana grave y otras infecciones invasivas graves, como la neumonía y la epiglotitis (inflamación de la epiglotis), especialmente en niños pequeños. Estas infecciones pueden llevar a complicaciones graves, como pérdida auditiva, daño cerebral o incluso la muerte.

La bacteria Hib vive normalmente en la garganta y el naso de personas sanas sin causar ningún síntoma. Sin embargo, en algunos casos, puede causar infecciones graves, especialmente en niños menores de cinco años y en adultos con sistemas inmunológicos debilitados.

La vacuna contra Hib es una parte importante del calendario de vacunación recomendado para bebés y niños pequeños, ya que protege eficazmente contra la enfermedad causada por esta bacteria.

El Enterovirus Humano B, también conocido como HEV-B, es un serotipo del género Enterovirus dentro de la familia Picornaviridae. Incluye varias cepas importantes en términos de salud pública, tales como los poliovirus (tipos 1, 2 y 3), que son la causa principal del síndrome de parálisis flácida aguda, incluyendo la poliomielitis.

Además de los poliovirus, el HEV-B contiene otros enterovirus humanos no polio (NPEV) que pueden causar una variedad de enfermedades, desde infecciones asintomáticas hasta manifestaciones clínicas más graves como meningitis, miocarditis y enfermedades respiratorias. Algunos de estos NPEV incluyen los coxsackievirus A y B, echovirus y enterovirus 68-71.

Los enterovirus son virus pequeños sin envoltura, con un genoma de ARN monocatenario de sentido positivo. Se transmiten principalmente por vía fecal-oral o, en menor medida, por vía respiratoria. La mayoría de las infecciones por enterovirus son asintomáticas o causan síntomas leves, como fiebre, dolor de garganta y erupciones cutáneas. Sin embargo, en algunos casos, pueden provocar complicaciones más graves, especialmente en poblaciones vulnerables, como niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados.

El control de las enfermedades causadas por enterovirus HEV-B, particularmente la poliomielitis, ha sido un objetivo importante de los programas de salud pública mundiales. La vacunación contra la polio con vacunas inactivadas (IPV) o vivas atenuadas (OPV) ha reducido significativamente la incidencia y prevalencia de esta enfermedad evitable. Sin embargo, debido a la persistente transmisión del poliovirus salvaje en algunos países, el esfuerzo mundial para erradicar la poliomielitis continúa.

Echovirus 9 es un tipo específico de virus que pertenece al género Enterovirus y a la familia Picornaviridae. Los echovirus son uno de los tres grupos principales de enterovirus humanos, junto con los coxsackievirus y los enterovirus.

Echovirus 9 es un virus pequeño, sin envoltura, constituido por ARN monocatenario de sentido positivo y una cápside proteica icosaédrica. Se propaga principalmente a través del contacto con heces o saliva contaminadas, así como por vía respiratoria.

La infección por echovirus 9 puede causar una variedad de síntomas, que van desde enfermedades asintomáticas hasta enfermedades más graves, como meningitis, encefalitis, miocarditis y neumonía. También se ha relacionado con exantemas, conjuntivitis y sarampión-like syndrome. Sin embargo, muchas personas infectadas con echovirus 9 pueden no presentar síntomas o experimentar solo síntomas leves, como fiebre y dolor de garganta.

El diagnóstico de la infección por echovirus 9 generalmente se realiza mediante pruebas de detección de virus en líquidos corporales, como sangre, heces o líquido cefalorraquídeo. El tratamiento es sintomático y de apoyo, ya que no existe un antiviral específico disponible para tratar las infecciones por echovirus. Las medidas preventivas incluyen el lavado regular de manos, especialmente después del cambio de pañales o antes de comer, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.

La carcinomatosis meníngea es una complicación grave del cáncer en la que las células cancerosas se diseminan y acumulan en el revestimiento del sistema nervioso central (los hombros y las meninges). Esto puede causar inflamación y presión sobre el cerebro y la médula espinal, lo que resulta en una variedad de síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, convulsiones, debilidad, problemas de memoria y cambios en el estado mental. El tratamiento generalmente implica quimioterapia o radioterapia dirigida al sistema nervioso central, pero la prognosis suele ser pobre una vez que se ha desarrollado la afección.

'Streptococcus suis' es un tipo de bacteria gram positiva que pertenece al género Streptococcus. Es una bacteria comúnmente encontrada en los cerdos y puede causar diversas enfermedades infecciosas tanto en cerdos como en humanos. En cerdos, puede provocar una variedad de síntomas que incluyen fiebre, letargo, pérdida de apetito, inflamación de las articulaciones y meningitis.

En humanos, la infección por 'Streptococcus suis' generalmente ocurre en personas que trabajan en contacto cercano con cerdos o carne de cerdo infectada. Los síntomas pueden variar desde infecciones de los tejidos blandos hasta meningitis y septicemia. La bacteria se transmite a través de heridas en la piel o por vía oral, después de consumir alimentos contaminados crudos o mal cocidos. El diagnóstico requiere pruebas de laboratorio específicas para identificar la bacteria y determinar su sensibilidad a los antibióticos. El tratamiento suele implicar el uso de antibióticos apropiados, y en algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización.

La ampicilina es un antibiótico de amplio espectro, perteneciente al grupo de las penicilinas, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas. Se deriva de la penicilina G y es resistente a la acción de las betalactamasas, enzimas producidas por algunas bacterias que confieren resistencia a las penicilinas.

La ampicilina es eficaz contra una amplia gama de bacterias gram positivas y gram negativas, incluyendo especies de estreptococos, estafilococos (con la excepción de los cepas resistentes a la meticilina), Escherichia coli, Shigella spp., Salmonella spp., Haemophilus influenzae y Proteus mirabilis.

Se administra por vía oral, intravenosa o intramuscular, dependiendo de la gravedad de la infección y la condición del paciente. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea y erupciones cutáneas. En raras ocasiones, puede causar reacciones alérgicas graves, incluidas anafilaxis y nefritis intersticial.

La ampicilina se usa comúnmente para tratar infecciones del tracto urinario, neumonía, meningitis, endocarditis y otras infecciones sistémicas. También se puede utilizar en el tratamiento profiláctico de la fiebre reumática y la endocarditis bacteriana antes de procedimientos dentales o quirúrgicos en pacientes con alto riesgo de infección.

Es importante recalcar que el uso inadecuado o excesivo de antibióticos como la ampicilina puede conducir al desarrollo de resistencia bacteriana, lo que dificulta el tratamiento de las infecciones y pone en peligro la eficacia de los antibióticos en general. Por lo tanto, siempre se recomienda consultar a un médico antes de administrar antibióticos y seguir sus instrucciones cuidadosamente.

La leucocitosis es un término médico que se refiere a un recuento elevado de glóbulos blancos (leucocitos) en la sangre. Los glóbulos blancos son una parte importante del sistema inmunológico y ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Sin embargo, un nivel excesivamente alto de glóbulos blancos puede indicar la presencia de diversas condiciones médicas, como infecciones, inflamación, respuesta al estrés, trastornos malignos (como leucemia) o enfermedades autoinmunes. Es importante notar que un recuento levemente elevado de glóbulos blancos no siempre es motivo de preocupación y puede deberse a factores transitorios, como el ejercicio o el uso de ciertos medicamentos. Sin embargo, niveles persistentemente altos requieren una evaluación médica adicional para determinar la causa subyacente y establecer un tratamiento apropiado.

La criptococosis es una infección micótica causada por la levadura Cryptococcus neoformans o Cryptococcus gattii. Estos hongos se encuentran en el suelo y en los excrementos de las palomas, especialmente en regiones tropicales y subtropicales. La infección generalmente ocurre después de inhalar esporas del hongo, lo que puede causar una variedad de síntomas, dependiendo de la gravedad de la infección y la salud general del individuo afectado.

La criptococosis más comúnmente afecta los pulmones y puede causar neumonía en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos con VIH/SIDA o trasplantados de órganos. Los síntomas pulmonares pueden incluir tos, falta de aliento, dolor torácico y fiebre. En casos graves, la infección puede diseminarse a través del torrente sanguíneo e invadir el sistema nervioso central (SNC), lo que resulta en meningitis criptocócica o abscesos cerebrales. Los síntomas del SNC pueden incluir dolores de cabeza, náuseas, vómitos, confusión, convulsiones y alteraciones visuales.

El diagnóstico de la criptococosis generalmente se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan el antígeno de Cryptococcus en líquido cefalorraquídeo, sangre u orina. El tratamiento suele incluir antifúngicos, como la anfotericina B y el fluconazol, especialmente en personas inmunodeprimidas o con infecciones diseminadas. La duración del tratamiento depende de la gravedad de la infección y la respuesta al tratamiento. La prevención se centra en reducir la exposición a los hongos, especialmente en personas inmunodeprimidas.

Las infecciones por Strongylida se refieren a un grupo de parasitosis causadas por nematodos (gusanos redondos) que pertenecen al orden Strongylida. Hay varios géneros importantes en este grupo que pueden causar enfermedades en los humanos, incluyendo Strongyloides stercoralis, Necator americanus y Ancylostoma duodenale.

Strongyloides stercoralis causa strongiloidiasis, una infección intestinal que puede ser asintomática o causar síntomas como diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Lo preocupante de esta infección es su capacidad de autoreinfectarse, lo que significa que las larvas pueden madurar dentro del cuerpo humano y reinfectar continuamente al huésped, incluso después de que la persona haya abandonado el ambiente contaminado.

Necator americanus y Ancylostoma duodenale causan anquilostomasis, también conocida como uncinariasis o ankylostomiasis. Esta enfermedad es una infección del intestino delgado que se adquiere al caminar descalzo sobre suelo contaminado con heces humanas que contienen los huevos de estos parásitos. Las larvas penetran a través de la piel, viajan a los pulmones y son posteriormente expectoradas y engullidas, alcanzando el intestino delgado donde se convierten en adultos y se alimentan de la sangre del huésped. Los síntomas pueden incluir anemia ferropénica, dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y, en casos graves, insuficiencia cardíaca congestiva.

El tratamiento para las infecciones por Strongylida generalmente implica la administración de medicamentos antiparasitarios específicos, como mebendazol, albendazol o ivermectina, según el tipo de parásito y la gravedad de la enfermedad. La prevención se centra en mejorar las condiciones sanitarias y educar a las personas sobre los riesgos asociados con la defecación al aire libre y el contacto con suelos contaminados, así como promover el uso de calzado apropiado y el lavado regular de manos.

El espacio subaracnoides es un espacio anatómico dentro del sistema nervioso central. Se encuentra entre las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, llamadas meninges. Más específicamente, se localiza entre la piamadre (la meninge más interna que está en contacto directo con la superficie del cerebro y la médula espinal) y la aracnoides (una membrana delgada y aterciopelada).

Este espacio contiene líquido cefalorraquídeo (LCR), un fluido claro y transparente que actúa como amortiguador protegiendo al cerebro y la médula espinal de posibles traumatismos. Además, el LCR también desempeña funciones importantes en el intercambio metabólico entre el sistema nervioso central y el torrente sanguíneo, así como en la eliminación de desechos metabólicos.

Es importante mencionar que ciertas condiciones clínicas pueden afectar al espacio subaracnoides, como las hemorragias subaracnoideas (sangrado en este espacio) o la meningitis (infección de las meninges), las cuales requieren atención médica inmediata.

La hidrocefalia es una afección médica en la cual se acumula un exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los espacios (ventrículos) dentro del cerebro. Este aumento de presión puede comprimir el tejido cerebral y dañar el cerebro.

El LCR es un líquido claro que circula alrededor del cerebro y la médula espinal, proporcionando protección y manteniendo en equilibrio la presión dentro de estas áreas. Cualquier condición que cause un bloqueo en el flujo normal del LCR o un aumento en la producción de este líquido puede resultar en hidrocefalia.

Los síntomas varían dependiendo de la edad del paciente y la causa subyacente, pero pueden incluir agrandamiento de la cabeza (en bebés), vómitos, irritabilidad, falta de apetito, ojos mirando hacia abajo (signo de "solenoide"), alteraciones en el crecimiento y desarrollo, dolores de cabeza, dificultad para caminar, convulsiones y cambios en el comportamiento o personalidad.

El tratamiento generalmente involucra la derivación quirúrgica del exceso de líquido cerebral Spencer a otro lugar del cuerpo donde pueda ser absorbido, como por ejemplo, los ventrículos peritoneales (derivación ventriculoperitoneal). En algunos casos, se pueden utilizar dispositivos endoscópicos para crear nuevos caminos para el flujo del LCR. El pronóstico depende de la causa subyacente y la gravedad de los daños cerebrales.

La coccidioidomicosis es una infección micótica causada por el hongo Coccidioides immitis o Coccidioides posadasii. Esta enfermedad es más común en los estados del suroeste de los Estados Unidos, México y América Central y del Sur. La infección se adquiere a través de la inhalación de las esporas del hongo, que se encuentran en el suelo y pueden levantarse en el aire como resultado de actividades como excavaciones o tormentas de polvo.

Después de la inhalación, las esporas se transforman en formas más grandes llamadas esferulas, que pueden multiplicarse dentro del cuerpo y causar una variedad de síntomas. Algunas personas pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, como tos, fiebre, dolores musculares y fatiga, mientras que otras pueden desarrollar una enfermedad más grave que afecta los pulmones o se disemina a otros órganos.

El diagnóstico de coccidioidomicosis generalmente se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan anticuerpos contra el hongo en la sangre o mediante cultivo del hongo a partir de muestras clínicas. El tratamiento puede incluir medicamentos antifúngicos, como la fluconazol o la itraconazol, especialmente en personas con enfermedad grave o diseminada. La mayoría de las personas se recuperan por completo de la infección, aunque algunas pueden experimentar síntomas persistentes o recurrentes.

La cefotaxima es un antibiótico de amplio espectro perteneciente a la clase de las cefalosporinas de tercera generación. Se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas, incluyendo las infecciones del tracto urinario, la neumonía, la meningitis y las infecciones intraabdominales. La cefotaxima es eficaz contra una amplia gama de bacterias gramnegativas y algunas bacterias grampositivas. Funciona inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana.

La cefotaxima se administra generalmente por vía intravenosa o intramuscular, y su dosis depende del tipo y la gravedad de la infección, así como del peso y la edad del paciente. Los efectos secundarios comunes incluyen dolor e inflamación en el sitio de la inyección, náuseas, vómitos y diarrea. En raras ocasiones, la cefotaxima puede causar reacciones alérgicas graves, trastornos del hígado o sangrado gastrointestinal.

Es importante destacar que el uso inadecuado o excesivo de antibióticos como la cefotaxima puede conducir al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento de las infecciones. Por lo tanto, es importante seguir las recomendaciones del médico sobre cómo y cuándo tomar este medicamento.

Los brotes de enfermedades se definen como la aparición de casos de una enfermedad o afección de salud inusuales en números más grandes que los esperados en una población determinada durante un periodo de tiempo específico. Estos brotes pueden ocurrir de forma natural y espontánea, o pueden ser el resultado de la exposición a factores ambientales, agentes infecciosos o toxinas.

Los brotes de enfermedades pueden ser causados por diferentes tipos de patógenos, como bacterias, virus, hongos o parásitos. También pueden ser el resultado de enfermedades no infecciosas, como las enfermedades crónicas o las intoxicaciones alimentarias.

Los brotes de enfermedades pueden tener graves consecuencias para la salud pública y requieren una respuesta rápida y adecuada por parte de los sistemas de salud pública y de atención médica. La detección temprana, el diagnóstico y la intervención son cruciales para controlar y prevenir la propagación adicional de la enfermedad.

La vigilancia de los brotes de enfermedades es una responsabilidad importante de los sistemas de salud pública, y se realiza mediante el monitoreo continuo de los patrones de enfermedad y la investigación de los casos sospechosos o confirmados. La información recopilada durante la vigilancia se utiliza para identificar las causas subyacentes del brote, determinar los factores de riesgo y proteger a la población en riesgo.

Los antifúngicos son un grupo de medicamentos que se utilizan para tratar infecciones causadas por hongos y levaduras. Estas infecciones pueden ocurrir en la piel, uñas, boca, genitales o en otros órganos internos. Los antifúngicos funcionan destruyendo o impidiendo el crecimiento de los hongos que causan la infección.

Existen diferentes tipos de antifúngicos, entre ellos se incluyen:

1. **Azoles**: Este grupo incluye medicamentos como el clotrimazol, miconazol, ketoconazol e itraconazol. Se utilizan para tratar infecciones superficiales y sistémicas.
2. **Polienos**: Los polienos, como la nistatina y la amfotericina B, se usan principalmente para tratar infecciones sistémicas graves.
3. **Echinocandinas**: Este grupo incluye anidulafungina, caspofungina y micafungina, y se utiliza sobre todo en el tratamiento de infecciones invasivas graves.
4. **Alilaminas**: La terbinafina es un ejemplo de este tipo de antifúngico, se usa comúnmente para tratar infecciones de la piel y uñas.

Es importante recordar que los antifúngicos solo deben ser utilizados bajo la prescripción y supervisión médica, ya que su uso incorrecto o excesivo puede causar efectos secundarios adversos y favorecer la aparición de resistencias microbianas.

Las neoplasias meníngeas se refieren a tumores que se originan en las meninges, las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. Estos tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos) y su crecimiento puede comprimir estructuras vitales del sistema nervioso central, lo que provoca una variedad de síntomas neurológicos.

Existen varios tipos de neoplasias meníngeas, incluyendo meningiomas, hemangioblastomas, neurinomas, sarcomas y linfomas, entre otros. El tratamiento dependerá del tipo y grado del tumor, así como de su localización y extensión. Puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

Las infecciones neumocócicas son infecciones causadas por la bacteria Streptococcus pneumoniae (también conocida como neumococo). Este tipo de bacterias pueden vivir normalmente en nuestra nariz, garganta o pulmones sin causar ningún síntoma o problema de salud. Sin embargo, en algunas ocasiones, estas bacterias pueden diseminarse e infectar diferentes tejidos y órganos del cuerpo, provocando diversas enfermedades.

Algunas de las infecciones neumocócicas más comunes incluyen:

1. Neumonía: Una infección que inflama los pulmones y causa la acumulación de pus y líquido en los espacios aéreos de uno o ambos pulmones, dificultando la respiración. Los síntomas pueden incluir tos con flema o mucosidad, fiebre, escalofríos, dolor al respirar y sudoración excesiva.

2. Sinusitis: Una infección que inflama los senos paranasales (cavidades huecas en el cráneo alrededor de la nariz), causando congestión nasal, dolores de cabeza, presión facial y secreción nasal amarillenta o verdosa.

3. Otitis media: Una infección del oído medio que provoca inflamación, dolor, fiebre y dificultad para escuchar. Puede afectar tanto a niños como a adultos, pero es más común en los niños pequeños.

4. Meningitis: Una infección grave que causa la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Los síntomas pueden incluir fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, sensibilidad a la luz, náuseas, vómitos y confusión. La meningitis neumocócica es una complicación poco común pero potencialmente mortal de las infecciones por neumococo.

5. Bacteriemia: Una infección en la sangre que puede causar fiebre alta, escalofríos y debilidad general. La bacteriemia por neumococo puede provocar septicemia, una afección grave que puede dañar órganos vitales e incluso ser mortal si no se trata a tiempo.

Las vacunas contra el neumococo están disponibles y recomendadas para ciertos grupos de personas con mayor riesgo de enfermedad grave, como los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años y las personas con determinadas afecciones médicas subyacentes. Las vacunas contra el neumococo ayudan a proteger contra la infección por neumococo y reducen el riesgo de enfermedad grave y complicaciones.

Los enterovirus son un tipo de virus que pertenecen al género Enterovirus dentro de la familia Picornaviridae. Hay más de 100 tipos diferentes de enterovirus y se dividen en varias especies, incluyendo el poliovirus, el coxsackievirus, el echovirus y los enterovirus no polio.

Los enterovirus suelen infectar a los humanos a través del contacto con heces o saliva contaminada, y también pueden propagarse por vía respiratoria. La mayoría de las infecciones por enterovirus son asintomáticas o causan enfermedades leves, como el resfriado común. Sin embargo, algunos tipos de enterovirus pueden causar enfermedades más graves, como la meningitis, la miocarditis y la parálisis.

Los enterovirus se caracterizan por tener un genoma de ARN monocatenario de sentido positivo y una cápside icosaédrica sin envoltura. Se replican en el citoplasma de las células huésped y liberan nuevas partículas virales al exterior de la célula, lo que puede provocar lisis celular e inflamación local.

El tratamiento de las infecciones por enterovirus suele ser sintomático, ya que no existe un antiviral específico para estos virus. La prevención se basa en medidas higiénicas básicas, como el lavado frecuente de manos y la limpieza adecuada de superficies contaminadas. Además, existen vacunas contra algunos tipos de enterovirus, como el poliovirus, que han logrado erradicar la enfermedad en muchos países del mundo.

Las Infecciones Oportunistas Relacionadas con el SIDA (IOR-SIDA) se definen como infecciones que ocurren más frecuentemente o son más graves en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Estas infecciones son llamadas "oportunistas" porque aprovechan la oportunidad de infectar a un huésped con un sistema inmunitario deprimido.

El SIDA es el último estadio de la infección por VIH y se caracteriza por un recuento bajo de células CD4+ (un tipo importante de glóbulos blancos) y la presencia de infecciones oportunistas u otros trastornos relacionados con el sistema inmunológico.

Algunos ejemplos comunes de IOR-SIDA incluyen: neumonía por Pneumocystis jirovecii, citomegalovirus, toxoplasmosis cerebral, candidiasis esofágica, tuberculosis y criptococosis. El tratamiento oportuno de estas infecciones es crucial en el manejo del SIDA, dado que pueden causar graves complicaciones y aumentar la morbilidad y mortalidad en estos pacientes. La profilaxis (prevención) de algunas de estas infecciones también es una parte importante de la atención del VIH.

Lo siento por la confusión, pero no parece haber una definición médica específica para 'Togo'. Togo es en realidad el nombre de un país en África Occidental, limitando con Ghana al oeste, Benín al este y Burkina Faso al norte.

Si proporcionó información incompleta y desea obtener información médica sobre algo o alguien relacionado con Togo, por favor proporcione más detalles para que pueda ayudarlo mejor.

No hay una definición médica específica para 'Burkina Faso' ya que no es un término relacionado con la medicina. Burkina Faso es un país ubicado en el oeste de África, limita con Malí al norte, Níger al este, Benín al sur y Costa de Marfil, Ghana y Togo al suroeste. Su nombre significa "tierra de los hombres honestos" en las lenguas locales moré y dioula.

Sin embargo, como cualquier otro país, Burkina Faso tiene su propio sistema de salud pública y atención médica que puede ser descrito o definido en términos médicos. El país cuenta con una serie de desafíos en materia de salud, incluyendo altas tasas de mortalidad infantil y materna, una carga significativa de enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis, así como una creciente carga de enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sistema de salud del país se enfrenta a importantes desafíos, como la escasez de personal médico capacitado, instalaciones e infraestructura inadecuadas y limitados recursos financieros.

La sepsis es una respuesta sistémica grave a una infección que puede causar daño a múltiples órganos y falla orgánica. Se define como la presencia de inflamación sistémica (manifestada por dos o más cambios en los parámetros de función de órganos, como frecuencia cardíaca >90 latidos por minuto, frecuencia respiratoria >20 respiraciones por minuto o alteración de la conciencia) junto con una infección confirmada o sospechada. La sepsis se considera severa (sepsis grave) si además hay disfunción de órganos persistente, como hipoxia, oliguria, coagulopatía o acidosis metabólica. La septicemia es una forma específica de sepsis en la que la infección se ha diseminado en el torrente sanguíneo. La sepsis es una afección médica potencialmente mortal que requiere un tratamiento urgente e intensivo.

Neisseria meningitidis, también conocida como la bacteria meningocócica, es un tipo de bacteria que puede causar infecciones graves en los seres humanos. Existen trece serogrupos diferentes de Neisseria meningitidis, y uno de ellos es el serogrupo W-135.

La cepa W-135 de Neisseria meningitidis se identifica mediante técnicas de serotipificación, que involucran la caracterización de los antígenos polisacáridos en la superficie de la bacteria. El serogrupo W-135 es uno de los cinco serogrupos más comunes que causan meningitis y septicemia invasiva en humanos, junto con los serogrupos A, B, C, Y e I4.

Las infecciones por Neisseria meningitidis pueden variar desde infecciones de las vías respiratorias superiores leves hasta enfermedades graves y potencialmente mortales, como la meningitis bacteriana y la septicemia. La meningitis es una inflamación del revestimiento protector del cerebro y la médula espinal, mientras que la septicemia es una infección generalizada en la sangre.

Las personas infectadas con Neisseria meningitidis W-135 pueden experimentar síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, náuseas y vómitos, sensibilidad a la luz, confusión o somnolencia, y manchas rojas o púrpuras en la piel.

El tratamiento para las infecciones por Neisseria meningitidis W-135 generalmente implica antibióticos de amplio espectro, como ceftriaxona o cefotaxima, administrados por vía intravenosa. La prevención de la enfermedad se puede lograr mediante la vacunación con una vacuna contra el meningococo conjugada que incluya el serogrupo W-135.

"Cryptococcus" es un género de levaduras que se encuentran en el medio ambiente, particularmente en el suelo y en las heces de las palomas. La especie más común y clínicamente relevante es Cryptococcus neoformans. Estas levaduras pueden causar infecciones en humanos y otros animales, sobre todo en personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con sida/VIH, pero también en individuos sanos en raras ocasiones. Las infecciones por Cryptococcus suelen afectar al sistema respiratorio y, en casos graves, pueden diseminarse a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central, causando meningitis cryptocócica. Los síntomas más comunes de las infecciones por Cryptococcus incluyen tos, fiebre, dificultad para respirar y dolores de cabeza. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio que identifican la presencia del hongo en muestras clínicas, como esputo o líquido cefalorraquídeo. El tratamiento suele implicar el uso de antifúngicos específicos, como la anfotericina B y el fluconazol.

Las infecciones meningocócicas son infecciones bacterianas graves causadas por la bacteria Neisseria meningitidis, también conocida como meningococo. Estas infecciones pueden manifestarse de dos maneras principales: meningitis meningocócica y septicemia meningocócica.

La meningitis meningocócica es una inflamación del revestimiento protector (meninges) que rodea el cerebro y la médula espinal. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza severo, rigidez en el cuello, náuseas, vómitos, fotofobia (sensibilidad a la luz), confusión o letargo, y, en casos más graves, convulsiones.

La septicemia meningocócica, por otro lado, es una infección sanguínea grave que puede causar shock séptico y daño generalizado a los tejidos corporales. Los síntomas pueden incluir fiebre, erupción cutánea (púrpura), dolor articular, dolor abdominal, y choque séptico con presión arterial baja, taquicardia y confusión.

Ambas formas de infección pueden ocurrir simultáneamente en el mismo individuo. Las infecciones meningocócicas son contagiosas y se propagan a través de las gotitas de la tos y los estornudos, así como por contacto cercano y prolongado con una persona infectada. El tratamiento temprano con antibióticos es crucial para prevenir complicaciones graves y la muerte. La vacunación también es una herramienta importante para prevenir la enfermedad.

La flucitosina, también conocida como 5-fluorocitosina o ANAROOK®, es un antimicótico sistémico utilizado en el tratamiento de varias infecciones fúngicas invasivas. Se trata de un análogo fluorado de la citosina que inhibe la síntesis del ADN fúngico y, por lo tanto, interfiere con la replicación y crecimiento celular fúngicos.

La flucitosina se absorbe rápidamente después de la administración oral y se distribuye ampliamente en los tejidos corporales. Se metaboliza principalmente en el hígado y se elimina predominantemente por excreción renal.

Este medicamento se utiliza comúnmente en combinación con amfotericina B para tratar la meningitis criptocócica, una infección fúngica grave que afecta al sistema nervioso central. También se ha utilizado en el tratamiento de otras infecciones fúngicas invasivas como la histoplasmosis y la candidiasis sistémica.

Es importante tener en cuenta que la flucitosina puede causar efectos secundarios graves, especialmente cuando se utiliza en dosis altas o durante periodos prolongados. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y neutropenia (disminución de los glóbulos blancos). Además, la flucitosina puede causar toxicidad hepática y renal en algunos pacientes. Por lo tanto, se requiere un estricto monitoreo de laboratorio durante el tratamiento con este medicamento para detectar y prevenir posibles efectos secundarios adversos.

La rinorrea de líquido cefalorraquídeo (LCR) es un término médico que se refiere a la fuga o escape del líquido cefalorraquídeo a través de las vías nasales. El líquido cefalorraquídeo es un fluido claro y estéril que rodea el cerebro y la médula espinal, actuando como amortiguador y proporcionando protección mecánica y química a estos órganos vitales.

La rinorrea de LCR puede ocurrir como resultado de una lesión traumática en la cabeza o el cráneo, cirugía nasal o sinusal invasiva, tumores benignos o malignos que involucran los senos paranasales o el cráneo, infecciones crónicas de los senos paranasales, o trastornos degenerativos del tejido conectivo que afectan la integridad estructural de los huesos y las membranas que rodean al cerebro.

La presencia de rinorrea de LCR puede ser indicativa de una condición médica grave, como una fuga de líquido cefalorraquídeo, que requiere atención médica inmediata y especializada. Los síntomas asociados con la rinorrea de LCR pueden incluir secreción nasal clara y abundante, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, visión doble, mareos, desequilibrio, rigidez en el cuello y sensibilidad a la luz.

El diagnóstico de rinorrea de LCR generalmente se realiza mediante una evaluación clínica exhaustiva que incluye la historia médica del paciente, un examen físico completo y pruebas de laboratorio especializadas, como análisis de líquido cefalorraquídeo y estudios de imagenología avanzada, como tomografía computarizada y resonancia magnética nuclear. El tratamiento de la rinorrea de LCR depende de la causa subyacente y puede incluir medidas conservadoras, como reposo en cama, hidratación adecuada y administración de analgésicos, o intervenciones quirúrgicas más invasivas, como la colocación de un parche de dura mater o una derivación lumbar.

El Fluconazol es un fármaco antifúngico triazólico, ampliamente utilizado en el tratamiento y prevención de diversas infecciones fúngicas. Se clasifica como una droga antimicótica sistémica, lo que significa que se distribuye a través del torrente sanguíneo para combatir las infecciones en todo el cuerpo.

Su mecanismo de acción implica la inhibición de la síntesis de ergosterol, un componente crucial de la membrana celular de los hongos. Al interferir con la producción de ergosterol, el fluconazol altera la permeabilidad de las membranas fúngicas, lo que lleva a la muerte de los organismos invasores.

El fluconazol se utiliza comúnmente para tratar infecciones causadas por Candida spp., incluida la candidiasis oral, esofágica, vaginal y sistémica. También se emplea en el manejo de las cryptococosis, como la meningitis criptocócica, y otras micosis invasivas, como las infecciones por Coccidioides, Histoplasma y Blastomyces.

Aunque generalmente bien tolerado, el fluconazol puede producir efectos secundarios, que abarcan náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, erupciones cutáneas y alteraciones en las pruebas de función hepática. En raras ocasiones, se han notificado reacciones adversas graves, como hepatotoxicidad, convulsiones, arritmias cardíacas y anemia. La administración de fluconazol requiere precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática, así como en aquellos que reciben otros medicamentos que interactúan con este fármaco.

Las vacunas meningocócicas son vacunas que se utilizan para proteger contra los serogrupos del meningococo, que son las bacterias Neisseria meningitidis A, C, Y, W-135 y B. Estas bacterias pueden causar infecciones graves como la meningitis (inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal) y la septicemia (infección generalizada de la sangre).

Existen diferentes tipos de vacunas meningocócicas disponibles, incluyendo:

1. Vacuna conjugada contra el meningococo (MCV4): Esta vacuna protege contra los serogrupos A, C, Y y W-135 del meningococo. Se recomienda para todos los niños a la edad de 11 o 12 años, con un refuerzo a los 16 años de edad. También se recomienda para adolescentes y adultos jóvenes que asisten a la universidad o viven en residencias colectivas, así como para viajeros que visitan áreas donde la enfermedad meningocócica es común.
2. Vacuna contra el meningococo B (MenB): Esta vacuna protege específicamente contra el serogrupo B del meningococo, que es una de las cepas más comunes que causan enfermedades meningocócicas en los Estados Unidos. Se recomienda esta vacuna para personas de 10 años o más que tienen un mayor riesgo de infección por meningococo B, como aquellos con ciertas afecciones médicas subyacentes o exposiciones ocupacionales.
3. Vacuna bivalente contra el meningococo (MenB-FHbp y MenB-4C): Esta vacuna protege específicamente contra el serogrupo B del meningococo, utilizando diferentes componentes antigénicos de la bacteria. Se recomienda esta vacuna para personas de 10 años o más que tienen un mayor riesgo de infección por meningococo B, como aquellos con ciertas afecciones médicas subyacentes o exposiciones ocupacionales.

Es importante consultar con un proveedor de atención médica para determinar si se necesita alguna de estas vacunas y cuál es la mejor opción en función de la edad, las condiciones de salud subyacentes y los factores de riesgo individuales.

La presión intracraneal (PIC) es la presión que existe dentro del cráneo en el espacio que contiene el cerebro, el líquido cefalorraquídeo (LCR) y los vasos sanguíneos. Bajo condiciones normales, esta presión se mantiene relativamente constante gracias a un sofisticado sistema de mecanismos reguladores. La PIC fisiológica normal varía con la edad, pero generalmente se considera que está entre 5-15 mmHg en reposo.

La PIC puede verse afectada por diversas condiciones médicas. Un aumento patológico de la PIC (llamado hipertensión intracraneal) puede ser causado por edema cerebral, hemorragia intracraneal, tumores cerebrales, infecciones como meningitis o abscesos cerebrales, hidrocefalia y otros trastornos. Los síntomas de una PIC alta pueden incluir dolores de cabeza, vómitos, alteraciones visuales, confusión, letargia e incluso coma en casos graves.

Por otro lado, una presión intracraneal baja (hipotensión intracraneal) también puede ser problemática y puede deberse a deshidratación, hemorragia subaracnoidea severa o por una disminución del volumen de líquido cefalorraquídeo. Los síntomas de una PIC baja pueden incluir letargia, rigidez de nuca, falta de coordinación, pupilas dilatadas e irreactivas y, en casos graves, parálisis o muerte.

El monitoreo de la PIC se realiza mediante diferentes métodos, como catéteres intraventriculares o sensores de fibra óptica, y es especialmente útil en el manejo de pacientes con traumatismos craneales graves, hemorragias subaracnoideas, meningitis, encefalitis, tumores cerebrales y otras afecciones neurológicas.

La barrera hematoencefálica es una interfaz selectivamente permeable que separa la sangre del sistema circulatorio y el líquido cefalorraquídeo (LCR) en el sistema nervioso central (SNC). Está compuesta principalmente por células endoteliales especializadas que forman los vasos sanguíneos del cerebro, junto con otras células como astrocitos y pericitos.

Su función principal es proteger el cerebro de toxinas y patógenos presentes en la sangre, así como regular el intercambio de nutrientes, gases y otros solutos necesarios para el correcto funcionamiento del tejido nervioso. La barrera hematoencefálica regula estrictamente la entrada de sustancias al SNC, permitiendo el paso de moléculas pequeñas e hidrofílicas, mientras que restringe el acceso a moléculas más grandes, lipofílicas o cargadas.

Esta selectividad es crucial para mantener un entorno homeostático dentro del SNC y preservar su integridad funcional. Sin embargo, también puede dificultar la administración de fármacos al cerebro, ya que muchos compuestos terapéuticos no pueden cruzar la barrera hematoencefálica en concentraciones suficientes para ejercer sus efectos deseados. Esto representa un desafío importante en el desarrollo de nuevas estrategias y fármacos dirigidos al tratamiento de diversas enfermedades neurológicas y psiquiátricas.

La aracnoiditis es una afección en la cual la membrana que recubre y protege el cerebro y la médula espinal (la aracnoide) se inflama. Esta inflamación puede causar dolor, sensaciones anormales como hormigueo o entumecimiento, y rigidez en el cuello o la espalda. En casos graves, puede provocar parálisis o pérdida de control de los intestinos y la vejiga.

La aracnoiditis puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo infecciones, lesiones, cirugías espinales previas, o la exposición a sustancias químicas. En algunos casos, la causa es desconocida. No existe cura para la aracnoiditis, pero el tratamiento puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar el dolor y la inflamación, fisioterapia, y en algunos casos, cirugía.

En términos médicos, un "resultado fatal" se refiere a un desenlace desfavorable de un diagnóstico, condición de salud, procedimiento o tratamiento que resulta en la muerte del paciente. Es un término formal y objetivo utilizado para describir una situación en la cual los esfuerzos terapéuticos no han podido revertir el curso de una enfermedad grave o lesión, y desafortunadamente conduce al fallecimiento del individuo.

Es importante mencionar que este término se utiliza con precaución y respeto, dada la naturaleza delicada y sensible de la situación. La comunicación de un resultado fatal a los familiares o cuidadores del paciente suele ser una parte difícil del trabajo médico, y se realiza siempre con empatía y compasión.

La bacteriemia es la presencia de bacterias en la sangre. Puede ocurrir como resultado de una infección localizada en otra parte del cuerpo, o puede ser el resultado de una infección que se ha diseminado directamente al torrente sanguíneo. La bacteriemia puede causar síntomas graves, como fiebre, escalofríos y taquicardia, y puede llevar a complicaciones más graves, como septicemia o shock séptico, si no se trata adecuadamente. El tratamiento de la bacteriemia generalmente implica el uso de antibióticos para eliminar las bacterias de la sangre.

Las infecciones por Haemophilus involucran bacterias del género Haemophilus, con H. influenzae siendo la especie más comúnmente asociada con enfermedades humanas. Existen seis serotipos de H. influenzae basados en diferencias antigénicas (capsulares): f, c, a, b, d y e. El serotipo b (Hib) es la causa más frecuente de infecciones invasivas graves como meningitis, bacteremia, epiglotitis y artritis séptica en niños menores de 5 años.

Las infecciones por Haemophilus también pueden ser causadas por otros serotipos y especies no capsuladas (sin cápsula), como H. parainfluenzae, H. aphrophilus y H. haemolyticus, que suelen estar asociadas con infecciones más leves en adultos, como neumonía, exacerbaciones de bronquitis crónica y enfermedad periodontal.

El tratamiento de las infecciones por Haemophilus generalmente implica antibióticos, especialmente betalactámicos (como ampicilina o ceftriaxona) y fluorquinolonas. La vacunación contra Hib ha demostrado ser eficaz en la prevención de infecciones graves por este serotipo en niños.

"Cronobacter sakazakii" es una bacteria gramnegativa, facultativamente anaeróbica, perteneciente al género Cronobacter y familia Enterobacteriaceae. Es un patógeno oportunista que puede causar infecciones graves, especialmente en bebés prematuros y recién nacidos, provocando meningitis, sepsis y abscesos cerebrales. Se ha aislado de diversos entornos, incluyendo alimentos secos como leche en polvo para bebés, cereales y especias. La transmisión generalmente ocurre a través del consumo de alimentos contaminados o por contacto directo con las manos u objetos contaminados. El control de la contaminación y la correcta preparación y almacenamiento de los alimentos son cruciales para prevenir las infecciones asociadas con este patógeno. (Fuente: Guía de prácticas clínicas de los CDC sobre la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos).

La incidencia, en términos médicos, se refiere al número de nuevos casos de una enfermedad o acontecimiento clínico específico que ocurren dentro de una población determinada durante un período de tiempo específico. Se calcula como el cociente entre el número de nuevos casos y el tamaño de la población en riesgo, multiplicado por el factor de tiempo correspondiente (por ejemplo, 1000 o 100.000) para obtener una medida más fácilmente interpretable. La incidencia proporciona información sobre la frecuencia con que se produce un evento en una población y puede utilizarse como indicador del riesgo de contraer una enfermedad en un período de tiempo dado. Es especialmente útil en estudios epidemiológicos y de salud pública para evaluar la aparición y propagación de enfermedades infecciosas o el impacto de intervenciones preventivas o terapéuticas sobre su incidencia.

La Amphotericin B es un fármaco antifúngico utilizado en el tratamiento de diversas infecciones micóticas invasivas y graves. Se clasifica como un agente polieno, que actúa alterando la permeabilidad de la membrana celular de los hongos, lo que lleva a su muerte.

Este medicamento se administra generalmente por vía intravenosa y puede tener efectos secundarios importantes, como fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y trastornos electrolíticos. En ocasiones, también puede causar daño renal y hepático, por lo que requiere un estricto monitoreo durante su uso.

La Amphotericin B se utiliza para tratar una variedad de micosis invasivas, como la candidiasis sistémica, las histoplasmosis, las coccidioidomicosis y las aspergilosis, entre otras. Además, también puede emplearse en el tratamiento de algunas infecciones protozoarias, como la leishmaniasis visceral.

Es importante recalcar que este fármaco debe ser administrado bajo estricta supervisión médica y con un adecuado seguimiento de laboratorio, dada su potencial toxicidad.

La neuroborreliosis de Lyme, también conocida como borreliosis neurológica, es la infección del sistema nervioso central (SNC) causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas. La enfermedad de Lyme es una enfermedad sistémica y multisistémica, y la neuroborreliosis de Lyme es una de sus complicaciones más graves y menos frecuentes.

La neuroborreliosis de Lyme se puede presentar en dos formas principales: meningitis y radiculoneuritis. La meningitis por Lyme se caracteriza por la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, lo que puede causar dolores de cabeza intensos, rigidez en el cuello, fotofobia (sensibilidad a la luz), náuseas y vómitos. La radiculoneuritis por Lyme se manifiesta como una neuropatía periférica con dolor, entumecimiento o debilidad en las extremidades, que pueden ir acompañadas de parestesias (sensaciones anormales) y parálisis facial.

El diagnóstico de neuroborreliosis de Lyme se basa en los síntomas clínicos, la detección de anticuerpos contra B. burgdorferi en el líquido cefalorraquídeo (LCR) y la resonancia magnética nuclear (RMN) del cerebro y médula espinal. El tratamiento consiste en antibióticos intravenosos durante un período de al menos 14 a 28 días, dependiendo de la gravedad de los síntomas y la respuesta al tratamiento. La mayoría de los pacientes con neuroborreliosis de Lyme se recuperan por completo después del tratamiento, aunque algunos pueden experimentar síntomas persistentes o recurrentes.

La meningocele es una afección congénita del sistema nervioso central donde una porción de las membranas que recubren el cerebro o la médula espinal (meninges) sobresale a través de un defecto en el cráneo o la columna vertebral. Esto crea una bolsa llena de líquido cefalorraquídeo bajo la piel. A diferencia de la espina bífida, que también es un trastorno del cierre del tubo neural, la meningocele no involucra las estructuras nerviosas mismas, aunque aún puede causar problemas neurológicos si el saco afecta los nervios circundantes. El tratamiento generalmente implica una cirugía para corregir el defecto y prevenir complicaciones como infecciones o daño nervioso adicional.

La resistencia a las penicilinas es un fenómeno microbiológico en el que bacterias desarrollan la capacidad de no ser destruidas por los antibióticos de la familia de las penicilinas. Esto ocurre cuando las bacterias modifican su estructura o metabolismo para impedir que la penicilina actúe sobre ellas, generalmente mediante la producción de enzimas llamadas betalactamasas, que destruyen el anillo beta-lactámico de la molécula de penicilina, haciéndola ineficaz.

Existen diferentes tipos y niveles de resistencia a las penicilinas, dependiendo del tipo de bacteria y de la clase de penicilina involucrada. Algunas bacterias pueden ser resistentes a todas las penicilinas disponibles, mientras que otras solo lo son a ciertos miembros de esta familia de antibióticos.

La resistencia a las penicilinas puede transmitirse entre bacterias por diferentes mecanismos, como la transferencia de genes de resistencia a través de plásmidos o transposones. La utilización excesiva e inadecuada de los antibióticos en humanos y animales ha contribuido al desarrollo y diseminación de las cepas bacterianas resistentes a las penicilinas, lo que representa un desafío importante para la salud pública.

Es fundamental realizar pruebas de sensibilidad antibiótica en muestras microbiológicas clínicas para determinar el perfil de susceptibilidad de las bacterias a los diferentes antibióticos y así poder seleccionar el tratamiento más apropiado y evitar la aparición y propagación de cepas resistentes.

Un absceso encefálico es una acumulación localizada de pus dentro del tejido cerebral, causada generalmente por la infección y multiplicación de bacterias u hongos en el cerebro. Esto puede ocurrir como resultado de una infección que se disemina desde otra parte del cuerpo o como consecuencia de una infección directa en el cerebro, por ejemplo, después de una lesión traumática o quirúrgica.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, fiebre, confusión, convulsiones, debilidad en un lado del cuerpo y trastornos visuales. El tratamiento generalmente implica antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección, junto con procedimientos quirúrgicos para drenar el pus acumulado. Si no se trata a tiempo, un absceso encefálico puede causar daño cerebral severo e incluso la muerte.

Las vacunas contra Haemophilus son vacunas diseñadas para prevenir las infecciones causadas por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b (Hib). Existen diferentes tipos de vacunas Hib disponibles, incluyendo vacunas conjugadas y vacunas polisacáridas.

Las vacunas conjugadas contra Hib combinan una parte de la bacteria Haemophilus influenzae tipo b con una proteína que ayuda a estimular una respuesta inmunitaria más fuerte y duradera en el cuerpo. Las vacunas conjugadas contra Hib se recomiendan generalmente para los bebés y los niños pequeños, ya que ofrecen la mejor protección contra las infecciones graves causadas por Hib, como la meningitis y la epiglotitis.

Las vacunas polisacáridas contra Hib contienen solo los azúcares de la superficie de la bacteria Haemophilus influenzae tipo b. Estas vacunas se utilizan con menos frecuencia que las vacunas conjugadas y suelen administrarse a personas mayores de 5 años, ya que no proporcionan una protección tan fuerte como las vacunas conjugadas en los niños pequeños.

Las vacunas contra Haemophilus se consideran seguras y efectivas para prevenir las infecciones graves causadas por Hib. Los efectos secundarios más comunes de la vacuna contra Hib incluyen dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección, y fiebre leve. En casos raros, pueden producirse reacciones alérgicas graves a la vacuna.

No hay una definición médica específica para "conejos". Los conejos son animales pertenecientes a la familia Leporidae, que también incluye a los liebres. Aunque en ocasiones se utilizan como mascotas, no hay una definición médica asociada con ellos.

Sin embargo, en un contexto zoológico o veterinario, el término "conejos" podría referirse al estudio de su anatomía, fisiología, comportamiento y cuidados de salud. Algunos médicos especializados en animales exóticos pueden estar familiarizados con la atención médica de los conejos como mascotas. En este contexto, los problemas de salud comunes en los conejos incluyen enfermedades dentales, trastornos gastrointestinales y parásitos.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La tuberculosis miliar es una forma grave y diseminada de tuberculosis, una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. El término "miliar" se refiere al tamaño y distribución característicos de los nódulos o lesiones que se forman en los tejidos corporales, similares a las semillas de mijo.

En la tuberculosis miliar, la bacteria se disemina a través del torrente sanguíneo, lo que resulta en pequeñas manchas o nódulos pulmonares y extrapulmonares (como hígado, bazo, riñones, glándulas suprarrenales, médula ósea y meninges). Esto puede conducir a una variedad de síntomas, como fiebre, sudoración nocturna, fatiga, pérdida de apetito y peso, tos seca y dolores corporales generalizados. La tuberculosis miliar es potencialmente mortal si no se diagnostica y trata a tiempo con los antibióticos apropiados, como la isoniacida, la rifampicina, la etambutol y la pirazinamida.

La transmisión de la tuberculosis miliar generalmente ocurre cuando una persona infectada con la bacteria Mycobacterium tuberculosis tose, estornuda o exhala partículas infecciosas en el aire, y otra persona inhala esas partículas. Las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos con VIH/SIDA, diabetes, cáncer o enfermedades renales crónicas, tienen un mayor riesgo de desarrollar tuberculosis miliar.

Las pruebas de sensibilidad microbiana, también conocidas como pruebas de susceptibilidad antimicrobiana, son ensayos de laboratorio realizados en cultivos aislados de bacterias o hongos para determinar qué medicamentos, si se administran a un paciente, serán eficaces para tratar una infección causada por esos microorganismos.

Estas pruebas generalmente se llevan a cabo después de que un cultivo microbiológico ha demostrado la presencia de un patógeno específico. Luego, se exponen los microorganismos a diferentes concentraciones de fármacos antimicrobianos y se observa su crecimiento. La prueba puede realizarse mediante difusión en agar (por ejemplo, pruebas de Kirby-Bauer) o mediante métodos automatizados y semiautomatizados.

La interpretación de los resultados se realiza comparando el crecimiento microbiano con las concentraciones inhibitorias de los fármacos. Si el crecimiento del microorganismo es inhibido a una concentración baja del fármaco, significa que el medicamento es muy activo contra ese microorganismo y se considera sensible al antibiótico. Por otro lado, si se necesita una alta concentración del fármaco para inhibir el crecimiento, entonces el microorganismo se considera resistente a ese antibiótico.

La información obtenida de estas pruebas es útil para guiar la selección apropiada de agentes antimicrobianos en el tratamiento de infecciones bacterianas y fúngicas, con el objetivo de mejorar los resultados clínicos y minimizar el desarrollo y propagación de resistencia a los antibióticos.

Las vacunas neumocócicas son tipos de vacunas utilizadas para prevenir enfermedades causadas por bacterias streptococcus pneumoniae, comúnmente conocidas como neumococos. Existen dos tipos principales de vacunas neumocócicas: la vacuna neumocócica conjugada (PCV) y la vacuna neumocócica polisacárida (PPSV).

La vacuna neumocócica conjugada (PCV) se une a una toxina proteica para mejorar la respuesta inmunitaria, especialmente en niños menores de 2 años. Se recomienda una serie de dos, tres o cuatro dosis, dependiendo de la edad del niño. También se recomienda una dosis adicional para ciertos grupos de adultos con factores de riesgo elevado.

La vacuna neumocócica polisacárida (PPSV) contiene solo los antígenos capsulares de la bacteria y se recomienda para personas mayores de 65 años y para ciertos grupos de adultos con factores de riesgo elevado, como enfermedad pulmonar crónica o enfermedad hepática. Se requiere una dosis de refuerzo después de cinco años para algunos grupos de personas con factores de riesgo elevado.

Las vacunas neumocócicas previenen enfermedades graves, como neumonía, meningitis y bacteriemia, que pueden ser causadas por neumococos. También reducen la incidencia de enfermedades invasivas y la necesidad de hospitalización en niños y adultos vulnerables.

La encefalitis es una afección médica que involucra la inflamación del tejido cerebral. Normalmente, esta inflamación se produce como resultado de una infección viral, aunque también puede ser causada por bacterias, hongos o parásitos en algunos casos. La encefalitis puede provocar una variedad de síntomas, que incluyen dolores de cabeza graves, fiebre, confusión, convulsiones y, en casos más graves, coma o incluso la muerte. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de imagen cerebral y análisis de líquido cefalorraquídeo. El tratamiento puede incluir medicamentos antivirales, corticosteroides para reducir la inflamación y cuidados de soporte intensivo en casos graves.

Las enfermedades de los nervios craneales se refieren a un grupo de trastornos que afectan a los doce pares de nervios que emergen directamente del cerebro, también conocidos como nervios craneales. Estos nervios desempeñan diversas funciones vitales, como la conducción de señales sensoriales desde el ojo, el oído y la cara al cerebro; el control de los músculos involucrados en la movimiento de los ojos, la masticación, la deglución y los movimientos faciales; y la regulación de ciertas funciones autónomas, como la sudoración, las glándulas salivales y el tamaño de las pupilas.

Las enfermedades o afecciones que afectan a estos nervios pueden causar una variedad de síntomas, dependiendo del nervio o nervios específicos involucrados y la gravedad de la afección. Algunos ejemplos de enfermedades de los nervios craneales incluyen:

1. Neuropatía del III par craneal (nervio oculomotor): Esta afección puede causar debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo, lo que lleva a la diplopia (visión doble), ptosis (párpado caído) y estrabismo (ojos desalineados).

2. Neuropatía del IV par craneal (nervio troclear): Esta afección provoca debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo, resultando en diplopia y dificultad para mirar hacia abajo y hacia adentro con el ojo afectado.

3. Neuropatía del VI par craneal (nervio abducens): Esta afección causa debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo hacia afuera, resultando en diplopia y dificultad para mirar hacia los lados con el ojo afectado.

4. Neuropatía del VII par craneal (nervio facial): Esta afección provoca debilidad o parálisis de los músculos faciales, resultando en asimetría facial, dificultad para cerrar el ojo, pérdida del gusto y sequedad de la boca.

5. Neuropatía del VIII par craneal (nervio vestibulococlear): Esta afección puede causar pérdida auditiva, vértigo, zumbidos en los oídos e inestabilidad.

6. Neuropatía del IX y X par craneal (nervios glosofaríngeo y vago): Estas afecciones pueden provocar dificultad para tragar, hablar, sentir el sabor y experimentar dolor en la garganta y los oídos.

7. Neuropatía del XII par craneal (nervio hipogloso): Esta afección puede causar debilidad o parálisis de los músculos de la lengua, resultando en dificultad para hablar y tragar.

El tratamiento de las neuropatías craneales depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, fisioterapia, cirugía o cambios en el estilo de vida. Si experimenta síntomas de una neuropatía craneal, es importante buscar atención médica lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La sinusitis esfenoidal es un tipo específico de sinusitis, que se refiere a la inflamación e infección de los senos paranasales. Los senos paranasales son cavidades huecas en los huesos alrededor de la nariz y los ojos. Cada seno se drena en la parte posterior de la nariz a través de un pequeño conducto.

La sinusitis esfenoidal implica la inflamación e infección del seno esfenoidal, que está ubicado detrás de los ojos y cerca del cerebro. Es uno de los senos paranasales menos comunes en experimentar problemas, y por lo tanto, la sinusitis esfenoidal es una afección relativamente rara.

Los síntomas de la sinusitis esfenoidal pueden incluir dolor de cabeza, dolor facial detrás de los ojos, sensibilidad en el cuero cabelludo, visión doble o borrosa, fiebre y rigidez del cuello. El tratamiento puede incluir antibióticos, analgésicos y, en casos graves, cirugía para drenar el seno esfenoidal.

Las penicilinas son un grupo de antibióticos que derivan de la Penicillium mold (hongo). Se utilizan para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Las penicilinas funcionan matando las bacterias o inhibiendo su crecimiento. Lo hacen al interferir con la capacidad de las bacterias para formar una capa protectora llamada peptidoglicano en su pared celular.

Las penicilinas se recetan comúnmente para tratar infecciones como neumonía, escarlatina, estreptococo, estafilococo y meningitis. También se usan antes y después de la cirugía para prevenir infecciones.

Existen varios tipos de penicilinas, cada uno con diferentes espectros de actividad y vías de administración. Algunos ejemplos incluyen la penicilina G benzatínica (Bicillin), la penicilina V potásica (Veetids) y la ampicilina (Principen, Unasyn).

Aunque las penicilinas son generalmente seguras y efectivas, su uso excesivo o inadecuado ha llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes a los antibióticos. Por esta razón, es importante seguir las instrucciones cuidadosamente cuando se receta una penicilina y nunca compartirla con otras personas.

La quimioterapia combinada es un tratamiento oncológico que involucra la administración simultánea o secuencial de dos o más fármacos citotóxicos diferentes con el propósito de aumentar la eficacia terapéutica en el tratamiento del cáncer. La selección de los agentes quimioterapéuticos se basa en su mecanismo de acción complementario, farmacocinética y toxicidades distintas para maximizar los efectos antineoplásicos y minimizar la toxicidad acumulativa.

Este enfoque aprovecha los conceptos de aditividad o sinergia farmacológica, donde la respuesta total a la terapia combinada es igual o superior a la suma de las respuestas individuales de cada agente quimioterapéutico. La quimioterapia combinada se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, como leucemias, linfomas, sarcomas y carcinomas sólidos, con el objetivo de mejorar las tasas de respuesta, prolongar la supervivencia global y aumentar las posibilidades de curación en comparación con el uso de un solo agente quimioterapéutico.

Es importante mencionar que, si bien la quimioterapia combinada puede ofrecer beneficios terapéuticos significativos, también aumenta el riesgo de efectos secundarios adversos y complicaciones debido a la interacción farmacológica entre los fármacos empleados. Por lo tanto, un manejo cuidadoso y una estrecha monitorización clínica son esenciales durante el transcurso del tratamiento para garantizar la seguridad y eficacia del mismo.

El encéfalo, en términos médicos, se refiere a la estructura más grande y complexa del sistema nervioso central. Consiste en el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo. El encéfalo es responsable de procesar las señales nerviosas, controlar las funciones vitales como la respiración y el latido del corazón, y gestionar las respuestas emocionales, el pensamiento, la memoria y el aprendizaje. Está protegido por el cráneo y recubierto por tres membranas llamadas meninges. El encéfalo está compuesto por billones de neuronas interconectadas y células gliales, que together forman los tejidos grises y blancos del encéfalo. La sangre suministra oxígeno y nutrientes a través de una red de vasos sanguíneos intrincados. Cualquier daño o trastorno en el encéfalo puede afectar significativamente la salud y el bienestar general de un individuo.

La contrainmunoelectroforesis (CIE) es una técnica de laboratorio utilizada en el campo de la patología clínica y la inmunología. Consiste en un proceso en el que se hace pasar una corriente eléctrica a través de una muestra serológica, como suero o plasma sanguíneo, que contiene anticuerpos, hacia una matriz de gel que tiene inmunoglobulinas (inmunoglobulinas) o proteínas fijadas en ella.

La técnica se utiliza a menudo para identificar y caracterizar los anticuerpos específicos presentes en la muestra serológica. Durante el proceso, los anticuerpos migran hacia el cátodo (polo negativo) de la matriz de gel, donde interactúan con las inmunoglobulinas o proteínas fijadas. La interacción entre los anticuerpos y las inmunoglobulinas o proteínas fijadas produce una reacción visible en forma de una banda de precipitación.

La posición y la anchura de la banda de precipitación pueden utilizarse para identificar y cuantificar los anticuerpos específicos presentes en la muestra serológica. La técnica puede ser útil en el diagnóstico y seguimiento de diversas afecciones médicas, como infecciones, trastornos autoinmunes y cánceres.

Sin embargo, es importante señalar que la contrainmunoelectroforesis no es una prueba rutinaria y se utiliza principalmente en situaciones especializadas donde se necesita una alta resolución y especificidad para identificar y caracterizar los anticuerpos presentes en una muestra serológica.

La cefalea es el término médico para designar a un dolor de cabeza. Puede manifestarse como una sensación pulsátil o sorda en una parte o ambos lados de la cabeza, acompañada a menudo de náuseas y molestias a la luz o al ruido. Existen diferentes tipos de cefaleas, entre las que se incluyen la migraña, la cefalea tensional y la cefalea en brotes. El tratamiento varía dependiendo del tipo y la gravedad de la cefalea. En algunos casos, los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor, mientras que en otros casos, se requieren cambios en el estilo de vida o terapias preventivas.

La definición médica de "paperas" o "rubéola" es una enfermedad infecciosa aguda y contagiosa causada por el virus de la rubéola. Se caracteriza generalmente por la aparición de una erupción cutánea leve, fiebre baja y ganglios linfáticos inflamados. La erupción suele aparecer primero en la cara y luego se extiende al resto del cuerpo. El virus se propaga a través de gotitas en el aire cuando una persona infectada tose o estornuda.

La rubéola es particularmente peligrosa si una mujer embarazada la contrae, especialmente durante el primer trimestre, ya que puede causar graves defectos de nacimiento en el feto, como sordera, problemas cardíacos y deficiencias mentales. Por esta razón, se recomienda encarecidamente que las mujeres embarazadas se vacunen contra la rubéola antes de quedar embarazadas o inmediatamente después del parto.

La enfermedad suele ser leve y no requiere tratamiento específico, aunque los síntomas pueden aliviarse con medicamentos de venta libre para reducir la fiebre y el dolor. En algunos casos, se puede administrar inmunoglobulina específica contra el virus de la rubéola para prevenir o mitigar la enfermedad en personas no vacunadas que hayan estado expuestas al virus.

Las cefalosporinas son un tipo de antibióticos beta-lactámicos derivados de la cefalosporina C, una sustancia producida naturalmente por el hongo Cephalosporium acremonium. Se caracterizan por su efectividad contra una amplia gama de bacterias gram-positivas y gram-negativas.

Las cefalosporinas se clasifican en generaciones, según su espectro de actividad y su grado de resistencia a las betalactamasas producidas por las bacterias:

* Primera generación: ofrecen una buena cobertura frente a bacterias gram-positivas y algunas gram-negativas. Se utilizan comúnmente para tratar infecciones de la piel, vías urinarias y tracto respiratorio inferior.
* Segunda generación: tienen una actividad mejorada contra bacterias gram-negativas y se usan a menudo para tratar infecciones del oído medio, las vías respiratorias inferiores y los senos paranasales.
* Tercera generación: exhiben una potente actividad contra bacterias gram-negativas, incluidas especies resistentes a otros antibióticos. Se utilizan para tratar meningitis, neumonía y otras infecciones graves.
* Cuarta generación: combinan la actividad de las cefalosporinas de tercera generación contra bacterias gram-negativas con una buena actividad frente a bacterias gram-positivas, incluidas especies resistentes a la meticilina. Se indican para tratar infecciones graves y nosocomiales.

Las cefalosporinas funcionan al inhibir la síntesis de la pared celular bacteriana, lo que lleva a la lisis (ruptura) de las células bacterianas. Aunque generalmente se consideran seguras y bien toleradas, pueden causar efectos secundarios como diarrea, náuseas, vómitos e infecciones por hongos. En raras ocasiones, pueden desencadenar reacciones alérgicas graves, especialmente en personas con antecedentes de alergia a las penicilinas.

Neumocefalo es un término médico que se refiere a la presencia de aire o gas en los espacios subaracnoideos alrededor del cerebro. Este fenómeno suele ser patológico y puede resultar de diversas condiciones, como una lesión traumática craneal, una infección (como la meningitis), un procedimiento quirúrgico o una enfermedad vascular cerebral. El neumocefalo puede ser asintomático, pero también puede causar diversos síntomas, como dolor de cabeza, rigidez de nuca, convulsiones u otros signos de aumento de la presión intracraneal. El diagnóstico se realiza mediante técnicas de imagenología médica, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, cirugía o descompresión.

No puedo proporcionar una definición médica de 'Vietnam' porque no existe un término médico específico relacionado con Vietnam. El término 'Vietnam' generalmente se refiere a un país en el sudeste asiático, oficialmente conocido como la República Socialista de Vietnam.

Sin embargo, en un contexto histórico, 'Guerra de Vietnam' es un término que algunas personas pueden confundir con un término médico. La Guerra de Vietnam fue un conflicto bélico importante que tuvo lugar entre 1955 y 1975 en Vietnam, Laos y Camboya. Muchos veteranos de la guerra sufrieron diversas secuelas físicas y psicológicas, como trastorno de estrés postraumático (TEPT), lesiones por agentes químicos (como el Agente Naranja) y discapacidades físicas. Por lo tanto, en un sentido amplio, los términos relacionados con la Guerra de Vietnam pueden tener relevancia médica en términos de salud mental y física de los veteranos.

No existe una definición médica específica para "cápsulas bacterianas" en el contexto de la microbiología clínica o la patología médica. Sin embargo, las cápsulas bacterianas se refieren a una capa polisacárida resistente a la desecación que recubre algunos tipos de bacterias. Esta capa puede ayudar a proteger a las bacterias de los ataques del sistema inmune y también promover su supervivencia en diferentes entornos.

Las cápsulas bacterianas son importantes en el diagnóstico y la identificación de bacterias clínicamente significativas, ya que pueden ser visualizadas mediante técnicas de microscopía especiales y ayudan a diferenciar entre diferentes especies bacterianas. Además, las cápsulas bacterianas desempeñan un papel importante en la virulencia de algunos patógenos, como Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis, ya que ayudan a evadir la respuesta inmune del huésped y promover la enfermedad.

En resumen, las cápsulas bacterianas son una capa protectora compuesta de polisacáridos que recubre algunas bacterias y desempeñan un papel importante en su supervivencia y virulencia.

La eosinofilia es un trastorno caracterizado por un conteo anormalmente elevado de eosinófilos, un tipo específico de glóbulos blancos, en la sangre. Aunque normalmente los niveles de eosinófilos oscilan entre 150 y 500 células por microlitro (μL) de sangre, una persona se considera con eosinofilia cuando los recuentos exceden los 500 μL. Los niveles particularmente altos, superiores a 1500 μL, pueden indicar una afección subyacente más grave.

La eosinofilia puede ser causada por diversas condiciones médicas, como alergias, asma, enfermedades autoinmunes, ciertos tipos de cáncer (como leucemia y linfoma), infecciones parasitarias y trastornos de la médula ósea. También puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos, como antibióticos, antiinflamatorios no esteroides y fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer.

Los síntomas asociados con la eosinofilia varían dependiendo de la afección subyacente. En algunos casos, la eosinofilia puede no causar ningún síntoma y ser detectada solo durante un examen de rutina. Sin embargo, cuando los niveles de eosinófilos son particularmente altos, pueden ocurrir complicaciones como daño a tejidos corporales (por ejemplo, piel, corazón, pulmones e hígado), inflamación crónica y formación de grumos o nódulos bajo la piel.

El diagnóstico de eosinofilia generalmente implica un recuento sanguíneo completo para determinar el número de eosinófilos en la sangre. Si los niveles están elevados, se pueden realizar pruebas adicionales, como radiografías, tomografías computarizadas o biopsias, para identificar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, interrupción del medicamento sospechoso o terapia dirigida a la afección subyacente.

La Dexametasona es un tipo de corticosteroide sintético que se utiliza en el tratamiento médico para reducir la inflamación y suprimir el sistema inmunológico. Se trata de una forma farmacéutica muy potente de la hormona cortisol, que el cuerpo produce naturalmente.

La dexametasona se utiliza en una variedad de aplicaciones clínicas, incluyendo el tratamiento de enfermedades autoinmunes, alergias, asma, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias del intestino, ciertos tipos de cáncer y trastornos endocrinos. También se utiliza a veces para tratar los edemas cerebrales y los síndromes de distress respiratorio agudo (SDRA).

Este medicamento funciona reduciendo la producción de substancias químicas en el cuerpo que causan inflamación. También puede suprimir las respuestas inmunes del cuerpo, lo que puede ser útil en el tratamiento de afecciones autoinmunes y alergias.

Como con cualquier medicamento, la dexametasona puede causar efectos secundarios, especialmente si se utiliza a largo plazo o en dosis altas. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen aumento de apetito, incremento de peso, acné, debilidad muscular, insomnio, cambios de humor y aumento de la presión arterial. Los efectos secundarios más graves pueden incluir infecciones, úlceras gástricas, cataratas, osteoporosis y problemas del sistema nervioso.

Es importante que la dexametasona se use solo bajo la supervisión de un médico capacitado, ya que el medicamento puede interactuar con otros fármacos y afectar diversas condiciones médicas preexistentes.

Las Enfermedades del Recién Nacido (ERN) se definen como un grupo de condiciones médicas que afectan a los bebés durante el período neonatal, que es el primer mes de vida. Estas enfermedades pueden ser congénitas, es decir, presentes desde el nacimiento y causadas por anomalías genéticas o malformaciones durante el desarrollo fetal; o adquiridas, desarrollándose después del nacimiento debido a diversos factores como infecciones, problemas respiratorios, trastornos metabólicos o déficits nutricionales.

Las ERN se clasifican en varias categorías según su origen y manifestaciones clínicas. Algunos ejemplos incluyen:

1. Trastornos respiratorios: como la hiperplasia suprarrenal congénita, displasia broncopulmonar, síndrome de dificultad respiratoria (SDR) y neumonía.
2. Infecciones: como sepsis, meningitis, infección urinaria y enterocolitis necrotizante.
3. Trastornos metabólicos: como fenilcetonuria, hipotiroidismo congénito, galactosemia y enfermedad de las células falciformes.
4. Anomalías cardiovasculares: como la persistencia del conducto arterioso, tetralogía de Fallot y coartación de la aorta.
5. Problemas gastrointestinales: como enfermedad inflamatoria intestinal neonatal, atresia intestinal y enterocolitis necrotizante.
6. Trastornos hematológicos: como anemia hemolítica del recién nacido, talasemia y anemia de células falciformes.
7. Afecciones neurológicas: como hemorragia intraventricular, hipoxia-isquemia cerebral y parálisis cerebral.
8. Anomalías genitourinarias: como agenesia renal, hidronefrosis y criptorquidia.
9. Problemas de la piel: como dermatitis atópica, ictiosis y eritema multiforme.
10. Trastornos del desarrollo: como displasia esquelética, dismorfia facial y retraso mental.

El tratamiento de estas afecciones dependerá de la gravedad y el tipo de enfermedad. Algunos casos pueden requerir hospitalización y cuidados intensivos, mientras que otros se pueden manejar con medicamentos o cirugía ambulatoria. La prevención es clave para reducir la incidencia de estas afecciones, especialmente mediante el diagnóstico prenatal y el seguimiento regular del crecimiento y desarrollo del niño.

Una inyección espinal, también conocida como bloqueo nervioso epidural o simplemente bloqueo epidural, es un procedimiento en el que se inyecta un anestésico local, usualmente combinado con un corticosteroide, en el espacio epidural de la columna vertebral. El espacio epidural es el área que rodea la médula espinal y contiene los nervios raquídeos.

Este procedimiento se utiliza a menudo para aliviar el dolor causado por condiciones como hernias discales, ciática, síndrome de dolor facetario, espondilolistesis y otras afecciones de la columna vertebral. También se puede usar durante el parto para aliviar el dolor del trabajo de parto y el parto.

La inyección generalmente se administra en el área lumbar de la espalda, pero también puede administrarse en el cuello o la parte media de la espalda, dependiendo de dónde esté localizado el dolor. El medicamento bloquea los nervios que transmiten señales de dolor al cerebro, lo que puede proporcionar alivio temporal o incluso permanente del dolor.

Como con cualquier procedimiento médico, existen riesgos e inconvenientes asociados con las inyecciones espinales, como dolor en el sitio de la inyección, infección, daño a los nervios y, raramente, parálisis. Es importante discutir estos riesgos con un médico antes de decidir si una inyección espinal es adecuada para un individuo en particular.

Los Modelos Animales de Enfermedad son organismos no humanos, generalmente mamíferos o invertebrados, que han sido manipulados genéticamente o experimentalmente para desarrollar una afección o enfermedad específica, con el fin de investigar los mecanismos patofisiológicos subyacentes, probar nuevos tratamientos, evaluar la eficacia y seguridad de fármacos o procedimientos terapéuticos, estudiar la interacción gen-ambiente en el desarrollo de enfermedades complejas y entender los procesos básicos de biología de la enfermedad. Estos modelos son esenciales en la investigación médica y biológica, ya que permiten recrear condiciones clínicas controladas y realizar experimentos invasivos e in vivo que no serían éticamente posibles en humanos. Algunos ejemplos comunes incluyen ratones transgénicos con mutaciones específicas para modelar enfermedades neurodegenerativas, cánceres o trastornos metabólicos; y Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) utilizadas en estudios genéticos de enfermedades humanas complejas.

Las infecciones por Escherichia coli (E. coli) se refieren a la invasión y multiplicación de bacterias pertenecientes al género Escherichia en diferentes tejidos y sistemas del cuerpo humano, causando una variedad de cuadros clínicos que van desde infecciones urinarias, gastroenteritis, meningitis, septicemias, hasta infecciones de piel y tejidos blandos.

Existen diversos serotipos de E. coli, algunos de los cuales son comensales habituales del tracto gastrointestinal humano, mientras que otros pueden ser patógenos oportunistas o incluso poseer factores de virulencia que les permiten causar enfermedades graves. Las infecciones por E. coli se adquieren principalmente a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados, contacto directo con personas infectadas o animales portadores asintomáticos, y en menor medida, por diseminación hematógena desde focos primarios de infección.

El tratamiento de las infecciones por E. coli depende del tipo de infección y la gravedad de los síntomas. En muchos casos, el uso adecuado de antibióticos como fluoroquinolonas, cefalosporinas o aminoglucósidos puede ser eficaz para controlar la infección. Sin embargo, el aumento de resistencias antimicrobianas en diversos serotipos de E. coli plantea un desafío importante en el manejo clínico de estas infecciones. Además, medidas de control y prevención, como la mejora de las prácticas de higiene y manipulación de alimentos, desempeñan un papel crucial en la reducción de la incidencia y propagación de las infecciones por E. coli.

Las Enfermedades del Sistema Nervioso se refieren a un amplio espectro de condiciones que afectan la estructura o función del sistema nervioso. Este sistema está compuesto por el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos, y desempeña un papel crucial en controlar las funciones corporales, tales como el pensamiento, la memoria, el movimiento, el sentido del tacto, el equilibrio, el habla, la respiración y la digestión.

Las enfermedades del sistema nervioso pueden ser clasificadas en dos categorías principales: enfermedades del sistema nervioso central (que incluyen al cerebro y la médula espinal) y enfermedades del sistema nervioso periférico (que involucran a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal).

Algunos ejemplos de enfermedades del sistema nervioso central son:

1. Esclerosis Múltiple: una enfermedad autoinmune que daña la mielina, la capa protectora alrededor de las fibras nerviosas en el cerebro y la médula espinal.
2. Enfermedad de Alzheimer: un tipo de demencia progresiva que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento.
3. Accidente Cerebrovascular (ACV): ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o reduce, causando daño a las células cerebrales.
4. Epilepsia: un trastorno del cerebro que causa convulsiones recurrentes.
5. Parálisis Cerebral: un grupo de condiciones permanentes que afectan la movilidad, debido a daños en el cerebro antes, durante o después del nacimiento.

Algunos ejemplos de enfermedades del sistema nervioso periférico son:

1. Neuropatía Periférica: un término general para describir los daños a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal. Puede causar debilidad, entumecimiento y dolor.
2. Enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT): un grupo de trastornos hereditarios que dañan los nervios periféricos.
3. Síndrome del Túnel Carpiano: una afección en la cual se comprime el nervio mediano en la muñeca, causando entumecimiento y dolor en las manos y los dedos.
4. Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA): una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que afecta los músculos controlados por el cerebro y la médula espinal.
5. Enfermedad de Guillain-Barré: una afección en la cual el sistema inmunológico ataca partes del sistema nervioso periférico, causando debilidad muscular e incluso parálisis.

En medicina y epidemiología, sensibilidad y especificidad son términos utilizados para describir la precisión de una prueba diagnóstica.

La sensibilidad se refiere a la probabilidad de que una prueba dé un resultado positivo en individuos que realmente tienen la enfermedad. Es decir, es la capacidad de la prueba para identificar correctamente a todos los individuos que están enfermos. Se calcula como el número de verdaderos positivos (personas enfermas diagnosticadas correctamente) dividido por el total de personas enfermas (verdaderos positivos más falsos negativos).

Especifidad, por otro lado, se refiere a la probabilidad de que una prueba dé un resultado negativo en individuos que no tienen la enfermedad. Es decir, es la capacidad de la prueba para identificar correctamente a todos los individuos que están sanos. Se calcula como el número de verdaderos negativos (personas sanas diagnosticadas correctamente) dividido por el total de personas sanas (verdaderos negativos más falsos positivos).

En resumen, la sensibilidad mide la proporción de enfermos que son identificados correctamente por la prueba, mientras que la especificidad mide la proporción de sanos que son identificados correctamente por la prueba.

Las vacunas conjugadas son un tipo de vacuna que se utiliza para prevenir infecciones causadas por bacterias. Están compuestas por dos partes: un antígeno de superficie de la bacteria y una proteína transportadora. La parte del antígeno de superficie es a menudo una cápsula polisacárida que recubre la bacteria y ayuda a evadir el sistema inmunológico. Sin embargo, las cápsulas polisacáridas por sí solas no desencadenan una respuesta inmune fuerte o duradera.

Para mejorar la respuesta inmunitaria, el antígeno de superficie se une a una proteína transportadora, creando así la vacuna conjugada. La proteína transportadora es una molécula que el sistema inmunitario reconoce fácilmente y desencadena una respuesta inmunitaria más fuerte y duradera. Cuando una persona recibe la vacuna, su sistema inmunitario reconoce la proteína transportadora y produce anticuerpos contra ella. Estos anticuerpos también se unen al antígeno de superficie bacteriana, lo que permite al sistema inmunológico recordar y reconocer fácilmente la bacteria en el futuro.

Las vacunas conjugadas son particularmente útiles para prevenir infecciones causadas por bacterias que tienen cápsulas polisacáridas, como Haemophilus influenzae tipo b (Hib), Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae. Estas vacunas han demostrado ser eficaces en la prevención de enfermedades graves, incluidas las meningitis y las neumonías bacterianas.

La otorrea de líquido cefalorraquídeo (LCR) es una condición médica en la que el líquido cefalorraquídeo, que normalmente fluye dentro del sistema nervioso central, sale a través del conducto auditivo externo en el oído. Este líquido protege el cerebro y la médula espinal de los golpes y las infecciones.

La fuga de LCR puede ser causada por varios factores, como traumatismos craneales, cirugías en el oído o en el cráneo, infecciones del oído medio o interno, tumores cerebrales o quistes. También puede ocurrir sin una causa aparente, en cuyo caso se denomina fuga espontánea de LCR.

Los síntomas más comunes de la otorrea de LCR incluyen pérdida de audición, zumbidos en los oídos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y sensibilidad al movimiento o cambios en la posición de la cabeza. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una prueba de betadine (una tinta azul) que se coloca en el conducto auditivo externo para ver si se detecta el color en el líquido drenado. Si se confirma la presencia de LCR, se pueden necesitar exámenes adicionales, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada, para determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

Los estudios prospectivos, también conocidos como estudios de cohortes, son un tipo de diseño de investigación epidemiológica en el que se selecciona una población en riesgo y se sigue durante un período de tiempo para observar la aparición de un resultado o evento de interés. A diferencia de los estudios retrospectivos, donde los datos se recopilan de registros existentes o por medio de entrevistas sobre eventos pasados, en los estudios prospectivos, los datos se recopilan proactivamente a medida que ocurren los eventos.

Este tipo de estudio permite la recogida de datos estandarizados y actualizados, minimiza los problemas de rememoración y mejora la precisión en la medición de variables de exposición e intermedias. Además, los estudios prospectivos pueden permitir la evaluación de múltiples factores de riesgo simultáneamente y proporcionar una mejor comprensión de la relación causal entre la exposición y el resultado. Sin embargo, requieren un seguimiento prolongado y costoso, y pueden estar sujetos a sesgos de selección y pérdida a follow-up.

Un tuberculoma es una lesión específica que se forma en el tejido pulmonar o en otros órganos como consecuencia de la infección por Mycobacterium tuberculosis. Consiste en una masa nodular bien circunscrita, compuesta por granulomas caseificantes, necrosis central y tejido fibroso periférico. Los tuberculomas pueden ser asintomáticos o causar diversos síntomas dependiendo de su tamaño y localización. Pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en los pulmones y el sistema nervioso central. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagenología y análisis de muestras obtenidas por biopsia o punción. El tratamiento suele consistir en una combinación de fármacos antituberculosos durante un período prolongado de tiempo.

La vigilancia de la población, en el contexto de la salud pública, se refiere al proceso continuo y sistemático de recopilación, análisis e interpretación de datos sobre la ocurrencia y distribución de problemas de salud en poblaciones definidas. También incluye la difusión oportuna y útil de los resultados a quienes toman decisiones y a otros usuarios, con el fin de planificar, implementar y evaluar programas y políticas de salud pública.

La vigilancia de la población es una herramienta fundamental para la detección temprana y el seguimiento de enfermedades, lesiones y factores de riesgo, lo que permite a los responsables de la formulación de políticas y los profesionales de la salud tomar medidas oportunas y efectivas para prevenir y controlar problemas de salud. Puede basarse en diferentes fuentes de datos, como registros de morbilidad y mortalidad, encuestas de salud, sistemas de notificación de enfermedades y programas de vigilancia específicos para diferentes enfermedades o poblaciones.

Meningismo es un término médico que se refiere a la inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Esta condición puede ser causada por diversas enfermedades infecciosas, como meningitis bacteriana o viral, o no infecciosas, como reacciones a medicamentos, trastornos autoinmunes o cánceres que se diseminan al sistema nervioso central.

Los síntomas más comunes de meningismo incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez del cuello, fiebre, fotofobia (sensibilidad a la luz), vómitos y cambios en el nivel de conciencia. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha meningismo, ya que puede ser una emergencia médica que requiera tratamiento urgente para prevenir complicaciones graves o incluso la muerte.

La evaluación diagnóstica de meningismo generalmente incluye exámenes físicos y neurológicos, análisis de líquido cefalorraquídeo obtenido mediante punción lumbar y estudios de imágenes, como tomografía computarizada o resonancia magnética nuclear. El tratamiento depende de la causa subyacente del meningismo y puede incluir antibióticos, antivirales, corticosteroides u otros medicamentos específicos para tratar la enfermedad subyacente.

La Reacción en Cadena de la Polimerasa, generalmente conocida como PCR (Polymerase Chain Reaction), es un método de bioquímica molecular que permite amplificar fragmentos específicos de DNA (ácido desoxirribonucleico). La técnica consiste en una serie de ciclos de temperatura controlada, donde se produce la separación de las hebras de DNA, seguida de la síntesis de nuevas hebras complementarias usando una polimerasa (enzima que sintetiza DNA) y pequeñas moléculas de DNA llamadas primers, específicas para la región a amplificar.

Este proceso permite obtener millones de copias de un fragmento de DNA en pocas horas, lo que resulta útil en diversos campos como la diagnóstica molecular, criminalística, genética forense, investigación genética y biotecnología. En el campo médico, se utiliza ampliamente en el diagnóstico de infecciones virales y bacterianas, detección de mutaciones asociadas a enfermedades genéticas, y en la monitorización de la respuesta terapéutica en diversos tratamientos.

La fiebre por flebótomos, también conocida como leishmaniasis visceral o kala-azar, es una enfermedad parasitaria grave causada por el protozoo Leishmania donovani. Se transmite al ser humano a través de la picadura de mosquitos pequeños, llamados flebótomos, que están infectados con el parásito. Los síntomas más comunes incluyen fiebre prolongada, aumento del tamaño del bazo e hígado, anemia, pérdida de peso y debilidad general. Si no se trata a tiempo, puede ser fatal en hasta el 100% de los casos. El diagnóstico requiere la detección del parásito en muestras de sangre, hueso o tejido hepático. El tratamiento suele implicar la administración de medicamentos antiparasitarios específicos, como el pentavalente antimonial, la anfotericina B o el miltefosina.

Las pruebas de fijación de látex, también conocidas como pruebas de inmunofijación en látex (ITLA), son un tipo de prueba diagnóstica utilizada en patología clínica para la detección y quantificación de antígenos o anticuerpos en una muestra de paciente. Esta técnica se basa en la aglutinación que ocurre cuando un antígeno específico reacciona con un anticuerpo específico, formando un complejo antígeno-anticuerpo.

En una prueba de fijación de látex, se añade una suspensión de partículas de látex sensibilizadas con anticuerpos específicos a la muestra del paciente. Si el antígeno objetivo está presente en la muestra, se produce una reacción inmunológica entre el antígeno y los anticuerpos unidos al látex, lo que resulta en la aglutinación de las partículas de látex. Esta aglutinación puede ser observada visualmente como un cambio de turbidez o formación de precipitados.

La prueba de fijación de látex se utiliza comúnmente en el diagnóstico y seguimiento de diversas infecciones bacterianas y virales, incluyendo neumococo, estreptococo del grupo A, Haemophilus influenzae tipo b, Legionella pneumophila, y virus de la hepatitis B. Además, también se utiliza en el diagnóstico de enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide.

La principal ventaja de las pruebas de fijación de látex es su rápida y sencilla interpretación, lo que permite obtener resultados en un tiempo relativamente corto. Sin embargo, tienen una menor sensibilidad y especificidad en comparación con otras técnicas de diagnóstico como la PCR o la serología.

Un tuberculoma intracraneal es una lesión cerebral causada por la infección y diseminación de Mycobacterium tuberculosis, el agente etiológico de la tuberculosis. Se trata de una forma menos común de tuberculosis extrapulmonar que ocurre cuando los bacilos de Koch ingresan al torrente sanguíneo y se alojan en el tejido cerebral, formando granulomas bien circunscritos.

Estos granulomas están compuestos por células epitelioides, linfocitos, macrófagos y células gigantes multinucleadas, rodeados de una capa de tejido conectivo. A medida que el granuloma crece, puede causar diversos síntomas neurológicos dependiendo de su localización y tamaño, como dolores de cabeza, convulsiones, déficits neurológicos focales o alteraciones cognitivas.

El diagnóstico diferencial incluye otros procesos inflamatorios y neoplásicos del sistema nervioso central. El diagnóstico definitivo se realiza mediante técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN) o la tomografía computarizada (TC), y pruebas de laboratorio, como el examen histopatológico y los cultivos microbiológicos del líquido cefalorraquídeo o del tejido cerebral obtenidos mediante biopsia.

El tratamiento consiste en la administración prolongada de antibióticos antituberculosos específicos, como isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol, durante un período mínimo de 12 meses. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para aliviar la presión intracraneal o extirpar el granuloma si causa complicaciones graves o no responde al tratamiento médico.

Lo siento por la confusión, pero no parece haber una definición médica específica para "Malaui". Malaui es en realidad el nombre de un país en el sureste de África, conocido oficialmente como la República de Malaui. Si proporcionó información adicional que pueda ayudar a clarificar su consulta, estaré encantado de volver a revisarla.

'Streptococcus bovis' es un tipo de bacteria gram positiva que pertenece al género Streptococcus. Históricamente, se ha identificado en el ganado y se consideraba parte de la flora normal del tracto gastrointestinal de los animales. Sin embargo, más recientemente, se han identificado cepas muy similares en humanos.

En humanos, 'Streptococcus bovis' se ha aislado de varios sitios, incluyendo la boca, el intestino delgado y el colon. Se considera parte de la microbiota normal del tracto gastrointestinal humano en muchos casos. Sin embargo, ciertas cepas de 'Streptococcus bovis', particularmente S. bovis biotype I y S. gallolyticus, se han asociado con infecciones graves en humanos.

Las infecciones más comunes asociadas con 'Streptococcus bovis' incluyen endocarditis (inflamación del revestimiento interno del corazón), bacteriemia (presencia de bacterias en la sangre), abscesos hepáticos y otras infecciones intraabdominales. También se ha asociado con algunos tipos de cáncer colorrectal, por lo que su detección en muestras clínicas a menudo conduce a una evaluación adicional para detectar posibles tumores subyacentes.

El tratamiento de las infecciones causadas por 'Streptococcus bovis' generalmente implica el uso de antibióticos apropiados, como la penicilina o la ceftriaxona. Sin embargo, el tratamiento también puede incluir cirugía si se sospecha o se ha confirmado una infección intraabdominal o endocarditis.

Las Infecciones del Sistema Nervioso Central (ISNC) se refieren a infecciones que afectan el tejido cerebral, las meninges (las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal), o la columna vertebral. Estas infecciones pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. Algunos ejemplos comunes de ISNC incluyen meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal), encefalitis (inflamación del tejido cerebral), abscesos cerebrales (acumulaciones de pus dentro del cerebro) y mielitis (inflamación de la médula espinal). Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación y la causa de la infección, pero generalmente incluyen dolor de cabeza, fiebre, rigidez en el cuello, confusión, debilidad muscular, convulsiones y, en casos graves, coma o incluso la muerte. El tratamiento dependerá del agente infeccioso específico y puede incluir antibióticos, antivirales o medicamentos antifúngicos, así como posiblemente cirugía para drenar abscesos o aliviar la presión dentro del cráneo.

La efusión subdural es un término médico que se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio subdural, que es el pequeño espacio entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y la dura mater interna (una capa delgada y flexible entre la duramadre y el cerebro). Este líquido puede ser sangre (hematoma subdural), pus (absceso subdural) o líquido cefalorraquídeo (hidrocefalia o hipertensión intracraneal).

La efusión subdural puede ocurrir como resultado de una lesión traumática en la cabeza, infección, tumores cerebrales, complicaciones durante la cirugía craneal o trastornos hemorrágicos. Los síntomas pueden variar dependiendo de la causa y la cantidad de líquido acumulado, pero generalmente incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, convulsiones, debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas, cambios en el estado mental o nivel de conciencia, y trastornos del habla o visión. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN). El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, medicamentos o reposo en cama.

La resistencia a las cefalosporinas es un tipo de resistencia antimicrobiana que se refiere a la capacidad de los microorganismos, especialmente bacterias, para sobrevivir y multiplicarse a pesar de la exposición a medicamentos pertenecientes a la clase de los antibióticos cefalosporinas.

Las cefalosporinas son antibióticos ampliamente utilizados en el tratamiento de infecciones bacterianas debido a su espectro de acción relativamente amplio y baja toxicidad. Sin embargo, el uso excesivo o inadecuado de estos fármacos ha llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes.

La resistencia puede desarrollarse por varios mecanismos, incluyendo la producción de betalactamasas (enzimas que destruyen el anillo beta-lactámico presente en la estructura química de las cefalosporinas), alteraciones en las proteínas targets (donde se une el antibiótico) y mecanismos de efflux (bombeo activo del antibiótico fuera de la bacteria).

Esta resistencia es una preocupación clínica importante ya que limita las opciones de tratamiento disponibles para ciertas infecciones graves, aumenta el riesgo de fracaso terapéutico, incrementa la duración de la hospitalización y los costos asociados al cuidado de la salud. Además, puede contribuir a la diseminación de enfermedades infecciosas y aumentar la morbilidad y mortalidad asociadas con ellas.

La encefalocele es una malformación congénita del sistema nervioso central donde parte del tejido cerebral y los líquidos circundantes sobresalen a través de un defecto en el cráneo. Esta protuberancia se encuentra cubierta por membranas (meninges) y, a veces, por piel. La ubicación más común para este defecto es en la base del cráneo, especialmente en la frente, entre los ojos o en la parte posterior de la cabeza.

La gravedad de la afección puede variar según el tamaño del defecto y la cantidad de tejido cerebral afectado. Los síntomas pueden incluir anomalías faciales, discapacidades intelectuales, problemas visuales y parálisis en los músculos faciales. El tratamiento generalmente implica una intervención quirúrgica para corregir el defecto y colocar el tejido cerebral de vuelta en su posición correcta dentro del cráneo.

Los antiinfecciosos son un grupo de medicamentos que se utilizan para tratar infecciones causadas por bacterias, hongos, virus y parásitos. Dentro de este grupo, existen diferentes subgrupos, tales como antibióticos (para tratar infecciones bacterianas), antifúngicos (para tratar infecciones fúngicas), antivirales (para tratar infecciones virales) y antiparasitarios (para tratar infecciones parasitarias).

Estos medicamentos funcionan mediante la inhibición o eliminación de los agentes infecciosos, impidiendo su crecimiento y reproducción. De esta manera, el sistema inmunológico del cuerpo puede trabajar para combatir y eliminar la infección.

Es importante recalcar que un uso adecuado y responsable de los antiinfecciosos es fundamental para evitar el desarrollo de resistencias bacterianas o la persistencia de hongos, virus y parásitos resistentes a los tratamientos. Por lo tanto, siempre se recomienda seguir las indicaciones médicas al pie de la letra y no automedicarse con estos fármacos.

La pérdida auditiva, también conocida como hipoacusia, se refiere a la disminución de la capacidad para detectar o distinguir sonidos. Esta condición puede afectar a una o ambas orejas en diversos grados, desde leve hasta profunda. La pérdida auditiva puede ser congénita o adquirida más tarde en la vida. Las causas pueden incluir daño al sistema auditivo debido al envejecimiento, exposición a ruidos fuertes, infecciones del oído, trauma craneal, algunos medicamentos tóxicos para el oído interno, enfermedades hereditarias y otras afecciones médicas. Los síntomas pueden incluir dificultad para escuchar conversaciones, especialmente en entornos ruidosos, necesidad de aumentar el volumen de la televisión o radio, dificultad para detectar sonidos sutiles, y en casos graves, incluso puede causar sordera completa. El tratamiento depende de la causa y la gravedad de la pérdida auditiva e incluye el uso de audífonos, implantes cocleares o terapias de rehabilitación auditiva.

El cloranfenicol es un antibiótico de amplio espectro que se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Se deriva del organismo bacteriano Chlorobium limicola y funciona mediante la inhibición de la síntesis de proteínas en las bacterias.

El cloranfenicol es eficaz contra tanto gram positivas como gram negativas, así como algunas anaerobias. Se administra generalmente por vía oral, intravenosa o tópica, y su vida media es de aproximadamente 1-4 horas.

Debido a sus posibles efectos secundarios graves, incluyendo la supresión de la médula ósea y el daño auditivo, se utiliza con cautela y solo cuando otros antibióticos no son adecuados. También puede interactuar con otros medicamentos, como la warfarina, aumentando el riesgo de sangrado.

En resumen, el cloranfenicol es un poderoso antibiótico que se utiliza para tratar infecciones graves, pero su uso está restringido debido a los posibles efectos secundarios adversos.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La Encefalitis viral es una inflamación del tejido cerebral (encefalo) causada por un virus. Este trastorno puede ocurrir como resultado de una infección primaria del sistema nervioso central o como una complicación secundaria después de que el virus se haya multiplicado en otra parte del cuerpo y luego viaje al cerebro. La encefalitis viral es una afección poco común pero potencialmente grave que puede causar daño cerebral y ser fatal.

Los síntomas más comunes de la encefalitis viral incluyen dolor de cabeza, fiebre, confusión, pérdida de memoria, dificultad para hablar o escuchar, trastornos del movimiento, convulsiones y debilidad. El diagnóstico generalmente se realiza mediante estudios de imágenes cerebrales y análisis de líquido cefalorraquídeo. El tratamiento puede incluir medicamentos antivirales, cuidados de apoyo intensivos y, en algunos casos, cirugía para aliviar la presión intracraneal.

Los virus que comúnmente causan encefalitis viral incluyen el virus del herpes simple, el virus del Nilo Occidental, los enterovirus y los arbovirus. La prevención generalmente implica medidas para evitar la exposición a estos virus, como vacunas contra ciertos tipos de virus y medidas preventivas contra las picaduras de mosquitos y garrapatas.

La mielitis es una afección médica que involucra la inflamación de la médula espinal. Puede causar diversos síntomas, dependiendo de dónde ocurre la inflamación en la columna vertebral. Los síntomas comunes incluyen debilidad o parálisis en una parte del cuerpo, problemas sensoriales como entumecimiento o hormigueo, y dificultad para controlar los intestinos o la vejiga.

La mielitis puede ser causada por infecciones, trastornos autoinmunitarios o enfermedades degenerativas de los nervios. En algunos casos, la causa específica no se puede determinar. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para reducir la inflamación y controlar el dolor, fisioterapia y rehabilitación.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha mielitis, ya que un tratamiento temprano puede ayudar a prevenir daños permanentes en la médula espinal. La mielitis transversa es una forma específica de mielitis donde ocurre una inflamación aguda y extensa en todo el grosor de la médula espinal, lo que causa debilidad o parálisis repentina y pérdida de sensibilidad por debajo del nivel de la lesión.

Los antígenos bacterianos son sustancias extrañas o moléculas presentes en la superficie de las bacterias que pueden ser reconocidas por el sistema inmune del huésped. Estos antígenos desencadenan una respuesta inmunitaria específica, lo que lleva a la producción de anticuerpos y la activación de células inmunes como los linfocitos T.

Los antígenos bacterianos pueden ser proteínas, polisacáridos, lipopolisacáridos u otras moléculas presentes en la pared celular o membrana externa de las bacterias. Algunos antígenos son comunes a muchas especies de bacterias, mientras que otros son específicos de una sola especie o cepa.

La identificación y caracterización de los antígenos bacterianos es importante en la medicina y la microbiología, ya que pueden utilizarse para el diagnóstico y la clasificación de las bacterias, así como para el desarrollo de vacunas y terapias inmunes. Además, el estudio de los antígenos bacterianos puede ayudar a entender cómo interactúan las bacterias con su huésped y cómo evaden o modulan la respuesta inmune del huésped.

La vancomicina es un tipo de antibiótico glicopeptídico que se utiliza para tratar infecciones causadas por bacterias grampositivas, especialmente aquellas que son resistentes a otros antibióticos. Se administra generalmente por vía intravenosa y funciona inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana. La vancomicina se utiliza comúnmente para tratar infecciones como la neumonía, la endocarditis y las infecciones del torrente sanguíneo. Los efectos secundarios pueden incluir daño auditivo, lesión renal y reacciones alérgicas. La overprescripción de vancomicina ha contribuido al desarrollo de cepas resistentes de bacterias grampositivas.

La virulencia, en el contexto médico y biológico, se refiere a la capacidad inherente de un microorganismo (como bacterias, virus u hongos) para causar daño o enfermedad en su huésped. Cuando un agente infeccioso es más virulento, significa que tiene una mayor probabilidad de provocar síntomas graves o letales en el huésped.

La virulencia está determinada por diversos factores, como la producción de toxinas y enzimas que dañan tejidos, la capacidad de evadir o suprimir las respuestas inmunitarias del huésped, y la eficiencia con la que el microorganismo se adhiere a las células y superficies del cuerpo.

La virulencia puede variar entre diferentes cepas de un mismo microorganismo, lo que resulta en diferentes grados de patogenicidad o capacidad de causar enfermedad. Por ejemplo, algunas cepas de Escherichia coli son inofensivas y forman parte de la flora intestinal normal, mientras que otras cepas altamente virulentas pueden causar graves infecciones gastrointestinales e incluso falla renal.

Es importante tener en cuenta que la virulencia no es un rasgo fijo y puede verse afectada por diversos factores, como las condiciones ambientales, el estado del sistema inmunitario del huésped y la dosis de exposición al microorganismo.

La expresión "estaciones del año" no tiene una definición médica específica. Las estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno) son fenómenos naturales relacionados con la posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol y con el ángulo de inclinación de su eje de rotación.

Sin embargo, los cambios estacionales pueden influir en varios aspectos de la salud humana, como los niveles de actividad física, los hábitos alimenticios, la exposición a diferentes agentes ambientales y el estado anímico. Por ejemplo, durante el invierno, las personas tienden a realizar menos ejercicio y pasar más tiempo en espacios cerrados con calefacción, lo que puede contribuir al aumento de peso y a una menor exposición a la luz solar, lo que a su vez puede afectar los niveles de vitamina D y el estado de ánimo.

En resumen, aunque las estaciones del año no tienen una definición médica directa, son un factor ambiental relevante que influye en diversos aspectos de la salud humana.

La Clindamicina es un antibiótico que pertenece a la clase de las tienamicinas. Se utiliza para tratar diversas infecciones bacterianas, ya que es eficaz contra una amplia gama de bacterias grampositivas y gramnegativas. La clindamicina inhibe la síntesis proteica bacteriana interfiriendo con el enlace peptidílico durante la formación del polipéptido en el ribosoma bacteriano.

Este fármaco se utiliza a menudo para tratar infecciones como la neumonía, las infecciones de la piel y los tejidos blandos, la otitis media (inflamación del oído medio), la sinusitis y la infección pelviana. También se puede usar antes de ciertos procedimientos dentales en personas con problemas cardíacos previos para prevenir las infecciones.

Es importante recalcar que, como todos los antibióticos, la clindamicina solo es eficaz contra las infecciones causadas por bacterias y no tiene ningún efecto sobre las infecciones virales, como el resfriado común o la gripe. El uso excesivo o inadecuado de este medicamento puede conducir al desarrollo de resistencia bacteriana, lo que dificulta el tratamiento de las infecciones en el futuro.

Las infecciones bacterianas son procesos patológicos causados por la presencia y multiplicación de bacterias en cantidades suficientemente grandes como para provocar una respuesta inflamatoria y daño tisular. Las bacterias pueden infectar casi cualquier parte del cuerpo, incluyendo la piel, los pulmones, el tracto urinario, el sistema nervioso central y el tejido óseo. Los síntomas varían dependiendo de la localización y tipo de bacteria involucrada, pero pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor, fiebre y fatiga. Algunas infecciones bacterianas pueden ser tratadas eficazmente con antibióticos, mientras que otras pueden causar graves complicaciones o incluso la muerte si no se diagnostican y tratan a tiempo.

La sangre es un tejido conectivo fluido, que desempeña un papel fundamental en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono, nutrientes y desechos metabólicos dentro del cuerpo. Constituye alrededor del 7-8% del peso corporal total en los seres humanos. La sangre se compone de dos componentes principales: células sanguíneas (elementos formes) y plasma sanguíneo (componente líquido).

Los elementos formes de la sangre incluyen glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos). Los glóbulos rojos, que son los más abundantes, contienen hemoglobina, una proteína que permite la unión y transporte de oxígeno desde los pulmones a las células del cuerpo, así como el transporte de dióxido de carbono desde las células hacia los pulmones para su eliminación.

Los glóbulos blancos desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y enfermedades al destruir microorganismos invasores y células dañadas o anormales. Existen varios tipos de glóbulos blancos, como neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos, cada uno con diferentes funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

Las plaquetas son fragmentos celulares derivados de megacariocitos found in the bone marrow. Su función principal es participar en la coagulación sanguínea, un proceso que ayuda a detener el sangrado y promover la curación de heridas mediante la formación de coágulos sanguíneos.

El plasma sanguíneo es el componente líquido de la sangre, constituido principalmente por agua, proteínas, electrolitos, nutrientes, gases y desechos metabólicos. Las proteínas plasmáticas más importantes son albumina, globulinas (alfa, beta y gamma) y fibrinógeno. La albumina ayuda a mantener la presión osmótica y transportar diversas moléculas, como hormonas y fármacos, a través del torrente sanguíneo. Las globulinas incluyen anticuerpos, que desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmunitaria. El fibrinógeno es una proteína clave en la coagulación sanguínea, ya que se convierte en fibrina durante este proceso, formando parte del coágulo sanguíneo.

En resumen, la sangre es un tejido conectivo líquido compuesto por glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas suspendidos en plasma. Cada componente desempeña funciones vitales en el cuerpo humano, como el transporte de oxígeno y nutrientes, la protección contra infecciones y enfermedades, y la coagulación sanguínea para detener el sangrado.

El recuento de leucocitos, también conocido como cuenta de glóbulos blancos (WBC), es un examen de laboratorio que mide el número de glóbulos blancos en una muestra de sangre. Los glóbulos blancos son elementos celulares importantes del sistema inmunológico que ayudan a proteger al cuerpo contra infecciones y enfermedades.

Un recuento normal de leucocitos suele estar entre 4,500 y 11,000 células por microlitro (μL) de sangre en adultos. Sin embargo, este rango puede variar ligeramente según la edad, el sexo y la salud general del individuo.

Un recuento bajo de glóbulos blancos se denomina leucopenia, mientras que un recuento alto se conoce como leucocitosis. Ambas condiciones pueden ser indicativas de diversas afecciones médicas, desde infecciones y enfermedades inflamatorias hasta trastornos malignos del sistema hematopoyético, como la leucemia. Por lo tanto, es importante realizar un seguimiento cuidadoso de los resultados de las pruebas de recuento de leucocitos y discutirlos con un profesional médico capacitado para obtener una interpretación adecuada y un plan de manejo oportuno.

La enfermedad aguda se refiere a un proceso de enfermedad que comienza repentinamente, evoluciona rápidamente y generalmente dura relativamente poco tiempo. Puede causar síntomas graves o molestias, pero tiende a desaparecer una vez que el cuerpo ha combatido la infección o se ha recuperado del daño tisular. La enfermedad aguda puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales o bacterianas, lesiones traumáticas o reacciones alérgicas. A diferencia de las enfermedades crónicas, que pueden durar meses o años y requerir un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las enfermedades agudas se resuelven con el tiempo y solo necesitan atención médica a corto plazo.

Las estreptolisinas son enzimas pyogenic exotoxinas producidas por ciertas cepas de bacterias Streptococcus pyogenes (estreptococo beta-hemolítico del grupo A). Existen dos tipos principales de estreptolisinas: estreptolisina O y estreptolisina S.

La estreptolisina O es una toxina termoestable que puede causar daño tisular y contribuir al desarrollo de enfermedades invasivas, como la fascitis necrotizante y la síndrome de shock tóxico estreptocócico. La prueba de estreptolisina O se utiliza a menudo en el diagnóstico de infecciones por estreptococo beta-hemolítico del grupo A, ya que los niveles séricos de esta toxina suelen ser elevados durante las infecciones agudas.

Por otro lado, la estreptolisina S es una toxina termolábil que participa en la lisis de glóbulos rojos y leucocitos. Sin embargo, no se utiliza como marcador diagnóstico porque su presencia no está directamente relacionada con infecciones agudas.

En resumen, las estreptolisinas son enzimas pyogenic exotoxinas producidas por ciertas cepas de Streptococcus pyogenes que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades invasivas y desencadenar reacciones inmunológicas. La estreptolisina O es la más relevante clínicamente, ya que se asocia con infecciones agudas y se utiliza como marcador diagnóstico.

El Virus de Nápoles es un tipo de alfavirus que pertenece a la familia Togaviridae. Este virus se identificó por primera vez en 1952 en Italia, específicamente en Nápoles, y se asocia con brotes esporádicos de fiebre en humanos. Sin embargo, el Virus de Nápoles es más conocido por su impacto en los insectos, especialmente en la mosca de los arenales (Phlebotomus papatasi), donde puede causar una enfermedad grave y letal.

En los humanos, la infección con el Virus de Nápoles generalmente ocurre a través de la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, erupciones cutáneas y fatiga. En casos raros, la infección puede provocar meningitis o encefalitis.

Sin embargo, es importante destacar que el Virus de Nápoles no se considera una amenaza grave para la salud humana, ya que los brotes son poco frecuentes y generalmente causan síntomas leves. Además, no existe un tratamiento específico para la infección por Virus de Nápoles en humanos, y el manejo se centra en aliviar los síntomas con medidas de soporte.

En resumen, el Virus de Nápoles es un alfavirus que puede causar fiebre leve a moderada en humanos y una enfermedad grave y letal en moscas de los arenales. Aunque los brotes en humanos son raros, la infección puede ocurrir a través de la picadura de un mosquito infectado y generalmente se maneja con medidas de soporte para aliviar los síntomas.

La neumonía neumocócica es una infección pulmonar causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae (también conocida como neumococo). Esta afección puede variar en gravedad, desde una forma leve que se asemeja a un resfriado hasta una forma grave que puede ser mortal.

Los síntomas más comunes de la neumonía neumocócica incluyen tos con flema o esputo verde o amarillo, fiebre, escalofríos, dolor de pecho, dificultad para respirar y sudoración excesiva. En casos graves, los pacientes pueden experimentar confusión, desorientación, letargo e incluso entrar en estado de shock.

Esta infección se propaga generalmente a través del contacto cercano con una persona infectada o por la inhalación de gotitas contaminadas que se dispersan al hablar, toser o estornudar. Las personas mayores, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos debilitados y aquellos con enfermedades crónicas como el asma, la enfermedad cardíaca o la diabetes corren un mayor riesgo de contraer neumonía neumocócica.

El tratamiento suele implicar antibióticos, ya que la mayoría de los casos son causados por bacterias. Los pacientes gravemente enfermos pueden necesitar hospitalización y oxigenoterapia. La vacunación contra el neumococo es recomendable para ciertos grupos de personas con alto riesgo de complicaciones graves.

El Virus de la Parotiditis, también conocido como virus de la paperas, es un agente infeccioso perteneciente al género Rubulavirus y a la familia Paramyxoviridae. Es el causante de la enfermedad denominada parotiditis o paperas, una afección contagiosa que se caracteriza por la inflamación y hinchazón dolorosa de las glándulas salivales, especialmente las parótidas, ubicadas cerca de las orejas.

El virus se transmite principalmente a través del contacto con gotitas respiratorias infectadas, que se dispersan al hablar, toser o estornudar. Después de la exposición, los síntomas suelen aparecer en un plazo de 14 a 21 días y pueden incluir fiebre, dolores musculares, fatiga, malestar general y, posteriormente, inflamación y dolor en las glándulas salivales. En algunos casos, el virus puede diseminarse y causar complicaciones en otros órganos, como la meningitis, la pancreatitis o la orquitis.

La vacunación es una medida preventiva eficaz contra la infección por Virus de la Parotiditis. La vacuna se administra normalmente en combinación con otras vacunas contra enfermedades prevenibles por el mismo tipo de virus, como el sarampión y la rubeola, formando el llamado VNR (Virus de las Paperas, Sarampión y Rubeola) o MMR (Measles, Mumps and Rubella) en inglés. La vacunación sistemática ha contribuido a una disminución significativa de los casos de parotiditis en muchos países.

Moxalactam es el nombre genérico de un antibiótico de amplio espectro que pertenece a la clase de los betalactámicos. Se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas, incluidas las infecciones respiratorias, urinarias, de piel y tejidos blandos, e intraabdominales.

Moxalactam es un inhibidor de la betalactamasa y funciona al unirse a las enzimas bacterianas que son responsables de descomponer los antibióticos betalactámicos, como las penicilinas y las cefalosporinas. Al hacerlo, moxalactam evita que las bacterias descompongan el antibiótico, lo que permite que el medicamento siga siendo eficaz contra las bacterias.

Moxalactam se administra por vía intravenosa y su uso está aprobado en los Estados Unidos para el tratamiento de pacientes con septicemia, neumonía, peritonitis y otras infecciones graves. Los efectos secundarios comunes de moxalactam incluyen náuseas, vómitos, diarrea y reacciones alérgicas. En raras ocasiones, moxalactam puede causar efectos secundarios más graves, como convulsiones, daño hepático y disfunción renal.

La parasitología de alimentos es una subdisciplina específica tanto de la parasitología, que es el estudio de los parásitos y sus efectos sobre los organismos huéspedes, como de la ciencia de los alimentos, que se ocupa del estudio de los alimentos, su procesamiento, empaque, almacenamiento, distribución y preparación.

En este contexto, la parasitología de alimentos se enfoca en el estudio de los parásitos que pueden transmitirse a través de los alimentos o del medio ambiente alimentario, lo que incluye los parásitos que se encuentran en los alimentos mismos, como también aquellos que infectan a los animales productores de alimentos y a los humanos que manipulan estos alimentos.

El objetivo principal de la parasitología de alimentos es identificar, controlar y prevenir las infecciones y enfermedades causadas por parásitos en el contexto de la producción, procesamiento, distribución y consumo de alimentos. Esto implica el estudio de los ciclos vitales de los parásitos, sus hábitats, su ecología, su epidemiología y su patogénesis, así como también el desarrollo y evaluación de métodos para detectar y controlar la contaminación parasitaria en los alimentos.

La parasitología de alimentos es una disciplina importante en la salud pública y en la seguridad alimentaria, ya que las infecciones parasitarias transmitidas por los alimentos pueden causar graves problemas de salud, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, ancianos, personas con sistemas inmunológicos debilitados y viajeros internacionales.

No hay una definición médica específica para África, ya que es un continente y no una afección o condición médica. Sin embargo, en un contexto geográfico relacionado con la salud pública, se puede hacer referencia a enfermedades o problemas de salud comunes en el continente africano.

Por ejemplo, África alberga una gran diversidad de vida silvestre y ecosistemas, pero también enfrenta desafíos únicos en términos de salud pública. Algunas enfermedades que se asocian a menudo con el continente africano incluyen:

* El VIH/SIDA: África es el hogar de la mayor cantidad de personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en el mundo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente el 70% de las personas que viven con VIH en todo el mundo viven en África.
* La malaria: África es el hogar del 90% de los casos de malaria en el mundo, y la mayoría de estos casos ocurren en niños menores de cinco años. La malaria es una enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos que puede causar fiebre, dolores de cabeza, vómitos y, en casos graves, la muerte.
* La esquistosomiasis: También conocida como bilharzia, la esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria causada por gusanos planos que se transmiten a través del contacto con agua dulce contaminada. África alberga el mayor número de casos de esquistosomiasis en el mundo, y la enfermedad puede causar una variedad de síntomas, como diarrea, dolor abdominal, fatiga y anemia.
* La fiebre del valle del Rift: Esta es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que se ha vuelto más común en África en los últimos años. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves, y pueden incluir fiebre, dolores de cabeza, dolor muscular y articulaciones, y erupciones cutáneas. En casos graves, la fiebre del valle del Rift puede causar encefalitis o meningitis.
* El cólera: El cólera es una enfermedad diarreica aguda causada por la bacteria Vibrio cholerae. La enfermedad se propaga a través del consumo de alimentos o agua contaminados y puede causar síntomas graves, como diarrea profusa y vómitos, que pueden llevar a la deshidratación grave y la muerte si no se tratan. África ha experimentado varios brotes importantes de cólera en los últimos años.

Es importante destacar que estas enfermedades son prevenibles y tratables con el acceso adecuado a la atención médica y las vacunas. Los viajeros internacionales deben consultar con un proveedor de atención médica antes de viajar para determinar qué vacunas o medicamentos preventivos pueden necesitar, dependiendo de su itinerario y otros factores de riesgo.

'Mycobacterium tuberculosis' es un tipo específico de bacteria que causa la enfermedad conocida como tuberculosis (TB). Es parte del complejo Mycobacterium tuberculosis (MTBC), que también incluye otras subespecies mycobacteriales relacionadas que pueden causar enfermedades similares.

Estas bacterias tienen una pared celular única rica en lípidos, lo que les confiere resistencia a muchos antibióticos y desinfectantes comunes. Son capaces de sobrevivir dentro de las células huésped durante períodos prolongados, lo que dificulta su eliminación por parte del sistema inmunológico.

La transmisión de Mycobacterium tuberculosis generalmente ocurre a través del aire, cuando una persona infectada con TB activa tose, estornuda, habla o canta, dispersando las gotitas infecciosas que contienen las bacterias. La infección puede ocurrir si alguien inspira esas gotitas y las bacterias ingresan a los pulmones.

Después de la inhalación, las bacterias pueden multiplicarse y provocar una infección activa o permanecer latentes dentro del cuerpo durante años sin causar síntomas. Solo alrededor del 5-10% de las personas infectadas con TB latente desarrollarán tuberculosis activa, que puede afectar no solo los pulmones sino también otros órganos y tejidos.

El diagnóstico de Mycobacterium tuberculosis generalmente implica pruebas de laboratorio, como el examen microscópico de esputo o líquido corporal, cultivo bacteriano y pruebas moleculares de detección de ADN. El tratamiento suele requerir una combinación de múltiples antibióticos durante varios meses para garantizar la erradicación completa de las bacterias y prevenir la resistencia a los medicamentos.

Las convulsiones son sacudidas involuntarias y repentinas de los músculos que ocurren como resultado de una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Pueden variar en gravedad, desde espasmos musculares menores hasta convulsiones tónico-clónicas generalizadas (conocidas comúnmente como "gran mal") que involucran a todo el cuerpo.

Las convulsiones pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo epilepsia, fiebre alta en niños (convulsiones febriles), lesión cerebral traumática, infecciones cerebrales, trastornos metabólicos, intoxicación con drogas o alcohol, y tumores cerebrales.

En algunos casos, las convulsiones pueden ser un síntoma de una afección médica subyacente que requiere tratamiento. En otros casos, las convulsiones pueden ser un trastorno primario, como en la epilepsia. El tratamiento de las convulsiones depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos anticonvulsivantes, cambios en el estilo de vida o cirugía cerebral.

La vasculitis del sistema nervioso central (VSNC), también conocida como vasculitis cerebral o encefálica, es un grupo heterogéneo de trastornos inflamatorios que afectan los vasos sanguíneos dentro del sistema nervioso central (SNC). Esto incluye el cerebro y la médula espinal. La característica definitoria de estas condiciones es una inflamación aguda o crónica de las paredes de los vasos sanguíneos, lo que puede resultar en isquemia (falta de suministro de sangre), hemorragia y, en última instancia, daño neurológico.

La VSNC se puede clasificar en dos categorías principales: primaria y secundaria. La vasculitis primaria del SNC es una afección idiopática que solo afecta los vasos sanguíneos dentro del sistema nervioso central, mientras que la vasculitis secundaria del SNC se asocia con enfermedades sistémicas o exposiciones ambientales.

La presentación clínica de la VSNC es variable y depende de la gravedad, la ubicación y la extensión de la inflamación vascular. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza, convulsiones, déficits neurológicos focales, cambios en el estado mental o cognitivo e incluso coma. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de historial clínico, estudios de imagen y análisis de laboratorio, y a menudo requiere una biopsia del tejido vascular afectado para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la VSNC implica generalmente el uso de corticosteroides y fármacos inmunosupresores para controlar la inflamación vascular y prevenir daños adicionales al sistema nervioso central. El pronóstico varía según la etiología subyacente, la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

Las Enfermedades del Sistema Nervioso Central (SNC) se refieren a un grupo diverso de trastornos que afectan el cerebro, la médula espinal y los nervios craneales. Estas enfermedades pueden ser causadas por diversos factores, incluyendo infecciones, lesiones, trastornos genéticos, tumores y enfermedades degenerativas.

Algunos ejemplos de enfermedades del SNC incluyen:

1. Esclerosis Múltiple: una enfermedad autoinmune que afecta el recubrimiento protector de los nervios (la mielina) en el cerebro y la médula espinal.
2. Enfermedad de Parkinson: un trastorno progresivo del movimiento causado por la degeneración de las células nerviosas en la parte profunda del cerebro.
3. Epilepsia: un trastorno cerebral que causa convulsiones recurrentes.
4. Alzheimer: una enfermedad neurodegenerativa progresiva que destruye los nervios y las células del cerebro.
5. Lesión cerebral traumática: daño al cerebro causado por una fuerza externa, como un golpe o sacudida.
6. Meningitis: inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, a menudo causada por una infección.
7. Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA): una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que causa debilidad muscular progresiva y eventualmente afecta la capacidad de hablar, comer y respirar.
8. Hidrocefalia: acumulación anormal de líquido cerebroespinal en el cerebro.

Los síntomas de las enfermedades del SNC pueden variar ampliamente dependiendo de la enfermedad específica y la parte del sistema nervioso afectada. Pueden incluir debilidad muscular, espasmos, temblores, pérdida de memoria, dificultad para hablar o tragar, dolores de cabeza, convulsiones, problemas de equilibrio y coordinación, y cambios en el comportamiento o la personalidad. El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la enfermedad y puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía o cuidados paliativos.

Las infecciones por Enterobacteriaceae se refieren a un tipo de infección bacteriana causada por bacterias que pertenecen al grupo de los Enterobacteriaceae. Este grupo incluye una variedad de géneros de bacterias, como Escherichia, Klebsiella, Proteus, Enterobacter y Serratia, entre otros.

Estas bacterias son comunes en el medio ambiente y pueden encontrarse en agua, suelo, alimentos y en el tracto intestinal de humanos y animales sanos. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, como una deficiencia del sistema inmunológico o la presencia de una herida abierta, las bacterias Enterobacteriaceae pueden causar infecciones en humanos.

Las infecciones por Enterobacteriaceae pueden manifestarse de diversas formas, dependiendo del tipo de bacteria y la localización de la infección. Algunas de las infecciones más comunes incluyen:

* Infecciones del tracto urinario (ITU): son una de las infecciones por Enterobacteriaceae más frecuentes, especialmente en mujeres. Las bacterias pueden ascender desde la uretra hasta la vejiga y el riñón, causando cistitis e infecciones renales, respectivamente.
* Infecciones de la sangre (bacteriemia): las bacterias pueden entrar al torrente sanguíneo a través de una herida abierta, catéter o durante una cirugía, lo que puede llevar a una infección generalizada del cuerpo.
* Infecciones intraabdominales: las bacterias pueden infectar el revestimiento del abdomen (peritonitis) o los órganos internos después de una cirugía, trauma o enfermedad intestinal.
* Neumonía: la neumonía por Enterobacteriaceae es menos común pero puede ocurrir en personas con sistemas inmunes debilitados o en aquellas que han estado en cuidados intensivos.

El tratamiento de las infecciones por Enterobacteriaceae generalmente implica la administración de antibióticos apropiados, según el tipo y la gravedad de la infección. Sin embargo, el aumento de la resistencia a los antibióticos en estas bacterias ha complicado el tratamiento y requiere un enfoque más individualizado y multidisciplinario. La prevención de las infecciones por Enterobacteriaceae incluye medidas de higiene adecuadas, como lavarse las manos regularmente y mantener una buena limpieza del hogar y el lugar de trabajo. Además, es importante seguir las recomendaciones médicas para la prevención de infecciones durante y después de procedimientos quirúrgicos o tratamientos médicos.

La definición médica de 'Coccidioides' es un género de hongos dimórficos que se encuentran en los suelos áridos y alcalinos del suroeste de los Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur. Estos hongos producen esporas que pueden infectar a los humanos y otros mamíferos cuando se inhalan, causando una enfermedad conocida como coccidioidomicosis o fiebre del valle.

El ciclo de vida de Coccidioides implica dos formas: la forma vegetativa (mitosporas) que se encuentra en el suelo y la forma infecciosa (esporangiosporas) que se produce durante la reproducción sexual. Las esporangiosporas son las que se dispersan por el aire y pueden ser inhaladas por los humanos y otros animales, causando una infección.

La coccidioidomicosis puede causar una variedad de síntomas, desde leves hasta graves, dependiendo de la salud general del huésped y la cantidad de esporas inhaladas. Los síntomas más comunes incluyen tos, fiebre, dolores musculares y articulares, fatiga y dolor de pecho. En algunos casos, la enfermedad puede diseminarse a otras partes del cuerpo, como los pulmones, el hígado, la piel y el sistema nervioso central, lo que puede causar complicaciones graves e incluso la muerte.

El diagnóstico de coccidioidomicosis generalmente se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan anticuerpos contra el hongo en la sangre o mediante cultivo del hongo a partir de una muestra de tejido o esputo. El tratamiento suele implicar medicamentos antifúngicos, como la fluconazol o la itraconazol, y puede requerir hospitalización en casos graves.

El término "niño hospitalizado" no tiene una definición médica específica en sí mismo, ya que se refiere más a un estado o situación general. Sin embargo, en un contexto médico o de salud pública, un niño hospitalizado generalmente se refiere a un menor de edad que está recibiendo atención médica en un entorno hospitalario. Esto puede incluir una amplia gama de situaciones y condiciones de salud, desde procedimientos quirúrgicos rutinarios hasta enfermedades graves o traumas.

El término a menudo se utiliza en estudios de investigación y análisis de políticas para identificar a este grupo de población y comprender mejor sus necesidades y desafíos únicos. Por ejemplo, los niños hospitalizados pueden enfrentar riesgos especiales de infección, estrés emocional y problemas de desarrollo, y pueden requerir atención adaptada a su edad y bienestar emocional además de sus necesidades médicas.

Además, el término "niño hospitalizado de larga duración" o "paciente pediátrico de larga duración" a menudo se utiliza para describir a los niños que han estado internados en un hospital durante un período prolongado, a menudo definido como más de una semana o un mes. Estos niños y sus familias pueden enfrentar desafíos adicionales en términos de continuidad de la atención, el apoyo emocional y los costos financieros.

Un coma es un estado de inconsciencia profunda y duradera en el que una persona no puede responder a estímulos externos o internos. Durante un coma, una persona no puede despertarse, interactuar ni comunicarse. Esto ocurre cuando hay una interrupción grave en la conectividad y funcionamiento de las diferentes partes del cerebro.

Las causas más comunes de un coma incluyen lesiones cerebrales traumáticas, como un fuerte golpe en la cabeza, o afecciones médicas graves, como derrames cerebrales, infecciones cerebrales, intoxicación por drogas o alcohol, hipoglucemia severa (bajos niveles de azúcar en la sangre), hiperglucemia grave (altos niveles de glucosa en la sangre) y trastornos metabólicos.

El pronóstico de una persona en coma puede variar ampliamente, dependiendo de la gravedad de la lesión o afección subyacente, su localización en el cerebro y la rapidez con que se proporcione el tratamiento médico. Algunas personas pueden despertarse del coma después de un período de tiempo relativamente corto y recuperar una función cerebral casi normal, mientras que otras pueden permanecer en estado vegetativo o en un estado de minima consciencia durante largos periodos de tiempo, o incluso permanentemente. El tratamiento del coma generalmente se centra en estabilizar las condiciones médicas subyacentes y brindar apoyo para mantener las funciones corporales vitales.

Las Infecciones Comunitarias Adquiridas (ICA), también conocidas como infecciones adquiridas en la comunidad, se definen como infecciones que son adquiridas por un individuo fuera de un entorno de atención médica, como un hospital u otra institución de salud. Estas infecciones suelen ocurrir en lugares como hogares, escuelas, oficinas, gimnasios y otras áreas públicas.

Las ICA pueden ser causadas por una variedad de agentes infecciosos, incluidos bacterias, virus, hongos y parásitos. Algunos ejemplos comunes de ICA incluyen resfriados, gripe, paperas, varicela, infecciones de oído, faringitis estreptocócica, infecciones del tracto urinario, neumonía y gastroenteritis.

Las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos con enfermedades crónicas o aquellos que toman medicamentos inmunosupresores, pueden tener un mayor riesgo de adquirir ICA. Además, ciertas prácticas, como el contacto cercano con personas enfermas, la falta de higiene adecuada y la exposición a agua o alimentos contaminados, también pueden aumentar el riesgo de adquirir una ICA.

El tratamiento de las ICA depende del tipo de infección y puede incluir antibióticos, antivirales u otros medicamentos específicos para combatir el agente infeccioso causante. En algunos casos, el cuerpo puede ser capaz de combatir la infección por sí solo sin necesidad de tratamiento médico. La prevención es siempre la mejor estrategia y se puede lograr mediante prácticas de higiene adecuadas, como lavarse las manos regularmente, cubrirse la boca al toser o estornudar, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.

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