Protrusión de la membrana de la mucosa rectal a través del ano. Hay varios grados: incompleto sin desplazamiento del músculo del esfínter anal; completo con desplazamiento del músculo del esfínter anal; completo sin desplazamiento del músculo del esfínter pero con herniación del intestino; e interna completa con intususcepción rectosigmoidea o del recto superior en el recto inferior.
Protrusión de un órgano o de parte de un órgano en un orificio natural o artificial.
Desplazamiento hacia abajo del ÚTERO. Se clasifica en diversos grados: en el primer grado el CUELLO UTERINO está dentro del orificio vaginal; en el segundo grado el cuello está fuera del orificio; en el tercer grado todo el útero está fuera del orificio.
Protrusión anormal de una o ambas valvas de la VÁLVULA MITRAL hacia la AURÍCULA IZQUIERDA durante la SÍSTOLE, que determina una INSUFICIENCIA DE LA VÁLVULA MITRAL, SOPLO SISTÓLICO, o ARRITMIA CARDÍACA.
Descenso anormal del órgano pélvico que resulta en protrusión de los órganos más allá de sus límites anatómicos normales. Los síntomas a menudo incluyen malestar vaginal, DISPAREUNIA, INCONTINENCIA URINARIA DE ESFUERZO, e INCONTINENCIA FECAL.
Examen radiográfico del proceso de defecación luego de la instilación de un MEDIO DE CONTRASTE en el recto.
Protrusión herniaria del RECTO en la VAGINA.
Incapacidad de realizar el control voluntario de los esfínteres anales, con paso involuntario de gases y heces.
Desarrollos patológicos en la región del RECTO, del INTESTINO GRUESO.
Segmento distal del INTESTINO GRUESO, entre el COLON SIGMOIDE y el CANAL ANAL.
Región del cuerpo situada entre los genitales y el ANO en la superficie del tronco, y los compartimientos superficiales que se extienden profundamente en esta área que es inferior al DIAFRAGMA PÉLVICO. El área de superficie se encuentra entre la VULVA y el ano en la mujer, y entre el ESCROTO y el ano en el hombre.
La aplicación de una sustancia cáustica, un instrumento caliente, una corriente eléctrica, u otro agente para controlar la hemorragia, mientras que se elimina o destruye el tejido.
Segmento terminal del INTESTINO GRUESO, comenzando en la ampolla del RECTO y terminando en el ano.
Técnicas para fijar juntos los bordes de una herida, con bucles de hilo o materiales similares (SUTURAS).
Tejido blando compuesto principalmente por el diafragma pélvico, que está compuesto por los dos elevadores del ano y los dos músculos coccígeos. El diafragma pélvico está situado justo debajo de la abertura pélvica (orificio de salida) y separa la cavidad pélvica del PERINEO. Éste se extiende entre el HUESO PÚBICO por delante y el COXIS por detras.
Protusión de tejido, estructura o parte de un órgano a través de los huesos, tejido muscular o membrana que lo contiene normalmente. La hernia puede implicar a tejidos como la PARED ABDOMINAL o el DIAFRAGMA respiratorio. Las hernias pueden ser internas, externas, congénitas o adquiridas.
Un segmento del COLON entre el RECTO y el colon descendente.
Cirugía que se realiza en el sistema digestivo o sus partes.
Lesión de la superficie de la piel o de una superficie mucosa, producida por el desprendimiento de tejido necrótico inflamatorio.
Proceso normal de eliminación del material fecal del RECTO.
Desplazamiento hacia abajo de las cúspides valvulares (mala alineación) por debajo de una línea que une los puntos de inserción de las valvas de la VÁLVULA AÓRTICA. Las distorsiones valvulares intensas pueden causar fugas que permitan el reflujo de sangre desde la AORTA ASCENDENTE hacia el VENTRÍCULO IZQUIERDO, provocando regurgitación aórtica.
Afección de tipo HERNIA en la que la debilidad de los músculos pelvianos da lugar a que la VEJIGA URINARIA descienda de su posición normal. El descenso de la vejiga es más frecuente en las mujeres, en las que la vejiga cae hacia la VAGINA, y menos frecuente en los varones, en los que desciende al ESCROTO.
Obras que contienen artículos de información sobre temas de cualquier campo del conocimiento, generalmente presentadas en orden alfabético, o una obra similar limitada a un campo o tema en especial.
Emisión involuntaria de orina a causa de un desplazimiento anatómico que ejerce una fuerza que tiende a abrir el orificio vesical, como durante los esfuerzos o al toser. (Dorland, 28a ed)
Medición de la presión o la tensión de liquidos o gases con un manómetro.
Evacuación involuntaria de ORINA asociada a un abrupto e intenso deseo de orinar. Suele estar asociada a contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga (hiperreflexia o inestabilidad del detrusor).
Técnica de la terapia de proporcionar el estado de la propia función propia del SISTENA NERVIOSO AUTÓNOMO (por ejemplo, temperatura de la piel, latidos del corazón, ondas cerebrales) como la retroalimentación visual o auditiva, a fin de auto-controlar las afecciones relacionadas (por ejemplo, hipertensión, migrañas).

El prolapso rectal, también conocido como procidentia recti o rectocele, es una afección médica en la que el recto se desplaza desde su posición normal dentro del cuerpo hasta el canal anal. Esto puede ocurrir cuando los músculos y tejidos que mantienen el recto en su lugar se debilitan o dañan, lo que permite que el recto se extienda o sobresalga a través del ano.

El prolapso rectal puede causar síntomas como dolor, sangrado, secreción de mucosidad, sensación de evacuación incompleta y dificultad para defecar. En algunos casos, el prolapso rectal puede reducirse espontáneamente o con la ayuda de un médico, pero en otros casntos casos puede requerir cirugía para su corrección.

La causa más común del prolapso rectal es el daño a los músculos y tejidos que rodean el recto, lo que puede ocurrir como resultado de partos difíciles, enfermedades inflamatorias intestinales, estreñimiento crónico, cirugía previa en la región pélvica o envejecimiento. El tratamiento del prolapso rectal depende de su gravedad y puede incluir cambios en el estilo de vida, fisioterapia, medicamentos o cirugía.

El término médico 'prolapso' se refiere a la condición en la cual un órgano o tejido se desplaza desde su posición normal y sobresale a través de la abertura natural de una cavidad corporal. Este desplazamiento generalmente ocurre cuando el tejido de soporte se debilita, estira o daña. Los prolpasos pueden involucrar varios órganos, dependiendo de su ubicación en el cuerpo. Algunos ejemplos comunes de prolpasos incluyen:

1. Prolapso de útero: El útero desciende hacia o más allá de la vagina.
2. Prolapso de vejiga (cistocele): La vejiga sobresale en la vagina, a menudo debido al daño del tejido que la separa de la pared vaginal.
3. Prolapso rectal (rectocele): El recto se desplaza hacia la pared posterior de la vagina, especialmente después de defecar.
4. Prolapso de los músculos del suelo pélvico (descenso genital): Los músculos que forman el suelo pélvico y mantienen los órganos en su lugar se debilitan o estiran, lo que hace que los órganos circundantes desciendan de su posición normal.

Los síntomas del prolapso pueden variar según la gravedad y el tipo de prolapso, pero generalmente incluyen sensaciones de presión o pesadez en la pelvis, dolor durante las relaciones sexuales, dificultad para orinar o defecar, e incluso la aparición de tejido fuera de la abertura vaginal. El tratamiento puede incluir ejercicios de Kegel, dispositivos médicos, terapia física y, en algunos casos, cirugía para reparar el daño y restaurar los órganos a su posición normal.

El prolapso uterino es una afección en la que los músculos y ligamentos que sostienen el útero se debilitan, lo que hace que el útero descienda o "se caiga" hacia abajo desde su posición normal dentro de la pelvis. Este descenso puede hacer que parte del útero, o en casos graves todo el útero, sobresalga (protruya) a través de la vagina.

El prolapso uterino suele ser causado por el daño o estiramiento de los músculos y ligamentos que sostienen el útero, comúnmente asociado con el parto vaginal, especialmente en caso de partos múltiples o partos difíciles. Otros factores que pueden contribuir al desarrollo de un prolapso uterino incluyen la menopausia, la obesidad, el estreñimiento crónico y las afecciones pulmonares que causan tos persistente.

Los síntomas del prolapso uterino pueden variar desde leves hasta graves e incluyen sensaciones de presión o pesadez en la pelvis, dolor pélvico o abdominal, dificultad para vaciar la vejiga completamente, aumento de la frecuencia urinaria, incontinencia urinaria, dolor durante las relaciones sexuales y, en casos graves, la presencia de tejido uterino que sobresale de la vagina.

El tratamiento del prolapso uterino depende de su gravedad y puede incluir ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos, terapia hormonal para ayudar a mantener el tejido vaginal saludable y cirugía para reparar o quitar el útero.

El prolapso de la válvula mitral, también conocido como síndrome de Barlow o insuficiencia valvular mitral, es un trastorno del corazón en el que las dos valvas de la válvula mitral se abultan y no cierran correctamente. La válvula mitral está ubicada entre los dos ventrículos superiores e inferiores izquierdos del corazón. Su función es regular el flujo de sangre entre estas cámaras.

En condiciones normales, las valvas de la válvula mitral se cierran herméticamente cuando el ventrículo inferior izquierdo se contrae para bombear sangre al cuerpo. Sin embargo, en el prolapso de la válvula mitral, las valvas se abultan o protuyen hacia el atrio izquierdo incluso durante la contracción ventricular, lo que impide que la válvula se cierre correctamente y hace que la sangre regrese al atrio izquierdo.

Este trastorno puede ser congénito o adquirido y puede presentarse de forma asintomática o causar síntomas como palpitaciones, dificultad para respirar, fatiga, dolor en el pecho e incluso insuficiencia cardíaca. El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y puede incluir medicamentos, procedimientos de reparación o sustitución quirúrgica de la válvula mitral.

El prolapso de órganos pélvicos (POP) es un trastorno en el que los músculos y tejidos que sostienen los órganos pélvicos se debilitan o estiran, lo que causa que uno o más órganos se desplacen de su posición normal dentro de la cavidad pélvica. Este desplazamiento puede hacer que el útero, vejiga, intestino delgado o recto sobresalgan o presionen a través de la abertura vaginal.

Los grados de prolapso varían desde leves (cuando el órgano se ha desplazado ligeramente) hasta graves (cuando el órgano sobresale considerablemente). Los síntomas más comunes incluyen sensación de pesadez o presión en la pelvis, dolor durante las relaciones sexuales, dificultad para orinar o defecar, y protrusión visible de tejidos a través de la abertura vaginal.

El POP es más común en mujeres después de la menopausia, aunque también puede afectar a mujeres más jóvenes, especialmente aquellas que han tenido partos difíciles o cirugías pélvicas previas. El tratamiento puede incluir ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, dispositivos médicos como anillos vaginales o pesarios, y en casos más graves, cirugía para reparar o restaurar los órganos afectados.

La defecografía es un procedimiento de diagnóstico por imágenes que se utiliza para evaluar el funcionamiento del recto y el ano durante la defecación. Implica la introducción de un contraste, generalmente en forma de bario o gelatina hidrosoluble, en el recto a través del ano. Luego, el paciente es invitado a sentarse en un inodoro especial conectado a una máquina de rayos X. Mientras el paciente realiza los movimientos intestinales, la máquina toma imágenes que permiten al médico observar la evacuación del contraste y evaluar si hay problemas anatómicos o funcionales que puedan estar causando síntomas como estreñimiento, incontinencia fecal o dolor abdominal. También se conoce como proctografía dinámica o manometría anorrectal.

Un rectocele es un tipo de prolapso de pared pélvica en el que la parte superior del recto, que es el último segmento del intestino grueso, se desplaza hacia adelante y sobresale a través del músculo que forma la parte posterior de la pared vaginal. Esta condición suele ocurrir en mujeres después de la menopausia o como resultado de partos difíciles, cirugías pélvicas previas o aumento de la presión intraabdominal crónica debido a obesidad, estreñimiento severo u tos crónica.

Los síntomas comunes del rectocele incluyen dificultad para evacuar completamente las heces, sensación de pesadez o presión en la parte inferior del abdomen y durante las deposiciones, dolor durante las relaciones sexuales y, a veces, incontinencia fecal. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como aumentar la ingesta de fibra y líquidos, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico y evitar el esfuerzo durante las deposiciones. En casos más graves, se pueden considerar opciones quirúrgicas para reparar el prolapso y restaurar la anatomía normal.

La incontinencia fecal se define como la pérdida involuntaria del control de los gases (flatulencias), líquidos o heces sólidas desde el recto. Puede variar en gravedad, desde la dificultad para retrasar la defecación hasta la incapacidad completa de controlar las evacuaciones intestinales. Esta afección puede causar gran angustia y aislamiento social, por lo que es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas. El tratamiento puede incluir cambios en la dieta, ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, medicamentos o, en algunos casos, cirugía.

Las enfermedades del recto se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el recto, que es el último segmento del intestino grueso antes del ano. El recto desempeña un papel crucial en la defecación y almacenamiento temporal de heces.

Algunas enfermedades comunes del recto incluyen:

1. Proctitis: Es la inflamación del revestimiento del recto, que puede causar dolor abdominal, diarrea con sangre y una necesidad urgente de defecar. La proctitis puede ser causada por infecciones bacterianas, protozoarias o virales, enfermedades inflamatorias intestinales (EII) como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, radioterapia y otras afecciones médicas.

2. Hemorroides: Son venas hinchadas e inflamadas que se encuentran dentro o alrededor del ano y el recto. Las hemorroides pueden ser internas (dentro del recto) o externas (debajo de la piel alrededor del ano). Pueden causar dolor, picazón, sangrado y sensación de ardor en la región anal.

3. Fisura anal: Es una pequeña rotura o desgarro en el revestimiento del canal anal que puede causar dolor intenso, especialmente durante la defecación, y a veces puede sangrar. Las fisuras anales pueden ser causadas por esfuerzo excesivo durante las deposiciones, estreñimiento crónico, diarrea prolongada o enfermedades inflamatorias intestinales.

4. Absceso y fístula anal: Un absceso anal es una acumulación de pus que se forma en el tejido alrededor del ano como resultado de una infección. Una fístula anal es un conducto anormal que se forma entre el interior del ano y la superficie de la piel, a menudo como resultado de un absceso anal no tratado o infectado.

5. Prolapso rectal: Ocurre cuando una parte del revestimiento del recto sobresale a través del ano, especialmente después de defecar. El prolapso rectal puede causar síntomas como dolor, sangrado, secreción y sensación de evacuación incompleta.

6. Cáncer de colon y recto: Los pólipos y lesiones precancerosas en el revestimiento del colon y el recto pueden convertirse en cáncer si no se detectan y tratan a tiempo. El cáncer colorrectal es una de las principales causas de muerte por cáncer en todo el mundo.

El cuidado preventivo y la detección temprana son clave para mantener la salud del colon y el recto. Las recomendaciones generales incluyen:

- Llevar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y fibra.
- Limitar el consumo de grasas saturadas, carnes rojas y procesadas.
- Hacer ejercicio regularmente.
- No fumar ni beber alcohol en exceso.
- Controlar el peso corporal y mantener un IMC saludable.
- Realizarse pruebas de detección regulares según las recomendaciones de su médico, especialmente a partir de los 50 años o antes si hay antecedentes familiares de cáncer colorrectal.

El recto, en anatomía humana, es la última porción del intestino grueso (colon) que se curva hacia arriba, luego hacia atrás y hacia abajo para finalmente terminar formando el canal anal, a través del cual las heces son expulsadas del cuerpo. Tiene aproximadamente 12 cm de largo y está ubicado en la pelvis. Su función principal es almacenar las heces antes de la defecación. La pared del recto está compuesta por varias capas de tejido, incluyendo músculo liso que permite su contracción y relajación involuntaria para controlar la evacuación intestinal.

El perineo es la región anatómica que se encuentra en la parte inferior del tronco, entre el pubis y el coxis, en la zona donde termina la pared abdominal posterior y comienza la musculatura de la región glútea. Se divide en perineo anterior (urogenital) y perineo posterior (anal). Contiene estructuras importantes como los músculos elevadores del ano, los músculos isquiocavernosos y bulbospongiosos, el esfínter uretral y externo del ano, glándulas, vasos sanguíneos y nervios. El perineo desempeña un papel fundamental en la función sexual, miccional y defecatoria.

La cauterización es un procedimiento médico en el que se utiliza calor, frío o químicos para destruir tejido dañado o anormal y detener el sangrado. Esto a menudo se realiza utilizando un instrumento llamado cauterio, que produce calor al ser electrificado o al entrar en contacto con una llama abierta. La cauterización puede usarse para tratar una variedad de condiciones, como verrugas, úlceras y tumores benignos. También se puede usar durante procedimientos quirúrgicos para ayudar a controlar el sangrado.

Es importante tener en cuenta que la cauterización también puede destruir tejido sano circundante y tiene el potencial de causar cicatrices. Por lo tanto, generalmente se considera como un último recurso cuando otros tratamientos no han tenido éxito. Antes de decidir si la cauterización es adecuada para usted, su médico discutirá los beneficios y riesgos asociados con este procedimiento.

El canal anal, también conocido como el conducto anal o el canal de Alcock, es la parte final del tracto digestivo que conecta el recto con el exterior del cuerpo. Se trata de un tubo muscular y fibroso que mide aproximadamente 3 a 4 centímetros de largo y tiene forma de un cono invertido.

El canal anal está rodeado por dos capas de músculo, la capa interna o esfínter interno y la capa externa o esfínter externo. El esfínter interno es involuntario y se relaja durante la defecación para permitir que las heces salgan del cuerpo. Por otro lado, el esfínter externo es voluntario y se puede controlar conscientemente para retener o expulsar las heces.

El canal anal también está revestido por una membrana mucosa que secreta moco y ayuda a lubricar la zona durante la defecación. Además, contiene glándulas anales que producen un líquido que ayuda a mantener la humedad en el área y protegerla de infecciones.

Es importante mantener una buena higiene en esta zona para prevenir infecciones y otras complicaciones médicas. Si experimentas dolor, sangrado o cualquier otra anomalía en el canal anal, es recomendable consultar a un médico especialista en gastroenterología o proctología.

Las técnicas de sutura, también conocidas como puntos de sutura o costura quirúrgica, son métodos utilizados en medicina y cirugía para cerrar una herida o incisión en la piel o tejidos internos después de un procedimiento médico o trauma. Estas técnicas implican el uso de agujas e hilos especializados para unir los bordes de la herida, promoviendo así la curación y disminuyendo las posibilidades de infección y cicatrices excesivas.

Existen diversos tipos de puntadas quirúrgicas, cada una con sus propias indicaciones y ventajas dependiendo del tipo de tejido involucrado, la localización de la herida, y el propósito del cierre. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Punto simple: Es el método más básico y fácil de realizar. Se utiliza principalmente en piel delgada y tejidos superficiales.

2. Punto de reprise o punto de running: Este tipo de sutura se emplea a menudo en heridas largas y estrechas, ya que permite una aproximación uniforme de los bordes de la herida mientras mantiene la tensión adecuada.

3. Punto de interrumpido: Se trata de una sutura individual que se realiza en diferentes puntos a lo largo de la herida, proporcionando flexibilidad y facilitando el drenaje de líquidos o secreciones.

4. Punto de matres: Este tipo de sutura profunda ayuda a aproximar los tejidos más profundos, brindando soporte y resistencia a la tensión en heridas extensas.

5. Punto de pulmón o subcutáneo: Se utiliza para cerrar los planos subcutáneos, reduciendo la tensión sobre la piel y minimizando la formación de cicatrices.

6. Punto de intradérmico: Es una sutura fina que se realiza justo por debajo de la superficie de la piel, dejando solo pequeños puntos de entrada y salida visibles.

La elección del tipo de sutura dependerá del tipo de tejido involucrado, la localización de la herida, las preferencias del cirujano y otros factores relevantes. El objetivo principal es lograr una cicatrización adecuada con un mínimo riesgo de complicaciones y una apariencia estética satisfactoria.

El diafragma pélvico, también conocido como el suelo pélvico, es un músculo en forma de domo que forma el piso de la cavidad pélvica. Se extiende desde el pubis hacia atrás hasta el cóccix y lateralmente hasta los isquiones. El diafragma pélvico tiene varias funciones importantes, incluyendo el apoyo de los órganos pélvicos (vejiga, útero y recto en las mujeres; vejiga y recto en los hombres), la control de la continencia urinaria y fecal, y la participación en el acto sexual. Los músculos del diafragma pélvico se relajan y se abren para permitir la micción, la defecación y el coito, y se contraen para cerrar y sostener los órganos pélvicos en su lugar. La debilidad o daño en el diafragma pélvico puede causar problemas de incontinencia urinaria o fecal, prolapso de órganos pélvicos y disfunción sexual.

Una hernia, en términos médicos, se refiere a la protrusión o salida de un órgano o tejido a través de una abertura o debilidad en el músculo o tejido conectivo que normalmente lo mantiene contenido. Esto crea una protuberancia visible y palpable, especialmente cuando se realiza alguna actividad que aumenta la presión intraabdominal.

Las hernias pueden ocurrir en varias partes del cuerpo, pero las más comunes son las hernias inguinales (que sobresalen a través del canal inguinal en la ingle) y las hernias femorales (que sobresalen a través del canal femoral cerca de la parte superior del muslo interior). Otras localizaciones menos frecuentes incluyen el ombligo, la línea media abdominal y los sitios de cirugías previas.

Los síntomas asociados con las hernias pueden variar desde dolor e incomodidad en la zona afectada, especialmente durante el esfuerzo físico, hasta náuseas, vómitos o estreñimiento si el suministro de sangre al intestino se ve comprometido. En algunos casos, las hernias pueden ser reducibles, lo que significa que el contenido puede empujarse de vuelta a través del orificio con presión manual suave; sin embargo, si no se trata, estas hernias pueden convertirse en irreductibles o encarceladas, donde el contenido queda atrapado fuera y no puede ser devuelto a su posición original. En casos graves, la falta de flujo sanguíneo al tejido encarcelado puede llevar a una condición llamada estrangulación herniaria, lo que requiere atención médica inmediata ya que podría poner en peligro la vida del paciente.

El tratamiento para las hernias generalmente implica cirugía para reparar el tejido dañado y restaurar los órganos a su posición correcta. Existen dos tipos principales de procedimientos quirúrgicos: la laparoscopia y la cirugía abierta. La elección del método dependerá de varios factores, como la gravedad de la hernia, la salud general del paciente y las preferencias personales. Después de la cirugía, se recomienda evitar el levantamiento de objetos pesados y otras actividades extenuantes durante un período de tiempo para permitir que la zona cicatrice correctamente.

El colon sigmoide es la parte final del colon, justo antes del recto. Se caracteriza por su forma en "S" y mide aproximadamente 40 cm de largo. Su función principal es almacenar y eliminar los desechos corporales. El colon sigmoide está ubicado en la parte inferior izquierda del abdomen y es una de las áreas más comunes donde se producen pólipos y cáncer colorrectal. Es importante someterse a exámenes regulares, como la sigmoidoscopia o colonoscopia, para detectar cualquier crecimiento anormal en esta área.

Los procedimientos quirúrgicos del sistema digestivo se refieren a los diversos tipos de cirugías realizadas en las estructuras anatómicas y sistemas involucrados en la digestión de los alimentos. Esto puede incluir órganos como el esófago, estómago, intestino delgado, colon (intestino grueso), hígado, vesícula biliar, páncreas y glándulas salivales.

Algunos ejemplos comunes de procedimientos quirúrgicos del sistema digestivo son:

1. Gastrostomía: Una cirugía en la que se crea una abertura directa al estómago a través de la pared abdominal, lo que permite la alimentación y la hidratación directas al estómago.

2. Colectomía: La extirpación quirúrgica del colon (intestino grueso). Puede ser parcial o total, dependiendo de la extensión de la enfermedad.

3. Gastrectomía: La extirpación quirúrgica de parte o todo el estómago, comúnmente realizada para tratar cánceres gástricos o úlceras graves.

4. Hepatectomía: La extirpación quirúrgica de parte o todo el hígado, a menudo se realiza para tratar tumores hepáticos benignos o malignos.

5. Pancreatectomía: La extirpación quirúrgica del páncreas o parte de él, comúnmente realizada para tratar cánceres pancreáticos o pancreatitis crónica grave.

6. Esofagectomía: La extirpación quirúrgica del esófago, generalmente se realiza para tratar cánceres de esófago.

7. Cirugía bariátrica: Un grupo de procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar la obesidad grave, incluyendo el bypass gástrico y la banda gástrica ajustable.

8. Colostomía e ileostomía: Procedimientos en los que se crea una abertura (estoma) en el abdomen para permitir que las heces salgan del cuerpo, comúnmente realizados después de la extirpación del colon o el intestino delgado debido a enfermedades como el cáncer o la enfermedad inflamatoria intestinal.

Una úlcera es una lesión abierta en la piel o en la membrana mucosa que se caracteriza por la pérdida de continuidad de los tejidos. En un contexto más específico, se utiliza a menudo para referirse a las úlceras gastrointestinales, que son úlceras que ocurren en el revestimiento del estómago o del intestino delgado, siendo la causa más común la infección por la bacteria Helicobacter pylori y el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Las úlceras gastrointestinales pueden causar síntomas como dolor abdominal, indigestión, náuseas, vómitos y, en casos graves, hemorragia interna. El tratamiento puede incluir antibióticos para eliminar la infección por Helicobacter pylori, medicamentos antiácidos para reducir la acidez estomacal y, en algunos casos, cirugía.

La defecación es un proceso natural y fisiológico que involucra la eliminación de los desechos sólidos del cuerpo, conocidos como heces o materia fecal. Estos desechos son el resultado final del procesamiento de los alimentos digeridos y la absorción de nutrientes en el intestino grueso.

El proceso de defecación comienza en el colon, donde el agua y las sales se absorben de los residuos sólidos, lo que lleva a la formación de heces más firmes. Luego, las heces se mueven hacia el recto, que es una parte inferior del intestino grueso. Cuando el recto se llena con suficientes heces, se desencadena un reflejo involuntario que provoca la relajación del esfínter anal interno y la contracción de los músculos abdominales, lo que aumenta la presión en el recto. Esto permite que las heces salgan del cuerpo a través del ano.

La defecación normalmente ocurre durante el día, especialmente después de las comidas, cuando los músculos intestinales se contraen con más fuerza para ayudar a mover las heces hacia abajo. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar dificultades para defecar, lo que puede llevar a estreñimiento o incluso a trastornos más graves del tracto gastrointestinal.

El prolapso de la válvula aórtica (PAV, por sus siglas en inglés) es un trastorno cardíaco en el que una o más de las tres valvas ubicadas en la válvula aórtica del corazón se extienden o se pliegan hacia la cámara de salida izquierda del corazón (el ventrículo izquierdo) durante el latido cardíaco. Normalmente, estas valvas se abren para permitir que la sangre fluya desde el ventrículo izquierdo a la aorta y luego se cierran para evitar que la sangre regrese al ventrículo izquierdo cuando late.

En el PAV, las válvulas aórticas no funcionan correctamente debido a una alteración en sus cuerdas o soportes (llamadas cordales), lo que provoca un pliegue o protusión de la valva hacia el ventrículo izquierdo durante el latido cardíaco. Esto puede dar lugar a diversos grados de regurgitación aórtica, en la que la sangre fluye hacia atrás desde la aorta al ventrículo izquierdo cuando la válvula se cierra.

El PAV es a menudo un hallazgo incidental y asintomático en ecocardiogramas realizados por otros motivos, pero en algunos casos puede causar síntomas como palpitaciones, dolor torácico, dificultad para respirar, mareos o sincopes (desmayos). El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y del riesgo de complicaciones, como el desarrollo de regurgitación aórtica grave o endocarditis infecciosa. Las opciones de tratamiento pueden incluir vigilancia estrecha, medicamentos para controlar los síntomas o cirugía de reemplazo valvular en casos más graves.

Un cistocele es una afección en la cual la vejiga urinaria se desplaza hacia abajo y hacia adelante, hasta penetrar en la pared vaginal. Esta condición suele ocurrir como resultado de un debilitamiento de los músculos y tejidos que sostienen la vejiga en su lugar, y puede ser causada por el parto, la menopausia, el aumento de peso u otras afecciones que ejerzan presión sobre la vejiga.

Los síntomas de un cistocele pueden incluir:

* Fugas de orina involuntarias
* Necesidad frecuente o urgente de orinar
* Dolor o incomodidad durante las relaciones sexuales
* Sensación de pesadez o presión en la pelvis
* Dificultad para vaciar completamente la vejiga

El tratamiento del cistocele puede incluir ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico, terapia física, dispositivos médicos como anillos vaginales o pesarios, y en algunos casos, cirugía. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de cistocele, ya que esta afección puede empeorar con el tiempo y causar complicaciones adicionales.

No existe una definición médica específica para "Enciclopedias como Asunto" ya que esta frase parece ser una expresión coloquial o un título en lugar de un término médico. Sin embargo, si nos referimos al término "enciclopedia" desde un punto de vista educativo o del conocimiento, podríamos decir que se trata de una obra de consulta que contiene información sistemática sobre diversas áreas del conocimiento, organizadas alfabética o temáticamente.

Si "Enciclopedias como Asunto" se refiere a un asunto médico en particular, podría interpretarse como el estudio o la investigación de diferentes aspectos relacionados con las enciclopedias médicas, como su historia, desarrollo, contenido, estructura, impacto en la práctica clínica y la educación médica, entre otros.

Sin un contexto más específico, es difícil proporcionar una definición médica precisa de "Enciclopedias como Asunto".

La incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) es un tipo de incontinencia que ocurre durante actividades que aumentan la presión dentro del abdomen, como toser, estornudar, levantar objetos pesados o hacer ejercicio. Esta afección se produce cuando los músculos que controlan el flujo de orina (esfínter urinario) no pueden contraerse lo suficiente para evitar la pérdida involuntaria de orina. La IUE es más común en mujeres, especialmente después del parto o durante la menopausia, pero también puede afectar a hombres, particularmente aquellos que han tenido cirugía prostática. Los factores de riesgo incluyen el envejecimiento, el sobrepeso u obesidad, y los daños en los músculos y nervios causados por lesiones o cirugías pélvicas previas. El tratamiento puede incluir ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, dispositivos médicos como las almohadillas de compresión o los catéteres, y en algunos casos, cirugía para corregir problemas estructurales.

La manometría es un procedimiento diagnóstico utilizado en medicina que mide la presión dentro de los conductos huecos del cuerpo, como el esófago, el estómago, el intestino delgado y grueso, así como los canales biliares y urinarios. Se utiliza a menudo para evaluar problemas funcionales gastrointestinales, como el reflujo gastroesofágico, la disfunción esfinteriana, los trastornos motores intestinales y el síndrome del intestino irritable.

En una manometría, se introduce un catéter delgado a través de la nariz o la boca hasta el área que necesita ser evaluada. El catéter tiene sensores que miden la presión a diferentes longitudes a lo largo de su superficie. Durante el procedimiento, el paciente puede ser preguntado para realizar ciertas acciones, como tragar o cambiar de posición, mientras se registra la presión. Esta información ayuda a los médicos a evaluar cómo funciona el músculo liso en el área y a diagnosticar cualquier problema.

La manometría es una prueba segura y generalmente bien tolerada por los pacientes. Sin embargo, puede causar algunas molestias leves, como la sensación de náuseas o dolor de garganta después del procedimiento. Los riesgos asociados con la manometría son mínimos, pero pueden incluir sangrado, perforación o infección en raras ocasiones.

La incontinencia urinaria de urgencia (IUU) es un tipo de incontinencia que se caracteriza por una necesidad repentina e intensa de orinar, acompañada generalmente de la pérdida del control de la vejiga antes de poder llegar al baño. Esta afección puede causar gran angustia y afectar negativamente a la calidad de vida de las personas que la padecen.

La IUU se produce cuando los músculos de la vejiga se contraen inapropiadamente, lo que provoca la necesidad urgente de orinar. En algunos casos, esta contracción puede ocurrir sin ningún estímulo previo, como el llenado de la vejiga. Además, las personas con IUU pueden experimentar frecuentes ganas de orinar, incluso durante la noche (nicturia).

Existen diversos factores que pueden contribuir al desarrollo de la incontinencia urinaria de urgencia, entre los que se incluyen:

- Enfermedades del sistema urinario, como infecciones o inflamación de la vejiga o de la próstata.
- Afecciones neurológicas, como esclerosis múltiple o accidente cerebrovascular.
- Consumo excesivo de líquidos, especialmente aquellos que irritan la vejiga, como el café, el té y las bebidas alcohólicas.
- Obesidad, debido al aumento de presión sobre la vejiga.
- Tabaquismo, ya que puede irritar la vejiga y disminuir la capacidad de almacenamiento de orina.
- Menopausia, debido a los cambios hormonales que ocurren durante este período.
- Determinados medicamentos, como diuréticos, sedantes o antidepresivos.

El tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia dependerá de la causa subyacente y puede incluir cambios en el estilo de vida, terapia conductual, ejercicios de fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico, dispositivos médicos y, en algunos casos, cirugía. Es importante consultar a un profesional de la salud para determinar el mejor curso de acción individualizado.

La biorretroalimentación psicológica, también conocida como biofeedback, es una técnica en la que se entrena a un individuo para mejorar su salud y bienestar físico y mental mediante el aprendizaje de cómo controlar procesos corporales previamente involuntarios. Esto se logra utilizando equipos electrónicos que proporcionan información en tiempo real sobre las respuestas fisiológicas del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura de la piel y la actividad muscular o cerebral.

El proceso implica el uso de sensores colocados en diferentes partes del cuerpo para monitorear las respuestas fisiológicas. Los resultados se muestran al individuo a través de señales visuales o auditivas, como gráficos en una pantalla o pitidos de un tono específico. A medida que el individuo aprende a asociar estas señales con sus propios estados fisiológicos, puede comenzar a desarrollar la capacidad de controlarlos intencionalmente.

La biorretroalimentación psicológica se utiliza en el tratamiento de una variedad de condiciones médicas y psicológicas, como el dolor crónico, la ansiedad, el estrés, los trastornos del sueño, las migrañas, los accidentes cerebrovasculares y las lesiones de la médula espinal. También se ha utilizado en el rendimiento deportivo y en la mejora de la concentración y la relajación.

La efectividad de la biorretroalimentación psicológica varía según el tipo de condición y el individuo, pero generalmente se considera una intervención no invasiva y sin efectos secundarios adversos que puede ser útil como complemento a otros tratamientos médicos o psicológicos.

No hay FAQ disponibles para "prolapso rectal"

No hay imágenes disponibles para "prolapso rectal"