Remoción quirúrgica de un coágulo obstructivo o material extraño que ha sido transportado desde un vaso distante a través del torrente sanguíneo. La remoción de un coágulo en su sitio original se denomina TROMBECTOMIA.
Bloqueo de la ARTERIA PULMONAR o de una de sus ramas por un ÉMBOLO.
Bloqueo de un vaso sanguíneo por un coágulo de sangre o por otro material indisoluble transportado por la corriente sanguínea desde un sitio lejano.
El uso de CATÉTERES con balón para eliminar émbolos mediante la retracción del balón que se infla por detrás del ÉMBOLO.
Desviación del flujo sanguíneo de la entrada del atrio derecho directamente a la aorta (o arteria femoral) a través de un oxigenador, desviando de ese modo tanto el corazón como los pulmones.
Remoción quirúrgica de un coágulo obstructivo o material extraño de un vaso sanguíneo en el punto donde se forma. La remoción de un coágulo que llega de un sitio distante se denomina EMBOLECTOMIA.
Afección en la que el VENTRÍCULO DERECHO del corazón muestra dificultad funcional. Esta situación puede producir INSUFICIENCIA CARDÍACA, INFARTO DE MIOCARDIO y otras complicaciones cardiovasculares. El diagnóstico se realiza midiendo la disminución de la fracción de eyección y el nivel de disminución de movilidad de la pared del ventrículo derecho.
Dispositivos mecánicos insertados en la vena cava inferior que evitan la migración de coágulos de sangre desde las trombosis venosas profundas de las piernas.
Obstrucción del flujo en la CIRCULACIÓN ESPLACNICA por ATEROSCLEROSIS, EMBOLIA o TROMBOSIS, ESTENOSIS, TRAUMA y compresión o presión intrínseca por tumores adyacentes. Las causas raras son medicamentos, parásitos intestinales, y enfermedades inmunoinflamatorias vasculares como son la PERIARTERITIS NUDOSA y la TROMBOANGIITIS OBLITERANTE.
Bloqueo de un vaso sanguíneo del CRÁNEO por un ÉMBOLO que puede ser un coágulo de sangre (TROMBO) u otro material no disuelto en el torrente circulatorio. La mayoría de los émbolos se originan en el corazón y se asocian con ENFERMEDADES CARDIACAS. Otros orígenes no cardiacos de émbolos suelen asociarse con ENFERMEDADES VASCULARES.
Radiografía de los vasos sanguíneos luego de la inyección de un medio de contraste.
Choque que se produce por disminución del gasto cardíaco en enfermedades cardíacas.
Enfermedad relativamente grave de corta duración.
Uso de infusiones de AGENTES FIBRINOLÍTICOS para destruir o disolver los trombos en los vasos sanguíneos o en injertos.
Hipoperfusión de la SANGRE a través de un órgano o tejido causada por una CONSTRICCIÓN PATOLÓGICA u obstrucción de sus VASOS SANGUÍNEOS, o por una ausencia de CIRCULACIÓN SANGUÍNEA.
Vaso sanguíneo ancho y corto que se origina en el cono arterioso del ventrículo derecho y transporta la sangre no oxigenada a los pulmones.
Restauración del suministro de sangre al tejido que está isquémico a consecuencia de una disminución del suministro normal de sangre. La disminución puede tener cualquier origen, incluyendo la obstrucción ateroesclerótica, el estrechamiento de una arteria, o el pinzamiento quirúrgico. Es un procedimiento para tratar, principalmente, el infarto u otras isquemias, al permitir la recuperación del tejido isquémico, limitando de ese modo la necrosis subsiguiente. Sin embargo, se piensa que la reperfusión puede en sí misma lesionar el tejido isquémico, ocasionando la LESION POR REPERFUSION.
Uso o inserción de un dispositivo tubular en un conducto, vaso sanguíneo, órgano hueco, o cavidad corporal para inyectar o extraer líquidos para fines diagnóstico o terapéutico. Difiere de la INTUBACIÓN en que el tubo se usa aquí para restaurar o mantener la viabilidad en las obstrucciones.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Principal arteria del muslo, una continuación de la arteria ilíaca externa.
Separación de un miembro u otro apéndice o excrecencia del cuerpo. (Dorland, 28a ed)
Obstrucción de un vaso sanguíneo (embolia) por un coágulo de sangre (TROMBO) en el torrente circulatorio.

La embolectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae un émbolo, o un coágulo de sangre u otra sustancia extraña, que ha viajado a través del torrente sanguíneo y bloquea un vaso sanguíneo en otro lugar del cuerpo. Estos émbolos suelen originarse en el corazón o en las venas profundas de las piernas (trombosis venosa profunda) y pueden viajar a los pulmones, cerebro u otros órganos vitales, provocando graves daños e incluso la muerte.

El objetivo de la embolectomía es restaurar el flujo sanguíneo normal lo antes posible para minimizar el daño tisular y mejorar las posibilidades de recuperación del paciente. El procedimiento puede realizarse mediante cirugía abierta o endovascular, dependiendo de la localización y el tamaño del émbolo. En la cirugía abierta, se hace una incisión para acceder al vaso sanguíneo afectado y extraer manualmente el émbolo. En la embolectomía endovascular, un cirujano inserta un catéter con un pequeño dispositivo en forma de garra en la punta dentro de una arteria o vena, lo guía hasta el émbolo y lo extrae o desintegra mediante técnicas especiales.

La embolectomía se indica principalmente en casos de émbolos masivos que comprometen gravemente la función de órganos vitales, como los pulmones o el cerebro. El pronóstico y la recuperación del paciente dependen de varios factores, como la gravedad de la obstrucción, la rapidez con que se realice el procedimiento y la existencia de enfermedades subyacentes que aumenten el riesgo de complicaciones.

La embolia pulmonar es una afección médica grave en la que un coágulo de sangre (trombo) se desprende y viaja a los vasos sanguíneos de los pulmones, bloqueándolos parcial o completamente. Este coágulo suele originarse en las venas profundas de las piernas (trombosis venosa profunda). La embolia pulmonar puede causar dificultad para respirar, dolor torácico intenso y, en casos graves, incluso la muerte. El tratamiento generalmente implica medicamentos anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos adicionales y, en algunos casos, la trombólisis con fibrinolíticos para disolver los coágulos existentes. La prevención es fundamental y puede incluir medidas como mantenerse activo durante viajes largos, realizar ejercicios de movilización de piernas, usar medias de compresión y tomar medicamentos anticoagulantes si se tiene un alto riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.

La embolia es un término médico que se refiere a la obstrucción repentina de un vaso sanguíneo (una arteria o vena) por un émbolo, el cual es un cuerpo extraño que viaja a través del torrente sanguíneo hasta bloquear una arteria o vena más pequeña. Los émbolos suelen ser coágulos de sangre (también conocidos como tromboembolias), pero pueden ser otras sustancias como grasa, burbujas de aire, bacterias u otros desechos corporales.

Cuando un émbolo bloquea una arteria o vena, impide que la sangre fluya correctamente hacia los tejidos y órganos del cuerpo. Esto puede provocar isquemia (falta de riego sanguíneo) e hipoxia (falta de oxígeno), lo que da como resultado una disfunción o daño tisular, dependiendo de la gravedad y la duración del bloqueo.

La embolia puede afectar a diferentes partes del cuerpo, y algunos tipos comunes incluyen:

1. Embolia pulmonar: Se produce cuando un émbolo viaja desde otra parte del cuerpo hasta los vasos sanguíneos de los pulmones, bloqueando el flujo sanguíneo y causando dificultad para respirar, dolor en el pecho e incluso colapso cardiovascular.
2. Embolia cerebral: Ocurre cuando un émbolo viaja al cerebro y obstruye los vasos sanguíneos cerebrales, lo que puede provocar accidente cerebrovascular (ictus), déficits neurológicos o incluso la muerte.
3. Embolia séptica: Se produce cuando un émbolo está formado por bacterias u otros microorganismos patógenos que viajan a través del torrente sanguíneo y causan infecciones en otras partes del cuerpo.
4. Embolia grasa: Ocurre cuando se libera grasa en el torrente sanguíneo después de una fractura ósea grave o cirugía, y viaja a los vasos sanguíneos de otros órganos, causando inflamación y daño tisular.
5. Embolia amniótica: Se produce cuando las células fetales o líquido amniótico entran en el torrente sanguíneo de la madre durante el embarazo o el parto, bloqueando los vasos sanguíneos y causando complicaciones.

El tratamiento de la embolia depende del tipo y la gravedad del evento, pero generalmente implica la eliminación del émbolo y la restauración del flujo sanguíneo lo antes posible para minimizar el daño tisular. Esto puede incluir medicamentos, procedimientos quirúrgicos o intervenciones de catéter. La prevención es clave en el manejo de la embolia, especialmente en pacientes con factores de riesgo conocidos, como enfermedades cardiovasculares, trombofilia o antecedentes de eventos embólicos previos.

La embolectomía con balón es un procedimiento quirúrgico utilizado para eliminar los coágulos sanguíneos (embolias) que han bloqueado los vasos sanguíneos en el cuerpo. En este procedimiento, un cirujano inserta un catéter delgado y flexible en una arteria o vena, generalmente en la ingle, y lo guía hasta el sitio del coágulo.

Luego, se infla un pequeño balón en el extremo del catéter, que captura y rompe el coágulo en pedazos más pequeños que pueden pasar a través de los vasos sanguíneos. Después de eso, se desinfla el balón y se retira el catéter. La embolectomía con balón se utiliza a menudo para tratar emergencias médicas graves, como un accidente cerebrovascular o una embolia pulmonar, en la que los coágulos sanguíneos pueden causar daño grave a los tejidos corporales.

Es importante mencionar que este procedimiento conlleva ciertos riesgos y complicaciones potenciales, como reacciones alérgicas a los medicamentos utilizados durante el procedimiento, lesión de los vasos sanguíneos o tejidos circundantes, y la formación de nuevos coágulos sanguíneos. Por lo tanto, se debe considerar cuidadosamente si esta es la opción de tratamiento más adecuada para cada paciente individual.

El término médico "puente cardiopulmonar" (también conocido como circulación extracorpórea o bypass cardiopulmonar) se refiere a un procedimiento en el que una máquina toma sobre las funciones vitales del corazón y los pulmones durante una cirugía cardíaca compleja.

Durante este proceso, la sangre es extraída del cuerpo y circulada a través de un oxigenador artificial que elimina el dióxido de carbono y agrega oxígeno, similar a lo que hacen los pulmones. Luego, la sangre se devuelve al cuerpo, manteniendo así el suministro de oxígeno a los órganos vitales, incluso cuando el corazón está detenido o no funciona correctamente.

El puente cardiopulmonar permite a los cirujanos realizar operaciones en condiciones estables y controladas, sin la interferencia de las pulsaciones cardíacas irregulares o un flujo sanguíneo inadecuado. Una vez completada la cirugía, el paciente se desconecta del bypass y su corazón y pulmones reinician sus funciones normales.

Este procedimiento es común en operaciones cardiovasculares de alto riesgo, como la reparación o reemplazo de válvulas cardíacas, cirugía coronaria o tratamiento de aneurismas aórticos.

La trombectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae o se elimina un trombo, o coágulo sanguíneo, de un vaso sanguíneo u cavidad cardiaca. Esto se realiza generalmente para aliviar una obstrucción que pueda estar causando isquemia (disminución del flujo sanguíneo) y potencialmente dañar tejidos u órganos. Puede realizarse mediante cirugía abierta o, más comúnmente hoy en día, mediante procedimientos endovasculares mínimamente invasivos. En estos últimos, se introduce un catéter con un dispositivo especial en el vaso sanguíneo hasta llegar al trombo, y luego se utiliza este dispositivo para extraer o desintegrar el coágulo.

La disfunción ventricular derecha (DVD) es un término médico que se refiere a la incapacidad del ventrículo derecho del corazón para bombear sangre eficazmente hacia los pulmones. El ventrículo derecho es una de las cámaras inferiores del corazón y su función principal es recibir sangre desoxigenada de todo el cuerpo y enviarla a los pulmones para oxigenarse.

La disfunción ventricular derecha puede ser causada por varias afecciones, incluyendo enfermedades cardíacas congénitas o adquiridas, hipertensión pulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), embolia pulmonar y miocardiopatías. Los síntomas de la disfunción ventricular derecha pueden incluir dificultad para respirar, hinchazón en las piernas y los pies, fatiga, dolor en el pecho y ritmos cardíacos irregulares.

El diagnóstico de la disfunción ventricular derecha generalmente se realiza mediante una evaluación clínica completa que puede incluir un examen físico, electrocardiograma (ECG), radiografía de tórax, ecocardiograma y pruebas de función cardíaca. El tratamiento de la disfunción ventricular derecha depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, procedimientos quirúrgicos o dispositivos médicos como marcapasos o desfibriladores.

Los filtros de vena cava (FVC) son dispositivos médicos que se utilizan para prevenir la formación de coágulos sanguíneos (trombosis) en las venas profundas de las extremidades inferiores, los cuales pueden desprenderse y viajar hacia el pulmón, provocando una embolia pulmonar, una afección potencialmente mortal.

Un FVC es un pequeño dispositivo metálico con forma de paraguas o campana que se introduce percutáneamente en la vena cava inferior, la vena grande que devuelve la sangre desoxigenada al corazón desde las extremidades inferiores. El filtro atrapa los coágulos sanguíneos que viajan a través de la vena cava antes de que alcancen los pulmones, permitiendo que la sangre fluya normalmente y previniendo complicaciones graves.

Los FVC se utilizan principalmente en pacientes con trombosis venosa profunda (TVP) confirmada o sospechada y contraindicación absoluta o relativa a la anticoagulación, así como en aquellos con complicaciones recurrentes de TVP o embolia pulmonar a pesar del tratamiento anticoagulante. También pueden considerarse en pacientes con alto riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda, como aquellos que han sufrido traumatismos graves, cirugía extensa o inmovilización prolongada.

Existen diferentes tipos y marcas de filtros de vena cava, algunos de los cuales son permanentes y otros temporales, lo que permite su extracción una vez que el riesgo de tromboembolismo ha disminuido. La elección del tipo de FVC dependerá de las características clínicas y preferencias individuales del paciente.

La oclusión vascular mesentérica se refiere a la obstrucción total o parcial de la sangre que fluye hacia el intestino delgado, debido a una interrupción en la circulación sanguínea dentro de las arterias mesentéricas. Existen tres arterias mesentéricas: la mesentérica superior, la mesentérica inferior y la cólica izquierda. Estas arterias suministran sangre al intestino delgado y al colon.

La oclusión vascular mesentérica aguda es una emergencia médica que puede ser causada por diversos factores, como coágulos sanguíneos, trombosis, embolia o incluso por la compresión externa de los vasos sanguíneos. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso y repentino, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, pérdida de apetito y, en casos graves, shock séptico e isquemia intestinal, que puede conducir a la necrosis y perforación intestinal.

El tratamiento de la oclusión vascular mesentérica depende de la causa subyacente. En algunos casos, se pueden utilizar anticoagulantes para disolver los coágulos sanguíneos o se puede realizar una intervención quirúrgica para eliminar los trombos o embolias y restaurar el flujo sanguíneo. En situaciones más graves, como la isquemia intestinal grave, puede ser necesaria una resección quirúrgica del tejido necrótico y, en casos extremos, una transplante intestinal.

La embolia intracraneal es un tipo específico de accidente cerebrovascular (ACV) o ataque isquémico transitorio (AIT) que ocurre cuando un coágulo de sangre o una embolia (un sólido, líquido o gas que viaja a través del torrente sanguíneo y bloquea un vaso sanguíneo) se origina en otra parte del cuerpo y viaja al cerebro, donde obstruye un vaso sanguíneo y causa la interrupción del flujo sanguíneo cerebral. Estos coágulos suelen originarse en el corazón o en las grandes arterias del cuello.

Los síntomas de una embolia intracraneal pueden variar dependiendo de la ubicación y el tamaño del vaso sanguíneo afectado, pero generalmente incluyen debilidad o parálisis repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo; confusión o dificultad para hablar y comprender el lenguaje; problemas de visión en uno o ambos ojos; dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o coordinación; y dolor de cabeza intenso, repentino y sin causa conocida.

El tratamiento de la embolia intracraneal generalmente implica la administración de fármacos anticoagulantes o trombolíticos para disolver el coágulo sanguíneo y restaurar el flujo sanguíneo cerebral. En algunos casos, se puede considerar la realización de una intervención quirúrgica, como la extracción mecánica del coágulo o la colocación de un stent para mantener abierto el vaso sanguíneo afectado. La prevención es fundamental en el manejo de este tipo de eventos y puede incluir el control de factores de riesgo cardiovasculares, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la dislipidemia y el tabaquismo.

La angiografía es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X y una sustancia llamada medio de contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos. Durante el procedimiento, se inserta una aguja fina en una arteria o vena y se introduce un tubo flexible y delgado (catéter) a través de la aguja. El catéter se guía hasta el área que necesita ser examinada y se inyecta el medio de contraste. Luego, se toman una serie de radiografías para capturar imágenes de los vasos sanguíneos llenos de medio de contraste.

La angiografía puede utilizarse para diagnosticar y evaluar una variedad de condiciones, como enfermedades cardiovasculares, trastornos cerebrovasculares, cánceres y tumores, así como lesiones traumáticas en los vasos sanguíneos. También se puede utilizar para guiar procedimientos terapéuticos, como angioplastias y stents.

Existen diferentes tipos de angiografía, dependiendo de la parte del cuerpo que se vaya a examinar. Algunos ejemplos son:

* Angiografía coronaria: para examinar los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón.
* Angiografía cerebral: para examinar los vasos sanguíneos en el cerebro y el cuello.
* Angiografía pulmonar: para examinar los vasos sanguíneos en los pulmones.
* Angiografía renal: para examinar los vasos sanguíneos que suministran sangre a los riñones.
* Angiografía de miembros inferiores y superiores: para examinar los vasos sanguíneos en las extremidades.

La angiografía es un procedimiento invasivo que conlleva ciertos riesgos, como reacciones alérgicas al medio de contraste, sangrado, infección y daño a los vasos sanguíneos o tejidos circundantes. Sin embargo, cuando se realiza por un profesional capacitado y experimentado, los beneficios suelen superar los riesgos.

El choque cardiogénico es una complicación grave y potencialmente letal que puede ocurrir en pacientes con enfermedades cardíacas severas. Se caracteriza por una incapacidad del corazón para bombear sangre suficiente para satisfacer las demandas metabólicas del cuerpo, lo que lleva a una disminución en el suministro de oxígeno y nutrientes a los órganos vitales.

Esta condición se asocia con una serie de complicaciones graves, como insuficiencia orgánica múltiple, arritmias cardíacas, falla respiratoria e incluso la muerte. Los síntomas del choque cardiogénico pueden incluir presión arterial baja, pulso rápido e irregular, dificultad para respirar, confusión, sudoración y piel fría y húmeda.

El tratamiento del choque cardiogénico requiere una atención médica inmediata y agresiva, que puede incluir medicamentos para mejorar la función cardíaca y aumentar el suministro de oxígeno al cuerpo, así como procedimientos invasivos, como la colocación de un balón de contrapulsación intraaórtico o la cirugía de bypass coronario. En algunos casos, se puede requerir un trasplante cardíaco o un dispositivo de asistencia ventricular para mantener la función cardíaca y mejorar los resultados clínicos.

La enfermedad aguda se refiere a un proceso de enfermedad que comienza repentinamente, evoluciona rápidamente y generalmente dura relativamente poco tiempo. Puede causar síntomas graves o molestias, pero tiende a desaparecer una vez que el cuerpo ha combatido la infección o se ha recuperado del daño tisular. La enfermedad aguda puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales o bacterianas, lesiones traumáticas o reacciones alérgicas. A diferencia de las enfermedades crónicas, que pueden durar meses o años y requerir un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las enfermedades agudas se resuelven con el tiempo y solo necesitan atención médica a corto plazo.

La terapia trombolítica, también conocida como tratamiento trombólisis, es un procedimiento médico en el que se utilizan fármacos trombolíticos para disolver los coágulos sanguíneos (trombos) existentes en los vasos sanguíneos. Estos medicamentos actúan imitando la acción de la enzima natural plasminógeno, que descompone las fibrinas, una proteína importante en la formación de coágulos. La terapia trombolítica se utiliza a menudo para tratar emergencias vasculares agudas, como el infarto de miocardio (ataque al corazón), accidente cerebrovascular isquémico (derrame cerebral) y embolia pulmonar. El objetivo es restaurar rápidamente el flujo sanguíneo en la zona afectada, minimizando así daños adicionales a los tejidos y órganos. Sin embargo, este tratamiento conlleva ciertos riesgos, como un mayor riesgo de hemorragia, por lo que se debe considerar cuidadosamente en cada caso individual.

La isquemia es un término médico que se refiere a la restricción del suministro de sangre a un tejido u órgano, lo que resulta en un déficit de oxígeno y nutrientes. Esta condición puede ocurrir como resultado de una variedad de factores, incluyendo una disminución del flujo sanguíneo debido a la estenosis (apretamiento) o la oclusión (bloqueo) de los vasos sanguíneos, o una aumentada demanda de oxígeno y nutrientes por parte del tejido u órgano.

La isquemia puede afectar a diversas partes del cuerpo, como el corazón (angina de pecho), el cerebro (accidente cerebrovascular), los intestinos (isquemia mesentérica), las piernas (claudicación intermitente) y los riñones (nefropatía isquémica). Los síntomas de la isquemia varían dependiendo de la gravedad y la duración del déficit de suministro sanguíneo, pero pueden incluir dolor, calambres, palidez, frialdad, entumecimiento o debilidad en el área afectada.

El tratamiento de la isquemia depende de su causa subyacente y puede incluir medidas para mejorar el flujo sanguíneo, como la administración de medicamentos para dilatar los vasos sanguíneos o la realización de procedimientos quirúrgicos para reparar o desbloquear los vasos sanguíneos afectados. En algunos casos, puede ser necesaria la revascularización, que implica la restauración del flujo sanguíneo mediante cirugía de bypass o angioplastia.

La arteria pulmonar es una gran arteria que se origina en el ventrículo derecho del corazón y se divide en dos ramas, la arteria pulmonar derecha y la arteria pulmonar izquierda. Estas ramas llevan sangre desoxigenada desde el corazón a los pulmones para que sea oxigenada. La arteria pulmonar derecha es más corta y más ancha que la arteria pulmonar izquierda, y cada rama se divide en varias ramas más pequeñas que se distribuyen por los respectivos pulmones. La pared de la arteria pulmonar es más delgada y menos muscular que la de las otras arterias del cuerpo, lo que permite que se distienda fácilmente durante la circulación de la sangre.

La reperfusión, en el contexto médico, se refiere al restablecimiento del flujo sanguíneo a un tejido u órgano que había experimentado una interrupción o reducción previa. Esto generalmente ocurre mediante procedimientos invasivos como la angioplastia coronaria (un tipo de cirugía cardiovascular) o la trombectomía (una operación para eliminar un coágulo sanguíneo).

La reperfusión es particularmente importante en el tratamiento de infartos de miocardio (ataques al corazón), donde el flujo sanguíneo se interrumpe a una parte del músculo cardíaco, lo que puede causar daño permanente o incluso la muerte del tejido si no se restaura rápidamente. Sin embargo, el proceso de reperfusión también puede desencadenar efectos adversos conocidos como "daño por reperfusión", una situación paradójica en la que el propio proceso de restaurar el flujo sanguíneo provoca más lesión al tejido.

En resumen, la reperfusión es un procedimiento médico crucial para tratar diversas condiciones relacionadas con la interrupción del flujo sanguíneo, pero su aplicación debe equilibrarse cuidadosamente con el riesgo potencial de causar daño adicional durante el proceso.

El cateterismo es un procedimiento médico en el que se introduce un catéter, que es un tubo flexible y delgado, en una vena, arteria o cavidad corporal. El propósito del cateterismo puede variar dependiendo de la parte del cuerpo donde se realice. Algunos de los usos comunes del cateterismo incluyen:

* Cateterismo cardíaco: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas cardíacos. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una vena o arteria y se guía hasta el corazón. Luego, se pueden realizar diversas pruebas, como la angiografía coronaria, para evaluar el flujo sanguíneo y la función cardíaca.
* Cateterismo vascular: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas vasculares, como la enfermedad arterial periférica o los aneurismas. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una arteria o vena y se guía hasta la zona afectada. Luego, se pueden realizar diversas pruebas o tratamientos, como la angioplastia y el stenting.
* Cateterismo urinario: se utiliza para drenar la vejiga o el riñón cuando hay obstrucción o retención de orina. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en la vejiga a través de la uretra. Luego, la orina puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.
* Cateterismo de las vías biliares: se utiliza para drenar la bilis cuando hay obstrucción o inflamación de los conductos biliares. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en el conducto biliar a través de la piel del abdomen. Luego, la bilis puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.

El cateterismo se realiza bajo anestesia local o sedación consciente, y generalmente dura entre 30 minutos y una hora. Después del procedimiento, es posible que sea necesario mantener el catéter en su lugar durante un tiempo determinado para garantizar el drenaje continuo. El médico le dará instrucciones específicas sobre cómo cuidar el catéter y qué hacer si hay problemas.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La arteria femoral es una importante arteria en la parte superior del muslo. Es una rama de la arteria ilíaca externa y se divide en dos ramas principales: la arteria profunda femoral y la arteria safena. La arteria femoral suministra sangre oxigenada a los músculos del muslo y a las estructuras de la pierna. Es utilizada frecuentemente como sitio de acceso para procedimientos diagnósticos y terapéuticos, como cateterismos y angiogramas. La evaluación y tratamiento de enfermedades de la arteria femoral es una parte importante del cuidado vascular.

La amputación es el procedimiento quirúrgico en el que se extirpa una extremidad o parte de ella, como un brazo, pierna, dedo u otra parte del cuerpo. Esta cirugía se realiza por diversas razones, como la pérdida de la circulación sanguínea en una extremidad, una infección grave que no responde al tratamiento, un tumor maligno o un trauma grave.

La amputación puede ser planificada con anticipación o puede ser una emergencia médica. Antes del procedimiento, se pueden realizar exámenes y pruebas para determinar la mejor manera de llevar a cabo la cirugía y garantizar el mejor resultado posible.

Después de la amputación, el paciente puede necesitar rehabilitación y fisioterapia para ayudarlo a adaptarse a su nueva situación y recuperar la movilidad y la independencia lo antes posible. También pueden ser necesarios dispositivos especiales, como prótesis, para ayudar al paciente a realizar sus actividades diarias.

La amputación es una cirugía grave que puede tener consecuencias físicas y emocionales importantes. Por lo tanto, es importante que el paciente reciba apoyo y asistencia adecuados durante todo el proceso de recuperación.

La tromboembolia es una afección médica grave que implica la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en una vena o arteria, el cual se desprende y viaja a través del torrente sanguíneo hasta bloquear parcial o totalmente una arteria en otro lugar del cuerpo. Los trombos suelen formarse en las venas profundas de las piernas (trombosis venosa profunda) y, si se desprenden, pueden viajar al pulmón causando un tromboembolismo pulmonar, una afección potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata. Los síntomas del tromboembolia pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación del coágulo sanguíneo, pero algunos síntomas comunes incluyen dolor e hinchazón en una extremidad, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos con esputo rosado o teñido de sangre. El tratamiento suele incluir anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos adicionales y, en algunos casos, trombectomía quirúrgica para eliminar el coágulo sanguíneo.

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